Love under the summer sun
Harry pasa las vacaciones de verano en la casa campo de su mejor amigo. La única regla que debe seguir es no dirigirle la palabra a Louis, al primo de su amigo. No espera romper esa regla tan pronto.
Mi favorito, mi favorito. Espero que disfruten del OS tanto como me gustó escribirlo.
♡
Baja su maleta al suelo tan pronto como recibe el mensaje de Alexander avisándole que está esperándolo afuera del edificio donde vive. No pierde tiempo en mirarse una vez más en el espejo esperando que sus rizos estén presentables, porque parece que toda la noche y con sus movimientos tratando de buscar una posición cómoda para dormir, crearon un lío en su cabeza que tuvo que resolver con acondicionador de fresa y pasar el cepillo con sumo cuidado, un cuidado por el miedo de no llevarse mechones. Ahora que se toma unos segundos, comprueba que sus rizos lucen sanos y con brillo, por lo que apaga la luz de su habitación y camina hacia la puerta principal, pero antes de irse y sumergirse en lo que probablemente sea el verano más divertido de su vida, se encarga de cerrar y checar que todo esté en orden, cuando nota que es así, toma con fuerza su maleta y cierra la puerta detrás de él y no tarda en entrar al ascensor.
Estás vacaciones le emocionan muchísimo, no solo por el hecho de que hace algunos meses que no se toma un tiempo para sí mismo, para relajarse y estar lejos del trabajo y del calor y el ruido de la ciudad, sino porque Alexander lo ha invitado a la casa de campo de su familia, aquella casa que presume cada vez que puede y que afortunadamente tienen lagos cercas. La casa es rústica y preciosa, por lo que ha visto en fotos. Y la inmensa tranquilidad lo hará sentirse desestresado y un poco distanciado de lo que es vivir en un lugar concurrido, en movimiento con el ruido y las personas corriendo de un lado a otro.
No es algo de lo cual se queje, porque Harry adora vivir ahí y porque el barrio donde vive es bastante tranquilo a comparación de otros lugares de la ciudad. Porque tiene vecinos agradables y amables, pero de vez en cuando es necesario apartarse de esas cosas y que mejor que hacerlo en la casa de campo de su mejor amigo.
La única condición que se le ha pedido es no dirigirle la palabra a Louis, al primo de Alexander. Aquella persona con la que siempre ha tenido una rivalidad cuando eran pequeños y que con los años solo fue aumentando ocasionando que ninguno pueda tolerarse. Harry simplemente no entiende la razón de eso y quizás no le importe en absoluto, porque él solo va para unas merecidas vacaciones y pasar tiempo con su mejor amigo.
Es una condición bastante sencilla, o eso es lo que Harry quiere creer, no cree que haya algún inconveniente con no cumplir con aquella petición.
Arrastra con una sonrisa radiante su maleta, una maleta bastante llena a decir verdad. Sin embargo, Harry cree que ha empacado lo necesario pero ahora mismo está lidiando con moverla y cuando sale del edificio y el sol le pega directamente en el rostro cree que ha empacado lo justo. Puede escuchar con bastante claridad la risa tonta de Alexander y en cuestión de segundos lo ayuda con su maleta, colocándola en la cajuela de su auto y señalando la puerta para que entre.
El sol está en el punto más alto y no hay mucho aire por lo que cuando entra al auto deja escapar un suspiro y se quita los lentes de sol para poder mirar a Alexander.
—Estoy bastante emocionado.
—Se nota. —Alexander se burla suspirando—. Tendría los mismos ánimos si tan solo Louis no se hubiese incluido en los planes este año, pero nuestros padres quieren que pasemos unas vacaciones agradables.
—¿Por qué el odio?
—Simplemente no nos hemos llevado bien nunca. Hemos competido por muchas cosas que me irrita—masculla por lo bajo. Luego lo mira con los ojos demandantes—. Ni se te ocurra cruzar algunas palabras con él, eso es lo único que te pido como amigo.
—Alex. —Se inclina colocando una mano sobre su brazo—. Solo voy a despejarme, no busco hacer amigos.
—No, pero posiblemente sea tu tipo y es gay—señala—. Así que ni se te ocurra coquetearle o seguirle algún tipo de juego.
Intenta lucir extremadamente tranquilo ante "puede que sea tu tipo" porque en el fondo está un poquitín curioso e interesado. Es solo que no ha salido con alguien hace un tiempo que eso lo pone un poco emocionado, pero debe recordarse lo que Alexander le está pidiendo. Además si Alex lo odia puede que se deba a algo y al final tampoco a él termine agradándole.
Alza su mano, con algunos anillos adornando sus pálidos dedos. —Lo prometo. Incluso prometo no mirarlo.
—Bien.
No dicen nada más porque Alexander se pone en marcha para manejar unas cuantas horas hacia el lugar. Harry por su parte se inclina colocando un poco de música y se arregla un poco más y tiene que aguantar una carcajada cuando Alex lo mira con cara de pocos amigos y los ojos entrecerrados, creyendo que quiere lucir precioso para su primo cuando Harry ni siquiera lo conoce ni en fotos y probablemente tampoco le agrade.
Durante todo el trayecto duerme un par de horas, en otros minutos habla con Alexander de cosas aleatorias y luego se dedica a observar el frondoso paisaje que se le presenta en frente, poco a poco van llegando al lugar ya que no se observan muchas cosas o lugares y los árboles son lo único que se ve a cierto punto.
Para la alegría de Harry no tardan mucho en llegar y Alex se estaciona en un lugar y tan pronto como lo hace, salta del auto buscando su maleta al igual que Alex. Esté le hace una señal para que camine a su lado yendo a la casa. Una casa preciosa y grande a la vista y cuando entran también lo es por dentro.
La madre de Alexander les sonríe inclinándose para besar sus mejillas y decirle que vayan a dejar sus cosas en su habitación y se reúnan con los demás en el jardín para un desayuno tranquilo y pueda conocer a los demás. La madre de su amigo siempre ha sido tan amable y amorosa, casi lo quiere como a un hijo.
—Ven. —Alex le hace una señal hacia las escaleras—. Te mostraré tu habitación.
—Me parece bien. La casa es preciosa y el lugar ni se diga.
—Me alegra que sea de esa forma, quiero decir, vas a quedarte una semana—bromea abriendo una de las puertas en el pasillo de la derecha—. Bienvenido a tu habitación por lo que va hacer una semana. Ponte cómodo y desempaca, iré a hacer lo mismo en mi habitación.
Harry asiente despacio cerrando la puerta y empujando su maleta hacia la cama. La abre al momento sacando las cosas que ha traído con él y colocándola en los lugares adecuados. Cuando termina mira lo amplio que es la habitación y lo bonita que es. La cama luce cómoda y suave a la vista y lo que termina haciéndolo chillar como a un niño pequeño es el balcón que puede ver desde donde está parado y no demora en abrir la puerta que da hacia ahí y apoyar sus manos en el barandal para mirar hacia bajo y sorprenderse porque da hacia la diversas flores más allá de la casa.
También da perfecto al jardín donde está la mesa con los platos servidos y algunos familiares de Alexander comiendo y compartiendo unas cuantas palabras. Pero su mirada termina cayendo en el hombre que está apoyado en una de las paredes de concreto, fumándose un cigarro y mirando con aburrimiento el cielo o eso fue hasta que sus miradas se encontraron y no pudieron despegar la vista. El aire hace que sus rizos se revuelvan que suelta un puchero que hace que el hombre suelte una risa que no logra escuchar porque están lejos, pero su pecho se mueve y sus ojos se vuelven pequeños a la vista.
Su corazón se acelera ante tan simple acción y su mirada lo recorre lentamente, deleitándose de cada pequeña cosa. Su brazo lleno de tatuajes, pómulos altos y la postura correcta y la mirada en alto. Sus labios son algo que destacar, completamente opuestos a los suyos que le da tanta curiosidad saber si se amoldarían con los suyos a la perfección.
Su ensoñación y coqueteo se ve interrumpido ante un par de golpes en la puerta y la voz de Alexander se hace presente. Mira al hombre una última para darse cuenta de que ya no está más ahí. Suspira caminando para cerrar la puerta y caminar para abrirle a Alexander.
—¿Por qué tardaste tanto en abrir?
—Es solo que-
—No importa—lo corta tomando de su brazo para guiarlo hacia la planta baja—. Vas a conocer a algunos familiares y está Louis, ignóralo por completo y recuerda qu-
—Sí, no dirigirle la palabra. Entiendo, no te preocupes. —Rueda los ojos.
Su amigo parece satisfecho con la respuesta dejando escapar una sonrisa. Harry ya está demasiado ocupado sintiendo el corazón latirle a cada segundo al pensar en que va a ver al hombre, va a tenerlo frente a él y ha querido preguntarle a Alexander sobre su nombre pero lo ha cortado antes de siquiera formular la pregunta en su boca. Sin embargo, tampoco tiene tiempo para preguntar cuando salen al jardín y las voces de los familiares de Alex se escuchan y de forma desapercibida se arregla los rizos y acomoda los lentes de sol que tiene sobre su cabello.
Pasa sus manos sobre sus pantalones y camina al lado de su amigo y su mirada se encuentra con el hombre, está sentado en la mesa comiendo de manera aburrida pero sus miradas se encuentran y la partan con rapidez, pero el hombre lo mira con la frente arrugada y los ojos oscuros. Harry no entiende que ha cambiado, hace apenas unos segundos atrás lo había visto sonreírle abiertamente e incluso se rió de él.
—Ahí está el odioso de Louis.
—¿Dónde?—pregunta por lo bajo.
—Ahí, sentado en la esquina—señala entre dientes.
Tiene que contener jadear y quejarse en voz alta, pero sus ojos se abren cuando entiende a quien se refiere. Solo es el hombre que se le ha hecho demasiado atractivo hace unos segundos, con aquella persona que ha reído y tenido un momento. Aquella persona que Alexander odia y de que casi le hace prometerle no mirarlo, cuando ha roto esa parte hace unos momentos atrás.
—Ven—pide acercándose con los demás.
Rápidamente es presentado con la familia de Alexander, sonrojándose un poco al recibir un par de halagos y tan pronto como todo se calma es guiado por su amigo para sentarse en una de las sillas vacías. Para la desgracia de ambos, más para su amigo, se sientan frente a Louis, quien mira a Alexander con aburrimiento y con cierta diversión porque es claro la molestia que expresa su amigo y casi se ríe también, pero tiene que recordar que condición tenía y que quizás Alex tenga sus razones para sentirse de esa manera, por lo que baja la cabeza hasta su plato de comida pero se sonroja suavemente cuando se encuentra con la mirada de Louis cuando la sube de nuevo. Sus ojos son muy azules desde aquí y lo mira con suavidad, algo inexplicable.
Alex masculla algo por lo bajo que no logra escuchar porque está ocupado tratando de bajar la temperatura de sus mejillas. Porque parece un adolescente y porque el hombre frente a él es guapo y muy el tipo de Harry como dijo su amigo.
Muerde un pedazo de fruta y bebe del jugo de naranja recién hecho. Todo luce tan calmado, y la familia de Alexander lo incluye en sus planes, aunque parece que algunos vienen por cuestiones de trabajo y parece que su amigo también por lo que quizás explorará el lugar por su cuenta algunos días.
—¿Listo? Podemos pasear por el centro del lugar un rato.
—Sí. Me parece una idea genial—dice limpiándose las manos con una servilleta.
—Vamos.
Se levanta disculpándose con los demás y mira una vez más a Louis antes de caminar hasta su amigo. Usan el auto a pesar de que no tienen que caminar mucho, pero no dice nada aunque a él le habría gustado mucho caminar por las calles de ese hermoso lugar. Visitan un par de museos, nada comparado con la ciudad porque aquí vive poca gente y terminan cenando en un restaurante. Harry termina adorando ahí, la comida fue deliciosa y termina satisfecho cuando regresan a la casa.
Suspira cuando Alex lo deja en su habitación y puede descansar. Mañana puede ser un gran día y no puede esperar, sin embargo, la cama no es tan cómoda como pensó y extraña la suya y el silencio sepulcral lo hace moverse un par de veces sobre la cama. Parece que está acostumbrado un poco al ruido de la gran ciudad, por lo que se sienta tallándose los ajos y se inclina buscando a tientas su teléfono viendo que son la una de la mañana y él no puede conciliar el sueño.
Se levanta mirando su pijama de seda color rosa bajo sonrojándose, pero quiere ir por un vaso de agua o hacerse un poco de té para poder dormir y no cree que alguien lo mire o lo encuentre merodeando la cocina, así que abre la puerta y baja las escaleras sigilosamente, porque las escaleras de madera pueden ser bastante crueles al rechinar en cada paso. No sucede, por lo que camina a la cocina y calienta un poco de agua en esa tetera vieja y se sienta en una de las sillas mientras mira por la ventana.
Las estrellas se pueden apreciar más aquí que en la ciudad y la vista del lugar hace de eso un paisaje bello.
—¿Precioso no?
Brinca del susto llevándose las manos al pecho y se sonroja cuando se da cuenta que es Louis. Esa es su primera reacción, la otra es levantarse y darle la espalda apagando el fuego, al recordar lo que le ha prometido a su amigo.
—Te hice una pregunta.
—Eh, sí, seguro. —Muerde sus labios tomando la caja de té del estante.
—¿Qué haces despierto a esta hora? ¿No puedes conciliar el sueño?
Suspira. Después de todo Alexander no sabrá que ha cruzado unas cuantas palabras con Louis y sería demasiado grosero no contestarlo o contestar secamente. No es que vayan hacerse los grandes amigos de un momento a otro y él solo estará una semana y quizás ya no lo vea más en su vida, así que se da la vuelta sonriendo un poco cansado por el viaje y la salida de hace rato.
Louis luce vestido informalmente, tiene unos jeans ajustados y una camisa sencilla. Muestra que ha venido de algún lado y luce cansado.
—Sí, no me malinterpretes, la cama es una delicia, pero dormir en un lugar que no es tu hogar cuesta un poco.
—Lo entiendo completamente. —Asiente caminando hasta él—. ¿Haces té?
—Sí, ¿Quieres una taza? Me quedan deliciosas.
—Por favor.
Louis toma asiento en una de las sillas viendo cómo Harry prepara las tazas y como sus manos evidencian lo nervioso que se encuentra en ese instante. Solo son varias emociones; nerviosismo por Louis, nervioso por ser encontrados por Alexander y lo odie y el cansancio en su sistema también es un factor ahí. Sin embargo, el ojiazul no dice nada al respecto o no está consciente de esos detalles.
Lo mira de reojo viendo cómo se pasa una de sus manos por el cabello y como se bosteza de vez en cuando. No es el único cansado y sin poder dormir ahí. Tampoco puede creer que ha roto tan rápido la promesa que le hecho a Alexander, no puede creer que sea en el primer día y que este hombre lo coloque un poco nervioso.
Cuando termina la taza de Louis se lo empuja con suavidad y toma entre sus manos la suya consiguiendo un par de galletas que ha visto en la alacena y da unos pasos hacia atrás sin saber que hacer a continuación. Se siente un poco mal por defraudar la confianza de su amigo a pesar de que solo han sido un par de palabras y nada más allá que eso.
—No tienes que irte. Siéntate unos minutos.
—Bien—acepta.
Se sienta a su lado bebiendo con cuidado su té y cuando Louis sostiene su taza y se la lleva a los labios lo mira esperando de su reacción por cómo ha preparado el té. Consigue unos ojos cerrados ante el primer trago y unos sonidos que muestran lo bien que le ha sabido.
—El mejor té que he probado—confiesa Louis riendo con suavidad.
—Supongo que gracias por el halago. —Baja la mirada para abrir sus galletas y extenderles un par a Louis, quien toma algunas al momento.
—¿Tu y Alexander son algo? Sé que te presentó como un amigo, pero eso dijo de aquella otra chica y se andaban besando por los pasillos creyendo que nadie se daba cuenta.
Harry abre sus ojos alarmado, negando al momento para luego reír y tapar su boca para no molestar a nadie más o alarmar a Alexander. Su amigo ni siquiera era gay o bisexual pero entendía que Louis no lo conocía, además que ellos eran demasiado cercanos.
Le da gracia que piense eso, él nunca podría ver de otra forma a Alexander, sería completamente raro y posiblemente arruinaría su amistad. Casi se atraganta con su té cuando escuchó la pregunta y su reacción le da la respuesta a Louis.
—No, solo somos amigos.
—Entiendo, parecían un poco cercanos. —Se encoge llevando la taza a sus labios.
Para cambiar de tema dice—: ¿Has ido algún lado? No quiero parecer intrusivo o chismoso, es solo que me gustaría conocer un poco el lugar.
—No me importa que preguntes y respondiendo tu pregunta, lo hecho. Fui a cenar a uno de los restaurantes de aquí.
Harry asiente soltando un bostezo que lo hace sonrojarse porque no quiere hacerle creer a Louis que su conversión está siendo aburrida, pero el té ya hecho su trabajo y el sueño se está apoderando de su sistema. El castaño lo mira con cierta ternura tomando lo que queda de su taza para hacerle una señal. Ambos suben las escaleras de manera silenciosa y se miran porque sus habitaciones están apuestas, Louis mueve la cabeza en una despedida y Harry abre la puerta y la cierra detrás de él sonriendo un poco sin poder evitarlo.
Esa noche duerme mejor de lo que lo ha hecho en un tiempo.
♡
Caminan hasta el comedor que está en el jardín. La mesa está llena de los familiares de Alexander riendo entre ellos y compartiendo un par de palabras y están siendo bañados por la sombra de un gran árbol de melocotones que ha crecido justo donde han colocado la mesa, por lo que ignora por completo las quejas de su amigo y admira el precioso lugar en el que se va a quedar unos días. Es solo que a pesar de que es el segundo día ahí ya está un poco harto de las quejas de Alexander hacia Louis, cuando a este parece darle igual su presencia haciendo sus cosas, además de que anoche Louis parecía amable y un tanto divertido.
Cuando se detienen a unos escasos pasos de ahí, mira su atuendo y pasa las manos sobre sus pantalones cortos para quitarles alguna parte arrugada y se acomoda los lentes de sol sobre sus rizos. Alexander lo mira un tanto confundido y Harry se sonroja y lo toma del brazo con fuerza para obligarlo a caminar. Esta vez no se sientan cerca de Louis, sino del lado opuesto pero eso no evita que su mirada cayera ahí.
De vez en cuando Louis lo mira de igual forma, ambos desvían la mirada como si en un principio no esa fuese su intención. Harry se dedica a comer el omelette que se le ha puesto en frente con algunas frutas a algún lado, también tiene café y jugo de naranja en frente. Todo para no mirar a Louis y evidenciarse con Alexander, no cree que le perdone o lo siga queriendo en su casa si se da cuenta de que se le hace tan atractivo Louis. Lo odiaría, tanto como odia a Louis.
—Por cierto, ¿La habitación es de tu agrado?
—Sí, mucho—responde mirándolo.
—Si necesitas cualquier cosa, me dices—Alexander dice inclinándose para colocar una mano en su brazo—. Sé que te prometí pasar un tiempo juntos y mostrarte el lugar pero me voy a la ciudad para unas cuantas cosas y regreso, pero puedes explorar el lugar.
—Está bien.
Suelta un puchero, Alex solo ríe empujando sus hombros para comer con rapidez y poder irse. Eventualmente los demás van dejando la mesa y Harry parpadea al ver que la mayoría se ha ido, inclusive su amigo que le ha dejado un beso en la cabeza y ha corrido. Al parecer es el único ahí que en verdad ha ido para unas vacaciones y algunas tías de Alex pero no se incluye en sus planes porque no le hace ilusión visitar Spas o restaurantes, él solo quiere explorar el lugar y ese lago que aún no sabe dónde pueda estar.
Parpadea mirando a su alrededor cuando Louis toma asiento en su lugar pasando su plato y vaso a su lado. Baja la mirada sin saber cómo reaccionar al respecto porque creyó que anoche solo sucedería esa vez, que no tendría que cruzar palabras de nuevo con Louis.
—¿Deseas comer postre?
—¿Postre?
—Claro, la cocinera de aquí hace los postres más deliciosos del mundo—Louis le murmura un poco cerca—. Créeme no puedes irte sin probarlos.
—Está bien.
Louis sonríe con esa sonrisa que lo pone un tanto nervioso, pero no lo deja seguir apreciándolo porque se levanta y en cuestión de segundos regresa con dos porciones de pastel de chocolate. No es tan fan de lo dulce pero se lo termina comiendo todo mientras Louis lo hace reír hasta que notan que no hay nadie en la mesa, todos se han ido hacer sus actividades y por alguna razón Louis lo ha acompañado hasta que el sol empieza a estar en su punto máximo y ya están satisfechos con lo que han comido.
Harry mira la hora en el teléfono soltando un suspiro. Sabía que iba hacer el viaje solo pero esperaba a que Alexander estuviera más tiempo con él.
—¿Harás algo?
Asiente despacio con una mueca en su rostro. —Lo haré. ¿Algo qué me recomiendes hacer?
Louis lo piensa y luego se inclina hacia él, colocando una mano detrás de su silla y sus respiraciones se entrelazan. La temperatura es algo que sube muy rápido por sus mejillas y uno puede confundir el calor con lo que está sintiendo. Un calor del verano, un calor que está fuerte pero el viento hace que sus rizos se revuelvan y tenga que alejarse nervioso. El hombre frente a él le sujeta los rizos para luego deslizar sus dedos sobre su mejilla, después solo es un toque fantasma de lo que una vez hubo.
Le agradece a la naturaleza pero a la vez está en una constante pelea en dónde quiere retener cada reacción y cada acción solo para no sentir que está rompiendo las reglas, rompiendo la promesa que le ha hecho a Alexander, de que quizás lo odie si se entera que ha hablado con él y aunque esté en sus más locas fantasías no quiere creer cuanto pudiese odiarlo si algo entre Louis y él llegase a suceder, pero no cree que pase pero aún así su cabeza y su corazón son traicioneros.
Louis ríe con suavidad alejándose. —¿Me permites acompañarte?
—Yo-
—Incluso puede que hayan bicicletas en algún lado. Podemos recorrer el lugar y sentarnos en el campo a mirar el atardecer cuando esté en su punto—Louis propone mirando a su alrededor.
No puede evitar que sus ojos se enciendan de emoción y que Louis sepa notarlo al momento. Le toma la mano por debajo de la mesa y lo ayuda a levantarse y lo guía hasta el lugar. Logran encontrar dos bicicletas y las sacan de la casa y pedalean uno al lado del otro mientras Louis le habla de algunas cosas y suelta esos datos que Harry no sabe pero que se le hacen muy interesantes. El día es agradable pero se siente el calor del verano y ambos en algún punto se cansan, por lo que se detienen en un lugar y parece que Louis confía demasiado porque dejan las bicicletas estacionadas en un lado y lo toma de la mano nuevamente para caminar por la plaza y se sientan en una de las mesas al aire libre y piden algo para comer.
Está un poco cansado pero tiene una sonrisa y está dispuesto a seguir explorando el pequeño lugar donde están. Las personas incluso lucen amables y atentas y el clima es de lo más agradable que hay.
—Entonces, Harry. ¿Simplemente querías unos días alejados de la gran ciudad?
—Sí, es agradable aquí—confiesa mirándolo a los ojos.
—Lo es, me gusta venir en el verano aquí. —Louis se quita los lentes de sol y apoya la espalda en el respaldo de la silla—. ¿Tú y Alexander han sido amigos de años?
—Sí, hace tres años. Sé que ustedes no se llevan bien.
—Hemos tenidos desacuerdos desde pequeños que nunca logramos resolver. —Se encoge de hombros.
Le encanta lo honesto y sin filtro que puede llegar hacer Louis, y de que no se ha quejado de su primo como este lo ha hecho. No ha pasado mucho desde lo que conoce, solo ha pasado un par de horas que su atención cayó en el hombre mientras sus manos estaban aferrados al barandal vislumbrándose con la maravilla que ocurría debajo de él, y claro, de lo precioso que era el lugar donde se que va quedar un par de días. Sin embargo, está encantado con la sencillez y la honestidad con la que habla Louis.
Es como si viviera aquí y no solo pasara cada verano en este lugar. Está tan familiarizado con cada lugar al que va, esta tan familiarizado con cada persona que cruza a su lado, saludando en cada momento, o quizás, ha vivido su infancia aquí y es por esa razón que conoce casi a todas las personas y los lugares a pesar de que es un lugar relativamente pequeño.
Louis ríe ligeramente haciendo un ademán con su mano. —Pero no hemos venido aquí para hablar de los desacuerdos que hemos tenido Alex y yo, ¿No? ¿Por qué no me cuentas de ti? Lo que haces, más de tus ambiciones y sueños, de si hay alguien esperando por ti cuando vuelvas.
—Es cierto.
Harry se toma el tiempo y se olvida de lo que ha prometido y se centra en la persona que tiene en frente sin sentir culpa. Le cuenta de su vida en la ciudad, lo que le gusta, en que trabaja y de que ha estado soltero por un tiempo, tan solo citas que a pesar de que han sido agradables han faltado algo, aquella chispa que lo encienda y Louis hace lo mismo; le cuenta acerca de su vida y puede ver lo sencillo que es el ojiazul en cualquier aspecto de su vida pero a la vez se va tan importante.
Luego, Louis paga la cuenta de ambos y como si quisiera alguna excusa para estar en contacto lo toma de la mano y lo guía hacia las bicicletas y pedalean por unos cuantos minutos hasta que buscan el campo y el sol está a pocos minutos de esconderse para maravillarlos con sus hermosos colores.
Apoya las manos atrás de él y mira fijamente el horizonte. Cuando el sol se va ocultando gira un poco para encontrarse con Louis mirándolo, apoyándose en una mano. Se le atasca la respiración y de un momento a otro siente que no puede respirar con normalidad pero no está muriéndose o algo parecido, sino se siente muy vivo, lo cual es completamente raro como para explicarlo.
—Precioso.
—Sí, el atardecer siempre es muy lindo de observar—murmura mirándolo a los ojos.
El castaño ríe suavemente negando. —Hablo de ti, Harry.
No sabe si observar el atardecer que está ocurriendo frente a ellos o si mirar a Louis con las mejillas sonrojadas, los ojos brillantes y el corazón empujando contra su pecho con fuerza. Lo que si sabe es que debe mantener esos sentimientos bajo tierra por lo que le ha prometido a Alexander, aún cuando haya roto la primer regla.
♡
El día siguiente es sumamente parecido; con él desayunando al aire libre y después con Louis inclinándose y proponiéndole ir a un lugar para explorar y él simplemente no puede decir que no, no puede pretender que por dentro no había estado deseando y esperando por esto, por lo que se da la vuelta cuando todos en la mesa se han ido y se encuentra muy cerca de Louis porque se he inclinado para murmurarle tal propuesta que en ese instante sus respiraciones se entrelazan y se quedan estáticos sin saber si romper aquella pequeña brecha que se presenta frente a ellos y con ello apaciguar las olas de deseos que surgen del fondo de su corazón o si alejarse y pretender que no está sucediendo nada entre ellos dos. Eligen la última, Harry se da la vuelta levantándose con las mejillas pintadas y sigue a Louis.
Antes de salir el ojiazul le pone un sombrero, que inmediatamente se vuelve el tesoro más valioso, y caminan por el lugar comprando cosas, luego toman un helado cerca y mientras el tiempo correr y sus estómagos se hacen presentes almuerzan en un restaurante local, contándose historias de sus vidas. Cuando el atardecer está a punto de suceder Louis lo toma de la mano y lo lleva al mismo lugar que ayer.
—¿Estás cansado?
—Sí, un poco. —Se da la vuelta para encontrarse con Louis cerca. Una de sus manos está detrás de él sosteniéndose a sí mismo y sus pechos casi se tocan—. ¿Y tú? Siento que te estoy robando tu tiempo, lo siento.
Louis ríe negando. —No lo haces. Usualmente vendría solo, pero tú compañía me es agradable.
—También la tuya y es un poco irónico porque a mí mejor amigo no le agradas mucho.
—Información confidencial, querido Harry, eso no se anda contando por ahí—bromea, por lo que Harry se ríe y le golpe el pecho.
Cuando sus risas se calman Harry se da la vuelta y aprecia los bonitos colores que cubren el cielo, solo tonos anaranjados y amarillos sobre el cielo azul. Sin embargo, siente que tiene algo más que ver qué, porque el atardecer a comparación de Louis, luce insignificante.
Se da la vuelta encontrándose con que Louis lo mira de regreso nuevamente. Esta vez no pretenden que no lo desean, que Louis no lo está acercando más a él y que sus pechos no se tocan y que los brazos de Harry no se enredan sobre sus hombros y hunde sus dedos en el cabello del castaño. Está vez sus labios se encuentran con una atardecer bajando lentamente en el horizonte, casi al mismo tiempo en que sus labios se mueven y los dedos de Louis se cepillan en su espalda debajo de su ropa.
Esta vez no hay nada que impida que disfrute de aquel beso con tantas ganas que se aferra a su cuello y pide clemencia. Para saciar sus deseos.
Para cuándo sus labios se separan y tienen que respirar con profundidad, ya no haya atardecer y deben volver para la cena, aunque se toman un par de minutos, o Harry lo hace, para lanzarse sobre los brazos del otro y encontrar sus labios una vez más. Louis lo besa con los mismos deseos del rizado, persiguiendo sus labios y tomando cada cosa que pueda sacar de Harry.
El ojiazul se aleja mirando fijamente a Harry con una sonrisa. —¿Listo para volver?
—No. —Niega con la cabeza bajando sus manos hasta los brazos de Louis—. Deseo seguir besándote.
—Y no estoy en contra de eso, pero es tarde y debemos cenar—Louis murmura para luego inclinarse y susurrarle al oído—. Deja la puerta sin pestillo por la noche.
Es una propuesta algo indecente y más estando en el mismo techo que Alexander, pero ya ha roto cualquier regla que sonríe asintiendo un par de veces. Por lo que ambos regresan caminando mientras hablan de temas aleatorios que surgen a medida de su conversación pero que no son nada incómodos o que el ambiente se sienta tenso, no es nada parecido.
Cuando llegan, deben entrar en diferentes momentos. Harry lo hace primero encontrándose con Alexander sentado en la mesa puesta y se sienta a su lado.
—¿Qué tal el día?
—Agradable, me la pasé todo el día afuera. Creo que fue el mejor día de mi vida. —Se sonroja.
—¿Tanto para decir eso?
—Lo creo—dice convencido de sus propias palabras, aún cuando han salido por si solas.
—Me alegro que estés disfrutando estar aquí—Alexander dice para después acariciarle el cabello.
En ese momento los demás entran, incluso Louis quien luce cambiado y con una sonrisa divertida y sincera en su rostro, que Harry no puede evitar reprimir la gran sonrisa que amenaza con escapar de sus labios. Sus mirada se encuentran por una milésima de segundo pero eso no evita que el corazón de Harry empuje contra su pecho y que sus labios hormigueen con el toque fantasma de lo que fue un apasionado beso.
Y por unos momentos desea que la cena y la charla pase rápido e ir a su habitación para esperar a Louis, pero debe disfrutar de cada momento, mas cuando hay miradas sutiles que hacen que su pecho se sienta caliente y enamorado.
—¿Por qué miras tanto a Louis?
Harry abre los ojos mirando a su amigo. Niega riendo de manera nerviosa. —Es que estaba hablando y dijo algo chistoso.
—Ugh no te rías de sus chistes, ni siquiera le prestes atención.
—No seas tan dramático—lo calma pero mira su plato empezando a comer.
Cuando terminan y todos se van a su habitación o hacer otras cosas, Harry se levanta pero Alexander lo toma del brazo deteniéndolo. Lo mira confundido.
—¿Quieres salir a caminar?
—Sinceramente estoy un poco cansado. Te dije que había estado todo el día afuera. —miente.
Está buscando una excusa para regresar a su habitación, además de que si está un poco cansado pero siente más deseos de permanecer más tiempo al lado de Louis.
—Bien, será en otra ocasión.
Asiente abrazándolo rápidamente para ir a su habitación. Se deshace de su ropa al segundo que ya está dentro y camina hasta el baño, se da una ducha larga colocándose esas cremas que tanto le gustan y lo dejan oliendo rico después de la ducha. Después se coloca la pijama y se adentra debajo de las sábanas mirando la hora en su teléfono. ¿Qué tan pronto vendría Louis? Simplemente dijo que no le pusiera seguro a la puerta o quizás simplemente no va a venir a su encuentro.
Pero las horas pasan y Harry se sumerge más en el nido de sábanas y sus ojos se cierran lentamente. Es a las dos de la mañana que escucha unos pequeños golpes. Sonríe sintiendo las extremidades cansadas pero abre la puerta encontrándose con Louis. Sus labios se encuentran al momento, con Harry abrazándolo del cuello mientras esté cierra la puerta con seguro.
Se alejan cuando sienten sus pulmones doler. Se sonroja aún abrazado a Louis. ¿Por qué se siente tan bien estár entre sus brazos? ¿Por qué no es tan insoportable como dice que es Alexander? Simplemente no entiende porque se siente tan bien.
—Estoy cansado como para hacer otra cosa. —Muerde sus labios.
—Está bien, cariño. Vengo a dormir y besarte un poco más—Louis ríe acercando sus bocas—. Pero no me opongo a ese plan después.
—Bien. —Se aleja.
Lo toma de la mano caminando hasta la cama, pero luego cambia de plan abriendo la puerta del balcón, ahí hay un sillón donde ambos caben y puede ver de las estrellas, y lo más importante es que nadie podrá verlos.
Se sienta sobre Louis empujándolo su espalda hacia abajo para cubrir el pecho de Louis y las manos del hombre se enredan a su alrededor presionando besos en su cuello y mejillas.
Hay algo raro ocurriendo ahí, no porque literalmente está abrazado a la persona que Alexander le dijo que no debe acercarse, sino porque a pesar del calor del verano siente otro tipo de calor extenderse por su pecho. Siente que con cada beso podría quedarse dormido, y lo hace, porque en un par de minutos Louis le besa el cuello y murmura que va a llevarlo a la cama, que ya está siendo un poco de fresco como para dejarlo ahí.
Es dejado en la suave cama y tiene que buscar las fuerzas para abrir sus ojos y tomar el brazo de Louis.
—Dijiste que ibas a quedarte a dormir.
—Lo haré—avisa para subirse a la cama y atraerlo—, pero debo marcharme en la madrugada, antes que todos se despierten.
—Está bien, pero quédate un poco más.
—Lo haré, bonito—Louis murmura abrazándolo cerca.
Se queda dormido con Louis acariciando su cabello y con besos largos en sus mejillas, con brazos envueltos a su alrededor, sin embargo, despierta solo pero con una sonrisa tonta plasmada en su rostro, una que no puede ocultar cuando sale al jardín y Louis está ahí sentado con una sonrisa parecida la suya y por arte del destino se sienta frente a él, con la molestia de Alexander y con la sonrisa de Louis al frente.
Sus pies juegan juntos y tiene que retener sus acciones para no hacer evidente lo que está pasando entre ellos. Para cuándo Alexander se va, Louis lo toma de la mano y lo besa con profundidad antes de caminar.
Van al lago y Harry se aferra de él cuando quiere ver la profundidad. La temperatura empieza a subirse a sus mejillas cuando ve como Louis se empieza a quitarse la ropa. Tiene que mirar hacia otro lado y escucha como ríe, por lo que su mirada vuelve a caer en él. Su pecho desnudo es lo que mira y no se atreve a mirar abajo. Luego escucha como se tira al agua girando cuando el agua lo salpica.
—Vamos, amor.
—No he traído ropa, Louis—se queja.
—Quítate toda la ropa, entonces—Louis ríe nadando cerca.
—Pero no veas.
—Lo prometo. —El ojiazul alza las palmas y se da la vuelta.
Harry lo mira rápidamente antes de deshacerse de su ropa. Para cuándo está completo desnudo Louis lo mira de pies a cabeza antes de que sus ojos se encuentren y Harry abra los ojos alarmado. Y claro, Louis se echa a reír y abre sus brazos. No puede decir nada, solo se lanza cayendo cerca y nada hasta Louis, envolviendo sus brazos a su alrededor. Sus pieles se tocan y el deseo de recorrer cada parte de su cuerpo es fuerte.
Sus labios se encuentran a los segundos que el deseo acumulado los hace besarse con fuerza. Harry no demora en tocar el pecho de Louis y su abdomen.
Louis se aleja respirando con irregularidad. —Espera amor. Disfrutemos un rato el agua y luego puedo follarte hasta que olvides tu propio nombre y solo escapen de esos labios el mío.
Se sonroja más, si eso es posible. Las palabras de Louis lo hacen estremecerse entre sus brazos, pero olvidan unos momentos ese plan y juegan en el lago, echándose agua y besándose cada vez que pueden y tienen ganas. De un momento a otro, y que sin Harry sepa, porque está tan ocupado besando a Louis, este los guía hacia afuera y de pronto su espalda toca el césped mientras las manos del ojiazul le aprietan las piernas mientras se besan de manera acalorada.
Se aferra a su cuello soltando gemidos de vez en cuando mientras mueve los labios sobre los de Louis. El castaño empuja sus pechos con fuerza soltando sus labios para besar su cuello y separar sus piernas para posicionarse entre ellas y tocar su cintura y muslos, cosa que lo hace sentirse bonito, sin tantos pensamientos en su cabeza.
Louis parece amar su cuerpo a cada segundo que pasa y Harry no puede evitar suspirar completamente hechizado por esos ojos azules profundos.
Cuando los dedos de Louis bajan cada vez más, tiene que separarse con la respiración agitada. Se sonroja mirando a su alrededor en busca de ojos observándolos pero solo son ellos dos en ese precioso escondido lugar que ni él pudo encontrar en algún momento de su exploración.
—No podemos hacerlo aquí.
—¿Por qué no, amor?—Se inclina besando su cuello—. Nadie va a venir, te lo prometo.
—¿Estás seguro?
—Lo estoy, cariño. —Besa su mejilla alzando un poco su cabeza para mirarlo a los ojos—. Solo relájate y déjame amarte por unos momentos.
Asiente porque así lo desea y porque el lugar está oculto que ni siquiera él supo cómo encontrarlo el primer día, que está seguro que nadie va a encontrarlos. Se relaja ante el toque del castaño, ante los besos profundos que le da, y más con el movimiento del agua y los sonidos de la naturaleza propia. Y el sol está en su punto máximo pero los árboles le dan la sombra por lo que no es difícil relajarse.
El castaño coloca una mano al lado de su cabeza para poder inclinarse y besarlo nuevamente. La mano desocupada toca su cuerpo con calma, trazando cada lugar que tiene a su disposición y la que Harry está dispuesto a recibir. Sus toques lo hacen inquietarse por las sensaciones que está experimentando y cada vello se eriza en cuestión de segundos.
No se quiere quedar atrás por lo que lleva sus manos a la espalda de Louis acariciando toda la extensión y luego sus manos no demoran en conocer otros lugares, justo como lo está haciendo Louis.
—Dioses, he querido tenerte de esta forma desde que te vi en el balcón. Incluso creí que eras un maldito ángel, aún lo creo.
Ríe dejando escapar un gemido suave. —Tonto.
—Hablo en serio—Louis murmura bajando sus besos a su cuello y sus manos tocan su cintura con fuerza—. Nunca me había hechizado a la primer mirada, tuviste que llegar tú para creer en esa atracción a primera vista.
—¿Si?—Le jala el cabello con fuerza cuando sus besos bajan a su abdomen y juega con sus pezones.
—Sí, eres algo que me gustaría tomarme el tiempo de descubrir y lo voy hacer, Harry.
Sentencia llevando su boca a su pezón mientras su otra mano se desliza entre sus piernas y toca sus muslos con fuerza. Tiene a Harry soltando gemidos que son callados por su boca, pero de vez en cuando los deja salir sin miedo a que alguien los escuche y él solo es capaz de soltar suspiros, de que su espalda se arquee de vez en cuando al sentir que las sensaciones son fuertes e impactan en él. Solo es capaz de sostener el rostro de Louis y fundir sus labios como si fueran uno solo y solo es capaz de llevar sus manos al cuerpo de Louis para sostenerse y creer que ese increíble hombre lo tiene de este modo.
Sus ojos se abren con pesadez cuando Louis se aleja un poco y se encuentra con dos dedos de frente. Se sonroja cuando capta y no tarda en empujar despacio a Louis y subirse a su regazo moviendo las caderas, cosa que hace que ambos suelten gemidos fuertes. Harry sonríe orgulloso y toma la mano de Louis y se lleva dos dedos a la boca llenándolos de saliva mientras lo mira con los ojos brillosos y los labios luciendo obscenos.
—Mierda, bonito.
Harry parpadea lentamente ahuecando sus mejillas y mece las caderas con lentitud sintiendo como le erección de Louis crece debajo de él. La lentitud con la que el rizado se mueve los hace enloquecer, los hace querer tomar las cosas con calma a pesar de que están muy ansiosos.
Saca los dedos de Louis de su boca y se inclina un poco hacia él colocando la cabeza en su hombro y sus dedos se hunden en sus hebras esperando el toque. El ojiazul juega con su entrada mientras deja besos en su hombro desnudo y otra mano le recorre la cintura y muslos. Se siente tan caliente de esta forma porque sus pieles chocan y de alguna manera están abrazados.
—Oh, Lo-Louis—deja escapar cuando mete dos dedos lentamente.
Instintivamente baja las caderas sobre los dedos de Louis queriendo sentir más, por lo que el castaño ríe y los empieza a mover con profundidad y lentitud.
—Así, Louis—murmura con la cabeza apoyada en el hombro de Louis. Mareado y ansioso nada más.
—Te voy a dar todo lo que quieras, amor.
—Quiero que me folles ahora, no puedo esperar más tiempo—pide alejándose para mirarlo a los ojos y sus labios se abren dejando escapar gemidos cuando empieza a mover sus dedos con fuerza y rapidez.
Pasan unos minutos de esa manera mirándose a los ojos mientras Louis lo folla con sus dedos y deja besos en su pecho y hombros. Lo único que puede hacer Harry es abrazarlo de los hombros y soltar gemidos sobre su oreja y mirar el bonito paisaje en frente de él, pero siempre está en una lucha constante de si ver el lago mientras está siendo follado o ver a Louis, quien luce mejor que cualquier maravilla de la naturaleza.
Elige mirar a él y sostener su rostro para besarlo con profundidad. Su espalda toca nuevamente el césped y Louis se hunde dentro de él, se detiene unos cuantos segundos antes de que en verdad empiece a penetrarlo con profundidad y una lentitud que lo tiene con los sentidos nublados y viendo estrellas cuando ni siquiera es de noche o algo parecido, tan solo es lo que Louis lo hace sentir en esos momentos.
Enreda sus piernas alrededor de él sintiendo como golpea y sus ojos se cierran al mismo tiempo, así como sus uñas se incrustan en el cuerpo de Louis y bajan por su piel. Ni siquiera le importa a algún de los dos dejar marcas en el cuerpo del otro, solo son dos personas solteras disfrutando de su sexualidad sin ningún tipo de compromiso de alguna parte de ellos. Solo son dos personas con un amor de verano que en el fondo desean que no solo sea en verano, sino que pase por todas las estaciones y vuelva a empezar sin ningún fin pronto.
—Eso es, amor, déjame escucharte. Dame el placer de saber que tanto te está gustando.
Louis dice, quitándole el cabello que ha caído de su frente y deja dos besos largos en sus labios hinchados y maltratados por los labios de Louis. Parece que no ha tenido piedad sobre él e incluso sus caderas se sienten adoloridas y quizás su trasero lo esté en un par de horas.
—Mucho, Louis. Demasiado, dame más.
—¿Quieres qué sea duro?—Louis pregunta divertido.
—Sí, sí, por favor. No soy frágil, no me trates como tal.
Louis lo cumple. Lo toma con fuerza de las caderas y se mueve con rapidez y Harry se sostiene con fuerza soltando esos coros de gemidos que animan al hombre sobre él a moverse dentro de él con constancia, sin descansar del todo, que en cuestión de minutos Harry se viene sobre ellos y Louis sigue moviéndose consiguiendo su propio orgasmo.
Cuando ambos terminan y sus respiraciones se regulan, ambos se miran sonrojados por el ejercicio y Louis se levanta extendiendo una mano hacia Harry y tan pronto como la toma este lo sostiene de la cintura y los lanza a ambos al lago de nuevo que el rizado grita y se sostiene de él.
Regresar a la casa es diferente, ambos tienen sonrisas que son difíciles de ocultar y cuando es hora de ir a dormir Harry espera pacientemente a Louis para ser envuelto por su calor y recibir besos.
Besos de verano.
♡
Ríe cuando la espalda de Louis choca con fuerza contra la pared y sus labios chocan de manera desprolija. Se aleja cuando eso sucede con sus manos sobre el pecho de Louis, este lo tiene envuelto entre sus brazos sin querer dejarlo ir. Había pasado todo el día con Alexander y no se habían visto, solo en el desayuno y tan pronto como su amigo subió hacer unas cosas en su habitación y luego cruzó la puerta es que Louis lo sostuvo entre sus brazos y acabaron de esta manera; riendo por lo bajo con un poco de temor de ser encontrados o descubiertos por Alexander o la familia de este y que a ellos se les escape algo en frente de su amigo.
Louis rueda los ojos y lo acerca a él, hasta que sus labios se tocan. Sus manos sostienen con fuerza las mejillas del ojiazul y abre los labios para dejar pasar su lengua y sus manos se deslizan por su pecho. Está cansado por el día que tuvo pero todo se disipa cuando sus labios tocan los de Louis, cuando siente sus brazos a su alrededor y cuando sus besos saben a verano; salados y calientes.
Solo le quedan tres días y no quiere un final, no quiere tomar su maleta e irse a una dirección completamente diferente a la de Louis, aún cuando viven muy cerca, se siente como si tuvieran que tomar un vuelo de mil horas y no ven la hora de bajarse y reencontrarse. Porque de alguna forma, a pesar de que tenía una vida antes de él, no sabe que era lejos de él.
—Eres una maldita adicción, Harry, mi tormento en noches de vela. Mi luz en la oscuridad.
Harry ríe sobre sus labios. Se aleja un poco. —Eso es tan romántico, dime más.
—Podría quedarme hablar de tantas cosas de ti hasta que el sol salga, pero deseo abrazarte un rato.
—Me gusta ese plan—confiesa sonrojado y sintiéndose vivo, como si antes no lo estuviera haciendo de manera correcta.
Ambos se alejan de repente asustados cuando escuchan a Alexander gritar su nombre seguido de sus pasos bajar las escaleras. Louis lo mira soltando un: Te veo en tu habitación. Para luego irse del otro lado. Harry asiente apareciendo en el campo de visión de su amigo y se pasa la mano sobre su boca por si acaso.
Camina hasta él para tomar su mano y guiarlo a la cocina con la excusa de que está sediento solo para que Louis suba las escaleras y pueda ir a su habitación. Alexander se sienta en una de las sillas.
—¿Sucede algo? Estás un poco raro y nervioso.
—Solo estoy muy cansado por el día de hoy. No he dejado de salir desde que vine, muy lindo todo por cierto—. Ríe suavemente.
—Entonces ve a la cama, no sigas aquí. Saldré con unos viejos amigos, tu disfruta la noche—Alexander dice levantándose para tomar sus llaves y salir de la casa.
Suspira aliviado y no demora en caminar hasta su habitación y abrir la puerta para encontrarse con Louis acostado en la cama aburrido. Ríe cerrando la puerta con seguro y camina hasta la cama quitándose los zapatos y sus cuerpos se encuentran en pocos segundos. Duermen abrazados sin pensar mucho en todo lo demás y que cada día que pasa el tiempo corre y con ellos la estadía de Harry se agota.
Tan sumidos en sus sentimientos como para pensar en todo lo demás.
♡
—Más, más, Louis. Ugh dios, sí.
Louis suelta un gruñido moviéndose más rápido dentro de Harry mientras este se sostiene de la cabecera de la cama cada vez que Louis golpea su punto y siente que va a venirse, pero Louis siempre lo lleva al límite. Ni siquiera sabe cómo es que acabaron follando dentro de su habitación sin tener en cuenta de que alguien pudiese escucharlos o que no han cerrado con seguro la puerta. Sus deseos han sido tan grandes que se les ha nublado la cabeza.
Está tan nublados por alcanzar su orgasmo que no piensan en nada más que sea el otro, en nada más de lo que están sintiendo en ese momento.
Louis se mueve con fuerza de dentro de él que alcanza rápido el orgasmo y deja caer la espalda contra la cama mientras el ojiazul se mueve dentro de él hasta que lo hace. Louis los tapa con las sábanas dejando besos en su pecho y mejillas.
—¿Cansado?
—Un poquito—dice con los ojos brillantes abrazando a Louis.
—Te llevaré a una cita, ¿Estás de acuerdo?
Se le acelera el corazón y su mirada cae en los ojos de Louis buscando alguna señal que muestre que se trate de un sueño o una mala broma pero Louis habla muy en serio que no haya ninguna duda en sus ojos o en su voz, así que asiente varias veces enredando sus brazos a su alrededor buscando sus labios a los segundos.
Sinceramente ya no le importa nada más que no sea Louis, ya no le importa que pueda pasar entre ellos después de que su tiempo termine o que dirá a su amigo, porque no quiere que lo que tiene con Louis solo sea un amor de verano, no quiere que sea algo pasajero que con el tiempo solo será un buen recuerdo que quizás comparta con su grupo de amigos recordando que se sentía ser amado por Louis, de cómo se sentía sus besos y sus caricias, de cómo compartían su vida por las noches.
—¡Harry, dónde estás? Estaba bus-
Se le detiene el corazón por una fracción de tiempo y no tiene tiempo de correr y ponerle seguro a la puerta porque Alexander entra por la puerta y abre los ojos. Las sábanas descubre sus rostros y no hay manera de negar quien es la persona con la que está compartiendo cama.
Louis lo cubre con su cuerpo subiendo un poco la sábana mientras Harry se aferra a su cuerpo mirando a su amigo por encima, quien tiene la mandíbula marcada, los ojos parecen que se le van a salir de sus cuencas y está rojo de lo furioso que se encuentra en ese momento.
—¿Harry, qué es esto?
Se sienta cubriéndose. —Déjame explicarte.
—¿¡Explicarme qué!? ¿Qué te di mi confianza? ¿Qué te deje quedarte en mi casa y te metes con Louis? ¿Qué te acuestas con él?
—Alexander, no le hables de esa manera—Louis demanda.
Su amigo lo señala con los ojos en llamas. —Tú cállate y no te metas. En serio pensé que éramos amigos, te deje quedarte y mira como me pagas, acostándote con él.
—Solo sucedió, no quería hacerlo al propósito, Louis y yo-
—Es que no quiero escuchar tus excusas, tus mentiras. —Se da la vuelta riendo de manera irónica llevándose las manos al cabello. Luego se da la vuelta y lo mira—. Vete de mi casa, toma sus cosas y vete, no quiero saber de ti. Quiero que en una hora ya estés fuera de este lugar si no quiere que te saque por las fuerzas.
—No, Alex. —Harry sostiene la sábana con fuerza y camina hasta su amigo.
—No me llames así, ya no tienes el derecho de hacerlo. Simplemente estoy tan dolido por tu traición y no sé si alguna vez pueda perdonarte, pero por ahora solo lárgate de mi casa. Tienes una hora.
Es lo único que dice antes de salir de la habitación y ver cómo baja las escaleras rápidamente. Harry apoya la cabeza contra la pared sintiéndose horriblemente mal por perder la amistad de Alexander, porque han sido amigos desde hace tres años y es algo que le duele naturalmente. Nunca quiso que se enterase de esta manera, nunca quiso que fuese en esta situación o en una parecida.
Niega cuando Louis se acerca a él y lo abraza de la cintura y deja besos en sus hombros. Se aleja mirándolo a los ojos. Necesita empacar, necesita salir de aquí.
—Ahora no, Louis. Necesito estar solo, necesito tiempo.
—Harry, amor.
—Solo vete, Louis, necesito empacar, necesito estar solo. ¿Qué no entiendes?
Louis suspira asintiendo y se viste sin decir nada más para luego salir de la habitación. Harry cierra dejando caer un par de lágrimas y no demora en empacar sus cosas sin saber que va hacer con todo lo que está inundando su cabeza. Simplemente desearía desaparecer por completo para no pensar, para no sentir.
Cuando su maleta está lista se permite mirar una vez por el balcón y una serie de recuerdos inundan su cabeza como una tormenta, pero no una que lo hace sentir que está a punto de ser destruido o de ser asfixiado por tal cosa, sino es una tormenta refrescante. Cada parte del pequeño verano que pasó aquí fue un descubrimiento, un descubrimiento de sí mismo y de lo que anhelaba todo este tiempo. Quizás le faltaban unas pequeñas vacaciones para encontrar lo que deseaba todo este tiempo o simplemente necesitaba estar justo en el lugar y tiempo correcto.
Le duele pensar en que regresaría a su casa y ya nunca hablaría con Alex, tal vez el tiempo todo lo acomode y puedan encontrarse nuevamente y ser esa amistad. Quizás no le ha dolido que este con su primo, quizás solo fue que ha roto una promesa o sea esas dos cosas juntas que lo tengan en una cólera en ese instante.
Arrastra su maleta y baja las escaleras. Se queda mirando las flores de la entrada sin saber cómo marcharse sin dejarlo ir, pero no puede, no puede pretender que no volvería a caer en los brazos de Louis y volver a pasar por esta situación una y otra vez. No puede pretender que no daría su amistad por Alexander por volver a vivir lo que es sentirse vivo.
Simplemente no va a dejar atrás a Louis, no puede dejar eso atrás.
Sonríe sintiéndose mal por hablarle de esa forma cuando estaba en un mal estado, cuando se sentía culpable, pero Louis lo sostiene por atrás y le susurra cosas que lo hacen darse cuenta de que cometería el mismo error un par de veces más si eso permitiera volver a sentir el amor florecer en unos días de verano.
—Perdóname mucho, Louis. No debí de hablarte de esa manera.
—Lo entiendo. Entiendo que debió doler perder una amistad y me siento culpable por ser la razón—le murmura.
Harry niega dándose la vuelta para besar sus labios suavemente y pegar sus frentes. —No es tu culpa. No me arrepiento de nada.
—Tampoco yo.
—No me dejes, no quiero irme a casa y saber que este es el final. —Alza la cabeza—. Dime qué vas a visitarme siempre y las veces que no se pueda vas a llamarme. Dime qué vas a hacerme el amor y vas a permanecer a mi lado en cada momento.
—Te digo que voy a mudarme más cerca de ti, te digo que voy a amarte como lo he hecho este verano y que voy a encargarme de devolver esa sonrisa—Louis promete.
Harry suspira aliviado y le echa los brazos a su alrededor y une sus labios. Se besan un poco recordando como su amor nació bajo el sol del verano, como floreció en cada momento, en cada sonrisa secreta. Y volvería, volvería a caer por Louis.
Se aleja abrazándolo de los hombros sonriendo. Se siente mal por acabar de esta manera con Alexander pero está contento de permanecer con Louis. Estaba muerto de miedo pensar en que en algún momento iba a tener que irse, de que tal vez Louis no sintiera lo mismo que él. Que para él solo fuese un amor de verano.
—Vamos, voy a llevarte a casa amor y voy a llevarte a esa cita que prometí.
Asiente tomando su mano con fuerza mientras Louis lo ayuda con la maleta y cumple con su promesa de llevarlo a una cita.
Solo toma un verano para volver a ver a Alexander, solo que esta vez cuando entra a la casa es de la mano de Louis y solo toma un día entero para que Alex lo abrace con fuerza y le pida disculpas y solo toma un par de días volver a ser esos amigos de antes.
Solo le toma dos veranos más a Louis tomar la mano de Harry en aquel lago y bajo el sol de verano pedirle que se case con él, inmediatamente Harry asiente abrazándolo con fuerza del cuello y gritan cuando Louis los lanza a ambos al lago.
Mientras se besan bajo el sol del verano no pueden evitar recordar cómo su amor nació cuatro veranos atrás.
Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro