Secret love and cups of coffee
Harry tiene una pequeña cafetería. Nunca espera que Spiderman se presente cada noche antes de cerrar.
Tag: Superhéroes, Louis spiderman.
Dedicado especialmente a VabyRodriguez
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Harry suspiró una vez que el último cliente salió. Él se despidió amablemente mientras le deseaba buenas noches e inmediatamente cerró la puerta y le dio la vuelta al letrero y las palabras cerrado, cosa que lo hizo suspirar. Porque ha sido un día verdaderamente encantador, solo un día calmado, con clientes amables, respetuosos y tranquilos y porque el día ha sido generoso con él. Un precioso día con un sol en lo alto, el cielo despejado, libre de algún signo de lluvia y así fue. Un día precioso para que las personas puedan caminar por el parque y maravillarse con la calidez que emana su cafetería y el aroma dulce llegando hasta sus sentidos. Y ha tenido un día productivo que ha terminado cansado, pero está satisfecho de haber tenido un buen día y porque muere por llegar a casa y dejarse caer en su cama mientras duerme un poco, pero sabe que cuando cruce la puerta hará mil cosas que acostarse tan pronto a dormir.
Porque una vez que terminaron sus clases de universidad, corrió hasta la cafetería, beso la mejilla de la amable señora que se encarga de su cafetería mientras él está ocupado en sus estudios y cuando consigue llegar y a los pocos minutos lo hace Niall, ambos se hacen cargo del lugar. Y aunque ha hecho mil cosas en el día, no se siente tan abrumado porque tiene a su familia y amigos quien lo ayudan en la cafetería. Una cafetería que tiene un significado demasiado importante para él, solo por el mero hecho de que su abuelo al morir fue lo único que dejó en sus manos. Su preciada cafetería, en dónde Harry se la pasaba estudiando con una buena taza de café y un buen sándwich, porque su infancia paso rodeado de este aroma y la sonrisa satisfecha de su abuelo. No había nada más grato que terminar un día más sabiendo que su abuelo estaría orgulloso de él.
Y no hay nada más grato para él que trabajar medio tiempo en la cafetería y terminar otro día más.
Extendió con una sonrisa cansada a Niall. Los demás empleados se han despedido para marcharse a casa y Harry les ha agradecido en el alma estar para él, porque a pesar de que son sus empleados son más que eso, porque han estado ahí desde que era pequeño y desde que su abuelo murió.
—¿Nos marchamos a casa?
Asintió caminando hasta una silla alta y sentándose. Ha estado de pie un buen rato y está hambriento, pero termina negando hacia su amigo cuando recuerda que tiene que terminar de poner en orden unas cosas del lugar para poder marcharse a su departamento, a su cálido y lindo departamento, lo extraña más que nada. Sus días son ajetreados, está de aquí para allá, que a veces se toma un largo descanso y su madre siempre están dulce para saber que la vida puede ser un poco cansada y más con las cosas que debe hacer todo el tiempo.
—Debo terminar de checar unas cosas—resoplo—. Pero ve a tu casa, seguro no me toma mucho tiempo. Puedes tomar algo para tu cena y llevarle algo a tu madre.
—Dalo por hecho.
Harry rio levemente cuando vio a su amigo tomar un par de panecillos de chocolate y vainilla guardándolos en una bolsa de papel. Cuando terminó de recoger sus cosas se acerco a él y lo envolvió en un gran abrazo. Se permitió cerrar los ojos sintiendo su amistad fortalecerse en ese simple, pero importante acto. Se alejó un poco sintiendo los dedos de su amigo despeinar sus rizos.
—No tardes. Ve a descansar un poco y mañana nos vemos.
—Gracias por todo, Niall—le sonrió expresando sinceridad en sus palabras—. Siempre.
El rubio le sonrió antes de salir del pequeño lugar, pero que para Harry es demasiado importante que no importe que tan pequeño o insignificantes sea. Siempre se siente tan victorioso cuando logra terminar un día más.
Una vez que lo vio salir y perderse de su vista se levantó para acomodar algunas cosas del lugar. Regresando todo a dónde pertenece, porque en el día los empleados están de un lado a otro. También se encargó de guardar las postres que han quedado en una bolsa para llevarlos a casa o incluso ofrecerle algunos a sus vecinos, sobre todo a esa amable anciana que lo invita a tomar el té de vez en cuando y cuida de su departamento cuando está todo el día afuera. Cuando terminó dejo escapar un suspiro bajo tomando las llaves de su departamento antes de apagar unas cuantas luces y salir del lugar.
Metió las llaves para cerrar, pero antes de que tuviese la oportunidad se le escapan las llaves de las manos cayendo al suelo en un sonido sordo porque los latinos frenéticos de su corazón son lo único que escucha en esos momentos y ve su vida pasar delante de él en cuestión de segundos fugaces. Se llevó la mano al pecho y con la poca valentía y la fuerza se dio la vuelta para encontrar a algún ladrón que busca quitarle sus cosas valiosas y entrar a la cafetería y vaciar todo, pero no esperaba para nada encontrarse con esa figura ante sus ojos.
Jadeo sorprendido mirándolo detenidamente esperando que la imagen se evapore ante sus ojos y se de cuenta de que es producto de su imaginación, pero no sucede y antes de que pudiese escapar algo de sus suaves labios el quejido del hombre frente a él lo hace volver a la realidad y examinar y caer en el corte en el traje sobre su brazos. Puede notar la sangre escurrir de ella y Harry no sabe cómo reaccionar ante todo lo que se presenta en sus ojos. Él no es el héroe ahí.
Tragó saliva antes de mirar a su alrededor y ver qué nadie se da cuenta de que el increíble hombre araña está planteado frente a él, a pesar de que es una lugar concurrido y el parque está frente a ellos.
—¿E-estas bien?
No sabe cómo logró encontrar las palabras, pero se alegra de poder haberlas formulado.
—¿Crees que lo estoy?
Parpadeo ante su voz, y no a través de un televisor. Incluso se le hace un poco increíble verlo a todo color, con sus propios ojos y no en los periódicos de la ciudad. Todo es un poco loco que cree que es un sueño, porque tiene al hombre araña frente a él, a un héroe y él no sabe cómo reaccionar que incluso se siente un poco tonto y patético, pero logró recuperar toda cordura e inmediatamente se agachó tomando sus llaves y abriendo la puerta. Incluso se atreve a tomarlo del brazo sintiendo la tela de su traje y lo lleva dentro.
Con dedos temblorosos logró prender las luces e inmediatamente lo llevo hasta una de las mesas y lo dejo sentarse ahí y no demoró en buscar el kit de primeros auxilios que sabe que está en algún parte. Cuando se encontró solo se permitió llevar una mano al pecho para respirar con suavidad, porque los hechos pasaron tan pronto que lo han hecho sentir que estaba respirando rápidamente y porque sintió que el aire le faltaba en algún punto de todo eso.
No tardo en retomar la compostura y tomar el kit regresando dónde estaba el hombre araña. Lo encontró mirando el lugar con cierto interés. Arrastro una silla hasta él, sonriéndole avergonzado y con las mejillas entintadas de timidez al no saber cómo tratar con frente a él.
—¿Puedo por lo menos saber tu nombre?
—Sí, lo siento—rio avergonzado—. Solo te arrastre así. Soy Harry.
—Lindo nombre.
—Su-supongo que no se me permite saber el tuyo—bajo la mirada aún con el corazón a todo lo que da.
—Solo llame L u hombre araña, como gustes. Ya estoy acostumbrado—el hombre se encogió de hombros restándole la menor de las importancias.
L. Se permitió saborearlo en sus labios un poco curioso, seguramente sea la primera letra de su nombre, su verdadero nombre. Luego de unos cuantos segundos regreso a la realidad y le sonrió con pena al hombre tomando su brazo para inspeccionar la herida. Nada de qué preocuparse y para la suerte del hombre araña, estudio enfermería por unos cuantos semestre antes de darse cuenta que no era la suyo, por lo que sabía qué hacer en algunos casos.
Se encargó de limpiar la herida y curarlo con cautela y delicadeza ante la impotente mirada del hombre araña. Eso no ayudaba en nada porque sentía un gran respeto a su persona, porque gracias a él se encuentran seguros en esa ciudad tan grande.
—¿Ya has hecho esto?
Alzó la mirada dejando libre el brazo del castaño. —Un par de veces. Estudie enfermería un par de semestre, pero no fue lo mío.
—Entiendo.
—¿No te importaría que pregunte qué fue lo que pasó y por qué casi me matas del susto pensando que iba a ser asaltado?—preguntó un tanto exaltado.
—Unos tontos que buscaban asaltar a alguien. En realidad venía tranquilo y no pude evitar ponerme en acción cuando vi lo que sucedía. No contaba que uno de los tipos sacara una navaja, y ante de poder hacer algo me hicieron este corte—relato antes de verlo inclinarse hacia él—. Pero no te preocupes ricitos, ellos tuvieron su merecido. En cuanto a lo otro, no esperaba asustarte en realidad, ya he venido unas cuantas veces aquí y siempre muero por uno de esos pastelitos y estaba hambriento.
—¿Estás diciendo qué preferiste saciar tu hambre que curar tu herida?
—Cuando eres un héroe estás cosas ya no son importantes, y esto ya lo veo insignificante con las cosas que me han pasado.
No sabe cómo tomarse todo. Primero, porque el hombre araña a admitido que ha estado en su local un par de veces y él no se ha dado cuenta, claro, no lo haría porque nadie conoce quien está detrás de esa máscara y Harry puede calcular que es alguien joven y posiblemente atractivo. Quiere creer que es de esa forma. Y lo segundo, es que estás cosas se han vuelto insignificantes para él y puede llegar a entenderlo, ha visto las impactantes noticias y lo que ha enfrentado, que puede entenderlo.
Se atrevió a examinarlo por completo y no evitó que sus mejillas se incendiaran tanto que termino haciendo reír a L. Quizás solo trataba de pensar si hay algún cliente que llene la imagen del hombre araña. No le vino nadie en mente.
Cuando recordó se levantó de golpe ante la atenta mirada curiosa del hombre frente a él. Toma la bolsa con los pastelitos y se los extiende a L.
—Harry...
Cuan raro sonó su nombre salir de los labios del hombre araña.
—Tómalos—le sonrió con tranquilidad—, como un agradecimiento por lo que haces siempre.
—Eres encantador, un héroe, porque vas a aliviar el hambre que siento.
Harry se permitió reír ante sus palabras y su sola presencia, porque se sintió nervioso de un momento a otro, porque eso sonó muy dulce y porque no puede evitar sonrojarse frente a él, porque es débil y más ante un guapo héroe estando a poco centímetros de él.
—Creo que el héroe aquí es otro.
—Lo dudo mucho, Harold—se deslizó con simpleza—. Créeme me has curado mi herida y mi hambre. Lo que quiere decir que debo irme y seguir con la tranquilidad que me ha sido arrebatada.
Con eso, el hombre araña bajo la cabeza en señal de agradecimiento antes de verlo salir por la puerta y verlo perderse entre los edificios altos. Miró el cielo anonadado aún por todo lo que ha pasado en tan poco tiempo, sin creerlo del todo. Unas cuantas palabras cruzadas con él, le dan la razón de que es alguien joven, alguien con lengua suelta, confiado y divertido.
Solo le ha tomado minutos para darse cuenta de esas cosas. Cerró la puerta cuando termino y apago las luces y mientras caminó. Mientras caminaba para su casa siguió regresando en el mismo escenario una y otra vez, hasta que se lo creyó.
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El rizado empujó la puerta del local con un suspiro de que empieza parte de su día. Dejo que Niall cruzara primero y se deshizo de sus pertenencias, pero antes de que tuviese la oportunidad de pasar por la parte de atrás y cambiarse, se detuvo cuando vio un precioso arreglo floral adornando parte del mostrador y mostrando cuando bellas son las flores. Le alzó una ceja a Niall tomándolo del brazo para arrastrarlo hasta ahí y mirar de cerca lo precioso que están las flores. Todas de diferentes tipos y colores, pero que combinaban unas con otras.
Ser permitió tocarlo antes de mirar interrogante a Niall y soltar unas cuantas risas. Seguramente alguna de sus empleadas ha recibido un bonito arreglo floral y Harry adora cuando alguien tiene ese precioso detalle. Se inclinó en el mostrador cuando Marie aparece y señala las flores.
—¿De quién son? Son preciosas.
—Tuyas—ella soltó—. Las trajeron diciendo que eran para ti y hay una nota. Ahí debe decir quién las mando.
—¿Son para Harry?—Niall soltó sorprendido antes de empujar el hombro del rizado—. ¿Por qué no nos dijiste qué tenías un admirador?
—No tengo ninguno, ni siquiera sé quién las ha mandado.
Harry respondió igual de sorprendido. Es que no se le cruzaba por la cabeza quién ha sido capaz de enviarle tales flores. Simplemente ha pensando que ha sido para alguien de sus empleadas y no para él. Estaba confundido, pero no tardo en acariciar las flores con sus dedos mientras una sonrisa suave se extiende por su rostro, porque nunca ha recibido flores y menos así de preciosas, que ahora miles de opciones cruzan por su cabeza que solo es cuestión de tomar la nota y verificar sus sospechas.
Buscó la nota en algún lugar y no tardo en abrirla viendo una desprolija caligrafía. La escaneó leyéndola al momento en que sus ojos pasaron por las letras y termino soltando un jadeo por lo bajo y más con quién firmaba la nota.
"Un pequeño detalle de agradecimiento por lo de anoche. En serio que eres el mejor enfermero de todo el país y esos pastelitos me hicieron la noche
Debería pasar más seguido si puedo apreciar de cerca esos bonitos ojos y recibir unos cuantos pastelitos más.
Tu amigo, el hombre araña"
Tan pronto como escapa de sus labios ese jadeo Niall le arrebata la nota leyéndola con rapidez antes de alzar su mirada sorprendida e incrédula. Posiblemente Harry este del mismo modo, porque le tomo toda la noche darse cuenta de que intercambio unas cuantas palabras con el hombre araña, que esto lo ha dejado anonadado. Solo ha sido desde el bonito arreglo de flores hasta la nota que lo ha dejado sonrojado y con los dedos temblando.
Niall lo tomó del brazo alejándolos a un lugar más apartado. Sus ojos casi se salen de sus cuencas, porque claro, Niall es muy fan de él, siempre hablando de él todo el tiempo.
—¿Qué mierda, Harry?
—¿Eh?
—¿Desde cuándo conoces al hombre araña y desde cuándo eres su amigo?—Niall trató de bajar la voz, pero estaba completamente alterado.
—No somos amigos...
—Eso no decía la nota. ¿Qué es eso de "apreciar tus bonitos ojos"?
La verdad es que quisiera tener todas las respuestas de esa preguntas porque él está igual de confundido aún por todo. Por anoche, por las flores, por la nota. Sin embargo, aún con todas esas dudas inundando su ser se sonrojo demasiado, tanto que sentía sus mejillas calientes. Solo ha sido un detalle tan bello y porque le ha halagado sus ojos.
Suspiro antes de tomar a Niall de los hombros y sacudirlo un poco. Entiende su emoción, aunque él no es fan simplemente le tomo de sorpresa. No todos los días te encuentras con el hombre araña y claramente no le va a decir a su amigo que ha estado un par de veces aquí, porque está seguro que no parara de señalar a cada cliente que entre y tenerlo en la mira. Eso es lo que menos quiere.
—Calma, Niall—le dijo—. Ayer antes de irme a casa apareció, tenía el brazo con un corte y tenía hambre. Solo fui amable y lo deje pasar, cure sus heridas y le di unos cuantos panecillos.
—¿Y lo dices tan calmado?
—Sí—bajo la voz—. Y ha sido un detalle por lo de anoche, nada más. No somos amigos, ha sido la primera vez que lo he visto, aparte de los noticieros y esas cosas.
—Que suerte tienes.
—Entonces deberías cerrar por mi—bromeo.
—¡Ni lo piense!—Niall lo alejó entrando en la parte de atrás para cambiarse.
Harry negó divertido antes de caminar hasta el mostrador para oler las flores con una pequeña sonrisa y regresó a sus labores. Tomó la pequeña nota guardándola a salvo entre sus cosas de su mochila, ahí donde estaría segura de mojarse, de perderse y la vista de los demás.
Cuando la noche cayó y todos se despidieron se encargó de acomodar las cosas, de cerrar la puerta y colocar el letrero de cerrado y acomodo un par de cosas antes de sentir como su corazón volvía a latir desenfrenadamente. El pequeño sonido en la puerta, un pequeño toc, toc lo hizo paralizarse. Con valentía se dio la vuelta solo para suspirar cuando vio al hombre araña recargado en la puerta alzando su mano en un saludo.
Harry estaba sorprendido, pero no entiende porque el hombre araña está de nuevo ahí. No demoro en abrirle la puerta y verlo caminar con dificultad hacia una de las sillas.
—¿Qué sucedió está vez?
—¿En serio quieres escuchar?—se quejó del dolor—. Solo necesito un pequeño descanso y tú cafetería estaba cerca. Vi las luces prendidas y no dude en venir. ¿He venido en un mal momento?
—No, no te preocupes—Harry mordió sus labios—. ¿Quieres algo de hielo y algunas pastillas para el dolor?
—Te lo agradecería. Esto duele como el infierno.
Harry corrió hacia la nevera que tenía en el lugar tomando una bolsa de hielo y busco algunos analgésicos de su mochila y tomo una botella de agua. Cuando regreso a él le tendió la botella y los analgésicos y le pidió que subiera su pierna en su regazo para colocarle el hielo dónde le dolía. Ni siquiera quería preguntar, porque seguro que es algo que pasa seguido. Ese pensamiento lo hizo apachurrarse en su lugar y preocuparse.
Se sonrojo cuando sintió su mirada sobre él, recorriéndolo de pies a cabeza. Luego su mirada cayó en las flores y se relajo ante su tacto.
—¿Te gustaron las flores? No sabía cuáles enviarte.
—No te hubieses molestado, seguro estás ocupado todo el día con tus asuntos.
—Siempre hay un tiempo para agradecer.
Le sonrió con suavidad. —Me han encantado, son preciosas.
—Eso me da una calma, no soy bueno para esas cosas, pero me esforcé.
Harry asintió mordiendo sus labios mientras presionaba el hielo contra la tela del traje de hombre araña. Y el silencio es algo raro, no es cómodo, pero tampoco tan tenso y Harry tiene tantas preguntas que termino alzando la cabeza y mirándolo con tanta curiosidad como si pudiese saber que con una mirada profunda pudiese darse cuenta de cómo era en el aspecto físico.
—¿Crees que pueda saber unas cosas sobre ti?
—¿Cómo que quieres saber?—a pesar de que el rizado está cuidando de él y lo ha curado, no bajo la guardia.
—No sé. Quizás, cuántos años tienes o si esto es lo único que haces de tiempo completo—Harry dijo de manera lenta antes de aclararse la garganta—. Por ejemplo, yo tengo veintidós años, estudio administración de empresas. ¿Y tú?
El hombre araña relajo su posición asintiendo un par de veces. —Tengo veinticuatro, no tan alejados ¿No? Y también voy a la universidad, también una mierda ¿No?
Harry soltó una risa divertida, sintiéndose un poco más relajado y menos tenso al saber que no está hablando con señor mayor y está hablando con alguien casi de su misma edad, y en sí, no tienen tantas diferencias entre ellos. Es como cualquier persona, incluso podrían estar estudiando en el mismo lugar, aunque nunca se atreve a preguntar porque no sabe si le respondería o si sobrepasa los límites. El chico ha sido amable de responder unas cuantas preguntas, y sabe que las respondió porque se vio en la necesidad y compromiso de hacerlo. Ha estado cuidando de él los últimos minutos y lo ha curado ayer en la noche.
Se le hace un poquito increíble que sea tan suelto, tan divertido y que entre en confianza tan rápido. Quizás, la máscara ayuda mucho, porque Harry es un tanto tímido y tarda un poquito entrar en confianza.
—Ayer dijiste que has venido un par de veces. ¿Te he atendido?
—Creo que solo un par de veces—Murmuro—. Siempre me atiende una señora, muy amable por cierto.
—Marie—señalo—. Y si, lo es. ¿Quieres un poco de café y algún sándwich?
—Mi salvador—el chico exclamó con la mano en el pecho.
Harry parpadeo sonrojándose al momento. Balbuceo. —¿Cómo comerás? Quiero decir, tu máscara estorba.
—Puedo hacer esto, Harold—el hombre araña alza un poco su máscara dejando libre sus labios.
Se fijó en lo poco de su rostro que pudo observar. Sus labios son finos y rojos. Harry tragó saliva sintiéndose de repente nervioso ante la presencia de él. Unos pequeños lunares adornan su piel lisa, pero eso es lo único que puede observar, incluso su nariz estaba oculto. Cuando escucha su nombre, se disculpa antes de correr a la cocina y obtener un par de sándwiches que han sobrado del día y se encarga de hacer café. El vapor lleno ese lugar y el aroma los envolvió lentamente. Él estaba hambriento también, por lo que decidió tomar otro sándwich, algunos panecillos que parece que le gustan a L y cuando los cafés estuvieron listos se encargó de llevarlo a la mesa.
El hombre araña se levantó, pero Harry negó un par de veces diciéndole que podría lastimarse más la pierna y que no hay problema alguno. Luego se dejó caer en la silla con un suspiro de alivio.
—¿Y bien algo interesante que contar? Porque como ves, no puedo decirte mucho de mí.
Eso lo hizo sentirse un poco triste, sintiendo que no parece lo suficientemente confiable para guardar un secreto de esa magnitud, pero entiende que él no lo ve de esa manera.
—Mi mejor amigo miró la nota que has dejado en las flores y se ha exaltado—rio revolviendo el café con un poco de azúcar—. Él es un increíble fan ¿Sabes? Casi me mata ahí mismo por no decirle que te conocí.
—Eso me hace sentir halagado—dijo mordiendo un pedazo de su sándwich—. Después de un largo día de universidad y pelear con los malos, esto sabe a gloria.
—¿Siempre estás peleando?
—No, algunos días son tranquilos. Nada que los policías de la ciudad puedan arreglar, pero a veces cuando camino para mí departamento no puedo evitar encontrarme con robos, incendios y mi instinto me hace querer ayudar.
Eso lo hizo sonreír inmensamente, con hoyuelos floreciendo en sus mejillas y el color se esparce como neblina en sus mejillas y pudo notar que el chico lo miro unos largos segundos y una leve sonrisa apareció en los labios del otro. Es un poco tonto que sienta esa presión en su pecho, pero solo es un humano débil, pero no sabe cómo es físicamente, pero puede notar que es atractivo, sus labios son finos y la fuerte y definida mandíbula lo hacen notar así.
Y se le hace lindo que a pesar de que no tiene la responsabilidad de cuidar a la ciudad, de estar ahí cada momento del día, él aun así se encarga de protegerlos, de exponerse a tales cosas solo para salvar a las demás personas y sabe que recibe agradecimientos, pero tal vez no bastan con unas simples palabras.
—Eso es lindo.
—Supongo—se encogió de hombros antes de seguir hablando—. Hablando de tu amigo, puedes mandarle saludos de mi parte y si se queda un poco más tiempo algún día de estos, pueda pasar a su saludar.
Y eso le haría increíblemente feliz a Niall, lo haría, pero Harry quiere mantener esto un poco más de tiempo para él, de ser el único al cual acuda cuando algo le suceda. Es un poco tonto y egoísta, pero quiere esto un poquito para él, solo por un tiempo.
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Le toma tres semanas volver a ver al hombre araña. Fueron unos días en que esperaba que tocara la puerta o que apareciera de esa manera en que hace que su corazón lata desenfrenadamente y se aferre a algo por el miedo, pero no sucede. Hasta ese día en que Harry estaba sentado en la silla del mostrador moviéndose en la silla aburrido y distraído, cuando miró la hora y se dio cuenta de que solo faltaban unos cuantos minutos para cerrar la cafetería es que parpadeo aburrido. Solo eran Niall y él, especialmente cuando ya van a cerrar y no cree que vengan más clientes.
Tarareo una canción desplazándose por las redes sociales de manera aburrida cuando escuchó algunos sonidos de sorpresa a su alrededor. No sabía si fijarse en los jadeos sorprendido del pequeño niño que está sentado en una de las mesas, al igual que los de Niall o si mirar al hombre araña abriendo la puerta de su cafetería. Apagó su teléfono levantándose un poco sorprendido ante su presencia y se alegraba un poco que los únicos clientes ahí sean esas dos señoras, el niño pequeño y un bebé, y claro, ellos dos ahí.
Dejó escapar una sonrisa sintiendo su corazón apachurrarse de amor cuando se acercó al pequeño niño que lo miraba con admiración, claro y Niall no tardo en colarse y pedirle una foto e intercambiar algunas palabras. Aún le resultaba loco verlo ahí parado, pero era menos tenso y más cuando se han visto como seis veces en estas dos semanas que han pasado. Han forjado una pequeña rutina dónde a veces cura de sus heridas y le da algún panecillo o alguna taza de café, que ya no le sorprende mucho.
Dejó escapar una carcajada cuando Niall se dio la vuelta y lo miró y murmuró un—: Harry, está aquí.
—Lo sé, tonto.
Niall rodó los ojos regresando su atención al hombre araña mientras Harry se encargaba de hacer el café justo como a L le gusta, luego seleccionó unos panecillos, aunque le gustaría darle algo más de comer. Lo único que hacían eran desayunos y almuerzos.
—Hey, pequeño.
Harry sonrió al escucharlo mirándolo brevemente mientras se encargaba de hacer otras cosas.
—Hola, ahí tu ricitos—alzó la cabeza cuando lo escuchó encontrándose con el hombre araña.
—Hola, L—dijo bajito, riendo como un secreto entre ellos.
—Tu amigo es interesante.
—Lo es—asintió mirando por encima de su hombro para encontrar al rubio despidiendo de las personas—. ¿Por qué no has venido sin ese traje?
—No ibas a saber que era yo, además me has dicho que tu amigo es gran fan—alzó el mentón de manera altiva.
Asintió riendo suavemente. Tenía razón, le gustaría saber quién estaba detrás de ese traje, detrás de ese héroe. Lo único que sabía era que detrás de todo eso, había alguien divertido, suelto, amable, humilde y atento. Nada con la imagen que se creó desde hace años. Conocerlo aunque sea un poquito lo hace darse una idea ahora completamente distinta.
Miró unos momentos a Niall viendo cómo brincaba y soltaba chillidos bajos. Rio sin apartar los ojos del hombre araña. Había tantas cosas que le gusta saber, saber cómo era su cabello, el color de sus ojos. Sin embargo, sabía que no podía hacer tantas preguntas, no si él quería compartirlas en algún momento. Solo quería que él decidiera si confesarle algún día su identidad o si nunca lo hace lo entendería por completo.
—Lo es—sonrió antes de bajar la mirada—. ¿Quieres quedarte?
—Claro.
—Genial. Siéntate en alguna mesa, Niall y yo ahora vamos. Haré una cena rápida para hablar un poco—aplaudió emocionado.
Pasaron unas dos horas sentados compartiendo cosas sobre ellos, a excepción de Louis, él solo compartía cosas que no exponían su identidad. A pesar de eso, Niall está encantado, sin dejar de hablar en ningún momento. Hasta que se hizo más tarde y tuvo que resoplar como un niño pequeño cuando L dijo que tenía que irse.
Niall lo abrazó con fuerza antes de alejarse y darle espacio a Harry, aunque no hizo nada que solo acompañarlo a la puerta.
—Gracias por todo.
Rio negando. —¿Agradecerme? Debería agradecerte a ti, por lo que haces.
—Solo basta—soltó—. Ignora eso y déjame agradecerte por todo.
Harry así hizo. No hablo, pero termino soltando una risa porque también él se quedó en silencio. Se calló cuando sintió la mano de L acariciar su brazo con delicadeza y una corriente le recorrió cada centímetro de su cuerpo.
—Louis.
—¿Eh?
—Mi nombre verdadero es Louis.
Antes de que pudiese decir algo, sintió la mano de Louis alejarse de su brazo y no tardo en verlo desaparecer con rapidez que se le hacía increíble, aún cuando ya lo ha visto hacerlo ciento de veces. Se permitió mirar el cielo con una sonrisa, saboreando el nombre en su lengua.
♡
Louis. No podía dejar de pensar en esa noche, en como su tacto lo erizo la piel incluso a través de su traje. Negó queriendo alejar esos pensamientos y en la manera en que lo estaba haciendo sentirse. Era tonto sentir eso, cuando ni siquiera lo conocía físicamente, pero era una persona amable y servicial que estaba cayendo poco a poco y más con lo tratos entre ellos. Él era más de personalidad que del físico, pero no podía evitar sentirse tonto por caer un poco cuando no lo conocía sin ese traje.
Niall le golpeó el hombro cuando paso a su lado señalando la entrada. Se sonrojo mucho antes de sentarse bien y esperar a que el cliente se colocara frente a él. Tuvo que contener un suspiro cuando se encontró con esos increíbles ojos azules, demasiado azules que podría ponerse a escribir miles de versos aunque no sepa nada. Luego se encontró con esos labios finos y rojos, esa nariz respingada, pómulos afilados y una mandíbula definida. Y lo que llamó su atención era su cabello desprolijo y sus increíbles tatuajes resaltaban en su piel.
Dios santo, Harry tenía que contener la respiración para no suspirar y avergonzarse frente a él. Se aclaró la garganta viendo la sonrisa divertida que portaba el precioso chico.
—Buenos días, ¿Se le ofrece algo? Tenemos variedad de cosas—con dedos temblorosos logró tomar el menú—. Aquí está el menú, puede tener unos momentos para decidir por algo.
—Solo un panecillo de vainilla y una café late para llevar.
—Enseguida—asintió escribiendo su pedido para pasárselo a Niall.
Mientras su amigo se encargaba del pedido bajo la mirada para no encontrarse con los ojos de este precioso chico y porque sentía una pequeña pizca de decepción que su pedido sea para llevar. Harry solo es un tonto enamoradizo y más si esta persona tenía increíbles ojos.
—Primera vez que tú me atiendes, siempre me atiende está señora.
—Marie.
—Marie, claro—el chico río levemente como si supiera un secreto que él no.
—Lo sábados yo me encargo del mostrador y ella descansa, uhm por eso no está aquí—balbuceo un poco.
—Entiendo, no siempre me atiende un lindo chico.
Harry se sonrojo demasiado, sintiendo sus mejillas incendiarse y sus manos temblar. Es un adolecente enamorado, es claro, eso es lo que parece.
—¡Aquí su pedido!—Niall cortó el momento.
El precioso chico agradeció y por un momento su voz se le hizo un poco conocida, pero no es tonto para olvidar a alguien como él, y más con unos preciosos ojos. Miró molesto a Niall por romper el momento.
Solo esperaba volver a encontrarse con él.
Unas cuantas horas después, Harry brinco del susto cuando alguien lo tomó de las caderas desde atrás y beso su cabello. Se dio la vuelta con rapidez solo para encontrarse demasiado cerca de Louis. No podía apreciar sus ojos aunque quisiera, la máscara estorbaba. En serio se estaba preguntando que tenía Louis con asustarlo de esa manera y más de noche a punto de cerrar su local. Su preciada cafetería.
—Louis.
—Es raro escuchar mi nombre salir de los labios de alguien teniendo este traje ¿Sabes?—comento aún con las manos sobre él.
—¿Soy el único que sabe tu nombre?
—Tú y mi mejor amigo—se encogió de hombros.
—¿Él es el único que sabe cómo eres físicamente detrás de esa máscara?—preguntó curioseando.
—No es el único.
—¿Qué?
—Nada, Harry, nada—él rio antes de soltarlo por fin—. ¿Quieres pasear un poco?
Abrió los ojos escandalizado con su pedido. Se acercó a él. —¿Estás loco? Caminar y que todos te vean y se acerquen.
—¿Quién dijo de caminar?—Louis coloco una mano en la puerta. Y está seguro que detrás de esa máscara tiene una tonta sonrisa y una ceja alzada.
Abrió la boca sorprendido cuando capto a lo que se refería. ¿Estaba loco? Él ni en un millón de años dejaría que Louis lo sujetará y se columpiaran en su telaraña, no cuando tenía miedo de caer y que se rompiera. Técnicamente no era posible porque Louis lo ha hecho gran parte del tiempo, pero él no lo haría, aún cuando confiara mucho en él y estuviera seguro entre sus brazos. No, además que tenía un horrible pánico a las alturas que no podría hacerlo.
Negó un par de veces. Louis dejó caer su brazo y lo tomó de la mano acercándolo. Su corazón empezó a latir de esa manera en que lo hace sentirse sonrojado por pensar en que alguien pudiese escuchar como retumbaba en sus oídos.
—¿No confías en mí?
—Lo hago, pero tengo pánico a las alturas—confeso tímido.
—Entiendo, será en otra ocasión—Louis murmuró—. ¿Puedo venir otro día?
—Ya lo haces.
Harry negó divertido, sin saber que lo decía de una manera diferente. Sin ese traje molesto estorbando, pero Louis estaba en una lucha interna.
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El siguiente sábado es cuando se presento otra vez. Harry bateo sus pestañas lentamente cuando vio al precioso chico empujar la puerta con un resoplido y una sonrisa divertida. Había algo en ese chico que lo hechizaba, que lo hacía sentir que lo conocía de algún lado, que le recordaba a alguien, pero simplemente no podría olvidar a alguien como él. Olvidar esos bonitos tatuajes que adornaban su piel. De nuevo es sacado de sus pensamientos cuando el chico se aclaró la garganta y de manera inmediata sus mejillas tomaron color y no tardo en sentarse bien y sonreírle amablemente.
Harry siempre está en sus pensamientos, olvidándose de que está en el trabajo y debe estar atento. El chico de ojos azules soltó una risa negando y Harry tomó el menú extendiéndoselo pero este negó un par de veces.
—Lo mismo que la vez anterior.
—Entendido—murmuró anotando su pedido antes de pasárselo a Niall—. Enseguida estará su pedido. ¿Para llevar o comer aquí?
El chico en verdad se lo piensa pero termina suspirando y negando. —Para llevar. Tengo algunos trabajos de universidad que me tienen atado.
Harry sonrió suavemente asintiendo mientras recarga sus brazos en el mostrador para estar un poco más cerca del chico y hablar cómodamente.
—Lo entiendo completamente—sonrió—. También tengo algunos trabajos de la universidad.
—Entonces me entiendes completamente—rio divertido—. ¿Un sábado aburrido, rizado?
Parpadeo ante el apodo. Casi nadie lo llamaba de esa manera y este bonito chico lo ha llamado rizado que se siente un poco extraño, pero de una buena manera, una manera que lo hace sonreír para luego asentir suavemente. Se fijó en Niall y en qué aún está preparado el café por lo que regresó su atención al chico frente a él.
—Un poco—asintió—. Uhm soy Harry en realidad, no rizado.
—Lindo nombre, rizado—bromeo un tonto divertido antes de verlo dudar unos segundos—. Supongo que ahora que se tu nombre, es justo que sepas el mío ¿No?
—Es lo justo.
Harry dijo con suavidad, esperando que el momento entre ellos no fuese cortado, que Niall no se atreviera a romper el momento como hace un tiempo. Y el chico parecía divertido como si supiera las ganas que tenía de saber su nombre, porque Harry ya caído en el momento en que su mirada cayó en esos profundos ojos.
—William, mi nombre es William.
Y antes de que el pudiese decir algo más, Niall interrumpió con el pedido. William sacó el dinero de su cartera y se lo paso. Y no tardo en irse con un guiño.
Harry se cruzó de brazos enfadado, su amigo tenía una mirada confundido sin saber mucho de su actitud.
♡
De alguna manera terminaron congeniando, William se presentaba cada sábado, a veces se quedaba unos cuantos minutos mientras comía lentamente y escuchaba atentamente lo que Harry tenía que contarle. Mientras más pasaba el tiempo más conocía del precioso chico de ojos azules, sonrisas suaves y cálidas, también conocía un poco, solo un poquito más de Louis, más allá del héroe que es, más allá de la máscara. Y Louis aún seguía tratando de convencerlo de dar un paseo por los aires. Y le agradaba conocer a Louis, no al héroe del que hablan en los periódicos, sino la verdadera esencia de su persona.
William empujó su brazo llamando su atención. Harry se sonrojo avergonzado antes de inclinarse y escucharlo atentamente. Ha pasado un mes desde que se conocieron y ahora son "amigos" y Harry está tan confundido en estos momentos porque siente una bonita presión en el pecho cada vez que William cruza por esa puerta y sus ojos lo transportan a algunos confines dónde desearía permanecer, y sus dedos hormiguean con tanta frecuencia que lo hacen sentir que están entumidos.
Pero ahí está Louis.
Ahí en alguna parte de su corazón, porque a pesar de que no sabe cómo es físicamente, a pesar de que se siente ridículo cruzar palabras con Louis con el traje puesto, aún lo hace sonreír cuando llega antes de cerrar, porque lo hace reír con intensidad, pero lo hace sentirse seguro y no es porque sea un héroe y pueda protegerlo, va más allá de eso, lo cual es raro. Y él simplemente no tiene cabeza para acomodar sus sentimientos y más sabiendo que quizás no es mutuo en ninguno de los casos.
—Estas un poco distraído—la mano de William se deslizo entre la suya—. ¿Estás bien?
—Sí, sí—suspiro sonrojándose tanto—. ¿Qué decías?
—Si te gustaría salir a algún lado—dijo antes de abrir los ojos alarmado—. No es que no me guste venir aquí, es solo que posiblemente sería lindo pasear por ahí, pero si estás ocupado o incluso estás viendo a alguien, no te preocupes en negarte.
Mordió sus labios sintiendo el calor extenderse en su rostro. ¿Acaso lo estaba invitando a una cita? No lo dijo explícitamente, pero se escuchaba de esa manera, además de que le estaba sosteniendo su mano con suavidad y se notaba la timidez, la vergüenza expresarse en sus ojos. En esos preciosos ojos en los cuales se hunde, como en un océano, por un buen rato. Esos momentos en dónde él no se da cuenta de que lo hace.
Se inclinó sosteniendo con mayor fuerza su mano y por unos instantes ve la claridad, por unos cuantos segundos ya no hay nada que lo confunda, nada de lo que lo haga estar entre la espada y la pared.
—Me encantaría salir contigo.
Y él le da una de las sonrisas más sinceras, más verdaderas y más grande que ha visto en su vida. Se miran sonrojándose al momento en que lo hacen, pero logran soltarse las manos cuando notan que siguen con las manos entrelazadas y vuelven a su charla habitual.
Unas cuantas horas después cuando el castaño se marcha y pasa un rato en la cafetería con Niall y está a punto de cerrar nuevamente, es que aparece Louis. Se preocupa al instante en que lo miró quejarse y ver su traje roto de la pierna, la sangre es visible y se desliza por toda su pierna.
—Louis, debes ir al hospital.
—No, solo necesito sentarme y tener a este maravilloso enfermero—lo calmo—. No es nada. En verdad.
A Harry no le gusta para nada que Louis acuda a él cuando sale lastimado, estaría más tranquilo si alguien capacitado lo atendiera, pero ahora que lo conocía sabía que podría ser demasiado terco, así que solo caminó hasta el botiquín, que ahora ya estaba a la vista y más cerca. Se encargó de curarlo, de limpiar la herida y para su fortuna no fue profunda, solo superficial.
Le termino vendado la pierna antes de suspirar aliviado y llevó su mano a la mejilla sobre la máscara. A pesar de que no se aprecian sus ojos puede sentir su mirada. Siente sus dedos aferrarse a los suyos aún en su mejillas y acercarse tan solo un poco. Cosa que lo hace sentirse abrumado, confundido y con el corazón palpitándole con constancia.
—En serio eres el mejor enfermero del mundo—Louis murmura por lo bajo como si no fuesen lo únicos ahí—. No acudiría a nadie más y menos le confiaría mi vida.
—Tonto—negó sonrojado—. No puedes poner tu vida en mis manos cuando te dije que no termine la carrera de enfermería, solo aprendí lo básico.
—Aun así lo gradezco.
—Lo sé—murmuró—, siempre mandas esas lindas flores.
—Te encantan, no lo niegues—Louis dijo acercándose más y Harry se asustaría, entraría en pánico, por estar tan cerca y poder ser besado con facilidad pero la máscara se interpone entre ellos dos y eso le dio una calma. Harry no sabe si es capaz de dejarlo.
No sabe cómo reaccionaría, porque estaba tan confundido, solo con un poquito de claridad que antes, pero la sola idea de ser besado lo hace sonrojarse y alejarse por completo. Ninguno suelta nada, tan solo se quedan viendo con tantas intensidad que Harry siente que el sentimiento es demasiado familiar.
Y es raro para entenderlo por completo.
♡
Rio cuando William resoplo enfadado cuando el aire arruinó su cabello, de por sí ya estaba desprolijo, en varias direcciones y el viento no ayudaba mucho. Ambos estaban sentados en esa banca frente al parque donde estaba su cafetería, y quizás Niall los este observando desde ahí pero está demasiado ocupado mirando al castaño y en cómo están un poco cerca. El castaño había pasado por él hace apenas unos cuantos minutos y Harry ya tenía el corazón deslocado, latiendo a mil por hora y seguramente tiene las mejillas encendidas.
Y es que no podía evitar tener esa reacción cuando estaba frente al ojiazul, porque le explotaba sentimientos raros en él y simplemente tenían nombre que aún no quería admitir, ni para sí mismo. Solo quería disfrutar del momento sin pensar mucho en lo que lo agobiaba, en lo que lo hacía sentir que no respiraba.
Parece que el ojiazul lo ha notado porque se levantó rápidamente y tomó su mano entrelazándolas para caminar por el parque.
—¿Quieres comer un helado? ¿O quieres ir a otro lugar?
—Un helado está bien—lo calmo con las mejillas hirviendo cuando no soltó su mano.
Y así lo hace. Pasan un tiempo sentados en esas mesas al aire libre, disfrutando del agradable día y de vez en cuando echan un vistazo a la cafetería. La adora y le agrada tener unos momentos con él ojiazul, de sentir sus pies jugar debajo de la mesa mientras se miran de forma desapercibida, como si sus pies no estuviesen jugando entre ellos o que sus mejillas ardieran tanto.
Y el ojiazul se atrevió a tomarle de la mano sobre la mesa para tener su atención. Se le marcan algunas arruguitas a los lados de sus ojos que tienen a Harry suspirando, además de que gracias a que tienen sus manos entrelazadas puede apreciar sus tatuajes. Se le frunció el ceño y la preocupación se extendió en él cuando noto algunos moretones y raspones en sus brazos.
Acarició ese sitio buscando otras heridas, pero lo escuchó suspirar. Alzó la mirada con ojos desbordando solo preocupación.
—¿Qué te sucedió?
—No es nada importante, tuve un pequeño accidente—murmuró y por alguna razón Harry no le creyó del todo.
—¿Seguro? ¿No me estás mintiendo?
El ojiazul rio suavemente dándole vuelta a su mano para presionar dos besos en sus nudillos y miró a los ojos. Simplemente no podía hacerlo olvidar su pregunta, porque cuando él hacia cualquier cosa se olvidaba de todo.
Porque cuando tenía estos preciosos ojos azules sobre él, y portaba aquella sonrisa suave llegaba a los extremos ocasionando que las arruguitas de sus ojos aparecieran, hacia que su corazón latiera un poco rápido, porque el asocia esa sonrisa con una tierna y sincera.
—Nunca te mentiría, bebé.
—Más te vale, Tomlinson.
Señaló con su dedo. Le habría gustado estar ahí cuando sucedió, se veía unos moretones fuertes y Harry estaba preocupado un poco, pero el ojiazul parecía estar bien. No tocaron el tema de nuevo, solo llevaron la conversación hacia otra parte y no separaron sus dedos juntos hasta que la tarde cayó y ambos tenían otras responsabilidades, aún cuando querían evadirlas por completo y permanecer más tiempos juntos.
El castaño termino pagando la cuenta de ambos antes de entrelazar sus manos nuevamente y caminar por el parque.
—Odio tener que irme, aunque puedo olvidar todo lo que tengo que hacer y quedarme más tiempo.
—Uhm, en ese caso podría hacer los mismo—Harry se acerca un poquito más—. No quiero irme aún.
—¿Por qué?
Era una pregunta con tantas respuestas y ninguna parecía tan profunda, tan correcta, para poder expresar todo lo que quería decir. Tal vez nunca encuentre las palabras exactas para soltar todo. Se sonrojo cuando fue acercado un poco más.
—Porque te extrañaría toda la tarde y me atrevo a decir que serás la causa de mi insomnio.
Sin darse cuenta el espacio personal entre ellos no existía y a Harry no le importaba, porque tenía una mano en su espalda, su pecho estaba pegado al de este precioso chico y se miraban a los ojos antes de ver al ojiazul posar su mirada en sus labios. Por instinto paso la lengua, humedeciendo sus labios rojos.
Y como un ráfaga, los recuerdos de la cercanía de Louis lo azotaron, como los sostuvo y como estuvieron tan cerca que si no hubiese sido por la máscara lo hubiera besado. Recordó cuan confundido y alarmado se colocó cuando la mera idea de que se besaran cruzó por su cabeza, porque simplemente no podía sacarse estos ojos azules de su cabeza. Y lo comprendió, comprendió que podía sentir cosas por Louis, podía sentir cosas por la persona detrás de esa máscara, pero... Estaba completamente enamorado de esta persona frente a él, que no tenía deseos de ser besado por nadie más que él.
Todo se apagó en el momento en que sus labios fueron tomados por estos y él sentía tanto que no demoró en mover sus labios con suavidad y desenganchar sus manos para sostenerlo de la ropa. Sus labios se movieron con suavidad y profundidad, sin hacer de ese bonito acto algo rápido o sencillo. Solo querían expresar tanto en beso que se dejaron llevar.
Harry lo sostuvo de las mejillas profundizando su beso. Unos cuantos minutos el ojiazul se alejó dejando besos pequeño antes de verlo mirar detrás de él. Se dio vuelta entre sus brazos para ver cómo el humo a unos cuantos edificios se podía ver claramente. Un edificio quemándose y algunas sirenas sonando.
Harry se dio la vuelta para recibir un beso más, antes de que lo apartara.
—Debo irme.
—Pero dijiste que ibas a quedarte— le recordó un poco decepcionado.
—Lo sé—se rasco la nuca tomándolo de la cintura para acercarlo y besarlo una vez más—, pero acabo de recordar que tengo muchas cosas que hacer. Prometo venir mañana y no creas que estos besos no signifiquen nada, pero prometo que hablaremos en otro momento. ¿De acuerdo?
—Sí, no te preocupes—le sonrió antes de besarlo otra vez y dejarlo marchar.
Lo vio desaparecer rápidamente. Se quedó ahí sonrojado, con los labios hormigueando y con una calidez en el pecho. Unos momentos después miró al cielo impresionado y orgulloso al ver a Louis, al hombre araña, entrar a la escena y Harry bien sabe que Louis estará bien, que si está él ahí todo saldrá bien.
Pero a pesar de que miraba a Louis solo podía pensar en estos ojos azules.
♡
No pudo evitar rodar los ojos con cierto cariño palpar su cuerpo cuando estaba cerrando la puerta de la cafetería cuando sintió como lo tomaban del cuello. Y tuvo que evitar gruñir y empujar a Louis por ser molesto y jugar de esa manera, pero después de tanto tiempo conociéndolo sabía a la perfección que era él o eso fue hasta que sintió este aliento en su cuello y el filo de una navaja posarse en su blanquizca piel de su cuello. Tragó saliva sintiendo su cuerpo sudar frío y sus manos temblar y al momento la llave en sus manos cayó, pero no hizo ningún movimiento para agacharse y recogerlas, claro que no, no quería morir y menos moverse cuando la navaja presionaba su cuello y el aliento en su cuello se volvía raro.
En estos instantes deseaba que fuese Louis jugándole una broma, que fuese como la primera vez que se conocieron y que lo asustara pensando que iban a asaltarlo, pero todo era tan real que cerró los ojos con fuerza sintiendo cada extremidad temblar cuando escucho la risa divertida en su cuello. Sentía asco pero aguanto gritar porque nada bueno salía si lo hacía y menos con una navaja en su cuello. Cualquier movimiento podría resultar muy, demasiado, mal.
La navaja en su cuello se sintió más presionada y el aliento estuvo más cerca.
—Si gritas no dudaré en cortarte el cuello.
Dejo escapar un quejido bajo sintiendo las lágrimas rodar por su mejillas. Estaba muerto del miedo.
—Ahora vas a seguir mis instrucciones y si intentas gritar, llamar a la policía o hacer algo, no dudaré en matarte en el segundo. ¿Entendiste?
Harry asintió reiteradas veces con los ojos cerrados esperando que fuese una broma o que fuese una pesadilla.
—Recoge las llaves—demando.
No dudo en seguir las órdenes tomando las llaves y al momento sintió como lo jalaron del cabello y lo atrajeron a este pecho colocando la navaja ahora en su abdomen. Su respiración era agitada y solo tiene tanto miedo y tanta frustración porque es seguro que tomara el dinero y las cosas de valor. Todas aquellas cosas que le tomaron esfuerzo conseguir.
—Abrirás la puerta, me darás todo el dinero que cargas y todo lo que tengas ahí dentro. Tomaré las cosas de valor y si intentas algo te atendrás a las consecuencias.
—¿Y si no qué?
Esa voz. Esa maldita voz. Frunció su ceño un tanto confundido pero cuando ambos dieron la vuelta y puedo ver a Louis ahí suspiro aliviado, solo duró unos pocos segundos cuando tuvo la navaja cerca de su cuello.
—Acércate y lo mato.
—Aquí el único que va a salir muerto serás tú si no lo sueltas—el hombre araña soltó con esa voz demandante y segura.
Aunque Harry lo conocía tan bien que podía percibir un poco de temblor y preocupación.
—No hasta que me de las cosas y si avanzas le cortaré el cuello, no voy a dudar en hacerlo.
Las lágrimas seguían cayendo por sus ojos mirando a Louis preocupado y muerto del miedo. Podía ver cómo sus dedos temblaban pero termino guardándolos atrás.
Y justo cuando sentía alivió, sintió como el hombre alzó la mano con la navaja en la mano y antes de que pudiese hacer algún movimiento, la navaja fue cubriera por la telaraña de Louis, y no tardo en sentir el agarre débil y empujó al hombre y Louis se encargó de golpearlo unas cuántas veces y Harry tomó esa oportunidad para llamar a la policía. Gracias al cielo no tardaron en llegar y llevarse al hombre detenido.
Harry corrió hasta Louis abrazándolo del cuello con alivio cuando se quedaron completamente solos. Sintió sus brazos aferrarse a él fuerte, temiendo que le hubiese sucedido algo si no hubiera llegado a tiempo. Podía sentir su respiración irregular, sus brazos temblar.
Louis lo sostuvo del rostro. —Joder, no sabes qué miedo sentí cuando te vi ahí.
—Shhh—pidió negando. Enredo sus brazos en su cuello—. Estoy bien y todo gracias a ti, gracias Louis, gracias por protegerme, por llegar.
—Siempre, Harry, siempre te protegeré.
Y Harry lo ve alzar su máscara descubriendo sus labios para de acercarlo, a punto de besarlo, hasta que el rizado negó poniendo distancia entre ellos. Entendía la preocupación de Louis y el alivio de ver qué está bien, que está a salvó en sus brazos que el instinto es besarlo, pero no puede, no puede hacerlo. No cuando está enamorado de alguien más, alguien que ha ganado su corazón de manera más pura y ama bonita. Simplemente no puede traicionar esos bonitos ojos azules.
—No puedo.
—¿Por qué no?
Suspiró aún entre sus brazos. —Siento cosas por tú, siento tan bonito cuando vienes, pero también siento algo por alguien más y estoy enamorado de él y no puedo hacerle esto. No puedo hacerme esto a mí, a él, ni a ti. No es justo.
—¿Qué tan enamorado estás de él?—cuestionó Louis.
—Demasiado, temo decir.
Lo escuchó suspirar antes de verlo llevar sus manos en los bordes de su máscara alzándola poco a poco. Harry entro en pánico y lo detuvo negando varias veces alarmado.
—¿Qué haces? No, Louis.
—Harry—le sostuvo su mano con un tono demandante—. Solo cierra esos bonitos y dulces labios y espera.
Y lo hace sin chistar. Lo miro detenidamente, y miró a su alrededor. Para suerte de ambos, no había nadie alrededor, ya era de noche y Harry había estado un buen tiempo en la cafetería checando unas cosas que las horas pasaron volando que nadie se encontraba en las calles.
Volvió su mirada a Louis jadeando cuando terminó de quitarse la máscara. Se alejó parpadeando completamente sorprendido, confundido y sobre todo aliviado.
—¿Qué? ¿Louis? ¿Tú- tú fuiste todo este tiempo?
No pudo evitar que su tono sea de reclamo porque no podía ser que Louis, que el hombre araña, sea el mismo chico de ojos azules del cual se había enamorado profundamente, locamente. En cierta parte estaba aliviado, emocionado, porque sean la misma persona, pero también se sentía herido, molesto y queriendo golpear a Louis por no decirle antes que él y el chico de ojos azules eran la misma persona.
Porque lo ha tenido confundido, sin dormir, sin pensar y entre la espalda y la pared.
—¿Por qué no me dijiste que eras tú?—le golpeó el pecho con fuerza—. ¿Por qué dejaste que creyera que eran personas diferentes?
Louis soltó una sonrisa divertida y era tan raro ver a ese precio chico en el traje. Dejó que sus manos se deslizaran por su pecho antes de ir a su mejillas y sonrojarse tanto recordando el beso de esa tarde.
—Quería tantas veces soltarlo, pero me enamore de ti, Harry, perdidamente. No quería que te enamorarás del héroe, del hombre araña, quería que te enamorarás de Louis, de la verdadera persona detrás del traje—le sostuvo la mano soltando esa palabras contra su palma antes de mirarlo a los ojos—. ¿Sabes la mejor parte?
—¿Cuál?
—Lo has hecho—susurro muy cerca de sus labios—. Te has enamorado de Louis, de mí, y me has elegido y no sabes cuan contento me pone eso.
—Yo solo quería a Louis, al verdadero Louis. Simplemente no me importa que seas un maldito héroe o la reina de Inglaterra, solo te quiero a ti. A mí Louis, a la persona detrás de ese traje—murmuró con ojos brillantes y el corazón latiéndole en el pecho—. Pero no te perdono por ponerme en esta situación. Me hiciste sentir mal, pero estaba enamorándome de la misma persona, y yo no supe darme cuenta, por eso sentía tanto por los dos. Pero el verdadero Louis me dejó conocerlo a él, completamente, no solo una parte. Solo Louis, no el héroe, solo él y me enamoro tanto. Estoy tan enamorado de ti, Louis.
El hombre araña lo dejó conocerlo, pero solo una parte de su vida, esa parte que no ponía en evidencia su identidad, pero Louis lo dejó conocerlo por completo y por eso cayó tan mal por él, pero se sentía inmensamente aliviado de que sean la misma persona. Que este enamorado de las dos versiones, pero ama tanto solo a Louis, solo él, pero está tan orgulloso y más enamorado sabiendo que ayuda a los demás sin recibir nada a cambio.
—No sabes cuan feliz me hace escuchar eso—Louis murmuró sobre sus labios—. Ahora que ya te has dado cuenta de que soy yo ¿Puedo malditamente besarte ya? No puedo esperar ni un minuto más. He deseado probar de nuevo tus labios desde que nos besamos en la tarde.
Estaba a punto de contestar con un sí escapando de sus labios pero fue tomando por sorpresa por estos otros. Y dejo de ser el hombre araña, a pesar de que tenía el traje puesto y la máscara en sus manos, dejo de serlo para convertirse en Louis y eso lo hizo sonreír y aferrarse al cuello de Louis y seguir el beso con intensidad. Con todo el amor que podía expresar por medio de sus acciones.
Louis los sostuvo con fuerza alzándolo un poco que tuvo que aferrarse con más fuerza. Terminó alejándose para sonreír divertido acariciando el pecho del ojiazul.
—Uhm estoy besando al hombre araña, que afortunado soy.
—Oh, cállate—Louis soltó riendo antes de callarlo con sus labios. Harry suspiro dejando entrar la lengua de Louis y enterró sus dedos en el cabello de la nuca del castaño. Se alejo—. ¿Qué te parece hacer esto más romántico y nos besamos en la punta de ese edificio?
Harry abrió los ojos asustado mirando el alto edificio. Se pegó a Louis besando su cuello negando. —Ni siquiera lo pienses, Tomlinson.
Louis soltó una carcajada negando tomando a Harry de los muslos llevándolo adentro del local. Lo dejo en una de las mesas y lo beso con intensidad de nuevo.
Harry se alejó mirándolo con ojos brillantes. Y solo basto con eso para olvidarse del terrible momento de hace un rato. Solo se centraron en ellos dos.
♡
—Aquí está lo que me pediste, mi amor.
Harry alzó la cabeza inclinándose en el mostrador mientras alzaba los labios para recibir un suave y largo beso. Uno que Louis merecía y le había prometido por mensaje de texto, claramente el ojiazul lo acepto gustoso. Éste sostuvo su barbilla con sus dedos y pego sus labios. Los movieron con suavidad y amor, solo sus labios conociéndose por millonésima vez en todo el tiempo que han estado juntos. Se alejo unos cuantos minutos sonrojándose a pesar del tiempo que han pasado.
—Te amo—murmuro alejándose—. Muchas gracias, nos hacían falta. ¿Por qué tardaste tanto?
—Problemas—se inclinó de nuevo estando a escasos centímetros de sus labios—, ya sabes, no lo entenderías. Cosas de héroes.
—Tonto—acepto el beso antes de alejarse de nuevo examinándolo con preocupación—. ¿Estás bien? ¿No te ha pasado nada?
—Estoy bien, no te preocupes. De ser así, ya habría recurrido a mi precioso enfermero.
Había ventajas de ser novio del hombre araña, muchas, pero también había desventajas. La constante preocupación cada vez que Louis tiene que salir corriendo a ayudar, o cuando ve las noticias en vivo y ve como Louis tiene que poner en riesgo su vida. Todos aquellos miedos se dispersan cuando lo mira entrar de nuevo en la cafetería y sus labios o cuerpos se encuentran al momento.
Louis rio cepillando sus narices juntos, sosteniéndolo de la mano y mostrándole por medio de esos ojos azules lo que siente, no importa si no lo dice en voz alta, Harry ya lo sabe.
—Estaba pensando en una cita.
Mordió sus labios con fuerza asintiendo, a punto de decir algo cuando un grito muy lejos se escuchó. Louis se separó alerta antes de mirarlo, Harry asintió varias veces con comprensión y orgullo por poner en riesgo su vida para salvar a otras personas, aunque no le gustara, aunque se preocupara constantemente, se sentía muy orgulloso.
Lo tomó de la ropa acercándolo, deslizando sus labios de nuevo, con amor, para que le de las fuerza para pelear a Louis y que tenga un motivo para llegar en una pieza, sano y a salvo.
—Ve—susurro—. Te amo demasiado, cuídate mucho y regresa pronto, por favor.
Louis sostuvo sus manos besándolas. —Te amo también. Estaré de regreso cuando menos te lo esperes.
Y con un beso más Louis se marchó rápidamente. Colocó las manos en el mostrador esperando ver a Louis pasar con su traje rojo. No tardo en verlo volar por los aires.
Al final del día Louis lo abrazaba por detrás con su traje antes de cerciorarse de que nadie estuviera cerca para quitarse la máscara y besarlo.
Después de todo el hombre araña era su héroe, pero Louis era el amor de su vida, pero al final de todo, Louis era ambos que le aliviaba verlo sin un rasguño al final del día.
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