Behind your actions and those blue eyes
Cada vez que está en su forma de conejo, Louis lo termina atacando sin saber que detrás de sus actos se encuentra una bonita razón
Tag: Híbridos, Larry adolescentes, Harry conejo, Louis zorro.
Dedicado a _Lucero13 y a Danielaalejandra930 que fueron las personitas que comentaron este concepto.
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El pequeño conejo se encontraba brincando entre la alta yerba con cierta emoción. Y es que cada vez que su madre visitaba a su amiga aprovechaba ir con ella y brincar y recorrer el inmenso campo que tenían como casa, aún cuando odiaba encontrarse con Louis, el hijo de la amiga de su madre. Ya era mucho encontrárselo en la escuela como para encontrárselo en otra parte, no tenían los mejores comienzos en absoluto, pero eso no le importaba, se arriesgaba para venir y convertirse en su forma de conejo y brincar por el campo, ahí entre las flores y entre las hierbas altas. Además de que el lugar tenía cosechas de frutas y vegetales y Jay siempre lo dejo tomar cuántas veces quiera de esas cosas. No perdía oportunidad de venir con su madre cuando Jay los invitaba al té o almorzar, aún cuando no soportaba a cierto ojiazul, no dejaba de venir.
Harry se detuvo alzando las orejas en alto, su nariz se movía rápidamente olisqueando el lugar cuando un rico aroma a fresas plasmo sus sentidos. Brinco con alegría hasta las cosechas y antes de que pudiese tomar alguna entre sus manos y comer fue lanzado hasta el suelo e inmovilizado. No tenía que abrir los ojos para saber quién lo ha lanzado al suelo.
Sus ojos se encontraron con Louis en su forma de zorro. Tenía los ojos brillantes, las orejas levantadas y la cabeza en alto, como si su acto fuera de orgullo. Y Harry solo era un simple conejo para poder defenderse de lo que era Louis.
No entendía porque se encontraban en esta situación varias veces. La primera vez que vino estaba brincando de un lado cuando Louis lo atacó y él no evito gritar con todas sus fuerzas ocasionando que la madre de Louis saliera con preocupación y tomara al pequeño zorro de la oreja mientras lo zarandeaba y lo terminó castigando dejándolo encerrado en su habitación. Cuando se dio cuenta de que estudiaban en el mismo lugar, el ojiazul no dejo de seguirlo a todas partes y cuando estaba en su modo conejo Louis terminaba atacándolo. Justo como lo hacía en esos momentos.
—¡Suéltame!
Louis lo olisqueo jugando con sus orejas haciéndole cosquillas. El castaño siempre estaba al acecho y Harry era su presa.
—¿Por qué haría algo como eso? Podría comerte de un solo bocado, solo eres un pequeño conejito indefenso.
—Tu madre te mataría si me hicieras algo—le recordó mientras trataba de deshacerse del agarre del zorro.
—¿Y crees qué se va a dar cuenta?
—Lo hará, lo sé—sonrió arrogante—. Ahora suéltame o le diré a tu madre para que te encierre como cuando eras un niño.
—Muy divertido.
Harry chilló cuando Louis lo empezó a olisquear y empujar su nariz por sus suaves orejas. El conejito intentaba patearlo con todas sus fuerzas, pero era en vano, Louis era demasiado fuerte como para que una de sus patadas pudiese lastimarlo. De un momento a otro empezó a reír porque la nariz le ocasionaba cosquillas y más si jugaban con sus orejas. Odiaba que hicieran eso, lo hacía sentir pequeño, aunque lo fuese en ese estado, y lo hacía sentirse débil y más ante Louis. No quería reaccionar a su toque, pero lo hacía.
El castaño siempre buscaba mostrarle que tan fuerte era, que tan ágil y que tan superior se creía a su comparación y Harry sabía muy bien que estaban en diferentes escalones. Él sin duda es un conejito pequeño, solo brincaba, pero era el más ágil y comía muchas zanahorias y fresas, pero cuando era mitad humano y conejo al mismo tiempo era muy bueno en varias cosas. Sus profesores siempre lo halagaban por sus excelentes notas.
Solo era un pequeño conejo esponjoso, con el pelo suave y largo, con ojos grandes verdes. En cambio Louis era un zorro rojizo, con los ojos azules y mostrando esos dientes filosos como si quisiera lograr algo en él. Quizás miedo y temor.
Louis alzó la cabeza y al mismo tiempo alzó sus orejas estando atento a su alrededor. El conejo pudo escuchar a lo lejos la voz de la madre de Louis llamarlos a ambos. Sonrió triunfante cuando el ojiazul soltó un gruñido y lo soltó.
—Eres un bruto.
—¿Cómo me llamaste, conejito?—el zorro entre cerró los ojos y empezó a dar pasos hacia él.
Okey eso era nuevo. Louis nunca lo había llamado conejito, siempre había sido Harry, el hijo de Anne, el conejo torpe, nunca conejito. Ignoró por completo la forma en que el castaño lo llamo para dar pasos asustado. Podría decirle cosas, odiarse, pero era un ser indefenso y en cualquier arrebato Louis podría comerlo. De eso está seguro y él no va a exponerse a esos extremos, lo único que lo calmaba es que la madre de Louis lo reprendía cada vez que el ojiazul lo ofendía.
Aún sintiendo demasiado miedo alzó la cabeza y repitió—: Eres un bruto.
—Cuida tus palabras.
—Como si me importará—se quejo antes de mirarse. Ya se encontraba completamente sucio, Louis lo lanzo contra la tierra y ya no estaba blanco ahora simplemente estaba sucio con partes cafés en el cuerpo.
Le saco la lengua dándose la vuelta soltando un suspiro tembloroso, siempre terminaba asustado cuando Louis lo empujaba cuesta a abajo. Después de todo era por naturaleza un cazador y él era la presa, así de sencillo, aún cuando el castaño tenía mucho autocontrol, aún le asustaba que le hiciera algo.
Lo escuchó resoplar detrás de él antes de darse la vuelta y verlo en su forma humana. Tenía el cabello desprolijo y las orejas hacia abajo, sus mejillas estaban sonrojadas y Harry rodó los ojos antes de convertirse y se acaricio las orejas que sobre salían de su cabello, ahí donde Louis jugó.
Louis empujo su hombro y paso junto a él. Lo miro confundido hasta que lo vio tomar unas cuantas fresas y empujarlas hacia él, alzó la mirada un tanto sorprendido pero no dudo en ningún segundo en tomarlas y llevarse una a la boca. Las amaba con todo su ser y siempre se abastecía cuando venía aquí porque eran más dulces y más ricas.
—¡Chicos, vengan!
Ambos alzaron la cabeza ahora si viendo perfectamente a Jay alzando la mano en señal de que regresarán a la casa.
—Hay que volver—Louis aviso antes de empezar a caminar por el campo.
Harry espero a que estuviera un poco más lejos para tomar un par de fresas más y guardarlas en una bolsa de tela que trajo consigo, antes de empezar a caminar unos metros detrás del castaño. Sonrió deteniéndose cuando entro en la puerta de la cocina que daba directamente hacia afuera y vio a Jay y a su madre sentadas en la mesa de la cocina y aun lado de Louis una silla vacía. Parece que van a comer de nuevo en la cocina, solo eran ellos y le tocará sentarse al lado del castaño una vez más.
Suspiró para sus adentro antes de dejarse caer en la silla y recargar sus codos en la mesa y apoyar su cabeza en la palma de sus manos.
—Ladrón—Louis se inclino hacia el susurrándole antes de llevar su mano en sus orejas y de paso acariciar sus rizos.
—Tu madre siempre me deja llevarme las fresas que yo quiera—respondió secamente antes de mirar a la madre de Louis y hacer ojitos de cachorro—. ¿Verdad, Jay?
—Claro que sí, cariño. Louis deja de molestar a Harry.
Louis alejo su mano enfadado. Cruzó las manos por encima y se dedicó a comer sin intercambiar mirada con nadie en la mesa, aunque Harry tampoco lo hacía, sus madre hablaban de cosas aburridas y que muchas veces no entendía, por lo que siempre encontraba interesante lo que le sirvieron de almorzar está vez. Una ensalada completa, muchos vegetales y Harry los adoraba porque siempre estaban frescos. Bebió un poco de jugo de naranja encontrándose a su paso con la mirada de Louis.
Se sostuvieron la mirada por un rato. Siempre le entraba curiosidad por saber que tanto pasaba por la cabeza de ese tonto zorro. Siempre tenía las cejas fruncidas y los ojos profundos sin pestañar ni en un solo momento. Harry le rodó los ojos antes de dedicarle a comer y levantarse para lavar los platos y salir de nuevo empezando a caminar por el lugar en donde la señora Tomlinson tenía plantadas sus flores. Flores de varios colores y tipos.
Suspiró antes de que su mano fuera tomada y ser jalado por el campo. Se sorprendió al encontrarse con Louis, se fijó en las orejas de Louis y la larga cola, pero se detuvo de golpe asustado.
—Louis.
—Vamos—le jaló el brazo de nuevo—. Iremos a apreciar el atardecer, está a punto de suceder.
—Pero.
—Te va a gustar, incluso hay más flores en dónde te llevaré—insistió.
Por primera vez confío en las palabras de Louis y lo siguió, ignorando el hecho de que estaba entrando un caos. Su corazón empezó a latir con fuerza y no podía apartar la mirada de sus manos entrelazadas y como el tacto de Louis era suave y ligero, nunca era fuerte. Siguió sus pasos mientras miraba a su alrededor, nunca iba más allá, siempre se quedaba cerca de la casa del castaño, pero ahora estaban caminando un poco más lejos.
Harry se sonrojo mirando sus manos por cuarta ocasión antes de prestar atención al lugar. El campo siempre le ha gustado, pero lamentablemente vivía en la ciudad y venía cuando la familia Tomlinson venía en las vacaciones o cuando había varios días de descanso. Cómo sucedía está vez, tenían unos cuatro días libres y aprovecharon en venir.
Louis se detuvo acercándolo para que mirara las flores que crecían en la tierra. Flores altas y bonita. El castaño nunca dejo su mano, solo lo acerco pero afianzó el agarre entre ellos dos y Harry estaba empezándose a confundir por completo. Lo dejo pasar por el momento para centrarse en las flores.
—Ven, ya está a punto de ocultarse el sol.
Harry lo miro asintiendo antes de retomar su caminata. Unos cuantos segundos después llegaron al lugar indicado y Louis los termino llevando abajo a ambos, una vez más, solo que esta vez para sentarse del lado del otro. Esperaba que sus manos se soltaran pero Louis parecía que no tenía planes para hacerlo. Nunca lo miro solo estaba centrado en frente y haría lo mismo pero estaba muy ocupado mirando las orejas de Louis antes de atreverse a llevar su mano libre ahí acariciando. Tenía las orejas y el cabello suave.
Escucho su gruñido antes de sentir su mano tomar la suya y bajarla.
—Tienes que verlo—Louis señaló mirándolo está vez—. Luego puedes jugar con mis orejas.
Harry no chisto, regreso su mirada en frente mirando como lentamente el cielo estaba en tonalidades naranjas y como el cielo estaba despejado por completo. Sin pensarlo mucho dejó caer la cabeza en el hombro del castaño riendo cuando sintió su cola moverse de un lado a otro y golpearle la espalda, pero ninguno dijo nada más, solo disfrutaron de ver cómo poco a poco el sol se ocultaba por el horizonte y como el cielo empezaba a oscurecer solo un poco.
Le agradaba la noche por supuesto, pero estando en el campo no, los mosquitos y los insectos era una cosa horrible de la cual siempre escapaba, pero estando sentado al lado de Louis con la cabeza en su hombro mirando como el sol se ocultaba no parecía ser tan malo.
Una vez que el sol se oculto por completo regresaron adentro de la casa y se sentaron en las sillas altas de la cocina mientras Louis le enseñaba a hacer mermelada de fresa, en todo momento estuvo atento y termino echándose a reír cuando la cola del ojiazul se movía de un lado a otro.
Louis termino saliendo de la cocina furioso.
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Una vez que tuvo un descanso de sus clases camino junto con Niall, quién era un híbrido conejo, solo que era de color gris con ojos azules, casi idénticos a los de Louis y prefería más estar en su forma humana que convertirse en conejo, a excepción cuando era invierno, ahí el pelaje le ayudaba a pasar el frío y más con lo friolento que es. Siempre tiritaba cuando la brisa helada impactaba contra él. Caminaron hasta que llegaron al patio de su escuela dejándose caer en el césped antes de ver cómo Liam caminaba hasta ellos, Harry le sonrió.
Liam era casi de los únicos zorros que le daba confianza, quitando a Louis porque tenía una cosa rara con el chico que ni el mismo se entendía por completo. Siempre le ha tenido miedo, y más porque cuando estaba calmado brincando entre la hierba buscaba el momento perfecto para brindarle encima y dejarle el corazón latiendo por el susto, pero ese último día, el día donde se sentaron juntos a apreciar el atardecer y en dónde el castaño le enseño hacer mermelada casera con su fruta favorita es que lo confundió por completo. Se había sentido protegido y relajado a su lado hasta que terminó yéndose molesto.
El pequeño zorro era una caja de sorpresas y confusiones. Eso Harry lo sabía muy bien, por momentos podría caerle bien y al siguiente odiarlo ante sus actitudes. No le gustaba cuando lo acechaba entre las hierbas y luego lo atacaba.
—¿Cómo les fue en sus pequeñas vacaciones?—fue lo que dijo Liam cuando llegó hasta ellos.
—Demasiado bien—el conejo de ojos azules respondió antes de codearlo con cierta diversión—. Y parece que a Harry le ha ido demasiado bien, más que a nosotros.
—¿Por qué lo dices?
Harry lo miró curioso con ojos entre cerrados. —Sí, ¿Por qué lo dices?
—Llegaste saltando, además Louis está mirando por aquí y tiene ojos asesinos.
Llevo su mirada por todo el lugar hasta encontrarse con la mirada del castaño, tenía el ceño fruncido, los ojos entre cerrados. Harry apartó la mirada confundido sin saber porque Louis estaba mirándolo de esa manera. ¿Debería estar asustado? ¿Está a punto de ser atacado de nuevo? Quizás lo último lo descarte. El castaño solo lo ataca cuando es un indefenso conejito.
No le prestó atención, ni le importaba saber porque Louis estaba de esa manera. Seguro no es algo bueno y es mejor mantener su postura. Regreso su atención a Niall rodando los ojos con fastidio.
—Tuve unas maravillosas vacaciones—Acepto con una leve sonrisa—. Vi un atardecer y comí muchas fresas, aunque ya no tengo.
—¿Entonces no tuvo nada que ver cierta persona?
Suspiró rendido. —No, Louis no tuvo nada que ver.
—¿Y por qué mira tanto aquí? Me asusta—Niall susurra.
—Deja de agobiar a Harry—Liam pide antes de apoyar su mano en el brazo del rizado.
Harry le agradece. A veces Niall hacia tantas preguntas como si él tuviera la respuesta de todas esas, aunque realmente tuvo unas buenas vacaciones por Louis. Él le enseño apreciar un bonito atardecer y hacer mermelada, era actos muy sencillos, pero Harry sintió su pecho arder de calor, al igual que sus mejillas.
Pasa su descanso con ambos chicos riendo por sus ocurrencias y hablando de cosas al azar.
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Harry suspiro guardando sus cosas para poder ir a casa. Parpadeo alzando la cabeza cuando sintió a alguien sentarse a su lado y el olor invadió sus sentidos y le recordó a Louis. El zorro siempre olía a hierba y tierra, era muy él, y no se sorprendió tanto encontrarlo a su lado, pero si un poquito al recordar que casi nunca se acercaban cuando estaban en la escuela. Solo intercambiaban palabras por sus madres, aunque no tan buenas porque terminaban disgustados con el otro.
Lo miró de reojo y siguió guardando sus cosas antes de darse la vuelta y encarar al castaño. No entendía porque estaba frente a él hasta que miro más allá de los ojos profundos que portaba. Se encontró con un par de fresa y la temperatura elevó en el lugar o simplemente eran sus mejillas tomando color, el conejo quiere pensar que era lo primero. Rezaba que fuese por eso.
Parpadeo antes de volver a mirar a Louis. Lucia tan tímido y avergonzado, no muy propio del zorro.
—¿Qué es eso?
—Fresas, claro está—Louis se burló.
Y ahí estaba Louis. Su timidez solo duró pocos segundos, Harry los contó mentalmente.
—Sé que son fresas, ¿Pero para quién son?
—Para ti.
Louis las extendió hasta él y Harry las miro desconfiando. ¿Qué estaba tramando el castaño? Nunca se ha acercado a hablarle y cuando lo hace le está regalando fresas, por supuesto que puede dudar. El zorro rodó los ojos e insistió de nuevo.
—No te harán nada, solo tómalas.
Y Harry podría dudar, podría haber dicho que no aceptaría nada de lo que Louis le diera, pero eran fresas y eran de sus frutas favoritas y va a pasar un tiempo largo desde que vaya de nuevo a la casa de campo de la familia Tomlinson, que no dudo en rendirse y tomar las fresas de las manos del castaño y guardarlas a salvó en su mochila. El ojiazul no se movió ni un milímetros y todos ya se habían ido del salón que solo quedan ellos dos.
Suspiró bajando la mirada. —Gracias, Louis.
—No es nada—dijo altivamente alzando su mentón—. Uhm ¿Tú y ese zorro son muy amigos?
—¿Hablas de Liam?
—Sí—asintió confundido.
—Lo somos.
—Entiendo—Louis entre cerró los ojos hacía él—. ¿Te gusta?
Abrió los ojos alarmado negando varias veces. Podría ser muy amigo de Liam, pero nunca le podría gustar lo ve como un amigo y nada más, simplemente no entiende de dónde sacas las cosas Louis.
El zorro sonrió levemente. —¿No?
—No
—¿Seguro?—pregunto.
—¡Sí!
—¿Demasiado?—Louis entre cerró los ojos.
Harry se levantó enfadado tomando sus cosas y empujando un poco a Louis. Dios, sabía que Louis no venía para nada bueno, llegó con mentiras. Primero le ofreció las fresas solo para molestarlo. Típico de Louis.
A sus espaldas escuchó las risas de Louis y debería sentirse enfadado, pero relajo el rostro negando varias veces.
♡
Harry se encontraba demasiado emocionado. Era su cumpleaños número dieciséis y para su fortuna la señora Tomlinson le dejo celebrarlo en su casa de campo, aunque solo asistirán pocos amigos, estaba emocionado y demasiado contento en pasarla con ellos. Una vez que el auto se detuvo en la casa de campo de los Tomlinson, no dudo en bajar con rapidez entrando a la casa y recibir al momento abrazos de los Tomlinson, recibió con gusto todas esas muestras de afecto, aunque miro las escaleras esperando ver al zorro de ojos azules bajar las escaleras y recibir bonitos deseos de cumpleaños, pero nunca lo hizo.
No debería sentirse molesto por eso, porque ellos casi nunca se han llevado bien, pero una mueca se instalo en su rostro, aunque este no duró más de dos minutos antes de sonreír emocionado cuando su madre y la madre de Louis colocaron la mesa afuera, ahí en la extensión de campo y empezaron a acomodar los cubiertos. Tendría un tipo picnic, con esa bonita vista hacia el campo y el atardecer cuando sucediera. Desde que aprecio el atardecer con Louis, no quiso nada más de tener su almuerzo de cumpleaños justo cuando el sol se iba a ocultar.
Unas cuantas horas sus amigos llegaron instalándose en la mesa que estaba afuera y poco a poco las sillas se llenaron y en un par de momento Louis salió con el rostro serio, en ningún momento lo miro, solo se sentó en la silla que quedaba vacía y se dedicó a comer. Harry no quiso pensar más en la molestia del ojiazul porque siempre se encontraba de esa manera algunas veces y porque en verdad quería disfrutar de su almuerzo de cumpleaños.
—¡Vamos, Li!—Harry soltó de la silla tomando la mano de Liam para jalarlo.
—Harry...
—Por favor—soltó un puchero antes de mirar también a su demás amigos—. Por favor, chicos.
—Bien.
Le sonrió a Niall y empezaron a caminar hasta alejarse un poco de la mesa y de la casa de los Tomlinson. No tardó en que Harry los convenciera para transformarse y jugar juntos como unos pequeños niños, aunque solo se correteaban entre ellos. Harry se detuvo mirando desde lejos a Louis con las cejas alzadas alerta en cada momento y conocía a Louis como para saber que posiblemente lo terminaría atacando, esperaba que no lo hiciera hoy.
Ignoró a Louis por unos momentos y se dedico a brincar por todo el lugar alejándose un poco del lugar. Hasta que se perdió de todos y tuvo que mirar a su alrededor. Se le bajó la temperatura cuando miro a un zorro grande mirándolo con profundidad y Harry dio pequeños pasos y se convertiría de nuevo, pero estaba helado en su lugar, sin saber qué hacer.
Se asustó demasiado cuando el zorro empezó a dar pasos hacia él con ojos asesinos y dientes afilados. Escucho un gruñido que terminó asustando al zorro y lo miro alejarse de ahí. Suspiró mirando a Liam con agradecimiento antes de mirar detrás de su amigo encontrándose con Louis.
No tardaron en regresar a su forma humana y Liam lo abrazo con fuerza.
—¿Estás bien?
—Sí, yo uhm—balbuceo dejando caer la cabeza en el pecho de su amigo—, me asusté, pero estoy bien. Gracias, Liam, creo que sí no hubieses actuado rápido me habría pasado algo.
—Siempre voy a cuidar de ti.
Sonrió antes de alejarse al recordar que Louis estaba ahí. Sonrojado se alejo esperando encontrarse con Louis, pero para su decepción ya no estaba ahí. Bajo la mirada antes de escuchar a sus otros amigos y acercarse a la casa para resguardarse del peligro, más para un conejito cómo lo era él.
Terminaron sentado en el césped mientras tomaban algo y comían algunos snacks y se compartían historias. Harry no volvió a ver a Louis de nuevo. Estaba seguro que debería estar su habitación en cerrado, después de todo no se llevaba con sus amigos.
Cuando la noche cayó y todos se fueron, Harry entro a la cocina por un vaso de limonada antes de ver a sus madres en el living teniendo una agradable conversación y no quería interrumpirlas, así que subió las escaleras hasta la habitación de Louis tocando un par de veces.
—Adelante.
Abrió la puerta asomando la cabeza para encontrarse con Louis tapado casi por completo, con la habitación a oscuras y la mirada un tanto triste. Louis lo miro curioso sentándose al momento en que lo vio entrar y cerrar la puerta detrás de él. No dudo en caminar hacia él y subir a la cama. Se quedó ahí tímido, Louis alzó la ceja y bajo la mirada sonrojado. ¿Qué esperaba? ¿Qué Louis iniciará la conversación cuando él fue ahí en primer lugar?
—Uhm.
—¿Te divertiste mucho hoy?—pregunto antes.
—Sí, demasiado—sonrió suavemente—. ¿Y tú?
—La comida estaba deliciosa—el zorro se encogió de hombros.
Harry podía ver lo cansado que estaba porque sus ojos lucían así y su cabello hasta en todas direcciones, además que tenia la pijama puesta y Harry hace unos cuantos instantes se había puesto la suya. Se quedarían a dormir en casa de los Tomlinson y él no podía estar más que contento porque los desayunos eran los mejores y el silencio era sepulcral que dormía bien.
Louis lo miro antes de bajar la mirada y luego lo vio estirarse hasta la mesita de noche y sacar una caja con una bonita envoltura. Era un regalo, solo una caja pequeña. El ojiazul se la extendió con las mejillas rojas y las orejas caídas.
—Louis, no debiste—susurro tomando la caja con cierta timidez cubrir sus mejillas.
—No es nada. Lo vi y pensé en ti.
Le brillaron los ojos de emoción por saber que había adentro. Con movimiento delicados alzó la tapa encontrándose con un collar, con una cadena fina y como decoración un dije de fresa. No pudo evitar sonreír y lanzarse en los brazos del castaño, quien se sorprendió pero no dudo en atraparlo a tiempo y apretarlo en un abrazo dónde podía ver como la cola de Louis se movía de un lado a otro. Rio con suavidad antes de alejarse aún con los brazos envueltos en Louis y se sonrojo cuando se dio cuenta de la cercanía que tenía en ese momento.
Se alejó con movimiento torpes y tomó el collar para extendérselo a Louis y darse la vuelta. Entendió demasiado rápido y se lo colocó y acento con delicadeza el collar en su cuello.
Se dio la vuelta para estar frente a él castaño.
—Lo siento.
—¿Por qué?—Harry frunció el ceño confundido.
—No haber estado ahí para ti—bajo la mirada—. Yo debí de protegerte, no Liam.
Alzó las cejas sorprendido ante lo que ha dicho Louis. Se ha estado sintiendo culpable todo el día por esa razón y simplemente el castaño no tenía la obligación de protegerlo, pero parece que él lo ve de esa manera.
No quería verlo triste, así que se acercó y enredo sus brazos en su cuello y apoyo la cabeza en su hombro negando. Louis lo abrazo olisqueando su cabello y cepillando su nariz en su oreja, cosa que lo hizo soltar risas a su paso. De un momento a otro Louis lo llevo a abajo para acostarse sin despegarse del otro.
—No tenías.
—Sí, tenía—murmuro acercándolo—. Debí protegerte yo.
—Pero estoy bien—señalo con un bostezo.
Louis lo miro para besar su frente y atraerlo para apoyar la cabeza en el pecho de Louis y en cuestión de segundos se quedó completamente dormido sobre él, en la habitación de Louis. Ninguno se dio cuenta hasta el día siguiente.
Ambos se miraron sonrojados para que después Louis huya de ahí con una excusa de estar hambriento. Harry no tardó en bajar cuando el aroma a huevos y fresas lo llamó.
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—¿Te encuentras bien?—Niall pregunto algo preocupado por el silencio que ha tenido Harry desde que llegó.
—¿Eh?
—¿Qué si estás bien?—volvió a preguntar—. Es solo que estás ahí sentado con la mirada perdida y tienes sostenido ese collar.
Harry abrió la boca soltando el collar dejando ver el bonito dije. No sabía porque ha estado tan pensativo con el mismo asunto. Bajo la mirada hasta el dije de fresa y sonrió sin poder evitarlo por completo. Lo amaba demasiado, cuando lo vio en la caja casi chilla de la emoción porque se le hacía tan dulce que Louis recordará las cosas que le gustaban, que no solo estaba siendo ese tonto molestoso que lo ataca cada vez que encuentra la oportunidad.
Asintió torpemente. Ha estado en las nubes, con estos sentimientos inexplicables y una rara sensación en su pecho.
—¿Quién te dio eso?
Sus blanquizcas mejillas se tornaron rojas en cuestión de segundos—. Nadie.
—Vamos, es claro que te lo han regalado. Debe conocerte tan bien como para saber eso. ¿Quién ha sido?
—Louis.
—¿Louis?—Niall suelta un risita que termina muriendo en sus labios cuando Harry lo miro enfadado—. Pensé que no te llevabas tan bien con él. Siempre vienes enfadado diciendo, Louis esto, Louis aquello.
—Bueno, es molesto cuando me ataca, pero nuestras madres son muy amigas y siempre pasamos las vacaciones y días de descanso en la casa de campo con ellos. No puedo evitarlo o llevarme tan mal con él.
—Entiendo, de todas formas fue un lindo gesto.
Harry bajo la mirada hasta el dije tomándolo. Ha tomado la maña de sostenerlo cuando se sentía nervioso, cuando se sentía inseguro, tímido y todos esos sentimientos que lo hacen sentirse pequeño, eso sentimientos que lo abruman en cualquier momento del día.
Y también cuando el recuerdo de aquella noche se cuela por su cabeza de manera desapercibida y se encuentra pensando en Louis, los sostiene y sonríe. Solo son cosas raras que no logra etiquetar o ponerle nombre, porque sus mejillas se encienden con tan solo una rápida mirada del zorro de ojos azules, porque cuando se encuentra pensando en el día en que le dijo que él debía protegerlo y se sostuvieron entre sus brazos es que sentía esa presión extraña, pero cálida en el pecho.
Y apenas tiene dieciséis años y no conoce la extensión de la palabra amor, porque esa palabra ha estado en segundo plano en su vida, hasta ahora. Porque no sabe lo que es sentirse enamorado, sentir que sus mejillas duelen y su cuerpo hormiguea, porque es joven y es un inexperto en el amor, porque no ha tenido su primer beso, no ha tenido nada acercado a lo que es amar.
Pensar en Louis hace desear sentirlo y quizás lo esté haciendo o solo son esos sentimientos mezclados de llevarse con Louis lo que lo hacen sentirse de esa manera.
—¿Niall? ¿Tú te has enamorado?
—Claro, un par de veces—Niall responde antes de mirarlo entre cerrando los ojos—. ¿Por qué preguntas?
—Por nada. Es simple curiosidad.
—No te creo, has estado raro estos días y más desde tu cumpleaños. ¿Paso algo entre tú y alguien?
—¡Claro que no!—soltó sonrojado—. Es que creo que yo nunca me he enamorado. Zack, no cuenta porque solo me gustó un mes y ya.
—Está bien, todo se dará a su tiempo. Simplemente no corras o te desesperes, ya llegará alguien.
Harry pensó. Y es que quería preguntarle cómo se sentía estar enamorado, pero creo que lo mejor no era descubrirlo. Nada bueno podría venir si estaba enamorado, no cuando Louis parecía aún estar tratando de hacer una amistad con él y más con lo miedoso que era, justo como hizo cuando despertaron después de haber dormido entre sus brazos.
Era mejor no decirlo.
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Antes de caer en el suelo se convirtió y Louis parecía ser rápido que hizo lo mismo y terminaron cayendo en la suave hierba que había debajo de ellos. Está vez Louis no lo podía dejar inmovilizado así que se sentó enfadado por estar de nuevo en esta situación. Se cruzó de brazos mirando severamente al castaño, este tenía una mirada avergonzada, está vez Harry fue más rápido y Louis no podía molestarlo como siempre lo ha hecho. En verdad pensó que estaba etapa de ser atacado y acechado de lejos había acabado, pero parece que ha estado en lo incorrecto.
Louis y él eran como "amigos" desde aquel día se acercaron un poquito más, no eran los mejores amigos de un día para otro, pero ya se sentaban juntos y compartían algunas palabras y sonrisas. Y pensó que eso haría que Louis deje de atacarlo, pero parece que no.
Sus orejas cayeron a los lados y una sonrisa avergonzada se extendió por el rostro del castaño.
—¡Louis!
—Lo siento—el castaño dice.
—Tonto—se quejo suspirando.
No sé levantaron de dónde estaban, solo se sentaron abrazando sus piernas mientras se miraban a los ojos. Harry se sonrojo y ahí de nuevo esa presión en su pecho.
—He escuchado a tu madre decir que en una hora se van.
—Sí, mamá tiene trabajo mañana y debemos irnos hoy—dijo con un puchero en su rostro.
Vio a Louis juguetear con la hierba alta. —Estaba pensando en que como tenemos tres días más antes de volver a clases y nosotros estaremos aquí dos días más, que sería genial que te quedarás y luego llevarte a casa cuando nosotros nos vayamos. He pasado mi infancia aquí en el campo y me he tenido que mantener entretenido con algo, así que se cómo divertirnos. Sería genial que te quedarás y te lo mostrará.
Se sorprendió un poco ante el pedido de Louis sonando tan tímido e inseguro y Harry no dudaba en negarse, ama estar aquí, y amaría pasar su tiempo con Louis porque no podía dejar pasar lo bonito que se sentía tener la atención de Louis solo para él, tener sus atenciones, además de que quería acercarse más a él.
Harry asintió varias veces, ambos sonriendo. Fue bastante sencillo convencer a Anne para que lo dejara quedarse, solo basto la ayuda de Jay para que Louis y él corrieran hacia las escaleras y subiera. El castaño lo detuvo de repente.
—Espera—se puso frente a Harry—. Quédate en mi habitación, quiero decir, es más cómodo y la habitación de invitados da miedo.
Harry abrió sus ojos asintiendo sin pensar porque le entró el miedo, además que tendría que dormir solo si su madre se iba y lo dejaría solo aquí. Louis sonrió tomando su mano para entrar pero se arrepintió y fueron a la cocina buscando algo para cenar y volvieron a la habitación y comieron mientras veían una película. Cuando se hizo más de noche Louis sonrió apagando la televisión mientras Harry se cambiaba a su pijama. Cuando ambos estuvieron listos entraron bajo las sábanas y Louis los tapo por completo, estaban bajo las sábanas, el castaño prendió una luz tenue mirándose frente a frente.
El corazón de Harry empezó a latir con fuerza en su pecho y se empezó a sentir demasiado nervioso por la mirada de Louis encima y su cercanía.
—¿Puedo ser completamente honesto contigo?
—Siempre, Lou.
El ojiazul sonrió antes el apodo, pero los nervios eran visibles. —Uhm como, como que me gustas, demasiado, mucho en realidad.
—¿Qué?—pregunto desconcertado.
Louis bajo la mirada más tímido. —Que me gustas demasiado, Harry. Creo que me empezaste a gustar unos cuantos meses después de que te conocí. Pensé que estaba siendo obvio, quiero decir siempre trataba de mostrar que podía protegerte, que podías estar seguro a mi lado, que podría ser la mejor opción para ti, pero creo que he hecho todo mal.
Harry parpadeo ante la nueva información, ahora entendía un poco la forma de actuar de Louis y lo entendía. Solo eran unos adolecentes descubriendo que era enamorarse y descubrirse a sí mismos, a él le tomo un tiempo descubrir los suyos. No lo culpaba, en realidad se le hacía muy tierno y quería reír pero Louis estaba demasiado nervioso como para querer ponerlo más.
—¿Por qué?
Louis alzó la mirada. —Eres demasiado bonito y me encantan tus orejas, eres un conejito tan bonito y eres demasiado amable y solo me gustas demasiado.
—Uhm yo.
—Entiendo si no sientes lo mismo, creo que no exprese mis sentimientos de la mejor manera y entiendo si tú no me quieres de esa manera. Solo no quiero que se vuelva incomodo y dejes de venir.
Harry niega acercándose un poco más a Louis para abrazarlo del cuello. —Nunca me alejaría, no te preocupes por eso. Ahora en cuanto a lo que siento por ti, todo es mutuo Louis. También me gustas.
—¿Si?—los ojos de Louis brillaban.
—Tu cola se está moviendo ahora—ríe lo siente.
—Es porque me haces demasiado feliz, Harry. ¿Por qué crees que me pongo así cuando estoy contigo?
—Entiendo—Harry ríe antes de mirarlo a los ojos sintiéndose tímido y cohibido de repente—. Uhm, Louis yo no he dado mi primer beso y-
Louis lo calla acariciando su espalda con delicadeza y suavidad. —No tenemos que besarnos si no quieres.
Pero lo quiere, lo quiere más que nada, simplemente lo anhela y lo ha estado deseando desde hace unas semanas, justo cuando descubrió sus propios sentimientos y ahora que sabe que esos sentimientos son completamente mutuos y Louis ha sido tan sincero y lindo quiere un beso, uno suave y que sea perfecto. Quiere que su primer y último beso sea de Louis y de nadie más.
Se acerca a Louis hasta que sus narices se rozan y Louis lo sostiene con fuerza. Lo mira con ojos suplicantes que seguro están brillando en esos instantes, que debe darle un claro mensaje de lo que quería.
Louis lo mira tímido antes de bajar la mirada hasta sus labios y con un poco de duda toma sus labios con los de él y cuando cierra los ojos y empieza a mover lentamente sus labios Louis se relaja y lo besa con determinación, amor y sencillez.
Se pasan toda la noche entre besos suaves secretos y toques sutiles antes de caer dormidos entre los brazos del otro.
No tomo mucho a su familia por sorpresa su relación que eso calmo el alma de Harry. Aún iban a la casa de campo de los Tomlinson y ahora eran diferentes porque recibía besos y abrazos, y sobre todo era atacado aún, pero a Harry no le importaba si Louis iba a acariciarle las orejas y regalarle fresas.
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