More than a Christmas wish
♡ Especial navideño
Por cuestiones Louis no puede viajar a casa de su familia para navidad, esperaba estar solo ese día pero un pequeño rizado lo invita a pasar las navidades con él y su padre. Tal vez Louis se lleve más de lo que deseo.
Tag: m-preg, Harry padre soltero, Harry siendo llamado mami.
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—¿Puedes repetir lo que has dicho?
Su madre deja escapar un tanto enfada y decepcionada. Louis lo está más, está irritado, enfadado y frustrado de que los planes que tiene todos los años se hayan caído en pedazos en cuestión de segundos y que todo esto se deba y sea culpa de su jefe. Le ha pedido que esté presente en una junta importante y que esta en riesgo la empresa y su empleo. Él habría mandado a la mierda todo si no fuese porque en verdad necesitaba ese empleo y porque ama trabajar ahí, no es tan sencillo como los pensamientos y deseos de su cabeza lo hacen ver. Tan pronto como salió del trabajo fue a reservar un boleto de avión para dos días antes de navidad, su sorpresa fue que no había boletos para un vuelo, ni siquiera para el mismo día y Louis lo sabía, sabía cómo se ponen las aerolíneas, por esa razón compra sus boletos antes para evitarse este inconveniente.
Simplemente no hay forma de que llegue a casa antes de la Navidad y su cumpleaños, lo cual es decepcionante y triste porque no quiere pasarla solo en su triste y aburrido departamento, posiblemente con comida recalentada o comiendo pizza en su sillón. Y sabe que Niall y Zayn ya han salido de viaje y no estarán en la ciudad para acompañarlo.
Deja escapar un suspiro a punto de volver a repetir lo que ha dicho, pero antes de que las puertas se cerrarán por completo una mano las detiene y ve a Harry sonreírle suavemente y tomar de la mano a Andrew, una réplica casi exacta del rizado. Ojos verdes grandes y expresivos, ricitos cortos dorados cayendo por su frente y mejillas sonrojadas la mayor parte del tiempo por el clima. Se fija en Harry y en como deja las bolsas en el suelo y se agacha hacia su pequeño hijo de cuatro años y le arregla la ropa para cerciorarse de que no pueda contraer gripa.
A este punto Louis ya ha olvidado lo que iba a decir y de lo que estaba hablando con su madre. Demasiado inmerso en mirar cada pequeño detalle de su vecino, desde esos rizos desprolijos y revoltosos, hasta ese grande abrigo y la bufanda alrededor de su cuello.
—¿Cariño, estás ahí?—la voz de su madre lo saca de sus pensamientos.
—Sí, sí—ríe nervioso. Harry se levanta mirándolo curioso y luciendo tan cómodo y abrigado—. Lo siento me distraje.
Baja la mirada cuando Harry ríe divertido. Simplemente, cuando está Harry en el mismo espacio que él se olvida de todo a su alrededor. Y es que ha estado enamorado de Harry desde hace ya un tiempo, tal vez incluso la primera vez que lo conoció, pero pensar en eso es un poco loco. Fue cuando estaba mudándose al edificio, él tocó la puerta luciendo amigable y algo emocionado. Se le fue la respiración cuando lo vio, con esos rizos largos cayendo en sus hombros y esos grandes ojos verdes, fue decepcionante ver a un pequeño niño de tres años asomando su cabeza de entre las piernas del rizado. No le tomo mucho tiempo saber que solo eran ellos dos, solo Harry y Andrew y le tomo tres meses para saber parte de la historia.
Desde ese entonces, Harry lo invitaba a tomar el té y comer galletas e incluso a veces cuidaba de Andrew cuando Harry tenía que ir a comprar cosas o a veces él los invitaba a cenar. Era demasiado fácil enamorarse de él, y ayudaba a qué sus departamentos estuviese en frente del otro que se encontraban con regularidad.
—¿Entonces no vendrás para navidad ni tu cumpleaños?
—No. Intenté reservar un vuelo y no hay forma de que se esté ahí, pero haré lo posible para estar llegar antes de año nuevo y pasar tiempo con ustedes—intenta animar, pero el mismo está igual.
—Louis—baja la mirada cuando siente que lo jalan de la ropa.
Harry abre los ojos y toma a Andrew de la cintura y lo atrae. Louis niega, no le importa, aquel niño ha ganado su corazón y lo adora al igual que adora a su padre. Fue demasiado sencillo quedar encantado con ambos y darse cuenta del maravilloso trabajo que ha hecho Harry. Un niño tranquilo, amable y bien portado, casi la mayor parte del tiempo.
Ve como Harry se agacha a la altura del niño. —Cariño, espera que Louis termine de hablar y puedes tener unos momentos con él ¿Si?
—Sí.
Tiene que reprimir la sonrisa que amenaza con salir ante tal escena, es claro que Harry ama ser padre, ama tener está responsabilidad aunque tenga que trabajar y hacer varias cosas a la vez. Está orgulloso del esfuerzo que ha hecho Harry por darle comodidades a su hijo y que no le faltara nada, incluso amor.
—Está bien, amor, no te preocupes—Su madre lo calma—. Te vamos a extrañar y le diré a las chicas que mandas saludos.
—Y que las recompensaré cuando llegue—agrega con una sonrisa—Bye, te quiero.
—Te quiero también.
Se despide y cuelga. Ha sido un poco difícil pensar en que sería la primera vez en mucho tiempo que no podrá viajar hasta casa y pasar tiempo con su familia, pero espera que el destino y la vida sean generosos con él y que pueda estar ahí para año nuevo. Harry lo mira, quizás entendiendo todo y se acerca hasta él.
—¿Todo bien?—la mano en su hombro lo hace querer tirar de él y abrazarlo.
—Sí, solo que no podré ir para navidad con mi familia—se encoge de hombros—. Posiblemente la pasé solo, Niall y Zayn se han ido de viaje y mi maldito jefe quiere que vaya a una junta importante y no hay vuelos. Mi día no ha ido bien.
—Estoy seguro que conseguirás un vuelo antes de año nuevo—Harry lo calma.
—Espero—suspira antes de mirar de nuevo a Harry—. Lo siento, no te he saludado ¿Cómo estuvo tu día?
Ha sido un poco grosero y solo ha pensado en desahogarse, aunque Harry no parece molesto solo desliza su mano hasta su brazos y ríe con suavidad. Una risa que hace que el corazón de Louis se hinche de amor, se fija en Andrew que está parado mirándolo a ambos. Deja escapar una risa y mueve la cabeza para que se acerque, Harry se da cuenta y da unos pasos hacia atrás dándole el espacio a su hijo.
Andrew y él se han hecho buenos amigos y el pequeño ha tomado confianza. Lo saluda con la mano.
—Demasiado bien—Harry sonríe con ternura—. Fuimos de compras. No juzgues, pero estamos a una semana para navidad y no hemos puesto el árbol, así que hemos ido a comprar algunas decoraciones y prepararé algo de comer.
—Suena bien—dice viendo a Andrew explicar lo que han comprado—. Parece realmente emocionado.
—Ama la navidad—señala antes de brincar del susto y ver qué las puertas del ascensor se abren en su piso.
Louis camina hasta las bolsas de Harry que están en el suelo y las toma. Esperando que Andrew tome la mano de Harry y salgan del ascensor, camina hasta el departamento del ojiverde que está frente al suyo y espera a que abra la puerta para poder entrar y poner las bolsas en la mesa, una vez que ve que entran ambos los sigue a la cocina y deja las bolsas en la isla.
El piso de Harry huele a hogar. Huele a galletas recién hechas y a velas aromáticas de coco. Su piso es una verdadera envidia, demasiado arreglado como para tener un niño de cuatro años viviendo en su piso, aunque puede ver algunos juguetes sobre el sillón y algunos platos de cereal en la mesita frente a los sillones.
—Gracias, Louis, fue demasiado amable—Harry dice empezando a sacar las cosas de la bolsa—. ¿Quieres quedarte a comer algunas galletas y hablar?
—Aunque me encantaría y muero por comer de esas galletas, debo ir a casa. Tengo cosas que hacer.
Se disculpa, posiblemente desempacar la maleta que ya había hecho. Y estaría volando mañana si tan solo su estúpido jefe no le hubiese pedido asistir a esa junta.
—¿Seguro?
—Sí—suspira mirando a Andrew tratando de llegar y tomar las decoraciones. Harry lo mira divertido—. Debo ver si me reembolsan lo que gaste del boleto.
Por lo menos quería de regreso su dinero, podría servir para algo o para su otro boleto. Está frustrado y un poco malhumorado y necesita desesperadamente una ducha y relajarse en el sillón, aunque no va a mentir quiere quedarse, quiere pasar tiempo con Harry y Andrew pero su corazón es tan débil que sabe que debe mantenerse al límite y olvidar aquellos pensamientos que lo bombardean a cada segundo que pasa con el rizado.
Y porque tal vez su departamento se siente un poco solo y vacío y lo único que quiere es estar con Harry y su pequeño hijo.
—Está bien—Harry acepta—, pero te empacare algunas galletas y así las comes.
—Louis—el pequeño Andrew camina hasta él—. Deberías adornar el árbol con nosotros.
Aquella petición lo toma por sorpresa. Harry se gira hacia ellos un poco sorprendido al igual que él, pero una sonrisa se extiende en su rostro y Louis no sabe qué decir, aunque tiene una respuesta en la punta de la lengua que no deja escapar de sus labios. No quiere causar ningún inconveniente y dejar que ambos se adentren más en su corazón.
Harry cierra el contenedor y camina hasta ellos, le extiende las galletas y lo ve sonrojarse y lucir tímido.
—Andrew.
El pequeño rizado se gira hacia su padre y lo mira con enormes ojos verdes. —¿Puede? Nos ayudaría a poner el árbol, hacer galletas y ¡y salir a patinar!
Lo ve soltar una risa suave y besar la frente de su hijo. Ama ver la manera en que Harry es cariñoso, amable y sabe cómo hablar las cosas y ejercer su autoridad de manera correcta cuando Andrew hace algo mal o debe obedecer. Quiere negarse y está punto de hacerlo pero Harry lo mira suavemente y se acerca un poco alejándose de Andrew
—Andrew, tiene razón—Harry se sonroja de nuevo—. Pasa la navidad con nosotros, podrías incluirte en todo nuestros planes.
—Harry.
—En serio, Louis—lo mira con ojos emocionados que no puede decir nada—. Todos los días hacemos algo, horneamos, decoramos el árbol, compramos lo regalos. Además tú te la pasarás solo y los dos sabemos que no iba a dejar que pasará.
Y tiene toda la razón. Desde que se conocieron hasta la fecha han mantenido una amistad y conoce a Harry para saber que es demasiado amable y bondadoso como para saber qué pasará la navidad solo y su cumpleaños y no hacer nada al respecto. Incluso, sabe que le habría pedido en lo que resta de la semana pasar la cena de navidad con ellos e incluirlos a todos sus planes.
Duda, porque no quiere incluirse en los planes de ambos e incomodarlos, pero los ojos de cachorro de Andrew y la mirada esperanzada de Harry lo hacen reemplantearse absolutamente todo, incluso su mera existencia y planes de vida.
—No quiero arruinarles sus planes e incluirme a todo.
—Louis, tu sabes que Andrew te adora mucho y siempre pregunta por ti y sería muy divertido y lindo tener tu compañía—confiesa con mejillas rojas y una sonrisa ligera tirando para arriba.
—Bien.
—¡Sí!—Andrew brinca emocionado y ambos se echan a reír por la emoción que expresa el pequeño. Harry se acerca a él tomándolo en sus brazos y se acerca a ellos.
—¿Estás emocionado que Louis esté con nosotros?—Harry pregunta con cariño.
—¡Mucho! ¡Muy emocionado!
Se le apachurra el corazón y solo quiere hacer de todo para mantener esas dos sonrisas en el rostro de las personas que se han vuelto parte importante de su vida y que inconsciente lo ha hecho. Simplemente no quiere de nuevo que lo único que abarque su vida sean lágrimas y tristeza y cada vez que los mira, lo único que puede pensar es que en cómo alguien pudo dejarlos, ¿Cómo tuvo el valor para dejar a lo que parecía ser lo mejor que le iba a pasar en la vida? No conocía toda la historia, solo sabía que Harry era padre soltero y que el otro padre dejo a Harry tan pronto como se enteró que estaba embarazado. El ojiverde ha estado solo y tomando ambos roles desde ya hace un tiempo, a la vista de Louis, Harry lo hace excelente.
Y no lo entiende y tal vez nunca lo haga porque ver a Harry y Andrew juntos lo hace desear una familia que asusta y porque en algún punto en sus tardes de té, Harry le ha mostrado álbumes de fotos donde está embarazado y desearía haber tenido el privilegio de conocerlo cuando estaba embarazado.
—Ves—Harry señala bajando al pequeño—. Entonces, ¿Nos acompañas en nuestras actividades? Claro, si no tienes trabajo o incluso te podemos esperar.
—Sí, parece que ambos se divierten en eso—se rasca la cabeza—. En las tardes ya estoy en mi departamento, así que puedes mandarme mensaje o tocar mi puerta.
—Dalo por hecho—Harry sonríe antes de mirar las galletas en las manos de Louis—. Espero que te gusten.
—Las amare.
Harry se sonroja ante el halago y busca con la mirada a Andrew. Su pequeño hijo un poco revoltoso cuando se encuentra en casa.
—¡Andrew, despídete de Louis!
Louis sonríe agachándose cuando el pequeño niño entra a la cocina de nuevo corriendo antes de detenerse frente a él.
—Adiós, Louis. Hasta mañana—dice emocionado y se inclina para abrazarlo con fuerza.
Una vez que le revuelve el cabello y sus rizos revoltosos se mueven, Andrew sale de la cocina. Se quedan en un silencio pulcro y se miran fijamente sin saber que hacer a continuación, pero Harry se acerca a él y lo abraza del cuello. Lo único que hace es tomarlo de la cintura y acercarlo a él.
Huele a navidad, a eso huele Harry, tal vez porque ha estado caminando por el centro comercial y ha adquirido un poco del aroma navideño de las tiendas. Con ese olor encima le es un poco difícil alejarse, pero hace el esfuerzo por hacerlo.
—Te acompaño.
Asiente saliendo de la cocina con Harry a su lado, Andrew le sacude la mano con su sonrisa. Se encuentra sentado en la sala con varios juguetes a su alrededor. Se detienen en la puerta y se gira hacia Harry.
—Gracias por las galletas.
—Gracias por ayudarme con las bolsas y aceptar acompañarnos en nuestras actividades—Harry dice abriendo la puerta y se detiene para mirarlo—. Mañana te esperaremos para armar y decorar el árbol. Serás de mucha ayuda.
Louis ignora todo lo que ha dicho Harry porque todo se escucha como si fuesen una familia y su corazón ya es muy frágil y abierto que está seguro que está enamorado y encariñado un poco más de Harry y Andrew. Se despide y cierra la puerta detrás de él, equilibra las cosas en su mano y busca la llave de su departamento en alguno de sus bolsillos. Logra conseguirlo y abre y luego cierra la puerta con fuerza y camina a la cocina dejando el contenedor de galletas y se hace el recordatorio mental de comerlos más tarde.
Mientras camina hasta su habitación piensa en lo diferente que lucen sus departamentos, el suyo luce un poco más vacío y silencioso.
Más tarde come galletas con chocolate caliente mientras mira una película en la sala. En algún punto de la noche escucha las risas de Andrew por lo cerca que están sus departamentos y lo liviana que son las paredes y no puede evitar sonreír y pensar en que mañana le espera un largo día.
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Se siente desanimado y con ganas de ahorcar a su jefe o simplemente renunciar. Ninguna de las opciones es buena, todas acabarían mal, quizás la última sea más tranquila, pero no hay forma que pueda buscar un mejor empleo que ese y le encanta, solo es este pequeño detalle que lo tiene malhumorado y que tal vez solo suceda este año, pero Louis es un ser dramático y su departamento está vacío y solo. Hace dos horas llegó del trabajo, tomo una ducha rápida para sentirse mejor y arreglo un poco el desastre que tiene en su hogar, tan pronto como tocó el suave sillón el teléfono sonó en todo el lugar.
Se dio cuenta que era Zayn y hablaron un poco de cómo le ha ido ahí, antes de que él se derrumbará y que la tristeza lo abarcará un poco.
—¿Entonces, pasarás las vacaciones con ese lindo vecino que tanto te gusta?
—Y su hijo pequeño—agrego pero negó varias veces—. Eso no es lo importante, solo está siendo amable y ya.
—Entiendo, si tú lo dices y te hace sentir mejor—Zayn rio por lo bajo de manera divertida. Parece que cabrearlo y llevarle la contraria es algo que lo entretiene.
—Ese tono no dice lo mismo. Ahora mismo debería estar cambiándome de ropa porque lo ayudaré a poner su árbol y a decorarlo.
—¿Eso no es muy íntimo?—cuestionó del otro lado de la línea.
—Es solo un árbol.
A quien va a mentir, está un poco nervioso y sabe que se sentirá un poco nostálgico. Siempre ha armado el árbol con su familia, y quizás tiene razón Zayn, puede llegar a ser intimo dependiendo de lo que signifique para cada quien. Para Louis significa hogar, pasar tiempo en familia y revivir buenas tradiciones, para Harry no sabe lo que podría significar.
Ignora todos aquellos pensamientos que vienen como unas ráfagas de vientos y se desmorona en el sillón con los ojos cerrados. No pasa mucho cuando el timbre resona en todo el lugar y se levanta de inmediato porque sabe muy bien de quién se trata.
—Debo colgar—murmuro corriendo hacia su habitación y se baja los pantalones de pijama poniéndose unos joggers.
—¿Es tu vecino?
Louis se detiene cuando escucha su risa del otro lado. —Vete a la mierda.
Cuelga y se quita la camisa para ponerse una decente. Cuando se mira al espejo y cree que su atuendo está decente, sale a trompicadas y abre la puerta. Harry ríe antes de verlo inclinarse y llevar sus manos a su cabello, sus dedos hacen esto de acomodar correctamente los mechones que caen en diferentes direcciones. Es dulce. Es lo único que puede pensar en esos momentos y en cómo se le atasca la respiración al tener a Harry tan cerca y de cómo aguanta las ganas que tiene de inclinarse y capturar aquellos labios que lo han estado volviendo un poco loco con el tiempo.
Parpadea saliendo de la ensoñación de dónde se quedó cuando Andrew brinca jalando un poco su ropa para llamar su atención. Harry da dos años hacia atrás sonriendo un tanto avergonzado.
Louis también lo está.
—Hey, pequeño—se agacha a la altura del niño de rizos—. ¿Estás emocionado por decorar el árbol?
—Mucho—él asiente reiteradas veces que les saca una risa a ambos—. Mami dice que nos ayudarás.
Harry tapa la boca de su hijo algo sonrojado hasta las orejas y Louis lo mira atentó y curioso.
—Lo siento, se le ha dado por llamarme así—baja la mirada—. Y en verdad me gusta.
—Suena dulce—lo calma con una calidez en el pecho por la forma en que el pequeño lo ha llamado—. No dejes de hacerlo.
Luce un poco más aliviado, tal vez pensando que Louis podría juzgarlo y él no lo haría, ni siquiera le cruzaría hacerlo, en cambio piensa que es dulce y le queda ser llamado de esa forma. Harry es una buena madre para su hijo, ha visto el amor con el cual Harry cría a Andrew.
Se levanta para mira a Harry. —¿Cuál es el plan?
—Hoy armaremos y decoraremos el árbol y luego ¿Quieres quedarte a almorzar—Harry pregunta animado.
—Me encantaría.
—¿Ya podemos irnos?—Andrew pregunta ladeando la cabeza.
—Sí, mi amor—dice tomando su mano, luego lo mira a él—. ¿Listo, Lou?
Asiente sonriendo un poco por el apodo que ha escapado de esos bonitos labios. Toma algunas cosas antes de cerrar la puerta detrás de él y caminar hasta el departamento del rizado. Su hogar está limpio, algunas cosas tiradas en el suelo y en el sillón, pero sabe que Andrew debió de estar jugando ahí hace unos momentos. Él pequeño lo toma de la mano guiándolo hasta una parte de la sala, justo donde cree que debe ir el árbol.
Harry ríe revolviendo el cabello de su hijo antes de mirarlo. —¿Quieres algo de beber? ¿Té? ¿Agua?
—Té estaría bien.
Harry asiente antes de decirle que vea a Andrew y de que se cerciore de que no haga ningún desastre o abra las cosas antes de tiempo. Cuando lo ve entrar a la cocina se centra en lo que Andrew le dice, emocionado y soltando palabras una tras otras ocasionando que casi no se le entienda parte de lo que dice.
Le recuerda a Harry y a sus primeros encuentros dónde se encontraban en los pasillos o entraban al mismo tiempo al elevador y ninguno sabía que decir o como comenzar una plática, Harry siempre terminaba balbuceando y soltando palabras atropelladas con las mejillas rojas de la vergüenza.
No conocía al padre de Andrew, y sinceramente espera nunca verlo porque el mismo lo golpearía por dejar a esos seres desprotegidos, pero viéndolo y conociéndolo sabe que tiene más de Harry de lo que tiene de su otro padre. Todo él es un mini Harry.
—¿Amas la navidad?—Andrew detiene su palabrería para preguntar.
—Claro, la amo—ríe—. Veo que tú la adoras. ¿Qué más hacen tu madre y tú?
—Uhm—se lleva un dedo sobre los labios haciendo ese gesto pensativo—. Vamos a patinar y comer panqueques, a pasear en el tren ¡Y conocer a Santa Claus!
En ese momento Harry sale con dos tazas de té, dejándolas en una de las mesitas que se encuentra cerca.
—A veces cambiamos de actividades, pero principalmente esas son sus favoritas—explica volviendo a tomar una taza y pasársela—. Ama el tren del centro comercial.
Louis sonríe ante las escenas tiernas que cruzan por su cabeza y recordando las que ha tenido el privilegio de presenciar. Recuerda aquellas veces que Harry cargaba a un Andrew de tres años arrullándolo de un lado a otro para calmar sus sollozos o la vez en que lo vio esperar a que las puertas del ascensor se abrieran y hacía reír a carcajadas al pequeño bebé de rizos dorados.
Bebió un poco de té y ayudo a Harry a armar el árbol mientras escuchaban villancicos navideños y Andrew tarareaba y giraba. Harry dejo escapar un suspiro agotado cuando terminaron. Ayudo a abrir las cajas y algunos paquetes de decoraciones.
—Ten, amor—Harry le dejo algunas decoraciones, las que no se podían romper si se les caían—. Ponlas en dónde creas necesario.
Andrew sonrió con emoción y se decidió a rodear el árbol y ponerse de puntitas para decorar algunas partes. Harry le pasó algunas esferas y eso hicieron parte de la tarde, decorar el árbol y ver si todo lucía bonito y lleno. Al final Harry sonrió con los ojos brillantes cuando el castaño alzó a Andrew para que colocará la estrella en la punta del árbol.
Terminaron sentado en el suelo cerca del árbol mientras comían pasta y carne mientras veían una película en la computadora del rizado y se reían por las ocurrencias.
Fue difícil volver a su silenciosa y vacía casa, estuvo un poco acostumbrado al sonido y las risas de Harry y Andrew llenando el espacio que se sentía raro volver a la realidad dónde no era nada de ambos y tenía que aceptarlo.
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Al día siguiente dos rizados lo estuvieron esperando en la puerta con grandes sonrisas y bien vestidos. Louis se sentía un poco fuera de lugar con su ropa pero no le tomo mucho tiempo cambiarse y acompañar a Harry a su hijo al centro comercial. Hoy era día de pasear en tren y conseguir algunas decoraciones para su hogar y tal vez Louis consiga algunas para su departamento. Nunca se tomaba el tiempo de decorar su departamento porque las vacaciones de invierno las pasaba en la casa de sus padres y no veía la necesidad de poner algo, pero ahora que no puede ir y que pasa tiempo en su departamento ha pensando en decorar un poco y entrar en el espíritu navideño y hacer sentir que su casa era más cálida.
Ni siquiera sabía que conseguir, pero Harry metió algunas decoraciones en su carrito, que él pensó que se verían bien en su departamento.
Mientras caminaban se sorprendió un poco y fue tomado de sorpresa cuando Andrew tomo su mano. Su mano derecha sostenía la de Harry y la izquierda la de él. Paso parte de la tarde un tanto sonrojado y conteniendo una sonrisa cuando algunas personas le daban miradas de ternura. Seguramente parecían una bonita familia en un día normal de paseo. No le desagrada, incluso sentía esa presión en el pecho, pero no quería ilusionarse o pensar cosas que no son.
—¿Luego podemos comer helado?—Andrew se soltó de ellos planteándose frente a ellos.
Harry negó. —Hace frío, amor. Podrías enfermarte.
—Uno no le hace mal a nadie—Louis alzó una ceja apoyando a Andrew. El pequeño sonrió asintiendo y tomando su mano—. ¿No, Andrew? Dile a tu mami cuanto amas los helados.
Harry lo miro sonrojado y un poco tímido. Lo escucho suspirar y asentir y levanto un dedo. Quiso reír al recordar a su madre hacer lo mismo. Aquí venía una condición.
—Solo uno, pero debes pórtate bien mientras seguimos con las compras—pidió el rizado—. Iremos luego a comprar helados y luego al tren ¿De acuerdo?
—De acuerdo—el pequeño rizado acepta antes volver a tomar la mano del Harry.
Antes de que Andrew pudiese tomar la suya tomo todas las bolsas de la mano de Harry y le tendió su mano libre a Andrew, el pequeño lo tomó con gusto mientras brincaba emocionado y apuntando las cosas que le llamaban la atención y las decoraciones navideñas del lugar. Parecía que él era el más emocionado por la navidad, para él todo se fue a la mierda por su tonto jefe, y recuerda que días antes estaba con toda esta palabrería del espíritu navideño y de las decoraciones que deben hacerle a las instalaciones de la empresa, para que unas semanas después mande a la mierda el espíritu navideño y los haga perderse el vuelo a casa, aunque debía de admitir que no se ha sentido solo y pésimo, no cuando Harry y su pequeño hijo lo han invitado a incluirse en su actividades.
Eso es lo que hacen. Siguen comprando cosas y cuando se da cuenta ya tiene varias bolsas con cosas para adornar su departamento, luego de las compras, Harry cumple su promesa y van a comprar helados, luego suben al tren y Louis termina algo mareado al dar tres vueltas más, a petición de Andrew. En algún punto del recorrido Harry lo mira con ojos suaves y expresivos y sonriendo ligeramente, sus mejillas están rojas y termina alejando su mirada para cuidar de Andrew.
—Gracias, Louis—Harry le agradece cuando lo ayuda bajar el auto cargando a Andrew que ha quedado agotado de todo lo que han hecho y de que en algún punto del camino se ha quedado completamente dormido.
—No es nada—niega tomando todas las bolsas y cierra la puerta.
Ambos caminan hacia el ascensor cuando entran al edificio y deja las bolsas en el suelo para mirar los mensajes que tiene en su bandeja. Nada importante, solo unos cuantos mensajes de sus amigos, de su madre y nada más. Lo guarda nuevamente cuando siente la cabeza de Harry apoyarse en su hombro y verlo cerrar los ojos.
Lo entiende, tal vez no del todo porque no es padre y no tiene toda esa responsabilidad él solo, pero sabe que debe ser cansado cuidar de un niño pequeño y estar de un lado a otro. Se aventura y lleva su mano detrás de Harry para tomarlo de la cintura y atraerlo para que se recargara en él y descansara unos cuando momento, mientras llegaban a su piso.
—Estoy un poco cansado—murmura.
—Bueno, cuando llegues dejas a Andrew en su cama y tomas una siesta.
—Probablemente eso hare—dice alzando su cabeza para mirarlo—. ¿Vas a colocar las cosas que compramos en tu departamento?
—Sí, cuando llegue porque mi departamento ya necesita ese espíritu—Ríe subiendo y bajando su mano en la cintura de Harry viendo cómo cierra los ojos.
—Entonces tal vez Andrew y yo pasemos por ahí.
—Con gusto los recibos en mi departamento—dice viendo cómo las puertas se abren. Con enfado deja a Harry libre y toma las bolsas del suelo.
Caminan hasta el departamento de Harry y este hace un show para abrir la puerta mientras tienen a su hijo en brazos. Ríen cuando lo consigue y deja las cosas que Harry ha comprado en la cocina mientras el ojiverde se encarga de acostar al pequeño en su cama.
No tarda en volver y acompañarlo a la puerta. Harry se friega los ojos con sueño y se inclina dejándole un beso suave en su mejilla.
—Nos vemos mañana.
Asiente caminando hasta su propio departamento. Pasa la noche decorando su departamento y le envía unas fotos a su madre y se relaja en el sillón.
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—¡Hoy es día de hornear galletas!—Harry dice emocionado cargando algunas cosas en su mano con Andrew aferrado a una parte de su camisa.
Le sorprende un poco la cantidad de actividades que hacen ambos, él con trabajo puede agarrar el ritmo. Le sonríe a ambos y se fija en lo bonito que luce Harry con ese suéter navideño y pantalones algo grandes y ese abrigo que lo cubre del frío que hace. Andrew está casi igual, excepto que este tiene una bufanda y un gorro sobre su cabeza. Simplemente lucen adorables y Louis un poco inapropiado con una hoddie grande y unos pantalones de pijama, pero es que no puede juzgarlo tiene vacaciones de invierno, excepto que aún debe ir a esa junta en un par de días, así que despertó tarde y arreglo el desastre que tenía en su departamento.
Agradece que su departamento este limpio y decente en este momento, porque se sentiría un poco avergonzado de sí mismo.
—¿Podemos pasar?—Harry pregunta.
—Sí, pasen—se hace a un lado dejando espacio para que entren a su lugar. Andrew es el primero que entra mirando cada espacio con ojos curiosos y la mirada atenta de Harry.
—Es linda—Harry comenta antes de sacar algo de su bolso. Un suéter navideño a juego con el de ellos—. Ponte esto, espero que te quede porque lo hemos comprado a último momento.
No pone objeción y entra a su habitación para cambiarse y arreglar el nido que parece su cabello y verse más decente. Sale una vez que termina encontrándose a ambos en la cocina, con Harry acomodando los ingredientes y Andrew parado en una silla para mirar mejor.
Un montón de sentimientos y escenas cruzan por su cabeza cuando los mira. Realmente no le importaría tenerlos siempre en su vida, encontrárselos en la cocina, en la sala, en cada espacio del que llama hogar, aunque aún no se siente así. No le importaría que ellos sean las primeras personas que vea antes de ir a dormir y cuando despierte y que el sonido de la risa de Andrew llene todo el espacio donde vive. Realmente no le importaría tomar la responsabilidad y sabe que pasar tiempo con ellos lo hace sentir que es parte importante de su vida, que mientras más tiempo pasa más difícil se le hará mantener el límite que tenía antes.
En verdad que quiere esto, quiere tener a Harry a su lado, demostrarle que él sería capaz de amarlo y respetarlo toda la vida, de mostrarle que el amor puede ser bonito con la persona indicada. Y quiere cuidar y educar a Andrew como si fuese su hijo, porque aquel pequeño ha ganado su corazón desde el primer momento en que lo vio.
Solo quiere tanto que no sabe qué hacer con todo eso.
Suspira entrando a la cocina. Harry alza la cabeza sonriendo.
—He tomado unas cosas, espero que no te moleste.
—Para nada. Usa lo que quieras—hace un ademán para que le restará importancia. Se apoya en la isla—. ¿Galletas de que haremos?
—De vainilla con mermelada de fresa—Harry dice mirándolo—. ¿Te gustan?
—Me encantan—gira hacia Andrew—. ¿A ti pequeño?
—Las amo—el responde—. Mami las hace cuando estoy triste.
Sonríe con ternura y le acaricia el cabello con suavidad antes de que ambos pongan atención a las indicaciones del rizado, parece que las indicaciones son para él porque Andrew parece saber cómo hornear. Al final parece que no hace mucho y Harry es el que más trabajo hace. Una vez que mete las galletas al horno se miran entre ellos riendo al ver que están sucios con toda esta harina en su cabello, rostro y ropa.
Andrew se mueve para quitarse la harina y Harry hace esto de mover su ropa para alejar los residuos.
Harry lo mira riendo. —Tienes mucha harían en el cabello.
Se acerca a él, demasiado cerca, y sus manos se caen en su cabello mientras revuelve el cabello y acaricia al paso. Su mirada cae en la boca roja de Harry y en nariz blanca, se ve demasiado adorable y siente deseos de envolverlo y tomar sus labios y besarse un buen rato. Parece que Harry se da cuenta de lo cerca que están y alza la mirada, sus narices se tocan y se miran a los ojos. Lleva sus manos a la espalda de Harry para acercarlo un poquito y cerrar el espacio o algo que calme los latinos frenéticos de su corazón o el cosquilleo en su estómago.
Harry se aleja sonrojado cuando escuchan a Andrew gritar su nombre.
—¡Mami!—grita un poco enfadado por ser ignorado—. Yo también quiero que me quites eso de mi cabello.
—Claro, Andrew—ríe divertido y se agacha para revolverle el cabello a su hijo y sacarle unas cuantas risas.
Louis gira su cabeza y trata de calmar los latidos de su pobre corazón y lo rojo que debe estar ahora mismo, siente sus mejillas calientes y el sonido de su corazón retumbar en sus oídos.
—Uhm ¿Quieren ver una película?—pregunta tratando de aligerar el tenso ambiente, o quizás solo él lo sentía de esa manera.
—¡Si, por favor!
—Es un niño inquieto—Harry se levanta cuando Andrew sale de la cocina.
—¿Vienes?—Louis pregunta.
Harry asiente quitándose la harina de la ropa. Caminan al lado del otro olvidándose del pequeño momento que han tenido en la cocina y se dedica a buscar una buena película navideña escuchando las sugerencias de sus dos invitados. Cuando encuentran una, va por unas mantas suaves y cálidas para taparse con ellas porque hace algo de frío.
Andrew termina amando la película y Louis no es fan de las películas animadas, pero le entretiene. Harry lo mira antes de sonrojarse y acariciar el cabello de su hijo.
—Creo que las galletas deben estar listas—Harry comenta levantándose—. ¿Cuidas de él?
—Siempre.
Harry lo mira con ojos brillantes y expresivos. Se miran profundamente por unos largos segundos antes de que Harry se pierda en la cocina. Andrew lo mira antes de soltar a su regazo y apoyar su cabeza en su pecho mientras sigue mirando la película. Ríen ellos dos por las escenas graciosas de la película a la vez que esperan a que Harry regresara.
Su departamento se llena de este dulce aroma a galletas recién hechas y huele a hogar y por un momento lo transportan a casa, en su infancia dónde su madre le hacía galletas para comer con chocolate para cumpleaños.
—¡Están listas!—reaparece cargando un plato con algunas galletas—. Aún están calientitas así que no las tomen aún.
—Pero yo quiero.
—Aun no, Andrew—Louis regaña cuando se inclina, pero lo mantiene entre sus brazos.
Unos diez minutos Andrew está contento mirando la película mientras come un par de galletas. Se encuentra en el suelo frente a la mesita pequeña de su sala mientras Harry y él están sentados al lado del otro en el sofá mientras comen galletas
—¿Te gustaron?—Harry pregunta limpiándose las migajas de la comisura de los labios.
—Tus galletas siempre son deliciosas—Halaga girando su cabeza para verlo a los ojos—. ¿Cuál es el plan de mañana?
—En realidad ninguno—hace una mueca—. Andrew, irá a casa de mi madre porque envolveré sus regalos y no quiero que esté sobre mí y vea que le he comprado.
—Entiendo.
—¿Crees que pueda venir aquí? Podemos comer algo y no se—se encogió de hombros.
—Puedes venir—acepta—. Tal vez incluso puedes ayudarme a envolver los regalos de mi familia porque soy un desastre en eso.
—Con gusto.
Harry sonríe emocionado apoya su cabeza en su hombro durante toda la película mientras se acurrucaba un poco más hacia él. Louis no hace nada por alejarlo o echarlos de su casa cuando ya se hace más tarde. Terminan cenando en su departamento y Andrew lo mira con tristeza cuando se marchan a su departamento con los ojitos llorosos y un berrinche por no querer bañarse.
Harry rueda los ojos y lo toma de la mano. Se despide de él, deseándole dulces sueños y recordándole que mañana vendrá en la tarde.
Con eso duerme con una sonrisa en su rostro.
♡
Por primera vez, en algún tiempo. Harry toca a su puerta en la tarde con una ropa cómoda, pero abrigada sin Andrew, sin ese pequeño de rizos revoltosos. Tan pronto como nota que Harry carga con varias bolsas y algunos regalos en las manos, no demora en tomar algunos y hacerse a un lado para dejarlo pasar en su departamento. Antes de que viniese el rizado se encargó de limpiar, de acomodar las cosas que estaban regadas en el sillón, en la mesa, en la isla de la cocina y cocino algo sencillo, pero delicioso, porque debía de mostrar la misma gentileza y hostilidad que Harry siempre le da cuando va a su departamento.
Harry sonrió mirando brevemente el lugar y eligió sentarse en el suelo con el papel de regalo y los obsequios frente a él. Su espalda estaba apoyada en el sillón y Louis lo acompaña después de traer un poco de jugo y algunos snacks para colocarlos en la mesa y poner marcha en lo que tenía que hacer hoy.
Ya tenía los regalos de su familia, simplemente faltaba envolverlos, pero en la mañana condujo hasta el centro comercial de nuevo y consiguió algunos regalos para Harry y Andrew y esperaba que en verdad le gustaran.
—Gracias, Louis—Harry murmuró—. Eres muy amable y dulce.
—Entonces, Andrew se fue con su abuela.
—Sí—Harry empieza a envolver los regalos, así que el castaño hace lo mismo—. Fue un poco raro tener parte del día para mí solo y que el departamento este silencioso, pero me tomé esos momentos para mí y hacer unas cosas. No voy a mentir, extrañe a mi pequeño y lo hago, aprendí a estar casi todo el tiempo, excepto por las mañanas para ir al trabajo.
—Creo que debió ser difícil hacer todo esto tu solo.
Louis esperaba no entrar en un terreno prohibido, lo menos que quería era hacer sentir triste a Harry, hacerle recordar aquellos momentos de dolor. Simplemente, podía pensar en cómo debió de sentirse Harry, que su novio, aquella persona que dijo amarlo lo dejo tan pronto como le reveló que estaba esperando un hijo. Quizás, Harry había tenido una sorpresa planeada, o tal vez estaba tan emocionado y que toda esa emoción se desvanezca en cuestión de segundos.
Su mirada se fija en la expresión de Harry, una mueca se plasmó ahí.
—Lo fue—se encogió de hombros—, fue difícil hacer todo esto solo y más sentir mi corazón roto y sin esperanzas, pero mi familia que apoyo y yo mismo salí adelante.
—¿Tu y él tenían demasiado tiempo juntos?—pregunto, antes de negar—. Lo siento, tal vez no debería preguntarte, me estoy metiendo en tu vida.
Harry deja las cosas a un lado y lo mira. —Ya lo has hecho. Ya eres parte de nuestra vida y creo que mereces que te responda tus preguntas y no me importa, en serio.
—No tienes porqué.
—Pero quiero—le sonrió para calmarlo y volvió a su trabajo—. En realidad solo estuvimos juntos dos años, creí que era algo serio y duradero, pero no fue así. Ese día me dijo tantas cosas que en cierta parte me las creí por unos segundos, y luego dijo que no iba hacerse cargo del bebé, que no iba a estar en nuestras vidas y se marchó. Yo no puse objeción alguna, no valía la pena, pero sí dolió.
—¿Pero valió la pena?
Harry giro a mirarlo con ojos brillantes. —Tal vez las cosas no sucedieron como las planee, pero no me arrepiento. Amo con todo el alma a Andrew y por esos ojos yo lo doy todo.
—Eres una gran madre, Harry, no dudes de eso.
Harry río ante la forma en que lo llamó y sus mejillas adquirieron color al momento. Se acercó un poco más, mientras Harry alzó la cabeza y sus narices se rozaron y estuvieron cerca. Solo era cuestión de inclinarse o mover la cabeza para que sus labios se tocaran y el tocará la suavidad misma.
El sonido de un teléfono resonando por todo el lugar los hizo alejarse con mejillas rojas y Louis no tardó en darse cuenta de que lo que sonaba era su teléfono. Gruño antes de alejarse de la sala y gruñirle a la persona del otro lado.
—Te voy a matar.
—También te quiero—Zayn rio del otro lado—. ¿Interrumpí algo importante?
—Oh, claro que sí. ¿Qué quieres?
—Luego te digo entonces—Louis resopló—. Veo que debes estar ocupado o con alguien importante. Luego te hablo.
Dejo caer la frente sobre la pared enfadado y frustrado. Si tan solo no hubiesen sido interrumpidos posiblemente ahora estuviera besando a Harry, aliviando ese deseo que ha estado hirviendo en lo más profundo de su ser.
Pasaron el tiempo envolviendo regalos e intercambiando recuerdos de su vida, de su adolescencia y tal vez quejándose de algunos vecinos.
—¿Y algunas vez has tenido algo con alguien después de ya sabes...?
—No, nunca quise—Harry lo miro con tristeza. Louis solo quiso acercarse—. Me dedique a cuidar de Andrew, de darle un techo, de darle todo lo que necesite y sinceramente, no creo que nadie quiera salir con alguien que tiene un hijo, tomar esa responsabilidad.
—Eso no es cierto—se calló cuando se dio cuenta de cómo sonó eso. Se aclaro la garganta—, quiero decir, siempre habrá alguien que te ame y ame a Andrew. Hay tipos buenos ahí afuera.
—Supongo—Harry vaciló—. Aunque no tengo tiempo de salir como antes y esas cosas y menos de arreglarme.
—Bromeas—entre cierra los ojos—. Eres un mentiroso, siempre lo estás. Siempre estás precioso y brillante.
—¿Eso crees?
—Sí—Louis llevó su mano a su pierna. Aventurándose en sus aires de confianza—. Eres precioso y siendo madre lo eres más.
—Gracias, Louis—se sonroja—. ¿Y tú? ¿Alguien ahí?
Sí, mi lindo vecino. Es lo que pensó, pero mordió su labio para dejar soltar eso y se limito a negar varias veces.
—Tampoco. Tuve una cita hace un mes, no funcionó.
—Supongo que estamos en las mismas ¿No?
Harry río con suavidad y Louis suspiro asintiendo. Sintiendo que no había ninguna posibilidad, pero deseando que tuviese las fuerzas... La valentía de dejar todo atrás y demostrarle a Harry que él podría hacerlo feliz, que no le importaría cuidar de ellos dos porque aunque ahora no eran nada siempre estaba al pendiente de ellos, de que estuvieran sanos y seguros.
♡
—¡Vamos, vamos!
Harry río divertido a su lado mientras presenciaban como Andrew brincaba y señalaba las cosas del centro comercial y decía lo emocionado que estaba por patinar sobre hielo. Todos estaban abrigados y más Andrew con su gorro y su bufanda que tapaba parte de su nariz y Louis no pudo evitar tomarlo en brazos y dejarle unos cuantos besos que hicieron que el pequeño riera y se removiera en sus brazos y su corazón dio un vuelco cuando se encontró con la mirada brillante de Harry.
Luego caminaron hasta llegar al estacionamiento y le dijo a Harry que él podía conducir hasta el centro comercial, así él estaba más al pendiente de su hijo y descansaba un poco. Harry agradeció eso.
—¿Qué tan emocionado estás, Andrew?
El pequeño se detuvo abruptamente y se giró hacia él. —¡Mucho! ¡Demasiado!
—Olvida que dije que ama más el tren, creo que es esta—Harry dijo divertido mientras veía como Andrew seguía caminando.
Louis rio antes de detenerse cuando Harry se pegó hacia él y paso una de sus manos en su brazos y camino con él, con Harry sosteniendo el brazo del castaño. Louis lo miró apreciando que tenía las mejillas rojas por el frio. Parece que hoy amaneció más helado que otros días, y tenía una sonrisa en su rostro.
No entendía como alguien pudo dejar a Harry, con lo precioso que es y no quiere imaginar cuando estuvo embarazado, con esa vientre grande y creciendo cada vez más. Louis estaba anonadado con la belleza que portaba Harry y sin duda algo obtuvo Andrew porque era un pequeño niño precioso, con mejillas grandes y rojas, nariz afilada y ricitos danzando todo el tiempo, aunque eran rojizos casi tirando a castaño.
—En un par de días es tu cumpleaños—Harry comento.
—Lo es.
—Estaba pensando...—Harry frunció el ceño y luego negó varias veces—. ¿Sabes qué? Olvídalo, es tonto y posiblemente tengas cosas que hacer y yo estoy ahí molestando y.
Rio deteniéndose cuando se dio cuenta de que Andrew se entretuvo con una decoración inflable de un oso y sostuvo la cabeza de Harry.
—Solo dime, cariño.
—Que tal vez te gustaría tener una pijamada conmigo y Andrew y quedarte a dormir—se sonrojo, ambos lo hicieron—. En la habitación de invitados, porque sé que no irás con tu familia y quiero hacerte un pastel y desearte feliz cumpleaños.
—Harry, no tienes que hacer eso—niega—. Es noche buena y seguramente estarás ocupado con los preparativos de la cena y de que todo esté bien.
—No te preocupes—niega bajando las manos para tomar los brazos de Louis—, no me molesta, además es algo que iba hacer y lo sabes. ¿Y luego me ayudarás no? ¿Con la decoración y todo?
—Bien. Tú ganas.
Harry sonrió brincando y lo abrazo, por primera vez y Louis lo sostuvo de la cintura acercándolo y hundió su nariz en sus rizos para buscar su dulce aroma. Las manos del contrario envolvieron su cuello y se presiono más cerca.
Louis ya había caído antes, pero ahora lo hizo más, más metros bajo tierra.
Terminaron separándose cuando Andrew se aburrió de mirar la decoración y pidió ir a patinar. Se alejaron con mejillas rojas y las manos entrelazadas.
♡
El día de su cumpleaños amaneció con brincos en la cama y esa tonada de feliz cumpleaños. Se levantó de repente cuando se dio cuenta de que no estaba en su departamento ni mucho menos en su cama, luego recordó que tuvieron una pijamada con Harry y Andrew. Se la pasaron comiendo pizza y mirando película mientras estaban apachurrados en el sillón. En algún punto el pequeño rizado se durmió ahí y Harry lo llevo a la cama y ellos bebieron un poco de vino sobre el sillón mientras reían y compartían tiempo junto.
Se paso las manos por los ojos alejando todo rastro de sueño en su sistema y se sentó riendo al ver lo feliz y soñoliento que estaba Andrew y como sostenía una bolsa de regalo y como Harry tenía un pastel en las manos. Hecho por él.
—Pide un deseo, Lou—le sostuvo el pastel frente a él.
Louis cerró los ojos y soplo la vela apagándose al instante.
—¿Qué pediste?—Andrew pregunto curioso.
—Cariño, eso no se dice—Harry le recordó—. Dale su regaló.
Andrew olvidó su pregunta y se lanzó en sus brazos y le dio el regalo. Harry camino hasta la mesita de noche y dejo el pastel para aproximarse de nuevo hacia ellos y sentarse al lado de Louis mientras su mano acariciaba la espalda de su hijo que estaba en el regazo de Louis y estaba atento a que abriera su regalo.
Sola fue una sudadera, calcetas navideñas y algunas bombas de jabón de diferentes colores y olores. Una vez que terminó el pequeño rizado salto de su regazo y fue el turno de Harry de abrazarlo. Louis soltó las cosas y sus manos se enredando en la cintura de Harry y parte de su espalda.
—No tenías porque hacerlo.
—Quería. Deja de decir eso, yo quiero hacer cosas por ti, como tú lo haces por mí y Andrew—Harry se alejo un poquito.
—¡Pastel, mami!
Rodo los ojos antes de alejarse de la calidez de Louis. —Te vamos a esperar en la cocina. También te he preparado un desayuno y comeremos pastel.
Andrew salió como un rayo de la habitación mientras Harry tomaba el pastel y salía detrás de él. Se dejó caer sobre la cama negando varias veces.
Es un completo tonto, ya no era capaz de pensar en cómo era su vida sin esos dos seres llenos de luz y de vida. Ya no quería nada más que estar en la vida de Harry y Andrew y eso lo asustaba de sobre manera.
Después de un rato salió a la cocina sentándose en una silla, Harry le sirvió un rico desayuno y pasaron toda del día y de la noche decorando el lugar y él cuidado del pequeño mientras Harry cocinaba algo. La familia de Harry y sus amigos vendrían en la noche para la cena de navidad y mañana sería hora de abrir los obsequios que tenía más emocionado a Andrew.
—Debo de darle un baño a ese pequeño monstro—Harry se limpio las manos con un trapo cuando terminó.
—Y yo creo que debo irme a mi departamento para arreglarme y volver.
—Sí, has eso.
Harry asintió, espero a que Louis tomara sus cosas y ambos caminaron por la puerta. Se detuvieron en el marco de la puerta un tanto nervios sin razón alguna. Louis quería tanto soltar lo que ha estado guardando en su corazón, pero no había palabras, ese era el problema en todo eso y pensar en que Harry no necesitaba a nadie.
Se aclaro la garganta, a punto de decir algo.
—¡Oh, oh!
Harry desvío la mirada hasta su pequeño. —¿Sucede algo, mi niño?
Louis vio como el pequeño rizado apuntaba algo sobre sus cabezas. Solo tuvo que fijar su vista ahí para darse cuenta de que trataba todo esto. Harry y él se miraron con grandes ojos y el corazón le empezó a latir como un loco.
Un muérdago.
—Oh.
—Tienen que darse un beso—Andrew demandó.
Harry enrojeció y balbuceo. —Andrew, nosotros no...
—Solo será un beso—Louis lo calló. Ni siquiera sabe de dónde encontró la fuerza para decirlo.
Harry lo miro algo sorprendido y luego su mirada cayó en su pequeño que los miraba curioso. Asintió despacio y se acercó a Louis colocando sus dos manos en su pecho mientras se miraban a los ojos algo nerviosos.
Trato de transmitirle confianza y lo acerco envolviéndolo y acercó sus labios. Sus labios se conectaron y se quedaron así unos cuantos segundos antes de que en verdad empezarán a moverse. Tenía que ser un beso rápido o una presión, pero Harry suspiro y se acercó más tomándolo del cuello a la vez que sus labios se deslizaban con precisión y suavidad.
Los labios de Harry sabían extremadamente dulces y eran suaves. Se besaron un rato, sin darse cuenta de que Andrew se había marchado de ahí y de que eso se convirtió más que un simple beso.
Luego de un tiempo se alejaron sonrojados.
—Creo que ya debo irme—balbuceo.
—Sí, tú debes...
—Bueno—rio nervioso aún sintiendo la dulce presión en sus labios—. Luego vengo.
Harry río asintiendo y cerró lentamente la puerta. Louis dejo escapar un suspiro largo y entró a su departamento.
Luego de varias horas de nuevo estaba frente a la puerta de Harry esperando que abrieran. Se encontró con la madre de Harry, ella lo estrecho en sus brazos y se presentaron adecuadamente. Se disculpó con ella y camino hacia Harry quien estaba en la cocina sirviendo algunas cosas. No sabía cómo actuar después del beso, pero dijo que solo se besaron porque estuvieron debajo del muérdago y debían acatar las tradiciones. Así que se acercó a Harry lentamente.
—Louis—Harry sonrió deteniéndose—, tu, uhm... Luces guapo.
—Gracias. Digo lo mismo de ti, hoy estás impresionante y precioso.
—Gracias. ¿Crees que puedas ver a Andrew mientras sirvo esto?—Harry deja escapar un puchero.
—Claro.
Salió de la cocina buscando con la mirada a Andrew que estaba en brazos de su abuela mirando el árbol, que ellos mismo que encargaron de decorar. Poco a poco la familia de Harry llegó a su departamento y con ello la timidez en su sistema cada vez que se presentaba y Harry manteniendo una mano en su brazo pareciendo orgullo de presentarlo con su familia.
Cenaron con tranquilidad, una música por lo bajo llenando el espacio donde compartían una deliciosa cena y anécdotas. En un momento de la noche se sentó en el sofá mientras hablaba con la madre de Harry y le contaba sobre sus hermanas, su familia y la razón por la que no pudo viajar.
Su charla se fue apagada cuando Andrew se paró frente a ellos con los ojos cansados y tallando su uno de sus ojos.
—Lou—el pequeño rizado logro subirse sobre su regazo y apoyo su cabeza en su hombro—, tengo sueño.
—Está bien, pequeño. Puedes dormirte en mis brazos y luego me encargo de llevarte a tu habitación.
El pequeño soltó un sonido y cerró sus ojos, la mano de Anne se poso sobre su espalda acariciándolo con suavidad.
—Parece ser que Andrew te adora.
—Lo hace.
Sonrió viendo a Harry posar su mirada en ellos y caminar.
—¿Se durmió?—pregunto dejándose caer a su lado.
Asintió. Ya ha pasado la hora de dormir, sabe que Harry lleva a la cama al pequeño a las ocho de la noche y Andrew ha estado de un lado a otro toda la tarde, con sus primos y emocionado por la compañía de esta noche, que entiende lo cansado que debe estar. Anne les sonrió y se levanto para dejarlos hablar. Sus miradas se encontraron y Harry se sonrojo recordando el beso que se dieron en el marco de la puerta.
Lo vio cerrar los ojos y acercarse a él, apretarse y apoyar su cabeza en su hombro dejando que su nariz se presionara en su mejilla y se cepillara en ese lugar.
—Louis...
—¿Si?
—Gracias por estar para nosotros.
Sonrió pasando una de sus manos detrás para sostener a Harry y acercarlo lo más posible.
♡
Los siguientes días fueron alentadores, sencillos y dulces, algo entre ellos cambio luego de eso, aunque no como él quisiera.
Luego de aquella noche, el siguiente día, se quedó a dormir en la habitación de invitados y en la mañana fue recibido por un pequeño rizado emocionado con regalos sobre su regazos y un Harry en pijama que se acercó a él y se apretó a su lado mientras abrían los regalos. Justo como una pequeña familia, ni quiso pensar en eso, pero lo hizo.
Sin poder evitarlo las tardes y parte de la noche con ambos rizados se desvaneció. Tenía que volver a la triste realidad dónde solo era él y un departamento aburrido y silencioso, aunque eso cambio un poco Harry tocaba su puerta con constancia y salían con Andrew o cenan juntos.
Aunque hace dos días que no veía tanto a Harry y Andrew, sabe que pasaron unos días con su familia y el tenía que seguir con su vida. Camino hasta el ascensor un tanto aburrido hasta que Harry abrió los ojos y detuvo el ascensor. Andrew lo miro con ojos grandes y lo recibió en brazos que no le importo cargarlo.
—¡Louiii!—alargo su nombre emocionado.
—Te ha extrañado—Harry comento sonrojado acercándose a él—. En realidad los dos lo hemos hecho.
—Igual yo—dijo con sinceridad—. Aunque es bueno pasar tiempo con la familia.
—Hablando de eso—se sonrojo—, estaba pensando en que si te gustaría pasar la noche con nosotros, ya sabes, una pijamada y una rica cena.
—Me encantaría eso—la tristeza se notó en el tono de voz—, pero he conseguido mi vuelo y salgo en la noche.
—Oh—Harry soltó antes de sonreír—. Pero eso es bueno... porque ya irás a ver a tu familia. No te preocupes por eso, ve y mándale saludos a tu familia de mi parte.
—Lo hare.
Ambos se miraron sin poder soltar lo que tanto han querido decir, y lo que sienten en ese momento. Debería sentirse feliz y emocionado por ver a su familia, por pasar tiempo con ellos y lo hace, pero siente que algo falta en todo eso. Sus pensamientos se vieron interrumpidos cuando las puertas del ascensor se abrieron de par en par y caminaron hasta la salida, ambos iban a salir del edificio. Se quedaron plasmados frente al ascensor y Harry mordió sus labios viendo que Andrew estaba un poco aferrado a Louis con los ojitos tristes y cristalizados, sabiendo que Louis se marcharía unos días con su familia.
Solo era un pequeño niño pensando en que no vería para siempre a Louis.
—Oh, Andrew, no llores—se le rompió un poco el corazón cuando se fijó en el pequeño—. Solo iré unos días con mi familia y regreso.
—¿Lo prometes?—se sorbió las lágrimas.
—Lo hago.
El pequeño pareció más aliviado al escuchar eso y cambio esa mirada triste en una más feliz. Harry sonrió con tristeza y se acercó a Louis dejando un beso en la comisura de sus labios, cuando se alejo tenía las mejillas rojas y estaba todo tímido y pequeño a la vista. Se despidió tomando en brazos a su hijo y salió del lugar.
Parte de la tarde se dedicó a empacar, a guardar los obsequios en alguna parte y a limpiar su departamento para que cuando llegue todo este ordenado. Su vuelo salía hasta la noche y por alguna razón no se sentía tan emocionado, claro, extrañaba a su familia, estar con ellos, pero faltaba algo y la propuesta que le hizo Harry estuvo presente en todo esos momentos.
Terminó de vestirse y llevar sus maletas a la puerta principal para que sea más fácil para él bajarlas. Miro la hora para darse cuenta de que ya tenía que estar en el aeropuerto, pero no se movía, no podía...
Tecleo su teléfono llevándoselo a la oreja esperando a que contestara. —No puedo, no puedo ir mamá.
—¿Por qué cariño? ¿Todo bien? ¿Tu jefe te pidió que te quedes?
—No, solo ¿Te lo explico luego si? Necesito quedarme y arreglar eso y.
Su madre soltó una risita baja. —Ya entiendo, no te preocupes, amor. Haz lo que debas y venme a visitar luego.
Con eso su madre colgó y Louis no perdió tiempo para salir del departamento y tocar la puerta de Harry con tanto nerviosismo en su cuerpo. Harry lo miro un tanto sorprendido.
—Louis—dijo acercándose a él como a un imán—, ¿Ya te vas?
Niega varias veces. Lo haría, si tan solo no sintiese esa presión en su pecho, sin sentir que debe aclarar todo. Porque todo lo que ha querido siempre ha estado frente a él, literalmente, frente al departamento de en frente y ahora lo entiende y es lo único que quiere ahora, no quiere nada más que estar con esas dos personas que han ganado su cariño, su amor, solo quiere estar con Harry, hacerlo sentir amado en cada momento, en cada etapa, aún cuando las cosas estén saliéndose de sus manos, pero que haría lo que fuese para ver por ellos dos.
Ríe apoyando sus frentes juntas y hace que Harry brinque un poco de la sorpresa, pero solo le toma unos pocos segundos para sonreír y envolver sus manos en su cuello y cepillar su narices.
—No puedo, no sin decir que los quiero—suspira sobre los labios del otro—. Sin decir que estoy enamorado de ti, Harry, que siempre he tenido un pequeño enamoramiento por mi vecino de enfrente y que siento mucho cariño por ese pequeño rizado de risa escandalosa.
—Louis—Harry lo aleja sorprendido.
—Y que si me permites quiero estar ahí para ti y quiero amarte Harry, libremente, sin aguantar mis palabras y mis acciones.
Las lágrimas en el rostro de Harry caían despacio y una sonrisa suave se plasmó en sus labios, aunque pronto dio paso a una triste. Sus ojos expresaban tristeza profunda y Louis solo quería dejar que toda esa tristeza y dolor sea solo un vago recuerdo de un ayer frío.
—Lo quiero tanto, tanto, Louis—se acercó a él y junto de nuevo sus frentes con lágrimas cayendo de su rostro—, pero tengo un hijo y tú sabes que él es mi adoración y no quiero que.
—Harry, te estoy pidiendo amarte, estar en tu vida con todo lo que representas tu y eso incluye a Andrew, porque te estoy pidiendo que me dejes entrar en la vida de ambos, porque estoy dispuesto a hacerlos felices, cuidarlos—murmuro con convicción—. Porque los quiero, porque Andrew se ha ganado cada parte de mi corazón y permíteme, si es posible y si él así lo quiere, ser su padre, ser tu novio, padre de tus hijos y amigo también.
—Estás loco—Harry se alejo con una sonrisa brillante y acuosa—. ¿Estás seguro? Porque si te dejo entrar estaría dejando a Merced mi corazón, estaría dejándote la posibilidad de romperme en pedazos y yo no creo que sea capaz de aguantar algo así de nuevo.
—Y lo sé, estoy completamente seguro, nunca lo he estado en mi vida—dice tomando el rostro del rizado—. Y estoy dispuesto a amarte toda la vida o las demás si es necesario.
Harry río ante el tonto y romántico discurso que ha soltado Louis y porque nadie más en su vida le ha dicho tantas cosas tan bonitas con una seguridad que le asusta. Se quita las lágrimas asintiendo varias veces, sus bocas se encuentra en algún punto de todo ese cariño, en todas esas lágrimas de felicidad y se acercan lo más posible.
Harry se aferra a Louis, como lo único que quiere en este instante. Louis lo envuelve cerca y persigue sus labios con parsimonia y sonríen entre ellos.
—¡Mami!—ambos se alejaran riendo con Andrew los jala de sus ropas.
Harry se agacha hasta su pequeño hijo y se cepilla las mejillas—. Cariño, ¿Te gustaría que Louis sea parte de nuestras vidas?
El pequeño frunce su ceño con confusión y termina alzando su cabeza para mirarlo.
—Sí, mami.
Parece que con la aprobación de Andrew se sella todo. El pequeño corre de regreso a adentro y Harry se acerca a él y se besan nuevamente, está vez algo rápido y entran al hogar de Harry. Pasan tiempo juntos y cuando Andrew va a la cama, Louis se encarga de demostrarle a Harry cuanto lo ha amado.
♡
—¡Aquí, aquí!—Andrew ríe en brazos de Louis con un adorno para el árbol—. ¡Papá!
Louis rueda los ojos y deja que el pequeño rizado ponga el adorno en alguna parte del árbol, luego lo baja y Andrew va en busca de otros adornos que le llamen la atención. Las cosas han cambiado, en primer lugar, Louis se mudo en el departamento de Harry unos cuantos meses después, pero hoy tiene una sorpresa que espera que a Harry el guste. Mira a Andrew pasándole la llave y lo toma en brazos para que lo cuelgue en alguna parte del árbol que sea visible. La otra cosa que también ha cambiado es que solo ha pasado dos años y que es de sus primeras navidades juntos.
Y por supuesto, cuando Harry entra ahí otra cosa que ha cambiado. Solo un vientre abultado con cuatro meses de embarazo. Se acerca a Harry le quita las galletas recién salidas del horno para acercarlo al árbol.
—¿Ves alguna decoración rara? Creo que Andrew ha hecho una travesura.
Harry abre los ojos sorprendió pero se acerca y mira con determinación. Andrew se tapa la boca riendo el otro lado. Se siente con los nervios a tope pero con una presión de un buen futuro.
—¿Que ha hecho, Andrew?—niega varias veces—. Louis, te he dicho que no solapes sus trave-
Harry se detiene cuando se da cuenta. Se acerca y desengancha la cosa, toma la llave entre sus manos fijándose en que no la reconoce. Se gira hacia Louis con ojos llorosos.
—¿Qué es esto, amor?
—Un regalo de navidad—alza los hombros restándole importancia cuando está muriéndose por dentro—. Una casa para nuestra familia, para formar una familia.
Harry ahoga un sollozo y no demora en acercarse y estrecharlo en brazos y besar su boca varías veces. El rizado se aferra a él diciendo lo feliz que está siendo a su lado, que no espera a que tengan a su bebé y que Andrew lo proteja de todo. Que ama a su pequeña familia. Solo son cosas que dice entre sollozos.
Andrew lo mira un poco confundido de porque Harry llora en vez de sonreír de felicidad, pero se acerca a ellos alzando los brazos para ser tomado en brazos. Louis lo carga, aunque ya ha crecido y se ha vuelto pesado.
Harry ríe y se acerca a él más para colocar su cabeza en su hombro y mirar la pequeña familia que tienen y de pronto tendrán otro bebé.
Louis besa a Harry en los labios pensando de que obtuvo más allá que un simple deseo de navidad.
Obtuvo una familiar y amor.
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