Tengo entendido que el primer amor es una experiencia linda en la corta vida de un adolescente y que todos sienten la dichosa  sensación de tener mariposas en el estómago.

Al menos ese es el típico cliché que nos cuentan en las series o en los libros que nos gusta leer, porque en la realidad el primer amor para muchos es una experiencia dolorosa así como me sucedió a mi.

Me enamore de mi mejor amigo, el joven idiota popular que iba en segundo de preparatoria.

Lo volví a ver cuando ingresé a primer semestre, esperándome ahí,  parado en medio del pasillo mirándome como si hubiera visto al omega de sus sueños con las feromonas en todo su esplendor para llamar mi atención y decirme que se había presentado como un alfa macho territorial. 

Camine por un lado de él sin voltearlo a ver, sonriendo como un bobo cuando escuche una queja de sus labios.

—¡YoonGi! —exclamó mi nombre. En ese tiempo amaba como se escuchaba en sus labios— ¡Puedes parar, por favor!

No le hice caso y seguí caminando, perdiéndome entre los cuerpos esparcidos por el pasillo.

¿Por qué no me detenía?

¿Estaba enojado?

No.

Lo que sucedía es que me había presentado ayer y a mi omega le gustaba él como su alfa. 

Escuche sus pasos detrás de mí y aspire inconscientemente su aroma a pino con agua de mar. Me detuve en una esquina y retrocedí sobre mis pasos ocasionando que chocara contra su pecho.

—No te acerques, por favor —le dije suplicante al sentir el lubricante pegajoso resbalar entre mis piernas.

¡Demonios!

El no hizo caso y se acercó.

—¿Por qué me estás ignorando? —preguntó colocando sus manos sobre mis hombros esparciendo caricias suaves.

Traté de quitar sus manos de mis hombros moviéndome, pero tan solo al hacer ese movimiento él se volvió más posesivo sobre su agarre. 

Me estaba costando controlarme y no dejar salir al omega necesitado dentro de mi.

—Escucha… no te estoy ignorando —le contesté susurrando—. Lo que sucede es que me presenté como un omega el día de ayer y hoy estoy en celo.

Grave error.

Había hecho que se despertara su lobo interior, lo digo porque sentí como su respiración se volvió irracional y como sus uñas se encajaban en la piel desnuda de mis hombros.

—¿Por qué no me lo dijiste antes? —preguntó con voz ronca.

—No tenía por qué decírtelo —voltee a verle a los ojos estando a la defensiva por cuidarme.

Jimin hizo aún más fuerte su agarre.

Me estaba lastimando.

Sin embargo, ante las miradas curiosas, sentí que me acercaba más a su espacio personal abrazándome y enterrando su cabeza en mi cuello para aspirar directamente de la glándula de mi aroma a mora con mandarina fresca.

Estaba gruñendo satisfecho, o eso es lo que quería creer.

—¿Qué estás haciendo Park?

Alce la mirada y pude ver a un hombre parado con la ceja levantada y los brazos cruzados en su pecho.

¡Nos hemos metido en problemas! 

Las cosas no salieron bien después de que el director llegó para ayudarme. Jimin se puso a la defensiva y comenzó a atacar mientras repetía locamente que yo era de su propiedad. 

Tuvieron que inyectarle un calmante para después mandarnos a ambos a la enfermería de la escuela esperando a que uno de nuestros padres llegará por nosotros.

¡Gran idea!

Íbamos a resultar regañados, yo lo sabía.

Jimin despertó de su sueño eterno y lo primero que hizo fue mirarme angustiado.

—¡Dime que no te he hecho nada! —exclamó sentándose de golpe en la camilla.

Me alejé de él y comenzó mi carrera de actor dramático .

—Me has mordido en el cuello… —mentí tapando mi cuello con la sudadera que me prestaron— ¿Por qué lo has hecho?

Jimin se puso pálido como un fantasma con los ojos desorbitados por el susto.

—¡Oh dios! ¡Dime que no es cierto! —exclamó exagerando.

Por dentro me estaba muriendo de la risa por su terrible inocencia.

—Es la verdad, me has mordido —lo mire a los ojos estando serio.

Él bajó su mirada avergonzado evitando mi mirada. 

—Lo siento… yo no… —se quedó callado cuando solté la carcajada— ¿De que te estás riendo?

Me reí mucho más fuerte.
No podía hablar y me dejé caer al suelo.

Extrañaba estos momentos. 

Dejé de reírme y me levanté del suelo para poder responder.

—Es que tu en verdad te lo creíste.

—¿Como? —levantó una ceja—¿No es verdad lo que me acabas de decir?

—No…

Jimin se levantó completamente de la camilla con el ceño fruncido. Se había enojado.

Nuestra primera pelea estaba a punto de comenzar. Jimin era de un temperamento fuerte y no soportaba las bromas.  

—¿Cómo puedes ser de esa manera? —se acercó a mí reprochándome— Creí que había arruinado mi vida.  

Soltó un suspiro al decir las últimas palabras.

Mi boca se abrió de par en par sin poder creer las palabras que había dicho.

—¿Arruinado tu vida? —le pregunté usando sus mismas palabras. Sentí que mi corazón se partía en pequeños pedazos mientras el lobo dentro de mi bajaba las orejas—. No eres el único al que se le hubiera arruinado la vida, la mía también se habría arruinado y todo porque no sabes controlar a la fiera encerrada dentro de ti.  

—¿Disculpa? —cruzó los brazos—. Tu eres el que debió de cuidarse y no andar en la calle después de haberte presentado. ¡Debiste haberte quedado en casa!

—¡Oh claro! —le dije con ironía—. Se me había olvidado que los omegas somos los que se deben cuidar de que el primer alfa que los huela les salte encima aunque traigan puesto un supresor. ¡Perdón por ello! —le gritó en la cara— Aunque déjame decirte una cosa… ¡Deberías de dejar de pensar con la cabeza de abajo!

Me volteé sobre mis pasos alejándome de él antes de que el imbécil de mi omega tomará las riendas y tratara de arreglar el problema.

Jimin era un idiota sin cerebro.
Siempre lo había sido.

Publicado:

29/6/2023

Palabras:
500

Espero les guste... ♡