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♡Cherry Heart and Lip Popsicles

Harry ama las paletas rojas en forma de corazón. Louis solo ama la manera en que sus labios se pintan de rojo y lo único que piensa es inclinarse y saciar sus deseos en esos labios cerezas.

Louis ha estado embobado en la manera en que el rizado come esa paleta en forma de corazón que tanto ama con todo su ser, y sobre todo la manera en que aquella paleta pintaba sus labios de un rojo intenso. Tal cual como unas cerezas rojas. Miraba una película en la televisión mientras estaba acostado boca abajo, las piernas dobladas y elevadas, a la vez que movía la cabeza a la par de la tonada de la película y comía una paleta de corazón, que el mismo Louis le ha regalado porque sabe cuándo ama Harry esas paletas y porque las ha encontrado en el supermercado cuando fue a comprar algunos snacks para ver la película antes que su amigo viniera a su casa, y quizás para aliviar sus deseos de ver cómo esa paleta pinta más rojos sus labios.

Parpadeo un tanto confundido y embobado cuando Harry rio y tiró el palito de la paleta en el bote de la basura que está en su habitación antes de tomar otra paleta y quitar la envoltura y llevársela a la boca. Sus labios ya estaban muy rojos que tenía a Louis entretenido y con ganas de darle la vuelta a Harry y besarlo profundamente y con fuerza, como lo ha estado queriendo hacer desde hace ya un tiempo, que siente que la respiración se le escaparía de su cuerpo si no llega hacerlo nunca.

Es algo que ya estado rondando su cabeza estás últimas semanas. Tomar confianza y ser valiente. Tal vez robarle un beso a Harry, pedírselo directamente o confesar todos sus sentimientos y todo lo que siempre ha sentido por Harry. Solamente porque ya no puede reprimir todo lo que siente, todo lo que desea hacer y porque el rizado es simplemente la persona para él, incluso siente que no podría encontrar a nadie mejor que él.

Solo debe buscar el momento adecuado. Pero a quien engaña, ha tenido demasiadas oportunidades para hacerlo, pero siempre termina echándose para atrás.

Se olvida de eso cuando Harry suelta un carcajada y vuelve a meter la paleta en su boca. Se inclina para quitársela

—Ya has comido tres con esta—señalo. Harry se dio la vuelta sentándose y cruzándose de brazos—. Te hará mal y conseguirás caries.

—Pero.

—Ya sé que las amas, pero te hará mal—Louis se sienta para dejar la paleta en su mesita de noche y tomar la botella de agua—. Bebe esto y entretente con algo. No debí de comprártelas.

—Te quiero por esto—Harry murmura sonrojado tomando la botella de agua. Luego niega—. No por quitarme las paletas, sino por comprármelas.

Dice antes de tomar un poco de agua y cerrarlas con fuerza, después termina lanzándose en sus brazos riendo por las cosquillas que las manos ágiles del castaño hacen en su cintura. Harry termina riendo a carcajadas y empujándolo para soltarse de su agarre. Cómo siempre Louis se detiene y lo abraza cerca para rodar por la cama y reír fuertemente.

Ama pasar tiempo con Harry porque es muy relajador, desestresante y divertido. Solo necesita llamar a Harry y decirle que viniese a su casa o lo que sucedía con frecuencia, ir a casa del rizado. A veces terminaban con Harry preparando algún postre o ellos jugando fútbol en su patio trasero. Eran solo unos adolecentes de diecisiete años, disfrutando de su tiempo libre y de las pocas responsabilidades que tenían y de que están un poco, muy, enamorados.

—Debería irme ya a mi casa—Harry avisa rodando para acostarse boca abajo y acariciar el pecho de Louis con sus dedos—. Mi mamá ya debe estar preguntando por mí, aunque no quiero irme aún.

—Ni yo quiero que te marches a casa—Louis suspira un poco distraído por el color de los labios de Harry. Se sonroja cuando esté ríe al notar que se le ha quedado viendo—, pero no quiero que Anne me odie, así que ya es hora de que te vayas a tu casa.

—Mi madre no te odiaría. En realidad te adora y lo sabes—Harry comenta abrazándolo de los hombros—. Pero si, mañana tenemos clase temprano y debo terminar algunos pendientes. ¿Me llevas a mi casa?

—Claro. Andando.

Harry lo besa repetidas veces en la mejillas que siente sus labios pegajosos y siente que dejara una marca de un beso rojo en su mejilla por todo el color que ha adquirido los labios del rizado y porque ha presionado con fuerza y varias veces besos en su mejilla. Y no va a decir que no los adora, porque es su parte favorita de ver a Harry, en realidad todo lo es, pero sus dulces besos son la cereza del pastel.

El rizado toma su pequeña mochila guardando las paletas que le ha comprado y algunas chucherías que han quedado y que sabe que son de sus favoritas. Él espera divertido en el marco de la puerta cuando Harry da pequeños brinquitos hasta llegar a él, lo empuja con delicadeza y cierra la puerta de su habitación con seguro, porque sabe que sus hermanas pequeñas harán una inspección y robaran cosas y porque ama tener su privacidad.

Bajan las escaleras con rapidez antes de que Louis se detenga y mire hacia la cocina.

—¡Mamá, iré a llevar a Harry a su casa, en seguida regreso!—grita.

—¡Solo no tardes, amor!—ella grita de regreso demasiado ocupada como para salir de la cocina y despedir a los muchachos—. ¡Harry, puedes visitarnos cuando gustes y envíale saludos a tu madre!

—¡Lo haré. Gracias por su delicioso almuerzo!

Louis rueda los ojos con un cariño plasmado en su orbes cielo. Toma la mano del rizado entre la suya para guiarlo hacia el auto y abrirle la puerta del copiloto. Harry hace esto de reír y empujar su hombro con suavidad diciendo que era demasiado amable y caballeroso y tantas cosas que lo hacen sonrojarse hasta las orejas. Él solo quiere demostrar los buenos modales que su madre le ha inculcado todo este tiempo y para demostrar que podría ser un buen novio para él.

Rodea el auto cuando se asegura que Harry haya entrado y sube. Se abrocha el cinturón de seguridad antes de manejar. Las tonalidades naranjadas y rojas cubren el cielo despejado y el viento les revuelve el cabello, pero no hace nada por subir el vidrio de las ventanas porque sabe cuándo ama el ojiverde sentir el aire impactar contra su rostro y mirar el bello paisaje.

Aunque Louis podría decirse que por el momento es un mal conductor, porque aún esta practicando, justo como ahora. La casa del rizado solo está a pocas cuadras lo que no es un problema y más para su madre.

—Me he divertido.

Gira su cabeza unos cuantos segundos para prestarle atención a Harry. Se le extiende una ligera sonrisa que cubre parte de su rostro. Él también lo ha hecho, Harry había llegado justo a las tres de la tarde para almorzar juntos y mirar una película. Nada elegante y caro, solo ellos dos compartiendo un tiempo juntos.

—También yo—Confesó estacionando en la puerta de la casa de Harry—. Hace un tiempo no pasabas en casa. Mi madre te extraño, creo que le agradas más tu qué yo.

Harry ríe bajito. —¡Por supuesto que no! Solo eres muy perezoso como para arreglar tu habitación o acomodar la mesa.

—No soy perezoso y fin de la discusión—Avisó cuando hizo el ademán de querer protestar. Harry suspiro apoyando su espalda en el respaldo del asiento—. Espero que puedas ir de nuevo a mi casa.

—Intentare—sonrió tiernamente—. Aunque amo que salgamos a conocer más cosas, pero un plan relajado es bueno.

—También a mí y me agrada que también nos acompañen los chicos.

Harry asiente estando de acuerdo. Generalmente salen los cinco a pasar tiempo juntos, pero ama un poco más estar a solas con Harry, sentirlo cerca un poco más, justo como hoy. Ambos se quedan viendo a los ojos sin decir nada más allá que sus propios ojos pueden expresar. Ninguno quiere despedirse todavía, aún cuando saben que mañana estarán sentados al lado del otro por horas. Sin embargó, así es como funciona esta cosa del amor, los hace anhelar pasar un poco más de tiempo juntos.

O así es como le sucede a Louis.

—¿Te veo mañana?

—Sí—Harry suelta un puchero.

—Bien—responde satisfecho con la respuesta que le ha dado Harry. Lo mira con los ojos entre cerrados—. Prométeme que no te gastaras todas esas paletas que te he comprado hoy.

Conoce muy bien a Harry como para saber que era capaz de hacerlo. En total, le ha comprado quince, se comió tres de ellas en unas cuantas horas y sabe que podría comerse más, pero Harry tiene una linda sonrisa como para sufrir por el dolor de unas muelas picadas como le ha sucedido de pequeño, no quiere ser el causante de eso.

Y no entiende la razón por la que Harry las adora mucho, siempre tiene de repuesto en su mochila. Recuerda cuando lo conoció y se vio maravillado y confundido de porque sus labios eran tan rojos, como unas cerezas. Mientras más tiempo hablaba con él supo que aquel color intenso que abarcaba sus labios todo el tiempo se debía a esa paletas. La curiosidad por saber porque siempre tenía una paleta le ganaron y tuvo que preguntar.

"amo el color que deja en mis labios y el sabor"

Esa fue la respuesta del rizado, esperaba que fuese más profunda o que tuviese algo que ver con su infancia, pero fue una respuesta sencilla y nada profunda. Le agrada, le agrada todo lo que tuviese que ver con Harry.

—Lo prometo—dijo alzando el dedo meñique.

—Seguramente la romperás—niega conociéndolo muy bien.

—Tal vez una más y ya.

—Tonto—niega divertido—. Ya baja y termina todo lo que tengas pendiente y salúdame a Anne—pide llevando una de sus manos a la pierna de Harry acariciándolo despacio.

—Lo haré—promete. Harry se sonroja un poco y se desabrocha el cinturón de seguridad para inclinarse y envolver a Louis con sus brazos—. Gracias por las paletas, te adoro demasiado por eso.

—Interesado—dice de manera recelosa—. Solo dices que me adoras porque te compro tus paletas.

Harry se aleja un poco para mirarlo con la boca abierta y le golpea el pecho. —Eso no es cierto, sabes que te adoro siempre, siempre.

La presión en su pecho se hace presente con aquel sentimiento que solo Harry causa en él la mayor parte del tiempo. Arruga la nariz cuando los rizos de Harry se cepillan en su nariz y hacen que tenga esos aires de estornudar o simplemente reír por las cosquillas que ocasiona, pero no hace nada para alejar a Harry de entre sus brazos porque lo necesita y porque da los mejores abrazos del mundo. Quizás, se deba a como se siente respecto a Harry, pero quiere creer que lo son porque Niall lo abraza con constancia.

Suspira y terminan alejándose. Harry le da una sonrisa suave y Louis se queda viendo brevemente los labios de Harry pensando en la oportunidad que tiene delante de él en estos momentos y que debería hacer algo para romper el espacio que hay entre ellos y sellar su muerte.

El rizado es quien termina alejándose con una risita, le deja otro beso antes de bajarse y mover la mano en señal de despedida. Copia la acción de Harry y cuando lo ve entrar a su casa deja caer la cabeza en el respaldo.

—Eres un idiota, Tomlinson.

Se dice a si mismo arrepintiéndose por haber desaprovechado la oportunidad que tuvo.



Arrastró sus piernas cansadas hasta donde Liam y Harry estaban sentados hablando de manera animada. Se acercó hasta Harry dejado caer su mano entre sus rizos suaves y sedosos. A veces le daba envidia, de la buena, de que el cabello del ojiverde sea voluminoso, rizos cortos cayendo por los lados y que a la vista y al tacto sean suaves y delicados, en cambio su cabello era lacio, aburrido y caía de manera desprolija a los lados. Sonrió cuando el muchacho de ojos verdes alzó la mirada y lo miro con ojos de cachorro, todos brillantes y grandes y que ocasionaban que sienta esa tonta presión en el pecho. No era una sorpresa verlo con esa boca roja así que solo se inclinó y dejo un beso en su cabello para empujar a Liam y sentarse a su lado en esa banca en la que no cabían los tres, pero que aún así lograron sentarse sin que ninguno cayera sobre su trasero al suelo.

El sonido de bolsa lo llamo la atención, así que su atención se la llevó Harry abriendo una paleta en forma de corazón y se la llevó a la boca. Sus mirada se encontraron y Harry lo miro profundamente sabiendo lo que estaba pensando, pero Harry era todo un rebelde que le rodó los ojos y se centro en Liam.

—¿De qué tanto hablaban? ¿Me he perdido de algo?

—¡De todo, Lou!—Harry asintió con su boca pintada de rojo. Lo vio empujar a Liam del hombro—. Cuéntale Li.

—No es como que haya pasado de todo—Liam aclaró pero se giró un poco hacia él—. Harry, arruinó que tuviese una cita.

Louis se cruzó de brazos alzando una ceja y reprimiendo una risa. Claramente, se la tuvo que aguantar, él y Harry que se miraban cómplices de querer reírse a carcajadas por el tono de Liam. Eran unos seres malvados.

—¿Por qué fuese eso?—preguntó curioso—. No estés señalando a Hazza.

—Fue su culpa—Liam lo miro receloso—. Dos chicas nos invitaron a salir, pero con la condición de que tenía que ser una doble cita porque una de las chicas estaba interesada en Harry.

Todo era diversión hasta que Liam soltó eso, solo esperaba que su rostro no demostrará el cambio de actitud. Apretó la mandíbula, pero ciertamente no debería enfadarse, Harry no acepto la cita, pero aún así se sentía celoso.

—No fue mi culpa—Harry lo apunto con su paleta—. Habría aceptado si aquella chica me interesara, aunque voy más por los chicos. Además tenía una cosa importante que hacer.

—¿Y que es esa cosa importante que tienes que hacer?

Louis se inclinó un poco para mirar a su amigo interesado por su respuesta. ¿Qué era esa cosa tan importante que tenía que hacer? No sabía si sentirse aliviado que gracias a eso salvo a Harry de tener una cita y de sentirse mal todo el día por eso o sentirse de nuevo celoso al ver las mejillas sonrojadas de Harry, casi del mismo tono exacto de la paleta que tenía en la mano. Sus miradas se encontraron unos segundos solo para abrir los ojos y caer en cuenta.

Un bobo. Tenían una salida ellos dos, a esa feria que tanto había estado hablado Harry todo la semana. Se sonrojo por la vergüenza, a pesar de que era el único que podía escuchar sus pensamientos.

—¿Qué no tienes una clase importante a la cual ir?—trato de cambiar de tema.

—Sí, pero Harry estaba a punto de...

—Luego te dice. Ve a tu clase.

Se levantó empujando a Liam y así no pudiese incluirse en sus planes. Lo quería y era de sus mejores amigos, pero él y Harry querían una salida solo ellos dos y él quería una excusa para pasar tiempo a solas y que nadie acaparará la atención del rizado. Se dejó caer al lado de Harry cuando Liam se fue y se perdió entre los alumnos. Dejo escapar mucho aire viendo a Harry y su manía de comer esas paletas a todas horas.

—Pobre, Liam—murmuro—. Aunque me alegro que hayas recordado nuestra salida.

—Claro que iba a recordarla. He estado emocionado con esto toda la semana—Harry dijo sacando otra paleta de su bolsillo y se la tendió—. Hay que festejar. Toma.

—Luego la como—La guardo en su bolsillo encogiéndose de brazos.

La verdad es que no es amante de lo dulce, es más de cosas saladas y casi nunca comía pastelitos, galletas y todo lo que tenga tanto dulce, pero no quería rechazarle nada a Harry. De todos modos una paleta no le hacía daño.

El rizado rodó los ojos llevándose la paleta de nuevo en la boca. Labios rojos y paletas de corazón. Eso era Harry, además de que era dulce, amable e inteligente, pero esas dos cosas con las que más representaban al muchacho de ojos verdes y que ciertamente lo enamoró.

—Deja de comer tantas paletas—Se la arrebato tirándola lejos.

—¡Louis!—Harry se levantó enfadado—. ¿Por qué hiciste eso?

Su respuesta era clara. Quería besarlo y verlo a diario con esos labios rojos, viéndose apetecibles y suaves a la vista no ayudaba a su autocontrol y ahora eso era lo único que quería hacer.

—Porque odio verte y no hacerlo—confeso. Harry lo miro confundido sin saber muy bien de que hablaba.

—¿Puedes simplemente explicarte? No entiendo nada de lo que dices.

Harry pidió enfadado. Estando molesto era como un pequeño gatito, solo arisco y tierno. Louis no sabía que responder o que hacer simplemente se quedó plasmado mirando fijamente los labios de rojos de Harry e hizo lo único que pasó por su mente en esos poco segundos. Lo tomo del brazo y la acercó a él y capturo aquellos labios que tanto ha deseado por mucho tiempo.

Lo escucho soltar un jadeo sorprendido que terminó muriendo entre sus labios. Los labios de Harry eran una delicia, sabían extremadamente dulces, quizás por las paletas que ya comido y sus labios eran un poco pegajosos al momento, luego solo eran fáciles de deslizar contra sus labios y suaves. Una explosión de tantas cosas.

Todo miedo murió al momento en que Harry sonrió sobre sus labios y tomó su cuello para profundizar su beso y moverlos suavemente. Solo eran sus labios deslizándose juntos y tomando el sabor del otro.

Harry podría ser adicto a esas paletas, pero Louis lo podría ser a los besos del ojiverde.

Se alejó capturando el aire para poder respirar de forma correcta. Harry dejo caer las manos y la miró con ojos grandes asustado y sorprendidos.

—¿Por qué me besaste?

—Porque no dejas esas paletas—es lo único que dijo.

—¿Por eso me besaste?—la sonrisa del rizado decayó.

—Sí y porque no podía resistirme a esos bonitos labios—confeso sonrojándose—. Y porque quizás me gustas demasiado y me vuelves loco con esos labios rojos todo el tiempo.

Las mejillas de Harry tomando color al momento en que sus labios soltaron esa confesión que ha estado guardando por un tiempo. Soltarlo lo hace sentirse liberado y valiente y un tanto orgulloso de haber tomado el atrevimiento y la fuerza de decírselo a Harry de frente.

—Podría comerlos más seguidos si más a besarme cada vez que lo haga—suelta ocultando su rostro en su cuello.

Ríe asintiendo. Su alma regresa a su cuerpo. —¿Me dejaras besarte cuando quiera?

—Sí, porque también me gustas y no dejaré de comer esas paletas—se aleja para mirarlo a los ojos—. Advertido estás.

—No te prohibiría nada—lo atrae acariciando su espalda con suavidad—. La verdad es que lo hice porque quería besarte ya. Ya no podía aguantar la agonía que sentía.

—Puedes besarme cuando quieras.

Harry le sonríe inclinándose para besarlo una vez más. Se enfrascan en eso, en besarse un tiempo y disfrutar del sabor diferente de sus labios y memorizar la forma en que sus labios de deslizan en sincronía.

Tal vez, Louis debía agradecer a las paletas por hacerlo sentirse cada vez más asfixiado y dejar ese color en los labios de Harry.

Y quizás, Harry encontró otra nueva adicción en los labios de Louis.

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