Love is only for the brave
Dónde las apariencias engañan. Harry es millonario con padres ausentes y cree que Louis está a punto de asaltarlo, cuando solo lo ayuda a mantener el equilibrio. Termina pasando más tiempo acariciando los tantos tatuajes adornando la piel de Louis que en el lugar que llama hogar.
Dedicado a Ana_banana_TPWK porque estaba muy ansiosa por este OS y vayan a apoyar sus obras.
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Lo abraza con fuerza antes de despedirse de Liam y camina por el campus de su universidad hasta el estacionamiento. Está un poco lejos, pero le gusta mucho caminar y despejarse un poco le haría, bien. Ha tenido un examen importante hace unas horas y aunque le fue demasiado bien, está un poco estresado por la presión y todas las actividades que tiene pendientes hoy, que tan pronto como terminó su última clase se despidió de Liam, a pesar de que siempre se quedan un tiempo hablando en la salida o incluso yendo a algún lugar. Sin embargo, hoy solo desea llegar a casa, comer algo y hacer todo aquello que tiene por hacer, aún cuando al que llama "hogar" se sienta tan solitario. Las paredes están desnudas, sin mostrar aquellos recuerdos de una bonita familia. El silencio reina totalmente y nunca ha vivido lo que es tener una casa llena de tanta familia y niños correr por todo el lugar.
Está acostumbrado al silencio, a comer solo cuando llega a casa, a pasar todo su tiempo con él mismo, quizás es por esa misma razón que pasa mucho tiempo con Liam y Zayn. Odia sentirse solo, odia que sus padres tengan que viajar constantemente o estar metidos en el trabajo. Odia sentirse solo. A pesar de que sus padres no estarían en casa, quiere llegar y relajarse un poco en un baño de burbujas y con unos cuantos aperitivos. Tal vez luego pueda pedirle a sus amigos que vengan a su casa, pero no quiere abusar de su tiempo y atosigarlos con su presencia todo el tiempo, ya de por sí pasan tiempo en la universidad, que entiende que cada quien necesite su espacio.
Cuando llega al estacionamiento se detiene unos segundos frunciendo su ceño por el olor a cigarro, pero no se enfada tanto porque está por irse y se le haría muy fácil pasarlo. Sin embargo, no espera que caminando hasta su auto casi resbale al suelo, pero unos brazos lo inmovilizan y lo salvan de haberse arruinado la ropa y lastimado alguna parte de su cuerpo.
Suelta un suspiro de alivio abriendo los ojos despacio, con la intensión de agradecer a la persona que lo ha ayudado, pero lo primero que ve al abrir sus ojos es el brazo tatuado y un cigarro en la punta de sus dedos. Tiene que abrir sus ojos y alejarse con fuerza para encontrarse con el hombre, un hombre vestido totalmente de negro, con una camisa de cuello de tortuga, el cabello despeinado, con los brazos tatuados que se dejan ver algunos debido a que tiene arremangada la camisa. Le llama la atención el increíble atractivo del hombre y como su corazón se acelera, porque no es la razón por la que quisiera sino porque está asustado.
Alza las manos cerrando los ojos con fuerza. —Por favor, no me hagas daño. Solo llévate el dinero, no me importa.
—¿De qué hablas?
Tiene que abrir sus ojos de manera lenta y con miedo. Se encuentra con el océano mismo en unos ojos azules frente a él.
—¿No vas a robarme?
—¿Por qué haría algo como eso?—el hombre cuestiona confundido, llevándose el cigarro entre sus labios para inhalar despacio.
—Porque tu- uhm tienes pinta de delincuente. Digo, tus tatuajes y fumas y-
—¿Me estás jodiendo?—Los ojos del castaño se hacen oscuros y lo mira pisar el cigarro.
En ese preciso momento está aterrado, simplemente no entiende porque el chico luce tan malhumorado de un momento a otro y sobre todo porque no le ha robado todas las pertenencias que carga con él. Le tiembla el corazón con tanta fuerza de tan solo verlo de esa forma y es que nunca se ha topado con una situación parecida, nunca le han robado o asaltado y tiene miedo, no le importa las cosas que tiene con él, pero está asustado de salir lastimado o con una herida.
El castaño da unos pasos frente a él y Harry retrocede con miedo, sin apartar los ojos de él, porque cualquier movimiento que haga puede ser crítico y él solo quiere llegar con vida a casa.
Traga saliva armándose de valor, un valor que no sabe dónde sacó porque nadie lo ha preparado de nada. Incluso a veces un guardia lo protege cuando sale a reuniones importante, nunca a la universidad con personas a su alrededor y con gente que no necesita robar.
—Uhm... ¿No?
—¿Estás escuchándote?—Siente la tensión entre ellos, porque claro, está muriéndose de miedo y con ganas de que alguien lo salve ahora mismo.
—Lo siento, lo siento—balbucea con éxito. Abre su mochila—. No sé cómo funciona esto y no tengo efectivo, solo tarjetas. Toma todo, no me importa, solo déjame marcharme.
El ojiazul alza una ceja mirando su mochila antes de mirarlo a él. Niega pasándose los dedos por las sienes y tiene que abrir los ojos de susto y cerrar los ojos cuando el hombre lo acorrala en un coche y parece que no le importa que se pueda activar la alarma de seguridad.
—Creo que no estás entendiendo.
—¿No?—Abre los ojos con temor.
—No, en absoluto. —El ojiazul se aleja por fin, que puede respirar con calma—. No voy a asaltarte, está equivocado.
—Yo uhm. —Cierra sus cosas y las abraza—. Voy a irme.
Ni siquiera espera una respuesta o algo, tan solo se echa a correr hasta su auto con la respiración a todo lo que da y las manos le tiemblan como si fueran hechas de gelatina. Tan solo piensa ponerse a salvo y marcharse muy rápido de ahí.
Una vez que cierra las puertas de su auto y cree que está a salvo, regula su respiración, se toma el tiempo de respirar con profundidad un par de veces antes de mirar hacia atrás y ver qué el castaño se ha ido de ahí. Eso lo hace recargarse en su asiento con la respiración regulándose a cada segundo que pasa.
Tiene que confesar que han sido los minutos más difíciles y más asfixiantes de su vida. Ha sentido la adrenalina correr por su sangre y tiene que admitir que ha pensado mal, siempre ha creído que todos los asaltantes son horribles, pero este lo ha dejado marchar y era tan atractivo que tuvo que confirmar que era un delincuente con esos tatuajes y el cigarro.
Suspira con fuerza antes de negar un par de veces, con la idea de que va a tratar de olvidar este momento tan raro e irá a casa a terminar sus pendientes. Incluso cuando llega a casa con todo el silencio que reina y el gran espacio para él, es que se encuentra navegando en esa inmensidad de mar que descubrió en unos ojos ajenos y totalmente nuevos.
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Se deja caer junto al Liam cuando ya tienen la oportunidad de verse en el día y es que hoy solo comparten solo una clase, la cual es la última y no ha querido buscarlo y contarle su trágica, según él, historia y tampoco quiso molestarlo en la tarde llamándolo y pidiéndole que venga a pasar la tarde en su casa. Tiene que ser completamente honesto consigo mismo, porque le da vergüenza admitirlo delante de otras personas, aún cuando las considere muy importante y es que se sentía tan solo, odiaba llegar a casa y encontrarse con la soledad misma, que sus padres nunca estén ahí, no ver a sus padres casi todo el tiempo y odia que la única persona con la que pueda hablar de manera sincera y soltarse es con su nana y en ocasiones tampoco quiere molestarla.
Simplemente odia lo sólo que se siente, la soledad del lugar que llama hogar, porque se supone que un hogar debe ser cálida y amorosa, no lo que siente con sus padres, en su casa. Sobre todo el poder inmenso que tienen sus padre sobre él, que tenga que ser el hijo perfecto todo el tiempo para recibir aunque sea una sonrisa o una felicitación, que tenga que limitarse de hacer algunas cosas que ama solo para mostrar cuan perfecto hijo puede ser.
Muchas veces odia ser el mejor de clase porque sabe que al mismo tiempo está descuidándose a sí mismo, que no pueda salir a ciertos lugares porque sus padres dicen que no es lugar para alguien como él. Odia que lo tengan como un títere al que puedan manipular cuando quieran. Solo desea poder recibir amor de ellos, que no tenga que ser esa persona que quieren para recibir aunque sea el mínimo cariño.
Que ahora que Liam le sonríe siente que alguien lo quiere. Suelta un puchero con ojos de cachorro.
—Casi me asaltan ayer.
—¿Qué? ¿Dónde? ¿Por qué simplemente no me lo comentaste ayer?
Se encoge de hombros. —No quería molestarte, además no pasó a más. Fue en el estacionamiento.
—¿En el estacionamiento? Pero si el campus es muy seguro.
Se vuelve a encoger de hombros restándole importancia porque ya ha pasado y solo ha sido un pequeño momento de susto. Además no quiere admitirle o que sus mejillas encendidas hagan evidenciar que el hombre es muy guapo, demasiado, pero un delincuente con todos esos tatuajes y el mal hábito de fumar. Sus padres siempre le han dicho lo peor de esas personas y Harry nunca haría nada para estar en el mismo espacio, aún y cuando le cautivaron esos ojos que sobresalían de todo su rostro, o quizás solo un poquito, porque a pesar del miedo y de cómo su corazón bombeaba tan rápido, pudo fijarse en lo atractivo que era. Con esos pómulos afilados y labios rojos.
Y se siente terriblemente mal por pensar en un delincuente de esa forma. Si sus padres pudiesen leer sus pensamientos estaría muerto y ese hombre tras las rejas a pesar de que no le haya hecho nada, tan solo porque sus padres cuentan con mucho poder y muchos contactos.
—Ya no lo sé, Li—murmura antes de sonreír suavemente para hacerle ver qué está bien—. Pero ya todo pasó.
—Solo ten cuidado de nuevo hoy o reporta el asunto.
—Puede que lo haga.
Podría hacerlo, incluso podría decírselo a sus padres y ellos harían algo al respecto y no entiende porque en esa parte parecen estar al pendiente pero cuando se trata de pasar tiempo con él, de verlos a diario simplemente no lo cumplen. Solo está cansado de comer solo todos los días que incluso prefiere comer en una cafetería para sentir que no está solo, pero hay días en lo que come en un gran comedor que se siente tan solo y vacío.
No lo hace, y más cuando ese mismo día el ojiazul se encuentra en el mismo lugar, con la espalda recargada en la pared fumando un cigarrillo y cruzado de brazos. El humo sale de su boca lentamente que tiene a Harry curioso por saber cómo se siente e incluso que tanto dolieron esos tatuajes, porque el castaño tiene muchos repartidos en sus brazos y puede ver uno asomando en su clavícula.
Casi babea, casi cae de nuevo pero logra recuperar el equilibrio y no sabe qué hacer, porque ahí está de nuevo y tiene miedo de que esté vez si le robe sus pertenencias. Se pone alerta cuando lo mira dar unos pasos hacia él y tiene que retroceder.
—Por favor, no me robes.
Lo escucha refunfuñar y rodar los ojos con cansancio. —Con calma chiquillo, tan solo venía a preguntar si estás bien. ¿Por qué razón crees que voy a robarte?
—Es que tú tiene todos eso tatu-
—Ya veo de dónde viene todo esto. —Lanza lo que sobra del cigarro al piso y lo aplasta—. Que tenga tatuajes o fume no quiere decir que sea un asaltante o algo que tu cabeza piense. Estás dejándote llevar por los prejuicios tontos.
—Bueno... mis padres me han dicho-
—Ahí está lo malo—señala el castaño—. ¿Cómo te llamas?
—Harry. —Muerde sus labios.
—Harry, soy Louis—se presenta—. Tus padres son una mierda y si me dejara llevar por mis prejuicios bien fácil diría que eres un chiquillo consentido que todo lo que ha logrado es gracias a sus padre y que no necesitas la universidad porque solo lo arrojaras a la basura y utilizaras el dinero de tus padres.
—¡Eso no es cier-!—Relaja su rostro—. Oh.
—Ahí tienes. Solo para aclarar no soy asaltante o me gano la vida de mala manera, tengo una disquera propia y solo vengo a fumar mientras espero que mi hermana salga de sus clases.
Se le encienden las mejillas de la vergüenza y tiene tantas ganas de llorar y esconderse en ese preciso momento, porque Louis tiene toda la razón, solo he sido influenciado todo el tiempo por sus padres, porque ha crecido con esos pensamientos incorrectos e incluso le tomó bastante tiempo aceptar su sexualidad y le tomo mucho más hacer que sus padres aceptaran lo que es, aunque aún siguen luchando contra eso, que debió de entender que sus padres no tienen pensamientos correctos y que tienen la mente cerrada y odia ser de la misma manera que en este momento, se siente mal por creer eso de Louis.
Aunque también está increíblemente curioso e impresionado con lo que hace Louis para ganarse la vida.
—¿Disquera? Eso suena interesante.
—Lo es, en realidad—Louis sonríe orgullo—. ¿Y tú qué estudias?
—Derecho. —De la misma manera alza su mentón de manera altiva. Le alegra y más lo que ha logrado sin ayuda de sus padres.
—Muy interesante.
Baja la mirada sonrojado. —Lo siento, de verdad. Todo lo que te he dicho.
—Está bien, entiendo. Los padres a veces son una mierda en cuanto a pensamientos. —Alza los hombros—. Hay muchas cosas que deberías saber, ricitos.
—Supongo.
Es interrumpido por el sonido del teléfono de Louis. Lo ve teclear con tantas rapideces y toma eso como ventaja para mirarlo de pies a cabeza, sonrojándose al momento. Es solo que Louis es totalmente su tipo y debe de admitir que cuando uno se acostumbra a sus tatuajes ya puede ver lo atractivo que se ve con ellos adornando su piel. Sin embargo, se obliga a no ser un acosador o un raro y aparta la mirada mientras espera a que Louis termine, por lo que se dedica a mirar el esmalte que he quedado impregnado en sus dedos. Sus padres llegaron ayer y tuvo que quitarse el esmalte rojo que tenía antes, le dolió, porque se sentía desnudo sin el bonito color cubriendo sus uñas, pero sus padres son bastante observadores por lo que se tomó el tiempo de quitárselo pero quedó un poquito de color.
Vuelve a la realidad cuando escucha a Louis y lo ve tenderle una tarjeta de presentación con su número. Parpadea tomándolo con las mejillas encendidas.
—Si alguna vez quieres hablar y tomar algo, llámame. Ahora mismo debo ir por mi hermana.
—Claro. Hasta luego, Louis.
Camina a pasos apresurados hasta su auto. Cuando está en el silencio de su hogar no se siente tan feo porque puede escuchar su corazón latir muy rápido en cuestión de segundos y porque tiene la privacidad para chillar porque ha obtenido el número de ese precioso hombre y tiene la soledad y el tiempo para calmar lo caliente que siente las mejillas y las tontas cosquillas.
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Es cuando está acostado boca abajo terminado algunas tareas, es que se le pasa el recordatorio de la tarjeta que le ha dado Louis y el deseo se expande por toda la habitación que lo hace mover las piernas constantemente y morder el final de bolígrafo que tiene entre sus dedos. No ha querido mandarle mensaje tan pronto como lo obtuvo porque no quería parecer tan desesperado en verse de nuevo con ese increíble hombre y porque está en una lucha constante con él mismo, porque si acepta la cita estaría aceptando que pudiese entrar a su vida y a su corazón y al mismo tiempo estaría decepcionando a su padres por verse con alguien quien cree que le haría mal. Sin embargo, nada de eso pasa por su cabeza, porque lo único que quiere es no sentirse solo y quiere descubrir nuevas cosas, quiere salir a divertirse, quiere... Enamorarse.
No un enamoramiento pasajero o un enamoramiento rápido y fugaz, sino uno profundo, uno para siempre. Quiere enamorarse con todo su corazón y quiere que lo amen con esa misma intensidad.
Por alguna razón se le cruzan esos ojos azules y no esos grises, no esa persona que sus padres quieren para él, sino otra persona que parece estar "prohibido" para él.
Aún con todo eso logra encontrar la tarjeta y regresa a la cama en la misma posición que estaba anteriormente. Coloca el número en su teléfono y busca el contacto para ir a la parte de mensajes. Tiene que morder sus labios y mirar fijamente la pantalla unos cuantos segundos para atreverse.
H: Hola, soy Harry :)
Le late el corazón y las manos le tiemblan y desearía borrarlo pero ya está hecho y no va a dar paso atrás porque de alguna manera siente que algo bueno podría salir de todo esto, de su locura.
L: Claro, como olvidarme de ese precioso rizado que me tachó de asaltante.
H: Ya me he disculpado :(
L: ¿Y bien? ¿Me aceptas una salida? A menos que aún me tengas miedo.
H: Acepto.
L: Perfecto. ¿Qué te parece hoy?
Chilla contra la almohada sintiendo sus mejillas enrojecer porque se está comportando como un total adolescente y porque está emocionado por ver de nuevo a Louis tan pronto. Esta vez que sus padres no estén parece un momento adecuado, porque le harían un interrogatorio y él no está para esas cosas y menos con lo que podrían pensar de Louis.
No tarda en decir que está libre ese día, después de todo está sólo en una enorme mansión que se siente tan solo. Tan pronto como recibe la ubicación y la hora acordada corre hacia el closet buscando la ropa perfecta.
Brinca del susto cuando la puerta se abre, pero sonríe cuando su nana, Sara, entra por la puerta cargando una charola con algunos aperitivos salados, porque casi no le gustan las cosas dulces. También hay un vaso de agua y uno con jugo de naranja.
—¿Saldrás, cariño?
—Sí, solo saldré un rato. —Se le encienden las mejillas.
—¿Con un muchacho?
—Sí. Su nombre es Louis y es interesante—dice Harry jugueteando con el borde de una camisa bonita que quizás lleve.
—Entonces te dejaré para que puedas arreglarte y comete todo. Si necesitas algo no dudes en decirme.
—Muchas gracias, Sara.
Su nana sale de su habitación y no demora en sentarse y comer un poco mientras piensa con que combinar la bonita camisa de tela lisa de un tono morado bajo. Termina combinándolas con unos skinny jeans negros ajustados y sus botas. Se echa un poco de perfume y arregla sus rizos. Para cuándo acaba le quedan treinta minutos para llegar al lugar acordado, aunque Louis se ofreció pasar a buscarlo no quiso, simplemente los trabajadores de su padre eran unos chismosos y no tardarían en avisarle a su padre. Así que maneja hasta el restaurante y amablemente lo guían hasta la mesa que ha reservado Louis.
Tiene que aguantar lo que Louis está empezando a despertar en él, porque ha pasado un tiempo desde que se sintió de esta manera y le está siendo muy difícil dejarse llevar y no tener estos pensamientos cruzando por su cabeza cada cierto tiempo, más pensando en que podrían pensar sus padres.
Louis luce tan encantador vestido de esa manera formar, aunque ya extraña sus tatuajes y lo que era cuando lo conoció.
—Hola, Louis. Es muy lindo el lugar.
—Lo es. —Louis se levanta para ayudarlo a sentarse—. Aunque debo de admitir que hay lugares mejores que este, pero pensé que iba agradarte estar en este tipo de lugar.
Alza la cabeza hacia Louis un poco tímido. —No, en realidad me gustaría conocer otros lugares.
—Bueno en ese caso será para otra ocasión. Créeme sé que te podrían gustar.
—No lo dudo.
Se sonríen de manera íntima y privada. Aunque nunca ha conocido más allá de los lujos y del privilegio con el que nació, le gustaría conocer otros lugares, otros ambientes.
Louis se acerca a él manteniendo un mínimo espacio entre ellos y hablan sobre la vida del otro. Harry intenta no hacer una mueca cuando le habla de sus padres y de la situación con ellos, pero el apretón en su mano le da una fuerza para no derrumbarse, por lo que el ojiazul intenta animar hablando de cosas que le sacan una sonrisa y lo hacen soltarse a reír.
Al final de la noche solo puedo pensar en lo avergonzado y el mal concepto que se hizo de Louis. De que las apariencias no importan, sino lo que es esa persona e incluso miró con curiosidad los tatuajes de Louis que asomaban debajo de su chaqueta.
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En realidad no le sorprende mucho encontrarse con Louis en la misma situación que hace un par de días; fumando un cigarro y dejando escapar el humo de su boca mientras tiene los ojos cerrados y está recargado en la pared, pero la emoción y la anticipación son más grandes que eso. Da pasos de manera sigilosa para no molestar a Louis o quizás solo porque se le hace muy divertido llegar a asustar a Louis. Claramente no lo logra, porque el ojiazul termina abriendo sus ojos asustándolo a él porque brinca del susto y suelta un risa nerviosa, una risa nerviosa por lo increíble y atractivo que se ve Louis ese día, con un look informal. Tan solo lleva jeans ajustados negros y una chaqueta negra lisa encima, debajo de ella una t-shirt de alguna banda que Harry no logra reconocer. Quizás ha tenido un día importante y ocupado.
Da pequeños pasos hacia atrás llevándose las manos detrás, a la vez que se le encienden las mejillas, porque solo ha pasado unos días conociéndolo pero ya le ocasiona tanto en él, que lo mantiene despierto en la noche en medio de insomnios que llevan el nombre de Louis.
—¿De nuevo esperando a tu hermana?
—Sí. —Asiente Louis de manera relajada—. Su nombre es Lottie.
—¿Lottie? Sí, creo que he cruzado un par de palabras con ella.
—Simplemente la llevo a casa. Solo es asustadiza con manejar, pero creo que poco a poco se le irá yendo el miedo—Louis explica dejando la colilla del cigarro a un lado—. ¿Te gustaría salir?
—¿Me vas a llevar a otro restaurante caro y elegante?
—Oh, no rizado. Hay otros lugares locales más cálidos y cómodos en la ciudad como para gastar dinero en un lugar con porciones muy chicas que tú y yo sabemos que no nos satisface el hambre—Louis señala dando unos pasos hacia él.
Su cercanía lo pone un poco nervioso y tenso, un ambiente raro que lo tiene mareado. Y la emoción y las ganas de sonreír en grande están en la punta de la superficie que no quiere dejarlo escapar, pero lo que si hace es asentir varias veces, porque le emociona totalmente volver a salir con Louis y más con lo divertido y cómodo que se sintió en la salida pasada. Nunca se había sentido tan divertido y especial en una salida, fue tan diferente a la que tuvo que ir con Lexis. Fue aburrida y casi termina durmiéndose en medio de la salida, lo hubiese hecho si tan solo no hubiese tenido ese rico postre frente a él.
Desde eso lo ha estado evitando y negando sus salidas, aunque su padre es igual de instante que el chico para salir. Según su padre, Lexis es la pareja "perfecta" para él.
—Entonces me parece perfecto.
Ambos se ponen de acuerdo con verse en el restaurante, solo para no tener problemas con los chismosos de los que trabajan para su padre. Cuando se encuentran rápidamente Louis le coloca una mano en su espalda llevándolo a una mesa. Todo es tan cálido y tiene una bonita vista, incluso pide una hamburguesa para comer.
Después de comer Louis lo guía hasta un lugar, compran helado y los llevan a un lugar para hacer picnics, pero lo único que ellos hacen es sentarse y seguir hablando.
El rizado se limpia los dedos pegajosos con una toallita húmeda y luego lo guarda en su mochila para luego mirar los tatuajes de Louis, muy curioso por cada uno de ellos, por lo que gatea hasta estar frente a Louis y lleva sus dedos hasta la daga que tiene en el brazo.
—¿Duele mucho?
—Un poco, es soportable y después de varios te acostumbras—Louis explica mirándolo a los ojos.
—¿Por qué tantos?—Alza la cabeza encontrándose a escasos centímetros del ojiazul.
—Simplemente me gustan—dijo encogiéndose de hombros. Luego lleva una de sus manos en el cabello de Harry, enredando sus rizos en sus dedos—. ¿No te gustaría tener algunos?
—No, a mis padres no les gustan.
—No les estoy preguntando a tus padres, te estoy preguntando a ti Harry. —Le sostiene la barbilla para alzar su cabeza—. ¿Te gustaría tener uno?
Baja la mirada hasta los tatuajes de Louis, realmente le gustaría. Ahora que pasa tiempo con Louis y puede ver sus tatuajes de cerca le hace desear combinar algunos con él y algunos momentos o frases que le gustaría que estén adornando su piel. Nunca se lo planteó porque lo vio como algo prohibido, pero si lo piensa y tuviera la posibilidad lo haría sin pensar, incluso haría más cosas si tuviera la posibilidad de hacerlo.
Alza la mirada encontrándose con los bonitos ojos de Louis. Se sonroja. —Sí, son lindos.
—¿Si?
—Me gustan muchos los tuyos—confiesa sintiendo como Louis lo acerca un poco más a él.
—¿Cuál es tu favorito?
Pregunta difícil porque todos son sus favoritos o todo le gustan, sin embargo, se toma el tiempo de mirarlos fijamente hasta que sus ojos se encuentran con el tatuaje en la clavícula y sin pensar mucho coloca su mano ahí, repasando las letras y amando lo cálido que se siente, como su piel es suave al tacto. No sabe que le gusta más, si el tatuaje y las clavículas de Louis.
Alza la mirada reteniendo la respiración cuando ve la mirada de Louis fija en sus labios. Pasa su lengua por ahí de manera nerviosa y sus manos se deslizan suavemente por el tatuaje.
—Este.
Jadea sorprendido cuando sus labios se encuentran con los de Louis en cuestión de segundos, pero tan pronto como lo besa es que sigue el beso con desespero, con aquel deseo que ha tenido desde hace unas horas. Suelta una sonrisa pegándose un poco más a Louis para disfrutar más del beso, porque lo está haciendo sentir querido, escuchado y amado, cosa que lo asusta porque no quiere enamorarse, no quiere necesitarlo. Quizás es un poco tarde.
Se besan hasta que el sol se oculta lentamente y aunque tienen una vista preciosa del atardecer están demasiados ocupados descubriendo los sabores en los labios del otro.
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—Nunca había venido a una—Harry dice comiendo un algodón de azúcar, en total ya se ha comido tres en las horas que llevan ahí, pero Louis parece satisfecho al comprarle cada una de ellas.
—¿A una feria? No puedo decir que me sorprende—Louis se burla pero mantiene su mano con la de Harry llevándolo a cada parte del lugar.
Harry se detiene haciendo un puchero, tiene la boca azul y los labios pegajosos pero a Louis parece no impórtale porque lo atrae cerca y lo besa de esa manera en que lo ha estado haciendo hace unos días y se deja. Se deja llevar por lo que quiere y desea en esos momentos, callando cada rastro de pensamientos intrusivos que cruzan por su cabeza y lo hacen sentir que todo está mal, que está fallándole a sus padres, pero está vez y las otras veces no cruzan mientras se besan porque cada vez que Louis lo hace se siente liberado y siente unas cosquillas en su interior que opaca a todo lo demás.
Se sostiene de una mano en el cuello de Louis mientras le sigue el beso con total calma, como si no hubiese nadie detrás de él diciéndole que hacer y con quién llevarse. Tan solo lo besa sintiéndose enamorado y especial entre los brazos del ojiazul.
—Tus besos son extremadamente dulces.
—Es porque comí tres algodones de azúcar—explica.
—No lo creo, ya eres muy dulce, cariño—Louis le atrae dejando una serie de besos suaves que deja al rizado mareado y con ganas de más.
Este día ha sido encantador, extremadamente divertido y sobre todo cansado para alguien que no ha tenido que caminar demasiado en su vida, incluso los zapatos que trae no son los adecuados y lo están matando, pero la verdad es que poco le importa, está divirtiéndose y no quiere irse aún. No es solo el hecho de que nunca ha venido a una feria y que todo esté colorido y haya tantas luces, sino porque adora la atención que Louis le da, la manera en que lo atrae por ratos cuando cree que han pasado mucho tiempo si besarse y sobre todo porque tienen tantas ganas de hacerlo.
Se aleja con las mejillas encendidas y el corazón latiendo muy rápido. —¿Eso crees?
—Eso creo, príncipe—confiesa sosteniendo su mano para proporcionarle un beso—. ¿Te gustaría subir a la rueda de la fortuna? ¿Ya te sientes preparado para hacerlo?
—Me asusta, pero uhm... si vas a sostener mi mano todo el tiempo posiblemente tenga el valor.
—Siempre lo haré.
La rueda de la fortuna es lo último que hacen porque ya es bastante tarde como para permanecer a ese lugar. Ese día no siente la soledad, quizás porque Louis se ha encargado de mantenerlo ocupado y tan pronto como llega a su habitación y toca la suavidad de su cama cae dormido. Porque ha recibido varios besos y mimos que lo hacen sentir que alguien lo quiere de aquella manera que siempre deseó y anheló todo ese tiempo.
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Podía sentir la mirada divertida de Louis quemándole la piel, pero no le importa, está sumergido e interesado en como Louis es tatuado y como la aguja rasga su piel. Mira brevemente al ojiazul buscando algún signo de dolor en su rostro pero parece que él también está ocupado mirándolo a él, cosa que lo hace sonrojarse con fuerza y regresar la mirada en la piel de Louis. Y es que es la primera vez que ve como se hace y lo doloroso que parece, pero no hay nada que indique que Louis está sufriendo que le da curiosidad saber si tampoco le dolería a él.
Cuando Louis le propuso acompañarlo a su cita no pudo evitar decir que sí, aceptando al instante. Además quería salir con Louis y luego saldrían a comer algo.
—¿No te duele?
Louis ríe suavemente negando. —No, príncipe.
—Pero debería tomar tu mano por si acaso—explica sonrojado.
—Supongo que ayudaría.
Harry sonríe satisfecho con la respuesta del castaño y entrelazan sus manos con fuerza. El rizado sentía que tener una mano para tomar ayudaría a apaciguar el miedo y el dolor. Cuando su nana lo llevaba a sus vacunas o cuando se caía y necesitaba ponerle cosas para curarlo es que necesitaba una mano que tomar, para ese entonces necesitaba la de su madre, ahora quizás solo necesite a Louis.
Con el castaño ha descubierto lo que es sentirse amado, querido y especial, de una forma honesta y verdadera. Incluso ha descubierto cosas de él que nunca supo o que necesita de ciertas cosas, que quizás nunca hubiese hecho, para descubrirlas.
Regresa su atención en Louis parpadean lentamente y una sonrisa tímida se extiende por su rostro.
—¿No te gustaría hacerte uno?
—Mis padres me matarán si me ven con uno. —Hace una mueca.
—Puede ser pequeño o en algún lugar que no se pueda ver. —Louis se inclina rozando sus labios—. Puede ser nuestro secreto.
Sonríe emocionado ante la idea y miles de ideas para un tatuaje, aunque sea pequeño, cruzan por su cabeza. No importa que pueda dolerle, Louis le hace tener confianza y lanzarse una vez en su vida a algo que desea sin pensar en las consecuencias o en lo que sus padres puedan decirle.
Asiente varias veces un poco nervioso, porque claro, Louis lo puede hacer parecer una cosa insignificante pero a él puede que le duela, pero eso no le quita la emoción.
—Eso es, príncipe.
Harry le aprieta la mano volviendo a como le están haciendo el tatuaje a Louis, mientras piensa en que tatuaje se puede hacer y en qué parte puede hacerlo para que sus padres no lo descubran, aunque eso puede ser fácil porque no pasan mucho tiempo con él, pero por si acaso debe buscar un lugar que sea fácil de ocultar.
Termina escogiendo un tatuaje relativamente "pequeño" justo arriba de sus muslos pero lo ama y no es tan aterrador como los de Louis pero sale del lugar dando brincos y se sostiene del cuello de Louis besando su mandíbula muchas veces.
—Gracias, es muy lindo.
—Lo es, amor. —Louis lo sostiene—. Muy orgulloso de ti.
—No quiero irme a casa aún, no quiero regresar y dormir solo—confiesa por primera vez a alguien que no es él mismo. Louis relaja su rostro atrayéndolo cerca—. Me haces sentir tantas cosas, Louis. Me gusta sentirme así contigo.
—No tienes que regresar. Quédate a dormir en mi departamento, podemos hacer de cenar y ver una película.
Y lo hace. Louis lo lleva a su departamento y cenan algo ligero mientras miran alguna película. Después de eso el ojiazul lo lleva a habitación proporcionándole una pijama que Harry acepta gustoso, porque a pesar de que está limpia y lavada, aún se puede percibir el olor de Louis en ella, que lo hace sentir que es algo de él.
Gatea hasta el castaño cuando esté se acomoda en la cama y apaga el foco. Se abraza a él enredando sus piernas juntas a la vez que Louis lo atrae y deja besos suaves en su nariz y frente hasta que cae dormido. Pero el último pensamiento que tiene antes de dormir es que, desearía dormir de esa manera todo los días.
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Suelta un suspiro profundo mientras se aleja para recuperar un poco de aire. Mira fijamente a Louis sonrojándose demasiado porque sus labios están maltratados por los besos fuertes y constantes y porque está completamente desnudo sobre la cama, lo único que lo cubre es la camisa blanca de botones de Louis. Recuerda a la perfección como es que llegaron a esta posición, con Harry desnudo y extendido frente al ojiazul y con este completamente vestido mientras lo besa con profundidad y le acaricia los muslos y las piernas mientras lo besa de aquella manera que le pone los vellos de puntas. Y es que estaba vistiéndose para ir a la universidad, con la ropa de Louis porque no ha traído nada para cambiarse, por lo que cuando el castaño entró a la habitación y lo miró por primera vez desnudo ante sus ojos rápidamente lo capturó entre sus brazos y lo dejó en la cama con delicadeza y lo empezó a besar de manera ansiosa y rápida.
Harry no pudo alejarlo porque simplemente no deseaba hacerlo. Quiere más que nada permanecer al lado del castaño, porque lo hace sentir cálido y querido, porque se ha enamorado por completo que ya no conoce lo que es no conocerlo, porque desea cada que tenga que ver con Louis.
Cuando recupera la respiración lo toma del cuello para volver a besarlo, dejando pasar la lengua de Louis y dejarlo tocar su cuerpo por completo.
—Deberías ir a la universidad.
—No iré hoy—sentencia tratando de besarlo nuevamente, pero Louis lo retiene—. En serio, Louis.
—Harry.
—Solo será una vez. Además no puedes dejarme así, tienes que encargarte de mí, Louis. —Se sonroja mordiendo sus labios.
Louis niega de manera divertida apretando su pecho para acariciar el trasero del rizado. Lleva sus labios cerca de la oreja de Harry.
—Que no se te haga costumbre.
—L-Lo prometo—dice con los ojos cerrados tomando con sus puños la camisa del ojiazul—. Además deseo permanecer a tu lado
Parece el fin de su conversación porque Louis lo mira fijamente, especialmente sus labios, que Harry termina removiéndose ocasionando que la mirada del ojiazul baje hasta más abajo y tenga que desviar la mirada sintiendo el calor extenderse en cada parte de su cuerpo. Está tan avergonzado que lo único que hace para olvidar como se siente es besar a Louis y envolver sus piernas desnudas a su alrededor a la vez que se remueve para sentir el roce de la rodilla del ojiazul contra su erección.
Cada cierto momento gime contra el hombro de Louis cuando siente sus caricias, sus toques fuertes y persistentes en su piel.
Sus labios se vuelven a encontrar por quien sabe qué número de veces que se han besado en el día, Harry ya ha perdido la cuenta. Mientras mueve sus labios sus manos encuentran los botones de la camisa de Louis desabrochando cada una para luego pasar sus manos por el abdomen y pecho de su amado. Su piel le da esa calidez y le hace amar más sus tatuajes e incluso Louis acaricia varias veces por encima de su tatuaje, aquel tatuaje pequeño que se hizo en la cadera.
—Chiquillo escurridizo, estás desnudándome.
—Mucha ropa, Lou—señala con un puchero.
—Poco a poco, príncipe. Déjame encargarme de ti primero, quiero tocarte, demostrarte que es lo que es ser querido, lo que es sentir que alguien te quiera de la forma en que te quiero yo—murmura sobre sus labios acariciando lentamente su cintura.
—Por favor, solo quiero que tú me lo demuestres, porque te quiero de la misma manera en que quizás me quieres.
Sus ojos le brillan, está seguro, porque las palabras de Louis le han dado una caricia a su alma y porque está ansioso y caliente por ser tocado y follado por Louis. No un sexo para satisfacer sus deseos, para pasar el rato, no, un sexo con cariño, con un objetivo que los tiene a ambos ansioso por describir al otro de aquella manera.
Se unen en un beso dónde Louis lo presiona con fuerza contra el colchón y sus manos descubren cada pedacito, cada rincón de su cuerpo, de los horizontes que tiene frente a él. Harry no se queda atrás, acaricia cada parte de él. Su parte favorita es su espalda, hundiendo sus dedos en su piel suave y su clavícula, tal vez porque es la única parte desnuda por ahora.
—Ropa, mucha—jadea contra sus labios.
—Eres tan adorable.
Louis confiesa alejándose para desabrochándose los pantalones, levantándose y poderse quitar los jeans y su ropa interior por completo. Harry trata de mirar hacia otra parte porque se siente caliente y avergonzado, pero no puede, así que jadea mirando a Louis sintiendo la necesidad de tocar a Louis en cada segundo que pasa.
Suelta un suspiro suplicante cuando el ojiazul vuelve a subirse sobre él besándole el cuello de manera húmeda y sus dedos juegan con sus pezones. Demasiados sensibles que suelta muchos gemidos y otros los retiene contra sus labios.
—Louis, Louis.
—Eres muy ruidoso y muy caliente soltando tantos sonidos—el ojiazul se burla dejando besos en su mandíbula bajando por su cuello y así subir de nuevo.
—Es que me haces sentir tantas cosas, Lou.
—Tú también, cariño. Eres tan perfecto.
Le suelta halagos que lo hacen sentirse mejor consigo mismo y un poco más relajado para tocar y besar a Louis a su gusto, cuando desee en cada momento. Aprieta mucho sus brazos cuando Louis juega con sus pezones, metiéndolos a su boca y chuparlos con fuerza, que tiene que buscar que apretar para no soltar tantas maldiciones porque nunca lo ha hecho, porque ahora mismo parece la única forma para poner en palabras lo que siente en ese momento, porque Louis lo hace sentirse caliente y con ganas de no solo toques.
Parpadea desorientado cuando Louis se aleja estirándose. Sonríe cuando lo ve encontrar un paquete de condones y el lubricante. El ojiazul lo mira de manera divertida para luego apagar esos ojos suaves para volverlos profundos cuando lo mira de pies a cabeza. Tan pronto como llega de nuevo a su lado le sostiene del rostro para besarlo con profundidad y con fuerza.
—Eres tan perfecto, amor.
—Tú eres perfecto, Louis. —Se aleja para mirarlo a los ojos.
—¿Me dejas prepararte, príncipe? ¿Me dejas demostrarte cuanto te quiero?—Louis le pregunta besando su pecho, dejando ligeras marcas.
—Sí.
Recibe un beso antes de abrazarlo del cuello esperando ese ansiado toque. Louis desliza un dedo lubricado, que al principio le causa una molestia y un pequeño dolor, pero mientras más mueve lentamente los dedos dentro de su interior los movimientos se hacen soportables y una corriente recorre su espina dorsal, que lo único que quiere es más, tener más de Louis, que mueva sus dedos con fuerza en su interior.
Cierra los ojos y busca los labios de Louis, rápidamente sus labios son tomados por estos otros labios suave y finos. Sus labios se mueven al mismo ritmo que lo hacen los dedos de Louis en su interior.
—Más, más, Louis.
Le cumple sus peticiones, mueve los labios con mayor rapidez que tiene al rizado soltando un coro de gemidos que escapan de sus labios pecaminosos que lo tiene hundiendo las uñas por toda la espalda del castaño.
De un momento a otro los dedos del castaño salieron de su interior y está encima de Louis. Lo mira de manera tímida y avergonzada cuando se da cuenta de lo que espera. Harry nunca lo ha hecho, nunca ha experimentado mucho con sus antiguas parejas. Sin embargo, lo quiere, ha soñado con esto desde hace unos días.
Y no está dispuesto a arruinarlo o parecer nervioso, así que toma el preservativo entre sus dedos y lo abre con total delicadeza y lo coloca por toda la longitud del miembro del castaño. Muerde sus labios inclinándose para besarlo una vez más mientras guía la cabeza del pene de Louis hasta su entrada, bajando poco a poco. Sus labios se abren dejando escapar gemidos altos que llenan la habitación de Louis.
—Dios, Lou, eres muy grande.
—Tómalo con calma, príncipe, no seas codicioso—le dice suavemente, acariciando sus muslos para darle las fuerzas.
Se deja caer por completo dejando escapar un grito. Se toma su momento mirando a Louis a los ojos porque nunca ha tenido algo como esto, nunca ha tenido las atenciones, el cariño, los mimos que recibe de Louis. Siempre los ha suplicado, los ha pedido, sin embargo, con Louis no necesita decirlo, él sabe cuándo lo necesita y porque en verdad desea proporcionárselo.
—Te quiero.
Se atreve a confesar apoyándose de los hombros de Louis para mover las caderas hacia adelante hacia atrás de manera lenta y sensual, sintiendo sensaciones raras que lo tiene al borde. Le está gustando está posición, porque puede tener el mando y Louis parece gustarle también, sobre todo porque tiene los ojos cerrados, la cabeza hacia atrás y esta soltando balbuceos que no logra entender por completo, pero siente sus uñas encajarse en sus muslos pálidos y blanquizcos.
—Sigue moviéndote de esa manera, vas a volverme loco.
Sonríe orgulloso de sí mismo, porque lo está haciendo muy bien a pesar de que es su primera vez. Muerde sus labios gimiendo mientras acelera sus movimientos pero sigue el mismo patrón mirando a Louis, sintiéndose satisfecho con las reacciones que tiene de él.
—¿Lo estoy haciendo bien?—pregunta con la voz ronca y cortada, tiene los ojos llorosos moviéndose encima de Louis.
El ojiazul abre los ojos, con ojos cristalizados. —Perfecto, amor.
Sonríe colocando sus manos sobre el pecho de Louis, las puntas de sus dedos tocando el tatuaje de su clavícula. Sin embargo, termina chillando cuando siente una mano impactar en su trasero.
—Vamos, príncipe, sé que puedes hacerlo mejor que esto.
Harry lo mira de manera incrédula ante el azote, pero debe de admitir que le gustó, que lo encendió más de lo que ya está, así que sacude su trasero para recibir otra. Louis alza una ceja pero termina cumpliéndolo, dándole uno que otro azote que tiene a Harry moviéndose encima de él con toda la energía, parece que esas clases de yoga han servido.
Brinca encima de Louis sin parar cuando siente que están muy cerca y Harry golpea su punto varias veces hasta que se viene manchando el estómago de ambos pero no se detiene, tan solo se mece suavemente encima de Louis hasta que a los poco segundos Louis termina.
Se deja caer encima de él suspirando de lo cansado que siente sus piernas. Alza la mirada sonriendo cansado y recibe un beso en su frente y rizos.
Nunca sintió tan amado y querido como lo está ahora. Lo está logrando con Louis.
♡
Está ansioso por ver a Louis de nuevo después de tres días sin verse por cuestiones de trabajo del castaño. Hace apenas unas cuantas horas Louis le comentó que iría a buscar a Lottie como siempre y que estaría en el mismo lugar de siempre y Harry no pudo evitar impacientarse en todas aquellas horas que faltaban, y cuando tuvo su primera clase no pudo evitar mirar constantemente la hora deseando que pasara con mayor rapidez, así que cuando termina su clase recoge sus cosas rápidamente metiéndolas a su mochila de manera torpe sin cerciorarse de que no se maltraten, solo está ansioso por ver al ojiazul que no le importa nada más.
Se inclina picoteando la mejilla de Liam recibiendo una sonrisa de complicidad, porque sí, tuvo que contarle todo a su mejor amigo.
Camina con rapidez hasta que lo mira ahí, cruzado de brazos, recargado en la pared y luciendo extremadamente guapo y Harry lo ha extrañado tanto que es una total locura loco, porque sus padres siempre están fuera y ya está acostumbrado a no ver a las personas que ama, pero ha extrañado demasiado a Louis y solo han sido tres días. Los tres días más difíciles de su vida y aburridos sin duda.
—Ven aquí, mi príncipe.
No tiene que escucharlo una vez más tan solo corre y se lanza en los brazos de Louis capturando sus labios, solo un deslizamiento de labios porque se alejan bastante rápido ya que necesitan mirarse a los ojos. Harry suelta una risa acariciando el cabello de Louis conteniendo ese suspiro de amor que desea dejar escapar de sus labios porque no quiere avergonzarse y porque no sabe cómo soltar sus sentimientos, nunca lo ha hecho, siempre reprimió todo lo que ha querido decir que ahora es difícil soltar todo.
Así que sin saber cómo ponerlo en palabras, lo único que hace es besarlo nuevamente, con aquellos sentimientos al aire, esperando que fuesen los suficientemente fuertes para poder trasmitirlo sin decir palabras alguna.
Louis lo sostiene con fuerza, colocando sus manos a su alrededor siguiendo el beso con amor, y Harry quiere llorar porque lo ha extrañado tanto. Tres días fueron demasiado, y esa simple cifra no es nada comparado al tiempo que ha logrado no ver a sus padres.
Se aleja abriendo la boca pero lo único que escapa de sus labios son quejidos cuando lo toman con fuerza del brazo para alejarlo de Louis. Tiene que alzar la mirada para comprobar lo que se ha temido todo está tiempo. Su padre lo mira con desaprobación, con enfado y con decepción.
—¿Qué es todo este show? ¿Esto es lo que has estado haciendo todo este tiempo?, metiéndote con delincuentes. ¿Perdiendo tu educación por quien sabe qué clase de persona?
—Papá, solo déjame explicarte. —Mira a Louis presa del pánico y sus palabras tiemblan, así como sus manos.
—¿Explicarme qué? ¿Qué Harry? ¿Qué me has estado perdiendo el tiempo y todo lo que te hemos dado? ¿Qué has sobrepasado mi autoridad?
Baja la mirada ante el tono frío y demandante con la que su padre le habla y más con la forma en que le sostiene el brazo.
—Señor, Styles.
Los ojos de sus padre ni siquiera se posan en ningún momento en Louis, tan solo lo mira a él con los ojos fríos y vacios, con la mandíbula apretada. Harry solo quiere explicarle todo, solo quiere mostrarle cuan buena persona es Louis, pero sinceramente duda que alguna vez su padre se tome el tiempo para hacerlo. Ahora mismo parece querer desaparecer a Louis de la faz de la tierra y Harry está muerto de miedo en esos momentos.
—Harry, entra al auto y no me hagas repetirlo una vez más—demanda.
—Lo haré, solo déjame despedirme de-
—¡Al auto ya mismo!
Cierra la boca conteniendo las lágrimas que amenazan con salir, mira a Louis una vez más antes de caminar hasta el auto, el chófer lo mira con lastima, casi teniéndole lastima por saber en el grave problema en que se ha envuelto.
Sabe que está en problemas cuando su padre entra al auto sin dirigirle la mirada ni una palabra. Cuando llegan a casa su padre entra a su oficina y no sale de ahí está tarde y Harry tiene que contener sus lágrimas y los sollozo cuando es llamado a su oficina y suelta tantas cosas que Harry tiene que asentir varias veces sintiendo el corazón rompiéndose en cada palabra que suelta su padre y solo las deja escapar cuando regresa a su habitación y las puede dejar correr sobre la almohada.
Ni siquiera es capaz de contestar las llamadas de Louis, tan solo mira los mensajes viendo cómo sus lágrimas caen encima de la pantalla y no tiene el valor de contestar sus mensajes, tan solo se queda dormido para olvidar un poco lo que ha perdido. Todo aquello que ha descubierto y amado, lo ha perdido.
Se seca las lágrimas cerrando los ojos cuando lo mira ahí, en el mismo lugar mirándolo con ojos de preocupación. Tiene que mantener la postura y caminar hasta su auto sin detenerse hasta Louis, sin embargo, esté le sostiene del brazo y lo pega a su pecho sosteniendo su rostro.
—Príncipe, dime qué está bien.
Se aleja asintiendo. —Sí, lo estoy.
—¿Seguro? Porque te juro que si me dices que fue muy duro contigo iré y le-
—Lo siento tanto, Louis. —Lo mira a los ojos—. Lo siento, pero esto que hay entre tú y yo ya no será la mismo.
—¿De qué hablas?
—De que lo siento tanto, siento confundirme y de paso lastimarte porque mi padre tiene razón. —Desvía la mirada sintiéndose mal—. Porque tiene razón en que solo estuve contigo porque quería su atención, porque sabía si pasaba de sus reglas iban a darme un poco de la atención que deseaba, que iba a conseguir que estuvieran conmigo y lo hicieron.
Louis lo suelta mirándolo de manera incrédula, sin creer que todo eso sale de la boca de Harry.
—¿Entonces todo esto no ha significado nada para ti? ¿Qué la otra noche no fue nada especial, que no ha sido importante?
—No, Louis. Siento decirlo de esta manera y lo siento tanto, pero no me ha significado nada, tan solo quería un poco de amor, quería buscar la forma de llamar la atención de mis padres y tome la oportunidad que se me presentaba. —Se siente patético en ese momento.
Chilla cuando Louis lo toma del rostro negando. —No te creo nada. Deja de estar jugando de esta manera conmigo.
—¡No lo hago, ya te lo he dicho!—Lo empuja mirándolo de manera molesta—. Te lo digo de frente: no me ha significado absolutamente nada y por favor, no seas insistente, déjame en paz.
—Claro. —Louis ríe de manera irónica alejándose—. Para ti es sencillo, porque solo has jugado todo este maldito tiempo.
Se le forma un nudo en la garganta porque se siente terriblemente mal por hacerle esto a Louis, por colocarlo en esa situación cuando la culpa es de él, cuando él no está siendo honesto. Porque solo ha tomado la oportunidad, lo que tenía en frente y lo ha arruinado.
Baja la mirada sin atreverse a seguir mirándolo porque ya no desea estar ahí, porque necesita estar solo, a pesar de que se ha sentido y ha estado toda su vida de esa manera. Niega mirando a Louis sin atreverse a decir nada más y abre la puerta de su auto. No está Louis manteniéndolo para no dejarlo ir, no está suplicándole que se quede, que permanezca a su lado y lo agradece, no hay manera de que Louis y él estén juntos porque todo ha sido más que un engaño y lo merece.
Deja salir un suspiro de alivio cuando se marcha, cuando deja atrás a Louis y... quizás no lo vuelva a ver de nuevo.
♡
—Estaba pensando en que podemos ir a ese restaurante exclusivo que han abierto a unos poco minutos de aquí.
Harry parpadea saliendo de sus pensamientos mirando a Lexis hablar acerca de algo que no está prestando atención. Se encoge de hombros apretando sus mano para hacerlo cambiar de tema, porque no está con ánimos de ir, acaba de terminar un examen importante y no sabe si le fue bien y eso lo pone nervioso y cansado, tan solo quiere ir a casa y descansar o mirar una película en la soledad de una enorme casa.
La mano de su novio está entrelazada con la suya, mientras caminan por el campus de su universidad para ir hacia él estacionamiento e intenta prestarle atención pero lo único que quiere es ir a casa y comer de la merienda que le prepara su nana y permanecer en su habitación, parece que es lo único que tiene ganas en estas semanas.
Se detiene cuando mira a Louis después de semanas largas que parecieron eternidades y le late el corazón con fuerza y quiere desaparecer en ese momento porque pensó que no iba a volver a verlo. Aquel día en que terminó todo entre ellos no volvió a verlo, hasta ahora.
Mira a Lexis desenganchando sus manos y alejándose un poco. —Creo que es mejor dejarlo para otro día, debo hacer cosas.
—Por supuesto, haré una reservación esta tarde y así podemos ir mañana.
—Como desees. —Se encoge de hombros—. Debo irme a casa.
—Te veo después.
Harry abre los ojos sorprendido cuando Lexis toma su barbilla y lo acerca para proporcionarle un beso largo en sus labios y no sabe cómo reaccionar porque lo ha tomado de sorpresa y es la primera vez que lo hace por lo que no sabe qué hacer, que solo sonrojarse de la vergüenza y lucir incómodo con los labios tiesos.
El chico se aleja sin decir nada más viendo cómo habla por el teléfono soltando esas risas raras porque suenan limpias y sostificadas. Baja la mirada queriendo quitarse el recuerdo de los labios de Lexis encima de los de él, porque lo único que cruza por su mente son estos otros labios que lo han hecho sentirse amado, más amado que nunca.
Y le duele, le duele tanto el corazón porque tiene que pretender que todo lo que le ha dicho a Louis es cierto, que solo se ha fijado en él para llamar la atención de sus padre cuando nada de eso es cierto, porque ha quedado encantando con Louis la segunda vez que se encontraron, porque ha caído por él en cada momento en que lo ha hecho descubrir nuevas cosas, porque cada vez que acaricia y mira su tatuaje solo puede recordar los labios de Louis besando esa zona, porque solo puede recordar el día en que el ojiazul lo tomó de la mano cuando se hizo su primer tatuaje.
Ha descubierto como se siente ser amado de verdad, lo que es sentir que hay alguien que lo quiere de esa manera, la manera en que necesita saber que hace en el día, en que necesita saber si está bien, de tener salidas sencillas y locas. Ha tenido todo eso en un periodo tan corto de tiempo que duele.
Suspira dándose la vuelta para encontrarse con la mirada dolida de Louis y también le duele pero debe dejarlo marchar. Dejar que su amor solo sea un bonito recuerdo de un día de otoño, que sea esa hoja que lleva al viento cuando viene el invierno, y no existe en primavera.
—A tu altura ¿No?
—Basta, Louis—pide mirando las llaves de su auto.
—Déjate de mentiras. —Alza la mirada cuando Louis se acerca y lo toma de la cintura para acercarlo—. Confiesa que lo odias, que odias todo lo que él te da a su lado, esas salidas costosas y estúpidas.
Cierra los ojos por unos minutos antes de alejarlo, empujándolo para tener su espacio personal. —No sabes nada de mí. Disfruto de todo eso, disfruto estar con él, porque es lo único que he querido, porque él si es alguien con quién saldría.
—¿Si? Eso es lo último que dirás. —Se aleja más pasando las manos por su cabello frustrado—. Simplemente sales con alguien más.
Lo mira soltando una risa negando. —No te confundas, Louis. Tú y yo nunca fuimos nada, tan solo quería divertirme, quería la atención de mi padre y ahora que lo tengo, no te necesito y lo siento, siento lastimarte.
—Déjate de disculparte.
Tiene una presión en el pecho y quiere aclarar todo, borrar aquella mirada decepcionada de su rostro porque nunca le ha dolido tanto, aún cuando su padre lo ha mirado de esa manera antes, pero nunca se sintió como ahora. Siente que se le está desgarrando el alma, porque no es al único que le está haciendo daño en ese momento, sino se lo está haciendo a sí mismo, está renunciando al que es el amor de su vida, a lo que es lo mejor que ha sentido, lo mejor que le ha pasado en sus cortos años, porque no cree volver a sentir lo que siente por Louis por nadie más, nunca lo va a sentir a Lexis.
Quiere irse, pero es tan masoquista consigo mismo que permanece ahí, porque quiere unos minutos más con Louis. Ha pasado semanas desde que lo ha visto que lo ha extrañado tanto, a pesar de que esté escenario no es nada bonito y desearía estar abrazados y besándose en ese momento, o en una cita. Algún toque que lo haga retroceder el tiempo y disfrutar una vez más lo que es ser tocado por Louis, lo que es ser amado de él.
—Entonces no me hagas hacerlo, simplemente no me hables, no quiero saber de ti, Louis.
La mirada de Louis lo hace querer que todo sea una pesadilla y está desmoronándose por dentro, pero por fuera está neutral, mostrando algo que no es.
—Perfecto, no voy a volver a molestarte.
Se suelta a llorar cuando se marcha de ahí y hace unas semanas creyó que sería la última vez que lo vería, que el esfuerzo que hizo estás semanas tan solo en vano, porque sigue siendo tan grande su amor por Louis que está seguro que ese amor se irá con él en su último respiro.
Lo peor de todo es que quizás todo ese tiempo lejos mueran lentamente de amor.
♡
Apoya su cabeza entre las palma de sus manos con los codos encima de la mesa olvidándose por completo de las etiquetas para comer y de que están en uno de los restaurantes más elegantes que hay. Tan solo está aburrido mirando a su alrededor, con la música clásica por lo bajo y el silencio de todo el lugar. Además de que Lexis está hablando de política, de cosas aburridas que lo tienen con ganas de irse a casa o dormirse ahí mismo. Sin embargo, no lo hace, solo mira todo el lugar buscando algo interesante que lo mantenga sumamente despierto para no caer dormido. No había podido echarse para atrás ante la invitación de Lexis, porque ha hecho la reservación y ha llegado a su casa de sorpresa y su padre lo ha obligado a venir, aún cuando sabe que no es lo que quiere.
Solo se siente como una marioneta que pueden controlar a su antojo el tiempo que quieran. Y está cansándose, porque no se siente su vida, no se siente feliz con lo que tiene, a pesar de que es privilegiado de tener muchas cosas pero esas cosas no lo hacen nada feliz. Su padre solo lo ha obligado a hacer las cosas que él cree que son las mejores para él, como su noviazgo con Lexis, solo para que sus empresas algún día lleguen a juntarse. Odia estar con Lexis, odia su vida, porque descubrió nuevas cosas con Louis y no se siente ni un poco a lo que tenía con él, solo se siente vacío por dentro, viviendo por vivir sin ningún propósito.
Se levanta cuando siente como sus ojos se cierran y tiene que echarse un poco de agua y tomarse un tiempo lejos y a solas, sin Lexis cerca, porque no va a aguantar un segundo más en pretender que está feliz con todo, con lo que es, con lo que dejó ir, con sus padres.
—Iré al baño.
—No tardes mucho, pediré al postre—Lexis avisa.
Asiente dándole una sonrisa antes de borrarla cuando está lejos. Lexis es amable y respetuoso, pero nada cerca a lo que quiere, a lo que Louis le hace sentir. Nunca va a llegar a ser feliz con él a pesar de que se colocó esa idea al principio. Pensó que sería feliz pretender que lo quiere, que las cosas entre ellos podrían funcionar, pero ya le ha quedado claro que no es así. Que en esta cosa del amor uno no decide, el corazón lo hace y pierde él que deja ir.
Deja escapar un suspiro tratando de no sentirse mal, de no llorar por lo mucho que extraña a Louis, de los besos profundos que se daban, de sus cálidos abrazos y sus citas para mostrarle a Harry nuevas cosas que desconoce a pesar de que no son nada del otro mundo.
Tiene que cerrar los ojos con fuerza cuando estos brazos familiares lo abrazan y no tiene que abrir los ojos porque conoce muy bien el toque, es demasiado familiar para reconocerlo con los ojos cerrados, además su perfume entra por sus fosas nasales.
—Por favor, príncipe, deja de jugar a este juego—pide Louis acercándolo—. Tu y yo sabemos que esto no lo deseas, que nada de esto eres tú. Deja de lastimarnos de esta manera porque cada día que estoy lejos de ti muero lentamente.
Tiene que hacer un esfuerzo para alejarlo. —Louis, basta. Mantente alejado y acepta que las cosas entre tú y yo solo fueron mentiras, nada fue real.
—No te creo, Harry. —Louis lo sostiene del rostro—. Te he visto, Harry, lucias demasiado aburrido y patético ahí. Él no va llegar a hacerte sentir lo que yo, nunca va a poder darte lo que mereces, ¿Sabes qué es eso? Cariño, felicidad, amor, Harry.
—Tú que sabes, solo me conociste poco tiempo, ¿Que te hace pensar que no fingí todo este tiempo? Qué lo único que te hice pensar fue tan alejado a lo que en verdad quería, a lo que en verdad soy.
—Entonces dilo—demanda acercando sus rostros—. Di que no sientes nada, di que nunca lo hiciste, di... Que no me amas como te amo a ti, Harry. Que no me amas con todo lo que eres.
Tiene que ser demasiado fuerte para mantener la mirada en Louis y no alejarla, porque sabe que si lo hace se va hacer evidente que está mintiendo y tiene tantas ganas de romperse ahí mismo porque Louis le ha dicho que lo ama, alguien lo ama. Espero esas palabras de sus padres, pero nunca del ojiazul pero se siente tan bien, tan alivinador, tan bien que le duele tener que mentir, tener que pretender que no siente nada por él, que ahora mismo no quiere brincar sobre Louis y besarlo y gritarle con fuerza que también lo ama, que lo ama con todo lo que es y lo que será, pero no puede, no puede hacerle eso a Louis y menos por la razón que lo hace.
Se traga el nudo enorme y aprieta con fuerza la camisa de Louis y espera que sus ojos no sean tan sinceros, que no demuestre el amor que siente por Louis al escucharlo soltar esas palabras, porque lo ama y él lo hace con la misma intensidad que el ojiazul lo hace.
—No te amo, Louis, nunca lo hice y nunca lo haré.
Louis lo suelta alejándose por completo, con los ojos cristalizados y la tristeza en sus rostro.
—No te amo. Por favor, déjame en paz, no te me acerques, no me busques, porque me arrepiento de todo.
—Bien—dice con la voz entre cortada. Lo ve desviar la mirada—. No lo haré, creí que... Simplemente olvídalo.
Tiene que contener correr hacia él y sostenerlo del brazo y decirle que nada es cierto, que nada de lo que ha dicho es verdad, que le ha dolido en el alma todo lo que ha soltado de su boca, sin embargo, es tarde porque aquellas palabras se adentraron tan en Louis rompiéndole tanto el corazón que no lo vuelve a ver por un mes entero y contando.
Harry nunca se ha sentido tan vacío y roto, aún cuando pasaba mucho tiempo en la soledad de aquel lugar que llamaba hogar.
♡
—Quizás otro día, no me siento muy bien hoy.
Miente. Puede escuchar a Lexis murmurar del otro lado de la línea, lo ha llamado mientras estaba mirando una película. Ahora está acostado boca abajo mientras habla con Lexis y no le cae mal, incluso le agrada porque es atento y amable, pero sabe que ninguno de los dos desea esto, Lexis solo sigue las instrucciones de su padre porque sabe que es lo "mejor" que podría hacer y porque él quiere hacerse cargo del puesto de su padre una vez que este no pueda. Porque relativamente tiene una mejor comunicación con ellos, pero no es capaz de decir ciertas cosas y quizás porque está cosa del amor no es tan importante en su vida y le sería más fácil vivir sin amor para poder centrarse en otros aspectos que desea y Harry no quiere eso, todo lo contrario, solo quiere una vida con amor, tranquila, no dónde está ahora y se siente mal por no ser valiente para luchar por lo que quiere.
Le miente porque no quiere salir y pretender que se quieren y que está feliz a su lado, porque no lo es, solo quiere permanecer en la soledad de su habitación como siempre lo ha estado.
Rueda boca arriba con el teléfono en la oreja mientras cierra sus ojos.
—No te preocupes, aunque deberíamos dejar que más personas nos vean.
—¿Por qué?—Frunce su ceño.
—Porque si vamos a comprometernos en un futuro cercano, deben vernos juntos.
Harry tiene que respirar sentarse y abrir los ojos para entender que acaba de soltar Lexis, porque acaba de escuchar la palabra comprometerse como si fuese algo tan sencillo y no comprende de dónde ha sacado tal cosa. No van a comprometerse en un futuro ni cercano ni lejano. No quiere casarse con él, simplemente no quiere casarse sin amor y a decisión de sus padres.
—¿Comprometernos? ¿De qué hablas?
Lexis suspira. —¿No te lo han dicho, verdad? Nuestros padres tienen planes para hacerlo.
Y sabe que tanto como él y Lexis no quieren casarse, pero él solo está siguiendo las decisiones de sus padres al igual que él, pero no cree que pueda hacer eso, no cree que pueda seguir soportando ser el títere de sus padres, de no estar al lado de la única persona que más ama en el mundo, con aquella persona que solo le ha demostrado como es sentirse querido y amado de verdad.
—Tengo que colgar, me está doliendo mucho el estómago—miente.
—Está bien, recupérate pronto.
Con eso termina la llamada y se da la vuelta en la cama para enterrar el rostro en las almohadas llorando con fuerza, sacando todo aquello que reprimió para no sentir que estaba muriéndose por dentro. No puede creer que sus padres sean tan crueles para obligarlo a casarse con alguien a quien no ama, pero no debería de sorprenderle.
Deja salir todo lo que trae dentro para sentirse mejor, pero la puerta se abre revelando a Sara. Ella inmediatamente se preocupa acercándose a la cama colocando una mano en su hombro, acariciándolo con delicadeza.
—¿Qué pasa, cariño?
—Amo demasiado a Louis, lo amo tanto, con todo el alma y mis padre tienen planes de casarme con otra persona y no creo que pueda resistirlo—suelta contra las almohadas.
—¿Y qué harás al respecto?
Se da la vuelta con los ojos llorosos y la nariz roja. —¿De qué hablas?
—Sé lo que te dijo tu padre, pero ¿En serio vas a renunciar a la persona que amas, a la persona que le ha dado color a tu vida? Nunca te había visto tan contento y enamorado, como lo eres al lado de Louis.
—Yo—se queda callado unos cuantos minutos antes de levantarse de manera decidida—. Tienes razón, no voy a renunciar a Louis, no voy a renunciar a lo nuestro, yo-
—Lo entiendo, Harry. Andando.
Le sonríe antes de lanzarse en sus brazos y abrazarla con fuerza antes de tomar su maleta y tomar las cosas que necesita y que son importantes para él y que seguro necesitará. Cuando sale de la casa de sus padres, no mira hacia atrás en ningún momento porque en ese lugar nunca ha tenido buenos recuerdos, tan camina hasta su auto para colocar su maleta y con ayuda de Sara logra salir del lugar sin que los guardaespaldas de su padre lo alerten.
Y no sabe si Louis va a recibirlo y lo entendería por completo si no lo hace porque solo he demostrado todo lo contrario a lo que siente, pero lo ha hecho por él, lo ha hecho por su bienestar y no quiere hacerle eso a Louis pero quiere luchar por lo que sienten.
Cuando llega al departamento de Louis tiene que respirar con fuerza y mentalizar cualquier escenario que pudiese ocurrir, pero deja de lado todo eso y toca la puerta un par de veces. Tiene que evitar sollozar, pero es muy tarde cuando lo mira, porque ha dejado atrás esa vida llena de comodidad y de muchos lujos para amar a Louis y ser amado por él.
—L-Louis.
—Oh, príncipe, ven aquí. —El ojiazul abre los brazos y Harry se deja caer en ellos soltando varios "lo sientos"—. Está bien, se que tendrás tu explicación y aunque no lo sé aún, sé que nada de lo que has dichos es verdad. Esos ojos nunca mienten, Harry.
—Nada fue verdad. —Alza la cabeza dejando caer las lágrimas—. La única verdad ahora es que también te amo, Louis. Amo todo lo que me haces sentir y no quiero seguir a mi padre, no quiero estar con Lexis y no quiero que me siga amenazando.
—¿Amenazando?—Le alza la barbilla
—Sí. Me dijo que si volvía a verte se iba a encargar de destruirte, yo no quería que salieras afectado con tu disquera o que se metiera con tu familia. Mi padre es capaz de destruirla y no lo merecías, aún tengo miedo de que pueda hacer algo en tu contra, pero estoy cansado de seguir sus reglas, de seguir lo que él quiere. Solo quiero estar a tu lado y amarte con todo lo que en verdad soy, pero entiendo que no quieras hacerlo con todo lo que te he hecho pasar todo este tiempo.
Entendería completamente que Louis ya no quisiera estar a su lado, a pesar de que todo lo que dijo e hizo fue para mantener la disquera y la vida de Louis bien y que su padre no las arruinara. Sabe que debió de dolerle mucho, que quizás esas palabras estén tan grabadas en él. Incluso estén grabadas en él, que tal vez no lo dejen dormir por la noche atormentándose con sus propias palabras y buscando una forma de hacerle saber a Louis que lo ama más que a nada, que nada de lo que ha dicho es verdad.
Llegó al límite y no quiere sentir miedo en un lugar donde se debe de amar y comprender, no quiere estar con alguien que no ama.
Louis lo atrae cerca besando su frente y negando varias veces. —Oh, amor.
—Lo siento y quizás esas palabras no arreglen nada y no ayuden a borrar lo que te he dicho.
—Si te sirve de algo. —Louis le sostiene la barbilla para alzarla y acercar sus rostros—. No me he creído nada, sabía que debía haber algo detrás de todo eso, pero no sabes cuándo me dolió escucharte decir eso y verte con él.
—También a mi me dolió demasiado y Lexis no me gusta. —Cierra los ojos—. Solo te amo a ti, a lo que soy contigo. Nunca me había sentido tan vivo a tu lado.
—Dilo de nuevo, sin todas esas palabras de más. Dime qué me amas.
Harry sonríe enredando sus brazos en el cuello de Louis, pero antes se quita las lágrimas porque nunca había querido soltar esas palabras de esa manera.
—Te amo demasiado, Lou.
—También te amo. —Louis lo atrae para besarlo lentamente, sintiendo tanta paz al estar juntos de nuevo. Se aleja—. Te prometo que estaremos bien, lo importantes es que me amas y te amo, príncipe, eso es lo único que importa en ese momento.
Lo único que importa en esos momento, luego podrán preocuparse por lo demás.
♡
Sonríe en grande cuando lo mira ahí parado de brazos cruzados, con una sonrisa orgullosa en su rostro y Harry no demora en quitarse el birrete de su cabeza para soltarlo y correr hacia Louis y brincar en sus brazos para sostenerlo del rostro y besarlo con fuerza y deseo. Pudo ver el orgullo en cada momento de su rostro que lo único que deseaba en cada momento era caminar hasta él y estar entre sus brazos de esta forma.
Hoy es su graduación y está contento de haber terminado la universidad y está ansioso por las sorpresas que su novio le ha prometido que no puede esperar, además de que la familia de Louis está presente en el lugar. Ellos solo lo han hecho sentir parte de su familia y sentirse cálido, pero no puede evitar sentir un nudo en la garganta al ver que sus padre no estuvieron presentes, ni siquiera los ha visto desde que dejó su casa, sin embargo, no va a dejar que esas cosas arruinen su día o su vida entera.
Se aleja dejando múltiples besos sobre los labios de Louis sosteniéndolo de los brazos soltando muchos te amos que son amortiguados por las palabras que deja salir el ojiazul.
—Estoy muy orgulloso de ti, príncipe.
—¿Cuál es mi sorpresa?—suelta que Louis tiene que reírse.
—Unas vacaciones. Mi familia irá unos días con nosotros, pero los demás días solo serán para ti y para mi—lo último lo suelta sobre su oído.
Se sonroja mordiendo sus labios antes de desviar la mirada. —¿Y el tatuaje que me prometiste?
—En dos horas, amor.
—Te amo, te amo, gracias—murmura contra los labios de Louis mientras esté lo abraza con fuerza para no perder el equilibrio y terminar cayendo al suelo.
Se besan con ese amor que se tienen y que solo se ha hecho más grande a medida que pasan los días, así se siente. Harry no puede sentirse tan contento, tan vivo, tan emocionado, porque a pesar de que perdió una familia, ganó otra y porque su nana está presente apoyándolo en todo momento, ella ha sido la única que ha estado ahí, al igual que Liam.
Y porque ha elegido, tarde, pero ha elegido a Louis, a elegido al amor que siente por él por sobre todas las cosas que tenía, por sobre el miedo que tuvo.
Quizás eligió un poco tarde porque dijo cosas que nunca sintió, pero lo hizo, eligió a Louis, porque el amor es solo para valientes y el amor por Louis lo hizo ser... Valiente.
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