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Blue eyes, green eyes

Los ojos te cambian de color cuando encuentras a tu pareja destinada. Harry lo encuentra en un momento particular y ahora tiene que descubrir cuál de los dos chicos es su destinado.


Dedicado a: @Li_Sty (que por una rara razón no me deja mencionarte)

Aclaración: este OS no es Omegaverse.

Harry se inclina para mirarse mejor al espejo, fijándose en sus ojos esperando que algún día de estos puedan tener color. Sus ojos por ahora son grises, sin vida, sin color, lo que quiere decir que no ha encontrado a su pareja destinada, aquella persona que lo haría sentirse vivo, enamorado y con la que se supone que debe pasar el resto de su vida. Suena tan aterrador como precioso, dependiendo como lo veas o cuando lo encuentres. Harry es de esas personas que espera encontrar a su pareja destinada, pero que no le importa lo pronto o tarde que sea, aunque le gustaría encontrarlo ahora mismo, tiene veinticuatro años, ha tenido parejas a lo largo de su vida y recuerdos agridulces a causa de esto, que ahora mismo le vendría bien alguien que sepa que es su destinado, una persona que pueda presentar a su familia, acurrucarse en el sofá, ir a citas sencillas y románticas, saber que puedes avanzar sin sentir que en algún punto algo se pueda llegar a romper, aunque ser destinados no te libra de aquellos desacuerdos, aquellos mal entendidos que pudiesen tener en algún momento.

Harry se aleja suspirando. A este punto ya ha estado un poco ansioso de encontrar a su destinado, que en algún punto sus ojos cambien de color, que ese feo gris cambie a otro tono, uno vivo y que haga resaltar su piel suave y de tez blanca. A veces le resultaba un poco triste ver cómo poco a poco sus amigos encuentran a su destinado, que de cierta manera siente que se está quedando atrás, y sobre todo se siente una mala persona y un mal amigo al sentir esa presión de envidia al notar como el color gris opaco toma un color precioso, porque los suyos aún son grises que de alguna manera combina con su vida aburrida y monótona.

A Harry le gusta imaginar y memorizar que color podría tomar los ojos de las personas que le rodean, como un juego de al azar que Harry espera atinar. Siempre ha pensando que sus ojos podrían ser verdes, lo siente y quiere pensar que ese es su color. Recuerda que siempre pensó que Niall tendría los ojos azules y lo tomo de sorpresa cuando su amigo llegó y sus ojos azules fue lo primero que llamo su atención. Recuerda esa presión de tristeza en el pecho al ver que ha encontrado a su pareja destinada. Una bonita chica de tez blanca, hoyuelos a los lados de sus mejillas gordas, el sonrojo que parecía abarcar ese espacio con constancia debido a su timidez, su corto cabello negro. Y con ella un bonito encuentro.

A Harry le gusta algo así, no importa cuando salga, cuánta gente conozca parece que el universo se empeña con dejarlo al último.

Mueve los rizos con suavidad antes de caminar hacia su cama. Es uno de esos días en dónde no tiene absolutamente nada importante que hacer que solo estar en la cama y en dónde la tristeza abarca las cuatro paredes. Y es que estando en este departamento, silencioso, calmado, con una vista espectacular no parece llenarlo del todo, hay algo que falta y tal vez él sabe muy bien que es.

Sale de sus pensamientos y de ese remolino de sentimientos que no le hacen nada bien cuando escucha su teléfono sonar con algo de insistencia en alguna parte de su cama. Gatea a la mitad de la cama mientras sus manos tantean el lío de sábanas tratando de encontrarlo en alguna parte de ahí. En cuestión de segundos lo encuentra y abre el buzón de mensajes. Se da cuenta que son de Niall.

N: He estado marcándote desde ayer, pero veo que has estado algo ocupado. Cómo sea, he organizado una pequeña fiesta. Solo unos amigos míos que no he visto un tiempo, y los amigos de Grace.

N: ¿Entonces te esperamos?

Harry se deja caer en la cama mientras alza su teléfono y teclea con rapidez.

H: ¡Claro! ¿Debería llevar algo?

N: Nada. Pero Grace tiene unos amigos increíbles y deberías tratar de impresionar a alguien.

H: Lo tomaré en cuenta

No niega a conocer a alguien mientras llega su destinado, ya que hay tantas posibilidades de que su destinado se encuentre en cualquier lugar y sería difícil sino sale en busca de ella o simplemente tenga la mala suerte de que esa persona no viva en el mismo país que él. Sucede con regularidad y es un terror de Harry, no llegar a encontrarla debido a que pudiese vivir en cualquier país, quiere creer y siente que está más cerca de lo que piensa. Esta mañana ha tenido esa sensación, que hoy sería su día de suerte y por eso ha aceptado la invitación de Niall.

Pero podría estar en cualquier sitio, en los menos que esperados. Se fija en la ventana, el día está despejado, aunque no hay tanto sol. Es sábado y no tiene nada que hacer y no ha desayunado, su estómago se hace notar haciendo ese raro sonido cuando ya ha pasado su hora del desayuno. Se levanta descalzo, lo primero que hace es tomar un rápido baño para alejar el sueño que siente, aún cuando ha despertado más tarde de lo que suele hacerlo. Obtiene uno jeans ajustados, una camisa de rayas y sus botas negras, toma una chamarra por si al clima le apetece cambiar y porque siente un poco de aire filtrarse por las ventanas que lo hacen tiritar de frío.

Cuando sale jadea por el frio, su casa estaba cálida por lo que no imagino que habría tanto frío. Se regresa a su habitación para conseguir una gabardina negra y una bufanda. Cuando está listo cierra la puerta detrás de él y se encamina hasta su cafetería favorita. Está a un par de cuadras cerca de su departamento y ha sido su descubrimiento hace un par de semanas. Mientras caminaba para encontrar un buen lugar para comer algo rápido antes de correr al trabajo, estaba un poco cansado de prepararse algo en la mañana con todo ese cansancio en el cuerpo, así que entró a esta cafetería. La calidez y el aroma a café invadió su nariz y solo basto con probar su delicioso café y esos croissant y ese pastel de chocolate para que se volviera su lugar favorito para desayunar, además de que podía trabajar ahí antes de ir a su trabajo, era más cómodo, aún cuando había un bajo bullicio todos los días, no le molestaba y el aroma delicioso en el aire lo compensaba totalmente.

Se detuvo en el mostrador sonriendo con amabilidad.

—Buenos días, ¿Alguna cosa en especial?—el chico detrás del mostrador pregunto. Aligerando ese saludo que tenían memorizado cuando atienden a un cliente. Harry ya ha venido bastantes veces como para saberse de memoria ese diálogo, que agradece que el chico sea más sencillo y directo.

—Sí, claro.—Harry mira brevemente el menú, aunque no termina cambiando de opinión—. Me da un café latte, con leche de coco y un sándwich. Solo sería eso.

—Bien—el chico apunta su orden algo ocupado en eso.

Harry desvía la mirada antes de que cierta persona capte su atención, ese hombre, tal vez un par de años más que Harry. Piel bronceada, cabello castaño, a la vista suave y fino, está vestido formal, unos jeans negros, una chaqueta de traje y unas Vans, muy informal y formal a la vez. Harry trata de mirar su rostro o captar el color de sus ojos.

El hombre se pierde dentro de una de las habitaciones del lugar, posiblemente alguien que trabaje ahí, aunque Harry nunca ha tenido la oportunidad de mirarlo a los ojos, saber si ha encontrado a su pareja destinada, su alma gemela. Es un poco loco sentirse interesado, desear conocerlo cuando solo lo ha visto de espaldas y un par de veces.

—De este lado le dan su pedido. —El chico interrumpe sus pensamientos y aleja la mirada sintiendo la temperatura elevarse y permanecer en su mejilla—. Espero que lo disfrute.

—Muchas gracias.

Agradece caminando hasta el otro lado para tomar su pedido, Harry mira a su alrededor buscando un lugar para poder desayunar sin tanto ruido a su alrededor. Encuentra una mesa al fondo del lugar, deja salir un suspiro cuando se sienta y mientras bebe su café checa sus redes sociales y contesta un par de mensajes más.

Parte de su mañana y parte de la tarde la pasa en la cafetería mientras adelante parte de su trabajo.

Harry estaciona en alguna parte del lugar, tiene que rodar los ojos y evitar mantener la boca algo abierta al ver el lugar. Es precioso, una casa grande y varias personas en el jardín que se puede apreciar desde donde ha estacionado. Parece que Niall se la ha pasado decirle que en realidad es una gran fiesta. La casa de la novia de Niall es preciosa, cara y tiene un patio bonito y amplio. Cierra la puerta de su carro antes de mira su propia ropa, esperando no sentirse fuera de lugar, pero parece apropiado. Se le fue el tiempo en esa cafetería. Cuando se dio cuenta era un poco tarde, corrió hacia su casa, hizo algunas cosas de tareas del hogar y tomo un relajante baño, tomándose el tiempo a pesar de que es lo último que tenía, no se tomó el tiempo suficiente para pensar bien que iba ponerse que tomo sus jeans favoritos y una camisa rosa fina, sus amadas botas y salió de su departamento.

Caminó hacia el jardín, una fiesta al aire libre y con la noche estrellada. Cuando caminó hacia Niall se dio cuenta de que no conoce a la gran mayoría, le causa un poco de nerviosismo pero sus pasos no dudan.

—¡Harry!—Liam sonríe acercándose—. Hace tiempo no te veía, desde que salimos de la universidad.

—Uhm sí, lo siento. He estado algo ocupado—Harry dice.

Se siente un poco mal porque Liam ha sido uno de sus amigos más cercanos en aquel tiempo y una vez que terminaron la Universidad y tomaron sus caminos separados se distanciaron, parece que Niall lo ha invitado para acercarlo de nuevo.

Se fija en Liam, su aspecto es el mismo, sus rasgos más marcados pero sus ojos han cambiado, ahora que se da cuenta. Son cafes, ha encontrado a su pareja destinada. Sonríe tomando el brazo de Liam. Siente alegría porque ha encontrado a esa persona destinada a él, pero siente ese sentimiento agridulce cuando siente tristeza al ver que poco a poco todos están encontrado a sus destinados y parece que la vida o el destino o esta cosa que pone a los destinados en el camino está empeñado a no poner al suyo frente a él.

—¿¡Has encontrado a tu destinado!?—A pesar de la rara mezcla de sentimientos siente felicidad por Liam.

—Sí, hace un par de meses—Liam asiente—. Fue un poco raro porque ambos nos quedamos helados al ver como cambiaba el color del otro. Uno no se espera eso.

—Me imagino—le dedica una sonrisa—. ¿Está aquí?

—Sí, debe estar en alguna parte. Se llama Zayn, es agradable y dedicado.
—Liam lo busca con la mirada sin tener mucho éxito. Sus ojos se detienen en él y parece fijarse en sus ojos.

Harry desvía la mirada removiéndose incómodo y triste, sus ojos grises lo hacen lucir más patético de lo que se siente. Es casi el único de su grupo de amigos o sus compañeros de trabajo que no ha encontrado a su destinado, era relajante no encontrarlo en su adolescencia o infancia, algunos tenían esa suerte, pero cuando tienes veinticuatro y parece ser que serás el último encontrarlo no parecer ser agradable y no es por sentir esa presión social al no encontrarlo, sino porque quería un poco de amor en su vida, ya no quería salir con nadie y darse cuenta de que en algún punto uno de ellos encontrará a su alma gemela.

—¿Aún nada?

Harry se abstiene de rodar los ojos porque una es grosero y otra porque se vería malhumorado y no quería expresar ninguna de las dos. Niega un par de veces.

—Aun nada—Harry dice antes de mirar hacia Niall—. Tal vez puedas presentarme a Zayn más al rato. Ahora debo buscar a Niall que debe estar por aquí.

—Sí—Liam asiente con suavidad—¿Nos vemos en un rato? Creo que debemos mantenernos al corriente, la última vez que te vi fue hace dos años.

—Claro—ríe antes de coloca una mano en su hombro—. Iré a buscar a Niall antes de que piense que no vine.

Escucha la risa de Liam detrás de él. Harry entra por la parte de atrás de la casa, con la gran puerta que da al jardín y que conecta con la cocina, hay más gente adentro, es demasiado grande la casa y hay demasiado lugares donde buscar a su amigo. Termina encontrándose con algunos de sus amigos, viejos amigos y gente que no conoce, pero que concluye que debe ser amigos de Grace.

Encuentra a Niall en la barra de la cocina diez minutos después, riendo antes de mirarlo a los ojos. Sonríe en grande caminando hacia él, obtiene un abrazo rápido, apretado y palabras atropelladas que no entiende por lo amortiguadas que están.

—Pensé que no vendrías.

—Siempre vengo—Harry ataca—. Además salí a comer algo y avanzar con unos trabajos pendientes.

—Eres el único que avanza su trabajo cuando tiene el día libre, créeme. Deberías salir con alguien—Niall se aleja antes de abrir los ojos y jalar de su brazo—. Hablando de eso, te presentaré a algunos amigos.

De mala gana sigue a Niall entre todas estas personas. Los nervioso y la ansiedad llegan un poco cuando va a conocer alguien nuevo, y con Niall sucede con frecuencia, su amigo es muy social pero le alegra saber que él es unos de sus más grandes amigos. Harry mira el suelo tratando de no pisar a nadie o tropezar con alguien de ahí, choca un poco con Niall cuando se detiene abruptamente.

—¡Hey, chicos! Les presento a Harry.

Harry alza la mirada y antes que pueda prestar la debida atención o presentarse o fijarse en las personas de ese grupo, el lugar queda por completo oscuro. No tuvo tiempo para apreciar mejor a los chicos frente a él, solo mira al frente, a la oscuridad que abarcó todo el lugar. De lo único que es consciente en ese momento es de los murmullos bajos y de las quejas.

Toma a Niall del brazo con un poco de pánico al sentir que alguien ha chocado a su lado.

—Mierda, se fue la luz.

—¡No me digas, imbécil!—esa voz algo aguda suelta de mala gana. Harry ríe por lo bajo tratando de retener esa sonrisa.

No tarda en que la luz regrese, Niall lo hace un lado antes de mirar como camina hacia otra parte, seguramente para checar que todo esté en orden. Lo ha dejado solo con un grupo de desconocidos. Por primera vez puede ver mejor a las personas a su lado. Su respiración se pone un poco loca cuando se encuentra con un chico de cabello castaño cayendo por su frente, labios finos y pómulos altos afilados. Lo que capta su atención y lo pone un poco decepcionado es del color azul precioso de sus ojos.

Por supuesto, alguien tan guapo debe haber encontrado a su destinado. Se miran con brevedad antes de que Harry mire hacia el otro chico a su lado, tiene el cabello algo corto, negro, piel caramelizada y los ojos azules solo que más claros que el otro chico.

—Que grosero ha sido, Niall por irse así y no presentarnos—el castaño ríe antes de inclinarse y extender la mano—. Soy Louis.

Harry se pierde unos fugaces segundos, pero que se sienten tan eternos, en los ojos de Louis. Toma su mano sintiendo la suavidad entre sus manos.

—Soy Harry.

—Yo soy Nathan—el pelinegro extiende su manos y Harry de mala gana desengancha su mano con la de Louis para poder tomar la del otro chico. Sus ojos también son azules.

—Mucho gusto—Harry aparta la mano para poder presentarse con las dos chicas ahí y el otro chico.

Puede notar que una de ellas, tiene los ojos verdes, la otra aún los tiene grises al igual que el otro chico. La mirada de Harry vuelve a caer en Louis tratando de pensar en lo conocido que se le ha hecho y de dónde pudiese haberlo visto, aunque lo duda, nunca se olvidaría de su color de ojos.

—¿Quieres algo de tomar?—Louis pregunta.

—Creo que estoy bien por el momento—Harry responde.

—¿Desde cuándo conoces a Niall?—Louis trata de sacarle plática.

—Desde hace siete años—Harry se relaja un poco—. Lo conocí en la preparatoria, nos hicimos muy amigos desde ahí ¿Y tú? ¿O eres amigo de Grace?

—Sí, soy amigo de ambos. Conocí a Niall gracias a Grace, es una buena amiga también.

Harry abre los ojos sorprendido y antes de que pudiese decir algo más, el teléfono de Harry suena. Baja la mirada para ver qué se trata de su hermana. Frunce el ceño antes de mirar hacia el frente y darse cuenta de que Nathan lo observa para luego desviar la mirada hacia otra parte. Se sonroja un poco antes de eso y se centra en Louis.

—Debo irme. Fue un gusto conocerte, a ambos—Mira a Nathan antes de mirar a Louis.

El castaño asiente y Harry se aleja a pesar de que hubiese deseado seguir hablando. Se lleva el teléfono a la oreja después de contestar la llamada, escucha a Gemma y su suplica de ayuda con algo de importancia, termina aceptando y colgando. Iba a despedirse de Niall y decirle que le ha surgido algo pero no logra encontrarlo por ninguna parte, pero termina mandándole un mensaje antes de irse.

Sin darse cuenta de que algo ha cambiado en él.

Harry estaciona en frente a la casa de Gemma bajándose cuando checa que todo esté bien. Se detiene alzando su puño y tocando la puerta un par de veces, se abraza debido al frío y baja la mirada hasta sus pies. Gemma tarda unos largos instantes antes de que la puerta de abra, mira sus pies para no meter alguna basura y entra. Se abrazan fuertemente antes de que Gemma se de la vuelta y la sigue a la cocina, la ve preparar un poco te de caliente y Harry camina por toda la cocina viendo su espacio. Es lindo, mejor que su propio hogar, hay juguetes en el suelo y Mía, hija de Gemma debe estar durmiendo ahora mismo. Ella es la que hace que la casa, esté llena de luz y ruido.

Gemma deja una taza a su lado y lo mira, ella suelta un jadeo de sorpresa y cuando menos se lo espera la tiene sosteniendo su rostro mientras lo mira a los ojos. Harry está demasiado confundido y no puede soltar ninguna palabra porque lo tiene sujetado de las mejillas con fuerza.

—Harry, ¿Desde cuándo? ¿Por qué no me dijiste? Me alegro que por fin ya lo hayas encontrado.

Gemma da unos pasos hacia atrás dejando libre. Harry frunce el ceño, está tan confundido y no sabe a qué se refiere.

—¿De qué hablas, Gemma?

—¿No lo sabes verdad?—ella pregunta algo en shock. La ve darse la vuelta y rebuscar en uno de los cajones. Le extiende un espejo—. Mira por ti mismo

Toma el espejo y se mira a sí mismo, todo está normal lo único que ha cambiado es el color de sus ojos. Harry jadea de la misma forma en que lo hizo Gemma, el color triste y gris se ha ido y ha sido reemplazado por un calor verde, unos preciosos ojos verdes. Le tarda tantos minutos darse cuenta de lo que ha sucedido, ha encontrado a su alma gemela, a su destinado y Harry ni siquiera tiene la más mínima idea de lo que ha ocurrido, no se ha dado cuenta en qué momento exacto ha cambiado sus ojos, y en qué momento ha cambiado los ojos de la otra persona, pero Harry no ha estado cerca de nadie más excepto de Niall y aquellos amigo de Niall que le ha presentado.

No entiende que ha ocurrido como para no darse cuenta de que ha encontrado a su pareja destinada y no tiene idea de quién se trata.

—Mis ojos—Harry baja el espejo mirando a Gemma alarmado—¿¡En qué momento!?

Se sienta tomando un largo respiro para tratar de entender que sucedió, como es que sus ojos han cambiado de color y no se ha dado cuenta de que los ojos de otra persona han cambiado también. Ni siquiera entiende si ha sucedió en otro momento, pero vamos, Niall lo miro, él le hubiese dicho, lo que quiere decir que lo ha encontrado en la fiesta.

Ella se acerca a él viendo que entro en una especie de shock, le acaricia los brazos tomando un asiento a su lado.

—¿Qué sucedió? ¿No sabes quién es tu destinado?

Harry negó varias veces.—No, yo uhm vengo de una fiesta, Niall me invitó y recibí tu llamada y aquí estoy.

—¿Simplemente nunca te diste cuenta? ¿Con quién estabas?

Hizo memoria, recordaron hasta el último detalle, con quién se saludo, a quien miro. Con las únicas personas que cruzó palabras fue con Liam, pero Liam ya había encontrado a su destinado, Niall también ya lo había encontrado y luego su amigo lo jalo con estás personas y las personas que cruzó palabras y miradas fue con Nathan, Louis y aquella chica Lily, pero todos tenían un color de ojos.

—Estuve con Liam, pero él ya encontró a su destinado y Niall. Luego me presento a unos amigos y—se detuvo cuando recordó que la luz se fue tan pronto cuando alzó su mirada—. Oh, no, no.

Harry se levantó. La única respuesta que encontraba en estos instantes de desesperación era que Louis, Nathan o Lily sea su destinado y que sus ojos han cambiado antes que viniese la luz de nuevo, no había otra explicación, lo único que necesitaba saber en estos momentos es si alguno de ellos le cambio el color en ese momento, o si ellos ya habían encontrado a su destinado antes, pero uno de ellos tenía que ser el suyo.

Está entrando en pánico antes de tiempo porque posiblemente dos de ahí ya hayan encontrado a su destinado y uno es él que no, él que sería si verdadero destinado. Gemma lo toma de los hombros deteniéndolo.

—¿Qué pasa?

—Es que Niall me presento a su grupo de amigos y cuando los mire se fue la luz—Harry explica alarmado—. Debió ser cuando cambió el color, Niall se fue tan pronto como volvió la luz y no lo volví a ver. Uno de ellos debe ser mi pareja destinada ¿Qué debería hacer? ¿Volver?

—Ya es demasiado tarde—ella el explica—¿Por qué no llamas a Niall y le preguntas? ¿Pregúntale si alguno de ellos le ha cambiado el color de sus ojos y aún no se ha dado cuenta? debe haberle sucedido como a ti.

—Si es buena idea.

Harry revisa los bolsillos de su pantalón recuperando su teléfono, se aleja un poco de Gemma marcando el número de Niall. Se lleva el teléfono a la oreja mientras mueve con constancia su pierna, está nervioso, ansioso y con miedo. Conocerá a su pareja destinada, la que ha esperado parte de su vida y aunque ya lo ha conocido no ha sido sabiendo que lo era. ¿Cuál de los tres podría ser su destinado?

Sigue escuchando los tonos una y otra vez sin escuchar la voz de su amigo del otro lado. A este punto su teléfono debe estar perdido en alguna parte. Ahora mismo está pensando seriamente en regresar, pero Gemma parecía necesitar su ayuda y Niall podría ayudarlo más tarde, él los conoce tan bien como para saber quién de ellos podría ser su destinado.

El nerviosismo y la ansiedad son cosas que no lo dejan dormir cuando se acuesta, su mente gira en torno a estos bellos ojos mientras piensa quien podría ser su destinado.

Harry mueve su pierna en señal de nerviosismo y ansiedad, de vez en cuando mira la puerta de aquella cafetería que está cerca del trabajo de Niall, a este punto estaría desayunando en aquella cafetería que le gusta que está a unas cuantas cuadras de su departamento, pero ahora mismo le ha pedido a Niall que se vieran, que era algo urgente y su amigo pidió un tiempo que debe estar en camino en estos momentos. Trata de disminuir sus emociones y no colapsar de ansiedad, no es fácil saber que ha encontrado a su destinado y no saber quién es, posiblemente la otra persona este igual o peor que él, quiere creer que no es el único que está sintiéndose así.

No fue sencillo conciliar el sueño, por ratos se daba la vuelta del otro lado de la cama y no podía dejar de recordar cada pequeño momento, cada detalle, cada palabra de aquella noche, desde que ingreso al lugar, desde que las luces se apagaron y luego se prendieron y miro a aquellos dos chicos frente, está muy seguro que uno de ellos debe ser, a pesar de que miro aquella chica que tenía los ojos verdes, pero sabe que ella no puede ser, a ella la vio mucho después.

Harry deja caer la cabeza unos segundos, todo esto le está dando dolor de cabeza. Espera que con Niall pueda aclarar todo de una vez. Cuando alza la cabeza su amigo está entrando en el lugar, se deja caer frente a él y apenas está recuperando el aire cuando lo mira a los ojos y abre la boca impresionado, segundos después está inclinándose mirándole fijamente los ojos.

—¡Que agradable sorpresa! ¿Quién es? ¿Fue hoy temprano o después de irte de la fiesta?—Niall sonríe bombardeándolo de tantas preguntas y Harry le gustaría tener todas aquellas respuestas.

—Ese es el problema.

—Oh—su sonrisa decae—. ¿Quién es? ¿Es alguien malo no?

—Ese es el problema, no sé quién es—Harry suspira colocando sus brazos encima de la mesa—. Ayer tuve que irme de la fiesta, Gemma necesitaba ayuda con algo y cuando llegue ya tenía los ojos así. Estuve pensando y no creo que sea algo que pudiese pasar por desapercibo, creo que sucedió cuando se fue la luz y por eso no se notó cuando mis ojos cambiaron de color.

—Uhm—Niall frunce su ceño—. ¿No recuerdo a quien te presente?

—En realidad no lo hiciste, te fuiste tan pronto como regreso la luz, pero me presenté con ellos—Explica mordiendo su labio—. Me presente con Louis, Nathan, Lily y los demás dudo que sean mi pareja destinada? Sin embargo, los tres tenían color en los ojos

Niall frunció el ceño en ese momento, negó un par de veces. —No, bueno Lily encontró a su destinado hace años, Louis no lo ha hecho y menos Nathan. ¿Seguro que ambos tenían sus ojos de color? A Louis, lo vi ayer antes del apagón, sus ojos eran grises y Nathan igual los tenía grises.

Se deja caer en el respaldo de la silla mirando con pánico a su amigo. —¿Estás diciendo que cualquier de los dos podría ser mi destinado?

—Sí—asiente—. Solo es cuestión que pregunte, nada más, posiblemente uno de los dos haya encontrado a su destinado y no se haya dado cuenta antes. Sucede pasar, a veces hay estos "accidentes"

Harry coloca los codos en la mesa y recarga su cabeza en la palma de sus manos. Estaba siendo más complicado de lo que pensaba, ese día sintió esa sensación, esa sensación de que iba a encontrar a su destinado, no pensó que ocurriera esto. Ahora tenía que descubrir cuál de aquellos chicos era su destinado y no quería hacerse ilusiones antes de tiempo, los dos parecían agradables, era atractivos y tenían unos ojos bonitos, pero los de Louis lo cautivaron un poco más. Fue dulce, amable y atento, no quería hacerse la idea porque había una posibilidad de que no fuese su destinado.

¿Qué iba hacer ahora? Niall estaba dispuesto ayudar y esperaba que sus dudas e incertidumbres se arreglen rápido.

—¿Me dirás tan pronto como tengas una respuesta?

—Claro, a Louis lo veré en la tarde—Niall le coloca una mano encima, sabe que le está dando su apoyo—. A Nathan puedo hablarle más tarde, una vez que me digan te diré. No te preocupes, se que con solo preguntarles se nos aclara todo este lío.

Deja escapar un suspiro y deja que una sonrisa aliviada se plasme en su rostro. —¿Crees que son buenas almas gemelas?

En cierta parte tenía esa pequeña inseguridad, miedo de que su pareja destinada no sea la adecuada, aunque sería un poco irónico porque se supone que esa persona es su otra mitad, esa persona que lo a completa, que lo hará sentirse enamorado, pero le da terror que lo odie o que no le tome cariño. No conocía a ambos chicos, solo cruzaron pocas palabras, pero parecían amables, divertido y relajados, pero solo fue una primera impresión, no los conocía más allá de unas pocas palabras.

Niall asiente sonriéndole. —Créeme, los conozco bien. Louis es mi favorito, no le digas a Nathan. Solo es divertido, pero centrado e inteligente, por otra parte Nathan es más serio, también inteligente y ama viajar con frecuencia.

Eso lo hace sentirse mejor. —Suenan encantadores.

—Lo son—Niall sonríe asintiendo—. No te preocupes de nada, seguramente te llevarás bien con quién sea tu alma gemela. Ahora déjame comer algo antes de regresar al infierno del trabajo.

Harry ríe negando antes de llevarse su taza de café. Su mente regresa a lo que dicho Niall de ellos, espera que su alma gemela sea tan encantador como su amigo los describe.


Harry está en el trabajo sentado cuando recibe la primera respuesta, cuando ve el nombre de Niall alumbrar la pantalla de su teléfono, deja sus cosas y lo toma con tanta rapidez.

N: He hablado con Nathan y uhm me dijo que no sabe en qué momento ha cambiado, no se ha dado cuenta.

H: ¿Entonces él es mi destinado?

N: Aún es cuestión de preguntarle a Louis. Dame unas cuantas hora más para confirmarte. Pero Nathan debe ser tu destinado.

Harry suelta todo el aire que ha estado conteniendo sin darse cuenta todo ese rato. Deja su teléfono, y se centra en lo importante ahora y no en que posiblemente Nathan sea su pareja destinada. Pasa toda la tarde sentado con la mirada en la pantalla de su computadora, pero no puede evitar que su mirada caiga constantemente en su teléfono esperando algún tipo de mensaje de Niall, esperando que le confirme que Nathan es su verdadero destinado.

Mueve las piernas cuando ve que ya es hora de su salida, ha estado concentrado, alegrándose de que en algún punto dejo de pensar en los mensajes. Recordando aquello se inclina y captura su teléfono, solo tiene algunos mensaje y ninguno de Niall. Guarda su teléfono en su bolsillo mientras toma sus cosas y sale del lugar con un par de despedidas. Se aferra a los extremos de su chamarra cuando el aire fresco le azota el cuerpo, un encogimiento de hombros y un suspiro.

Es cuando está dentro del calor de su carro que escucha su teléfono sonar un par de veces. Lo recupera y abre rápidamente los mensajes.

N: Creo que tenemos un problema. Vi a Louis hace una hora y a él también le han cambiado los ojos y dice que ayer ha pasado y no sabe que ha sucedido.

H: ¿Estás diciendo que no sabes quién es mi destinado?

N: Exactamente.

Harry deja salir un chillido frustrado, no lo piensa tanto y marca el número de Niall. ¿Cómo haría para saber quién de los dos es su verdadero destinado?

—Niall—Harry murmura.

—Lo sé, no te preocupes, buscaremos una solución—Niall suspira calmando lo un poco—. ¿Qué te parece conocerlos, explicarles que sucedió y buscar una solución?

—¿Crees?

—Claro—dice—. Nathan está en la ciudad y en realidad él me ha preguntado por ti. Creo que le interesaste.

Se sonroja a pensar que está ocupado sintiéndose preocupado de esta cosa de las almas gemelas y de que ha perdido a la suya. ¿En serio Nathan ha preguntado por él? Solo fue unas cuantas palabras y mirada que cruzaron ese día, no cree que con tan solo eso se haya interesado en él, no resultaba tan interesante. Harry era relajado, centrado y por lo que dijo Niall él viajaba con frecuencia. Ignora aquel miedo de que en algún punto sea algo malo, pero no quiere pensar en eso ahora, no cuando no sabe si es su destinado y porque ahora mismo su cabeza le está jugando una mala pasada.

Regresa a la realidad cuando escucha a Niall.

—Y Louis es dueño de una cafetería, creo que podemos pasar una vez por ahí. ¿Quieres que le diga a Nathan que quieres verlo? Puede ser como una cita y así de paso lo conoces.

Harry muerde su labio, centrándose en la primera cosa. Sobre Louis, sería una alma gemela perfecta ahora que escucha que tiene una cafetería, seguramente tienen muchas cosas en común, pero trata de pensar en lo último.

—Sí, claro—acepta, después de todo puede ser su destinado y una agradable compañía—. Pero uhm crees que luego podamos ir a ver a Louis.

—Sí—Niall responde rápidamente—. Déjame buscar un día libre, por lo mientras puedes conocer a Nathan, buen hombre.

—Confió en ti.

Murmuró colgando. Su espalda descanso en el suave respaldo de su asiento. Está nervioso y ansioso por saber quién de ellos dos podría ser su verdadero destinado.


Harry sonríe ocultando sus nervios detrás de esa sonrisa calmada y dejando que sus hoyuelos hagan aparición. Jala una silla saludando brevemente a Nathan. Niall los ayudo a reunirse en una cita. Era de tarde, los últimos rayos del sol se estaban ocultando y gracias a Niall pudieron buscar un espacio para tener está "cita" ya está demasiado nervioso por el hecho de que él puede ser su pareja destinada que pensar que era una cita lo hace querer vomitar de los nervios, así que va a pensar que es una salida nada más. Se citaron en un pequeño y lindo restaurante cerca del departamento de Harry.

Sin parecer tan acosador o evidente se fijó en los ojos de Nathan, azules claros que hacían una combinación con su ropa.

—Me alegro que hayas aceptado—Nathan le sonríe amablemente—. Pensé que no lo ibas hacer. Ese día solo cruzamos algunas palabras.

—Gracias por invitarme—se le sube tantito la temperatura a las mejillas—. Parecías alguien agradable y tus ojos tiene color uhm... ¿Ya has encontrado a su destinado?

Trata de sacar el tema a colación sin parecer tan desesperado o hacer evidente sus verdaderas intenciones. Se siente un poco mal porque ha penas a pasado ¿Dos minutos? Y no han ordenado nada y Harry ya quiere sacar el tema a la luz. Nathan no parece incómodo o molesto ante la pregunta.

—Sí, bueno no sé cuando sucedió. Cuando me di cuenta ya los tenía así—Nathan suelta recordando—. Veo que también lo tienes de color ¿Qué sucedió?

—Básicamente lo mismo que tú—Harry entre cierra los ojos. Siente que Nathan es su destinado, no hay otra respuesta.

—Lo siento—Nathan le coloca una de sus manos encima de la suya—. ¿Quieres ordenar?

Harry quería preguntar un par de preguntas más, preguntarle más acerca de ese día, pero Nathan tomo la carta y la ojeo rápidamente. Aunque Harry creía que él es su destinado y aún tiene tiempo para preguntarle al respecto. Así que asiente. Al final de la noche regresa a casa sin más respuestas a sus preguntas, se le ha olvidado preguntarle, fue una agradable salida, no llego a resultar incómodo todo fluyó y se divirtió.

Tal vez no le importaría que fuese su alma gemela.




Harry frunce el ceño mirando la cafetería cuando Niall pasa a buscarlo para visitar a Louis en su cafetería, lo menos que se esperaba el rizado es que esa misma cafetería sea su favorita y no haya dado cuenta de que Louis era el dueño, nunca se lo encontró. No dijo nada de eso y bajo esperando que Niall bajara para poder caminar a su lado, sonrió cuando el aroma y la calidez lo abrazaron al entrar, su lugar favorito y el dueño podría ser su destinado. Cada día se ponía más difícil la situación.

En otra circunstancia o en otro momento, caminaría y pediría un café ahora seguía a Niall como si también fuese el dueño el lugar. Se sentaron en una de las mesas de al fondo esperando por Louis. Harry movía los pies constantemente, estaba nervioso porque aunque había un porcentaje de que él pudiese ser su alma gemela, solo era cuestión de preguntar, porque era totalmente improbable tener dos destinados y sabe que algo debe haber pasado ahí que los hizo confundirse, posiblemente Louis lo encontró en otro momento de la noche.

Cuando Louis salió de su oficina es que Harry conecto aquellos puntos, el hombre que siempre veía de espaldas y se intereso era Louis y ahora tenía un rostro. Bajo la mirada algo nervioso.

—Hola, ¿Qué hacen aquí? Lo digo porque Niall lleva meses sin pisar mi cafetería—Louis bromea antes de que su mirada cayera en él—. Harry, es un gusto verte de nuevo. ¿Desean algo?

—Sí, claro—Harry murmuro.

—Vine porque hace tiempo no venía y de paso traje a Harry.

Louis asiente antes de pedirle alguna de las meseras que les tomaran su pedido. Harry pide lo de siempre sonrojándose cuando da su orden tal cual, Niall alza una ceja y pide tan solo una vaso de té helado. Louis se sienta frente a él y Niall soltando un suspiro cansado, Harry le sonríe amablemente cuando obtiene su pedido, toma pequeños sorbos obteniéndose de soltar su amor por la cafetería. Se centra en Louis mientras esté les habla sobre su día y algunas cosas de la cafetería. Sus ojos son preciosos, ojos profundos azules y las líneas que se marcan en su frente cuando frunce el ceño lo hacen lucir atractivo, su mandíbula se aprieta y luego se relaja.

Antes de salir comprobó sus ojos una vez más, verdes, ya no eran ese tono de gris feo que lo deprimía, sus ojos ahora eran iluminados por este hermoso color y Louis parece irle bien con su color, combinaba con lo que traía puesto y por el color de la pared.

La mirada de Louis cayó un momento largo en la suya, antes de verlo mirar de nuevo hacia Niall. Sus mejillas se sentían incendiarse, y saber que Louis y el hombre del que se intereso eran él mismos lo hacía sonrojarse más de lo que ya lo hacía.

—Iré al baño, en un momento vuelvo—Niall aviso mirándolo fijamente a él.

Sabe a qué se refiere con aquella mirada, pero sinceramente Harry está un poco intimidado por el castaño. El día de la fiesta parecía relajado, divertido y amable, tal vez porque llevaba unas copas encima, pero ahora con esa ropa, siendo el dueño de su cafetería favorita, lo hacía sentir intimidado y sin saber cómo explicarse.

Cuando Niall se fue, la mesa quedó en completo silencio, ignorando aquellos susurros y el bullicio de la cafetería. Harry bebió un poco de su café con la imponente mirada de Louis encima. Bajo la bebida y no pudo evitar reír.

—¿De qué te ríes ricitos?

Harry detuvo sus risas negando. —Es solo que tengo un pequeño momento fangirl en mi interior. Es solo que tú cafetería es mi favorita, vengo toda las mañanas para desayunar, obtener este delicioso café y trabajar un poco antes de irme a mi trabajo.

Louis alza las cejas un poco sorprendido y una sonrisa orgullosa y narcisista se plasma en su rostro. Recarga sus brazos en la mesa para inclinarse y mirarlo a los ojos. Es intimidante si se lo propone y Harry lo único que alcanza hacer es llevarse su vaso de café a los labios bebiendo traguitos ante la mirada el castaño. Ya no sabe si debió de soltar eso, cuando lo miro se dijo que lo mantendría para sí mismo pero parece que no ha medido sus palabras o simplemente no las ha contenido.

—¿Si?

—Sí, créeme. Pregúntales a tus trabajadores.

—Te creo—Louis ríe recargándose en la silla—. Nunca te había notado, tal vez solo ha esos ricitos. Prometo que mañana todo lo que pidas corre por la cuenta de la casa, después de todo eres un cliente frecuente, me gustaría que siguieras viniendo.

Harry desvía la mirada sintiendo las mejillas quemarles. ¿Acaso eso fue coqueteo? Porque ahora mismo el rizado estaba hirviendo. Los ojos de Louis eran coquetos, suaves y podría ser su alma gemela.

—¿Me harás compañía?

Ni siquiera sabe cómo logra soltar ese coqueteo, esa propuesta, pero se recuerda que aún debe preguntarle sobre cuando ha encontrado a su alma gemela y parece que Niall no está dispuesto a esperar más tiempo en el baño, así que es mejor hablar a solas y no le importaría conocer más a Louis.

—Por supuesto. Déjame invitarte mañana ¿Si?

—Sí—se muerde los labios—. Solo quiero decir que has hecho un gran trabajo, tu cafetería es mi lugar favorito y el café es mi es delicioso.

—No sabes cómo me alegra escuchar esto ¿Sabes?—Louis se inclina más para sonreírle.

—Volví—Niall se deja caer a su lado.

Harry deja escapar un gemido frustrado. Realmente le estaba agradando el camino en que conducía su plática, pero parece que no importa porque mañana tiene una salida con Louis.

Empuja las puertas amando el aroma en que se envuelve, muerde su labio al ver que Louis no está en ninguna parte. Su mirada recorre cada espacio sin encontrarse con aquellos ojos azules que cambiaron un día. No se imagina a Louis teniendo ojos grises porque son sus ojos son tan especiales y no combinarían con nada de lo que trajera puesto. El rizado suspira mirando su teléfono, viendo cómo su teléfono brillaba ante una notificación de Nathan, lo está invitando a salir de nuevo y Harry no sabe si debe aceptar aún, está tomando su tiempo para ver si tiene un espacio hoy. Lo guarda en su bolsillo y camina hasta el mostrador.

Sonríe ante la amabilidad del barista. Pide lo de siempre, sin tantas complicaciones.

—Aquí tiene—el chico le empuja con suavidad su pedido, el café que pidió y la rebanada de tarta—. Es por parte de la casa.

Es lo único que dice el chico. Harry se queda unos largo segundos plasmado en confusión, pero la insistencia del cliente de atrás lo hace tomar sus cosas y murmurar un agradecimiento. Louis dijo que lo que pudiera sería por parte del lugar, pero no pensó que lo recordará. Sonríe ligeramente antes de buscar una mesa vacía. Abre la laptop sobre la mesa presionando en el archivo en el cual está trabajando.

El tiempo se pasa volando y el tiempo pasa con el mismo ritmo de siempre, pero Harry solo tiene que mirar la hora para darse cuenta de que ha pasado un tiempo considerable sentado ahí en la cafetería. A veces tenía ese pensamiento de que en algún momento alguien le dirá que deberá pagar algo de dinero por permanecer mucho tiempo ahí, sabe que está aprovechando aquella hospitalidad, demasiado diría Harry. Sin embargo, el lugar es calmado, el aroma delicioso lo envuelve y lo hace sentir cálido que no le permite sentirse mal.

Mientras trabaja y sus dedos se mueven con tantas rapidez sobre las teclas de su computadora, de vez en cuando se lleva el café a los labios tomando pequeños sorbos. Harry se sobresalta cuando escucha el carraspeó de alguien frente a él.

Se encuentra con estos profundos ojos azules.

—Veo que fuiste honesto—Louis dice divertido.

Está vez luce un poco más informal. Unos jeans, una sudadera algo grande para su tamaño. A simple vista no parece ser el dueño del lugar, sino más bien, un fanático del café.

—Amo tu cafetería—deja escapar esa confesión—. Y gracias por el café y por todo.

—No es nada. Me agrada escuchar que mi cafetería es tu lugar seguro o bueno...para venir a trabajar.

Ríe cerrando la computadora para centrarse en el castaño. Sus miradas se encuentran, buscando alguna señal que los haga clarecer todas aquellas dudas que perturbaban sus noches. Se le sonrojan las mejillas y quizás hasta las orejas ante la mirada de Louis sobre él.

—Sabes, aunque vengo con frecuencia nunca te había visto—sonríe aligerando el momento entre ellos.

—Lo que sucede es que hay otros cincos de estos en toda la ciudad—Louis sonríe orgulloso. Harry también lo estaría—, y esto es una herencia de mis abuelos, aunque no es lo que más me apasiona, me gusta tenerlos porque me recuerdan a aquellos momentos de infancia. Pase demasiado tiempo rodeado de esto, el aroma a café y antes de ser dueño, fui barista. Una completa experiencia, pero me di cuenta de que me apasionaba hacer otra cosa y simplemente no podía dejar de encargarme de las cafeterías.

Harry sonríe ligeramente. El castaño parece orgulloso de cómo ha hecho las cosas, y él también lo estaría si estuviese en su lugar.

—Has hecho un gran trabajo—bebe un poco de su café.

—Gracias, me alegra escucharlo—Louis sonríe inclinándose—. ¿Y tú? ¿Cuando tú amor por el café?

Harry ríe. —Uhm creo que desde que era pequeño, tal vez unos nueve u ocho años. Mi madre siempre preparaba café por las noches, simplemente le tome el cariño y me recuerda a ella.

—Es muy dulce—se le forma pequeñas arruguitas a los lado de sus ojos—. ¿Qué tal otro café?

—Sí, eso me gustaría.

—¿Siempre tomas el mismo?—Louis de levanta. Harry asiente—. Déjame recomendarte otro, seguro te termina gustando.

—Confiare en ti, Louis.

Dice derrotado. Louis le guiña un ojo alejándose para ir al mostrador, se muerde los labios sonriendo sin poder contenerlo. Estar con Louis es sencillo y sin complicaciones.

Harry se detiene y la sonrisa que portaba en el rostro decae cuando entra al lugar. Niall lo ha invitado a una reunión, y claro se le olvidó por completo que ahí estarían Louis y Nathan. Al momento en que está dentro el pelinegro le sonríe y le hace una señal para que se acercara a él, del otro lado está Louis luciendo atractivo con su ropa informal, el cabello revuelto y bebiendo una copa. No sabe si debería ir hasta Nathan, no ser grosero y no dejarlo plantado o si ir hacia Louis, saludarlo y dale las gracias por el café y los pastelitos gratis. Ese día Harry llegó más tarde de lo normal al trabajo, el tiempo hablando con Louis se le fue tan rápido, que cuando se di cuenta ya estaba llegando tarde el castaño soltó una carcajada y le guiño el ojo antes de correr hacia su auto.

Termina caminando hasta Nathan. El chico le sonríe y lo abraza rápidamente. ¿Cómo puede saber cuál de los dos es su destinado? Sabe que debe preguntar, pero cada vez que lo intenta se le olvida o suceden otras cosas a su alrededor. A Nathan intento sacárselo por mensajes mientras hablaban por la tarde, el chico no contesto porque estaba ocupado y cuando lo hizo no contesto su pregunta. Harry refunfuño y lanzo su teléfono en la cama, con Louis no se ha dado la plática, demasiado inmerso en saber más de él, que de lo que en verdad importaba.

—¿Quieres una copa?—el chico pregunta.

—Sí, ¿Por qué no?

Harry suspira cuando sale de su vista y su mirada cae en Louis del otro lado del lugar. Le sorprende un poco y lo hace sonrojarse cuando se da cuenta de que también lo está mirando, alza una ceja divertido y Harry ríe por lo bajo. Miradas como si fueran secretas, de solo ellos dos. La confianza en tan solo pocos días de conocerse, tal vez se daba a la confianza que da el castaño o por lo amable y relajado que es.

—Aquí tienes—Harry aparto la mirada cuando Nathan se planto a su lado ofreciéndole un vaso.

—Gracias—lo tomo, sosteniéndolo fuerte mientras miraba de reojo a Louis, aunque ya no estaba a su vista.

—Que bueno que hayas venido—Harry lo mira mientras bebe de su vaso—. Me divierte hablar contigo, ¿Tal vez quieras salir de nuevo?

Harry baja la bebida asintiendo. Tal vez, está vez si pueda sacarle más información, no quería equivocarse y arruinar todo a la mitad del camino. Nathan le acaricio las mejillas, la explosión en sus mejillas eran grande, sus mejillas rojas siempre se hacían presente ante estas cosas, simplemente le era difícil de controlar.

—Iré a saludar a Niall—Se disculpa alejándose de Nathan.

Sonríe abrazando a su amigo cuando lo logra encontrar. Sus ojos caen de nuevo en Louis cuando Niall se aleja para ver algunas cosas. Parece que su amigo está haciendo de todo para darle aquella oportunidad para preguntar. Sus pasos dudan pero termina caminando hasta el castaño.

Louis lo mira de reojo unos segundos y luego mira hacia el frente. A veces resultaba intimidante otras veces amable, ahora mismo le resultaba intimidante.

—Louis.

—Harry—Louis inclina la cabeza mirándolo por debajo de esas largas pestañas.

—Resulta extraño, divertido, inusual—dice riendo, Louis no tarda en reír igual—, que ambos hemos sido amigos de Niall y solo hace una semana nos hemos conocido.

—Si bueno, ya sabes lo que dicen: algunas personas están destinadas a conocerse en cierto tiempo, momento, lugar.

Harry baja la mirada. Puede ser, pero sería más sencillo que el destino o el tiempo los haya puesto en otro momento, tal vez otro lugar, porque así no estaría en este enorme dilema de quién era su verdadera alma gemela.

—Supongo.

—¿Tu y Nathan son algo? Parecían cercanos hace rato—Louis pregunta con sutileza mientras se lleva su vaso a la boca.

Frunce su ceño. —Pensé que eran amigos.

—Sí, algo así. Yo lo llamaría conocido. Debido a Niall nos frecuentamos en los lugares, pero no nos vemos mucho.

Louis explica, sus ojos azules son más potentes. Sus cejas han caído y Harry trata de no quedárselo mirándolo tanto tiempo, solo lo prudente, pero su deseo es más grande.

—No, Nathan y yo solo somos amigos—Harry dice, olvidando el posiblemente es mi pareja destinada.

—Entiendo.

Louis no dice nada más, Harry tampoco intenta mantener una conversación, pero terminan mirándose fijamente antes de darse cuenta y desviar la mirada. El rizado huye de ahí, con las mejillas rojas, labios temblorosos y tratando de ignorar todo lo que está sintiendo, porque no quiere interesarse por ninguno, no cuando no sabe quién es su verdadera pareja destinada.

De algún modo termina teniendo una rutina con Louis, se encuentran en la cafetería, Harry pidiendo lo de siempre y Louis diciéndole a sus empleados que todo corre por su cuenta, a la quinta vez el rizado se vuelve hacia Louis regañándolo por no cobrarle, al final de tantos desacuerdos entre ellos el castaño le pide que le cobraría de otra manera. No va a mentir, tantas formas cruzaron por su cabeza pero sus labios lograron retenerlas para el mismo, era demasiado atrevido soltarlas. Louis le pidió que lo acompañará a desayunar todas las mañanas.

Lo logran, Harry por su parte porque ya le era una costumbre ir, parece que Louis hace un esfuerzo y trata de no sentirse especial al ver al castaño venir siempre cuando él mismo dijo que casi nunca venía, y menos tan temprano.

A veces se encuentra con Nathan salen a cenar o caminar por la ciudad. Harry lo considera en plan de amigos, aún cuando aún intenta descifrar si Nathan es su verdadero destinado o si lo es Louis.

Al final del día Harry siempre llega a casa y cuando está a punto de quedarse dormido, pide que su destinado sea Louis que eso le da una respuesta a todo y desear ir contra pronóstico. ¿Quién dice que debes permanecer con tu alma gemela destinada? Harry decidiría si al final su destinado no es la persona que él quiere.

Después de todo Louis parece ir en contra de las reglas, Harry podría hacerlo si así lo desea.

—Ven aquí, Harry—Louis lo llama desde el otro lado del mostrador.

—¿Me vas a dejar hacer un bebida?—pregunta con cierta emoción cuando le hace un lado. Harry no demora en entrar del otro lado y pararse al lado de Louis. El castaño toma un delantal y se lo pasa por la cabeza y lo termina amarrando por detrás. Tiene el logo en medio, es verde y a Harry le gusta como se ve.

—¿Listo?—Louis le da la vuelta.

Asiente emocionado, sin ocultar aquellas emociones. Nunca ha hecho un café, no con todas esas cosas que le ponen. Louis lo acerca y se encarga de explicarle el procedimiento para hacer un caramelo frappucino, Harry asiente desplazándose en el lugar y siguiendo las indicaciones de Louis, parece que fue honesto cuando dijo que antes de ser el dueño, fue barista, se sabía todo de memoria.

Agradecía que a estas horas del día, no haya tanto clientes que le permiten arruinar un poco el espacio donde estaba preparando el café. Sonrió orgulloso cuando terminó y coloco la tapa y el popote.

—¿Y bien?

Se lleva el popote a la boca para probar. Cierra los ojos cuando lo dulce toca su paladar. Harry no es fanático de lo dulce, solo ama su café latte con más leche que café, pero este especialmente es bueno. Le lleva el popote a Louis a los labios, sin pensar demasiado.

—Delicioso—murmura con cierto tono de orgullo presenté en su voz—. Ahora quiero que lo pruebes tu.

Rodó los ojos, pero se inclino capturando el popote entre sus labios y dio pequeños sorbos. Harry se sentía un poco nervioso y no sabía porque solo quería que fuese de su agrado, hacer las cosas bien.

—Sí, tienes razón. Delicioso—Louis se alejo riendo—. Podría contratarte. Lo tienes todo.

Harry suelta una carcajada sonrojado. —Uhm no creo que sea una buena idea ser barista, tengo un título profesional ¿Sabes?

Louis rueda los ojos apoyando una de sus manos en la barra para inclinarse más en Harry. Demasiado cerca como para que pudiera escuchar a la perfección los latidos de su corazón. De cerca los ojos del castaño lucían simplemente espectaculares. Tan azules.

—No hablo de que sea barista—Explico—. Me dijiste que estudiaste administración de empresas, entonces eres de utilidad y tengo cinco de estás en toda la ciudad. Me serías de gran ayuda.

Louis parecía hablar totalmente en serio, sin ese tono divertido. Harry bajo la vista. Era un oferta tentadora, su trabajo no era lo que él quería, simplemente tomo la oportunidad en el momento y él amaba está cafetería, y amaría ayudar a Louis con todo. Ser ese sostén. De todas formas pasaba mucho tiempo aquí, amaba el lugar y Louis le está ofreciendo algo. Sin embargo, no puede tomar la decisión ahora.

Suspira dejando caer la cabeza sobre el hombro de Louis. Siente sus brazos sostenerlo en una especie de abrazo. ¿Es que Louis podía ser más maravilloso? Era un alma gemela perfecta, pero no está aún seguro si es la suya.

—Déjame pensarlo.

—Puedes tomarte todo el tiempo que desees. Cuando quieras dime y arreglamos todo.

Harry asiente sin despejarse, tan solo permanece ahí hasta que sus mejillas se calmaran y esa sonrisa boba se borrara o incluso la mariposas y el latido de su corazón desesperado cesarán.

Se quitó las botas antes de dejarse caer en el sillón mientras esperaba a que Louis regrese. Su mirada recorre el espacio de Louis, Harry imagino con todo el dinero que tenía el castaño, pensó que tendría una casa o un departamento más grande y lujoso, pero era todo lo contrario, tenía un departamento en una buena zona, cara y con una buena seguridad, pero su departamento era bonito, algunas habitaciones y sencillo, muy él. A Harry le gustaba.

Louis le sonríe subiéndose al sofá subiendo sus pies, Harry copia su acto, acomodándose mejor. Era la primera vez que el castaño lo invitaba a su departamento, no le tomo mucho tiempo.

Cenan mientras ven una película, pero se terminan olvidándose de eso cuando Louis le cuenta sobre sus adolescencia y sus locuras. Harry ríe incontables veces que sus ojos lagrimean, sus mejillas se vuelven rojas y duelen y Louis parece feliz y orgulloso por hacerlo deshacerse de risas constantes.

—Dios, me habría gustado conocerte en ese tiempo—Harry ríe. Louis alza una ceja.

—Créeme me creerías un irritante.

—No lo creo—Harry deja su plato vacío en la mesita pequeña que está frente a él. Sonrojándose—. Estoy seguro que me habría enamorado de ti.

Se le sale esa declaración de los labios. Se tensa sonrojándose furiosamente, parece que no sabe cómo guardarse las cosas para así mismo. Louis ríe antes de lanzarse sobre él y hacerlo caer, Louis se encuentra sobre él con las manos a los lados de su cabeza, con unos pocos centímetros de distancia entre sus labios.

—¿Si? ¿Estás diciendo que no lo harías ahora?—Louis pregunta con un susurro bajo.

Hay luces tenues iluminando el lugar, están calientitos y cálidos entre ellos y el sonido de la televisión inunda ese espacio. Y en lo único en que puede centrar su atención es en tres cosas; los labios entre abiertos de Louis, en lo profundo que lucen sus ojos, como si quisieran decir algo que él no puede lograr descifrar aún, y en lo que está deseando y sintiendo ahora. Solo necesita que se besen, que estén cerca.

Lo miró a los ojos tragando saliva. A este punto Harry sabe lo que quiere, que no le importa como sean las reglas, la cosa de los destinados o si Louis lo era, pero lo único que tenía claro era que Louis era su destinado, porque así lo ha decido su corazón

—Yo uhm. Ya lo estoy—muerde con fuerza sus labios.

Louis abre más los ojos sin creer lo que ha salido de sus labios, pero no tarda en inclinarse y capturar sus labios. Harry respira por la boca por la sorpresa que hace alejar a Louis y reír. Una vez que lo ve respirar normal lo vuelve a besar, está vez en un movimiento de labios suave, sencillo y las manos de Harry suben hasta el cabello de Louis y hunde sus dedos en las hebras castañas y suaves.

Solo es un beso lleno de tantas cosas que Harry no puede precisar, pero que le genera tantas emociones que no se centra en otra cosa que seguir besando a Louis.

Louis se aleja pero se mantiene cerca, pero él permanece con los ojos cerrados. Cuando los abre Louis abre los ojos sorprendido.

—¿Qué?

—Wow—se inclina dejando un beso en sus labios—. Simplemente no sabía que podía suceder eso. Tus ojos cambiaron por un momento a azules.

Harry lo empuja con suavidad para poder sentarse y pensar en lo que ha dicho Louis. ¿Sus ojos han cambiado a azules por unos momentos?

—¿En serio?

—Sí, fue tan rápido, pero fue claro—Louis sonríe.

Harry parpadea procesando aquella información. No necesitaba ser tan inteligente para conectar por si mismo aquellos puntos, esto debería ser una cosa de destinado y ha sucedido en presencia de Louis que solo significa una cosa. Se sienta en el regazo de Louis abrazándolo.

—¿Eso quiere decir que somos destinados?—Harry frunce su ceño—, Pero y Nathan.

—¿De qué hablas, cariño?—Louis pregunta confundido pero la sonrisa no se le borra—. Pensé que ya sabías que éramos destinado.

—¿Tu lo sabías?—alza la mirada.

—Sí, mis ojos cambiaron cuando te vi—Louis le acaricia con suavidad los muslos—. Cuando sucedió el apagón y nos presentaron y luego te fuiste una amiga vio que mis ojos cambiaron. Simplemente fuiste el único que vi antes de ella. No te dije nada porque no te logre encontrar, luego viniste con Niall y no quería asustarte o presionarte. Pensé que ya sabías. ¿Qué sucede con Nathan?

Harry ríe sonrojándose antes el tono de Louis. Parecía celoso y Harry no podía evitar tener esas reacciones. Estaba demasiado contento de que Louis sea su verdadero destinado.

—Pensé que él podría también ser mi destinado. Fue a los únicos que vi ese día y él dijo que no se dio cuenta de que cambiaron de color y Niall dijo que él los tenía grises.

—Nathan ya había encontrado a su destinado, no sé cómo sucedieron las cosas pero se perdieron. Niall no había visto a Nathan hace dos semanas, supongo que concluyó que no había buscado a su destinado y pensó que él podría serlo.

Deja caer la cabeza en el pecho de Louis soltando un lloriqueo. De que mata a Niall lo mata. Es que como no le dijo que no había visto al chico hace como dos semanas, como no pensó que en ese tiempo pudo haber encontrado a su destinado. Escucha a Louis soltar una risitas y sentir sus dedos jugar con sus rizos.

—¿Estás decepcionado de que sea tu destinado?

Harry alza la cabeza negando. —No, yo... Estoy tan feliz de que lo seas, solo quería que tú lo fueras. Solo me hubiese ahorrado tantas cosas por esta confusión ¿Sabes?

—Sí, posiblemente—Louis se inclino capturando sus labios—. Muchas cosas, pero lo importante es que somos destinados y estamos enamorados.

Harry alzó la vista con ojos brillantes, labios rojos temblorosos y una vida por delante con Louis.

Harry sale de la oficina de Louis cuando su reserva de café se agota. El chico detrás del mostrador asiente y le rellena su vaso, café calientito para estas épocas de frío. Harry se da la vuelta observando como a cambiado el lugar, ahora da más vibras hogareñas, algo de Harry y Louis. No le tomo mucho tiempo decidir que quería trabajar en la cafetería, con un puesto bueno y amando trabajar en este maravilloso lugar que le trae tantos recuerdos.

Harry sale de sus pensamientos cuando le deslizan su vaso de nuevo. Agradece antes de ser capturado por estos pequeños bracitos. Sonríe con felicidad bajando la mirada para encontrarse con sus dos pequeños hijos, deja su café sobre el mostrador y se agacha para besar la frente de sus pequeños.

—¡Papi!—Su pequeño hijo de dos años pide ser abrazado.

—Hola, mi amor—Dice dulcemente para tomar a su bebé en brazos, una vez que se cerciora que lo sostiene bien, toma la mano de su otro pequeño, de cinco años. Lo guía hacia una mesa desocupada y los hace sentarse ahí.

Louis llega con la respiración algo agitada y una expresión de enfado y felicidad. Parece que sus hijos estaban demasiados emocionados por volver a la cafetería, ese lugar era su segunda casa y Louis quería envolverlos en este lugar como lo hicieron con él, aún cuando apenas están pequeñitos pero les quiere dar los mismos buenos recuerdos que él tuvo de pequeño.

Se acerca a su esposo besando suavemente sus labios. Louis era más allá de eso, era su alma gemela y el padre de sus hijos.

—Louis—murmura—, los extrañe. Gracias por traerlos.

—Nosotros te extraños más a ti—Louis ríe acercándolo para besarse sin hacerlo tan profundo—. Que lindo te vez trabajando, atendiendo nuestra cafetería y al mismo tiempo siendo padre.

—¿Si?—Harry pregunta mirando brevemente a sus pequeños—. Todo lo hago gracias al amor y el apoyo que me da mi destinado.

—No sabes cómo agradezco que tú seas mi destinado.

Harry le sonríe antes de volver acortar el espacio. Al final del día pasan un tiempo en la cafetería, sus niños probando unos nuevos postres, porque antes de sacarlos a la venta tenían que pasa por varios filtros, uno de ellos era la aprobación de sus hijos. Después regresaron a casa y tuvieron un tiempo en familia.

Harry no era alguien tan paciente, pero cuando encontró a Louis y las cosas se dieron eventualmente entiendo que uno encuentra a su destinado en el tiempo perfecto y correcto.

Justo como encontró al suyo.

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