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♡Midnight calls

Louis y Harry son exs, pero en una noche de borrachera Louis lo llama.

Pensó que sería más fácil olvidarlo, olvidar aquellos bellos momentos en dónde se besaban en los pasillos antes de entrar a clases, de esa citas divertidas y extrañas, y esas otras citas sumamente románticas. Pensó que sería más fácil olvidarse de como sabia besar los labios de Louis, de la suavidad de estos, o de como este lo tomaba y le susurraba promesas cuando lo hacían en la cama del otro o debajo de las sábanas. Pensó que sería sencillo arrancar y sepultar cada rastro de amor que sentía por él, de que podía seguir con su vida como si nada, que después de llorar sobre su almohada por lo que parecían años iba a poder levantarse y no sentir esa profunda tristeza que inundaba su ser, de que su mirada no cayera en cada cosa que hacía el castaño porque lo hacía sentirse orgulloso y era sencillo sentarse y admirar a Louis porque era una gran persona.

Todas aquellas cosas se rompieron en cuestión de segundos cuando Louis pronunció esa palabras que le borró la sonrisa y lo hicieron sentirse rígido. Como si todo a su alrededor se hubiese detenido y solo podría escuchar sus propios latidos y pensamientos. Toda aquella emoción, aquella felicidad se apagó tan fácil como sería soplar una vela y ver el fuego huir tan pronto como el aire lo tocaba. Tuvieron una gran discusión después de eso, porque no podía quedarse y pretender que era solo amigos frente a la familia de Louis, porque no podía quedarse y seguir viendo de la misma forma en que veía a Louis antes de que pronunciará eso. Fuerte y valiente, porque no lo fue, no cumplió su promesa y Harry no estaba dispuesto a seguir creyendo en sus promesas, en sus palabras cuando no podía decirle a su familia que tenía novio, porque habían estado juntos dos largos años como para esperar más tiempo y puede que sea egoísta, pero también estaba pensando en él, en sus sentimientos y parecía que Louis no estaba listo o no estaba suficientemente convencido como para saltar hacia afuera.

Después de su rompimiento lloro sobre la cama por días, y aún lo hace si se detiene a pensar y rememorar cada pequeño detalle de su vida juntos y recordar ese día. Y no estaba siendo fácil, porque mirarlo por los pasillos lo hacía querer acercarse y besarlo, porque fijarse en lo que aún ama de él lo hace querer volver a intentarlo. Sin embargo, no está dispuesto, no está dispuesto a seguir siendo el secreto de Louis, de sentir que estaba siendo ocultado de una parte importante de su vida, de sentir que el castaño estaba avergonzado de él.

Porque su corazón ya no podía aguantar más dolor como para que él se expusiera de esa manera nuevamente. Porque pensaba con claridad, y quizás, tenía que ver qué cortaron cualquier lazo que los uniera. Su corazón era tan débil y traicionero como para saber si se paraban frente al otro cederían y eso era lo que menos quería Harry.

Ceder.

—¿Estás bien?

Negó un par de veces. Incluso el mismo se ha preguntado eso. —Supongo.

—¿Sigues pensando en el?—Liam lo detuvo apoyando su mano en su hombro acariciando ahí.

Nunca dejaría pensar en él, o quizás en un par de meses o años. No está siendo fácil hacerlo, no cuando lo ve por los pasillos y todo lo que ve le recuerda a él y porque no ha sido capaz de eliminar su contacto o las fotos en su teléfono, porque no ha podido eliminar todo lo que lo sigue uniendo a su recuerdo, porque no aún no es lo suficientemente valiente para hacerlo. Eliminar tantos buenos recuerdos.

Y justo como ahora, su mirada cae en el pasillo encontrándose con la de Louis. Solo es un breve segundo cuando se sostienen la mirada sin expresar lo que sienten, antes de desviarla y sentir como su corazón se rompe un tanto más que no sabe cómo es que no se desmorona por completo.

—Sí, pero no es como si de un día a otro se me olvidara su mera existencia ¿Sabes?—dice a la defensiva—. Tu sabes cómo fue nuestra relación, esas cosas no se olvidan de un día a otro.

Ni mucho menos sus sentimientos, si fuese así de sencillo ya lo hubiese hecho. ¿Quién en su sano juicio le gustaría sufrir por amor? A Harry sin duda no.

—Lo entiendo, pero han pasado dos meses y odio verte así.

—¿Cómo?

—Triste y ya no sonríes con frecuencia—señala. Harry se encoge de hombros—. ¿Qué te parece ir al centro comercial después de clases? Así te distraes y compras ropa y esas cosas que tanto adoras.

Sonríe genuinamente. —¿Te he dicho que eres el mejor amigo de todo el mundo?

—Creo que no. Sería bueno escucharlo.

Rueda los ojos pero lo abraza. —¡Pues lo eres!

Sonríe, de las sonrisas verdaderas que puede contar con los dedos en estos dos meses, pero se le borra cuando se encuentra de nuevo con la mirada de Louis. Sus ojos son profundos y eléctricos, no es tonto como para saber que se siente celoso y frustrado por no poder hacer nada. Y él sabe muy bien, que los sentimientos no pueden esfumarse con tanta facilidad, aún cuando uno implore y le grite al cielo que fuese posible. Aún sentía el mismo amor por Louis, solo que ahora se siente decepcionado y con el corazón roto, pero con la misma intensidad de amor que sintió desde un principio.

No apartan la mirada y las ganas de encontrarse a la mitad del pasillo hacen aparición, pero Harry niega y toma de la mano de Liam y se pierden de la vista de Louis.

—Eso sería bueno.

—Veras que si—Liam pasa su brazo por su hombro para acercarlo—. Unas buenas compras siempre reparan un corazón roto.

—¿Quien dice eso?

—Yo por supuesto—sonríe con orgullo.

Harry lo duda, necesitara más para eso para sanar su corazón, incluso si toma cada cachito y los vuelve a unir. Siempre pensó que las cosas con Louis durarían mucho tiempo, eran el uno para el otro, incluso tontamente pensó que podrían casarse o hacer de su compromiso más serio algún día, pero debió de atenerse a las consecuencias, Louis no estaba listo para salir del closet con su familia. En la universidad eran una pareja, sin miedo de ocultar su amor, ser el mismo con sus amigos, pero con su familia era otro.

Aún recuerda esas palabras.

Harry empujó el hombro de Louis para que lo presentará con su madre. Hace unas semanas Louis había tomado la valentía y el valor para presentarlo con su familia como su novio y ahí estaban frente a la madre de Louis, pero este parecía estar perdido en sus miedos, pálido y callado cuando su madre esperaba.

Louis lo miro a los ojos aclarándose la garganta cuando salió eso. —Mamá, te presento a Harry mi... Amigo.

—Louis...

—Un gusto, cariño. Me alegro que Louis tenga unos amigos tan educados y atentos como tú—la madre de Louis sonrió—. Pero pasa estás en tu casa. Iré a checar la comida.

Tan pronto como la madre de Louis entro a la casa, las lágrimas y el dolor lo golpearon. Estaba decepcionado de Louis y entendería y en parte lo hacía, pero tenían dos años de relación y estaba cansado de ser un secreto, de que Louis tuviera miedo de tomarle la mano fuera de la universidad, siempre atento y alerta a sus alrededores. Ya no quería sentirse de esa manera.

Louis se acercó a él tratando de tomarlo de la mano, pero se alejó con lágrimas en los ojos.

—Harry, lo siento tanto amor. No sé que me pasó y no pude, pero prometo.

—Siempre es lo mismo contigo. Lo prometo, lo prometo y nunca lo cumples—se limpio las lágrimas con fuerza en un arrebato de enfado—. Estoy cansado de escucharte decir eso y no ver que hagas algo para cambiarlo. Odio que no tomes mi mano cuando salimos a citas, que parezca tu amigo y odio que cuando nos encontramos con tu familia me presentes como tú amigo nada más. ¡Estoy harto, harto de ser un secreto a escondidas!

A este punto estaba llorando con fuerza y Louis lo hacía también, mirándolo con miedo esperando a que no soltará esas palabras que darían una sentencia a su relación y aunque le doliera en el alma, él ya no podía. Esa era la razón.

—Sé como te sientes y lo entiendo, pero también entiéndeme a mi. Pensé que podría pero no pude hacerlo, y lo haré, solo dame tiempo y lo haré, mí amor.

—Ese es el problema, Louis. Ya te he dado el tiempo suficiente y más y... creo que lo más fácil sería que terminemos.

Louis lo tomó de la mano negando varias veces y lo soltó solo para abrazarlo y sostenerlo de la cabeza escuchando sus sollozos.

—No, Harry. No tenemos que llegar a esos extremos.

—Odio hacerlo, pero esto se terminó hasta aquí—lo alejó—. Tu no estás listo y lo entiendo completamente, pero yo no puedo esperar más, porque sin darte cuenta me lastimas también a mí.

Fueron esas palabras que dieron fin a su relación y que hasta el día de hoy las sigue recordando con tanta facilidad, y las emociones siguen siendo palpables como si ellos fueran los únicos que avanzaron y los sentimientos seguían en el aire atormentándolos en esas noches de vela.

Liam se dio cuenta de su expresión y beso su mejilla. —Vamos te hace falta.

Y lo hacía. Tal vez pueda olvidar todo unas cuantas horas.



Liam tuvo toda la razón. Paso su tarde y casi la noche olvidando como se encontraba su corazón y olvidando ese par de ojos azul eléctrico. Su amigo se encargó de distraerlo de todo, de llevarlo a comprar y luego comieron en algún establecimiento del centro comercial. Cuando llegó a casa estaba demasiado exhausto, que se dio un largo baño en dónde ningún pensamiento triste inundó cada rincón de su cabeza y luego ceno algo ligero y acomodo todo lo que compro.

Cuando dieron las diez y media se subió a la cama y puso alguna película para distraerse, y quizás, solo para que llenará el silencio de su habitación mientras veía sus redes sociales. Era un noche tranquila y fría,  lo que extrañaba de todo eso, eran los fuertes brazos de Louis sosteniéndolo cuando se quedaba a dormir en su departamento, ahora se sentía fría y desolada.

Se centro en mirar la película y en algún punto se quedó completamente dormido. Soñando en absolutamente nada hasta que el teléfono resonó en todo el lugar, con ese sonido molesto. Se sentó con rapidez fijándose en la hora solo para fruncir su ceño por la hora. ¿Quién llamaba a las doce de la noche? Casi se le resbala el teléfono de las manos pero lo apretó con fuerza.

Louis.

Es lo que decía el identificador. En otra situación sonreiría y contestaría con rapidez, pero sus manos ahora no respondían y la llamada se cortó al no responder, pero solo basto esperar otros segundos para que volviera a sonar sobre su mano. ¿Debería contestar? Su cabeza decía que no, pero la preocupación de que estuviese en problemas lo hizo suspirar y llevarse el teléfono a la oreja.

—¿Hola? ¿Louis?

El silencio inundó y Harry estaba seriamente pensando en colgar porque seguramente sería una tonta broma, pero parpadeo cuando lo escucho.

—Harry—la voz de Louis sonaba rara, casi arrastraba las palabras—, Cariño.

Cerro los ojos escuchando la forma en que esas palabras escapaban de sus labios. Sin embargo, ¿Estaba borracho? Podía percibir la música del otro lado, su voz sonaba pesada y las arrastraba. Dios santo, ¿Dónde estaba Louis? ¿Y por qué decidió llamarlo a media noche cuando ellos no eran nada?

—¿Dónde estás, Louis?

Lo escucho reír por lo bajo. —No lo sé. Zayn me arrastró aquí y hay muchas luces y la bebida es deliciosa.

—¿Está Zayn ahí?

—Si...bueno...desapareció—hipo riendo. Ya había tomado demasiado Harry sabía muy bien como se ponía cuando lo hacía—. Harry, por favor.

—¿Por qué llamas, Louis?

—Porque, porque te extraño demasiado. Porque te amo demasiado como para olvidarte tan fácilmente, ni siquiera puedo pensar en nadie más cuando tú ocupas mi corazón y porque hoy te veías tan precioso, tan hermoso en esos jeans ajustados y con esa bonita bandana sujetando tus rizos suaves y no sabes las ganas que tenía de decírtelo, de pasar mis dedos por ahí y besarte mucho.

Harry se sonrojo. De por sí Louis era tan directo, pero este Louis borracho era uno sin filtro y Harry nunca sería la mitad de sincero cuando las cosas estaban mal entre ellos, porque en este instante también quería soltar lo mucho que lo extraña, lo mucho que lo ama y de que el tampoco puede olvidarlo tan fácil.

Y ahora con su llamada, en una noche fría y solitaria sentía un choque de sentimientos. En primera, sentía un poco de emoción de escuchar su voz por primera vez en esos dos meses y que soltará esas cosas que hacen que su corazón lata de nuevo, y que aquella mariposas salgan a flote y lo hagan sonrojarse con cada cosa que diga, pero por otra parte lo hace odiar a Louis, de que después de dos meses de intentar tratar de olvidarlo, de seguir con su vida normal, una llamada lo coloque de esta manera.

—Louis, sinceramente.

—Y soy un idiota, uno completo—Louis lo corto y Harry se detuvo mordiendo su labio—. No te merecías eso, no merecías que alguien te ocultara. Deje que el miedo de que alguien de mi familia o conocidos de ellos pueda vernos y decirle algo a mis padres. No lo merecías, porque sería un orgullo presentarte a mi familia y dejé que el miedo me lo arrebatará.

—Esta bien, Louis—lo detuvo con los ojos acuoso—, ya no importa ahora.

—Lo sé—Louis rio con tristeza—, ni siquiera se porque te llamé, pero está bebida me hace decir cosas que nunca tendría el valor de decir estando en mis cinco sentidos. Te perdí y debo aceptarlo.

Harry suspiro antes de abrir los ojos al escuchar algo caer del otro lado y Louis maldijo. Posiblemente terminó botando su bebida y tenía que reprimir una risita cuando lo escucho disculparse con el barman antes de balbucear otras cosas. Jugo con el borde de la sábana, sin saber si decir eso era lo correcto o lo mejor ahora, pero no quería dejar a Louis en ese estado sabiendo que ya había tomado demasiado.

Louis rio volviendo al teléfono. —¿Harry?

—¿Si?

—¿Sabes que te mereces?—Louis se detuvo unos momentos antes de proseguir—. Mereces que presuman, que te presenten a su familia y que no se eché para atrás. Y yo no te di nada de eso, y no sabes cuánto me arrepiento y... Y desearía retroceder el tiempo y darme cuenta de que vales tanto como para que yo hubiese sido valiente.

—No estabas listo y no podía presionarte, pero tampoco quería esperar—Harry dijo de nuevo—. Pero esto ya lo hemos hablado, no es necesario que lo diga de nuevo.

Louis murmuró algo antes de escucharlo pedir otra bebida del otro lado. Harry se lleva las manos a la cara. Podría colgar y poner en silencio su teléfono y volver a dormir, pero lo amaba tanto que se preocupaba constantemente por él, que no sería capaz de dormir si sabía que estaba en algún bar de la ciudad y no saber cómo volvería a su departamento y más de noche. Miles de escenas cruzaron por su cabeza.

Se dejó caer en la cama jugando con su teléfono. —¿Louis?

—¿Si, amor?

—Busca a Zayn y vete a tu departamento.

—No se dónde se metió y ni tengo ganas de ir a casa—dijo entre hipidos—, pero no debería haberte llamado, seguramente va- va a golpearme digo que no te llamará y que estuviera tranquilo sentado.

—Entonces pide un taxi y ven a mi departamento—suelta—. Y deja de tomar porque sabes al siguiente día te da resaca.

—¿Seguro?

No, pero es algo que necesitamos. —Solo por esta noche, Louis. Nada va a cambiar.

—Esta bien—Louis murmuro—. Estaré en tu casa en un rato.

Tan pronto como dijo eso colgó y Harry salto de la cama para acomodar las cosas que estaban en el suelo y en la mesita de noche. Luego fue a la cocina sabiendo que le haría bien tomar un té para que lo calmara y lo hiciera dormir, incluso venga cansado, así que puso agua a calentar y esperó a que pacientemente Louis llegará o el agua terminara de estar a la temperatura correcta. Puso un poco de agua caliente en una taza y agrego el té, así sin nada más por este momento y los nervioso llegaron cuando escucho el timbre sonar.

La preocupación de saber si se veía bien lo hizo mirar su ropa. Una pijama azul y una pantuflas, su cabello seguramente estaba despeinado, pero a quien le importaba. Louis y él no eran nada y él ya lo había visto en muchas ocasiones de esta manera que no sería algo nuevo.

Tomó tres reparaciones largas antes de abrir la puerta y casi tirar a Louis al suelo. Él se levantó, se había recargado en la puerta. Rieron despacio antes de mirarse a los ojos y detener sus risas. Sin duda era extraño estar frente del otro cuando la última vez que lo estuvieron su relación se rompió.

Se fijó en Louis. Tenía la ropa algo arrugada, los ojos cansados con un par de ojeras y podía sentir todo ese olor a alcohol por haberlo ingerido y haberlo botado sobre su ropa, podía percibir la mancha.

—Ven pasa—lo tomó del brazo cerrando la puerta para guiarlo hasta la cocina. Le acercó a una silla y le deslizo la taza—. Toma esto, te hará bien.

—Harry—lo tomó de la mano antes de que pudiera alejarse—, te extraño tanto. Demasiado. Luces bonito con tu pijama puesta.

—Louis, por favor no hagas las cosas más complicadas—pidió tomando fuerza para alejar su mano—. Deja que vinieras porque aún me preocupas, pero no confundas las cosas.

—Si, tienes razón.

Louis lo dejo ir sosteniendo con dificultad la taza y bebió un poco. Sus miradas se encontraron sin poder evitarlo porque aún orbitaban alrededor del otro.

—¿Me prestas tu teléfono para avisarle a Zayn que estarás en mi casa?

Louis asintió buscando su teléfono en su bolsillo para tendérselo. No demoró en colocar la contraseña y buscar el chat del mejor amigo de Louis y explicarle que estaba en su casa y que estaba bien, luego se lo regreso a Louis.

El ambiente se sentía un poco tensó e incómodo sin saber que decir, o si disculparse o ya no saber de que hablar. Louis lucía triste y un poco ido, no le gustaba que tomara, casi nunca lo veía de esta forma.

—Lo siento.

—Por favor, deja de disculparte—Harry suspiro con pesadez—. No era nuestro momento ¿No? No estabas listo y está bien, aún no lo estás para salir del closet con tu familia.

—En realidad ya lo saben—Louis baja la mirada—. Absolutamente todo, de nuestra relación... Bueno lo que fue de ella.

Harry parpadeo sorprendido. ¿Cuando lo hizo? Harry se sentó al lado de Louis colocando una mano encima de la suya. A pesar de todo, apoyaba y le preocupaba Louis y saber los miedos que lo frenaban de haberlo hecho lo hacían querer saber que sucedió con ellos.

Louis se fijó en sus manos antes de darle la vuelta y entrelazarlas. Viéndolas como si fuese lo más entretenido el mundo, con todo ese alcohol así lo veía.

—¿Cuando se los dijiste? ¿Se lo tomaron bien?

—Primero se lo dije a mi madre. Ella literalmente me conoce y entró a mi habitación al ver que estaba triste y me hizo decirle. Ella, dios, pensé que iba a estar decepcionada de mi, que iba a odiarme. Ella no lo hizo me apoyó y no se porque me asustó decirle, luego se lo dije a mis hermanas y fueron comprensivas. Nada cambio con ellas. Mi abuela fue el problema, creo que me odia y me trata diferente, pero mi madre me defendió y realmente no me importa su opinión.

—Louis—dijo con orgullo.

—Me odia mi abuela—volvió a repetir riendo—. ¿Sabes sería genial?

—¿Qué, Louis?

—La cara que pondrá cuando te presente—Louis tosió cuando se dio cuenta—, cuando le presente a alguien. Por mi que me odie, me dijo tantas cosas que me hicieron odiarla también.

Harry sonrió con tristeza. Apretó la mano de Louis para hacerle saber que lo apoya y entiende como debe sentirse. Él perdió algunos amigos y familia cuando salió del closet y le tomo un tiempo dejarlo ir y seguir con su vida.

Bajó la mirada con todo aquel desliz que sin querer salía de los labios de Louis. Tal vez, eso necesitaba Louis, que alguien lo hiciera sentirse amado, apoyado y sin ser juzgado, justo como la madre de Louis lo hizo.

Suspira levantándose. —Termina tu té, arreglaré la habitación. Espero que no te moleste dormir en la misma cama.

—Sabes que no.

Louis soltó por lo bajo. Harry no encontró más palabras para decir y caminó hasta la habitación, saco otro par de sábanas ya que la noche era fría y Louis ha estado afuera por un tiempo. Se cercioró de apagar la televisión, de colocar esa luz tenue para que inundara la habitación y por si en algún momento de la noche se le ofrecía algo a Louis.

Luego de eso, caminó hasta las ventanas cerrándolas y acomodando mejor las persianas para que cuando el sol saliera no le molestará a Louis. Cuando bajó Louis estaba con los brazos sobre la isla y la cabeza acomodada en ese hueco. Se acercó quitándole el té, que si se terminó, y sirvió un poco de agua y algunas pastillas para el dolor de cabeza llevándolas arriba y colocándolas en la mesita de noche para que Louis pudiese agarrarlas cuando despertara, si es que tenía una cruda al día siguiente.

Cuando volvió hasta donde el estaba, unas ganas inmensas de pasar sus manos por su cabello y acariciarlo, así como también susurrarle cosas con suavidad en el odio, lo inundaron, en cambio le empujó el hombro varias veces para llamar su atención.

—Lou—insistió—, Louis, vamos.

El castaño a duras penas pudo mantener los ojos abiertos por unos cuantos segundos, pero entre cerro los ojos y caminó hasta su habitación y se dejó caer en la cama. Harry revolvió su closet buscando alguna pijama para prestarle al castaño. No tardó en hacerlo y entrar bajo las sábanas.

—¿Vienes?—Louis capturó su mano.

—Lo haré. Iré rápidamente al baño y vuelvo, pero tú duérmete ya.

El castaño suspiro soltando su mano y lo vio envolverse en todas esas sábanas. Hizo lo que tenía que hacer, como apagar los focos, cerrar las puertas para volver a la habitación. Se subió en la cama y se dio la vuelta para estar de espalda a Louis.

No pudo dormir, con todo lo de Louis rondando por su cabeza y lo orgulloso que se sentía que haya por fin salido con su familia, independiente de la forma en que lo hizo no fue como él la quería podía saber cómo se sentía Louis en este momento.

—¿Harry?

—¿Si?—se dio la vuelta encontrándose a escasos centímetros con el rostro de Louis.

—¿Puedo abrazarte solo por esta noche?

Harry lo pensó mucho, pero termino asintiendo un par de veces. Se dio la vuelta para ser la cuchara pequeña y Louis lo envolvió cerca. Su aliento a alcohol no era lo mejor, pero su brazos fuertes y cálidos lo hicieron cerrar los ojos y caer dormido.

El día siguiente fue un tanto incómodo con un Louis con un poco de dolor de cabeza y vistiéndose de manera avergonzada y antes de irse le recito miles de disculpas, pero Harry lo corto solo para decir lo orgulloso que estaba de él.

No fue fácil dejarlo ir, porque tenía un gran nudo en la garganta y ganas de volver a estar entre sus brazos. De alguna forma cuando cerró la puerta se sintió más vacío que antes.


Y solo una semana después se volvieron a encontrar. Harry había estado caminando hasta su establecimiento favorito de café cuando otra persona camino a su lado, se encontró con Louis inmerso en su teléfono hasta que le empujó el hombro y casi tira su teléfono al suelo, el castaño lo miro enfadado pero su expresión cambio cuando se dio cuenta de que era él quien lo había empujado.

Fue un poco diferente está vez. Se sentía como si ya no hubiese esa tensión entre ellos dos, como si esa noche los hiciera acercarse un poquito más y perdonar algunas cosas.

—Lo siento—se soltó a reír.

—Harry, casi te mando a la mierda—Louis ríe también guardando su teléfono sano y salvo en su bolsillo—. Uhm ¿Vas a tu cafetería favorita?

—Sí. ¿Tu también?

—Sí. Hace tiempo que se me antojaba uno de esos cafés—Louis sonrió con melancolía.

Solían ir mucho a ese lugar porque Harry lo había amado la primera vez que probo ese café y pasaban sus tardes libres estando ahí y hablando entre ellos. Él lo había evitado cuando terminó con Louis porque de cierta manera lo hacía recordarse de su relación, de lo que vivieron juntos y de sus muchas citas en aquel lugar, pero solo hace unos días reflexionó que era un poco tonto dejar de ir a esos lugares que amaba solo porque le hacía recordar bonitos momentos que paso ahí. Parece que Louis tuvo la misma idea.

Caminaron en silencio robándose miradas cuando él otro no miraba, pero que podían sentirlo.

Louis se aclaró la garganta. —¿Sería muy irrespetuoso que te invite a tomar ese café juntos?

Harry se detuvo haciendo que el castaño hiciera lo mismo y lo miro un tanto indeciso. Sin saber si debería aceptar o mantener su distancia, pero el amor ahí estaba entre ellos, es algo que no podían ocultar y Louis parece demasiado arrepentido esperando por una respuesta.

—¿Depende?

—¿Depende de qué?

—De si me lo pides como amigos o me lo pides como en una cita—pregunto.

—¿Me la aceptarías si te digo que como en una cita? ¿Me la aceptarias si te dijera que estoy dispuesto a conquistarte cada día hasta que sientas que está vez estoy más que dispuesto a amarte de verdad?—Louis pregunta acercándose un poco más a él, cosa que lo colocó nervioso pero no se alejó.

Estar lejos de Louis estos dos meses han sido lo más difícil que ha hecho, y tratar de olvidarlo y seguir con su vida ha sido un fracaso interminable, que no quiere seguir pretendiendo que no lo necesita. Y quizás, las cosas al principio no salieron como él quiso, pero Louis ahora estaba de frente él luciendo arrepentido y con ganas de mostrar con orgullo lo que es y él solo quiere estar en esa nueva etapa con él, apoyarlo.

—Solo si vas a tomar mi mano y no la vas a soltar nunca.

Louis sonrió tomándolo de la cintura para juntar sus frentes y buscar su mano. —Incluso, está vez. Corrección, una vez que tomemos este café y hablemos y aclaremos unas cuantas cosas y si aún quieres te voy a presentar a mi familia como lo que en verdad eres para mí.

—En ese caso. Acepto la cita.

Se acercó a Louis un poco más cerrando la distancia entre ellos en un largo beso. Después de tomar ese café con las piernas enredadas debajo de la mesa, con las manos entrelazadas encima de esta y besándose por momentos, Louis cumplió su promesa. Fue presentado a la familia del castaño como su novio, sin una pizca de temor, de duda, solo valentía.

Y todo comenzó de nuevo por una llamada de media noche.

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