025
Una semana.
Una semana había transcurrido desde que el cálido refugio había sido ultrajado y que, por consecuencia, Min Yoongi había desaparecido.
La paz que tanto había caracterizado el lugar se esfumó, derrumbándose como una casa de naipes ante el mínimo viento. Ninguno de los refugiados podría haberse imaginado que eso algún día sucedería, pues aquel lugar había sido casi sagrado ante sus anhelantes ojos.
Sin embargo, el miedo y la inseguridad se apretaba en sus cuellos como una soga. Dejándolos alertas y desconfiados, pero sobretodo preocupados por la desaparición de Yoongi, pues aunque muy pocos eran cercanos al omega azabache, todos podían sentir el temor en sus pechos al pensar en que su compañero podría estar sufriendo a manos de un alfa.
Después de todo, eran omegas que sabían lo que se sentía vivir aterrado de un alfa, por lo que no les costaba demasiado empatizar.
Aunque claro, nadie sufría la ausencia de Min Yoongi como Park Jimin.
La angustia que se clavaba en el pecho de aquel pobre rubio era casi indescriptible con el pasar de las horas, horas en las cuales su desesperación incrementaba al no recibir noticias de su hyung.
Jimin sentía que se ahogaba cada que abrazaba la almohada de Yoongi y notaba como el aroma meloso del mayor se iba esfumando de la tela lentamente, recordándole que los días seguían pasando y Yoongi aun no volvía a su lado.
Era desgarrador.
Tanto que su lobo lloriqueaba sin cesar dentro de su pecho al no tener la fragancia del omega cerca y, ante la ausencia, el dolor de la marca se hacia casi insoportable. Tanto que por momentos la respiración se le iba y las ganas de romper en gritos desoladores le tentaba.
No sabía porqué, pero sentía que necesitaba a Yoongi a su lado más de lo que debería.
"¿Jimin-ssi?"
El rubio no reaccionó ante el llamado, simplemente hundió más el rostro sobre la almohada mientras su cuerpo se escogía bajo la sabana en un intento por pasar desapercibido. Sin embargo, escuchó unos ligeros y precavidos pasos a sus espaldas adentrándose a la habitación de Yoongi, -de donde Jimin no se había movido desde el incidente, resguardándose en el nido- justo antes de que una mano gentil le diera un solo toque sobre el hombro, anunciando su presencia sin ser demasiado invasivo.
"Jimin-ssi necesitas almorzar, si te descuidas la marca tardará aun más en sanar"
Jimin observó de reojo por encima de su hombro, dirigiéndole una mirada fugaz al portador de aquella voz. No dijo nada, no emitió ningún sonido, simplemente regresando su atención a la almohada entre sus brazos e ignorando la presencia sutil de Kim Namjoon a sus espaldas.
No quería ser grosero, pero no se encontraba la voz para siquiera responder o moverse de su lugar.
Aunque por dentro agradecía la presencia del moreno, pues él había sido la persona que más atenta había estado de él durante esa semana, preocupándose por su alimentación, el cuidado de la marca en su cuello y su estado anímico, incluso siendo meticuloso a la hora de tocarlo o acercarse al nido para no alterarlo ni a él ni a su lobo depresivo, tan precavido que incluso se esforzaba por no soltar tantas feromonas para que su olor no reemplazase el de Yoongi dentro de la habitación.
Kim Namjoon se había ganado su confianza absoluta en esos días.
"No tengo hambre" susurró, su voz sonando tan ronca y ajena que por poco y ni él mismo la reconoció.
Escuchó el suspiro de Namjoon a sus espaldas y sintió su presencia acercarse un poco más a la cama, enseguida Jimin giró el rostro preocupado de que Namjoon decidiera meterse a su nido sin permiso pero descubrió que el moreno ni siquiera estaba tocando el colchón.
Se encontraba un paso alejado del colchón y sin intenciones de siquiera rozar la cama son sus rodillas. Simplemente había inclinado su cuerpo lo suficiente como para mirarle mejor el rostro, completamente consciente de que debía ser precavido.
Namjoon sabía de antemano que no podía alterar a Jimin invadiendo su espacio, no cuando el rubio estaba anidando debido a la ausencia de Yoongi.
"Jimin-ssi, ¿quieres que la marca sane?" preguntó el moreno, sus ojos gentiles y su expresión totalmente amable.
Park apretó los labios en un rictus amargo, notando como la herida de su cuello picaba aunque tratase de ignorarlo. Mierda, odiaba tanto esa maldita marca.
"Sé lo que es trabajar para curar una marca, sé que es aun más difícil porque el alfa no ha roto el lazo marcando a alguien más" murmuro Namjoon con pesar, mientras se alejaba de la cama para poder apoyar su espalda baja contra la mesita de noche al lado de la cama. "Así que trata de confiar en mi, yo puedo ayudarte a que sanes como yo lo estoy haciendo" ofreció, mientras sus dedos delineaban su propio cuello, ahí donde una cicatriz comenzaba a ser más y más visible.
Al escuchar aquello, Jimin sintió su pecho apretarse un poquito. Namjoon había pasado por el mismo dolor y sufrimiento que él, Namjoon sabía perfectamente cómo se sentía estar en una situación así, Namjoon quería ayudarle a sanar justo como él estaba sanando. Oh, así que no solo Yoongi se preocupaba por él dentro de ese refugio, todo ese tiempo había pensado que estaba solo.
"G-gracias" susurró, la voz saliendo bajita gracias al doloroso nudo que se le había formado en la garganta.
Aún así permaneció dándole la espalda al moreno, sin intenciones de encararlo y mostrar la debilidad que presentaba su rostro en ese momento. No, la vulnerabilidad en si mismo era algo que solo Yoongi podía ver, porque Yoongi era su lugar seguro.
"No agradezcas, entre omegas debemos cuidarnos" Namjoon sonrió, entendiendo que el omega rubio necesitaba espacio. "Es por eso que vamos a encontrar a Yoongi hyung y traerlo de vuelta" prometió, antes de comenzar a caminar hacia la puerta.
"¿Lo prometes?" inevitablemente Jimin sollozó, sintiéndose destrozado incluso con la simple mención de su omega.
"Claro Jimin-ssi, Seokjin hyung se encargará de eso" aseguró, abriendo la puerta y mirándole una última vez. "Así que solo preocupate por mantenerte saludable, Yoongi hyung no querría verte enfermo" murmuro, viendo con tristeza como el rubio apretaba la almohada de Min entre sus brazos. "Te dejé el almuerzo en la mesita, vendré en la noche" se despidió, saliendo de la habitación y dejando solo de nuevo al omega rubio.
Jimin mordió su labio inferior al escuchar la puerta siendo cerrada com suavidad, lentamente giró el cuerpo para poder sentarse sobre el colchón y apretó entre sus dedos una de las sudaderas de Yoongi. La nostalgia se le arraigaba en el corazón, totalmente inamovible y permanente, casi como una dolorosa espina profundamente clavada. Aún así, se obligó a dejar de sollozar, con la yema de sus dedos limpió las lágrimas que habían rodado por sus tersas mejillas y miró fijamente la bandeja con comida que Namjoon había dejado para él.
Si quería encontrar a Yoongi, primero debía dejar de llorar y ser fuerte.
Con ese pensamiento en mente, se estiró lo suficiente como para tomar la bandeja y disponerse a comer. Engulló su almuerzo con lentitud, sintiendo su estómago llenarse lentamente y darle energías, cayendo en cuenta entonces de lo poco que había estado comiendo los últimos días.
Probablemente Yoongi le regañaría si bajase de peso por saltarse las comidas, así que no iba a decepcionarlo.
Iba a mantenerse saludable para recibirlo decentemente cuando volviera. O mejor aún, iba a salir de su nube de tristeza para buscar a Yoongi por su propia cuenta.
De la forma que fuese, Yoongi iba a volver a su lado si o si.
Se aseguraría de salvarlo de ese estúpido alfa, si, él volvería a tener el pequeño y menudo cuerpo de su hyung entre sus brazos, iba a acariciar su pancita de nuevo, llenarse de su rico olorcito a té de miel e iba a llenarle la carita de besos como antes.
Claro que lo lograría, costase lo que costase.
Porque ningún estúpido alfa le quitaría a su omega.
Seokjin suspiró con pesar.
Toda su organización, esa por la que luchó tanto por levantar, estaba hundiéndose poco a poco por culpa de un solo alfa. Sus refugiados estaban inquietos e inseguros, la paz que había caracterizado el lugar ya no existía más y él debía de cargar con la responsabilidad de todo eso.
Si tan solo la seguridad hubiese sido más estricta, si tan solo hubiese evitado que ese tal Jinho le arrebatara a Yoongi lejos del refugio.
Estaba tan decepcionado de si mismo, tan avergonzado de no poder brindarle verdadera seguridad a sus refugiados.
"Seokjin-ssi, no te martirices" Hyuna susurró, mientras le miraba con preocupación desde el marco de la puerta.
El omega mayor levantó la mirada de todo el papeleo desordenado que tenía sobre el escritorio. La última semana había sido tan ajetreada que apenas había podido dormir, entre interrogaciones por parte de la policía e intentos para que el gobierno no cerrara el refugio por negligencia, apenas y tenía cabeza para algo más que no fuese preocuparse y culparse todo el tiempo.
No se atrevía a quejarse tampoco, no tenía el derecho, por culpa de su mala administración Yoongi había sido secuestrado.
Así que lo mejor que podía hacer era aportar en la investigación de la policía (la cual, sinceramente sospechaba que ni siquiera le estaban dando verdadera importancia porque solo era otro omega desaparecido) contestando preguntas y dejando que oficiales entraran y salieran de su refugio para ver las cámaras de seguridad. Así como también hacer y rehacer documentos para que el gobierno no le clausurara el refugio (por una negligencia que tampoco les importaba porque solo era otro omega desaparecido más).
"Esto estuvo fuera de tus manos, cariño" el murmullo de la beta fue bajito, mientras se acercaba a su escritorio para verle con ojos gentiles.
"Se supone que debo protegerlos de situaciones como estas, Hyuna" gruño, bajito e irritado, mientras sostiene sus cabellos entre sus dedos. "Claro que debo martirizarme por no cumplir con mi labor"
La beta le miró angustiada antes de caminar hasta rodear el escritorio y colocarse detrás de la silla de Seokjin. Enseguida, deslizó sus manos por los anchos hombros del omega y comenzó a masajearlos con dedos cariñosos, deshaciendo a base de caricias los nudos tensos en la espalda de Kim. Pudo sentir como el cuerpo del omega se derrite bajo su toque y, aunque no podía olerlo porque ella era una simple beta, sabía que el aroma del omega también se había suavizado.
"Tienes un enorme corazón, Jin" murmuro, inclinándose para acariciar con su nariz los cabellos del omega. "Y una fuerza aun más grande" añadió, sonriendo suavemente, sintiendo como las hebras de Seokjin le hacían cosquillas en los labios. "Confío en que podrás resolver este problema, ¿podrías confiar tú también en ti mismo como yo lo hago?"
Su susurro fue bajísimo, tanto que una tercera persona no sería capaz de escucharlo. Pero Seokjin lo hizo, porque tenía todos sus sentidos enfocados en la beta pelirroja. Su rostro se ladea, en un gesto que busca más contacto con la mujer.
En ese momento, agradecía por milésima vez tenerla a su lado. Hyuna había sido siempre una constante en su vida y, aunque temiera admitirlo, sabía que si ella no hubiese estado a su lado por tantos años probablemente no hubiese podido cumplir su sueño de abrir aquel refugio.
Ella era su ancla a tierra, su esperanza en el fin del mundo, su luz en la oscuridad. Sin ella, él estaba perdido. Una relación establecida y formada en una base fuerte gracias al duro camino que habían tenido que atravesar en el comienzo.
Una beta mujer y un omega varón. Una combinación que no debía funcionar tan bien pero que, sorprendentemente, en ellos lo hacia.
Quizás por eso mismo era que nunca le habían puesto un título a su relación, no lo necesitaban de todos modos, solo bastaba con saber que se tenían el uno al otro.
Después de todo, un simple término no podía abarcar todo lo que ellos eran. Seokjin y Hyuna eran amigos, familia, confidentes, complices, compañeros, amantes y un montón de cosas más.
Quizás lo que más se le acercaba era almas gemelas.
"Gracias por estar aquí" murmuro el mayor, sintiendo al instante como la pelirroja le dejaba un pequeño beso sobre el hombro.
"Estaré aquí siempre, omega tonto" rió, suave y encantadora, antes de alejarse un poco. "Así que no decaigas Seokjin, sé que lograrás traer a Yoongi-ssi de vuelta"
El omega la miró y asintió, convenciéndose a si mismo de aquello. Después de todo, Hyuna siempre tenía la razón.
"Si, voy a traerlo de vuelta"
Lo haría, no importaba que tuviese que ir al fin del mundo para lograrlo.
No tenía noción del tiempo.
Los días pasaban y él apenas podía ser consciente de su propio cuerpo.
De todos modos, no es como que pudiera hacer mucho. Se la pasaba prácticamente sedado hasta los dientes y, por consecuencia, apenas y abría los ojos en el día.
Yoongi estaba aterrado de eso.
Había veces en que apenas podía registrar que seguía vivo. Pero cuando pensaba que por fin había abandonado aquel plano terrenal, sentía el toque de unas manos sobre su vientre abultado y un aroma ahumado inundar sus fosas nasales.
Un aroma que le invadía en cuanto comenzaba a recuperar la consciencia y que le ponía en un estado tan sumiso, vulnerable y adormecido que –de no estar medio dormido– le haría llorar del pánico.
Ese aroma no lo dejaba despertar, ¿Cómo es que el simple aroma de Jinho podía inducirlo en aquel trance?
No sabía pero le aterraba descubrir la respuesta.
Sin embargo, ese día por fin pudo levantar los párpados a más de la mitad, todo su cuerpo se sentía hormiguear y su lengua estaba pesada dentro de su boca. Miró con ojos desenfocados a su alrededor y se dió cuenta de que seguía en la habitación de aquella cabaña.
Le hubiese gustado poder moverse con libertad pero sus extremidades se sentían pesadas y ajenas, como si no fuese capaz de manejar su propio cuerpo.
Poco a poco las cosas a su alrededor comenzaron a tomar su forma y color correspondiente, su mente lentamente aclarándose mientras sentía su cuerpo más liviano.
Lo primero que hizo al recuperar la movilidad fue llevar una de sus manos a su vientre, un gesto involuntario e instintivo. Palpó con sus dedos la suavidad de su barriga y suspiro tranquilo al ver que todo seguía en órden.
Estaba tan desorientado que ni siquiera había caído en cuenta de que tenía las manos desatadas. Aunque tenía las muñecas irritadas, la piel rasguñada escocía por culpa de las ataduras que le habían obligado a permanecer quieto.
"Oh, despertaste" la voz de Jinho tronó en sus oídos y le puso alerta.
Todo su cuerpo se crispó ante la presencia del alfa y sus cansados ojos no tardaron en visualizar la silueta del hombre que entraba por la puerta de la habitación. Su corazón se agitó dentro de su pecho y no dudó en rodear su vientre con ambos brazos en un inútil intento por resguardar a su cachorro.
Jinho notó el gesto y sonrió con burla, pero no dijo nada al respecto.
"Vamos, es hora de irnos" indicó el alfa, mientras se acercaba a la cama para poder ayudarle a ponerse de pie.
Yoongi abrió la boca incrédulo, trató de preguntar para saber a que se refería pero su boca se sentía aun adormecida. Confundido, sintió como su tobillo era liberado de las esposas y pronto Jinho lo levantó en brazos al estilo nupcial.
Parpadeó, mirando como atravesaban la puerta de la habitación, por primera vez Yoongi pudo ver que era lo que había fuera de ésta mientras caminaban a través del living. Aunque, con su mente demasiado entumecida, solo pudo registrar la bonita chimenea de la sala.
Suspiró, apretando entre sus dedos la tela de su camiseta a la altura de su pecho para calmar el acelerado latido de su corazón temeroso.
Hasta ese momento fue consciente del cambio de ropa (ya no llevaba encima la pijama con la que había salido del refugio) pero no pudo pensar mucho en ello cuando fue depositado dentro de un auto.
El auto de Jinho, el mismo con el que le había llevado hasta allí al sacarlo del refugio.
Escuchó como los seguros eran accionados en cuanto la puerta se cerró a su lado, dejándole encerrado y sin escapatoria dentro del auto. Resignado, miró a través de la ventana para intentar ubicarse pero todo lo que había al alcance de su vista eran arboles y más arboles.
Si, estaban en una maldita cabaña en medio de la nada.
"Listo"
Jinho ya estaba a su lado en el asiento de conductor. Yoongi lo miró con confusión pero el alfa simplemente le miró satisfecho.
"¿A d-donde vamos?" se las arregló para poder formular, aunque su voz sonó tan distinta que por poco y no la reconoce.
"Así que ya puedes hablar" murmuro el alfa y justo después sintió como su aroma se espesaba dentro del auto.
El olor le golpeó el rostro y casi inmediatamente sintió su cuerpo relajarse, aunque no lo suficiente como para caer inconsciente.
¿Qué mierda era lo que Jinho estaba haciendo con él? ¿Por qué tenía tanto control sobre él con tan solo liberar sus feromonas? Hasta ese momento se había dado cuenta de su falta de resistencia, de lo relajado que estaba su cuerpo en esa situación.
¿Por qué no estaba luchando como en el primer día? ¿Por qué se sentía tan... sumiso?
No pudo asustarse mucho por esos alarmantes detalles porque la voz de Jinho llamó su atención de nuevo.
"Estamos yendo a Seúl, cariño" reveló, mientras estiraba su brazo para poder dejar una corta caricia en el vientre de Yoongi. "Así que no intentes escapar o te arrepentirás" amenazó, sus dedos presionando con más fuerza sobre la barriga del omega antes de regresarla al volante.
Y justo en ese momento, Yoongi fue capaz de sentir por primera vez como su cachorro pateaba en su interior. Oh, se había tardado un poco en hacerlo, pero al fin lo había hecho.
¿Debía sentirse aterrado por Jinho o feliz por su cachorrito en ese momento?
De todos modos, fuese cual fuese la respuesta, las lágrimas corrieron por sus mejillas inevitablemente.
"Tranquilo" susurró, tan bajo que apenas y él pudo escucharse, mientras su mano acariciaba su vientre en busca de un nuevo movimiento dentro de él.
El movimiento se repitió y él suspiró, tratando de aclarar su mente.
Así que, ¿Jinho lo estaba llevando a Seúl? Mierda, estaba tan acabado.
buenas buenasss
pueden putearme sin miedo
por tardarme tanto jsjdjs diod,
les juro q yo ya tengo planeado
hasta el final d esta historia pero
escribirlo es otro asunto aaa
en fin, pueden putear a jinho
tmb por hijo d puta eh, por cierto,
¿alguna teoría sobre la reacción
de yoongi ante las feromonas
de jinho? :]
anyways, nos leemos prontito
xq se vienen cositas importantes
como siempre, gracias por leer
y votar, sin uds soy nada<3
⌗ fairyoongis.
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