CAPÍTULO 05
Nota: Por favor, leer las aclaraciones que se encuentran al inicio del primer capítulo.
CAPÍTULO 05
¿Qué podía hacer?
Estaba acorralado.
Su pequeño bebé en sus brazos gruñendo, sus dedos temblantes sujetándolo con fuerza contra su pecho.
¿Acaso ellos sabían que su bebé era diferente a los demás?
¿Cómo podrían saberlo?
Él se había encargado de ser cuidadoso, nadie en ningún momento había tenido alguna ligera sospecha de su hijo. Había sido extremadamente cuidadoso de no levantar sospecha alguna, su pequeño hijo lucía normal como cualquier otro.
Sin embargo, Jimin optó por mantenerlo alejado de las vistas curiosas. Ahora, lo que más le preocupaba era el hecho de aquellos desconocidos rodeándolo, el terror llenaba su cuerpo mientras intentaba pensar en alguna forma de salir huyendo de allí.
Uno de ellos dio un paso al frente, Jimin se giró sobre sus talones con rapidez y Baek gruñó un poco más.
— Vaya, el pequeño sí que tiene pulmones — comentó uno de los tres hombres que irrumpieron en el apartamento, quien no apartaba la vista del pequeño.
Maldición, Jimin recordó que al levantarse del sofá su móvil había rodado hasta el suelo, intentó buscar con la mirada algún transeúnte, pero para su mala suerte la calle al final del callejón estaba desolada.
Los hombres comenzaron a avanzar hacia él, Jimin se sintió perdido en esos momentos.
Un sonido de un automóvil deteniéndose al inicio del callejón alertó a los hombres, su atención dirigida en otro lugar le permitió a Jimin descubrir un pequeño espacio por el cual podía colarse para alejarse de ellos. No lo pensó demasiado, sus pies lo empujaron fuera de allí sosteniendo a Baek con fuerza contra su torso.
Aquellos bonitos ojos oscuros estaban llenos de lágrimas al igual que los del bebé.
El claxon del automóvil sonó emitiendo eco en el callejón, uno de los hombres solo alcanzó a rozarle el hombro izquierdo cuando se percató de su huida.
Por un momento Jimin se sintió aliviado al observar al automóvil estacionado, solo pudo pensar en dirigirse hacia este para tratar de conseguir un poco de ayuda y huir lejos de los desconocidos. La suerte no estaba de su lado, del automotor un hombre salió del asiento del piloto, sus pies detuvieron la marcha de forma abrupta al lograr reconocerlo.
Era el pediatra, el que había atendido a su bebé hacía unas semanas atrás.
Algo no estaba bien. Jimin sintió escalofríos llenar su cuerpo.
— Usted también es parte de esto — las lágrimas comenzaron a derramarse al ver la expresión de culpa en el rostro del pediatra.
Jimin retrocedió hasta chocar su espalda contra el muro frío del comienzo del callejón, por más que observó no divisó a ninguna persona. No había escapatoria alguna para él y su bebé.
El pediatra avanzó hacia él y Jimin no tuvo más remedio que comenzar a gritar lo más fuerte que pudo, el llanto de su bebé también se escuchó en aquel callejón. Pero para cuando las personas escucharon los alaridos y fueron a revisar, el callejón estaba vacío y el auto no estaba.
El tiempo parecía avanzar lento para Jimin, él se encontraba en medio de los cuerpos de los corpulentos hombres que lograban hacerlo sentir pequeño e indefenso, eso solo lograba aumentar su miedo.
— ¿Por qué demonios tardaste tanto? — la voz gruesa de uno de ellos hizo sentir intimidado a Jimin quien intentó encogerse en el asiento trasero.
— Tú no vives con los humanos, no sabes lo que es tener que esperar a que el semáforo cambie para poder avanzar, no tienes que lidiar con el tránsito.
Un bufido fue la respuesta del hombre más grande de todos.
Jimin yacía en medio de dos de los tres hombres que irrumpieron en su apartamento, ellos mantenían una expresión neutra en el rostro. Era imposible especular la verdadera razón de su secuestro, bastante seguro de que tenía que ver con la existencia de su hijo.
Baek se mantenía aferrado a la camiseta de Jimin, como si pudiese percibir que algo no estaba bien. Luego de un largo recorrido que los llevó fuera de la ciudad, el auto se detuvo al costado de la autopista.
No logró reconocer el lugar, Jimin no era particularmente aventurero.
— Llevemos al chico al territorio, los demás ya saben qué hacer — el pediatra habló en voz baja
Los tres hombres bajaron de la camioneta, Jimin mantuvo a su hijo contra su torso expectante ante la situación, su mente solo podía pensar en diferentes formas de escapar, pero ninguna de ellas le favorecía al tener a su bebé en brazos.
Baek comenzó a soltar sollozos en voz baja, los dedos de Jimin por inercia fueron hacia la pequeña cara redonda del bebé acariciando suavemente en un vano intento de calmarlo.
— ¿Sabes? Por el aroma a miedo que emana de ellos dos, no siguieron el plan de ir y traerlo de forma pacífica — había un tono malhumorado en la voz del pediatra.
— Yo no lo asusté, fueron esos idiotas — se quejó el líder.
— Por favor Jeon, solo con tu mera apariencia asustas a cualquier humano, más con esa expresión de odio en tu rostro.
— Es el único rostro que tengo Kim, no me jodas ahora.
Baek frotó su rostro contra el pecho de su padre. El auto se puso en marcha de nuevo cuando dos de los hombres que rodeaban a Jimin en el asiento trasero se bajaron, esta vez el automóvil se movió para ingresar por un camino rocoso que le generó desconfianza a Jimin, transcurrieron un par de horas en las fue perdiendo poco a poco la esperanza de ser encontrado y rescatado en algún momento.
Su pequeño tenía hambre, este ajeno a la situación que los rodeaba comenzó a buscar con su boca el pezón de su padre a través de la camiseta que usaba Jimin.
— Está muy silencioso aquí adentro — comentó Jin moviendo la vista de la carretera hacia el retrovisor.
Una expresión de sorpresa llenó el rostro del omega quien con rapidez volvió la vista hacia el frente, un tono carmín llenando sus pómulos altos. Aquello llamó la atención del líder quien girando medio cuerpo echó un vistazo hacia atrás, sus ojos oscuros se llenaron de sorpresa, un surco apareciendo en su frente.
— Y pensar que nos consideran a nosotros extraños — susurró para sí mismo, el omega pudo escucharlo, pero Jimin no.
Baek estaba bebiendo leche directamente del pezón izquierdo de su padre, su vista estaba en el rostro de Jimin quien limpiaba las lágrimas acumuladas en el rostro de su bebé con sus pulgares.
Podía ver las mejillas hundirse con cada succión, Baek ahora lucía calmado a diferencia de minutos atrás.
Jimin al sentirse observado elevó la vista topándose con la oscura mirada del hombre más corpulento de todos en el asiento delantero, una expresión de miedo y enojo llenó el rostro de Jimin al instante.
— Uh, parece que no le agradas a alguien líder — se burló Jin.
— Cierra la boca y sigue conduciendo — una expresión de molestia en el rostro del azabache.
— ¿Qué quieren? ¿Secuestran a personas con sus bebés? — por fin Jimin decidió hablar.
— Oye, eso fue bajo, nosotros no somos malas personas ni mucho menos secuestradores — se quejó Jin.
— No me están llevando a un paseo aquí — le recordó Jimin con un tono mordaz.
Baek soltó el pezón para poder gruñir ligeramente, su vista rojiza de nuevo contra SeokJin.
— Diablos, el pequeño tiene mal temperamento justo como el padre — comentó Jin volviendo la vista hacia el frente.
— Solo queremos al cachorro — insistió Jungkook volviendo la vista hacia el frente.
— ¿Cachorro? ¿Te refieres a mi hijo? Él no es un cachorro, no es un animal, es mi hijo, y no, no se los pienso entregar, tendrán que asesinarme primero — Jimin intentó sonar convincente a pesar de que el miedo lo llenaba.
Jungkook suspiró fuertemente.
— Nosotros no asesinamos humanos — fue la respuesta corta que dio.
Jimin devolvió su vista hacia su pequeño, esto era absurdo, no estaba seguro de qué estaba sucediendo con aquellos hombres desconocidos, tampoco tenía intención alguna de creer en sus palabras vacías. Movió a Baek para dejarlo recostado contra parte de su torso, pequeñas palmadas contra la espalda de este luego de acomodar su camiseta una vez que Baek dejó de beber leche.
Necesitaba las cosas de su bebé.
Sus pies ardían de forma ligera por haber corrido sin usar calzado alguno, su cuerpo se sentía cansado y sus brazos entumecidos por mantener a Baek aferrado contra su torso, no pensaba cooperar con aquellos hombres. No tenía intención alguna de eso.
Sin embargo, no dependía de él, se hallaba acorralado sin escapatoria alguna, de nuevo había lágrimas en las esquinas de sus ojos formándose con rapidez.
¿Por qué tenía que sucederle esto a él y a su hijo? ¿Qué daño habían hecho ellos para tener que sufrir esto?
Necesitaba saberlo.
— ¿Por qué quiere quitarme a mi hijo? — su voz con un tono suave les dejó saber a ellos que se sentía atemorizado.
El silencio llenó el automóvil por un par de minutos, ninguno de los desconocidos parecía querer responder.
Desesperación llenó el cuerpo de Jimin y no pudo detener las palabras en voz alta que pronunció.
— ¡Respondan! ¿¡Por qué quieren quitarme a mi hijo!?
Jin detuvo el automotor con un freno en seco aturdido por el alarido de Jimin, solo dos segundos le tomó al humano darse cuenta de la oportunidad que se le acaba de presentar. El azabache no alcanzó a tomar del brazo a Jimin cuando este logró abrir la puerta del auto y salir corriendo de este.
— ¿¡No le pusiste el maldito seguro a las puertas!? — gritó enfurecido Jungkook abriendo la puerta a su costado.
— No lo había visto necesario — fue la respuesta de Jin — ¡No sé cómo secuestrar personas! — gritó cuando el cuerpo de Jungkook se perdió con rapidez al ingresar al bosque al costado de la vieja carretera.
Jimin solo se dedicó a correr sin detenerse, sus brazos cansados mantenían a Baek contra su torso, su pequeño hijo se aferró por el miedo a la camiseta de su padre con sus pequeñas manos empuñadas.
Él sabía que estaba siendo perseguido, pero no pensaba dejárselo tan fácil a sus secuestradores.
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