I walked her home, for the last time
En el momento en el que escuchó a sus amigos entrar al baño lo único que pudo hacer fue subir sus pies para que nadie notara sus pequeñas zapatillas negras, pero la verdad es que no pudo hacer mucho para detener su llanto y eso ocasionó que Yixing abriera la puerta del cubículo donde se encontraba escondida. El extranjero se puso de rodillas frente a ella de inmediato e intentó hacer que la chica lo mirara a los ojos pero ella se resistió.
—No puedes entrar al baño de niñas, estúpido —le dijo intentando sonar ruda pero sus intenciones se deshacían en llantos.
Yixing ignoró sus palabras e intentó hacer que la menor descubriera su rostro pero todo lo ganó fue un golpe en sus manos y esa fue la gota que derramó el vaso de la paciencia de Yin, quien apartó a su novio y tomó a Baekhee por el brazo sin importarle que llorara con más fuerza. La delicadeza no era una de sus virtudes pero todo lo que quería era ayudar a su amiga.
—Siéntate —le pidió y Baekhee no le hizo caso lo que ocasionó que Yin comenzara a sacudirla hasta que la más bajita obedeció, sentándose en el espacio que había entre cada lavamanos.
—Anda, deja de llorar ya —dijo Yin, más en forma de advertencia y viendo seriamente a la pequeña Baekhee.
Desde atrás Jongdae observaba con miedo a Yin y Yixing simplemente la observaba como de costumbre, como si fuera un tesoro.
—Tu novia da miedo —le susurró Jongdae al chino y este negó.
—Pero si es tan dulce como el olor de un campo de flores, delicada y preciosa.
—Loco —masculló Jongdae y se acercó a Baekhee y Yin.
La rubia más bajita seguía llorando y frotando sus ojos, rompiéndo el corazón de todos sus amigos con sus sollozos. El de sonrisa felina alejó a Yin y con cuidado tomó las manos de Baekhee entre las suyas, con él Baekhee si se dejaba hacer porque no podía decirle que no a nada que su mejor amigo quisiera.
Jongdae acarició con sus pulgares las manos pequeñas de Baekhee hasta que ella pudo parar de sollozar y logró hacer contacto visual con él. Sus ojitos cristalizados haciendo que la siempre eterna sonrisa de Jongdae estuviera por desvanecerse.
—Debe ser que esa horrenda boina roja te aprieta la cabeza y te duele, ¿es por eso que lloras, cierto? —preguntó Jongdae intentando sacarle una sonrisa.
No lo logró, pero Baekhee apreció el esfuerzo de su amigo y se lo hizo saber con un apretón de manos, no tenía ganas de hablar.
—Ash, ojalá hubiera sido yo de quien te hubieras enamorado —dijo Jongdae, intentando con otra pequeña broma porque en realidad eso era lo que se le daba bien.
—Pero es que tú tienes pene —chilló Baekhee y comenzó a llorar a moco tendido sobre el hombro de Jongdae.
—Lo siento por eso —dijo el chico mientras comenzaba a acariciar el cabello de su mejor amiga.
Yin se situó a un lado de Yixing y le tomó la mano, ella estaba siendo dura con su mejor amiga pero no sabía como expresarse bien cuando la veía sufrir tanto y es que era desde hace tiempo y se sentía tan impotente de no poder ayudar a su amiga a sanar su corazón que terminaba frustrada con todo.
—¿Por qué hoy está más sentimental nuestra pequeña Baekhee? —preguntó en un bajo susurro en chino Yixing.
—Se supone que hoy estarían cumpliendo tres años de relación —respondió Yin viendo como Baekhee se aferraba a Jongdae.
(...)
El momento que llevó a Baekhee al punto de quiebre ese mañana fue cuando entró al pasillo donde se encontraba su casillero, claro que ella ya estaba triste y nostálgica pero ese segundo que duro su encuentro con Kyungmin la destrozó por completo.
Ni siquiera fue un encuentro pero ese momento en el que iba caminando y Kyungmin venía de frente hizo que todas sus emociones estallaran en su interior, por un segundo estuvieron una al lado de la otra y con su rostro dolido Baekhee no pudo evitar voltear para ver la cara de Kyungmin, sonriente y resplandeciente. En ese momento, donde sus manos estuvieron a un minúsculo movimiento de rozarse, en ese simple momento los pedazos de su corazón roto se sacudieron y dejó de caminar para ver como Kyungmin seguía con su camino, como si nada nunca hubiera pasado entre ellas y como si un ferviente deseo de volver a tocar su piel no se le pasara por la cabeza ni un segundo. Ella era feliz, tan feliz como cuando estaba al lado de Baekhee, ella seguía feliz, como si nada hubiera pasado mientras Baekhee sentía todo lo malo que una persona puede sentir a causa de un corazón roto.
—¿Por qué duele tanto? —le preguntó Baekhee a Yin después de recordar lo que había sucedido ese día de escuela al ver a Kyungmin.
—No lo sé, cariño —respondió sinceramente su mejor amiga mientras terminaba de arreglar su maquillaje—. Pero será temporal, una chica tan linda como tú no debe estar llorando por chicas como Kyungmin —advirtió y luego buscó la mirada de su amiga a través del espejo—. Levántate a otra, vamos, acuéstate con JoonAh, ella es caliente.
—¡Wu Yin! —gritó Baekhee mientras le arrojaba una almohada a su amiga, lo que hizo que se pintará medio rostro y no sólo la boca—. No te puedes acostar con alguien si no lo amas —la regaña, con las mejillas encendidas por las barbaridades que decía su amiga.
Unos golpes a la puerta interrumpieron las quejas de Yin por lo que Baekhee había ocasionado en su rostro.
—¡Pase! —permitió la menor.
—¡Baekhee! —se quejó Yin, se suponía que estaban en su habitación no en la de la menor.
Un sonriente Yixing pasó a la habitación, llevaba un helado en una mano y se quedó viendo fijamente a su novia.
—¿Esa es la moda? —preguntó pasando su mirada por la línea de labial en la mitad del rostro de su novia— ¡Te ves preciosa!
—¡Yixing, no es ninguna maldita moda!
—Aún así te ves preciosa, siempre te ves preciosa —comentó risueño y el mal humor de Yin se esfumó.
La mayor acabó de limpiarse la cara y se levantó pasa estampar un beso en los labios de su novio. Baekhee los veía mientras hacía un puchero. Luego se comenzó a quejar bajito para que la pareja por fin se separara.
—¡Casi lo olvido! —exclamó Yixing separándose de forma abrupta de los labios de su novia—. Te traje un helado, Baekhee —dijo pasándole el frío postre.
—¿Y a mí? —preguntó Yin fingiendo celos.
—Yo no te he roto el corazón, no tienes que comer helado —comentó triste y Yin lo tomó por rostro una vez más.
—Eres muy puro, mi amor —dijo dándole otro pequeño beso—. Mejor vamonos porque si mi padre te encuentra aquí te mata. Además, seguramente Jongdae ya nos debe estar esperando en la pizzeria.
(...)
A medida que se iban acercando a la entrada del local podían ver al bajito de Jongdae saltando y llamando la atención de todos, aunque seguramente trataba de llamar sólo la atención de ellos pero es que su forma de ser era tan... Tan Jongdae.
—Son unos desconsiderados, los odio. Pensé que me iban a plantar los tres en el día de los enamorados —se quejó en voz muy alta haciendo puchero y Yin lo golpeó en la cabeza.
—Deja de llamar la atención, por Dios, comportate, ¿cuándo tu madre te sacó de la perrera no te enseñó modales?
—Yin —le llamó la atención Yixing.
Baekhee estaba muerta de la risa así que la extranjera ignoró el llamado de atención de su novio. Estaba feliz de haber hecho reír a carcajadas a Baekhee.
—Preciosa, ponle la correa a tu cita de San Valentín antes de que arme otro alborto —le dijo Yin a su mejor amiga y Baekhee siguió riendo mientras entrelazaba su brazo con el de Jongdae.
—Cállate Yin, molestas a mi preciosa cita de San Valentín.
Baekhee miró a sus amigos y se puso sería por un momento pero con una pequeña sonrisa escapandose de sus labios en los costados. De verdad que tenía amigos preciosos que debía valorar con cada centímetro de su corazón roto. Ahí junto a ella estaba su Jongdae, con su alegría al máximo como siempre y fingiendo ser su cita de San Valentín, por otro lado, Yin y Yixing habían cancelado sus planes originales de San Valentín para estar con ella y animarla. Tal vez le estaba costando demasiado reparar su corazón roto pero sus amigos estaban haciendo un buen trabajo por ella y la amistad de verdad que era un buen remedio para calmar en dolor que le había dejado el terminar con Kyungmin.
—Me sentiría más cómoda si te parecieras a Joy de Red Velvet, pero eso sería pedir mucho —le dijo a Jongdae y este se soltó de su agarre.
—¡Yo puedo! —exclamó el chico y justo ahí frente a todas las personas comenzó a intentar bailar Bad Boy hasta que Yin lo golpeó otra vez.
—Baekhee, tu mascota me avergüenza —comentó con su malicia de siempre.
—Yin, preciosa, deja de llamar a Jongdae mascota, todos se nos quedan viendo —le dijo Yixing bajito en el oído y su novia lo miró consternada.
—¿Yo soy la que hace que se nos queden viendo? ¿Yo? Eres increíble Yixing.
—Gracias por decirlo, mi amor, por eso te amo —le dijo risueño Yixing sin entender de verdad lo que su novia quería decirle.
La chica alta soltó un suspiro y dejó un sonoro beso en la mejilla de su inocente novio.
—De verdad que eres increíble, Yixing —repitió esa vez con dulzura.
—Entremos de una vez, muero de hambre, siento que podría comer dos pizzas yo solito —dijo Jongdae y arrastró a Baekhee hasta el interior de la pizzeria.
—Toda una mascota —masculló Yin y tomó la mano de su bonito novio para ingresar detrás de sus dos amigos.
Pasaron un buen rato mientras esperaban por la comida, Jongdae no dejaba de hacer pasayadas que colocaban a Yin de mal humor, aunque ella siempre estaba de mal humor así que eso no era nada nuevo, Yixing le robaba besos cada dos por tres para devolver la sonrisa al rostro y Baekhee no paraba de reír. Pero los buenos minutos no se hicieron más largos ya que un silencio sepulcral se instaló en la mesa cuando todos vieron como Kyugmin llegaba de la mano con una muchacha pelirroja muy alta. Baekhee sintió que el mundo se le caía encima en ese momento. Su mente estalló en recuerdos y sobre su mano podía sentir eso que solía sentir cuando Kyungmin la tomaba de la mano o cuando la tocaba donde fuera pero aunque sentía con precisión la sensación en su piel no podía hacer que se grabara en su mente, no podía mantener una descripción y sabía que era porque más nunca Kyungmin la iba a tocar con el amor de antes.
Se estaba abrumando por los recuerdos de sensaciones, de memorias de palabras y de las imágenes que veía de Kyungmin en ese momento mientras tomaba la mano de otra chica. Sin pensarlo mucho se levantó y con rapidez caminó en dirección a los baños de la pizzeria.
Jongdae y Yixing se levantaron pero la muchacha extranjera hizo que los chicos se volvieran a sentar.
—Estamos en un restaurante, aquí no se van a meter al baño de chicas, yo me encargo —les dijo y con la misma rapidez que Baekhee se fue al baño.
Al entrar al baño se encontró con Baekhee secándose las lágrimas frente a un espejo. Miró a sus alrededores y notó que había mucha gente para su gusto.
—Todas, fuera de aquí —pidió y aunque nadie la obedeció pero se le quedaron mirando tuvo que volver a repetirlo—. Fuera de aquí, o las saco yo.
Con la segunda advertencia si hicieron caso porque de verdad que el rostro serio y frío de la mayor daba mucho miedo. Una vez que todas estuvieron fuera menos ella y Baekhee se aseguró de cerrar la puerta del baño y después tomó a Baekhee en un abrazo.
La menor se quedó estática mientras su mejor amiga acariciaba su espalda. De verdad que no lo soportaba, no quería seguir llorando pero Kyungmin traía todos sus recuerdos. De verdad que no podía entender la indiferencia de su ex novia, quien estaba bien mientras ella se encontraba destrozada. No quería seguir así, ella también quería superarla pero el hecho de que Kyungmin la hubiera superado tan rápido solo hacía que su corazón doliera más y el significado de sus recuerdos se rompiera dentro de su cabeza que tanto los atesoraba, los sentimientos se le inyectaban con la indiferencia y perdían su sentido, todo quebrandose dentro de su cabeza, preguntándose si la realidad de las cosas y si lo que estaba en su cabeza era diferente a la realidad que experimentaba Kyungmin dentro de la suya. Era un desastre, no entendía nada, no entendía como estar bien, no entendía el verdadero valor de sus recuerdos, no entendía sus pasados sentimientos ya, solo entendía que todo le dolía.
—Nos podemos ir si quieres, cariño —le susurró Yin en la oreja y Baekhee se despegó de su pecho.
Miró a su amiga entre las lágrimas, la preocupación era notable y eso hacía que su corazón se apretara más dentro de su pecho así que con todas las fuerzas que tenía secó sus lágrimas y negó. Se alejó de la mayor y se miró en el espejo. La ruptura estaba consumiendo lo que era ella, y ella se creía que no era nadie sin él amor de Kyungmin... Claro que era alguien, solo se habían llevado un pedazo de su corazón, como le pasa a todos, solo que ella seguía cargando esa boina apretada que alguna vez su ex novia le había dado, era metafórico y triste, significaba que le costaba demasiado pasar de página. Tal vez se estaba aferrándo a la idea de no cambiar, de esperar a Kyungmin.
Y vaya que la recibiría en sus brazos si ella decidía volver. Pero ya no creía que la tenía que esperar... Tal vez era tiempo de sacarse la boina que cargaba de aquí para allá con todo la tristeza. Tal vez era tiempo de cambiar e impedir que sus rotos sentimientos siguieran resbalando de sus manos una y otra vez. Todo dolía, no entendía como superar exactamente todo ese dolor, pero quería cambiar.
Después de todo estaba consciente de que era una adolescente aún, estaba consciente de que tenía amigos sanando su corazón por ella y estaba consciente de que la indiferencia de su ex novia la molestaba más que entristecerla y la creía mala mientras la seguía anhelando y eso era un contradicción en su pecho que era solo un obstáculo para no comenzar a avanzar.
Era solo una triste adolescente con el corazón roto, con una mente ruidosa y muchos recuerdos en ella haciendo eco.
—Todavía quiero a Kyungmin con cada trozo de mi corazón, ¿sabes? —le preguntó a su mejor amiga y esta asintió—. Pero quererla no significa que tenga que quedarme en un estado de ruptura por siempre; la voy a seguir queriendo aún si dejo su recuerdo atrás, hasta que en algún momento tenga que voltear y ya no pueda sentir su recuerdo —le costaba decir las palabras que se estaban arremolinando en su garganta, pero tenía que decirlas, escucharse, volver todo un poco más real—. La puedo seguir queriendo muchísimo mientras aprendo a dejarla de querer. Es tiempo de cambiar, que el dolor solo me motive a cambiar, ¿La puedo seguir queriendo mientras aprendo a olvidarme de su roce y sus mano en mi espalda y sus palabras acariciando mi corazón? La puedo seguir queriendo...
Yin miró profundamente a su mejor amiga. Tan delicada y fuerte a la vez, madurando frente a sus ojos de forma valiente, con las lágrimas quedándose estancadas en las esquinas de sus ojos mientras sus palabras salían rotas pero con impacto. Tomó la mano de su mejor amiga y le regaló un beso en la coronilla, estando orgullosa de ella.
—Se supone que yo soy la más inteligente y madura entre ambas, sigue siendo mi pequeña mejor amiga por siempre —le pidió y Baekhee le sonrió a través del espejo.
—Entre las dos, en lo único que me ganas es en amargura Yinnie.
La mayor soltó la mano de Baekhee y se dio la vuelta, quejándose falsamente.
—Mira lo que dices, has pasado demasiado tiempo con la mascota que es Jongdae, hablas como él. Hay que conseguirte una mascota nueva.
La pequeña soltó una risa que acabó en sollozo y abrazó a su mejor amiga por la espalda.
—Te quiero Yin.
—Yo también —respondió dulcemente la mayor—. Pero en serio, si te quieres ir podemos hacerlo.
—No te preocupes, ustedes son quienes tendrán toda mi atención, son quienes de verdad me quieren y me hacen felices —dijo la pequeña y se dirigió hacia la salida con su amiga para por fin dejar el baño—. Además, Kyungmin vino con Chanmin solo por hoy, no es como si se fueran a casar, créeme, conozco a Kyungmin y la revoltosa de Chanmin es su antítesis.
—Uno nunca sabe, simplemente no pienses en eso.
La menor asintió a las palabras de su mejor amiga y cuando tomó asiento con ella otra vez en su mesa sintió la mirada de los chicos encima de ella casi de inmediato. Jongdae le tomó la mano por debajo de la mesa y Yixing le regaló una muestra de sus profundos hoyuelos.
—¿Quieres que vayamos a otro lugar, Baekhee? —preguntó el extranjero y la menor negó y le regaló una pequeña sonrisa, que le costaba formar pero que era sincera.
—Está bien, estaré bien, no estaré mal —les hizo saber y Jongdae presionó su mano.
—Te lo dije Yixing, seguro tu novia está enferma del estomago y por eso se tardaron tanto.
Yin apuntó a Jongdae y el chico se encogió de hombros.
—Baekhee, controla a tu cachorro híbrido entre pikachu y chihuahua.
La menor soltó una risa bajita y lo único que hizo fue acariciar el cabello lleno de rizos de su amigo, luego juntó su meñique con el de Yixing y por último le guiñó un ojo a su mejor amiga. Tal vez no tenía ya a su novia y dulce confidente, pero estaba segura de que el amor de sus tres amigos le curaba esa soledad interna que dejó Kyungmin.
—Los amo demasiado —les dijo y luego suspiró—. Creo que es tiempo de cambiar.
Todos se sintieron conmovidos, incluso Yin cerró los ojos por un momento para recomponerse del dulce tono de Baekhee, pero rápidamente una sonrisa se extendió en su cara y los volvió a abrir.
—No seas tan cursi eww, Baekhee, vamos a comer.
—Te amo —le dijo Yixing, probando así la moral de su noviecita.
Claro que ella se dio cuenta de lo que hacía su novio pero no podía no responder a sus te amo así que tomó su mano y después de darle un pequeño beso en la mejilla le susurró un yo también que le provocó falsas arcadas a Jongdae.
—Yin, vamos a comer eww —dijo imitandola y cómo la recta señorita que era la extranjera, le respondió gruñendo.
—Concentrate en rascarte las pulgas, Jongdae.
Baekhee estaba divirtiendo a su dolor en ese momento para sanarlo pero casi sin querer miró hacia la mesa en donde estaba Kyugmin con su cita, por cosas del destino sus ojos se cruzaron con sinceridad luego de mucho tiempo y la pelinegra le regaló por primera vez en mucho tiempo una sonrisa, algo lastimosa pero sin malas intenciones, también le regalo un pequeño saludo y Baekhee lo supo todo. Era el mundo diciéndole que iba a estar bien, que estaba cerrando una etapa, que era hora de cambiar, tenía que dejar ir el resentimiento y la tristeza.
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