020
Jimin apretó los labios hasta casi hacer un puchero. Había pasado ya una semana desde que Yoongi y él eran novios, en ese tiempo ambos habían estado pasando sus tardes metidos en mantas calentitas y dormitando en sus nidos, viajando de una habitación a otra de vez en cuando y permaneciendo escondidos del mundo exterior a menos que fueran a almorzar o ducharse. Eso sonaba como tardes ideales para cualquiera pero Jimin comenzaba a pensar que absorbía demasiado el tiempo del azabache.
Así que debía volver a intentar salir y enfrentarse al comedor donde los demás omegas convivían porque no podía permanecer encerrado siempre, ya no quería seguir así.
Necesitaba volver a ser normal.
"¿Estas seguro, Jiminie?" murmuró Yoongi con voz dulce, sus pulgares acariciando las tersas mejillas rechonchas del menor.
El rubio suspiró bajito, se quedó en silencio unos cuantos segundos antes de asentir con convicción.
"Si estás a mi lado todo es más fácil" murmuró, sintiendo como sus mejillas se coloreaban de un tenue rubor carmesí.
El azabache sonrió dulcemente, totalmente conmovido con las palabras del menor. Acercó sus labios a la frente de Jimin para depositarle allí un pequeño y casto beso y, después de acomodar su sudadera para cubrir del frío a su vientre redondo, tomó la mano del omega rubio para jalarlo lentamente a la puerta de la habitación.
La puerta se abrió. Ambos observaron el exterior. Jimin inhaló fuertemente. Segundos después estaban ambos caminando por los pasillos del refugio, los cuales se sentían más gélidos gracias al frío que se impregnaban en las paredes de ladrillo. Los pasos de Jimin eran dubitativos y nerviosos, caminar por esos pasillos sabiendo que su destino no era ni su habitación ni las duchas le otorgaban ciertos grados de adrenalina a su torrente sanguíneo. Y saber que estaba enfrentando sus miedos al intentar convivir con los otros refugiados era como probar una pizca de libertad.
Y la libertad se degustaba extraña para Jimin, lo cual resultaba irónico considerando que toda su vida aleteó por el mundo como una mariposa, libre y sin ataduras.
Lamentablemente solo había bastado una marca indeseada en su cuello para encadenarlo en una jaula llena de sufrimiento y agonía.
Pero, afortunadamente, Min Yoongi estaba allí para ayudarle a destrozar sus cadenas para recuperar su libertad, tendiendo su mano para darle valor y acompañarlo hasta el mismísimo fin del mundo de ser necesario.
Lo agradecía, necesitaba apoyarse en alguien para atreverse a recuperar esa libertad que le fue arrebatada, la cual se esforzaría por alcanzar aunque fuese poquito a poquito.
En ese momento, se conformaría con ir al comedor para aliviar su temor por los otros seres humanos.
Pasito a pasito.
Sintió los largos y delgados dedos de Yoongi apretarse entorno a los suyos cuando llegaron frente a la entrada del comedor, el azabache le dedicó una mirada conciliadora en cuanto notó como Jimin miraba la puerta con demasiada concentración y también no dudó en acariciarle la mejilla con su mano libre para llamar su atención.
"No te presiones, dulzura" susurró, su tono bajo y meloso exclusivamente para él.
"Gracias, hyung"
Jimin no dudó en llevar sus dedos a la barriguita del azabache para dejar allí una pequeña pero afectiva caricia como gesto de agradecimiento por su apoyo, la sonrisa del mayor no se tardó en aparecer y Jimin se maravilló al ver como dejaba sus encías rosadas a la vista junto a los dientitos adorables, los cuales en conjunto deslumbraban al mundo entero en tan solo un segundo.
Yoongi tenía una sonrisa preciosa.
"Vamos" se atrevió a decir el rubio, totalmente envalentonado gracias a aquella sonrisa de gomita que se le había sido obsequiada.
Pronto ambos atravesaron las puertas y, por segunda vez, enfrentaron las miradas curiosas de algunos omegas que notaban sus presencias conforme avanzaban para posicionarse en la fila para recoger sus almuerzos. Aunque, sorprendentemente, Jimin descubrió que las miradas que recibían no les juzgaban, sino que reflejaban genuina curiosidad.
Y también compresión. Muchísima comprensión.
Un sentimiento cálido y agradable se asentó en su pecho en cuanto se vió acogido por esos sentimientos que le rodeaban y entonces se sintió un poco menos aterrado de estar allí parado. Una vez que él y Yoongi consiguieron sus bandejas con sus respectivos almuerzos, el mayor le miró con calma antes de detenerse a preguntarle.
"¿Quieres almorzar aquí o en mi habitación?"
Jimin infló el pecho al inhalar una gran bocanada de aire y luego lo soltó lentamente. Se quedó en silencio unos cuantos segundos, meditando lo que respondería, incluso se atrevió a mirar a su alrededor una vez más solo para asegurarse de que nadie le juzgaba con la mirada y para cuando regresó a ver los ojos oscuros del mayor, ya tenía una respuesta clara en la punta de la lengua.
"Aquí, quiero intentarlo aquí" respondió, bajo pero firme, lo suficientemente audible y seguro como para que Yoongi lo escuchara y quedara convencido.
Yoongi por su parte sonrió de nuevo, deslumbrando a Jimin en el acto, y asintió de acuerdo, dispuesto a acompañarlo en aquella aventura a la cual Jimin quería plantarle frente con valentía.
"En ese caso, podríamos sentarnos con Namjoon y los demás chicos. Creo que te agradaran" sugirió, echando un vistazo a las mesas del fondo, donde sus amigos siempre tomaban asiento.
Jimin asintió un poco más emocionado, aun así los nervios se asentaron en su estómago en cuanto Yoongi comenzó a caminar en dirección a una mesa en particular, una donde Jimin podía visualizar al omega moreno que siempre estaba con Yoongi cuando él no acaparaba toda la atención del azabache.
En serio, el sentimiento de culpa por absorber demasiado del tiempo de su novio no se iba.
Se ocultó avergonzado tras la espalda de Yoongi en cuanto llegaron frente a la mesa destinada, su mirada se clavó en sus pies para disimular el enrojecimiento en sus mejillas al sentir la atención de todos los presentes encima de él y contó mentalmente para controlar el pánico que empezó a escalar por su garganta en el momento en que todos los aromas de aquellos omegas le golpearon en el rostro.
Bien, su lobo estaba algo aterrado. Debía relajarse o terminaría huyendo.
"¡Yoongi hyung!" la exclamación demasiado emocionada de una voz chillona le obligó a salir de sus pensamientos y subir la mirada.
Un chiquillo de al menos dieciocho años era quién había chillado al ver a Yoongi llegar. Jimin le miró con cautela, algo apretándose dentro de su pecho al tratar de adivinar cuál era la razón por la cual un omega tan joven estaba en ese refugio.
"Hola Soobin, hola chicos" saludó Min con tono jovial, una sonrisa tenue dibujándose en sus labios. "¿Podemos sentarnos?" preguntó, obviando el plural para que los demás notaran la nerviosa presencia del rubio.
"¡Claro, vamos, sientense!" fue el turno de una chica en exclamar, totalmente encantada con la nueva compañía.
Yoongi giró su rostro para mirar por encima de su hombro y así poder encontrar la mirada de Jimin, quién se la devolvió enseguida con visible nerviosismo. El mayor le sonrió conciliador y le hizo una seña para que tomara asiento en los lugares libres de la mesa. Jimin tomó una gran respiración antes de sentarse al lado del omega más joven del grupo (el cual ahora sabía que se llamaba Soobin) y luego sintió como Yoongi tomaba asiento a su lado.
"Chicos, él es Jimin" presentó Yoongi en cuanto entendió la mirada curiosa de todos sus amigos. "Jimin, ellos son Soobin" apuntó al chiquillo. "Yosung" apuntó a la única chica del grupo. "Kyungsoo" apuntó al omega que parecía ser el mayor de todos allí. "Y Namjoon" finalizó con el moreno que Jimin reconocía de siempre.
"Hola, un gusto" susurró el rubio con timidez, sus ojos manteniéndose clavados en la mesa para no intimidarse con la mirada de todos los desconocidos.
"¡Yoongi oppa! ¿De dónde se ha sacado a este terroncito de azúcar? ¡Es tan adorable!" exclamó Yosung mientras miraba a Jimin con ojos enternecidos, Jimin se ruborizó hasta la raíz del pelo.
"Yosung no seas imprudente, lo vas a asustar" riñó Kyungsoo, sacándole un quejido a la chica.
"Yosung noona asusta a todo el mundo, no es novedad" se burló Soobin mientras trataba de contener su risa con la palma de su mano.
"¡Soobin!"
"¡No lo regañes, sabes que es verdad!" replicó Namjoon con gracia.
Y Jimin simplemente observó maravillado como el grupo se desenvolvía tan naturalmente a su alrededor, nadie preguntando algo indebido ni mirando mal el vendaje que envolvía su cuello. Incluso trataban de incluirlo en la conversación y reían encantados al ver como Jimin correspondía a sus preguntas e interacciones.
Fue por eso que Jimin no pudo evitar sentirse bastante conmovido, tanto que en algún punto de la conversación con los chicos pudo notar como un par de lágrimas rebeldes se deslizaban por una de sus mejillas sin su permiso.
Aunque esas eran de felicidad.
"¿Todo bien?" murmuró Yoongi, inclinándose en su dirección para poder ver con mayor facilidad el rostro del rubio al darse cuenta de las lágrimas desapercibidas.
"Es solo que–" intentó explicar pero simplemente terminó soltando una risita. "Gracias por todo, hyung" susurró, levantando sus pequeños dedos de la mano libre para limpiar la humedad de sus cachetes rápidamente.
Yoongi sonrió y Jimin no dudó en corresponder el gesto, pronto sintió unos dedos delgados y gentiles envolver los suyos por debajo de la mesa –la diferencia de tamaños entre su mano y la del azabache siendo tan obvia al tacto–, y Park no dudó en apretarlos entre los suyos en agradecimiento al reconocer lo que aquel gesto le transmitía.
"Estoy aquí, estamos juntos en esto"
Jimin lo sabía, lo sentía también. Yoongi estaba allí para alentarlo a vencer sus mayores miedos y pesadillas. Y quizás Min Yoongi no era un alfa, pero lo protegía y cuidaba como si lo fuese y, quizás, lo hacía hasta mejor que uno.
Park Jimin de nuevo se sintió verdaderamente afortunado de tener un novio tan dulce como Yoongi.
Compartir momentos con Jimin y sus amigos durante el almuerzo le había hecho extremadamente feliz. Sin embargo, la felicidad del día anterior no duró ni la mitad de lo que le hubiese gustado y Yoongi se dió cuenta de ello nada más despertar.
"¿Seguro que se encuentra bien, hyung?"
Yoongi, por un momento, estuvo tentado a decir que no a través de un quejido berrinchudo. Sin embargo, se lo guardó en lo más profundo de su ser y simplemente asintió. Aunque la verdad era distinta, esa mañana había despertado con malestares que, lamentablemente, le habían recordado que el embarazo era de todo menos fácil.
Joder, claro que no lo era.
Sus pies estaban hinchados y su espalda baja dolía como si algo estuviese presionando su columna, además se sentía ligeramente más agotado de lo normal y para rematar, como si no fuese suficiente martirio, su lobo se sentía desprotegido y abandonado dentro de su pecho ante la ausencia del aroma de Hoseok en su nido, lo cual se debía a que llevaba casi una semana sin verlo gracias a que era la semana de descanso del alfa.
Ese día definitivamente no era el de Yoongi, al parecer.
"Yoongi hyung, en serio creo que no está bien" murmuro de nuevo, Jimin, mientras pintaba una expresión preocupada en su dulce rostro.
El omega mayor suspiró bajito y simplemente se acurrucó mejor contra el cuerpo del rubio, ocultando su rostro en el pecho ajeno e inhalando profundamente para llenarse de la dulce fragancia a manzanas y canela que emanaba de la tersa piel de Jimin. En ese momento lo único que quería era estar con su omega dentro de ese nido calentito, la simple idea de levantarse y sostener su propio peso le parecía agotadora.
"Me duelen los pies" fue lo único que murmuró el azabache, dando respuesta por fin a su novio pues podía sentir como el aroma del menor comenzaba a tornarse amargo por la preocupación.
Sintió las manos del rubio acariciar su cintura con delicadeza y unos labios esponjosos pegarse a la piel de su frente en un pequeño y tímido beso. Yoongi no pudo evitar sonreír ante el gesto y levantó el rostro fuera de su escondite solo para atrapar los labios de Jimin entre los suyos.
Debía confesar que le gustaba mucho besar a Jimin. Siempre era una delicia sentir sus labios contra los suyos, si debía ser sincero.
Los esponjosos labios del menor danzaron sobre los suyos en un ritmo lento y delicado, casi podía compararse con el aleteo de una mariposa o la caricia del pétalo de alguna rosa. Pero no era ni una ni otra, solo eran los labios gentiles de su omega besándole con adoración. Y por un momento, mientras sentía los labios de Jimin fundirse con los suyos, se olvidó de sus malestares.
Lamentablemente el beso tuvo que terminar y los malestares que acechaban su cuerpo volvieron a hacer acto de presencia.
"Tengo una idea" murmuró Jimin, sus pequeños ojitos le miraban atentos y Yoongi pudo apreciar una vez más lo bonito que era el rubio estando tan cerquita.
"¿Cual?" preguntó el mayor, Jimin simplemente sonrió con dulzura antes de separarse del abrazo.
Yoongi hubiese protestado pero pronto sintió los labios de Park dejar un beso sobre su vientre abultado, su corazón se aceleró dentro de su pecho ante el gesto inesperado y sus mejillas adquirieron un leve color rosáceo al mirar como Jimin dejaba un par de besos más sobre su pancita antes de descender al sur de su cuerpo. Un beso en su muslo, otro sobre su rodilla, uno más en su tobillo y pronto sintió como las pequeñas manos de Jimin tomaban su pie derecho. Los cortos deditos del rubio se pasearon por la planta de su pie y masajearon cuidadosamente la zona hasta llegar al empeine, donde también dejó un besito antes de continuar masajeando la piel hinchada.
El dolor y la presión que sentía en su pie se alivió ante los movimientos delicados de los dedos de Jimin y si un gemido de gusto se escapó de los labios de Yoongi fue totalmente justificado. Realmente había creído que sus pies iban a matarle, pero el masaje de Jimin sorprendentemente estaba aminorando el malestar.
"Recuerdo que una de mis primas sufría de pies hinchados durante el embarazo" murmuro el rubio, su mirada clavada sobre sus dedos con concentración. "Ella decía que un buen masaje siempre era la solución" añadió con una sonrisa antes de mirar al mayor con pequeños ojitos brillantes.
Yoongi le devolvió la mirada totalmente fascinado, la dulzura en cada uno de los movimientos de Jimin le tenían hipnotizado y la sonrisa que parecía tatuada permanentemente en el rostro del menor le parecía maravillosa. Un mes atrás, cuando Jimin era nuevo en el refugio, no habría imaginado verle sonreír con tanta felicidad pero ahora ahí estaba, sonriendo frente a él mientras le daba un masaje a sus pies adoloridos.
Parecía una ilusión.
"Jimin" llamó, su voz sonando quedita. "¿Ahora eres feliz?" murmuró, su labio inferior quedando apresado entre sus dientes en un gesto nervioso.
El omega rubio abrió sus ojos con sorpresa pues la pregunta le había tomado por sorpresa, rápidamente las mejillas esponjosas del menor se tiñeron de un ligero tono rosáceo que se extendió hasta sus orejas, una sonrisita se posó en sus labios rechonchos con facilidad y pronto asintió.
"Sip, soy feliz con usted hyung" aceptó antes de dejar un beso sobre el tobillo del mayor.
Yoongi no sabría describir con palabras el sentimiento que se asentó en su corazón ante la respuesta del omega menor, simplemente podría compararlo con la explosión de cientos de fuegos artificiales en su estómago y un ritmo cardíaco tan fuerte que podía compararse con el galope de un caballo.
"Yo también soy feliz contigo, Jiminie" susurró Yoongi, como si se tratara del secreto más importante del mundo.
El color en las mejillas del rubio se intensificó y su sonrisa se volvió tan grande que parecía doloroso, pero que lucía adorable gracias a que sus ojitos se cerraban casi por completo. Yoongi sintió la necesidad de tenerle cerca, de estar envuelto entre los brazos del menor para poder saber si su corazón latía tan rápido como el suyo, así que enganchó su pie a la cadera del rubio y lo jaló hacia su cuerpo, obligándolo a quedar entre sus piernas. Sus manos rápidamente buscaron posarse sobre los hombros de Jimin y sintió complacido como el cuerpo menudo de éste le cubrió por completo, quedando con los rostros frente a frente y las narices rozándose ligeramente gracias a la cercanía.
"Me gustas" murmuró Yoongi, su tono siendo tímido mientras sus dedos se deslizaban hasta posarse entre los cabellos rubios del menor. "Me gusta llamarte novio" añadió antes de dejar un besito sobre aquella naricita de botón.
Sus aromas se volvieron más dulzones y densos alrededor de ellos, la miel y las manzanas mezclándose en el aire de manera exquisita y creando una fragancia totalmente embriagante para sus sentidos. Guiados por el momento volvieron a juntar sus labios en un nuevo beso, uno tranquilo y cariñoso donde se dedicaron a sentir con mayor apreciación los labios ajenos. A Yoongi le encantaba recorrer con su boca los labios rechonchos del mayor, lamerlos y tirar de ellos con sus dientes delicadamente, no darles clemencia aunque sus pulmones le rogaran por oxígeno pues le producía una clase de satisfacción ver lo hinchados y rojos que se ponían al separarse.
Por su lado, Jimin se tomaba el tiempo de degustar los labios de Yoongi con dulzura, recorriendo cada rincón de su boca como si quisiera memorizarse por completo aquellos delgados belfos. También le gustaba sentir los escalofríos que recorría su cuerpo cada que sentía la húmeda lengua del mayor danzar con la suya en un ritmo lento y profundo, los dedos de sus pies siempre se escogían cuando eso ocurría y al final una sonrisa tonta se pintaba en su rostro al separarse y ver que los labios de Yoongi adquirían el color y forma de las más tentadoras cerezas.
Así que Yoongi, por ese instante, olvidó los malestares que durante el día estuvieron sofocandole y simplemente se concentró en el omega que se cernía sobre él con ganas de devorarlo todo. La presencia de Jimin le rodeaba y le llenaba los sentidos al punto de hacerle olvidar todo lo demás, simplemente dejándole procesar su cercanía, sus labios, sus manos y nada más.
Así era estar con él, así se sentía tenerle entre sus brazos y ahora que había descubierto la maravillosa sensación no iba a dejarlo ir.
Adoraba pasar el tiempo con su novio.
heme aquí con un nuevo capítulo
después de prácticamente un mes
ausente.
desde ya les pido disculpas
por el abandono pero tuve mi primer
bloqueo con without alphas y recién
hace dos noches pude retomar este
capítulo jsjsjs pero bno, espero este
capítulo lleno de fluff y mimitos pueda
recompensar mi ausencia uwu
confío en que esta vez podré traerles
un nuevo cap más rápido así que nos
leemos prontito ok? los amo, muchas
gracias por todos los votitos y leídas,
me hacen muy feliz :(<3
feliz inicio de semana amores <3
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