033
Todo se convirtió en una vorágine de sensaciones confusas en el momento en que sus labios chocaron contra los de Jimin, pues no podía terminar de comprender qué era lo que estaba pasando con su cuerpo y sus instintos. Si debía ser sincero, Yoongi jamás había sentido esa intensidad que ardía en su piel y provocaba un zumbido constante en sus oídos.
"¿Jimin...? Espera un momento, Jiminie, ¿qué rayos ha pasado...?" gimió, tratando de alejarse del beso por un momento.
Jimin parpadeó ligeramente desorientado delante de él, antes de fruncir el ceño.
"Yo... el lazo se rompió" volvió a repetir, como si esa fuese suficiente explicación.
"Si, lo sé, lo escuché la primera vez pero..." Yoongi se atragantó con su propia saliva. "Pero, ¿cómo? ¿No es muy pronto? Apenas... apenas habías iniciado las sesiones con tu alfa de compañía"
Jimin asintió despacio, luciendo igual de confundido que él. Una de sus pequeñas manos subió hasta su cuello y tanteó la cicatriz, mientras desviaba la mirada al suelo con aire pensativo.
"Creo que... " empezó Jimin, con la voz temblorosa e insegura. "Creo que se rompió porque... él... el alfa marcó a alguien más"
Los ojos de Yoongi se ampliaron en asombro, pues ciertamente había olvidado por completo que aquella posibilidad también podría presentarse.
Oh.
"T-tú... ¿estás seguro?" preguntó, aunque sabía que aquella era la explicación más lógica. "¿Q-qué fue lo que sentiste?"
Jimin sorbió su nariz y apretó los dientes, como si recordar le resultase el peor de los castigos y torturas.
"Fue un sentimiento de perdida" susurró Jimin por fin, presionando su pecho con una mano a la altura de su corazón. "Fue como si... como si me arrancaran de tajo algo del pecho" explicó, sacudiendose en un escalofrío. "Pude sentir el lazo romperse por el extremo de él, no de ambos lados, es como si... como si fuese algo unilateral"
Yoongi tragó saliva ante aquella explicación y bajó su mirada para observar la pálida cicatriz en el cuello de Jimin.
"¿Y ya no duele...?" murmuró bajo su aliento, con el corazón latiendo desenfrenado dentro de su pecho por alguna extraña razón.
"... No" Jimin respondió con un toque de incredulidad todavía en su voz. "No, ya no duele. Dejó de doler en cuanto... " entonces por fin le miró, clavando sus pequeños ojos con intensidad en el rostro de Yoongi. "Dejó de doler en cuanto reconocí tu presencia, hyung"
"¿Mi presencia?" preguntó en un hilo de voz.
"Si, ¿tú.... no lo sientes?"
Yoongi sentía muchas cosas en ese momento. Su corazón estaba latiendo demasiado rápido, sus oídos zumbaban y tenía escalofríos por todo el cuerpo. Pero eso solo era lo físico. Oh, porque lo espiritual era otra cosa. De repente había notado la extraña sensación en su pecho, similar a rellenar un hueco que no sabía que había estado vacío en su interior. Como si algo hubiese encajado por fin en su lugar. Como si por fin hubiese encontrado a su otra mitad. Como si... se hubiese enlazado.
Nunca le había mordido un alfa, pero estaba seguro de que la sensación era similar a la que estaba sintiendo en ese momento.
"Sí, yo también... sí" Yoongi se atragantó con su propia saliva, sintiendo un cosquilleo nacer en su vientre bajo. "Jiminie..."
Pero Jimin no le dejó terminar, pues rápidamente se acercó a él y lo arrinconó contra el suelo con un beso. Yoongi gimió sorprendido y encantado en partes iguales, antes de cerrar los ojos con deleite y devolver el beso, sus labios moviéndose contra los de Jimin con un hambre voraz que nunca había sentido antes.
No pudo pensar en nada más. Todo lo que podía asimilar eran los pomposos labios de Jimin recorriendo su boca, las pequeñas manos de Jimin aferrándose con fuerza sobre la carne de sus caderas, el cuerpo suave y menudo de Jimin presionando el suyo contra el suelo, el olor delicioso de Jimin envolviendolo de pies a cabeza. Todo era Jimin, Jimin, Jimin.
Y Yoongi se dejó ahogar en su presencia.
Se entregó por completo al beso sin importarle nada más, dejando que las manos de Jimin tocaran su cuerpo hasta la saciedad, era como si estuviese tratando de memorizar cada curva que no había notado antes, como si Yoongi fuese un misterio listo para ser descubierto. En algún punto, Jimin lo sostuvo entre sus brazos y lo levantó y Oh, carajo, Jimin era así de fuerte mientras lo llevaba en brazos hasta la cama, donde lo depositó con mucha gentileza.
Enseguida tuvo a Jimin sobre su regazo, mientras sus labios volvían a entrelazarse en un beso húmedo y desordenado, sus lenguas tocándose y sus dientes chocando de vez en cuando por la intensidad. Yoongi se sentía tan abrumado, de repente sentía como si sus sentidos se hubiesen potenciado, como si todo ese tiempo algo los hubiese estado bloqueando y ahora por fin estaban afinados, mejorados, despiertos.
Y todo lo que sus sentidos podían captar eran a Park Jimin. Solo podía escuchar los jadeos de Park Jimin, solo podía tocar la piel cálida de Park Jimin, solo podía oler la dulce fragancia de Park Jimin, solo podía probar la deliciosa boca de Park Jimin, solo podía ver el rostro hermoso de Park Jimin.
Se sentía embriagado de su presencia, de su cuerpo.
Hundió sus dedos contra la nuca de Jimin y arqueó la espalda cuando sintió sus cálidas manos deslizándose por debajo de su camiseta, tocando la piel desnuda de su cintura y costados, llenandolo de escalofríos como si nunca antes hubiese sido tocado por él.
No era la primera vez, pero se sentía así.
Ya podía sentir su lubricante comenzar a gotear de su entrada y quiso avergonzarse por reaccionar así solo por un par de besos y unos cuantos toques, pero no pudo pensar mucho en eso cuando la lengua de Jimin dió una larga lamida desde el filo de su quijada hasta la base lateral de su cuello, allá dónde su pulso era más fuerte y su glándula de olor se ubicaba.
Un gemido agudo y vergonzoso abandonó su boca.
"Jimin..." trató de decir, su cuerpo sintiéndose tan caliente como si toda su sangre estuviese hirviendo.
"Oh, hyung, eres tan hermoso" susurró Jimin, mordiendo ligeramente el lóbulo de su oreja. Yoongi volvió a gemir. "Yo... ¿me dejas a mi ser...?" de repente se atragantó, sin saber cómo decir lo que quería. "¿Puedo...?"
Yoongi tragó saliva y asintió, pues había entendido a la perfección lo que Jimin quería decir y no se atrevía.
Fue entonces que Jimin volvió a besarle mientras se bajaba de su regazo y, en cambio, se posicionaba entre sus piernas, encajando su cuerpo sobre el suyo como si fuesen un perfecto par de piezas de rompecabezas. Sintió los suaves dedos de Jimin acariciarle con cuidado y delicadeza, tocando desde la piel sensible de sus costados hasta sus muslos todavía cubiertos por su pantalón de chandal.
Yoongi se sentía a punto de estallar, con la piel tan caliente, su erección apretada dentro de sus pantalones y el lubricante comenzando a manchar la tela.
Todo lo que podía pensar era en lo mucho que deseaba a Jimin, en la abrumadora necesidad de sentirlo y volverse uno.
Pronto, tanto la ropa de Yoongi como la de Jimin fue desapareciendo de en medio hasta que solo fueron un conjunto de extremidades enredadas, solo un par de cuerpos desnudos extendidos por las sabanas de la cama, buscando el calor del otro y deseando fundirse piel contra piel.
Yoongi se abrazó al cuello de Jimin y entonces echó la cabeza para atrás, dejándose llevar. Fue allí que sus cuerpos comenzaron a moverse, buscando que sus erecciones se rozaran juntas, anhelando esa deliciosa fricción que llenaba a ambos de escalofríos. Era como si sus cuerpos se hubiesen sincronizado, porque si Jimin se presionaba hacia abajo para sentirlo entonces Yoongi se presionaba hacia arriba, como si tuviese el impulso de perseguir su calor e intensificar el toque de sus pieles febriles, restregandose uno contra el otro hasta que los gemidos fueron casi imposibles de contener y emergieron de sus gargantas para expresar su deseo, llenando la habitación de sonidos obscenos que harían sonrojar a la mismísima Diosa Luna.
Y Yoongi sentía su centro vibrar, porque Jimin se sentía tan duro, tan rígido contra su propia erección y Yoongi solo podía atinar a gemir contra el pecho de Jimin mientras arqueaba la espalda y movía las caderas desordenadamente para provocar que ambas erecciones se restregaran, sintiendo contra su piel sensible lo largo, lo grueso y lo caliente que estaba Jimin.
"Jiminie..." gimoteó, su lubricante resbalando por sus nalgas hasta empapar las sabanas. "Por favor, te necesito, yo..." Yoongi se atragantó con su propia saliva, sintiendo la cabeza caliente y la lengua tan pesada que sus palabras se enredaban.
"Mnn, hyung" gruñó Jimin, llevando sus manos hasta el trasero de Yoongi para apretarlo entre sus dedos, el lubricante empapando sus yemas. "Estás tan mojado, tan, tan mojado..." tarareó con incoherencia, mientras hundía sus dientes sobre la piel de su hombro.
Yoongi deslizó su mano desde la espalda de Jimin hasta alcanzarle el trasero, descubriendo que él también estaba húmedo, tan húmedo que el lubricante se le deslizaba hasta los muslos.
"Tú también lo estás..." gimió, deslizando sus dedos entre las nalgas de Jimin para presionar sus yemas contra su entrada apretada y mojada.
Jimin gimió ante el roce y Yoongi tomó aquello como una señal para volver a restregar sus falanges contra aquel agujero hasta que la punta de su dedo índice se adentró en la cavidad cálida y estrecha. Pero de repente, Jimin se apartó y descendió sobre el cuerpo de Yoongi hasta tener el rostro entre sus piernas.
Yoongi no tuvo oportunidad de preguntar nada cuando sintió unos labios dejar un casto beso sobre uno de sus glúteos.
"Jimin..." jadeó, casi atragantandose con su propia saliva.
"Quiero devorarte entero, hyung" ronroneó Jimin, presionando sus labios contra la cara interna de su muslo, allí donde la piel era más sensible y suave.
Yoongi tuvo que tomar una bocanada de aire para no ahogarse, antes de bajar la mirada, observando el rostro sonrojado de Jimin escondido entre sus piernas.
"Hazlo, por favor, Jiminie..."
Justo después sintió labios tibios y tersos presionarse sobre su piel sensible. La boca de Jimin se encargó de llenarlo de suspiros y escalofríos, mientras sus gemidos iban aumentando a la par de la humedad entre sus piernas. Su cabeza se sintió ligera, como si estuviese llena de algodón y flotara, todo lo que podía pensar era en el placer que lo ahogaba, en los gruñidos de Jimin y en los dedos que también se unieron a la tarea para hundirse en él con cada vez más fuerza.
Se olvidó de todo, hasta de su nombre, pues todo lo que su mente ocupaba era la presencia de Jimin, tan solida y calida que acaparaba sus sentidos. Olvidó el pasado, todo lo malo que había sucedido en los últimos meses y a las personas insignificantes que había conocido. Se concentró en el presente, en ese presente donde estaba metido en las sabanas con Jimin entre las piernas.
Solo sintió que regresaba a la tierra cuando sintió a Jimin separar sus muslos, sus dedos fuertes hundiéndose en la carne tierna y pálida antes de que lo sintiera. La respiración se le enganchó en la garganta por la sorpresa, mientras el placer y el dolor se mezclaban en su cuerpo, pero no se movió. En cambio, lo abrazó más fuerte, disfrutando de la sensación de ser llenado por él, por su omega, encajando por fin como dos piezas perfectas de rompe cabezas que estaban destinadas a ser.
"Hyung, oh, hyung..." suspiró Jimin, mientras sus manos se aferraban a los muslos de Yoongi con algo de fuerza, como si temiera que alguien se lo arrebatara.
"Jiminie, mhhh..." gimoteó, arqueando la espalda cuando sintió el vaivén inseguro de las caderas de Jimin. "Tan bueno, tan, tan bueno" halagó, mientras sus dedos acariciaban la espalda del otro omega, instándole a seguir.
Quería que lo tomara, que lo hiciera suyo.
Sintió los labios de Jimin dejar suaves besos en sus mejillas y su nariz, mientras susurraba palabras dulces y cargadas de adoración, antes de que sus caderas comenzaran a moverse con fuerza, hundiéndose profundo en su interior, con una ferocidad que Yoongi jamás imaginó que pudiera poseer.
Yoongi se retorció debajo del cuerpo cálido y firme de Jimin, sintiéndose abrumado por la intensa sensación de placer que recorría cada rincón de su cuerpo hasta amenazar con ahogarlo.
Nunca, jamás, en su vida imaginó que un acto como tener sexo fuese a sentirse así de bien. Él siempre asoció la palabra sexo con el dolor y la humillación. Nunca se había sentido bien para él. Pero en ese momento sentía que podría llorar del placer, mientras Jimin empujaba sus caderas con más fuerza contra las suyas, hundiéndose dentro de él y tocando todos los puntos correctos para volverlo un lío de gemidos.
Arqueó la espalda cuando una de las estocadas resultó particularmente profunda, un grito silencioso abandonando sus labios mientras veía estrellas tras sus párpados.
¿Cómo era posible...? ¿Cómo podía ser que Jimin estuviese follandolo tan bien, incluso mejor que un alfa?
No supo la respuesta, pero tampoco quiso averiguarla, ¿qué importaba? En ese momento todo lo que podía pensar era en la polla de Jimin llenando su agujero hasta volverlo un desastre, dejando escalofríos por toda su piel mientras el lubricante resbalaba por sus muslos como ríos.
Esa también era la primera vez que lubricaba tanto. Estaba tan excitado que su cuerpo simplemente no podía parar de producirlo, deseando facilitar el empuje de las caderas de Jimin para que llegara más, más, más profundo.
Quería que lo llenara, quería que se derramara en su interior como si pudiese volver a dejarlo preñado por segunda vez.
Aunque era imposible. Jimin no podía dejarlo en cinta. Los omegas no podían embarazar a otros. Pero el solo pensamiento lo hizo lloriquear de placer, el quizás sonaba tan jodidamente tentador.
"Tan bonito, tan, tan bonito" susurraba Jimin contra su piel, aparentemente perdido en el placer mientras empujaba sus caderas con más ímpetu. "Eres el omega más bonito, hyung, tan bonito y... tan mío"
"Si, si, ¡si!" lloriqueó Yoongi, aferrándose con fuerza a los hombros de Jimin, hundiendo sus dedos tan fuerte en la piel del otro omega que probablemente quedarían marcas.
"¿Si? Claro que lo eres. Mi omega. Ningún alfa podrá tenerte así como yo, ¿cierto?" murmuró Jimin, completamente fuera de sí, mientras sus labios recorrían cada centímetro de la piel del cuello de Yoongi con adoración.
Yoongi sintió que se ahogaba con su propia saliva al escuchar aquella posesiva declaración, mientras los dedos de sus pies se encogían por el placer.
Carajo. Jimin a veces sonaba como un auténtico alfa.
Pero no lo era. Jimin era su dulce y pequeño omega de aroma suavecito.
Y eso lo hacía mil veces mejor.
"Solo tú, omega. Solo tú, tú, tú" balbuceó, echando la cabeza para atrás mientras apretaba el afiance de sus piernas alrededor de las caderas de Jimin, instándole a ir más y más profundo.
Jimin gimió agudo, completamente complacido por la afirmación de Yoongi, mientras una de sus manos acariciaba cada rincón del cuerpo de Yoongi hasta llegar a su erección. Yoongi arqueó la espalda y enterró las uñas sobre los hombros de Jimin al sentir el estímulo sobre su polla, sintiendo que el placer era tan grande y arrollador que le faltaba el aire.
"J-jiminie, Jiminie, ¡Jiminie!" exclamó con la voz rota, mientras hundía la cabeza en la almohada y exponía todo su cuello.
Y obtuvo la mirada de Jimin, por supuesto. El otro omega le dedicó una mirada tan intensa que Yoongi se sintió abrumado, porque Jimin lo estaba mirando con tanto deseo y tanto cariño que Yoongi quería esconderse. Pero no lo hizo, o más bien no pudo, pues Jimin dió una embestida particularmente fuerte (tanto que el choque de pieles sonó ruidosamente) que le sacó el aliento, pues lo sentía tan profundo que era algo doloroso.
¿Cómo era posible? Jimin no era así de... grande. Pero aún así podía jurar que lo sentía en lo más profundo de sus entrañas, taladrando su prostata con cada empuje, como si quisiera atravesarlo.
Y pasó. Yoongi no pudo con todo el placer que mandaba escalofríos por todo su cuerpo y terminó corriendose con un grito ahogado, el semen manchando todo su abdomen y su cuerpo quedando laxo sobre las sabanas, mientras temblaba ligeramente por las réplicas del orgasmo.
Se quedó allí, respirando agitado mientras sentía a Jimin quedarse quieto, con la erección todavía dura aun clavada en su interior, pero parecía no tener intenciones de continuar moviéndose, simplemente quedándose recostado en su pecho mientras lo abrazaba por la cintura con fuerza.
"Jimin, tú..." jadeó, todavía agitado por su intenso orgasmo.
"Shhh, está bien, hyung es quien importa ahora" interrumpió, restregando su nariz contra la suave piel del hombro de Yoongi, inhalando su aroma con insistencia.
Pero Yoongi frunció el ceño y, con una valentía que no sabía de dónde vino, empujó el abdomen de Jimin con una mano, obligándolo a retroceder y salir de su interior, provocando que toda la semilla de Jimin chorreara fuera de su agujero y salpicara sus muslos. En cualquier otra situación se hubiese avergonzado por la sensación, pero en ese momento estaba concentrado en otra cosa así que no le dió importancia.
"¿Hyung?" Jimin murmuró confundido, viéndole sentarse sobre el colchón.
"Tch, tch, hyung te tiene" susurró Yoongi con una sonrisita en los labios, antes de tomar los hombros de Jimin con sus manos.
Y lo próximo que hizo fue empujar los hombros de Jimin contra el colchón, dejándole con la cara sobre las sábanas y el trasero al aire, expuesto y vulnerable frente a sus ojos.
"¡Hyung!" exclamó Jimin, girando su cabeza para ver cómo Yoongi se colocaba de rodillas tras de él.
"¿Puedo?" Yoongi susurró, paseando su dedo índice alrededor de la entrada de Jimin, recolectando el lubricante que se había deslizado por sus muslos sin usarse.
Jimin se estremeció bajo su toque y asintió, mordiendo su carnoso labio inferior.
"Por favor, hyung"
Y Yoongi no necesitó más palabras, simplemente se inclinó hacia adelante y dió una larga lamida desde el perineo hasta el chorreante agujero de Jimin, inmediatamente sintiendo el dulce sabor de las manzanas maduras en su lengua.
Oh, su omega sabía tan bien, carajo.
Con un suspiro de deleite, chupó y lamió el lubricante que se escurría por el borde húmedo de su omega, disfrutando del sabor dulce y de los gemidos que Jimin dejaba salir a la par.
Cerró los ojos y concentró toda su atención en ello, tarareando de satisfacción cada que Jimin se retorcía sobre las sabanas, lloriqueando bajito y murmurando su nombre como si fuese un mantra. Si debía ser sincero consigo mismo, Yoongi estaba obsesionado con esa versión de Jimin.
Una versión que le pertenecía, que era suya, que solo él podía ver.
Carajo.
Yoongi ni siquiera pudo pensar en algo lógico, simplemente se concentró en complacer a su omega con la boca hasta que, sin aviso, el cuerpo entero de Jimin se tensó mientras un gemido agudo y destrozado salía de su garganta, antes de quedarse completamente quieto, acostado boca abajo sobre las sabanas y con la respiración acelerada y errática.
Yoongi sonrió, cansado pero feliz, antes de dejar un beso sobre la base de la nuca de Jimin, suspirando al sentir sus aromas mezclados sobre la piel ajena.
"Jiminie, te amo tanto..." susurró, antes de recostarse a su lado.
"Yo también lo amo, hyung" respondió Jimin con voz rasposa, mientras se acomodaba correctamente para abrazar a Yoongi por la espalda.
Dejó besos por toda su nuca, hombros y omóplatos, disfrutando de la mera sensación de la piel cálida y suave de su hyung contra sus labios. Jimin jamás había sentido esa necesidad de permanecer en constante contacto con alguien, pero no podía evitarlo, no quería estar ni un centímetro apartado de Yoongi, así que apretó sus brazos con más fuerza alrededor de la estrecha cintura ajena y presionó su nariz contra el costado de su cuello para poder olerlo con facilidad.
Poco a poco, ambos fueron quedándose dormidos, sin darse cuenta de la intensa sensación que los obligaba a permanecer juntos, piel con piel, tan enredados que no sabían donde empezaba uno y donde terminaba el otro.
Sin darse cuenta del lazo que parecía haberlos atado apretadamente.
Cuando Jimin despertó de su sueño, ya se encontraba totalmente vestido y bien arropado dentro de las sabanas del nido de Yoongi.
¿En qué momento se había puesto ropa?
Miró a su alrededor algo desorientado, sintiendo la piel fría ante la ausencia de Yoongi y se estremeció ante la sensación de vacío que inundó su pecho.
Oh, ¿qué era ese sentimiento?
Pero, muchísimo más importante, ¿donde estaba Yoongi?
Con cuidado, se deslizó fuera de la cama, sintiendo el frío del marmol contra la planta de sus pies al pisar el suelo completamente descalzo, pero no se molestó en ponerse las pantuflas pues estaba más concentrado en encontrar a su omega.
Porque la sensación de vacío crecía y a Jimin no le estaba gustando pero ni un poco.
Caminó hasta la puerta, dispuesto a buscar a su hyung por cada rincón del refugio, pero entonces lo escuchó. Su voz ronca y melodiosa llegó a sus oídos, frenándolo de abrir la puerta de la habitación.
"¿Y él cómo se siente?"
Jimin frunció el ceño, porque esa era la voz indiscutible de su madre, aunque era obvio que no estaba presente pues sonaba algo robótica.
¿Estaba en llamada con ella?
"No sé, todavía no despierta, pero yo..." Yoongi se detuvo y Jimin pegó su oreja a la puerta para no perderse ni una palabra. "Justo ahora lo dejé en la habitación para poder hablar con usted, señora Park, ni siquiera hay más de diez metros entre nosotros pero mi lobo..." Yoongi suspiró, como si no supiese cómo explicarse.
Pero Jimin entendió, porque era exactamente lo que él estaba sintiendo desde que despertó.
"Oh, cariño, es por el lazo" explicó la alfa, con un tono cariñoso.
Jimin abrió los ojos con sorpresa, pues no se había esperado eso en lo absoluto.
"¿Un lazo?" jadeó Yoongi, sonando igual de sorprendido que él. "Pero no hay mordida, n-no hay un alfa entre nosotros para que haya un lazo" susurró incrédulo.
"Awn, cariño, ¿qué no sabes del lazo natural que existe entre los destinados?"
Y Jimin casi se fue de espaldas al escuchar eso, porque no era posible que su madre estuviese insinuando...
"¿Destinados?"
"Si, ¿qué no les enseñan eso en la escuela?" se burló la alfa.
"Uhm, bueno, si. Pero eso es algo que solo involucra a parejas de alfa y omega. Nosotros somos dos omegas, es imposible que seamos destinados..."
"Bueno, Yoongi-ssi, debes saber que Jimin siempre atrae lo imposible. Su nacimiento mismo es un milagro, ¿que su destinado sea un omega igual que él? Creo que es lo menos raro dado a su naturaleza"
"Entonces, ¿somos destinados? ¿Y estamos enlazados sin una mordida?"
"Exacto. Su lazo es más... ¿Espiritual? Lo que los une es el hilo rojo de su destino, por decirlo de la manera fácil. Es por ello que entre destinados alfa y omega no es necesario una marca de apareamiento, pues ya comparten una conexión regalada por la Diosa Luna. Romántico, ¿no?"
"Si, bastante a decir verdad" susurró Yoongi y Jimin casi podía adivinar el sonrojo en sus mejillas pálidas. "Pero, ¿por qué no lo sentimos desde que nos conocimos? Los destinados siempre lo sienten desde el primer encuentro"
"Cariño, ¿olvidas cómo se conocieron? Ambos estaban compartiendo un lazo más fuerte con otros alfas. Él tenía la marca de otro y tú estabas atado al alfa que te preñó, eso seguramente hizo que sus lobos no pudieran sentirlo. Pero ahora, ¿dijiste que el alfa que lo marcó, rompió el lazo?"
"Uh, si, él lo sintió. El dolor de la perdida" dijo Yoongi, sonando nervioso. "Y luego de eso, bueno, sentí como si mi lobo y el suyo se hubiesen sincronizado"
"Definitivamente el lazo de destinados" dijo la señora Park con firmeza.
Jimin se apartó de la puerta sin creerse capaz de seguir escuchando, pues se sentía un poco mareado. Con cuidado, se sentó en la cama y miró a la nada, con el corazón latiendole desenfrenado dentro del pecho.
Él y Yoongi... ¿destinados?
La sola idea le hizo soltar una risita incrédula.
Él nunca había aspirado a mucho, dado lo difícil de su relación, los obstáculos que tenían en medio. A lo mucho, había sido feliz con la idea de seguir juntos hasta que Yoongi se aburriera del omega llorón y asustadizo que era, pero, ¿ser destinados? Eso cambiaba todo por completo.
Su destinado era Yoongi. Eso significaba que estaban unidos por la Diosa Luna. Y eso, a la par, significaba que estarían juntos para toda la vida.
Una lágrima se deslizó por su mejilla ante aquel pensamiento, sintiéndose tan feliz que era abrumador. Porque no había nadie en ese planeta al que deseara como destinado más que a Yoongi, a su hermoso omega.
Era suyo. Suyo, suyo, suyo.
Estaba tan sumergido en sus pensamientos de felicidad que se sobresaltó ante el sonido de la puerta siendo cerrada. Al mirar hacía arriba, lo primero con lo que se encontró fue con los bonitos ojos oscuros de Yoongi, que le miraba con una felicidad desbordante similar a la suya.
Oh.
"¿Realmente lo somos?" murmuró Jimin, mirándole con enormes ojos incrédulos.
Yoongi le miró confundido por un segundo, antes de que el entendimiento brillara tras sus ojos negros.
"Si, lo somos, Jiminie" susurró, acercándose a él con lentitud.
Jimin soltó una risita y no tardó en rodear la cintura de Yoongi cuando este estuvo lo suficientemente cerca de donde él seguía sentado. Sin dudarlo, presionó el rostro contra el vientre plano de Yoongi y aspiró con fuerza, disfrutando de la fragancia a manzanas y miel mezclada sobre la ropa de su omega y, oh, era tan perfecto.
"Mi dulce omega" tarareó Yoongi, colocando sus manos sobre el cabello rubio de Jimin para acariciarlo con cariño. "De verdad haz llegado a mi vida a cambiarlo todo, ¿mhm?"
Jimin restregó su nariz contra la tela de la camiseta de Yoongi, impregnándose de su olor, y apretó sus brazos alrededor de su estrecha cintura.
"Tú también, hyung" susurró, con la voz un poco temblorosa. "Tú también llegaste a mi vida para cambiarle el rumbo"
"Cosa de destinados, supongo" rió Yoongi.
Y Jimin rió con él, porque la felicidad y plenitud que sentía en ese momento era tan grande que quería reír y bailar por todos lados.
Porque en cuanto Yoongi se había puesto entre sus brazos, Jimin había dejado de sentir ese vacío en su pecho.
Era... destino.
Las cosas lentamente se fueron acomodando después de eso.
A Yoongi todavía le sorprendía mirar hacia atrás y darse cuenta de lo rápido que todo mejoró después de que él y Jimin descubrieron que eran destinados. Era como si la vida hubiese esperado justo a ese acontecimiento para avanzar, dejarlos mejorar y crecer.
Había sanado tantas cosas, tantas heridas en su corazón y en su salud mental. Su lazo con su cachorro se volvió más fuerte que nunca, tanto que era imposible imaginar que alguna vez Yoongi fue incapaz de cargarlo entre sus brazos.
Se sentía mejor, se sentía pleno y feliz. Disfrutando de una pequeña familia como si fuese el hombre más afortunado del mundo. Y así se sentía, si debía ser sincero.
Sin embargo, tampoco se esperó que Jimin quisiera avanzar todavía más.
"Hyung, he estado pensando..." murmuró, mientras limpiaba con una servilleta la papilla que había manchado la boca de Beomgyu. "Quizás, ¿es momento de irnos?"
Yoongi detuvo su labor de doblar la ropa y miró con confusión a Jimin.
"¿Irnos?"
"Si, ya sabes, irnos de aquí, ¿vivir juntos quizá?" Jimin respondió, bajando la mirada con vergüenza.
Yoongi parpadeó desconcertado.
"Quieres decir, ¿irnos del refugio?" preguntó y Jimin asintió al instante. "Oh, wow, yo no había pensado en ello..."
"Si no quieres, entonces no. Pero... si, creo que deberíamos empezar a pensarlo"
"Yo... ¿estás seguro?" Yoongi preguntó incrédulo, sintiendo el corazón a punto de salirse de su pecho. "Irnos es un gran paso, Jiminie, implica una casa propia, trabajar, pagar muchas cosas..."
"La casa, bueno, eso podría resolverlo yo" Jimin se encogió sobre si mismo, tímido. "Y trabajar también, ¿recuerdas que estudié Finanzas en Seúl? Podría intentarlo, proveerles a ambos hasta que Gyu sea lo suficientemente grande como para dejarlo al cuidado de una niñera si es que quieres trabajar tú también, ¡o hasta que entre al preescolar! Como tú quieras" murmuró rápidamente, visiblemente nervioso.
Yoongi inhaló aire con fuerza, procesando todo.
En realidad, claro que quería darle a su hijo su propio espacio, tener su propio hogar y que no solo conociese las cuatro paredes de su habitación en el refugio. Después de todo, su bebé estaba creciendo, ya no era solo un pequeño recién nacido que podía acomodar en medio de la cama para dormir. Si seguía perdiendo el tiempo, Beomgyu aprendería a caminar y esa pequeña habitación ya no sería suficiente para él.
Sin embargo...
"No quiero abusar de..."
"¡Hey! ¿De qué estás hablando, hyung?" Jimin protestó, mirándole con un pequeño puchero en sus carnosos labios. "Yo tengo la posibilidad de comprar una casa, sabes de qué familia vengo, eso no es problema, entonces, ¿por qué no compartirlo con mi destinado y mi hijo? ¡Somos familia!"
Al escuchar eso, los ojos de Yoongi se llenaron de lágrimas y no dudó en acercarse a Jimin para abrazarlo por la espalda, ocultando el rostro contra la nuca del otro omega.
"A veces... A veces siento que no te merezco" susurró Yoongi, con lágrimas todavía cayendo por sus mejillas.
"Pues no lo sientas, porque la mismísima Diosa Luna decidió que si me mereces, hyung tonto" rió Jimin, tomando a Beomgyu en brazos para poder girarse y mirar a Yoongi. "Míralo, él quiere que seamos una familia bonita en una casa bonita, ¿no es así, Gyu?"
Beomgyu balbuceó entusiasmado mientras un pequeño hilo de saliva se deslizaba por la comisura de sus labios, obviamente sin entender ni una sola palabra de lo que los adultos decían.
"¿Ves, hyung? Nuestro bebé está de acuerdo"
Yoongi rió ante la imagen de su pequeño cachorro balbuceando sin sentido, luciendo casi como si estuviese secundando las palabras de Jimin. Y entonces se dió cuenta de lo mucho que deseaba tener un hogar con ellos, con su familia, su pequeña manada de tres.
"De acuerdo, vivamos juntos, Jiminie"
Era todo lo que deseaba. Ver a su hijo crecer, verlo correr por los pasillos de un hogar propio, verlo llamar a Jimin «mami» y ser como esas familias perfectas de las películas navideñas.
Lo quería. Quería todo lo que fuese al lado de Jimin.
Porque era su destino.
nada, ni disculpas podría pedir por tardar lit casi un año sin actualizar.
supongo que me concentré en otras cosas, en otras historias.
pero he aquí otro capítulo. puede que sea el penúltimo, no lo sé, ya solo quiero terminar esta historia y no sentir que les debo un final 😭😭 de todos modos, solo falta verlos ser felices juntos... ¿o no? 🙈
ksjdjsja bueno, nos vemos en 2025 si tienen suerte 🤩 JSJDHS BROMA (¿o no?)
AHH USJDJS JODA, gracias por los votos, los comentarios, por su paciencia y espera, no puedo creer q without alphas está a nada de los 70K de lecturas siendo q no actualizaba hace milenios. se lo debo a ustedes, claramente, siempre han sido lectores hermosos 😭💝
muchas gracias de nuevo, nos leemos pronto (con suerte) (si la vida está de mi lado)
# fairyoongis.
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