Dirty sweet lover
Su matrimonio se está volviendo aburrido y monótono. Su esposo parece no impórtale eso y a Harry tampoco le importa buscar todo lo que desea en brazos de otro hombre.
Tag: Infidelidad (no en Larry), amantes.
Antes que nada, sí, sí termina bien para las personas que iban a preguntar o si pensaban saltárselo. También recuerden que es ficción y sean respetuosos con sus comentarios y disfruten de la lectura ♡
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Sus uñas se clavan en la espalda del hombre que está moviéndose encima de él mientras deja escapar gemidos bajos que llenan la habitación. El calor y la presión de ser encontrados es lo que los hace disfrutar mucho más del sexo y sentir que va a venirse en cualquier momento. Porque está teniendo un largo y maravilloso sexo, está siendo follado por el hombre más atractivo que ha visto en su vida y porque sencillamente ha pasado un tiempo en donde no se ha sentido de esta manera; llenado, especial y amado. Porque Louis le está dando más de lo que una vez deseo, más de lo que alguna vez pensó sentir por alguien, incluso más de lo que alguna vez llegó a sentir por su esposo.
No recuerda el momento exacto en que ocurrieron estos encuentros furtivos, estos besos rápidos y sucios en sus encuentros. Manos y toques constantes, quizás ha pasado cinco meses desde que se dejaron llevar y terminaron en la cama, con el hombre encima de él moviéndose dentro de él. Esperaba que fuese solo una cosa de una vez, que olvidarán lo ocurrido entre ellos, pero los encuentros se volvieron constantes y Harry no puede dejar ir esto, no puede dejar ir a Louis cuando recibe todo lo que alguna vez quiso.
Debería sentirse la peor persona, debería romper lo que tiene con Louis, porque está casado, es inmoralmente incorrecto, pero no puede, no puede romper nada con Louis. Es simplemente adicto a sus caricias sobre su cuerpo, a la manera en que lo folla con fuerza contra la cama, la manera en que lo besa y se preocupa por él. No siente lo mismo con Ryan, ya no siente nada de lo que era al principio, cuando se sentía plenamente enamorado.
Con Louis se siente tan enamorado que a veces se cuestiona si alguna vez se enamoró de verdad de Ryan, si realmente ya le importa su matrimonio. La triste verdad es que parece que a ninguno de los dos les importa, Ryan está sumergido en la empresa que trabaja, trabajando en otras cosas y Harry está demasiado ocupado pasando tiempo con Louis, estando en su departamento que en el propio lugar que alguna vez llamó hogar. Ya nada se siente como antes, todo luce tan vacío, tan extraño que no sabe porque no se ha ido de ahí.
Aquellos pensamientos que ocuparon su cabeza unos cuantos segundos se esfuman cuando Louis empuja dentro de él con fuerza y le sostiene la base del cuello para adentrarse con profundidad.
Sus cuerpos reaccionan juntos. La calidez y el calor los hace sudar y jadear y los moretones en el cuerpo de Harry están presentes.
Mueve la cabeza para darle acceso a Louis sintiendo al momento como deja mordeduras y chupa la piel salada de ahí. Sus manos se aferran con más fuerza a los hombros de Louis cerrando los ojos por todas las sensaciones que han impactado en él.
—Louis, no, no dejes mordeduras.
El ojiazul se aleja alzando una ceja. Sus labios tiran en una sonrisa arrogante y divertida. —¿Por qué no? Si bien sabemos que no hay nadie más que te toque de la forma en que yo lo hago. Que tu esposo no te ha tocado desde meses.
Y tiene razón, Ryan ya no lo toca de esta forma, ya ni siquiera lo besa como solía hacerlo, ya ni siquiera le recorre el cuerpo con la mirada llena de lujuria. Son como dos extraños viviendo en un mismo espacio, compartiendo aún la cama y algunos planes que hacen para mantener que aún se quieren, que aún están casados. Aunque en realidad no sabe si Ryan siga sintiendo algo por él, si aún en su corazón alberga un poco de cariño por él.
En cambio Louis lo ama la mayor parte del tiempo, justo como ahora, soltando esas palabras llenas de diversión mientras empuja dentro de él y deja mordidas en su cuello y en su pecho que serán visibles en la mañana y tendrá que tapar con alguna prenda. Pero le gusta, le encanta que cada vez que las ve recuerda todos los momentos al lado de Louis.
—Mierda—suelta un gemido alto cuando Louis cambia el ángulo y el movimiento.
—Eso es, amor. Déjame escuchar lo bien que te follo. Déjame escuchar que tanto se pierde ese esposo tuyo—Louis niega, moviéndose lentamente mientras sus manos se deslizan por el abdomen del rizado y sus dedos se incrustan en sus caderas—. No puede creer que no te toque. Eres caliente Harry, con todos aquellos sonidos, con tu perfecto cuerpo y la manera en que me tomas es enloquecedor.
Harry se obliga abrir sus ojos a pesar de que el movimiento hace que involuntariamente los cierre, pero las palabras de Louis son tan calientes y lindas que muerde sus labios y sus ojos brillan, más de lo arruinado que se ve por Louis por las horas que han estado jugando sobre la cama y por la cena posterior.
Se sonroja fuertemente sintiendo como los besos de Louis bajan por su pecho y por su abdomen dejando escapar halagos que lo hacen sentirse especial en una casa donde se siente vacío y solo, en una cama donde se supone que su esposo debe hacerle el amor, en cambio Louis está encima de él, un hombre que no es su esposo y aun así se siente correcto, se siente como algo que siempre debió de suceder.
Deja que reparta besos y halagos, y él lleva sus dedos sobre el cabello de Louis para jalar de ellos con fuerza. El ojiazul vuelve a la misma posición colocando las manos a los lados de su cabeza y une sus labios. Inmediatamente y de manera automática lo besa. Se besan de manera lenta como si no tuvieran los minutos contados porque en un par de minutos su esposo debe llegar del trabajo y Louis lo sigue follando sobre la cama en donde duerme con Ryan.
Eso debería remorderle la conciencia a ambos, hacerlos sentir mal y acabar con todo esto, pero es todo lo contrario, los hace sentir la adrenalina y los hace sentir más caliente.
—¡Uhm, Louis, sí!—gime enredando sus piernas alrededor del ojiazul para sentirlo más adentro.
—Voy a dejarte con las piernas temblando para que tu esposo vea que tienes a alguien que te satisface como no lo hace él. Para que te recuerde a mi cuando estés con él. Nadie te va a follar y hacer sentir como yo lo estoy logrando.
—Solo tú, Louis. Mis besos y mi cuerpo solo serán tuyos—suelta entre suspiros y movimientos de caderas.
Louis sonríe satisfecho con la respuesta y es algo que Harry puede prometer. Ryan ya no lo toca de esa manera y no es capaz de imaginarse estando con otra persona que no sea el ojiazul. No cree que haya otra persona que lo trate de la forma en que le gusta ser tratado y eso Louis lo sabe muy bien.
Se muerde los labios sintiendo las manos de Louis recorrer sus largas piernas y empezar a moverse con mayor fuerza. Sería muy claro lo que sucede en esa habitación, bastaría con que Ryan suba a la segunda planta para escuchar todos los sonidos y gemidos que se escapan de ellos, escuchar las respiración agitadas, ver la ropa tirada en el suelo, las bragas de Harry sobre la alfombra y el sonido de la cama chocar contra la pared. Sería fácil ser descubiertos cuando Ryan está a pocos minutos de llegar y no se detienen, solo buscan su orgasmo.
Louis se sale de él y le pide darse la vuelta. No pierde tiempo en colocarse en cuatro aferrándose con una mano a la cabecera de la cama sintiendo como el ojiazul se hunde dentro de él y se empieza a mover con ímpetu, con los dedos clavados en sus caderas y Harry solo puede gemir con fuerza.
—Mas, más, cariño.
Pide con la cabeza sobre su antebrazo y sus labios siendo atrapados por sus dientes. Louis le da lo que pide moviéndose más rápido y no tarda mucho en que llegue manchando las sábanas debajo de él, mientras Louis besa su cuello y hombros moviéndose dentro de él lentamente.
Louis sale de él cuando se viene, quitándose el condón y Harry cae rendido en la cama buscando su teléfono, solo para rodar los ojos y ver el mensaje de Ryan de que va a cenar con unos inversionistas. Como siempre. Piensa.
—¿Qué sucede, cariño?
—Ryan, viene tarde. Cena con inversionistas—se queja lanzando el teléfono hacia otra parte.
Louis camina hacia él subiéndose a la cama, llevándose a Harry para colocarlo encima de él. Harry enreda sus piernas y se acomoda encima del ojiazul, acariciando con sus dedos el pecho de él y repasando su tatuaje de su clavícula.
Todo Louis es fascinante, con ese traje que siempre le queda ajustado en las partes correctas, con el cabello bien peinado hacia atrás. Sus pómulos marcados y fuertes y esa actitud de seriedad que podría dar miedo si Harry no se hubiese besado múltiples veces con él. Le encanta ser el único que conoce al verdadero Louis, a la persona detrás de ese traje y esa fachada de seriedad. De ser quien vea sus facetas románticas, cursis, débiles y esos momentos de fragilidad. Ser el único que conozca al verdadero Louis.
Se inclina dejando besos sobre su pecho y chupando una porción de piel que se encuentra cerca. Louis alza una ceja.
—No puedo marcarte, ¿Pero tú si?
—Puedes hacerlo, pero no tan visible. No quiero usar cuello de tortuga o bufandas—dice con un puchero en su rostro.
—Te he dejado marcas en otras partes, amor. —Ríe tocando las marcas de sus dedos visibles en el pálido trasero de su amante.
—¡Louis! Eso duele.
—Voy a cuidar de ti ahora. —El ojiazul revisa la hora en su teléfono—. ¿Qué tal suena un baño con música relajante y una copa de vino?
—Tenemos para algo más, señor Tomlinson. —Se inclina hablando seductoramente sobre su oído mientras una de sus manos baja y toma la polla de Louis.
—Vas a matarme uno de estos días, Harry. Andando a la ducha.
Suelta una carcajada soltando la polla de Louis para levantarse y caminar hasta la ducha y empezar a llenarla con agua caliente. Mientras hace eso, Louis se encarga de recoger su ropa y cambiar las sábanas. Se nota la experiencia que han adquirido como para saber qué hacer y como no dejar un rastro de lo que ha pasado. Se nota el tiempo que Louis ha pasado en esa casa para saber perfectamente dónde está todo.
Han pasado mucho tiempo metido en esa cosa, así como en la oficina, como en el departamento de Louis, en el auto, en muchos lugares, pero también han tenido citas en lugares lejanos, citas de picnics, a restaurante y en el sofá. Los mejores recuerdos son en el departamento del castaño. A Harry le gusta estar más ahí que en su propia casa, le gusta la calidez y adora al perro de Louis.
Chilla sorprendido cuando Louis lo carga e inmediatamente envuelve sus piernas y sus brazos alrededor de él uniendo sus labios en un beso largo que los tiene mareados al separarse.
—Eres malditamente precioso, Harry.
—¿Si? ¿Aún con esa pijama fea y vieja?—Ríe viendo cómo Louis lo carga hasta el baño.
—Aun con esa pijama fea, porque la adoro en ti.
No hablan más, solo disfrutan de la ducha con la mano envuelta alrededor de la polla de Louis y con el calor acumulándose en la pequeña habitación. Cuando terminan Louis tiene que correr con la mitad de la camisa abotonada, con los zapatos a medio poner, pero llega a la puerta y toma a Harry de la cintura para besarlo con fuerza y dejarlo ir.
No debería sentirse tan vacío verlo marchar, porque Ryan está a pocos minutos de entra al lugar con una sonrisa cansada y unas palabras de saludo. Porque su esposo está en casa, pero no lo quiere, la persona que quiere se ha marchado.
Y no se siente mal, pero duerme con una sonrisa recordando cada momento con Louis.
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Sube una de sus largas piernas a la cama inclinándose para ver como la bata de seda se desliza a un lado dejando al desnudo su pierna. Harry captura la crema pasándola por ahí mientras tiene la vista fija en Ryan intentando conseguir una mirada, pero solo lo mira con aburrimiento, solo está queriendo una mirada pero no va a dejar que lo toque. Simplemente ya no siente nada por él, pero quiere comprobar que su esposo ya no siente nada por él. No quiere un día irse y divorciarse de esa manera, desaparecer de pronto sin dejar rastro o un motivo. No quiere que el motivo sea que le ha estado siendo infiel y debería sentirse mal por querer pretende que ese no es el motivo, que ha buscado el consuelo, el deseo y el amor en otro hombre que no es su esposo.
Debería sentirse como lo peor, pero se siente tan bien que no tiene oportunidad para sentirse mal al respecto.
Ryan pasa como si nada para buscar un par de cosas en el cajón. Harry tiene que rodar los ojos y seguir con su labor de aplicarse crema en todo el cuerpo, incluso Ryan no es capaz de ver qué no trae nada debajo de todo eso. Claro que no.
Camina hasta el gran closet que tiene y deja caer la bata al suelo. Toca un par de prendas pensando en cuál podría gustarle a Louis, que podría ser perfecto para al restaurante al que lo va a llevar en la tarde. Termina escogiendo una camisa negra sencilla y unos pantalones de rayas, y esas bragas que tanto le gustan al ojiazul. Para cuándo está listo Ryan lo mira extendiendo su brazo y Harry ya no tiene deseos por lo que va a pasar a continuación, ya no siente nada, pero acepta. Acepta su mano y que este lo acerque y lo bese un par de segundos.
Debería dolerle que sus besos ya no sepan a nada, que ya no le generen algún tipo de reacción, que ya no desee que las horas pasen muy rápido para verse de nuevo. Ya no siente mucho, solo siente ese cariño de todos los momentos que han pasado juntos, de recuerdos en dónde eran felices y vencían esos miedos que tenían de jóvenes. Ya no es ese amor inmenso que lo hacía lanzarse en sus brazos cada vez que cruzaba la puerta o ese amor que lo hacía querer amarse sobre la cama todas las noches. Todo se esfumó, su amor no fue tan grande y fuerte como eso. Porque tan pronto como sus ojos se encontraron con los de Louis se preguntó si alguna vez sintió amor por Ryan.
Su determinación, su cordura, la moral que tenía se cayó de repente cuando sus labios se encontraron con los de este hombre y todo explotó en él, encontró en sus brazos un cariño y amor que no podría explicar.
—Harry.
Alza la cabeza soltando un suspiro. —Lo siento estaba pensando. ¿Qué decías?
—Que nos vemos en la noche y ¿Quisieras salir a comer?
—Sí, claro. —Se encoge de hombros dando un paso atrás para poner distancia entre ellos.
O eso esperaba porque Ryan lo toma de la cintura y lo besa nuevamente, más profundo y Harry tiene que seguir el beso sin muchas ganas o sintiendo algo en su cuerpo. Cuando siente que se está sintiendo un poco abrumado e incómodo se aleja acariciando el brazo de su esposo y camina hasta su bolso para salir de la casa en camino al trabajo.
Cuando llega al edificio donde trabaja deja caer la cabeza sobre el volante soltando un largo suspiro. Ryan no lo había besado de esa manera un buen tiempo, no de esa manera tan profunda antes de irse a trabajar. Se siente mal por ya no sentir nada, por no reaccionar a un beso de esa manera y por comparar sus besos con lo de Louis, con los que le da el hombre que ahora ocupa su corazón.
No se permite pensar mucho o sentirse mal, tan solo se sale del auto caminando hasta el edificio y usa el ascensor para llegar hasta su planta y cuando está ahí camina hasta la oficina de su jefe y le sonríe a su secretaria y abre la puerta, asomando la cabeza unos momentos para luego entrar y pasarse las manos sobre su camisa para que luzca más presentable.
—Aquí estoy, señor Tomlinson.
—Ven aquí, amor. —Louis palmea sus piernas y Harry no demora en morder sus labios y caminar hasta él.
—Buenos días. —Se inclina para besarse con suavidad—. Recibí tu mensaje. ¿Cuál es mi regalo?
Recibe una sonrisa divertida de parte de Louis y lo ve inclinarse hacia una de las cajas del escritorio para pasarle una caja larga negra. No demora en tomarlo y abrirlo, encontrándose con una bata roja de seda, suave entre sus dedos y un par de bragas. Enrojece al momento mirando a Louis. Su tonto Louis.
—Vas a ponértelo solo para mí. Solo quiero yo quiero verte con eso puesto—le exige el ojiazul tomándolo de las caderas para acercarlo—. No quiero que tu esposo te vea con eso puesto.
—Ryan, ni siquiera me toca.
Louis ríe conectando sus labios con la piel de su cuello mientras sus dedos se cuelan debajo de su ropa y le envían escalofríos que recorren su cuerpo y lo hacen cerrar los ojos y disfrutar de los besos. De lo que Louis le da, solo se ha encargado de llenarlo de regalos, de citas elegantes y también citas perezosas.
—No sabes cómo me gusta escuchar eso.
—No—Deja escapar un suspiro apretando los brazos fuertes de Louis—, no seas celoso, Louis, solo te quiero a ti.
—También te quiero—murmura sobre su cuello dejando besos suaves y húmedos por todo su cuello.
Aún es capaz de recordar la primera vez que conoció a Louis. Había sido contratado e iba a presentarse con Louis en su oficina. Su mano quedó a la mitad del camino cuando vio al guapo hombre frente a él y lo imponente que se veía en ese momento. Recuerda a la perfección cuando intentó alejar esos pensamientos, esos sentimientos que estaban empezando a florecer dentro de él. Todas aquellas veces en dónde lloró porque estaba pensando en otro hombre que no era su esposo, porque no podía evitar pensar en él todo el tiempo, aún estando frente a Ryan.
Luego llegaron los roces accidentales, las miradas desapercibidas que se daban al otro extremo, las sonrisas suaves y los coqueteos que eran disfrazados de amabilidad. Eventualmente llegó lo inevitable, cuando se quedaron solos en la empresa y Louis le pidió ayuda con algunas cosas, el sueño combinando con sus deseos hicieron que su mente se nublara y de un momento a otro estaban demasiado cerca que podían sentir sus respiraciones entrelazadas y solo basto con un suspiro por parte de Harry para que Louis sellará su muerte en esos labios afelpados.
Era claro que ambos se disculparon horrorizados al momento y Harry salió huyendo de ahí, pero sus cuerpos tiraban hacia el otro y sucedió de nuevo, solo que esa vez no fueron capaces de arrepentirse, de sentirse mal cuando en los brazos y labios del otro descubrían cosas impresionantes.
—Es lindo, muchas gracias, amor. —Harry alza la bata.
—La vi en una página y no pude pensar en ti y comprarla.
—Me consientes mucho, Louis, no es necesario—le recuerda besando su mandíbula y pasando sus dedos por su pecho.
—Déjame consentirte las veces que yo quiera, bebé.
Niega con una sonrisa, sintiendo su pecho expandirse un poco más de amor. Le encanta que Louis sepa de él, que sepa de sus más sucios secretos en la cama, pero también que sepa sus miedos, sus fortalezas, sus sueños. Que lo escuche a pesar de que la noche ya haya caído y el tiempo pase con rapidez y tengan que dormir. Le gusta que se tome el tiempo de memorizarlo, de conocerlo.
Le duele pensar que su matrimonio ha fallado, que ha encontrado en los brazos de otro hombre lo que debía de encontrar en Ryan, que su matrimonio no ha sido lo que creyó que sería. Sin embargo, le da felicidad estar en los brazos de Louis, de quererlo de la forma en que no debía quererlo, en lo que están haciendo está mal, pero ¿Quien decía que lo que está mal no le haría bien? ¿Qué no le daría esa felicidad que siente cuando está con Louis?
Podría estar mal, pero no se sentía así cuando estaba encima de Louis besándose como si tuvieran todo el tiempo del mundo, como si no hicieran esto a puertas cerradas.
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Coloca una mano sobre el brazos de Ryan mientras es siendo guiado hasta este bello restaurante en la noche, con ropa elegante justo como un restaurante de ese tipo pero está un poco aburrido y se siente un poco incómodo porque es la primera cita a la que iban después de mucho tiempo y se siente raro, raro después de ir con Louis a citas casi parecidas. Pero de alguna manera no pudo decir que no o buscar una vaga excusa para aplazar la cita o simplemente cancelarla, pero no puede ser tan malo, a pesar de que su matrimonio solo sea una farsa, una monotonía del tiempo que han estado juntos, le tiene cariño, cariño por todos los recuerdos que crearon juntos pero ya no siente lo mismo que desde un principio.
Ryan lo mira un par de momento que Harry le regresa la mirada, siente como le sostiene la otra mano y deja un beso para luego entrar al restaurante. Tiene que confesar que el comportamiento de Ryan es raro, parece que se ha dado cuenta de que su matrimonio ha sido descuidado y planea recuperarlo. Por dios, no puede, ya no será capaz de hacer el esfuerzo por salvar su relación.
Se sientan cuando se les asigna una mesa y mientras Ryan revisa detenidamente el menú, Harry recorre el lugar con su mirada encontrándose con Louis sentado cenando con sus hermanas al fondo del lugar. Traga saliva sin despegar su mirada de ahí hasta que Ryan pasa una mano frente a él.
—¿Sucede algo?
—No, para nada—dice nervioso y de manera atropellada. Se inclina hasta el menú revisando las opciones.
—¿Quieres algún postre en específico?
—Lo que quieras—murmura alzando la mirada para encontrarse ahora con los ojos de Louis.
Lo ve sonreír de manera arrogante y divertida, una combinación que hace notar que está disfrutando de la situación. Sus manos sostienen una copa de vino y no desvía la mirada aún cuando se lleva la copa hasta sus labios y bebe un poco.
Sus mejillas se encienden y tiene que respirar de manera profunda para regular su temperatura y sentir que sus manos no están sudando. Debe recordarse que Ryan no conoce a su jefe, que no sabe que su jefe y al mismo tiempo su amante está detrás de él a unos cuantos metros y que se están dando mirada discretas cargadas de pasión, de cariño. Baja la mirada cuando siente como su teléfono vibra sobre su regazo y no necesita abrir los mensajes para saber de quién se trata en realidad, desde aquí puede ver cómo el ojiazul teclea y luego recibe un guiño.
L: ¿De un momento a otro Ryan quiso jugar al esposo perfecto? Todos sabemos que no va a conseguirlo nunca.
L: Aún con todos sus esfuerzos nunca va a amarte como yo, nunca va a follarte como yo lo hago. Nunca va a conocerte como lo sé yo.
L: Dime, amor. Dime qué quieres estar conmigo, que deseas estar a mi lado que al lado de tu esposo.
H: Lo deseo tanto, Louis. Te quiero solo a ti.
—¿Harry, estás aquí conmigo?
Alza la mirada avergonzado. Apaga el teléfono asintiendo. —Sí, lo siento. Estaba revisando un par de mensajes. ¿Ya has ordenado?
—Lo he hecho. —Ryan sonríe inclinándose para tomar una de sus manos—. Harry, sé que no estoy siendo el mejor esposo pero voy hacer un esfuerzo para mejorar.
No sabe cómo responder a tal promesa porque no es capaz de prometer que va hacer lo mismo, no es capaz de prometer que va a dejar su aventura y va a dedicar sus esfuerzos a su matrimonio. Que va hacer el mismo esfuerzo que él para mejorar su relación porque estaría mintiendo, porque estaría siendo patético. Sin embargo, tampoco es capaz de lastimarlo, de lastimar a la persona que de algún modo lo ha apoyado en cada momento difícil, aquella persona que lo ha visto crecer.
Tan solo logra asentir y darle una sonrisa suave y apretar su mano para luego pretender que está interesado en las velas frente a él. De pronto su teléfono vibra y no duda en responderlos.
L: ¿Te he dicho lo precioso que luces hoy?
L: Tengo ganas de probar tus labios, de tocar tu cuerpo, de susurrarte al oído que luces precioso.
H: ¿Baños?
Tiene que aguantar una risa cuando escucha el chirrido de la silla de Louis y lo ve pararse, acomodarse el traje y caminar hasta el baño. Harry mira a Ryan antes de levantarse y disculparse, diciendo que iría al baño un par de minutos, que no tarda mucho y camina hasta el baño. Ve a Louis recargado en la pared del pasillo que conduce a los baños y se acerca a él para lanzarse en sus brazos y que sus labios se conozcan por milésima vez en esos cinco meses. Sus labios se deslizan con profundidad, sus manos se aferran al otro y Louis lo pega más cerca bajando los besos a su cuello.
Tiene que recuperar la cordura para alejarlo cuando está a punto de dejarle una marca en el cuello.
—Amor, ahora no.
Gruñe malhumorado pero besa su mejilla. —Entiendo. ¿Así que Ryan?
—No nos gastemos hablando de él, solo dime lo precioso que me veo hoy.
—Te ves precioso. Te lo dije en la oficina, pero nunca es suficiente. —Se inclina llevando sus labios a su oreja—. Te ves caliente. Apuesto a que debajo de todo esto te has puesto una bragas.
—Sí, me hacen sentir bonito.
—Eres precioso, Harry. Me vuelves loco con la mínima acción. Me tienes en tus manos, a tu voluntad—confiesa dejando una parte de su corazón vulnerable.
—Me siento de la misma manera.
Se besan un largo rato, pero Louis lo deja ir pero se toma un tiempo para que la hinchazón de sus labios y el color de sus mejillas bajen y pueda volver a su mesa. Cuando llegan a casa Ryan parece dispuesto a tocarlo, a besarlo para llevar las cosas más allá pero Harry se excusa de que está cansado y quiere dormir, pero solo puede pensar en los besos y toques de Louis.
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—¿Simplemente no puedes cancelar por esta noche?
Harry lo mira a través del espejo parpadeando lentamente ante su pedido. Va a salir, para Ryan con Niall, pero en realidad va a encontrarse con Louis en su departamento. Le ha mentido descaradamente por un tiempo y su esposo no ha cuestionado sus planes, pero ahora con esto de salvar su matrimonio, de intentar volver a lo que eran, lo tiene un poco irritado con cada cuestión que suelta Ryan. No va a cancelar ningún plan con Louis, a pesar de que sea han visto en la empresa ayer, lo necesita, desea estar a su lado y los mensajes no han sido suficientes. Había pasado una mañana productiva, pero su tarde ha sido aburrida y la energía volvió cuando Louis lo llamó y se prometieron verse en la noche para una cita.
Han descubierto un deseo sobre el cuerpo del otro, han estado anhelándose por un tiempo que ahora que se tienen no pueden estar lejos del otro, no pueden mantener sus manos lejos del otro, de las palabras susurradas sobre sus bocas.
Se encoge de hombros peinando sus rizos con suavidad mientras espera a que Louis este en su departamento y pueda llegar. Ha hecho un lado su apretada agenda para llegar temprano a su departamento y cocinarle algo, una cita cómoda, pero que eso no quita que Harry quiera lucir precioso para Louis, aún cuando ya lo ha vista con su horrenda pijama.
—Ya se lo he prometido.
Odia meter a Niall en esto, aún cuando esté le ha dicho que es mejor ser sincero y decirle a Ryan, es un amigo leal a pesar de que no está haciendo las cosas bien.
Se levanta acomodándose la ropa y echándose un poco de perfume. Se acerca a su esposo y deja un beso en su mejilla palmeándole el pecho para luego tomar sus cosas y salir del lugar que alguna vez considero su hogar, ahora solo se siente como si fuese un invitado en esas enormes cuatro paredes, siente un gran vacío y soledad.
Maneja hasta el departamento de Louis yendo hasta el ascensor para llegar a la planta dónde se encuentra el departamento del ojiazul. Toca un par de veces cuando se encuentra ahí y espera con paciencia a qué Louis abra la puerta y cuando lo hace sonríe y brinca en sus brazos buscando sus labios en ese momento. Sus brazos se enredan en su cuello para mayor comodidad y los brazos de Louis hacen lo mismo en su cintura
—Mi amor, llegaste.
—Lo hice, pude convencer a Ryan dejar sus planes para otro día. —El nombre de su esposo suena tan amargo y extraño en su boca
—¿Tenías tantas ganas de verme?
Suspira enamorado, completamente ido como para negarlo. —Muchas.
—También yo, siempre estás en mi mente.
Las palabras de Louis son tan fuertes, tan sinceras que siempre lo hacen sonrojarse con demasiada rapidez que asusta. Le hacen sentirse seguro a su lado.
Las manos de Louis lo sujetan con un poco más de fuerza y lo lleva hasta la cocina, subiéndolo al momento a la barra y uniendo sus besos, un beso profundo y ansioso por no haberse visto desde hace algunas horas. Un beso que se hace apasionado y hambriento mientras el tiempo pasa con rapidez. Todo se rompe al segundo en que su teléfono suena entre las cuatro silenciosas paredes, brinca del susto riendo buscando su teléfono entre los bolsillos de su pantalón.
Ryan. Es lo que dice el identificador y tiene que suspirar y apoyar la cabeza en el cuello de Louis empezando a recibir besos suaves. No piensa mucho y contesta la llamada.
—¿Sucedió algo?
—Nada, no te preocupes. Quería saber si llegaste a salvó, me preocupo por ti—Ryan dice del otro lado.
—Sí, sí, yo-uhm—se calla de repente cuando Louis muerde su cuello y va dejando mordidas—. Eh sí, llegué a salvó.
—¿Seguro? Te escuchas un poco raro.
Harry se aleja dándole un golpe a Louis de advertencia, pero parece que en realidad no le importa, tan solo se inclina empezando a desabotonar unos cuantos botones y cuando su camisa está abierta por completo se lleva uno de sus pezones a la boca, jugando con el. Sus dedos se enredan con fuerza, sus labios retienen un par de suspiros y gemidos que amenazan con salir y poner evidencia lo que está sucediendo, lo que ha estado sucediendo por un largo tiempo. Logra controlarlo pero cierra los ojos disfrutando de las sensaciones en la que su cuerpo está siendo envuelto.
Por instinto sus piernas se encierran en las caderas del ojiazul intentando que el teléfono no caiga de sus manos, que sus gemidos no se deslicen de sus labios o que jale con demasiada fuerza el cabello de Louis.
—Sí—suspira e inmediatamente muerde sus labios—. E-estoy bien, un poco cansado.
—Me imagino, amor.
Louis gruñe con molestia empujando más sus labios y apretando sus muslos. Tiene que tener mucho autocontrol para no dejarse llevar y arruinar todo.
—Sí. Debo colgar, Niall y yo tenemos mucho que hacer.
Louis ríe por lo bajo inclinándose hasta su cuello y lamer. —Oh, sí, mi amor. Tenemos mucho que hacer.
Tiene que suspirar de alivio cuando Ryan se despide prometiéndole enviarle mensajes al día siguiente y palabras que no logra comprender por lo que los toques y besos de Louis le están haciendo. Nada más que nublar sus sentidos, transportarlo a otro mundo en donde no existe nadie más que ellos, nadie que pueda juzgarlos si llega a conocer su situación. Deja caer el teléfono y sus ojos se centra en el castaño, quien lo mira de vuelta y no tarda en besarse de nuevo hasta que sus pulmones duelen por falta de aire, hasta que sus dedos duelen debido a que han estado aferrados al otro, hasta que su corazón ya no aguanta más.
Harry se aleja respirando con profundidad antes de sonreír avergonzado pero luego la realidad lo trae de vuelta y golpea a Louis.
—¡Louis, no debiste hacer eso!
—¿Y por qué no me alejaste?—Alza una ceja y cuando Harry no dice nada se inclina besando sus labios—. Eso pensé.
—Eres un inconsciente.
—Puede que lo sea—se burla dejando besos en su mandíbula—. Aunque me encantaría follarte sobre está mesada, en realidad tengo planeado una cita. Espero que puedas quedarte a dormir.
—Sí, eso me encantaría. Le dije a Ryan que me quedaré a dormir con Niall.
—Eso es, amor.
Louis lo besa una vez más antes de ayudar a bajarlo de aquella mesada y lo guía hacia el living. El sillón está acomodado con algunas almohadas, sábanas y en la mesita de enfrente hay una tabla de cosas saladas y dos platos llenos de pasta y camarones. Se da la vuelta para abrazar a Louis y tomar su mano para acercarse ahí. Miran un par de películas mientras comen de lo que el castaño se ha encargado de preparar.
Unas horas después Harry está quedándose dormido encima de Louis, quien le acaricia el cabello de forma suave y también la espalda. Esto se siente muy diferente, estar en el departamento de Louis se siente como en casa, no se siente solo y no se siente como si estuviera durmiendo con un extraño. Le duele pensar que Ryan se convirtió en eso de manera inevitable. No pudo reprimir lo que sentía, lo que quería, estaba vulnerable y se sentía solo que tampoco es una excusa pero no puede decir nada más.
Sus ojos se cierran por inercia pero está un poco consciente de lo que pasa a su alrededor y está muy consciente de como Louis deja un beso en su cabello.
—Desearía no ser solo tu "amante" desearía ser más que eso, sería un mejor esposo de lo que él lo hubiese sido.
Y todo se vuelve negro.
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Trabajar para Louis y verlo todos los días en la oficina es un verdadero reto, necesitan mucho autocontrol para no tocarse y besarse cada vez que se detiene a intercambiar cosas de la empresa, o simplemente algunas palabras que demuestran la buena relación jefe-empleado que tienen, que escaparse unos días de vacaciones los hacen sentir que están respirando aire fresco y de alguna manera logran engañar a las personas a su alrededor. Al momento se sienten mal por hacerlo, por tener que irse hacia otra parte para sentir que tienen un poco de libertad para besarse y enredar sus manos sin sentirse los peores seres humanos o que están siendo juzgados o que sus movimientos y pasos están siendo observados.
Se deja caer deshaciéndose de risas constantes cuando regresan de la playa y Louis le hace cosquillas en su cintura y bromean. Sus días de vacaciones han sido muy maravillosos que tienen ganas de quedarse, de escapar del mundo y sentir que solo son ellos dos, pero ambos saben que deben enfrentar las cosas.
Sus respiraciones son agitadas cuando terminan con las peleas de cosquillas y se miran a los ojos con tanto amor que Louis se inclina y lo besa con suavidad. Han estado tres días ahí y hoy es el último que están disfrutando de su estadía para luego volver a la realidad, aquella realidad dónde hay cosas que no les permiten acercarse como quisieran.
—Hueles salado y a mar.
—Sí, porque nadamos mucho tiempo en la playa—le recuerda enredando sus dedos detrás de la nuca del castaño—. Ha sido maravilloso, todo este viaje.
—Lo ha sido.
Louis se deja caer a un lado de él mirando el techo de manera pensativa. El sonido de las olas chocando se escucha en la habitación en la que están, el calor se siente y el olor es claro. Ambos se miran al mismo tiempo y se sueltan a reír, de alguna forma se siente diferente, una calma que no porque estén en un lugar maravilloso sino porque están juntos.
Puede sentir una pequeña tensión en Louis, en cómo se remueve en la cama para luego estar acostado de lado mirándolo con los ojos llenos de algo que no logra descifrar. Su mano busca la suya y Harry sabe que hay algo mal, que van a tener una charla profunda y quizás no está listo para nada, no está listo para lo que va a pedir de alguna manera.
—Harry, sinceramente estos días en la playa me afirmaron cuando te amo, cuánto te quiero conmigo. Ya no me es suficiente con verte, tener que escondernos, no poder tocarte o besarte con libertad. —Suspira pero sus palabras nunca flaquean en ningún momento—. Me está siendo difícil verte con él, y sé que no está siendo lo mismo con él y no quiero pedírtelo porque es tu decisión, pero yo no puedo seguir así cuando de alguna forma mis pensamientos me destruyen con cosas que quizás no sucedan pero ya no quiero sentirme así, ya no quiero seguir con esto cuando sigues casado. Y es un poco hipócrita, horrible, terminar con esto cuando quizás no debió de empezar de esta manera.
Ahí está, no de manera directa pero capta la pregunta. De inmediato se sienta bajando la mirada.
—¿Estás diciendo que debería divorciarme?
—Sí—Louis busca su mano—. Ya no es lo mismo entre ustedes, ya no lo amas. Simplemente deberías, deberías dejarlo. Y no lo digo porque me muera de celos cada vez que los miro, no lo digo para que corras a mis brazos. Lo digo porque ambos no merecen estar en una relación dónde ya no existe el amor, porque nos estamos haciendo daño.
Se le inundan los ojos pero es tan fuerte que no las deja caer, porque tiene razón, está siendo difícil, pero de alguna manera se ha acostumbrado a Ryan, han estado mucho tiempo juntos, muchos momentos, simplemente no quiere lastimarlo, no sabe cómo soltarlo.
—No sé si seré capaz de decirle.
Louis le suelta la mano. —No voy a obligarte, pero mientras tanto esto se acaba Harry. Te amo, y quiero estar contigo pero ya no de la manera en la que lo estamos haciendo.
—Louis, pero...
—Solo piénsalo, pero no por mí, sino por ti, por lo que deseas y siempre lo has querido; amor. —Louis se levanta con los ojos tristes—. Creo que lo mejor es mantener nuestro espacio, volver a lo que éramos antes. Deberíamos marcharnos.
No réplica porque Louis sale de la habitación dejándolo con el silencio, solo con las olas impactando. Se deja caer en la cama soltando sollozos que le duelen en el corazón. Con los ojos rojos de tanto aguantar las lágrimas.
Le duele que las cosas se terminen, que terminen en un lugar donde han tenido los días más maravillosos, más románticos, más... Especiales. Le duele terminar cuando Louis le ha dicho que lo ama, y no sabe si serás capaz de terminar con Ryan, de pensar que su matrimonio ha fallado, que lo que prometió se ha roto. De qué quizás Ryan lo odie, de que aquel amigo querido, se convirtió en alguien que amó y luego su esposo, pensar que todo se ha roto.
Irse es más difícil de lo que creyó, Louis lo ayuda con su maleta en el avión, se sienta al lado pero sus conversaciones son sobre el trabajo y el espacio entre ellos es notorio y duele. Duele porque Harry lo ama, lo ama mucho, más de lo que ha amado a alguien. Porque han vuelto hacer lo mismo que eran antes, dos conocidos sin una historia detrás, con sentimientos contenidos.
No hay besos profundos y risas, no hay abrazos largos cuando deben tomar una dirección diferente. Es cuando está caminando con la maleta y con este sentimiento que se da cuenta de que él quiere lo que le da Louis, quiere ir a su departamento y dormir en su cama, quiere tomar de su mano en público. No lo quiere por momentos, lo quiere para siempre. Para cuando se da la vuelta Louis ya se ha marchado de ahí que no le dio tiempo de prometerle, prometerle que va a pedir el divorcio, pero quizás es mejor de esta manera, no sabe cuánto le tome tomar la confianza para hacerlo.
Abre la puerta de la casa que alguna vez llamo hogar, ya no se siente igual a cuando la abrió la primera vez. Ryan se encuentra sentado ahí y cuando lo ve sonríe parándose y lo toma del rostro con intención de besarlo pero niega y se aleja.
—Estoy cansado, ha sido un viaje largo.
—¿Te divertiste en esa vacaciones?—Ryan pregunta.
—Lo hice. Quiero tomar un baño largo—avisa empezando a caminar hasta las escaleras.
—Cuando bajes cenamos.
Asiente sin muchas ganas. Dejando escapar las lágrimas cuando está dentro del baño. Esperaba ser lo suficientemente valiente para hablar del divorcio, para decirle que ya nada es igual, no ha podido, no ha podido decirle.
Solo espera no tardar, no quiere tardar por él, porque Ryan merece ser feliz con alguien que lo quiere. No quiere tardar por... Louis. Porque cada vez que piensa en el significado del amor Louis viene a su cabeza y porque él dijo que debería hacerlo por amor y para él, Louis es ese amor, esa razón para luchar. Porque felicidad implica amor y amor es Louis.
♡
Suspira mentalizándose y abre la puerta esperando a que Louis no le moleste seguir tomando esas confianzas, pero solo alza la mirada y no dice nada porque lo ve cargar un par de documentos. No ha pasado más que algunas cuantas semanas y Harry se odia a sí mismo por no ser tan valiente para terminar lo que tiene con Ryan, por no ser capaz de terminar un matrimonio que se rompió desde hace tiempo, quizás antes de la llegada de Louis porque si estuviera bien no se hubiese sentido tan solo antes, no se hubiese enamorado de Louis cómo lo está ahora.
No se ven a los ojos por miedo a que todo lo que han hecho o dicho se rompa y corran hacia los brazos del otro. Harry no lo hace porque tiene razón, debe terminar las cosas con Ryan porque no quiere un matrimonio dónde no abunde el amor, un matrimonio solo por monotonía, solo por los años que han compartido juntos, como él lo hizo. Porque no quiere sentirse solo y esperar algo que no le va a dar lo mismo, porque Louis le ha demostrado que no era feliz en su matrimonio, que no quiere vivir así toda su vida. Quiere luchar por ese amor, quiere recuperar ese amor, pero primero tiene que pedirle el divorcio a Ryan.
Camina hasta Louis dejando un par de carpetas frente a él y se atreve a mirarlo a los ojos. —Ya están listos. Creo que sería todo por hoy.
—Gracias, entonces pasa buenas noches.
—Igualmente, señor Tomlinson—dice dándose la vuelta.
—¡Espera!
Cierra los ojos con fuerza y luego se da la vuelta. Los ojos de Louis son apagados y cansados, sus manos se aferran a los bordes de su escritorio y se nota que no está bien como tampoco él lo está. No ha podido dormir bien y solo ha estado vagando en sus pensamientos en la noche, buscando la manera en tomar valor y hablar con Ryan, pero a pesar de que ya no lo ama, lo quiere, antes de ser novios eran grandes amigos y sería muy hipócrita pedirle su amistad cuando lo ha engañado.
—¿Si?
—Solo quería saber cómo has estado—Louis baja la mirada. El imponente Louis se ve tan frágil frente a él.
—Supongo que bien. —Juega con su reloj—. Debo marcharme.
Louis asiente y Harry no tarda en cerrar la puerta detrás de él, tomar sus cosas y cuando llega a su auto se deja derrumbar un par de minutos antes de conducir a su casa esperando que esa valentía, esa convicción que tiene no se esfume cuando lo vea.
Abre la puerta con los hombros caídos y camina por toda la casa en busca de Ryan. Lo encuentra sentado en el living y se deja caer a su lado negando como un loco, parece que lo está porque Ryan le pone una mano en su muslo.
—No puedo, no puede pretender que no te he estado engañando desde hace un tiempo, que nuestro matrimonio no se ha roto de años.
Ryan se levanta de repente colocándose frente a él. —¿¡Qué has dicho!? ¿Me has estado engañando? ¿Qué te cruzo por tu cabeza para hacer algo como eso?
—Me enamoré, intenté que esos sentimientos no crecieran pero paso. —Alza la cabeza negando—. Y no es excusa o para que pienses que te estoy echando la culpa, porque es la mía, la mía por meterme con alguien cuando he estado casado. Pero quería amor, porque me enamoré, porque ya no era lo mismo entre tú y yo. Mi único error ha sido no pedirte el divorcio antes.
—¿Y qué? ¿Vienes aquí a pedirme el divorcio?
—Sí. —Se levanta—. Lo hago porque no es justo, no es justo para ti estar con alguien que te ha engañado, con alguien que no te ama. Y no es justo para mí estar en un matrimonio dónde no hay lo mismo. Ryan, las cosas entre otros cambiaron desde antes de casarnos, tú tenías otras ambiciones, otros sueños y yo tengo unos diferentes. No resultó.
—¡Por supuesto que no! ¿Crees qué voy a quedarme contigo después de lo que has hecho? ¿Dónde ha quedado ese Harry que conozco?
—En el pasado. Porque la gente crece y cambia y tú nunca te tomaste el tiempo de conocerme en cada etapa, porque llegabas a casa cansado y no me tocabas, no hablábamos.
—Simplemente no voy a escucharte. Toma tus cosas y lárgate, no me importa. Corre hasta tu amante y no te preocupes por el divorcio te lo haré llegar.
Se merece el desprecio de Ryan que no le sorprende que le hable de esa manera. Solo toma sus cosas y sale de su hogar. Le toma minutos conducir hasta un hotel y dejarse desmoronar sobre la cama, porque tiene tantas emociones juntos que no sabe qué hacer, porque siente libertad, libertad de salir de ese lugar cuando a ambos ya les estaba haciendo mal.
Cuando ese lugar dejó de llamarse hogar.
♡
Toca la puerta un par de veces sintiendo que el corazón se le va a salir del pecho, que va a dejar de respirar en cualquier momento pero cuando escucha a Louis decir que puede entrar, lo hace. Cierra la puerta detrás de él caminando hasta su escritorio con dos carpetas en la mano y sintiendo que está tomando la decisión correcta, que debe hacer algunos cambios para mejorar, por lo que tiene nervios pero está decidido a hacerlo.
Sus ojos se encuentran en poco tiempo y una vez más prueban su autocontrol, no se acercan de la manera en que sus cuerpos desean, de la manera en que sus corazones exigen, casi suplicándole. Y Harry tiene que hacer un esfuerzo para mantener la convicción dentro de él, para no flaquear en cualquier segundo. No es fácil hacerlo, no cuando tiene a Louis frente a él y su corazón le muestra todo el amor que le tiene al ojiazul.
Se aclara la garganta y da un paso hacia el frente. Ha estado tomando la valentía para hacerlo, para tomar una decisión que será difícil pero que estaría bien. Porque está mañana se ha levantado con los mejores ánimos y tiene que aprovechar.
—¿Ha sucedido algo, Harry?
—Vengo a presentar mi renuncia—suspira—. No es que trab-
Se detiene cuando escucha como la silla de Louis rechina contra el suelo ante la inesperada acción. De repente estás suaves manos le sostienen el rostro de manera delicada y hay ojos llenos de duda y preocupación, más allá de lo que eran, más allá de lo que siente, se preocupa por sus empleados y le causa ternura porque todo ha estado bien, el trabajo es maravilloso.
De un momento a otro la barrera entre ellos se rompió y le llena el pecho de amor que Louis se siga preocupando por él.
—Harry, no necesitas renunciar. —Louis apoya su frente contra la de él—. Simplemente no necesitas hacerlo. Sé que nosotros ya no... Lo que quiero decir, es que me será difícil no verte, no tocarte.
—Entonces supongo que deberías invitarme a salir. —Desliza sus manos sobre el pecho de Louis para alejarse y mirarlo con ojos brillosos.
—Harry, nosotros no podemos.
—¿Por qué no? Ya no voy a ser tu empleado y lo más importante estoy soltero. —Se encoge de hombros de manera inocente.
Los ojos de Louis se abren de sorpresa. Llenos de confusión y duda pero Harry suspira deslizando sus manos suavemente contra su pecho antes de alejarse y recuperar la carpeta importante de todo esto. La que prueba que se ha separado, fue bastante sencillo divorciarse cuando ambos estuvieron de acuerdo y más si no había niños de por medio. Esa carpeta se la extiende a Louis y lo mira abrir y ojear con rapidez, sus dedos toman las hojas con fuerza como si no creyera lo que contienen, lo que dicen.
Da un paso hacia el frente llevando una de sus manos hasta el antebrazo de Louis y enredar sus dedos ahí con suavidad, solo para sentir que están bien aún cuando no ha explicado nada y Louis no ha dicho algo al respecto.
—Ayer las conseguí. Estoy oficialmente divorciado de Ryan.
—¿Cómo te sientes?
—Bien. Se siente muy bien. Tenías razón, debía hacerlo por mí, creo que nunca me sentí cómodo estando ahí con Ryan, me quería aferrar a qué mi matrimonio, a que funcionará y no fuese como los demás que fracasan. Quería aferrarme a Ryan, a los años que estuvimos juntos, que nunca me di cuenta de que ya no me hacía feliz, que ya no lo quería de esa manera—confiesa avergonzado. Decir sus miedos y la debilidad que sintió lo hace sentir desnudo.
—¿Dónde estás quedándote?
Sonríe alejando su mano. —En un departamento. Es muy lindo, a veces con mi madre.
—Amor, quédate conmigo.
—No sabes cuánto me gustaría, cuando desearía hacerlo. —Se acerca solo para que Louis lo sostenga nuevamente del rostro y roce sus labios—. Pero quiero que lo nuestro funcione, quiero casarme algún día contigo y sentir amor cada día y sé que será así, pero quiero hacer las cosas bien está vez. No comenzamos nada bien, Louis, quiero ir a cada paso, cada etapa. Solo si aún me quieres.
—Aun te amo, Harry, eso nunca va a cambiar nunca—Louis le recuerda soltando una risa loca—. Ahora mismo podría ponerme de rodillas y proponerte matrimonio, estaba por hacerlo, pero tienes razón, me gustaría hacer eso por ti, hacer cada paso.
—Te diría que sí, mil veces sí. —Ríe—. Pero no es el momento adecuado.
—¿Pero podemos saltar eso de las citas y obtener un beso? Porque lo he estado deseando mucho.
Ríe con los ojos llorosos pero asiente un par de veces, porque también lo ha querido y esperado para eso. Sus labios se encuentran con rapidez y se aferran entre ellos para no soltarse y el tiempo pasa con rapidez que no se dan cuenta cuando ha pasado dos años de relación hasta que Harry está mudándose con Louis y no saben en qué momento pasa otro año, solo es hasta que Louis se arrodilla frente a él en un bonito atardecer y revela un anillo.
Eventualmente pasan otros tres y se dan cuenta hasta que hay dos niños corriendo por el bonito patio de su casa.
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