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Bad dates and surprise encounters

Especial de San Valentín

Inspirado en: enchanted de Taylor Swift.

Harry tiene una mala cita de San Valentín, pero en algún punto de la noche logra escapar y conoce a este precioso chico de ojos azules. Terminan teniendo sexo en su auto, pero el rizado tiene que despedirse de él de imprevisto y pierden contacto.

—¿Estoy presentable?—Harry preguntó dándose la vuelta para abrir un poco los brazos y mostrar lo que tenía puesto. Solo eran esos skinny jeans ajustados, está t-shirt blanca y lo que le agregaba un poco de formalidad era esa gabardina negra larga con botones. Se había puesto sus preciadas y amadas botas y dejo caer su rizos largos por sus hombros. Ahora tenía el cabello demasiado largo, que te tomó varios minutos colocarlo para que se viese presentable y no como un lío o como si tuviese un nido en la cabeza. También se había tomado el tiempo de buscar el atuendo perfecto, nada tan llamativo o muy informal.

Y estaba nervioso, más que nervioso, sentía que en cualquier momento iba a entrar en un colapso. Eso solo que era San Valentín, tenía una cita con una persona que conoció por una app de citas y con el que ha estado hablando y suspirando por unos cuantos meses. Esperaron el momento indicado para conocerse y decidieron hacerlo ese día, que era entendible que este estuviese reaccionando de esa manera, va a conocer a la persona con la que ha hablado y coqueteando por un tiempo y de la cual solo la conoce por facetime y por fotos y Harry quiere lucir precioso, y aunque ya se conocen un poco físicamente, quiere dar una buena primera impresión, además que su cita es guapo, caliente y el tipo de Harry.

Era San Valentín, cosa que lo ponía un poco más nervioso de lo usual y un poco romántico, porque vamos, es San Valentín y el hombre decidió que era el momento indicado para conocerse por fin, un tanto cliché, pero Harry no quería pasarla solo ese día y Daniel, su cita, ha sido amable al invitarlo a una cita y conocerse finalmente.

Solo irían a cenar a un elegante y bonito restaurante, luego caminarían por el parque o en algún lugar de la gran ciudad donde viven y Harry realmente esperaba que las cosas vayan realmente bien y que por lo menos reciba un beso o quizás algo más, porque en verdad que han estado hablado por meses y siente que todo es tan natural y sencillo entre ellos.

Niall alzó una ceja un tanto incrédulo ante la pregunta de su amigo. —¿En serio me estás preguntado? ¿Aún después de que me hiciste venir tres horas antes para mostrarme todo los atuendos que pensaste?

—Esto es importante.

—Solo es una cita con una persona con la que has hablado varias veces y es San Valentín, todo es marketing.

Soltó una carcajada negando caminando hasta su amigo para lanzarlo a la cama y golpearlo varias veces con la almohada. Era un tonto sin remedio y Harry no entendía porque lo tenía de amigo, en vez de animarlo lo está atacando.

—Eres un imbécil y déjame decirte que no tienes derecho de decir eso cuando antes de venir fuiste y le conseguiste una arreglo de rosas a tu novia y seguro tienen una cita planeada y sobre todo, hace unos días le conseguiste un bonito collar caro.

—Bien, bien. Tienes razón.

—Ya ves, luego dices que no hay que caer en el marketing.

—Pues no deberíamos, mi billetera luce triste sin ningún billete.

—Sí, bueno, yo si amo este día y no me da vergüenza admitirlo, además de que será un día memorable si las cosas con Daniel salen como quiero—suspiro con nerviosismo.

—¿Entonces se van a encontrar en ese restaurante?—cuestiono Niall jugueteando con las sábanas un poco aburrido de ver a su amigo alistarse para su cita, pero demasiado feliz por él.

—Sí. Estoy demasiado nervioso, será la primera vez que lo vea en persona.

Y solo por ese simple hecho se encontraba temblando, sintiendo las piernas como gelatinas. Siente que no es lo mismo, hablar por mensajes, por facetime o por llamada que estar frente a esta persona y mirarlo a los ojos, simplemente no se compara a hablar frente a frente y eso lo tenía con los nervios a tope y con el corazón desbocado a cada segundo que pasaba. Solo esperaba que las cosas sean igual de buenas que mensajes de texto, siempre intercambiaban mensajes todos los días, algunas llamada de vez en cuando, así como por facetime.

Nunca creyó en esta cosa de app de citas o conocer a alguien alejado a él, porque sentía que no funcionaba. Sin embargo, después de que Zayn bromeó jugando con su teléfono y le descargo esta app sin que él se diera cuenta, creara un perfil colocando la foto más decente que tenía en su teléfono y añadiera a varias personas, es que se tomó la oportunidad de fijarse en esa app. Había tomado su teléfono de las manos de Zayn cuando se dio cuenta de lo que sucedía y estaba a poco de borrarlo cuando miró la foto de Daniel y simplemente las cosas se dieron eventualmente.

Por eso era tan importante para Harry, que su cita salga bien y que al final de la noche pueda dormir con una sonrisa tranquila sabiendo que conoció por fin a Daniel y que todo salió bien.

—Todo irá bien—Niall lo calmó colocando una manos sobre la de él—. Han estado hablando por mensaje varios meses, va a ser sencillo, solo deben entrar en confianza.

—Eso espero, no quiero tener un mal San Valentín.

—Si las cosas salen mal, he dejado unos chocolates en el refrigerador y aquellos dulces que tanto te gustan.

Dejo salir un sonido de ternura antes de gatear hasta su amigo y abrazarlo de manera fuerte. —Que dulce eres, con razón, Mia te ama demasiado.

—Dios, ya vete—lo empujó un poco abochornado—. No querrás llegar tarde a tu cita.

—Es cierto. Gracias, Niall.

Asintió varias veces para tomar sus cosas y tomar su billetera y otras cosas que podría necesitar en la noche. Espero a que Niall se levantara de la cama y tomara sus cosas para caminar hasta la salida, cerciorándose de que ha cerrado de manera correcta. Caminaron por el pasillo hasta llegar al ascensor y podía notar que ambos se encontraban nerviosos, Harry lo estaba por conocer a su cita y Niall siempre le pone nervioso hacer cosas lindas para su novia, además de que aún tendría que pasar a su casa arreglarse y luego ir a su cena al departamento de su novia.

Harry estaba teniendo una cita un poco antes, porque Daniel y él habían acordado hacer la cita un poco más temprano para tener tiempo de hablar y no sentir que la hora estaba corriendo y se quedarán con ganas de hablar, porque sentían que tenían tantas cosas que hablar, por hacer y lo menos que quería era quedarse con aquella ganas de haber tenido un poco más de tiempo.

Se despiden, ambos deseándose buena suerte y se abrazan por un largo rato, porque su amistad siempre ha sido más importante que otra cosa. Harry le sonrió tímidamente antes de subir a su auto y manejar. Checó la dirección del restaurante para manejar con calma y cuando llegó y estacionó el auto se quedó mirando un buen rato sintiendo los nervios regresar a su cuerpo. Estaba demasiado nervioso que no sabía si podría caminar en esos momentos.

Rio nerviosamente saliendo del auto antes de caminar hasta el restaurante. Se acercó a la señorita.

—Buenas tardes, tengo una reservación a nombre de Daniel Wilson.

Ella checó unas cuantas cosas antes de asentir sonriendo. —Él ya está esperándolo en su mesa. Lo acompañaran hacia allí.

Agradeció siendo guiado por alguien, y esperaba que no se notara lo nervioso que estaba. Para calmarse un poco recorrió con la mirada el restaurante, era tan elegantes y sofisticado, tenía música clásica sonando por lo bajo para no interrumpir las conversaciones, había estás mesas bonitas y algunos candelabros adornando el techo.

Cuando presto atención a las personas volvió a sentirse nervioso, mirando por todos lados esperando encontrar ese rostro conocido. Por unos momentos se quedó observando a este atractivo hombre de ojos azules que estaba sentado con otra persona y sostenía una copa de vino, su rostro notaba incomodidad y aburrimiento. Mordió su labio antes de negar, no podía mirar a otros chicos lindos mientras estaba a punto de conocer a alguien.

Para cuándo miró al frente se encontró con Daniel. Sonrió en grande antes de que los dejaran solos. Se acercó a él abrazándolo con fuerza.

—Hola, Harry. Por un momento pensé que no llegarías.

Se alejó un poquito sonrojado y tímido. —Uhm, he llegado a la hora acordada, a menos que hayas cambiado los planes y no me hayas avisado.

—Para nada, justo a tiempo—él respondió señalando la silla frente a él—. Siéntate.

—Gracias.

—Espero que no te importe que haya pedido antes—Harry frunció el ceño cuando lo escucho.

—No me importa.

Mintió. No estaba molesto o algo parecido, solo lo había tomado de sorpresa y esa acción lo hizo sentir que era un poco irrespetuoso, pensó que iba a esperar por él para discutir algún platillo para compartir, pero quiso pensar que debió de estar hambriento o había tenido un día largo y no dijo nada.

Terminó pidiendo algún platillo y una copa de vino para después sonreírle abiertamente a Daniel. Podía notar que era un poquito diferente, tal vez porque no estaban viéndose a través de la pantalla y era guapo, sí, y tenía el cabello negro, era de tez blanca con algunas pecas adornando su blanquizca piel. Espero a que iniciara una conversación pero parecía que ambos estaban nerviosos y tímidos, así que se permitió tomar unos segundos para mirar el lugar y sin darse cuenta su mirada cayó en aquel precioso chico de ojos azules, eran fáciles de distinguir.

Sus miradas se encontraron y la sostuvieron por unos cuando segundos. Harry se sonrojo un poco cuando recibió una sonrisa leve antes de sentir que estaba siendo grosero y regresó su atención a Daniel.

—¿Y bien? ¿Quieres contarme un poco de ti? Más de la que ya sé, es solo que me gustaría escucharlo ahora frente a frente.

—Claro, me encantaría.

—¡Genial!

Y fue una total mala idea, en algún punto Harry suspiro aburrido mientras picaba un poco de su carne mientras miraba a Daniel harto de todo. Desde que empezó hablar, no se detuvo en ningún segundo. Solo era él, él y luego él, ni siquiera lo dejaba hablar o cuando intentaba comentar algunas cosas él lo terminaba callando diciendo que aún no terminaba y Harry cerraba la boca.

A la cuarta ocasión decido cerrar la boca por completo y siguió comiendo. Su cita no estaba saliendo como pensó, desde el momento en que entró. Daniel era guapo, pero era muy hablador y no era algo malo, pero si cuando solo hablaba sobre él todo el tiempo. Se supone que las citas son para conocerse y él ya sabe tanto de Daniel en estás pocas horas que sentía su cabeza doler y tenía unas inmensas ganas de levantarse e irse a casa o simplemente callarle la boca por unos cuantos segundos.

Y no quería irse sin verse grosero, pero la cita ya le estaba empezando aburrí y hartar y la idea de estar en la cama, aferrado a unas cuantas colchas y una película reproduciéndose en su televisión no sonaba una mala idea en esos instantes.

—Daniel...

—Espera, no escuchas la mejor parte de todo.

Se levantó tomando sus cosas desapercibidamente cuando una idea cruzó por su cabeza.

—Estoy seguro que lo es, pero realmente tengo muchas ganas de ir al baño. Enseguida regresó, no te vayas.

Y no debería haber dicho eso y menos haber reprimido su risa, pero es que Daniel no estaba siendo la mejor cita del mundo y él en verdad no iba a aguantar más tiempo sentado en esa silla tomando más vino de lo que realmente quería, escuchando más tiempo la voz del chico y menos de él. Probablemente va a sentirse mal luego o simplemente va a agradecer haber tomado esa decisión, cual fuese su reacción después está decidido a tomar ese riesgo.

Daniel asintió un poco triste y decepcionado pero Harry le sonrió antes de caminar con rapidez a los baños. Cerró la puerta detrás de él y pegó su espalda contra la puerta mientras se llevaba la mano a su pecho.

—¿Estás bien? ¿Te ha hecho algo?

Harry alzó la mirada cuando escucho esa voz, encontrándose con el precioso chico de unas mesas cerca de él. Estaba lavándose las manos mientras lo miraba un poco preocupado.

—Sí, sí, lo estoy.

—Entraste de esa manera y luego te pusiste una mano en el pecho. Solo me dio preocupación.

—Siento asustarte—se disculpó dejando escapar un sonido de alivio.

El ojiazul se secó las manos con una toalla antes de tirarlo a la basura y acercarse a él. —¿Ese chico te hizo algo? No es porque he estado de chismoso, pero no he tenido una buena cita, en realidad una mierda de cita, pero tenías esa sonrisa harta en el rostro.

—Muy observador—dijo mordiendo sus labios—. Y no me estaba haciendo nada, pero supongo que no eres el único que está teniendo una cita de mierda y totalmente horrible.

El chico se recargó a su lado soltando un suspiro cansado. Parecía que también esperaba tener una buena cita. Se fijo en sus brazos, en esos brazos definidos y fuertes, con aquellos tatuajes decorando su piel ligeramente bronceada. No estaba vestido tan formal y eso le encantaba a Harry. Sus ojos de cerca eran más azules y su nariz era respingada y lo único que podía pensar si era tan fuerte para cargarlo.

Regreso a lo importante. Y es que estaba resultando una mala noche y le aliviaba saber que no estaba siendo el único.

—Lo verdad es que ya me quiero ir. No quiero perder mi tiempo, pero la persona con la que estoy no está siendo amable o interesante y prefiero pasar mi tiempo con mi perro que estar sentado otras horas más.

—Comparto el sentimiento. Mi cita no he dejado de hablar de él desde que llegamos.

El ojiazul alzó una ceja impresionado. —Eso se escucha una mierda. Pareces demasiado interesante y te vez precioso esta noche y se está perdiendo de una gran oportunidad al no conocerte del todo bien.

Lo miró sonriendo con suavidad. —Siento que tú cita haya salido mal uhm...

—Louis, me llamo Louis.

—Louis, lindo nombre. Soy Harry.

—Igual de lindo que tú—respondió Louis sin filtros en la lengua. Dejo escapar un suspiro riendo—. ¿Sabes qué?

—¿Qué?

—Nos merecemos una buena cita y una buena noche—explico—. Y ninguno de los dos quiere permanecer aquí, así que Harry, ¿estás dispuesto hacer una cosa loca con este extraño que acabas de conocer en un baño?

Y Harry todavía se atrevió a pensárselo, porque había tenido una mala cita, porque el chico con el cual estaba "saliendo" no resultó ser lo que esperaba, porque no quería otra cita desastrosa, pero este bello chico de ojos azules le estaba preguntando si se atreve a seguirlo con sus locuras. No sabe en qué estaba pensando o si lo que hiciera lo haría sentirse avergonzado y se permitió mirarlo a los ojos unos cuantos segundos y lo único que vio fue; fuego, ojos encendidos en una chispa totalmente nueva, algo que nunca ha conocido.

Y se vio a sí mismo asintiendo un par de veces sin saber que iba a proponerle el chico.

—¿En qué estás pensando?

—En que ambos escapemos de aquí y pasemos un tiempo agradable dentro de mi auto. Aquí venden estos postres riquísimos y podríamos tomar vino, pasar un buen rato y no lamentamos porque las citas que tuvimos no salieron como esperamos.

Propuso Louis, sin ninguna pizca de duda en su voz. Y Harry mordió su labio pensándolo bien, porque su plan inicial era escaparse e irse a casa, no conocer a Louis y tener una salida improvisada y todo era loco porque eran unos completos extraños que solo conocían su nombre, pero ¿realmente le fue bien en una cita con alguien que "conocía"? La respuesta lo hizo soltar un suspiro y asintió un par de veces.

Negó varias veces pensando que era una idea completamente loca. —Bien.

—Ahora dame tu mano—Louis pidió extendiendo la suya.

Harry no dudo en dársela sintiendo como sus dedos eran aprisionados con estos otros. En el momento en que sus manos se entrelazaron Louis tomó su billetera y sus cosas del lavamanos, parece ser que no era el único con el idea de escapar, y abrió la puerta acechando la cabeza para mirar al pasillo y ver qué estaba despejado. Una vez que Louis lo jaló junto con él, sus piernas no demoraron en seguirlo riendo por lo bajo mientras pasaban por las mesas sin ser visto por sus citas.

Se detuvo abruptamente cuando recordó. Louis lo miró interrogante. —¿Qué sucede?

—No he pagado la cuenta.

—¿En serio quieres volver o incluso pagar la cuenta de una mala cita?—Louis alzó las cejas acercándolo a él, casi tocándose sus pechos. Harry tragó saliva negando—. Eso creí, cariño. Ahora vámonos.

Ambos caminaron un poquito más tranquilos, desde donde estaban no podían verlos sus citas. Louis se detuvo en algún momento para comprar una botella de vino, unas copas y dos postres, claramente pago demás por esas cosas y salieron. De inmediato se pegó al costado del castaño cuando una ráfaga de viento frío lo hizo tiritar.

Louis logró equilibrar todo en una mano para pasarle el brazo por debajo de su gabardina y tomarlo de la cintura para acercarlo.

—Por ahí está mi auto.

No tuvo tiempo de sonrojarse o darse cuenta de lo bonito que se sentía tener atención, esa atención que Daniel no le pudo dar esa noche. Incluso debe estar preguntándose porque no ha vuelto del baño y tampoco tenía tiempo de sentirse mal y enviarle algún mensaje con alguna vaga excusa, tan solo estaba centrando en sostenerse de Louis sintiendo sus músculos firmes debajo de su tacto.

Se detienen en frente al auto de Louis aparcado en alguno de los sitios de ahí. No hay nadie cerca, todos ocupados adentro, además de que era San Valentín y tenían cosas que hacer.

El castaño le abrió la puerta de los asientos traseros y Harry no perdió tiempo y entró acomodándose en el lugar para darse espacio a Louis de entrar. Sus muslos se presionaron y una botella de vino estaba entre ellos.

—Espero haber elegido bien.

—Gracias. ¿Con qué abrirás la botella?—preguntó.

—Mierda es cierto. Debe haber algo por aquí.

Harry retuvo una jadeo de sorpresa y de repente el espacio empezó a sentirse caliente cuando Louis se aferró a los asientos de adelante mientras se inclinaba y dejaba a la vista un buen panorama de su trasero y de sus fuertes piernas. Mientras el castaño buscaba algo para descorchar el vino, Harry recorrió sin pudor cada esquina de Louis, sintiendo sus manos sudar.

Terminó alejando la mirada cuando Louis volvió a su asiento suspirando con cansancio y con una sonrisa triunfante plasmada en ese rostro.

—Aquí—Louis abrió la botella de vino y sirvió un poco de ella en las copas, pasándole uno primero a Harry.

—Gracias, Louis.

—Muy cortes de tu parte, amor—bromeó acomodándose de tal manera que estaban de frente.

—Esto está delicioso—bebió un poco del vino, a pesar de que dijo que ya no quería, pero tomarlo en presencia de Louis era diferente.

—Lo sé.

Harry le sonrió levemente abriendo el postre, Louis dio en el blanco. Ahí estuvieron sentados en la parte trasera del auto de Louis, compartiendo palabras, comiendo postre y tomando vino, todo eso en el estacionamiento de un restaurante, dónde tuvieron una mala cita y escaparon de sus citas.

Louis resultó interesante, demasiado, tenía mucho que contar, pero también era atento, sabía escuchar y opinaba y halagaba las cosas que el rizado le contó. Harry había dejado de contar las veces en que Louis le había acariciado la pierna y dicho algo que le incendiara las mejillas y el vino a estado empezando a afectarles a ambos. Solo reían entre ellos mientras alguno de los dos contaba algo.

Las cosas que estaban sobre ellos desaparecieron, así como el espacio que había entre ellos. Louis tenía una mano acariciando el dorso de su mano mientras lo escuchaba atentamente y Harry solo quería cualquiera cosa, solo menos palabras y más acción. El vino sí que estaba afectándole por completo.

—¿Y bien? ¿Dónde conociste a esa cita horrible?

Suspiró tristemente. —En una app de citas, una amigo me creó una cuenta sin mi consentimiento y aquí estoy.

—Las apps de citas apestan, amor.

—¿Y tú? ¿Dónde conociste a tu cita?

—Fue una cita a ciegas, mi mejor amigo creyó que era buena idea hacerme una cita con alguien en día de San Valentín, dijo que no quería que la pasara solo—el castaño rodó los ojos irónicamente—. Y mira como acabo.

—Lo sé—respondió abatido.

Louis se inclinó sosteniéndole la barbilla y acercando sus rostros, casi dejo caer la copa de vino vacía por unos cuantos instantes.

—No lo decía por como acabo esa cita, porque si no fuese porque acepte no hubiese conocido a este hermoso chico de ojos verdes.

Harry parpadeó lentamente, dejando que aquellas palabras se guardarán en algún espacio de su corazón, que el recuerdo de esta cita, este momento, se adhiera a su piel y así no poder olvidarlo nunca. Porque su cita con Daniel había resultado un fracaso desde el momento en que piso ese restaurante, pero ha acabado en una cita con este precioso hombre que lo sostiene de una manera suave y delicada, soltándole aquellas palabras que hacen que su corazón se derrita un poco y se sienta enamorado en un precioso e importante día.

De alguna manera terminaron besándose de forma acalorada, con Harry sosteniéndole el rostro mientras Louis metía su manos debajo de su ropa acariciándole su cintura y la piel que tenía al alcance. Abrió los labios dejando entrar la lengua de Louis mientras deslizaba sus manos en la nuca de Louis y era acostado sobre los asientos traseros.

Sus labios no se alejaron cuando Louis le abrió las piernas besándolo a su antojo. Dios santo, Harry no debería estar besándose con un completo extraño, una persona que acababa de conocer a penas esa noche, pero el ojiazul lo besaba tan bien, lo acariciaba con suavidad y deseo, que no quería alejarse, no por ahora. Así que suspiro sintiendo el calor cubrir su cuerpo, una de sus piernas se enredo detrás de Louis soltando unos cuantos gemidos sobre los labios finos del contrario.

—Dime, cariño, dime qué no quieres parar.

—D-Dios, si tu paras te voy a matar—soltó junto con un suspiro.

Louis lo miró de manera burlona y divertida. Desde ahí arriba se veía totalmente caliente, con los labios hinchados de tanto besarse y rojos por los besos y el vino. Tenía el cabello revuelto, nada como el comienzo y la camisa arrugada, Harry la había apretado con fuerza mientras se besaban y acariciaban, que no quiere pensar que desastre hará cuando Louis lo folle sobre los asientos traseros de su auto. Simplemente no podía esperar, tenía tantas ganas de que Louis lo follara, que lo besara suciamente y desesperadamente en el auto.

—Créeme, amor, esos es lo último que pensaría en estos momentos.

—Por favor, Louis—pidió al ver que aún no hacía nada.

El castaño se inclinó besando su cuello y llevando sus labios cerca de su oído mientras deslizaba sus manos por debajo de su ropa. Se removió deseoso ante la cercanía, ante el tacto.

—¿Quieres que te tome aquí mismo? Aquí donde alguien puede escucharnos y vernos. ¿Te gusta la idea de ser encontrados, verdad?

Harry asintió sin pensar muy bien todo, lo único que quería era ser follado por Louis, nada más. Lo tomo de la camisa acariciando con su pie la pierna de Louis. Estaba desesperado y solo quería terminar esta noche con este precioso hombre de ojos azules.

—Quiero oírte suplicar, si tanto lo deseas hazlo.

Y en otra circunstancia Harry se lo pensaría dos veces, pero los ojos de Louis trasmitían plena confianza, además de que se sentía seguro entre sus brazos y estaba muy caliente y lo único que quería ahora mismo era algún toque de algún tipo. Se aferró al cuello del castaño besando sus labios con fuerza y profundidad. Y lo que menos le importaba en esos momentos es que alguien pudiese encontrarlos en una situación muy comprometedora, lo único que deseaba estaba frente a él, además de que el estacionamiento estaba completamente vacío y no había nadie cerca.

Se alejó un poco mirándolo con ojos brillantes y suaves. —Por favor, Lou, por favor, lo deseo tanto, no me dejes así.

—¿Crees qué lo mereces? ¿Crees qué mereces que alguien te folle hoy?

—Sí, sí, Louis.

—Pequeño mentiroso, soltando eso cuando has escapado de un restaurante y dejado a un pobre chico ahí dentro esperándote por ti—le recordó mientras sus manos no demoraron en desabrocharle lentamente los botones de su camisa.

—Louis, lo hice por ti. Por favor, solo hazlo.

—¿Qué quieres que haga, bebé?—Louis le abrió la camisa por completo mientras bajaba las manos por su abdomen hasta llegar al botón de sus jeans.

—Que me folles con fuerza—Harry se remueve impaciente llevando sus dedos al cabello del ojiazul—. Solo he querido eso toda la noche, solo tú, nadie más.

Y dios, Harry no había planeado acabar de esa manera esa noche, incluso cuando la idea de escaparse de su cita paso por su cabeza, él solo pensó que iba a regresar a su suave cama y mirar una película, pero está situación le encantaba. Con Louis desabrochando sus jeans y bajándolos hasta dónde podía, mientras Harry se aferraba a las hebras castañas y reprimía gemidos cuando el castaño besaba la piel de su vientre con humedad, quizás mañana note las marcas.

En cuestión de minutos quedó desnudo de la parte de abajo, lo único que lo cubría es su camisa abierta. Louis lo miró deleitado ante la vista que Harry le proporciona y por unos instantes sus mejillas se encendieron y por instinto cerró las piernas entorno al ojiazul. Sin embargo, Louis se inclinó besando su pecho y su clavículas antes de alzar la mirada.

—Mierda, no tengo protección—Louis maldijo por lo bajo mirándolo.

Se sonrojo pero acarició el brazo del precioso chico. —Tengo uno en el bolsillo de mi pantalón.

—¿Preparado, eh?—Louis dijo acercando su rostro en su cuello para mordisquear ahí. Gimió con suavidad, solo para él—. ¿Eso buscabas no? Una buena follada, alguien que te lleve al límite.

—Sí, uhm, Louis por favor apúrate no quiero que nadie nos interrumpa.

—Eso haré—dijo alejándose para encontrar el preservativo en el pantalón del rizado. Alzó una ceja—. Va a tener que ser rápido, a menos que quieras que nos encuentren.

Rodó los ojos tomando la camisa de Louis entre sus manos para jalarlo hacia él. —Dios, solo cállate y fóllame si no quieres que me termine aburriendo.

—Ya veremos si dices eso luego.

Los ojos de Louis eran chispos, eran fuego, era lujuria cuando lo miró soltando esa frase que removió cosas en él. Miles de escenarios cruzaron por la cabeza de Harry, sintiendo sus piernas desfallecer cuando estaba acostado sobre los suaves asientos mientras tenía a este precioso y caliente chico sobre el tocándolo a su gusto y Harry estaba de acuerdo con eso.

Louis le guiño un ojo inclinándose sobre él mientras lo besaba e introducía su lengua en su boca y sus manos tocaban sus piernas y muslos desnudos. Él soltaba jadeos y suspiros silenciosos que mayormente eran callados por los labios del castaño. Sentía sus dedos tantear su piel, tocándolo a su gusto mientras él se aferraba a la ropa de Louis.

Todo parecía sucio, él era el único que estaba completamente desnudo, con solo su camisa puesta pero abierta por completo. Sus pantalones y ropa interior acabaron en alguna parte del coche, mientras Louis estaba completamente vestido. Era simplemente él extendido en los asientos traseros, desnudo y con un precioso chico sobre él.

—Joder, que caliente y precioso eres—se alejó mirándolo por completo. Aquella acción extendió la temperatura a sus mejillas.

—¿Si? ¿Eso crees, Louis?

—Absolutamente—el castaño susurro tomándolo con fuerza de la cintura—. No dudes ni un segundo que no lo eres.

Harry le sonrió sintiéndose inmensamente halagado, protegido y amado, sobre todo especial. Había esperado sentir todo eso con Daniel, su cita, pero no contaba que iba a conocer a este magnífico hombre y lo haría sentir de diferentes maneras. Sin duda había estado totalmente equivocado y posiblemente no se arrepentía de venir, y si pudiese retroceder el tiempo pasaría por esa horas horribles para volver a este punto.

Louis bajo sus besos a sus clavículas mientras le acareaba las piernas con sus dedos, apretaba la carne de sus muslos y Harry movía las piernas con el instinto de cerrarlas pero terminaba aprisionando la cintura de Louis debido que estaba entre sus piernas. Harry llevó sus manos debajo de la ropa del castaño, tocando a gusto su piel mientras suspiritos salían de sus labios como música por lo bajo, bueno, así lo veía Louis.

Los besos húmedos de Louis en su vientre, en su cuello, en su pecho lo hicieron cerrar los ojos disfrutando las sensaciones en su cuerpo. La tela de la ropa de Louis le estorbaba mucho, pero no podía evitar sentirse encendido por darse cuenta de que era el único desnudo ahí, estando expuesto para Louis.

Louis se alejó con una sonrisa empezándose acercar a él, hasta que sus labios se encontraron.

—Ahora mismo le estoy agradeciendo a Daniel por no haberse quedado callado durante su cita, porque si no, no te tendría de esta manera—susurro. Su aliento chocando en su cuello y sus manos tomándolo con fuerza de las caderas, hundiendo las uñas ahí—. Tan expuesto y esperando por mí.

—Dios—se quejó rodando los ojos antes de morder sus labios—. No lo menciones ahora.

—Como digas.

Louis respondió dejando un camino de besos en su cuello, hasta bajar a uno de sus pezones y llevárselo a la boca. Harry soltó una gemido alto que terminó muriendo cuando Louis colocó una mano sobre su boca mientras lo miraba desde ahí. Tenía tantas ganas de suplicar que lo follara ahora mismo, pero también estaba disfrutando de las caricias y toques previos.

La lengua de Louis hacia un trabajo magnífico para conducirlo a esas sensaciones raras en el cuerpo. Gimió por lo bajo, aún con la mano de Louis sobre su boca y no evitó llevar su mano al cabello del castaño. Quería todo, quería tanto, que en ese momento podría aceptar cualquier cosa que le pidiera.

—¿Ansioso, bebé?—se alejó acercándose al rizado para besarlo mientras abría el botón de su pantalón.

—No juegues más, por favor, Lou.

—Chupa entonces—dijo colocando dos dedos frente a Harry.

No demoró en obedecerlo y tomó la mano de Louis entre las suyas para llevar los dedos del castaño a su boca. Los metió mientras los llenaba de saliva ante la atenta mirada del castaño. Sus ojos estaban cristalizados y lo miraba profundamente, en cualquier momento le saltaría y lo tomaría. Harry gimió con suavidad por pura burla mientras ahuecaba sus mejillas.

—Mierda, mierda—le hundió las uñas en sus muslos—. Joder, que bonito te ves así, siendo tan obsceno.

Harry sonrió satisfecho de haber logrado su cometido y siguió chupando y llenando los dedos de Louis con saliva, mientras este lo miraba y le acariciaba la piel de su trasero.

—Basta, amor.

Dejo ir los dedos de Louis con un puchero antes de abrir los labios y dejar escapar un gemido alto cuando los adentro lentamente en su entrada. Se aferró a sus brazos mordiendo su hombro mientras gemía por lo bajo. Dejó descansar su cabeza en el hombro de Louis dejando escapar sonidos de sus labios mientras el ojiazul movía sus dedos rápidamente dentro de él, preparándolo.

Soltó un quejido alejándose cuando Louis saco los dedos de él y se alejo. Lo miró bajándose los pantalones junto con su ropa interior hasta las rodillas y sacando su miembro para luego masturbarse unos minutos.

—Louis.

El castaño lo miró sonriendo burlonamente. —No seas codicioso, amor.

Se quejó con suavidad mientras giró lo cabeza y miró por la ventana. Era una noche completamente estrellada y parece ser que aún estaban seguros, el estacionamiento estaba desierto y también se escuchaba de esa manera. Cuando regresó su mirada Louis estaba abriendo el preservativo con sus dedos de manera adecuada.

Louis colocó el condón a lo largo de su pene para después inclinarse y besar a Harry con suavidad y cariño. Él le sostuvo de las mejillas mientras seguía el beso con cariño, con un poco de prisa y sin querer separarse de él al final de la noche.

—¿Estás listo?

—Sí, sí, Louis. Muy listo—suplicó con los ojos vidriosos y los labios rojos de tanto morderlos y besarse con el ojiazul.

Dejó un beso en la mejilla del rizado antes de empujar dentro con un ritmo lento esperando que Harry se adapte a su tamaño. Harry cerró los ojos soltando gemidos bajos que llenaban el coche, solo es lo suficientemente silencioso para que el único que lo escuché sea Louis. Esté le acarició las piernas sonriéndole un suavidad, y Harry le asintió para que se empezará a mover y así lo hizo. Unos movimientos calculados, rápidos y enloquecedores que tenían al rizado gimiendo y aferrándose al cuello de Louis y buscando callar esos gemidos que amenazaban con escaparse de sus labios y colocarlos en evidencia.

Parece que a Louis no le importaba, estaba concentrado en moverse dentro de él y empujar con fuerza y sobre todo escuchar cuanto lo estaba disfrutando el rizado, por lo que Harry permitió gemir en voz alta cuando los movimientos eran buenos y lo hacían sentir desfallecer.

Lo miró con las pupilas dilatadas y labios rojos. —Más, más, Louis, más, amor.

Y cumplió sus peticiones, el ojiazul lo sostuvo con fuerza de la cintura para moverse más rápido, golpeando justo en el punto de Harry y ocasionaba que se le escaparan gemidos altos y enredara sus dedos en el cabello del castaño, jalando con fuerza. En algún punto de la noche envolvió sus largas piernas alrededor de él dejando que Louis se moviera con más fuerza y sin descanso alguno. Podía observar como sus músculos de sus brazos se tensaban y algunas venas se notaban.

Harry lo tomó de la nuca jalándolo hacia abajo para que sus labios se encuentren. Gimió gustoso cuando sus labios se encontraron y gemía sobre los labios de su amante.

—Lou, Lou, voy a venirme.

—Está bien, cariño, hazlo—dijo besándolo una última vez para colocar una mano al lado de la cabeza de Harry moviéndose lentamente y con profundidad—. Lo estás haciendo muy bien, amor. Tan bueno y precioso estando así.

Harry no tardo en venirse con Louis moviéndose en su interior persiguiendo su orgasmo y dejando que sus dedos conozcan la piel del rizado. Intentó regular su respiración pero se terminó abrazando de Louis. La respiración suave en cuestión de algunos minutos lo hizo darse cuenta de que Louis había terminado, lo dejo libre para que pudiese deshacerse del condón y de subirse la ropa. Él ni siquiera se tomó la molestia de empezar a vestirse, tenía las piernas temblando, y estaba cómodo de esta manera.

Harry cerró los ojos unos momentos hasta que sintió a Louis subirse sobre él y besarle las clavículas y el pecho mientras sentía sus dedos acariciar la piel de su cintura.

—Si sigues viéndote así, voy a tomarte de nuevo.

Abrió un ojos riendo con suavidad. —Aunque suena una idea tentadora, ya es tarde y capaz y está vez no cachan y nos corren o algo peor.

—Aburrido—Louis bufó dejando besos en su cuello.

Sonrió enredando sus dedos en el cabello de Louis y a punto de pedir que lo lleve a su departamento o en un lugar más privado, pero su teléfono empezó a sonar en algún lado, intentó alejar a Louis pero este hizo caso omiso de su llamado.

Termino gruñendo pero no se alejó. —Manda a la mierda al que sea que te esté llamando.

—Debe ser algo importante.

Harry lo empujó con suavidad empezando a buscar su teléfono entre el desastre de ahí. Louis permaneció acostado acariciando su espalda. Suspiro un tanto enamorado y cansado antes de contestar, en un par de minutos se puso alarmado cuando escuchó todo lo que Niall tenía que decirle. Lo único que quería ahora mismo era saber si Niall estaba bien, así que colgó con un "enseguida estoy ahí" y empezó a colocarse la ropa en dificultad.

—¿Hay algo mal?

—Sí, mi mejor amigo tuvo un accidente de auto y necesito verlo—respondió con el corazón latiéndole tan rápido y sus manos temblaban.

—Te acompaño—Louis dijo.

Lo detuvo negando. —No es necesario, estaré bien. Además de que tengo que ver unas cosas, pero gracias por preocuparte.

Termino de vestirse y antes de que salir del auto, se inclinó hacia Louis sosteniéndolo de los hombros y lo beso con fuerza y suavidad. El castaño lo capturo de la cintura acariciando en círculos ahí.

Harry lo miró una última vez sin saber que se iba a arrepentir en un par de horas.






Harry abrió la puerta malhumorado esperando a que su amigo entrara para poder cerrar la puerta y cruzarse de brazos esperando una explicación de porque se paso un alto y termino chocando. Parecía una madre preocupada por su hijo, pero tenía todo el derecho a estarlo, han sido mejores amigos por muchos años y porque Niall arruinó por completo su cita improvisada con un extraño que conoció en una restaurante y formalmente en un baño, además de que le quitó la oportunidad de Louis lo volviera a tomar en otro lugar y así conocerse más. Así que está en todo su derecho de estar enfadado con él, claro, después de que se cercioró que estaba bien y que no tuviese algún golpe o herida.

Solo fue un susto y ver lo daños del auto. Harry había permanecido cruzado de brazos mirando todo y esperando que Niall terminara de ver las cosas antes de jalarlo y conducir a casa, porque por una extraña razón no quería llamar a Mía.

Suspiro caminando hasta el sillón, deshaciéndose de la gabardina y de sus botas, antes de mirar interrogante a Niall.

—¿Me puedes explicar por qué te pasaste un alto?

—Bien—Niall caminó con una mueca en su rostro. Cuando llegó hasta él, lo tomó de los hombros—. Solo no te enojes ni te emociones porque ya estoy demasiado nervioso como para que me pongas más.

—¿Qué tramas?

—Choque porque estaba, y estoy muy nervioso, porque le voy a pedir a Mía que se case conmigo—soltó con ojos cerrados.

—¿Qué vas a pedirle qué?

—Matrimonio, Harry—Niall repitió de nuevo dejándose caer en el sillón antes de darle esa mirada de cachorro—. ¿Puedes prestarme tu auto? El mío está hecho mierda, como ya lo has visto.

Harry no va a decirle que no, por supuesto. Niall va a pedirle matrimonio a Mia y sabe lo importante que es eso. Harry desea tener algo así en algún momento de su vida, un anillo adornando su dedo, pero ahora con su cita no cree que sea posible, lo cual lo llevó hacia otros pensamientos en dónde dejo escapar una sonrisa tonta, solo le duró unos cuantos segundos antes de caer en cuenta y llevarse las manos en el rostro soltando un quejido y un lloriqueo.

Iba a matar a Niall, de eso no hay duda, incluso no tendrá tiempo de pedirle matrimonio a su novia. Simplemente no puede creer que haya olvidado pedirle su número a Louis o alguna red social para buscarlo más tarde, con lo único que se quedó, fue con el recuerdo de su rostro, de su sonrisa, de sus besos y las muchas maneras que lo hizo sentir esa noche.

—Me alegro mucho que vayas a dar este paso—Harry lo empujó enfadado—, pero me has roto cualquier posibilidad de volver a verlo.

—¿A Daniel? Pero si tienes su número—Preguntó confundido—. Por cierto, ¿Cómo les fue? No sé porque pregunto, si estás con ese aspecto de recién follado. Dios, Harry, ¿Tuviste sexo en tu primera cita?, no esperaste por lo menos la segunda.

—A él no lo menciones.

—¿Qué sucedió?

—Fui a la cita, lo conocí, pero no dejó de hablar de él todo el rato, ni siquiera me preguntó cómo estaba—resopló rodando los ojos—. Luego cuando me cansé, me escondí en el baño y conocí a este precioso chico, Louis. Y bueno, ambos teníamos citas horribles y tomamos vino y comimos postre en su auto, luego las cosas llevaron a otras y terminamos teniendo sexo en su auto, uno fantástico por cierto.

—Harry, eso último era muy innecesario.

—Sí, bueno, te lo mereces por arruinar que lo vuelva a ver—se cruzó de brazos—. No conseguí su número ni nada para encontrarlo.

—¿Y eso es mi culpa por qué...?

—Porque tu llamada y la preocupación me hizo correr y se me paso por completo pedirle su número—se quejó dejándose caer en el sillón tapándose el rostro.

Niall lo tomó del rostro obligándolo a mirarlo. —Primero haremos una cosa. Voy a pedirle a mi novia matrimonio y mañana vuelvo y buscamos al amor de tu vida o al mejor polvo que has tenido, porque estás hecho un desastre y porque tienes una maldita sonrisa grande.

—Bien.

—Sabía que ibas a aceptar.

Niall dijo tomando su rostro con fuerza y dejando un beso en su frente para saltar y salir del lugar con las llaves del auto del rizado. Harry solo rezaba que no chocara su auto y porque pudiesen encontrar a Louis. Solo eso pedía.







—Me rindo y todo esto es tú culpa.

Harry se dejó caer en el sillón cuando abrió la puerta y dejo las cosas a un lado y caminó con mucho cansancio y una decepción en su cuerpo. Pensó que con Niall iban poder encontrar a Louis en aquel restaurante en dónde se conocieron. Fueron toda la semana alternando entre desayunar unos días, otros almorzar y otros cenar, con la esperanza de poder encontrar a cierta persona de ojos azules y cabello suave y castaño, pero ya es domingo y Harry ya perdió todo rastro de esperanza que había en él.

Y Daniel no ha parado de mandarle mensajes preguntándole que estuvo mal y Harry se contuvo de responderle que todo, que absolutamente todo. Simplemente quiso pensar que no es para él, que no estaban destinado. Solo logró decirle una buena excusa y no han hablado desde hace días y eso lo hizo sentirse un poco aliviado.

—¿No le viste las placas del auto?

Harry le tiró una mirada molesta. —¿Crees qué iba a tomarme el tiempo de memorizar las placas de su auto?

—Claro, estabas demasiado ocupado con otras cosas.

Se sonrojo furiosamente cuando lo escucho. Dios mío, él entrando en una crisis por no encontrar a Louis y porque ya lo extrañaba y Niall haciendo sus tontos chistes y bromas, olvidando por completo que si no fuese por su culpa, estuviera hablando o besándolo en ese instante.

—¡Deja de hacer chistes! ¿No ves qué estoy entrando en crisis?

Niall se acercó a él sentándose a su lado para acariciarle los rizos. —¿Tanto te gustó?

—Muchísimos, Niall. Conectamos de manera distinta, fue tan rudo, amable y divertido.

—Seguro que lo encontramos en algún momento—Niall lo ánimo—. Incluso esta noche podemos volver a ir a ese restaurante, la verdad es que sus platillos son deliciosos.

—¿Y si ya tiene a alguien más? ¿Y si ya conoció a otra persona y se enamoró?—preguntó preocupado.

Harry solo pedía que por favor no se enamorará de alguien más.

—No creo que te olvide tan pronto y menos como terminaron las cosas entre ustedes.

Rodó los ojos con ciertos cariño reflejado en sus ojos. No podía permanecer tanto tiempo enojado con su amigo, aún cuando en cierta parte tuvo la culpa, pero no podía hacerlo sentir mal, entendía porque se encontraban en esos instantes. Dejó que Niall lo abrazara antes de empujarlo y enviarlo a comer y celebrar su compromiso con Mia.





Suspiró cansado mientras caminaba por los pasillos de su edificio. Había salido de su trabajo, después de un largo día y no pudo evitar ir a ese restaurante, no solo para tener encontrarse con suerte a Louis, sino porque en verdad le gustó el lugar y siempre reservaba en su hora del almuerzo, aún cuando iba solo, disfrutaba del lugar. Cada día la esperanza de encontrar a Louis se apagaba, ni siquiera sabía dónde encontrarlo que no sea en ese restaurante y estaba perdiendo las esperanzas de una relación, porque parecía que cuando estaba a punto de encontrarlo todas las posibilidades se van, justo como sucedió con Daniel, con sus otras parejas y ahora con Louis.

Miró brevemente el pasillo antes sacar su teléfono y mirar sus mensajes, a la vez que caminaba distraídamente. En cuestión de minutos alguien lo deriva cayendo sobre su trasero y recuperó su teléfono en el aire, pero las lamidas en su rostro lo hicieron cerrar los ojos y soltar grititos fuertes. El rizado abrió los ojos lentamente encontrándose con un perro moviéndose animadamente mientras le lamia el rostro. Cerró los ojos riendo y tratando de alejarlo, claro, sin éxito.

Escucho pisadas rápidas pero no se atrevió abrir los ojos.

—¡Clifford!

Harry abrió los ojos alzando la cabeza al momento en que escucho esa voz muy conocida. Se terminó encontrando con estos ojos azules y ambos se quedaron plasmados viéndose fijamente hasta que Clifford le empujó la nariz helado en su cuello.

—Harry.

—Louis—dejó escapar por lo bajo, como una caricia para el castaño.

Louis se agachó para tomar la correa en sus manos y alejar a Clifford de los brazos del rizado. Harry se quedó sentado mirándolo, aún con un poco en shock al verlo ahí después de un tiempo buscándolo. No entiende cómo es que estaba frente a él y luciendo más guapo de lo habitual, la ropa informal le quedaba bien y Harry estaba con el corazón desbocado y una sonrisa tímida en su rostro.

—Clifford, no seas irrespetuoso y menos con un precioso chico—lo reprendió negando con la cabeza. Louis extiende su mano—. Déjame ayudarme, amor.

Harry lo aceptó, ni loco iba a dejar pasar una oportunidad como esa. La mano de Louis lo sujeto con fuerza y cuando estuvo lo suficientemente equilibrado lo atrajo hacia él chocando con su pecho y con poca distancias entre ellos. De alguna manera su mano sujeto su cintura y Harry tenía una mano en su pecho sintiendo su respiración irregular. No dijo nada acerca de eso, porque él mismo estaba temblando y con el corazón como un loco.

—¿Estás bien? ¿Clifford, no fue muy duro?

—No, yo—se sonrojo furiosamente y más con la cercanía.

—¿Qué pasa?

—¿Qué haces aquí? Digo, te he buscado—se mordió el labio avergonzado por haber soltado lo último. Louis sonrió arrogantemente.

—Me acabo de mudar, en la mañana—comentó—. Y Clifford quería recorrer el parque que está aquí cerca. ¿Vives en este edificio?

—Sí, en realidad ahí es mi departamento.

Señaló uno de lo departamento para luego caer en cuenta que aún estaban casi abrazados, pero no hizo nada por alejarse, en cambio se empujó un poco más a Louis. Aún se le hacía un poco impresionante tenerlo en frente después de algunas semanas sin encontrarlo. Quiere creer que no ha sido el único.

—Muy cerca—Louis regreso su mirada a él—. También te he estado buscando, creo que no hemos tenido suerte de encontrarnos hasta ahora.

—Sin duda.

Harry no terminó de decir cuando sintió un empujón y como Clifford se mueve tratando de llevar a Louis consigo. Lo miró alzando las cejas y el castaño solo rodó los ojos un poco irritado y frustrado.

—Tengo que llevar a Clifford—soltó su agarre en Harry para sostener bien el correa.

—Louis...

—Está bien. Vivimos a unos cuantos departamentos, solo toca en algún momento porque ahora mismo Clifford está siendo un dolor de cabeza y más cuando espero besarte de nuevo.

—Puedes besarme ahora—mordió sus labios sintiendo esa calidez extenderse en su pecho y el sonrojo abarcar parte de su rostro.

—No voy a querer apartarme, es mejor así—Louis suspiro indeciso, se notó en su rostro.

Harry terminó soltando un puchero, pero lo dejó ir con la esperanza de que en otro momento pueda obtener un beso. Lo dejo ir porque ahora sabía dónde podía encontrarlo y esa idea lo hizo pensar en varias cosas divertidas.






Harry gimió con suavidad mientras tenía la bata de seda abierta y Louis estaba encima de él besándolo con profundidad y sus dedos se deslizaban por sus piernas. El rizado estaba aferrado a él, con los brazos envueltos detrás de su cuello jugando con el cabello de su nuca y a la vez de sus labios escapaban sonidos gloriosos que llenaban la habitación. Habían estado un tiempo así, con Louis totalmente vestido, lo cual es irónico, y con Harry desnudo y con la bata abierta mientas Louis lo besaba a su antojo y él se deshacía entre sus brazos.

Deberían levantarse de esa cama en la que habían estado varias horas, sin embargo, Harry no tenía fuerza ni la convicción para alejarse, no podía, no cuando sentía sus ojos cerrarse al sentir a Louis acariciar su piel y el vello de su cuerpo se eriza y tiene que soltar los sonidos de su boca. Esta vez tenían la suerte de estar en un lugar cerrado y privado, con solo ellos dos ahí, que se permitió soltar todos los gemidos que quería. Ni siquiera estaban tenido sexo, solo estaban en la cama besándose mientras es acariciado, pero su cuerpo reaccionó de maneras distintas que él dejaría hacerse.

Louis se alejó con los labios hinchados. —Te recuerdo que tenemos una reservación pendiente.

—No que yo recuerde.

—Pequeño mentiroso—maldijo inclinándose para besar sus labios—. Es San Valentín, lo que quiere decir que hoy se cumple un año desde que nos conocimos.

—Sí, lo recuerdo muy bien. Ese día estaba tan encantado de conocerte.

—También estuve encantado de conocerte y ahora tenemos una cita—recordó Louis—. Voy a vestirme y quiero que hagas lo mismo.

—Pero quería permanecer en la cama contigo encima—se le formó un puchero tratando de tomar la mano de Louis y acercarlo de nuevo.

—Cuando volvamos, o lo hacemos en el auto, de todas formas ya lo hicimos una dos o cuatro veces ahí.

Harry alzó una ceja divertido antes de soltarse y reír. —Trato.

Vio como Louis desapareció en cuestión de minutos y Harry tampoco quiso perderse la reservación por lo que se sentó, se amarró la bata y caminó hasta el closet con una sonrisa suave y con la calidez ser parte de su pecho. Después de todo, va a tener un buen San Valentín está vez y Louis es la causa de eso.

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