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10. JADE, THE VANISHED


Ustedes saben que los amo mucho, no me cancelen por favor 🤕🫶

En fin, bienvenidos al último capítulo:)






"Jade, la desaparecida". 






Cuando los cristales rotos cayeron al suelo, y Jade vio como en el reflejo de uno de ellos, se aproximaba una sombra, esta no perdió el tiempo para salir corriendo de allí. El miedo creciendo dentro de ella, que parecía que le desbordaba del cuerpo. Escuchaba sus gruñidos, sus pasos húmedos e intimidantes aproximándose a ella, no importaba lo mucho que Jade corriera, siempre terminaba sintiéndolo cerca.

Ella se encontró cara a cara con una extraña habitación, la puerta parecía ser la única abierta, por lo que no dudo en cruzarla. Le pareció familiar al principio, y luego cuando logró identificarla, quiso abrirla de nuevo y salir corriendo. Pero Vecna la tenía justo donde quería.





[...]

Lucas corría lo más rápido que podía en medio de la carretera, el sudor recorría su espalda y frente abundantemente. No había encontrado señales de vida hasta ahora, cuando se detuvo en seco al ver un jeep conocido.

El chico maldijo en voz baja, viendo a través del cristal del auto, una mirada familiar, casi insana que reflejaba locura. Era Jason, y no parecía tener intenciones de detenerse. En el asiento del copiloto reconoció a Andy, quien llevaba un maldito bate de baseball en su mano, gritándole a Jason que podía ver a Lucas.

El chico se dio la vuelta, poniéndose en marcha en dirección contraria. Podía sentir como Jason aceleraba el auto, y la cegadora luz de su auto iluminaba el camino entero.

-¡Estás muerto, Sinclair!- espetó Andy, escuchó como el chico se lanzó del auto listo para perseguirlo, pero fue detenido por Jason.

Lucas corrió a través de los arbustos, hasta encontrarse con Robin, Max y Jade. Su pesada respiración apenas lo dejaba pensar y hablar.- Hay que sacar a Jade de aquí.- logró decir.- Jason y Andy están aquí.

-¿Cómo que están aquí?- preguntó Max aterrorizada. Lucas asintió en respuesta, tomando a Jade con ayuda de Robin. Posicionando uno de sus brazos sobre el hombro de Lucas. Sin embargo, Max lo detuvo.- Dame, yo la llevaré, asegúrate de que no entren.- murmuró.

Max y Robin llevaban a Jade colgada en sus hombros. Adentrándose rápidamente en la oscura mansión, subieron por las escaleras que las dirigirían al ático. Max cerró la puerta con seguro, dejando a Jade caer con cuidado en el centro de la habitación, donde ella estuvo antes. Robin se aproximó rápidamente a la pelirroja.

-Max, ¿qué haremos?, ¡no tenemos como sacarla cuando comience a flotar!- chilló Robin desesperadamente.

-Escucha, ya se me ocurrirá algo, sólo espera aquí y asegúrate de que no te escuchen, ¿de acuerdo?-contestó Max, Robin asintió dudosamente en respuesta.

Max se alejó de Robin, dirigiéndose a la puerta del ático, Robin observó como la pelirroja abrió la puerta y se aseguró de cerrarla antes de salir. De nuevo se quedó sola con Jade en sus brazos.

[...]

Jade recorrió la habitación buscando una salida, ignorando las voces que se acercaban a ella. El gran portal a metros de ella iluminaba de rojo la habitación. Se encontraba de nuevo en 1985, en la base rusa. Podía escuchar la voz lejana de Joyce, seguida por la de Murray. Pero ella logró ignorarlas, sabía que él seguía vivo, sabía que no había manera de interferir en la situación.  Jade ignoró exitosamente las voces, buscando una salida de aquel lugar. Sin embargo su mente seguía procesando lo que estaba ocurriendo, la manera en la que estaba reviviendo el cuatro de Julio.

Trató de respirar profundo e ignorar los chillidos que escuchaba a la distancia, pero uno de ellos fue imposible de ignorar. Un grito desgarrador que se hizo más fuerte, como si se aproximara.

No fue el hecho de que escuchaba un chillido aproximándose a ella lo que le asustaba, fue el hecho de reconocer la voz que le seguía ese sonido irritante. La voz de Lara la reconocería a donde fuera, y lamentablemente en ese momento sabía que era ella.

No podía correr más, estaba al borde de la plataforma y si se movía un poco más quería unos cuantos metros. Además su otra opción era el portal, el cual no entendía muy bien cómo funcionaba y si en su imaginación también seguía abierto, no serviría.

Así que si esa era verdaderamente Lara parte de ella sabía que no tenía que tenerle miedo. Pero si también se trataba de Vecna en forma de Lara, sabía que estaba en gran peligro. Por lo que Jade no se movió.

No movió ni un músculo y se dignó a aceptar su destino. Estaba atrapada en un rincón, sabía que sería imposible que los chicos en el otro lado las salvaran, no tenían su canción favorita a la mano y mucho menos estaba cerca.

Tal vez sería ella el gran sacrificio para salvar a Max y a Eddie de aquella maldición.

[...]

Robin  oyó como en el pasillo se podían escuchar gritos y voces reconoces la de Max pero no has reconocido la otra voz una voz masculina no tan gruesa que amenazaba a la pelirroja. Estaba segura de eso y sin embargo no sabía qué hacer, si dejaba a Jade por unos segundos más temía que la chica comenzará a flotar.

Sin embargo lo que colmó la situación fue escuchar que Max caía abruptamente al suelo, así que Robin no perdió ni un segundo más para ir a verla. Dejó solamente caer a Jade cuidadosamente en el suelo y corrió hasta la puerta, echándole una última mirada a Jade antes de abrir y salir.

Se asomó el pasillo del ático y no se encontró a nadie Sin embargo unos segundos más tarde volvió a escuchar la voz de Max soltando un tejido de dolor y pidiéndole a la otra voz desconocida que la dejase en paz.

Robin se próximo velozmente hacia las voces, cuando se encontró Max tirada en el suelo y rápidamente fue opacada por otra sombra. Esta era mucho más alta que ella además de más grande, no tardo en reconocerlo, ya que sabía muy bien quién era. A pocos centímetros de ella se encontraba Jason.

El rubio había cambiado su expresión desde la última vez que Robin lo vio. Ahora parecía un lunático, parece que había perdido la cabeza totalmente. Sobre todo sus ojos, en los que reflejaba la locura, ya que su mirada aparecía propia a la de un asesino en serie. Jason la reconoció y cuando lo hizo frunció el seño preguntando en voz baja que hacía ella ahí también.

Robin fue rápida en ayudar a Max a ponerse de pie, en cuanto lo hizo, la pelirroja salió corriendo hacia el ático y Robin escuchó como cerró la puerta. A pesar de que no tenía planeado que Max saliera corriendo, Robin trató de seguirle los pasos. Sin embargo el rubio fue rápido en atraparla, le jaló del cabello y tiró de ella, apegándola a su cuerpo. Robin saltó rápidamente un quejido al sentir como sus cabellos fueron jalados por el rubio, sintió como su otra mano viajó rápidamente al cuello de Robin tomándola de ahí y apretándole un poco.

-¿Es aquí donde hacen los rituales?- preguntó incrédulo, aunque eso era lo que parecía para Robin, ya que le parecía ridículo que el chico todavía pensara que estuvieran haciendo rituales satánicos.

-No...- respondió Robin con dificultad debido al agarre de Jason que solo parecía intensificarse.

-Entonces, ¿por qué están aquí?- volvió a preguntar el rubio.

Robin sabía que no le creería si le decía la completa verdad además de que sería ridículo hacerlo, ella pensó: "mi novia ha sido poseída por un monstruo de otra dimensión y está en el ático, tenemos que salvarla usando su canción favorita." incluso en su mente parecía ridículo, sonaba estúpido, irrealista pero lamentablemente era cierto.

-Intentamos averiguar qué es lo que mató a Chrissy.-contestó finalmente aunque no totalmente segura, por lo que Jason reconoció su tono de duda

-No hay ningún misterio detrás de su muerte, fueron los raritos de ese club y específicamente ese bicho raro, Eddie.- enervó, poniéndole los pelos de punta a Robin.- Además sé que Sinclair está detrás de esto también, nos traicionó.

-Te lo estoy diciendo con total sinceridad..- trató de contestar Robin.

-¡Chrissy fue asesinada por Eddie con sus rituales satánicos!- Robin se tuvo que detener así misma físicamente para no girar los ojos y mantener la seriedad.

-Jason, si no me sueltas nunca lo averiguaremos con seguridad.- intentó calmarlo.

-Esto es pura mierda, lo único que hay que averiguar es dónde está el maldito bicho raro.- insistió.- Y si tú no me vas a ayudar, eres una pérdida de tiempo.- gruñó por lo bajo, Robin sintió como él no parecía soltar el agarre, y tenía que soltarse para volver con Max. Así que Robin pensó por unos segundos antes de actuar, y tendría que ser rápida, ya que el tipo le doblaba en altura, por lo que Robin soltó un suspiro y le mordió con fuerza el brazo derecho.-¡Maldita zorra!- espetó él, soltando inmediatamente a Robin. La chica salió corriendo escaleras arriba, aunque antes de poder alcanzar el último escalón, Jason la agarró de nuevo.




[...]

Jade observó como Lara se acercaba a ella. No lucía como la que conoció, no era claramente su amiga. Decidió no moverse de la plataforma, ya que su cuerpo permanecía en el borde, y sería demasiado peligroso para ella.

-¿Por qué te fuiste, Jade?- habló la voz de la joven.- ¿no sabes lo mal que lo pasan las personas en Hawkins?- volvió a preguntar. Su voz era distorsionada y extraña, nada como la verdadera.- Como dejaste a Robin sabiendo que algo no andaba bien, vamos, Jade, no eres una buena persona.- finalizó la chica, entrando enteramente en el campo de visión de Jade. Trataba de luchar con sus pensamientos, pero Lara tenía razón sobre lo que decía. Las cosas se complicaron en no creer cuando Lara cambió su forma, esta vez por Robin. Esto agarró a Jade desprevenida, causando que casi cayera de la plataforma que la sostenía, ya al borde de la misma.

-Me dejaste, Jade, me dejaste con una nota de mierda.- habló Robin, su voz quebrándose con cada palabra que pronunciaba. Jade quería salir corriendo y abrazarla, pero pudo contenerlo todo excepto sus lágrimas.- Jade, nos abandonaste a todos.- finalmente Robin se acercó a ella, quedando cara a cara con la chica.- Y una persona como tú no merece estar feliz.- al pronunciar lo último, Jade sintió como su mundo entero se vino abajo. Ver a la persona que ama, a pesar de que no fuera enteramente ella, hablarle de esa manera, sonaba bastante convencida como para ser mentira. Jade soltó un pesado suspiro, intentando acariciar la mejilla de Robin, negando sus palabras. Sin embargo, Robin tomó con fuerza de su muñeca. Jade soltó un chillido de dolor ante la presión.- Y mucho menos merecen estar aquí.

Jade sintió como el suelo que sostenía su cuerpo entero desaparecía, cayendo lentamente hacia el oscuro vacío. Un vacío que se reformaba de nuevo por sí solo, hasta tomar la forma de aquel lugar que vio la noche que fue maldita por primera vez. Unas nubes rojas se formaban en el cielo, cubriendo el vacío completamente. Luego observó como el suelo retomaba forma, esta vez era una rocosa superficie, por la cual fue arrastrada. Entre las lágrimas, que cubrían su borrosa visión, Jade pudo sentir como era movida lentamente por el suelo. No entendía lo que ocurría, cómo llegó allí. Sólo sabía que se sentía indefensa. No podía mover ningún músculo como para liberarse de aquel horroroso agarre.







Robin cayó de espaldas al suelo, sintiendo unas cuantas costillas amenazar con quebrarse por el impacto. Escuchó como Jason murmuraba algo para ella, acto seguido se puso rápidamente de pie, cambiando de posición hacia la cima de la escalera. Un pequeño incentivo para atacar de nuevo en la mente de Robin, fue que se dirigía al ático, y no dejaría que se acercara de nuevo a Max y mucho menos a Jade.

La rubia no sabía que la poseyó en aquel momento, pero la manera en la que se puso de pie, encaminándose hacia Jason, parecía de otro mundo. Robin se aproximó a Jason peligrosamente, tomándolo por la chaqueta verde del equipo de Hawkins, le dio un fuerte empujón hacia la pared, estrellándolo en la misma. Acto seguido, escuchó los quejidos de Jason, pero sabía que sería capaz de regresar y atacarla. Por lo que no perdió más tiempo, fue verdaderamente donde se sintió poseída por una fuerza mayor. Tomó a Jason por la chaqueta una vez más, arrastrándola de ella velozmente por el pasillo. Lo acercó al borde de las escaleras y le lanzó una mirada retadora, a la que él respondió con una risa incrédula.

-Las maricas como tú no hacen esas cosas, Buckley.- Robin sintió una corriente recorrer su cuerpo entero, tal vez fue enojo lo que la poseyó. Pero el simple hecho de tirar a Jason allí mismo le pareció la mejor idea, así que así lo hizo. Robin jaló a Jason hasta el borde, posicionándolo a la perfección, acto seguido le dio un fuerte empujón, para que finalmente él rodara escaleras abajo. Apreció sus quejidos y chillidos de dolor, eran satisfactorios.

Pero rápidamente el recuerdo de Jade le volvió a la mente, por lo que velozmente se dio la vuelta, de nuevo encaminándose al ático. Abrió la puerta con fuerza, cerrándola con seguro detrás de ella. Subió rápidamente las escaleras, casi cayéndose en ellas.

Su corazón dio un vuelco, su sangre parecía dejar de recorrer su cuerpo, cortando la circulación de sus extremidades. La vista frente a ella hizo que sus rodillas temblaran, amenazando con caer frente a Jade, la cual estaba empezando a levantarse del suelo. Max trató de bajarla, pensando que eso ayudaría, pero igual lo intentó porque su mente permanecía en negación. Robin se congeló totalmente en ese momento, sabía que no había nada que pudiera hacer. Caminó lentamente hacia su cuerpo, ahora se encontraba mucho más alto, flotando en el aire, reflejándose en su mirada.

Su respiración se entre cortó con lo que ocurría frente a ella, todos los momentos que pasó con Jade le recorrieron la mente como si de una película se tratara. Desde el momento en que se conocieron, hasta la última vez que la vio consciente. Su vida entera parecía estar terminando frente a sus ojos, y le estaban enseñando un resumen de la misma. Los gritos de Max fueron ahogados en sus oídos, su voz perdida en pensamientos, no le prestaba atención, simplemente no podía. Los ojos de Robin se encontraban adheridos a la dolorosa imagen frente a sus ojos. Como las extremidades de Jade se rompieron una por una. Tan dolorosa que le era imposible quitar los ojos de encima, parecía irrealista, "no está ocurriendo de verdad." 

Pero por mucho que ella intentara negarlo, Robin sabía que era cierto.- "No es verdad, no lo es, esa no es Jade, ella está bien". Pero la voz de Max era un recordatorio de que sí estaba ocurriendo, aquello tan horroroso frente a ella sí era cierto. No era una terrible pesadilla de la cual podría despertar y asegurarse de que Jade estuviera bien.

La película en su mente terminó, su vida había terminado con ella. Por mucho que lo negara, sabía que eventualmente Jade caería al suelo, fuera del trance, y tendría que lidiar con su cadáver. Se apresuró cuando aquello ocurrió, antes de lo esperado, antes de que su extremidad restante se quebrara, su cuerpo cayó fríamente al suelo.

Cayó junto a Jade, buscando que su cabeza se recostara sobre sus piernas, la chica aún respiraba. Robin se dio cuenta de que lloraba como nunca lo había hecho, lloraba desesperadamente, desesperada por buscar una solución y salvar a Jade.- Max, por favor, busca ayuda.- logró decir entre sollozos, la pelirroja, que se encontraba igual de afectada, sólo salió corriendo de la habitación. El cuerpo de Jade descansaba temblorosamente sobre el de Robin, no podía sentir el tacto de su propia novia. No podía verla, apenas la escuchaba.- Jade, por favor, puedes aguantar.- Robin gimoteaba entre el llanto y el desastre que era.- Te lo suplico, Jade.

La joven en sus brazos no lograba sentir las lágrimas que se formaban en sus ojos, manchando de sangre sus mejillas. Robin no podía verla, el color de sus ojos estaba totalmente desaparecido, y en su lugar el horrible grisáceo se encontraba. Además de que la sangre que brotaba al mismo tiempo causaba una terrible mezcla.- Robin...- murmuró Jade con la voz temblorosa, estaba demasiado asustada como para hablar.- No veo nada.- tartamudeó, Robin sintió más lágrimas formarse en sus ojos, un enorme nudo se formaba en su garganta.

Abrazó con fuerza a Jade, presionando su cuerpo hacia ella. Aún sentía su respiración en su cuello, pero bajaba el ritmo.- ¡Max! ¡Max, ayuda!- gritó alarmada, el tono de desesperación haciéndose más que claro en su voz. No recibió ninguna respuesta y su llanto sólo aumentó cuando la respiración de Jade cesó. Buscó su pulso con rapidez pero no detectaba nada.

De pronto percibió como el suelo se movía violentamente, como un terremoto ocurría. Se apegó a Jade con su vida, protegiendo su cadaver. Se dio cuenta de como una pequeña grieta se formaba poco a poco, marcando una línea recta que empezaba debajo de Jade. Rápidamente la apartó con ella, alejándose de aquella grieta que rápidamente comenzó a crecer. El suelo que estuvo debajo de ella se rompió, una enorme grieta se hizo paso por medio del ático, partiendo parte de este por la mitad.

Sin embargo la atención de Robin no estaba puesta en el destrozado ático, su mente seguía reproduciendo la misma imagen de Jade cayendo abruptamente al suelo. Lloraba desconsoladamente sobre su cuerpo, sosteniéndola como si fuera a escaparse. No podía dejarla ir, ni siquiera físicamente.

La película no había terminado simplemente se había quedado atascada. La gran acompañante de su vida ya no estaba, así que la película definitivamente estaba atascada. Su vida estaría atascada de ahora en adelante. Sin manera de avanzar o regresar, Robin tendría que lidiar con aquello.



Las luces rojas y azules cegaban su vista, siendo empujada por Max cuidadosamente para salir de la casa. "Alguien se encargaría de Jade, estaría bien", se repetía mentalmente mientras salía por fin de la mansión. Ahora se dio cuenta que no sólo la mansión fue destruida, sino que aquella grieta se expandió por toda la calle y probablemente por todo Hawkins.

Con la mirada pegada al suelo, Robin tomó asiento al borde de una ambulancia. Sus lágrimas estaban secas, sentía que ya no podía llorar, que ya lo había dejado salir todo junto a Jade.

Escuchó a la lejanía unas ruedas golpear levemente el suelo, llamando su atención rápidamente al ver como los paramédicos empujaban una camilla velozmente, subiéndola en una ambulancia, luego perdiéndose entre la carretera. A pesar de haber desaparecido de su vista, Robin seguía observando la calle vacía por donde se fue el vehículo. Por donde pasó Jade. Viva o no, Jade pasó por allí.

Estaba segura de que lucía como la misma mierda, que sus ojos estaban tan hinchados que parecían cobrar una nueva forma, que estaban tan rojos como la propia sangre en sus manos. Sabía con seguridad que no podría dormir hasta que el recuerdo de su mente desapareciera, hasta que la película decidiera avanzar una vez más.

-Robin, ¿estás escuchando?- la voz del paramédico parecía lejana, casi ahogada. Robin levantó la mirada del suelo sin importancia alguna, observando al hombre que intentaba comunicarse con ella.- ¿Sabes dónde están tus padres?- preguntó finalmente, Robin negó lentamente. Cómo podría saber dónde están sus padres si no sabía qué haría.

Afortunadamente el paramédico tuvo que retirarse, dejándola junto a Max. No se habían dicho ninguna palabra desde que la chica salió corriendo de la habitación a buscar ayuda. Pero tampoco querían palabras, qué palabras exactamente pudiera decir Max en aquel momento para hacer que Robin dejara de sufrir. Robin estaba devastada y prefería el silencio antes de tener que conversar.








[...]


-Con gran fuerza y valentía la chica se lanzó a la aventura, hambrienta de venganza y ebria en la victoria. Su nombre sería famoso ante todos los hombres que la juzgaron.- La voz de Robin parecía sorprendentemente alegre, leyendo el relato que se encontraba en su manos.- Ellos conocerían a Jade, la desaparecida.- finalizó de leer Robin. Su voz se volvió un susurro que poco a poco terminó por desaparecer. Bajando la mirada para no tener que encontrarse a Jade, su corazón sentía un gran dolor punzante cuando lo hacía. Robin no tenía claro si ella podía oírla, pero una pequeña parte de su alma rogaba que fuera así, que su Jade siguiera allí dentro, a pesar de que su cuerpo estuviera destruido, que su alma siguiera intacta.

"Conocerían a Jade, la desaparecida", Robin se fijó que la oración ya no tenía sentida, Jade no estaba desaparecida. "Conocerían a Jade, la difunta". Robin suspiró pesadamente, dejando de lado su libreta, llena de todas las historias que había escrito junto a Jade.  No sabía leer la verdad, que Jade no estaba. Que tal vez no la volvería a ver nunca más. Ese dolor punzante crecía, se apoderaba de ella. Era insufrible.

La amaba demasiado y verla de esa manera le dolía tanto. No estaba en negación, simplemente no podía aceptar mirarla. No era asco o disgusto, era que sentía que se moriría cada vez que la observaba, llena de tubos y yesos que intentaban en vano restaurar sus extremidades. Robin se maldecía por haber hablado aquella noche. Ahora la culpa permanecía sobre ella. Ahora su vida era como esas películas donde no hay sentido si la protagonista ya no está, Robin se sentía vacía.

Se sobresaltó al sentir el tacto de Steve sobre su hombro, dándole un ligero apretó, causando que se girase a verlo. Los ojos tristes de Robin se habían vuelto los más comunes, ahora era eso y nada más. ¿Cuándo fue la última vez que la vio sonriente? La tristeza se había apoderado de su alegre amiga.

-Saldré por un momento.- informó Steve en voz baja, dándole una pequeña sonrisa de lástima. Sonrisa que Robin ignoró y sólo asintió sin decir ni una palabra. No tenía nada que decirle, sólo quería paz.

Cuando escuchó la puerta cerrarse, su mirada regresó a Jade, no estaba seca, sentía más lágrimas aproximándose hacia ella.- Ojalá pudieras leer la carta que Max te dejó.- musitó la joven.- Te gustaba tanto leer..- soltó un sollozo y se sintió patética al hablarle a alguien que no escucharía sus lamentos.- Sólo espero que si estás allí adentro, puedas escucharme, espero que regreses, lo deseo como nunca he deseado algo en mi vida.- entre gimoteos y sollozos, Robin logró observar su rostro, su dañado y hermoso rostro.- La película continúa pero ya pierde el sentido, Jade.- agregó en voz baja, sosteniendo su mano, su tacto era frío y áspero.- Perdió sentido porque tú no estás en mi vida, y sólo desearía que regresaras a ella.- rogó, su voz se quebrantaba con cada palabra que pronunciaba.- Te amo.- finalizó susurrando.

Robin sentía como una nube se aproximaba a ella, la tristeza se apoderaba de su mente, ya que sabía que su lugar feliz era Jade, sólo que no la Jade que se encontraba frente a ella, llena de tubos para permanecer con vida. Su lugar era la Jade que estuvo junto a ella durante sus momentos más difíciles, que la ayudó a descifrar códigos rusos, que le dejó una carta de mierda, pero que aún así regresó a ella. Que creó una enorme preocupación en ella, y a pesar de eso, le aseguró su amor sin dudarlo ni un segundo. La chica con la que salió con vida del centro comercial, a la que consoló en sus peores momentos. Todo eso hacían de Jade el único lugar que Robin alguna vez llamaría hogar. Ese era su lugar feliz, y no conocería la felicidad si no estaba con Jade, la desaparecida.

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