Chào các bạn! Vì nhiều lý do từ nay Truyen2U chính thức đổi tên là Truyen247.Pro. Mong các bạn tiếp tục ủng hộ truy cập tên miền mới này nhé! Mãi yêu... ♥

C7: Red

Toda la mañana había sido un tormento para mí. Aunque al principio había comenzado el día con algo de buen ánimo, el estar al lado de Taewook y escuchar cómo no dejaba de alardear sobre sus hazañas cada cinco minutos me estaba sacando de quicio. Para empeorar las cosas, todos los alfas que lo acompañaban, aquellos que venían a protegernos, parecían quedar completamente impresionados por cada palabra que salía de su boca. Le aseguraban constantemente que sería un increíble rey tanto para Red como para Eurus.

Ahora nos encontrábamos en la aldea, pasando el reto de la tarde, mientras mi padre regresaba de su visita a Mondo. La celebración en la aldea ya estaba en su punto máximo, y todos los aldeanos estaban al tanto de que ambos, Taewook y yo, estábamos comprometidos y que nos casaríamos en un mes. Las miradas y susurros de la gente a nuestro alrededor me ponían aún más nerviosa.

Era el 40 aniversario de la fundación de Red, y toda la aldea estaba emocionada con las actividades programadas. Sin embargo, yo me sentía más fuera de lugar que nunca, rodeada de personas que celebraban un futuro que no sentía mío. Estaba de pie junto a Taewook, observando cómo intentaba, sin mucho éxito, darle al centro de la diana en el tiro con arco. A su lado, SeoJin y Dylan observaban incrédulos, como si aún no pudieran creer que ese alfa era el hombre con el que me comprometieron.

-Saben, creo que este arco está mal -dijo SeoJin, tomando el arco de las manos de Taewook y entregándoselo a Dylan. Luego, me tomó de la mano-. Vamos a seguir recorriendo el lugar.

-Espera un momento -le dije, soltándome de su agarre y acercándome a Taewook-. ¿Puedo intentarlo?

Dylan, un tanto confundido, me entregó el arco, y me dirigí a pedir una flecha. Una vez la tuve en mis manos, me coloqué tal como Richard me había enseñado en la última lección de tiro con arco. Apunté al centro de la diana, respiré profundamente y disparé. La flecha voló con precisión, clavándose justo en el centro.

Un aplauso generalizado surgió entre los aldeanos, y una sonrisa ladina se dibujó en mi rostro mientras devolvía el arco a Taewook.

-A mi parecer, el arco está en perfecto estado -comenté con tono burlón.

-Creo que mis lecciones sí te sirvieron -una voz familiar me hizo voltear, encontrándome con Richard, quien me miraba con una sonrisa nerviosa-. Es un gusto volver a verte, princesa Amber.

Hizo una pequeña reverencia, y yo correspondí con una sonrisa. Sin embargo, mi sonrisa se desvaneció un poco cuando Taewook, sin previo aviso, me rodeó con su brazo por la cintura al notar la presencia de Richard.

-¡Ciudadanos de Red! -La voz de Loon hizo que todos los presentes miraran hacia donde él se encontraba-. ¡El Rey Wlees ha regresado!

El rey, mi padre, se encontraba ahora frente a todos nosotros, y como era tradición, todos los aldeanos hicieron una reverencia. Aquellos en altos mandos se acercaron para saludarlo, y el evento finalmente se dispuso a comenzar oficialmente.

-Querida gente de Red, para mí es un honor estar presente en el 40 aniversario de nuestra manada. Más aún al anunciar que mi querida hija, la princesa Amber, se unirá en matrimonio con el príncipe Min Taewook de la manada Eurus. -Ambos sonreímos ante los aplausos y felicitaciones del público. Mi incomodidad creció al notar que todos los ojos estaban sobre nosotros-. De igual manera, es un gran privilegio tener aquí al príncipe Richard de la manada Mondo, una manada con la que tenemos una de las alianzas más fuertes. -Richard hizo una reverencia y el rey continuó-. De manera oficial, doy inicio a nuestra celebración.

La gente comenzó a dirigirse al castillo, como era costumbre, ya que se organizaba un banquete para unir a toda la manada. Según la difunta reina, mi madre, ese banquete era una manera de fortalecer los lazos entre todos los miembros de la aldea, independientemente de su rango.

Yo, sin embargo, observaba desde lejos cómo los alfas y betas comenzaban a emborracharse, mientras los demás disfrutaban de las actividades que se realizaban en la aldea. Decidí alejarme del caos antes de que la situación se volviera aún más insoportable, y me dirigí hacia la biblioteca del castillo para encontrar un poco de paz y tranquilidad.

Fue allí cuando un beta recién ingresado a la guardia de Red se acercó a mí con una carta en las manos.

-Princesa Amber, esta carta ha llegado de Eurus -dijo, entregándomela.

-¿Eurus? -Pregunté, extrañada.

-Así es, princesa... O al menos eso dijo el señor que la trajo. -Un tanto confundida, tomé la carta y le agradecí al beta, quien se retiró rápidamente.

Aunque mi mente me decía que no debía abrirla, algo dentro de mí me inquietaba, y no pude evitar ceder. Después de algunos minutos de debate interno, finalmente rompí el sello y comencé a leer. La carta contenía una solicitud de Eurus, pidiendo que la boda se realizara allí, en su territorio, y mencionaba que necesitaban al príncipe Min para resolver ciertos asuntos.

-¿Amber? -La voz de mi padre me hizo levantar la vista. Junto a él estaban Taewook y Loon-. ¿Qué tienes en la mano?

-Una carta... De Eurus -respondí, con voz algo temblorosa.

-¿Por qué mi padre mandaría una carta? -preguntó Taewook, visiblemente confundido.

-Aquí piden que vayamos a Eurus y que la boda se realice allí -les expliqué.

-¿Pero la boda no era aquí, su majestad? -Loon también parecía desconcertado.

-Quizás un cambio de última hora -respondió mi padre, con tono serio. Luego se dirigió a ambos jóvenes-. Sea lo que sea, ambos deben ir a Eurus.

-Sí, rey -respondimos ambos, algo confundidos pero obedientes.

Mi padre me miró con una expresión que dejaba claro que necesitaba hablar conmigo en privado.

-Hija, acompáñame, por favor. Hay algo que necesito entregarte.

Intrigada, seguí a mi padre hasta el cuarto de armas, donde comenzó a buscar entre varias espadas. Tras unos minutos, encontró la espada que estaba buscando: una espada plateada, con el mango dorado y piedras rojas incrustadas en él. La sostuvo frente a mí y me la entregó.

-Richard me ha dicho de las clases que tomabas con él, y verdaderamente me sorprendí de todo lo que él me contó. Creo que ya es momento de que portes la espada de tu madre. -Los ojos se me llenaron de emoción, y no pude evitar abrazar a mi padre con fuerza, agradecida por el gesto-. Solo te pido que no cometas el mismo error que él, y que esto no afecte tu futuro, hija.

-Descuida, padre. Prometo hacer lo correcto por la manada... aunque eso implique casarme con Taewook. -Mi voz tembló ligeramente al pronunciar esas palabras, pero sabía que, por ahora, era lo que se esperaba de mí.

Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro