"Nosotros vamos por este lado."

El campo abierto en el cual lograron aparcar, sirvió como lugar para prepararse, casi como si estuvieran a punto de ir a la guerra. En parte sí era algo parecido, sólo que sobrenatural.

Dustin y Eddie preparaban los escudos que usarían, aunque eventualmente terminaron jugando y correteando con ellos en las manos. Nancy y Max se encargaban de las armas, según Nancy, debía arreglar una de ellas. Lucas y Erica armaban unas lanzas para Dustin y Eddie, mientras que conversaban entre ellos.

Por último Jade, Robin y Steve se encontraban junto a la caravana robada, sentados en unas sillas desplegables a las afueras de la caravana. Robin y Jade rellenaban unas botellas de vidrio con combustible, mientras que Steve se aseguraba de sellarlas. El ambiente era silencioso en ese grupo, casi como un silencio temeroso, si decían alguna palabra, temían que fuera la última.

Pero Steve no quería que fuera así. Por eso se excusó en el momento dado para poder dejar a las dos chicas solas, y con esperanzas de que pudieran hablar. A pesar de que la iniciativa la tomó Robin, fue interrumpida rápidamente por Jade.

-¿Qué te ocurrió en la tienda?- preguntó Jade sin pensarlo más. Robin levantó la cabeza velozmente, encontrándose con la mirada triste de Jade clavada en ella.

-Vi a Vickie, compañera de la banda.- explicó la rubia sin preocupación.

-Lo sé, Steve me lo explicó.- murmuró Jade, por lo que Robin asintió lentamente.

-¿Por eso estuvieron hablando un rato solos?- Jade negó.

-Sí y no. Al principio esa fue la razón. Pero la siguiente razón fue completamente diferente, y es algo que llevo guardándome desde hace tiempo y no es justo para nadie, sobretodo para ti.- Robin frunció el ceño al escuchar sus palabras.- Ahora que sé como te has sentido y la mierda de carta que te dejé... No fue porque te dejé de querer o algo parecido, Robin.- admitió Jade, dejando de lado todo lo que hacía para darle toda su atención a Robin.- Es porque tengo miedo de que algo nos pase. Cuando comenzaron las visiones no tenía idea de lo que ocurría, pero ahora que entiendo todo... Es mucho peor de lo que alguna vez pude imaginarme.

Robin bajó la mirada, apenada por escuchar la confesión de su novia. No sabía lo vulnerable que le podía hacer sentir, por lo que no se dio cuenta de que algunas lágrimas amenazaban con salir.- Jade... no tienes de que preocuparte.- fue lo único que Robin pudo pronunciar sin que su voz se quebrara a mitad de conversación.- Está claro que en algún momento esto sucedería, estuvimos por mucho tiempo alejadas del peligro.

-Y lo que menos quiero es que nos acerquemos más, míranos.- señaló Jade, agitando las manos hacia los demás chicos que se encontraban esparcidos por el campo.- Nos preparamos para una guerra como si fuéramos profesionales.- murmuró.- Estamos alucinando con todo esto, no somos los más adecuados.

-Pero somos los únicos que lo harán.- le recordó Robin.- Sé que tus preocupaciones son más que válidas, y entiendo que sientas miedo por eso. Culpa por la carta que me dejaste, pero sinceramente, es lo que menos me importa.- admitió Robin, subiendo el rostro de nuevo, acercándose más a Jade para tomar sus manos. Las sostuvo en las suyas, recortando la distancia entre ellas.- Lo que me importa es que tú estás aquí, y que, a pesar de no ser religiosa... gracias a dios no querías terminar conmigo.- el comentario de Robin hizo que Jade soltara finalmente una risilla.- No sabes cuanto significas para mí.- susurró lo último.

Jade no pudo evitar que la sonrisa que amenazaba con emerger de ella, por fin lo hiciera. Soltó las manos de Robin, lanzando sus brazos alrededor de su cuello, rodeándola y acercándola muchísimo más a ella.- Tú también significas muchísimo para mí.- contestó con un hilo de voz que peligraba con quebrantarse. Robin sonrió aliviada, correspondiendo felizmente el abrazo, acariciando un poco la cabellera de Jade.- Derrotaremos a esa cosa.- murmuró la chica, ahora más segura de sí misma.

-Vecna.- comentó Robin risueña.

-Barra, uno.- le siguió Jade.

-Barra, Henry.- finalizó Robin. Las chicas se apartaron del abrazo, sin embargo la cercanía permaneció igual, esta vez hombro contra hombro para terminar de rellenar las botellas de combustible.- Eddie piensa que somos amigas.- musitó Robin de repente.

Jade soltó una risa que terminó sonando como un bufido, seguido de una carcajada. Se giró a ver a Robin, aún reía, la chica asentía, uniéndose a la risa.- No me lo creo en lo absoluto.- respondió Jade.

Robin se encogió de hombros.- Fue como te presentaron cuando estaba en el otro lado.- explicó la rubia.- Pero él.. él parece más inteligente que eso.

-Parece también otra cosa.- añadió Jade difícilmente entre risas. Robin la miró con curiosidad esperando una explicación.- No puedo ser la única que lo piense... Tiene que haber al menos un poco de atracción hacia Steve.- explicó finalmente, bajando la voz para que Steve no oyera la conversación.

-¡Pensé justo lo mismo!- exclamó Robin emocionada, inclinándose hacia Jade sonriente.- Estamos conectadas.- bromeó, aunque con una pizca de genuinidad en su voz.

-Estoy totalmente de acuerdo.- respondió Jade, sujetando la mano de Robin en la suya, entrelazando sus dedos. Las risas cesaron, dejando un cómodo silencio caer entre ellas, intercambiando miradas de vez en cuando.

De pronto el recuerdo de lo que le ocurrió a Jade en la caravana de Eddie, le llegó a la mente a Robin, específicamente cuando la salvaron.- Sabes que lo que se me escapó en la caravana de Eddie, eso fue enteramente cierto, ¿no?- murmuró la chica.

-Más te vale, Buckley.- respondió Jade juguetonamente.- Porque lo mío también lo fue.- admitió sin mucha importancia, tenía claro que Robin lo sabía.- Te amo, Robin.- musitó por último.

Robin le lanzó una última mirada, sintiendo sus mejillas tomar calor, su sonrisa sólo creció aún más.- Te amo, Jade.- Era genuino. No era un "Yo también", que parecía forzada a responderle. Robin no se sentía forzada a decirle nada a Jade, era todo honesto. 

[...]

La caravana se detuvo frente a la mansión Creel. Jade no se dio cuenta de que la linterna que permanecía en sus manos temblorosas, se movía constantemente. No se dio cuenta ni siquiera de que estaba temblando y sudando. Supuso que fue debido al movimiento de la caravana.

Robin la miraba de reojo, analizando sus pequeños movimientos, los que la delataban y enseñaban que estaba nerviosa. Trató de acariciar su mano, dándose cuenta de lo sudorosa que estaba, sin embargo la entrelazó con la suya. El lugar era bastante silencioso, justo como Nancy lo pidió, todo parte del plan.

Max abrió la puerta, lanzando una mirada dudosa a la misma. Una vez que la puerta se abriera, ya no había vuelta atrás. Finalmente salió primera, siendo seguido de Lucas y Erica. Robin se giró hacia Jade enteramente, esperando su reacción. Jade inspiró profundamente, asintiendo. Se puso de pie y caminó hacia la puerta, sentía a Robin caminar justo detrás de ella. Ella y Robin se bajaron completamente, echándole un vistazo a la gran mansión frente a ellos, era la primera vez para Jade, por lo que Robin se imaginó lo que sentía. El edificio era enorme, reflejado por la intensa luz del sol que ahora comenzaba a desaparecer entre los árboles.

La puerta de la caravana fue cerrada por Robin, quien luego rodeó un brazo sobre los hombros de Jade, atrayéndola un poco.- Estás bien, Jade.- afirmó silenciosamente. la joven mencionada forzó una sonrisa para la rubia, asintiendo una vez más. Finalmente avanzando hacia la mansión de los Creel.

Bueno sólo quería que este capítulo fuera el último feliz 💘