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C5: Min Taewook

La mañana llegó más rápido de lo que esperaba. Hoy era el día en que Min Taewook llegaría a Red para conocer a la familia Wless. Para mí, todo esto parecía absurdo. Las alianzas entre manadas se podían hacer de muchas maneras, sin necesidad de involucrar a los herederos de esas manadas.

Toda la mañana fue monótona. El tiempo parecía alargarse a medida que avanzaba, y mi mente no estaba completamente conmigo. Durante las lecciones con el señor Lee, fui regañada varias veces, ya que cuando me preguntaba algo, no podía contestar. Ni un solo recuerdo venía a mi mente de todo lo que había estudiado. Incluso, cuando hice el recorrido por la aldea, estuve tan absorta en mis pensamientos que ni siquiera recordaba lo que los aldeanos me decían mientras los saludaba.

Ahora, aunque estaba con SeoJin y Dylan, ni siquiera los estaba escuchando bien. Reaccioné cuando una mano pasó frente a mi rostro.

-¿Qué? -parpadeé varias veces, mirando a SeoJin, que me observaba con una expresión extrañada.

-¿Por qué me ves así? -pregunté, confundida.

-Has estado muy distraída hoy. ¿Te pasa algo? -SeoJin me miró preocupada.

-No, tranquila... solo... olvídalo, no es importante -respondí, queriendo evitar hablar más al respecto.

-¿Estás segura? -dijo Dylan esta vez, con una mirada curiosa.

Les devolví una ligera sonrisa y asentí, asegurándoles que todo estaba bien.

-Bueno, como les decía... -SeoJin retomó la conversación para tratar de distraerme. -Oí que una manada vecina llegará hoy a Red para reunirse con el rey.

-La manada Eurus es la que viene -comenté, sin mucho interés. Los otros dos me miraron sorprendidos, no esperaban que supiera sobre eso. Las conversaciones de mi padre rara vez se compartían conmigo. -El príncipe Min Taewook viene a verme.

-¿A ver? -dijo Dylan, riendo. -Nuestra pequeña Amber es codiciada.

-Cállate, fue mi padre quien planeó todo esto -respondí en tono seco, aunque el comentario de Dylan me había sacado una pequeña sonrisa.

El familiar aroma a chocolate me indicó que mi nana ya estaba cerca, y supe que el príncipe Min debía estar por llegar, por lo que me vinieron a buscar para que me arreglara.

-Aquí está, pequeña. Ya es hora de que te arregles -dijo mi nana con suavidad.

-Un segundo, nana -respondí, tomando el libro que debía haber leído para mi lección y me despedí de mis amigos para ir hacia donde ella me esperaba.

-¿Ya han llegado? -pregunté, mientras caminábamos juntas.

-No, pero no te preocupes, no deben de tardar -me respondió con una sonrisa.

Lo que me preocupaba no era que llegaran, sino todo lo que venía con esa llegada.

Cuando llegamos al castillo, varias betas nos recibieron y me llevaron a mi habitación para ayudarme a prepararme. Finalmente, elegí un vestido rojo, color emblemático de Red, con detalles dorados, algo de maquillaje y un peinado sencillo. Cuando las betas se retiraron, me dirigí al salón principal, donde mi padre ya me esperaba.

Él me miró y sonrió ampliamente, orgulloso de ver que mi apariencia estaba a la altura de la ocasión.

-Mírate, toda una omega digna del apellido Wless -comentó, y yo respondí con una sonrisa tenue.

-Gracias, padre. ¿Aún no llegan?

-Ya han ingresado a Red, así que en cualquier momento estarán aquí -me respondió, y me sentí ligeramente más tensa.

Comencé a caminar hacia él, pero un dolor agudo se instaló en mi pecho, provocando que hiciera un gesto de incomodidad.

-¿Qué pasa, hija? -me preguntó preocupado.

-No es nada... Creo que el vestido está algo ajustado -mentí. El dolor persistía, pero no quería preocupar a mi padre más de lo necesario.

-¿Segura? Si te sientes mal, mejor ve a recostarte. El médico dijo que no fueras a forzarte, hija -insistió.

-Descuida, estoy bien, no te preocupes -le respondí, aunque la mentira me pesaba.

No pasaron ni cinco minutos cuando un guardia ingresó al salón.

-El príncipe ha llegado -anunció.

Cuando el primogénito de los Min entró al salón, venía acompañado de un beta de la manada Eurus. El príncipe Min Taewook vestía un traje elegante en tonos azules, mientras que el beta llevaba algo más sencillo.

-Rey y princesa Wless, es un honor para mí estar en su tan hermosa Red -dijo el príncipe, haciendo una reverencia.

-El honor es nuestro, joven Min -respondió mi padre, y ambos comenzaron a conversar animadamente.

Yo me quedé atrás, observando la interacción. Aunque mostraba una leve sonrisa, mi lobo se movía inquieto dentro de mí. Algo no estaba bien. El aroma que había captado al llegar el príncipe me tenía intriga. Era sándalo, uno de mis aromas favoritos y también uno muy raro en Red. Asocié a la manada Eurus con el sándalo, sabiendo que tal vez poseían árboles de esa especie en su territorio.

-Joven Min, le presento a Amber, mi hija -dijo mi padre, y me devolvió a la realidad.

-Es un placer conocerla al fin, princesa Amber -dijo el príncipe, con una sonrisa encantadora.

-El placer es mío, joven Min -respondí, aunque sentí una leve incomodidad.

-Por favor, no se dirija a mí de esa manera, llámeme Taewook -dijo el príncipe, y tomó mi mano, acercándola a su rostro para depositar un suave beso en el dorso de mi mano. -Después de todo, ambos nos casaremos pronto.

Una sensación extraña me invadió. Sabía, tanto mi lobo como yo, que este compromiso iba a terminar mal para los dos. Ya lo habíamos rechazado por completo.

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