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026


"¿Cómo estás, Jimin-ssi?"

Como la mierda, pensó Jimin al instante pero no se atrevió a responder tan bruscamente al omega que le miraba con ojitos cansados.

Kim Taehyung, mejor amigo de Yoongi, había sido una de las compañías que se habían vuelto constantes en sus días desde la desaparición de Yoongi. Taehyung había ido a visitarle -sin el alfa, por nuevas normas del refugio- casi todos los días desde que fue notificado sobre el incidente y siempre se esforzaba por llenar el espacio con su dulce aroma maternal para que ambos se consolaran ante la ausencia de Min.

Era cálido y cómodo sentarse al lado de Taehyung mientras el aroma a manzanas y avellanas se mezclaban para convertirse en algún tipo de capa protectora. En esas visitas, Jimin se permitía llorar silenciosamente, sintiendo como el omega mayor le arrullaba con voz temblorosa.

"Me siento mejor, hyung" respondió por fin al darse cuenta de que se había quedado callado súbitamente.

Taehyung suspiró y forzó una sonrisa tranquila en sus labios, sin decir nada se acercó hasta la cama donde Jimin se encontraba sentado y, con toda la delicadeza de la experiencia, depositó el cuerpo calientito de Yeonjun sobre los brazos de Jimin. Automáticamente el cuerpo de Jimin se relajó ante el dulce aroma a leche y miel que desbordaba naturalmente el cálido cuerpecito del cachorro, lo apretó contra su pecho con muchísimo cuidado y se permitió suspirar.

Era increíble como la esencia de un cachorro podía relajar los nervios de un omega y su lobo en cualquier situación.

Se quedó mirando el rostro rechoncho del bebé en completo silencio, mientras sentía como Taehyung tomaba asiento a su lado con muchísimo cuidado. El mutismo entre ambos era algo usual, simplemente dejaban que el silencio curara los nervios destrozados que los dos compartían y asegurándose de consolarse mutuamente.

Jimin había encontrado en Taehyung a un buen amigo y apostaba que, si no estuviesen en esa situación, ambos serían un buen dúo.

Lastima que la tragedia con Yoongi opacara el ánimo de ambos.

"¿Has ido a tus sesiones con el psicólogo, Jimin-ssi?" preguntó Taehyung con los ojos clavados en el cuerpo de su hijo, sin mirar al mayor.

Jimin se tensó ligeramente y, algo avergonzado, atinó a negar despacito. Apenas y había tenido ánimos de salir de esa habitación para tomar una ducha, por su mente no pasaban actividades que no involucraran aquella cama impregnada con el -casi desaparecido- olor de Yoongi.

"Deberías ir, Jimin-ssi" murmuró, mirándole con evidente preocupación.

Jimin suspiró ruidosamente.

"Realmente no tengo-"

"Yoongi hyung no querría verte así, ¿lo sabes?" riñó el peligris, cruzando sus brazos sobre su pecho.

Jimin formuló un puchero ante el regaño y guardó silencio, simplemente jugando con las manitas de Yeonjun mientras pensaba en su respuesta.

"Pero él no está aquí" fue lo que terminó diciendo, sus hombros hundidos y sus ojitos decaídos demostrando lo mucho que aquello le entristecía.

Taehyung suspiró y sujetó el hombro de Jimin con suavidad antes de decir:

"Peor aún, ¿quieres que, cuando regrese, Yoongi hyung te encuentre tan descuidado?"

Jimin frunció su ceño e hizo un puchero, pero no se atrevió a replicar, pues sabía que tenía razón. Yoongi siempre había procurado su bienestar, llevándolo a sus sesiones con el psicólogo, recordándole que comiera correctamente y llenándolo con el aroma de ese tal Hoseok para que su marca sanara. Su hyung siempre se esforzó por cuidarlo mucho y él ahora estaba echando sus esfuerzos a la basura.

"Mañana iré" susurró, mirando fijamente la carita de Yeonjun para disimular sus mejillas ruborizadas por la vergüenza.

Escuchó el suspiro aliviado de Taehyung, antes de sentir como éste acariciaba los cabellos rubios de su nuca con cariño.

"Extraño tanto a hyung" confesó Kim, su tono siendo ligeramente tembloroso y vulnerable.

"Yo también, muchísimo" susurró de vuelta, sintiendo como un nudo se formaba inevitablemente en su garganta.

Ambos se quedaron en silencio, sumidos en la preocupación que les envolvía con pesadez al pensar en Yoongi.

Jimin se había prometido mejorar lo suficiente como para ir él mismo a buscar a Yoongi pero no había logrado mucho. Después de todo no había mucho que pudiese hacer estando recluido en el refugio y con una marca que sanaba demasiado lento.

Uh, si sus padres lo vieran...

"¡Eso es!" exclamó de la nada, sobresaltando a Taehyung y despertando a Yeonjun accidentalmente.

"¿Qué? ¿De qué hablas?" murmuró el otro omega mientras fruncía el ceño con confusión.

Jimin simplemente se puso de pie y le devolvió con muchísimo cuidado a Yeonjun, Taehyung tomó a su cachorro en brazos sin dejar de mirarle como si hubiese enloquecido.

"Iré a ver a Seokjin hyung" explicó, mientras se colocaba las pantuflas a toda velocidad antes de dirigirse a la puerta. "¿Vienes?"

Taehyung solo atinó a asentir antes de seguirle con el rostro evidenciando su conmoción. Los dos caminaron a través de los pasillos, el clima gélido del invierno que empezaba a nacer se colaba por debajo de sus suéteres, pero ni eso detuvo a Jimin, quién portaba una mirada tan decidida que sorprendió a Taehyung.

Kim jamás lo había visto así desde que Yoongi fue raptado.

Pronto llegaron al edificio principal y Jimin ni siquiera dudó en atravesar la sala de espera para llegar a la oficina de Seokjin. Por su parte, Taehyung solo se quedó allí parado, con Yeonjun en brazos mientras observaba como Jimin tocaba la puerta de la oficina.

"¿Jimin-ah?" murmuró Seokjin al abrirle la puerta al susodicho.

"Necesito que me prestes el teléfono" pidió, su rostro decidido y su voz firme.

Seokjin alzó una de sus cejas, mirándole con extrema curiosidad pero aún así lo dejó pasar. Jimin le hizo una seña a Taehyung para que le esperara allí antes de ingresar a la oficina del dueño del refugio.

Rápidamente, Seokjin se dirigió a su escritorio y le tendió su celular, Jimin estiró su mano para tomarlo pero los dedos de Seokjin se apretaron sobre el aparato, reteniéndolo solo un momento antes de decir:

"No es para cometer una locura, ¿verdad?"

"No, de hecho es para pedir ayuda para el rescate de Yoongi hyung" confesó y Seokjin de inmediato soltó el celular.

Jimin se lo agradeció con una sonrisa y rápidamente encendió el aparato, tardó un momento en recordar el número telefónico al que quería llamar pero al final no dudó en marcar la serie de números sobre el teclado de la pantalla. Se llevó el teléfono a la oreja y esperó pacientemente, escuchando los sonidos que la línea de espera emitió.

Un pitido, dos pitidos, tres pitidos y la llamada fue tomada.

«¿Hola?» saludó aquella voz que tanto conocía y que había extrañado.

Jimin tomó una bocanada de aire para apaciguar los nervios que se le atenazaban al estómago y, con voz bajita, respondió:

"Hola mamá"

«¿Jimin? ¡Oh, por dios, cariño!» exclamó su madre con ternura y acongojo.

El pecho de Jimin se llenó de nostalgia inmediatamente ante la voz dulce de su madre, los ojos se le llenaron de lágrimas casi al instante y una sonrisita tiró de sus labios.

"Te extraño, mami" murmuró, sorbiendo los mocos mientras se sentaba en uno de los sofás de la oficina de Seokjin.

Ni siquiera notó el momento en que el omega mayor había salido del lugar para darle privacidad, pero se lo agradeció internamente.

«¡Mi cielo! ¡No puedo creer que por fin llamaras!» sollozó la alfa con tono incrédulo, Jimin no pudo evitar sentirse culpable.

"Siento haber tardado tanto en volver a contactarles" gimoteó, cerrando los ojos mientras sentía un par de lágrimas deslizarse por sus mejillas. "E-es solo que, uh, est-taba tan avergonzado"

«Oh, bebé, no tienes por qué preocuparte, tu padre y yo entendemos que necesitabas tiempo» arrulló la mujer con dulzura, una dulzura que casi no era típica en alfas pero que ella poseía naturalmente. «Aunque tienes que saber que con nosotros no debes sentir vergüenza, cariño. Somos tus padres y jamás nos vas a provocar algo que no sea amor»

"Lo sé, lo siento" sorbió, sonriendo ligeramente.

Era verdaderamente afortunado de poseer unos padres tan cariñosos a pesar de que ambos fuesen alfas. Daba gracias a la Diosa Luna por ellos todos los días.

"¿Papá está por allí?" preguntó, luego de sonarse los mocos con un pañuelo que cargaba afortunadamente en su bolsillo.

«Está esperando su turno para hablar contigo justo a mi lado, parece que va a llorar en cualquier momento» rió la alfa con dulzura.

Jimin pudo jurar que en el fondo escuchó un '¡No me delates, mujer!' proviniendo de la voz de su padre, por lo que no pudo evitar soltar una risita que provocó que más lágrimas traicioneras se le escaparan de los ojos.

«¿Quieres que te lo pase, cielo?»

"Si, por favor" murmuró, su corazón apretándose en su pecho ante la expectativa.

Escuchó a través de la línea el sonido de movimientos irreconocibles antes de que escuchara el tarareo de su padre.

«Jiminie, mi Jiminie»

"Oh, papá, te extrañé tanto" y el sollozo que se deslizó por su garganta al final de sus palabras fue inevitable.

«Yo también, cachorro, como no tienes idea» aseguró la voz ronca y dulce de su padre.

Era evidente aquel tono cariñoso con el que el hombre siempre le había hablado, pues aunque él había dejado de ser un cachorrito desde hace mucho, su padre jamás perdió el cariño y devoción con los que le trataba.

"Me hiciste mucha falta todo este tiempo" confesó, sus labios temblando patéticamente a cada palabra.

«Hubiese deseado, con todo mi corazón, estar allí contigo, Jiminie. Pero ambos sabemos que tu lobo no se hubiese sentido cómodo conmigo ni con tu madre» recordó con cierta decepción, Jimin suspiró.

Lo sabía, sus padres eran alfas y su lobo hubiese estado aterrado ante sus presencias por culpa del trauma. Aquello, sin dudas, era de las cosas que más odiaba de aquella marca: la separación con sus padres.

Porque él, Park Jimin, había sido el omega más consentido por sus padres. No se había despegado de ellos nunca e incluso cuando se mudó solo, solía visitarlos tanto que ni parecía que vivía aparte. Además, sus entrenamientos de boxeo con su padre habían estrechado más su lazo.

Pero un alfa desconocido y su estúpida marca le habían condenado a temerle incluso a sus propios padres.

Lo odiaba, lo odiaba demasiado.

"Lo sé, pero quizás no nos hubiésemos extrañado tanto si yo les hubiese llamado en todo este tiempo" susurró amargamente y sintiéndose extremadamente culpable.

Escuchó el resoplido de su padre y luego una risa enternecida a través de la línea.

«No te preocupes, Jiminie. Soy tu padre, te conozco y sé que debiste estar avergonzado. Después de todo eres igual de orgulloso que yo, así que no te sientas culpable de tomarte tu tiempo. Lo necesitabas después de, uh, después de ese incidente» la última frase salió con resentimiento y Jimin supo que su padre odiaba ese terrible suceso tanto como él.

Jimin suspiró un poco más tranquilo al saber que sus padres no le guardaban algún tipo de resentimiento por no haberles llamado en tanto tiempo.

"Gracias, papá, eres el mejor" murmuró, sonriendo ligeramente.

«No agradezcas, cachorro. Tú eres el mejor, no lo olvides»

"Nunca" prometió, antes de morderse el labio inferior con algo de nerviosismo. "Papá, ¿podrías hacerme un favor?"

«Lo que sea, ¿qué necesitas?»

"Que contrates a un detective privado" dijo, su voz saliendo severamente seria.

«¿Qué? ¿Para qué?»

"Hace dos semanas secuestraron a un omega del refugio" confesó, su tono rabioso siendo evidente en cada palabra. "Ese omega es mi novio y está embarazado, necesito que regresen a mi lado o..." su voz se quebró a media oración.

«Déjanos todo a nosotros, Jiminie»

Y Jimin se permitió suspirar aliviado por primera vez en días. Él sabía, sabía que sus padres podrían ayudarlo en esto.

Así que solo sería cuestión de tiempo para volver a tener a Yoongi en sus brazos.

Yoongi se sorprendió de descubrir que estaba despierto esa noche, aunque en realidad no tenía idea de qué día era ni mucho menos sabía cuando había sido la última vez que estuvo lúcido.

De suerte y sabía que era de noche gracias a la ventana al costado de aquella habitación, en dónde podía apreciarse el cielo estrellado.

Suspiró bajito y pasó una mano sobre su enorme vientre, sintiendo al instante unos movimientos contra sus dedos.

Oh, su cachorrito también estaba despierto.

Sonrió inevitablemente y acarició la piel de su barriga por debajo de la holgada camiseta con la que estaba vestido, el movimiento se repitió bajo su toque y Yoongi no pudo hacer algo más que aferrarse a aquella sensación que calentaba su corazón.

Sin embargo, su burbuja de tranquilidad se reventó estrepitosamente cuando sintió como la cama rechinaba ante un movimiento brusco y luego un brazo se aferraba a su cadera, acercándolo a un cuerpo que no deseaba sentir.

Un chillido de terror quiso salir de sus labios, pero se obligó a reprimirlo. Sus ojos rápidamente enfocaron el rostro durmiente de Jinho a escasos centímetros del suyo y, al inhalar por aire, el aroma madera quemada se coló por su nariz.

Fue sentir las feromonas del alfa y sentir su cuerpo languidecer contra su voluntad.

Sus ojos se llenaron de lágrimas y buscó desesperadamente zafarse de aquel extraño efecto. Pero, en todo el tiempo que llevaba bajo el poder de Jinho, no había logrado evitar caer en esa especie de inconsciencia.

Era una suerte que siquiera supiese que estaba en Seúl y eso solo porque Jinho se lo había dicho.

Giró el rostro tratando de conseguir respirar algo que no fuesen las feromonas de Jinho y cerró los ojos cuando pudo enterrar su nariz en su almohada, llenándose de su propio aroma a té de miel y limón.

La lucidez volvió lentamente a él y casi sollozó aliviado mientras aferraba su mano a la curva de su prominente barriga. Con cuidado trató de deslizarse fuera del abrazo del alfa, pero el agarre sobre su cadera solo se afianzó ante el movimiento.

Volvió a intentarlo, pero esta vez más lento. Su corazón golpeteó dentro de su pecho con tanta rapidez que resultó incluso doloroso, pero simplemente mordió su labio y continuó deslizándose hasta que sus pies tocaron la madera del suelo.

Con el corazón en la garganta, se puso de pie y con algo de dificultad comenzó a dar pequeños pasos para dirigirse a la salida. Sentía sus piernas temblar cual gelatinas y no sabía si era por el miedo o porque tenía tiempo sin usarlas.

No se molestó en averiguarlo, simplemente caminó lo más rápido que sus torpes pies se lo permitieron para salir de la habitación y, aunque no conocía la maldita distribución de la casa, se las arregló para encontrar las escaleras que conducían al primer piso.

Las lágrimas ya corrían por sus mejillas para cuando consiguió llegar al último escalón, admiró con esperanza como la puerta de entrada se presumía delante de él a unos diez metros de distancia.

"¿Ahora qué harás?"

El corazón de Yoongi se detuvo al escuchar la voz de Jinho fuerte y clara a sus espaldas, el terror le inundó y miró por encima de su hombro como el alfa le observaba con diversión desde la cima de las escaleras.

"¿En serio creiste que no iba a notar tu ausencia, Yoongi?" se burló, sus brazos cruzados sobre su pecho pero sin hacer amago de bajar para alcanzarlo.

Yoongi no dudó en correr hasta la puerta, el llanto saliendo desesperadamente de sus labios mientras se aferraba al picaporte. Pero, al girarlo, una alarma estalló por toda la casa.

El corazón de Yoongi se hundió hasta lo más profundo de su estómago.

"Fue divertido verte intentarlo, Yoongi" se rió el alfa, comenzando a bajar las escaleras lentamente, como un depredador acechando a su indefensa presa.

Yoongi sollozó y golpeó la puerta con sus puños en un desesperado intento de abrirla, su cuerpo llenándose de terror al sentir la mano del alfa tomarle el brazo y arrastrarle lejos de la salida.

Había estado tan cerca.

"¡Ayuda! ¡Ayuda, por favor!" gritó tan fuerte que sintió su garganta arder.

Clavó sus uñas sobre la mano del alfa para obligarlo a soltarlo, pero Jinho solo se rió de sus pobres intentos por huir. Desesperado, mordió el brazo del alfa con todas sus fuerzas para evitar que comenzara a subirle por las escaleras.

El alfa gruñó adolorido y soltó su brazo automáticamente, Yoongi corrió de nuevo hacia la puerta y volvió a golpearla con todas las fuerzas de sus delgados brazos.

Si no podía abrirla, al menos quería que alguien le escuchase.

"¡Ayudenme! ¡Por favor, ayuda! ¡Ayuda!" gritó el omega, la risa del alfa a sus espaldas se descontroló.

"¡Ayuda, ayuda!" le imitó, tratando de igualar su voz. "¡Grita todo lo que quieras, Yoongi! ¡Nadie te escuchará, nadie vendrá a rescatarte!"

Y, seguido de eso, le tomó de la nuca con tanta fuerza que Yoongi temió que quisiese matarlo ahí mismo. Se removió con fuerza, luchando por liberarse de su agarre, pero lo único que se ganó fue una bofetada que le hizo caer de nalgas al suelo.

A través de sus ojos aturdidos, Yoongi observó como Jinho se colocaba de cuclillas frente a él con una tranquilidad que le ponía los vellos de punta.

"Nadie va a apartarte de nuevo de mi lado, Yoongi, así que no lo intentes porque eres mío" dijo, y seguido de ello el aroma del alfa se espesó a su alrededor.

Yoongi sintió su cuerpo temblar ante las feromonas y dejó que Jinho lo recostara sobre el suelo. No pudo luchar cuando sintió como el alfa se colocaba entre sus piernas y le acariciaba el vientre por debajo de la camiseta, solo dejó que la lengua y los dientes del alfa se pasearan por su cuello asquerosamente. Yoongi simplemente sollozó resignado al sentir la presión sobre la piel de su glándula de olor.

Pero, cuando pensó que los dientes del alfa perforarían su carne, el estruendo de las sirenas policiacas frenó el tiempo. Seguido de ello, la puerta principal fue abierta forzosamente de un golpe seco que le erizó la piel.

"¡Manos arriba y alejese del omega!"

Si Yoongi no hubiese estado tan afectado por las feromonas de Jinho, hubiese saltado de felicidad al sentir como se lo quitaban de encima. Lo único que registró fue que alguien le ayudaba a sentarse correctamente, mientras a lo lejos escuchaba los gritos enfurecidos de Jinho.

Cerró los ojos, sosteniendo su vientre con sus temblorosas manos mientras sentía como ponían una manta cálida alrededor de sus hombros. Sin embargo, la tranquilidad no duró mucho cuando escuchó disparos cortar el aire.

Yoongi se obligó a abrir los ojos para averiguar que era lo que pasaba, pero no fue necesario verlo pues alguien inmediatamente gritó:

"¡Está escapando, llamen refuerzos!"

Yoongi no llegó a aterrarse por ello pues, al recuperar completamente la consciencia, la lejanía del alfa le hizo gritar y retorcerse adolorido. Fue un dolor espantoso, como un hierro caliente presionando su pecho hasta calcinarlo.

Justo en ese momento, sintió una humedad deslizarse por sus muslos.

No entendió nada, solo registró el dolor espiritual de su lobo y el punzante dolor en su vientre bajo que amenazaba con romperle la cadera.

"¡Llamen a una ambulancia, el omega entró en labor de parto prematuramente!"

Eso fue lo último que escuchó antes de caer inconsciente en los brazos de algún desconocido oficial.







BUENAAAAAS

después de 748382 años
por fin traje una nueva
actualización wuuuuuu

¿nos ponemos felices xq
rescataron a yoongi, llo-
ramos xq jinho escapó o
nos preocupamos xq yoon
entró en labor de parto
antes de tiempo? qn sabe
jajdudia chau

en fin, grasias por esperar
y seguir votando, los amo

nos leemos en la próxima
actualización, mis amores

# # fairyoongis.

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