Rewrite
Yacía recostado sobre aquel incomodo sillón, mientras con una mano jugaba con una pequeña pelota que tiraba al aire para atraparla al caer, mientras contaba su historia al único ser tan loco como él como para oírla.
–Así que las cosas no resultaron bien– dijo Tikal con tristeza.
–No...– respondió sin quitar sus ojos de aquella pelota roja que seguía lanzando al aire. –Creo que ahora me odia más que antes.
–¿Y qué piensas hacer Sonic?
–No lo sé– respondió para dejar su juego y reincorporarse –Ya entiendo qué es lo que pasó, o eso creo.
–¿De qué hablas?– preguntó la equidna curiosa.
–No conocí a Amy en esta realidad porque decidí salvar a la familia real en vez de aquella pequeña ciudad– explicó –Por eso es que conozco a Sally y no a Amy.
–Entiendo– asintió Tikal pensativa –Y en tú realidad ¿Qué es de Sally?
–Yo...– calló Sonic por un momento pensativo, pero hasta donde sus recuerdos de esa realidad concernían, él no sabía de la existencia de ninguna Sally Acorn –No lo sé, no lo recuerdo– respondió al fin.
–Eso es malo– habló Tikal preocupada. –¿Qué más recuerdas de esta vida?
–Fragmentos de recuerdos me llegan todos los días, haciéndome olvidar las cosas importantes.
–¿Cómo qué?
–Mi amistad con Knuckles, mis aventuras en el espacio con Shadow, la navidad con todos mis amigos– sonrió con cierta tristeza –Sé que fueron reales, pero ahora... no recuerdo casi nada de eso.
–El tiempo se terminara pronto– advirtió la equidna.
–Lo sé– respondió sin ánimos. Sonic sabía que era cuestión de días antes de que esta nueva realidad lo absorbiera por completo y toda su antigua vida fuese olvidada para siempre.
–¿Es tan mala está realidad acaso?– preguntó Tikal inocente, sacándolo de sus pensamientos –¿Sería tan malo si te quedarás aquí?
Sonic la vio por un momento en silencio; si no lograba hacer entrar a Amy en razón esta sería su nueva vida. Una vida sin Amy Rose.
–Lo es– respondió por lo bajo –Mis amigos no son mis amigos, tengo una novia que desconozco y sé que la lastimo al hablar de Amy, y Amy... rayos... es sólo que, no puedo imaginarme mi vida sin ella.
–Para desear lo que deseaste me parece que te lo imaginaste varias veces.
–¡Estaba molesto!– exclamó enojado.
–Y tus emociones alteradas tuvieron estas consecuencias– indicó en forma de regaño –Nada pasa por casualidad, y algo me dice que esto es una lección para ti.
–Si es así, creo que estoy fallando– dijo en un suspiro
–Yo creo que vas muy bien– sonrió la equidna. –Pero aún tienes mucho trabajo por hacer.
–Lo sé...
–A mi punto de vista no bastará sólo con traer los recuerdos de la antigua Amy.
–¿De qué hablas?
–Para serte sincera, creo que Amy está suprimiendo sus propios recuerdos, Sonic– explicó –Según lo que mencionaste sobre el reclamo que te hizo sin fundamentos en la escuela, me parece que ella sí te recuerda de alguna manera.
–" No valoras nada de lo que hago Sonic"– recordó las palabras de la eriza rosa.
–Yo creo que Amy está muy dolida por la pelea que tuvieron antes de que todo esto pasara, y es posible que desee un nuevo comienzo, uno en donde aquel dolor que pudo sentir antes de que todo esto ocurriera no la atormente nuevamente... y sólo se lograría sin en su vida tu no estuvieras presente.
Se quedó atónito, ¿realmente Amy estaba tan molesta con él? Sonic se estaba matando para lograr regresar todo a la normalidad y ella estaba haciendo lo imposible para que no pasara por un tonto y estúpido capricho infantil.
–Quieres decir que... ¿Amy desea este mundo?
–No he dicho eso, digo que Amy está suprimiendo sus recuerdos dolorosos, esos recuerdos dolorosos te incluyen exclusivamente a ti.– respondió la sacerdotisa –Ella no sabe todo lo que ha pasado a tus amigos debido a esa decisión, sólo quiere dejar de sufrir por ti Sonic, o al menos eso creo.
–¡¿Y cómo le hago ver las consecuencias de eso?!
–No lo sé– respondió Tikal –Pero parece que al estar cerca de ella hay lapsos en donde la antigua Amy sale a la luz, deberás de usar eso a tu favor si quieres cambiar las cosas.
–Esto será más difícil de lo que pensé– habló desanimado.
–Lamento que no sean las noticias que quisieras oír.
–Está bien, al menos tengo un indicio de hacia donde ir... Gracias– le sonrió agradecido.
–Bien, ¿Te quedarás a dormir de nuevo aquí?– preguntó Tikal para ponerse en pie.
–No, hoy creo que buscaré otro lado.
–Tails y Sally te buscan ¿Lo sabes verdad?
–Diles que estoy bien– respondió el erizo sin interés para ponerse en pie –Que estoy ocupado en otras cosas.
–Muy bien– asintió la equidna.
Sonic le sonrió con cordialidad para caminar a la puerta con el propósito de salir de aquella vieja casa, no quería encontrarse con Sally o Tails, tenía miedo que lo hicieran perder su valioso tiempo con discusiones absurdas o bien, que le trajeran más recuerdos que lo hicieran olvidar su otra vida. Sonic se detuvo en la puerta un momento, para voltear a ver a la equidna quien aún se mantenía en medio de la sala con una sonrisa.
–Si logró hacer que Amy se recuerde de mí... ¿Todo regresará a la normalidad?
Tikal permaneció en silencio para desviar su mirada, con una respuesta en sus labios que parecía temerosa en decir. Un silencio sepulcral se mantuvo entre ambos, y la ansiedad de una respuesta que él necesitaba escuchar aumentaba según como las agujas del reloj caminaban.
–¿Quieres una mentira o una verdad?– preguntó al fin Tikal con una triste sonrisa.
–Miénteme– respondió el erizo con su mirada en penumbra.
–Todo regresará a la normalidad Sonic, y todo esto quedará atrás como un extraño sueño.
Sonic le esbozó una sonrisa forzada y sin más que decir abrió la puerta para salir por la misma sin ver hacia atrás.
0-0-0-0-0
El rechinido del metal oxidado inundaba el ambiente mientras los vientos helados de aquella noche acurrucaban en su seno a las hojas sueltas de los árboles que se atravesaban en su paso. Con la punta de su pie se mecía suavemente en aquel columpio olvidado a la mitad de un parque de juegos abandonado. Absortó en sus pensamientos mantenía su vista fija en el suelo, pensativo. Luego de haber salido de la casa de Tikal, Sonic había caminado sin rumbo durante varias horas antes de caer en un parque de juegos sin niños debido a las altas horas de la noche.
Sonic no estaba seguro de cómo regresaría las cosas al modo de cómo eran antes, no estaba seguro si quiera si mañana aún tendría los recuerdos que lo obligaban a seguir luchando por unir la pieza que hacía falta en su vida.
–¡Basta Jet!– se escuchó un grito en la silenciosa noche.
–¿Eh?– exclamó ante el sonido.
Sonic buscó con la mirada el lugar de donde provenían aquella voz, y así distinguir a la eriza rosa discutiendo con aquel halcón verde de la escuela en las afueras del parque. Frunció el ceño al instante para ponerse en pie al acto y dirigirse hacia el lugar de la discusión.
–Rose, realmente eres todo un problema– dijo amenazante para tomar su brazo con rudeza –Y el castigo que recibí por culpa tuya, no fue gracia.
–Te he dicho que...
–¡Hey tú!– un grito interrumpió el argumento de la eriza –No la toques –amenazó el erizo azul.
–¿Uh?– exclamó el halcón verde para voltearse y reconocer al erizo azul que había defendido a Amy en el campus de la escuela el día de su castigo. Una sonrisa se esbozó en su rostro –Oh, sí... el erizo azul que se encargaría de ponerme en mi lugar ¿no?– dijo Jet para soltarla y voltearse por completo para verlo de pies a cabeza con desdén.
–¡¿Y tú qué demonios haces aquí?!– preguntó molesta la eriza rosa –¡¿Acaso me sigues o algo así?!
–¿Uh?– exclamó Jet al notar la reacción de la eriza.
–Hmph, vengo a ayudarte– respondió Sonic molesto por su actitud.
–No necesito tu ayuda, estoy perfectamente bien sin que te metas en mi vida ¡Vete de una vez!
Una sonora carcajada inundó las calles silenciosas y oscuras de la ciudad, llamando la atención de ambos erizos acallando su discusión; el halcón reía hilarante al punto de que un par de lágrimas se asomaran por sus ojos.
Sonic no sabía cómo reaccionar ante eso, de pasar a ser un bravucón ahora se le veía muy divertido por la incomoda situación. Vio de nuevo a la eriza, quien se miraba igual de confundida que él, por su extraña reacción.
–Es... lo siento– dijo Jet mientras intentaba recuperar el aire –Es sólo que esto es tan divertido– rió de nuevo –Tú vienes a su rescate y ella simplemente te manda a volar.
–Hmph, no necesito de ese erizo para ponerte en tu lugar– retó Amy molesta viendo al halcón desafiante –¡No necesito de nadie para cuidarme!
–¡No pienso dejarte aquí sola con él!– debatió Sonic.
–¡Pues yo no necesito que...
–Wow, wow, wow, tranquila Rose– calmó Jet –Yo digo que dejemos que este intento de héroe se quede ¿tú no?
–¿Eh?– exclamó Amy con confusión.
–Sí– asintió Jet con la cabeza –Verás, yo tengo una pregunta para él– dijo el halcón para caminar detrás de la eriza y colocar ambas manos sobre sus hombros –¿Por qué ella te es tan importante?– preguntó malicioso –¿Es acaso tu novia o algo así?
–¡Por supuesto que no lo soy!– gritó Amy para intentar voltearse, pero el agarre de Jet la detuvo.
–¡A callar!– gritó para colocar su antebrazo sobre su garganta y presionar con fuerza, cortando su respiración.
–¡Amy!– gritó el erizo azul, provocando que Jet colocará más presión sobre el cuello de la eriza, quien luchaba por soltarse.
–¡Responde!– ordenó el halcón –¡¿Por qué te importa esta eriza?!
–¡Está bien, está bien!– gritó, provocando que Jet aligerara su agarre.
–¿Entonces?– preguntó con una sonrisa el halcón.
–Es porque...– calló pensando en cómo explicar la importancia de la eriza en todo ese mundo sin sonar como un completo lunático –Es porque sin ella, mi mundo no tiene sentido– respondió viéndola a los ojos con nostalgia, aquellos ojos que ya no lo miraban con amor sino con indiferencia –Realmente te extraño Amy.
Jet soltó a la eriza para que ella empezara a toser con fuerza y cayera de rodillas al suelo, llenando sus pulmones de aire.
–De acuerdo– sonrió el halcón –La dejaré en paz– dijo con tranquilidad –Pero...– habló viéndolo con intensidad –Tú pagarás todo lo que esta eriza prepotente nos ha hecho– amenazó.
–¿Nos?– repitió confundido.
Un golpe en la parte trasera de la cabeza lo hizo caer con fuerza al suelo, para ver una sonrisa maliciosa por parte del halcón; sentía como si Knuckles lo hubiese atacado por detrás con toda su ira, pues no podía ponerse en pie.
–¡Jet detente!– escuchó a Amy rogarle.
–¿Qué me detenga dices?– respondió sarcástico el halcón –¡Claro!, hey Storm– llamó para que un gran albatros caminara hacia él –Rose quiere que dejemos al erizo– dijo divertido –Entonces ella terminara de recibir el castigo de él.
El gran albatros sonrió con malicia para ver a la eriza rosa que aún yacía de rodillas en el suelo. La mirada de Amy se llenó de terror al ver al gigantesco albatros caminar con pesadez hacia ella.
–No...– habló apenas audible el erizo azul, para con esfuerzo ponerse en pie, algo aturdido por el golpe aún. –Si yo... si yo recibo el castigo– habló aletargado –¿La dejarás en paz?
Jet esbozó una sonrisa maliciosa.
–Claro, no la volveremos a molestar, sólo sí, recibes todo el castigo sin poner resistencia.
–Bien– asintió Sonic.
Luego aquella frase lo único que vio venir fue un golpe tras otro de parte de aquella gigantesca ave sin descanso alguno, mientras la mirada de impotencia y horror de Amy se mantenían fija en la paliza que él recibía sin intentar defenderse. Sonic no estuvo seguro cuánto tiempo duro antes de que el albatros o Jet se cansaran de jugar con él, pues otro golpe en la cabeza lo hizo perder el conocimiento.
0-0-0-0-0
Aquel aroma a rosas se impregnó en su nariz y entreabrió sus ojos para ver un par de cortinas rosas ondearse en el viento. Su vista empezó a enfocarse lentamente hasta que una silueta empezó a esclarecerse frente a él.
–Amy...
–No te muevas, o tus heridas se abrirán.
Sonrió con alegría, y sin pensarlo dos veces se levantó de golpe para rodearla en sus brazos con fuerza; había terminado, todo había acabado, su Amy estaba de regreso a su lado como siempre lo había estado. Todo había regresado a la normalidad, o eso pensó hasta que vio su reflejo en un espejo colgado en la habitación y vio su rostro con varias heridas y recordó aquella pelea con el albatros. Como si hubiese permanecido dormido, el dolor despertó de repente, obligándolo a soltar a la eriza y así caer de nuevo sobre aquel suave colchón adolorido.
–¡No te muevas por favor!– suplicó la eriza para tomar una bolsa de hielo y colocarla sobre su frente.
–Mi cabeza...– se quejó tomando aquella bolsa y aplicando presión sobre su cabeza.
–Si dejarás de moverte como te dije no estarías así– regañó la eriza.
Sonic observó de nuevo a Amy y notó su larga cabellera, que ahora yacía suelta; aún seguía en esa realidad. Suspiró derrotado para cerrar sus ojos con pesadez, todo su cuerpo le dolía y el cansancio lo acechaba.
–¿Por qué lo hiciste?– escuchó preguntar.
–¿Qué cosa?– preguntó Sonic abriendo sus ojos somnoliento.
–¡¿Por qué dejaste que el bravucón de Jet te hiciera esto?!– aclaró.
Sonic vio fijamente a la eriza rosa. En su rostro de preocupación y molestia notó unas lágrimas que sobresalían de sus ojos. Sonrió con sutileza y colocó una mano sobre su mejilla para verla con ternura, esa era la Amy que él recordaba.
–Sigues siendo la misma Amy– respondió Sonic exhausto con una dulce sonrisa en su rostro.
–¿Eh?– exclamó Amy con sonroje alejándose de su tacto –T-Te he dicho que no hagas eso– tartamudeó nerviosa.
–Lo olvide, no te gusta que te toque.
–Respóndeme– insistió –¿Por qué dejaste que Jet te hiciera eso?
–Porque...– musitó para empezar a cerrar sus ojos nuevamente –Jamás permitiré que te hagan algo malo Amy... eres el ser más importante para mí– completó para caer dormido.
0-0-0-0-0
Abrió sus ojos lentamente para notar que yacía en una habitación desconocida. Sonic se levantó para verse cubierto en unas sabanas rosas, un poco confundido por el lugar hasta que vio una fotografía en un mueble al fondo de la habitación, era Amy.
–Estoy en la habitación de Amy– recordó con una pequeña jaqueca –Claro, de alguna manera termine aquí, luego de la pelea– se dijo a sí mismo –¿Cuánto tiempo ha pasado desde entonces?
–Sí mamá, no te preocupes– escuchó de afuera de la habitación.
–Parece que Amy que habla por teléfono– se dijo para sí mientras sentía la luz del sol colarse por las cortinas, iluminando la habitación –Parece que pase aquí la noche.
Sonic se levantó de aquella cama y empezó a inspeccionar aquella recamara, la cual tenía parecido a la habitación de su Amy. Había diferentes muebles con ropa y accesorios de chica. Observó varias fotografías de ella con amigos o sus padres, haciéndolo sonreír, pues en todas se miraba ella muy feliz –Parece que a ti no te fue tan mal en esta vida– dijo mientras recorría la habitación sin prestar mucha atención, ocasionando que se tropezara con un pequeño escritorio de madera, tirando varias cosas al suelo alarmándose por el ruido. –¡Demonios!– exclamó colocando una rodilla al suelo recogiendo las cosas del suelo, cuando algo llamó su atención, un cuaderno que había caído boca abajo abriéndose con el título "Diario" grabado en el lomo. Sonic tomó el diario rosa para verlo con asombro y curiosidad. El erizo vio de reojo sobre su hombro y aún podía escuchar a Amy hablar por teléfono a la distancia. Con precaución le dio la vuelta y ojeo las hojas intrigado; no sabía que buscaba exactamente, hasta que vio algo escrito que llamó su atención.
-...me encontré con el famoso Sonic the Hedgehog camino a la escuela el día de hoy, me asuste mucho cuando empezó a hablar cosas raras, como si fuéramos conocidos... - leyó para avanzar un poco más hasta que encontró algo que sí llamó su atención –Me ayudó a entrar a la escuela para poder dar mi importante prueba, y a pesar de saber que estaba mal, fue tan... ¡Increíble!, sentir tanta adrenalina estando a su lado fue algo maravilloso :D Sin embargo, hubo algo extraño cuando estábamos del otro lado, él dijo algo y cuando lo hizo, por un momento fue como si... mmm... como si un recuerdo a su lado hubiera de repente venido a mi mente... como algo que él y yo hubiéramos vivido eso antes, un Déjà vu tal vez.
–¡Lo sabía!– dijo con una sonrisa dando vuelta a la página.
–Aún así, hay algo extraño con él, algo familiar... algo que me hacer hervir la sangre y me dan tantas ganas, ganas de... de llorar. Me siento tan estúpida por derramar estás lágrimas, pero no puedo evitarlo, siento como si me hubiesen roto el corazón ¿Por qué? :'(
–Amy– susurró con tristeza el erizo, para ver las gotas secas sobre el papel, que dejaban un marca perceptible. –Así que... sí lo recuerdas...
–¡¿Qué estás haciendo?!
Un gritó a sus espaldas le heló la sangre. Cerró aquel diario a prisa y junto con otro montón de cosas recogió todo para ponerse en pie y colocarlo sobre aquel escritorio de madera blanco.
–Nada, nada– respondió nervioso para darse la vuelta –Se... se cayeron las cosas, lo siento.
–No toques nada– regañó.
–"No se dio cuenta" – pensó aliviado. –Lo lamento.
–¿Te sientes mejor?- preguntó más calmada –¿Aún te duele?
–No, para nada- respondió con una sonrisa –Estoy acostumbrado.
–Me alegro- sonrió con dulzura –Cuando no te levantaste me preocupe mucho.
–¿Tú me trajiste aquí?
–Este... bueno, sí...– asintió sonrojada –Es que... no podía dejarte ahí– dijo mientras el rojo intenso de sus mejillas se hacía notar –Tú me defendiste... después de todo lo que he hecho, tú has sido tan bueno conmigo y...
De nuevo la abrazó, cortando aquellas palabras y dejando a una Amy muy confundida por el gesto. –Amy– susurró a su oído –Por favor, perdóname– dijo a penas audible. La eriza rosa pareció tensarse ante sus palabras, pero no forcejeó para liberarse de su agarre. Sonic sabía que ella no entendería esa disculpa, pero esperaba que su Amy fuera capaz de escucharla.
–Tú... tú sabes algo...– musitó la eriza –Tú sabes algo sobre...
–¿Eh?– exclamó para soltarla y verla a la cara, observando una mirada que parecía esquivar a toda costa la suya.
–Yo no te conozco– dijo la eriza rosa –Y a pesar de eso, yo siempre... siempre he tenido sueños contigo.
–¿Qué?
–Siempre sueño con aventuras contigo Sonic– confesó sonrojada –Dónde estamos tú y yo juntos peleando contra el Dr. Robotnick, y hay muchos... es decir, ¡otros!, ¡Otros seres diferentes que no conozco!
–¡¿Tú recuerdas todo eso?!
–¿Recordar?– repitió –¿Por qué sigues repitiendo eso? ¿Qué soy yo para ti Sonic? ¿Por qué tengo estos sueños contigo todo el tiempo?
–Es...– calló Sonic sin saber si revelarle la verdad o ingeniarse una mentira.
–Es sólo que, no entiendo– habló Amy de nuevo –¿Por qué desde el primer momento en te vi lo único que quise hacer era abrazarte?, ¿Por qué mi corazón se acelera cada vez que me tocas?, ¿Por qué tú disculpa...– calló viéndolo directo a los ojos –...se sintió tan real?
–Amy– musitó –No puedo decirte.
–¡¿Qué?!– exclamó molesta.
–No entenderías.
–¡Tú eres quien ha estado siguiéndome todo este tiempo y ahora no dices nada!
–¡¿Por qué nunca me escuchas?!– regañó molesto –¡Si hago esto es porque me importas!
–¡¿Por qué te importo?!– debatió ella –¡¿Por el dinero de papá?!
–¡¿Qué?!, ¡Por supuesto que no!
–¡¿Tiene que ver con alguna obsesión extraña?!
–No, es sólo que...
–¡¿Qué?!, ¡¿Qué es?!
–Es... es...
–¡Dime!
–¡Es porque me gustas!
Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro