CAPÍTULO 03
Nota: Por favor, leer las aclaraciones del primer capítulo.
CAPÍTULO 03
La tarde era acompañada con una brisa fría y ligera, el horario de trabajo estaba llegando a su fin y Jimin sentía aquella ansiedad carcomerle desde adentro.
Le había costado mucho tiempo conseguir un trabajo que le permitiese mantener a su pequeño hijo cerca, él era consciente de que no existía forma alguna de dejar a su pequeño hijo con alguna niñera o en alguna guardería.
No cuando su hijo no era del todo, humano.
Él había notado la diferencia desde su nacimiento, recordaba a la perfección cada detalle de ese día.
Retrocediendo dos pasos observó hacia su costado donde yacía una silla para bebés, su hijo jugando con una pieza grande con forma de oso.
— Baek — susurró Jimin.
El pequeño elevó la vista hacia su padre, sus ojos originalmente de color negro parecieron disolverse junto con un color rojo oscuro. Un matiz que pasaba desapercibido la mayor parte del tiempo, su mirada conectaba con la de su padre y se tornaba oscura al instante.
No comprendía qué sucedía con su bebé, jamás se atrevió a llevarlo a pediatría, estaba seguro de que ellos encontrarían algo anormal en su pequeño. Su conciencia quebrándose con el paso del tiempo tratando de pensar en una buena forma de que su hijo llevara una buena vida.
Estaba seguro de que Baek podría ser el centro de atención si lo dejaba a merced de los demás, la curiosidad humana podría llegar a ser bastante cruel.
— ¿Tienes hambre? — su bebé mantuvo su vista en su padre antes de hacer pequeños balbuceos con su boca agitando la pieza entre sus manos.
Jimin caminó hasta quedar al costado de la silla, su pequeño hijo observando sus movimientos, halló la mochila donde estaban sus pertenencias.
Buscó entre la mochila hasta rozar con las yemas de sus dedos el biberón que contenía la leche tibia, elevó a Baek fuera de la silla para apoyarlo contra su torso, moviéndose despacio se detuvo enfrente de una silla donde tomó asiento.
El pequeño quedó sentado sobre sus muslos, su rostro siguiendo el rastro del biberón que Jimin le extendió para poder alimentarle.
— Baek, despacio — susurró, su hijo bebía de forma rápida manteniendo su cabeza recostada contra el pecho de su padre.
Jimin había logrado acostumbrarse a ese extraño momento en el que su hijo al beber del biberón comenzaba a inhalar de forma rápida. Como si estuviese olfateando.
Claro que había pensado en el extraño hecho, sus pensamientos descarrilándose del rumbo de lo que podría considerarse normal.
Una vez que el pequeño bebió por completo el biberón, lo dejó en el suelo sobre sus pies, Baek no lograba caminar por sí solo todavía, por lo que necesitaba de la ayuda de Jimin para desplazarse. Sus dedos enroscados en la tela del pantalón de su padre.
— Bien, solo media hora más y saldremos para irnos a casa — Jimin guardó el biberón vacío en el interior de la mochila.
Baek yacía fuertemente aferrado a la pierna derecha de su padre observándole desde abajo el cómo organizaba la mochila.
— Adua — era la palabra más cercana que podía balbucear para referirse al agua.
Jimin sacó de la mochila el biberón lleno de agua, tomando de nuevo a su hijo en brazos le dio de beber el refrescante líquido.
— ¡Jimin! Te necesitan en el mostrador — una voz lejana le avisó que un nuevo cliente había llegado.
Suspirando esperó a que su hijo terminase de beber para dejarlo de nuevo en la silla, guardó los implementos en la mochila y se alejó de la habitación en la que se hallaba para dirigirse hacia el mostrador.
Jimin había dejado al menor en la silla cuyas ruedas le permitían movilizarse por sí mismo, el pequeño solía seguir a su padre en el interior de la tienda desviando su atención de él hacia los múltiples postres que se exhibían en el mostrador.
— ¿Se le ofrece algo más? — preguntó Jimin atendiendo al cliente.
Una risilla suave se escuchó, Baek sonreía antes de comenzar a reír en tono bajo al sentirse alegre de escuchar la voz de su papá.
Los clientes iban y venían en la pastelería donde trabajaba Jimin, él había estudiado para ser repostero, en su ciudad natal él había conseguido el suficiente dinero para tener su propio establecimiento, pero desde que Baek había nacido, sabía que lo mejor era vender su negocio y mudarse a un lugar lejano.
Ahora, en el lugar en el que trabaja actualmente, el dueño era flexible con permitirle dejarle cuidar a su bebé, había tenido que mentir diciéndole que su hijo no estaba en buenas condiciones de salud y que no confiaba en dejarlo con personas extrañas.
Eso había sido lo mejor. No podía confiarle a nadie el cuidar de su bebé.
En las lejanías en el pueblo de los cambia formas, Jungkook mantuvo elevada una ceja observando al hombre frente suyo tomarse el tiempo para hablar.
— Habla rápido — la impaciencia en su voz era demasiado notoria como para pasarla por alto.
— Sé que tal vez no suene creíble, pero confío en mi olfato y sé que el aroma provenía de un cachorro, y estoy tan seguro como el infierno que en este territorio no hay cambia formas.
— Jin, ¿Te das cuenta de que lo que estás especulando puede formarnos problemas graves con los humanos? — la voz del líder logró que Jin se pusiera tenso.
— Estoy consciente de ello, como también estoy consciente de que si existe una posibilidad de que haya un cachorro entre los humanos, debemos asegurarnos de que no sea maltratado o se hayan hecho experimentos con él.
— ¿Lucía en mal estado cuando lo viste? — Jungkook no quería apresurarse y sacar conclusiones tan a la ligera, pero su corazón se había acelerado lo suficiente como para hacerle saber a los demás que no estaba tan relajado como su lenguaje corporal expresaba.
— No hallé ni una sola señal de maltrato ni de que hayan experimentado con él, de hecho, no se puede descartar, sin embargo, observé al humano que lo llevaba consigo, el hombre realmente se veía preocupado por su hijo.
— ¿Parecía mala persona?
— No, pero su corazón estuvo agitado durante la revisión, como si temiese que fuese a lastimar al cachorro.
— El humano ya debió haber notado que no es un bebé normal a estas alturas, es extraño que no haya formado conmoción por ello, tal vez el humano que lo dio a luz lo abandonó o lo dio en adopción, o tal vez murió y simplemente le buscaron alguna familia de paso.
— Lamento interrumpir líder, pero — Jin envió sus dedos hacia su mejilla rascándola de forma ansiosa — un aroma particular se desprendía de él.
— Es lo lógico si llevaba al cachorro consigo.
— No el humano Jungkook, el cachorro olía como él, el humano es su padre biológico, el humano sobrevivió al embarazo.
— ¿Qué? Eso es imposible, un humano no sería tan fuerte como para sobrevivir a ello.
— Parece que este humano si lo es.
— ¿Y si te equivocas? ¿Y si olfateaste mal?
— ¡Oye! Un poco más de respeto aquí, podrás ser el líder de la manada, pero yo sigo siendo mayor que tú, mi olfato no está dañado y lo sabes.
— ¡Maldición Jin! ¿Sabes lo que significaría si llegas a tener razón con tus absurdas especulaciones? — un atisbo de enojo destelló en la oscura y pesada mirada del alfa líder.
— Deja que lo investigue, puedo conseguir el historial clínico para averiguar más del humano y el cachorro, déjame hacerlo — pidió Jin intentando convencerlo.
— No puedo permitir tal tontería, busca el historial y eso es todo, en cuanto halles información avísame y enviaré un equipo de reconocimiento, ¿Entendido?
— Está bien, me pondré en ello justo ahora.
Jin presionó sobre el ratón de la computadora para acabar la videollamada desde su ordenador, estaba seguro de que aquel pequeño desprendía un aroma a cachorro, y no sólo eso, olía igual que el hombre.
Pero si él realmente tenía la razón en ello, aquello no significaban exactamente buenas noticias, aquello obligaría a Jungkook salir del territorio y viajar a otro, el asunto no era el hecho de que no hubiese cambia formas allí, era el hecho de que Jungkook no se llevaba bien con los humanos sin mencionar que su sola apariencia llamaba demasiado la atención.
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