004
El pie de Yoongi subía y bajaba en un rápido movimiento que denotaba su nerviosismo, sus manos apretaban sus rodillas y sus dientes mordían la carne de su labio inferior mientras se encontraba en medio de aquella sala de espera.
Habían llegado a aquel refugio desde hacía quince minutos, pero para él se sentían eternos y mortificantes.
Taehyung, a su lado, acarició su espalda con suavidad para tratar de tranquilizarlo y Yoongi sonrió suavemente al sentir las feromonas maternales que el omega soltaba para hacerle sentir seguro.
Taehyung le protegía como si fuese su cachorro aun cuando Yoongi era mayor y debía ser él quien le protegiera.
A veces se sentía tan patético e inútil.
"Tranquilo, Hyung, hay muchos omegas esperando su turno también" susurró Taehyung, mirando a su alrededor con curiosidad.
Yoongi le imitó, sus ojos recorriendo cada rincón de la sala de espera, y apretó sus labios con pena al ver a los desamparados omegas que, como él, estaban en busca de ayuda. Había todo tipo de chicos y chicas allí, algunos presentaban enormes vientres de embarazo, otros portaban moretones y rasguños que delataban maltrato, unos cuantos tenían vendajes sobre sus cuellos indicando que estaban sanando un lazo roto.
Cada uno parecía tan diferente a los demás, pero les unía una misma dolencia: los alfas abusivos.
Yoongi se permitió relajarse un poco ante aquel escenario, sintiéndose entendido por aquellos que habían sufrido algo similar a lo suyo aún cuando no los conocía. Después de todo, ¿quien de allí podría dañarlo si eran omegas que, como él, estaban vulnerables?
"Oye, Tae, ¿puedo preguntar algo?" llamó a través de un susurro bajo, su mirada clavada en el suelo brillante.
"Claro, ¿Qué pasó, Hyung?"
"¿Como pudiste resistir la voz de mando que usó Jinho contigo?" susurró apenas, recordando con asco la escena tan violenta que ese alfa le había hecho vivir a su amigo.
Taehyung se encogió de hombros, como si lo que preguntase tuviese una respuesta muy obvia.
"No es mi alfa" respondió con simpleza, mientras acariciaba su propio vientre hinchado con parsimonia.
"Pero... Los alfas también pueden someter omegas que no sean sus parejas" dijo confundido.
Él había pensado que Taehyung respondería con algún secreto de entrenamiento contra órdenes de alfa, no con una respuesta tan simple.
"Si, pero yo estoy embarazado y enlazado, Hyung" explicó con suavidad. "Solo mi alfa podría usar su voz de mando conmigo porque mi lobo está enlazado con él, pero si alguien ajeno lo hace lo único que provocaría sería la ira de una madre dispuesta a proteger a su cachorro" añadió, con una sonrisa en el rostro. "Los lobos somos seres muy protectores, sobre todo los omegas cuando se trata de nuestros bebés"
Yoongi se quedó en silencio, analizando lo dicho por el otro omega. Aquello tenía tanto sentido, él había escapado de su infierno solo después de descubrir que estaba embarazado, su deseo por proteger a su cachorro había sido lo único que le pudo convencer de obtener fuerzas para enfrentar al alfa que le preñó y salirse de aquella casa.
"¿Por eso casi muerdes a Jinho?" preguntó, tratando de sonar divertido pero su rostro afligido no cooperó con su intento de broma.
Taehyung asintió aún así, acariciando la mejilla de Yoongi con cariño en un intento por transmitirle seguridad.
"Amenazó a mi bebé directamente, no iba a dejar que creyese que podía someterme cuando ni siquiera a Jungkook le permito que me levante la voz" respondió, soltando una risa nasal ante lo último. "Por eso es necesario mantenerte lejos de él durante el embarazo, Hyung, tu lobo está demasiado influenciado por su presencia al haberte dejado en cinta y no luchará por resistirse a su llamado" susurró algo decaído y Yoongi asintió.
Aunque si eso era verdad, su anterior teoría no era correcta, ¿quizás la valentía de salvarse no había venido de su lobo sino de sí mismo? Porque no podía creer que su patético lobo con apego hubiese decidido alejarse de su alfa por voluntad propia, estando embarazado y necesitado de sus atenciones.
"Pero no será para siempre, Hyung, en cuanto nazca el bebé tu lazo con Jinho desaparecerá y tú podrás resistirte a su voz de mando" aseguró y Yoongi frunció el ceño confundido.
"¿Por qué? Jinho seguirá siendo un alfa que podría someter a cualquier omega sin marca" susurró, con la mandíbula apretada en desagrado.
"Porque un lazo nuevo mucho más fuerte se creará" dijo Taehyung con simpleza y Yoongi le miró con extrañeza.
"No pienso dejarme marcar por ningún alfa, Taehyung" soltó con dureza pero el otro omega simplemente rió.
"No hablo de un lazo por la mordida de un alfa, Hyung, hablo del lazo maternal que se reforzará en cuanto su bebé nazca" explicó y Yoongi sintió las lágrimas acudir a sus ojos.
Al parecer su pequeño cachorro estaba destinado a salvarle de Jinho.
"¿En serio?" murmuró, con el anhelo reflejado en sus cristalizados ojos negros y Taehyung asintió conmovido.
"No hay nada más fuerte que el deseo de un omega por proteger a sus hijos, Hyung, ningún alfa podría cambiar eso. Ni siquiera el padre de tu cachorro" sentenció con firmeza.
Y Yoongi se sintió aliviado, su cuerpo relajándose al saber que nunca más tendría que depender de aquel desgraciado alfa una vez su cachorro naciera.
Solo debía evitar encontrarse con ese bastardo durante el embarazo y nada volvería a dañarlo a él o a su cachorrito en el futuro.
No era tan difícil, ¿cierto?
"Aquí está lo que ordenaron, señoritos" la voz de Jungkook interrumpió sus pensamientos y ambos omegas le miraron enseguida.
Ah, cierto. Habían enviado a Jungkook a que les consiguiera algo que comer durante su espera.
Taehyung alzó sus brazos en dirección a su alfa, abriendo y cerrando sus puños con entusiasmo en cuanto observó sus preciadas galletas de chocolate en las manos ajenas. Jungkook enseguida se las entregó, agregando un beso en la frente de Taehyung antes de girarse hacia Yoongi para entregarle sus dichosas frituras de queso.
"Gracias, Jungkookie, eres el mejor alfa" dijo Taehyung con dificultad, pues sus mejillas estaban llenas de las dulces galletas.
El alfa soltó una risita enternecida ante la adorable vista y se sentó al lado de su omega para olisquear su cabello en busca de su dulce aroma. Por su parte Yoongi se dedicó a degustar sus frituras mientras miraba a su alrededor con curiosidad, dándose cuenta de que ya no había tanta gente en la sala de espera.
¿Cuando sería su turno?
"Min Yoongi"
Oh, en ese preciso instante.
Tragó dificultosamente lo que estaba masticando antes del llamado y limpió sus labios para desaparecer las migajas que se le habían caído. Se levantó caminando hasta la oficina indicada e ingresó junto a Jungkook, pues éste era su alfa a cargo por el momento.
Todos los omegas sin lazo debían tener un alfa a cargo, ya fuese un familiar o alguien más y estos se encargaban de autorizar o denegar asuntos legales.
Cosas del gobierno y la sociedad.
"Buenas tardes, oh..." la voz del hombre que le saludó se cortó de inmediato al ver a Jungkook a su lado. "¿Es usted alfa?" preguntó y Jungkook asintió, aunque se podía apreciar el nerviosismo en su mirada, pues aquel desconocido transmitía un aura intimidante. "No puede estar aquí, señor, es una zona libre de alfas" dijo con amabilidad y Jungkook abrió sus ojos enorme mientras sus mejillas se sonrojaban en vergüenza.
"Lo siento, no lo sabía, pensé que requería de su alfa a cargo y..." tartamudeó el alfa, mientras hacía una reverencia de disculpa.
"Tranquilo, eso no es necesario aquí" aseguró el otro hombre con una mirada dulce, a lo que Jungkook asintió y salió de la oficina con rapidez.
Yoongi tragó con nerviosismo, algo asustado de no tener la presencia de su amigo a sus espaldas pero aún así tomó asiento frente al escritorio.
"Soy Kim Seokjin, fundador del refugio" se presentó, extendiendo su mano para apretar la suya en un saludo formal. "¿En que puedo ayudarte, cielo?"
Yoongi se crispó con incomodidad ante el apodo, pero al olfatear ligeramente el aire se dio cuenta de que el hombre frente a él no era un beta ni mucho menos un alfa.
Era un omega.
Se relajó ante aquello y se acomodó mejor sobre su asiento, mirando con curiosidad el rostro del omega frente a él. Era muy guapo, con facciones fuertes, labios dignos de comercial y unos hombros tan anchos como nunca antes se había visto que un omega poseyera.
No sabía por qué, pero aquella imagen fuerte e impactante le dieron confianza.
"Huí de mi prometido por maltrato doméstico" susurró, bajo y apenado, pues aún era algo difícil para él hablar sobre eso.
El rostro de Seokjin se mantuvo sereno, su aura desprendiendo empatía y solidaridad en todo momento, logrando hacerle entrar en un estado de confort.
"Bienvenido a nuestro refugio, Yoongi, aquí brindamos asilo a omegas en su mayoría abandonados y les ayudamos a valerse por sí mismos para que puedan trabajar y reintegrarse a la sociedad sin la ayuda de un alfa" explicó, con una sonrisa bonita en sus esponjosos labios de modelo.
"Gracias" susurró, sintiendo sus ojos humedecerse ligeramente y sus labios temblar, ya que el discurso de Seokjin le había conmovido un poco, dándole esperanza.
"Necesito saber qué clase de abusos has sufrido, para que así podamos darte un tratamiento que se adapte a tus necesidades" añadió, abriendo un archivo.
"Mh, abuso verbal y físico" confesó, sus hombros encogidos como si quisiese hacerse más chiquito de lo que ya era. "También sexual" añadió, con la mandíbula apretada y los ojos aún más llorosos.
Seokjin asintió suavemente, anotando lo dicho con rapidez y tendiéndole un pañuelo al ver su estado tan deprimido.
"¿El maltrato vino de uno o varios alfas?" cuestionó y Yoongi sintió su estómago hundirse en su interior.
¿Cuantos omegas tendían a responder la segunda opción? No quería imaginarlo, porque probablemente rompería a llorar de impotencia.
"S-solo uno" farfulló, con voz temblorosa.
"¿Estas enlazado o atraviesas un lazo roto?" preguntó despacio, tratando de no abrumarlo más de lo que ya estaba.
"No, nunca me marcó" aseguró, girando un poco su rostro para mostrar la limpia piel de su cuello. "Sin embargo, si me embarazó" añadió apenado, sosteniendo su vientre apenas abultado y Seokjin hizo un mohín.
"Embarazo en solitario entonces" afirmó, anotando algo más sobre aquella hoja antes de cerrar la carpeta. "Muy bien, Yoongi, no te preocupes. Como primer paso se te asignará una habitación, estos días solamente serán para que te adaptes a este nuevo ambiente y después de una semana comenzarán las sesiones con el psicólogo" explicó, extendiéndole lo que parecía ser un listado de las diferentes actividades que se brindaban en el lugar. "También puedes elegir talleres, como informática o costura, para que desarrolles habilidades que te permitan conseguir algún empleo cuando estés listo para dejar el refugio"
"¿Cuando esté listo?" murmuró confundido y Seokjin asintió.
"El refugio estará a tu disposición hasta que te sientas listo para dejarlo, esto puede ser en semanas, meses, después del parto o incluso años" aseguró, con una sonrisa deslumbrante que le dió una esperanza al corazón de Yoongi al verla. "No dejamos a ningún omega desamparado a menos de que esté preparado para sobrevivir sin un alfa allá afuera y, tomando en cuenta de que estamos tan acostumbrados a depender de ellos, aquí en el refugio tenemos consideración con el tiempo que un omega necesite para adaptarse, pues sabemos que no es fácil salir adelante después de un abandono"
Yoongi miró con admiración al hombre, no lucia mucho mayor que él pero hablaba con una sabiduría increíble y con aquellos ojos inundados de una experiencia tan basta que le provocaban ganas de abrazarle y llorar de agradecimiento.
"También otorgamos estudios en caso de que quieras terminar el colegio o conseguir una carrera" agregó, con una sonrisa que parecía destilar orgullo hacia su fundación. "También puedes elegir un compañero de gestación"
"¿Un compañero de gestación?" preguntó totalmente confundido y Seokjin asintió.
"Durante el embarazo es primordial la presencia de tu alfa pero por obvias razones no podrás tener sus atenciones" suspiró, algo decepcionado, pero no parecía decepcionado con Yoongi, sino más bien decepcionado de los alfas. "Así que hay voluntarios alfas, capacitados y enlazados para evitar problemas, que te harán compañia para que tu lobo sienta la esencia y presencia de sus feromonas y así evitar que tu embarazo se complique por alguna depresión" explicó Seokjin, a lo que Yoongi torció los labios.
Por más que Seokjin asegurara que eran alfas capacitados no se sentía entusiasmado con la idea de tener que estar cerca de uno. Pero si quería mantener a su cachorrito a salvo debía hacer un sacrificio, ¿verdad?
"Bien" susurró, mientras asentía ante la sugerencia y Seokjin se levantó de su asiento.
"Eso es todo, Yoongi, una de las cuidadoras te llevará a los edificios donde están los demás omegas y las habitaciones. Cualquier duda siempre puedes venir a mi oficina" dijo, volviendo a apretar su mano con formalidad, Yoongi le sonrió genuinamente antes de reverenciar ante él.
"Muchas gracias, señor Kim" dijo con sinceridad, pero el otro omega hizo un ademán para restarle importancia.
"Llamame Seokjin, y no agradezcas, es un placer ayudar a mis iguales" dijo de forma encantadora.
Yoongi suspiró dando unos pasos para salir de la oficina por fin, pero cuando abrió la puerta se acordó de algo que había olvidado preguntar.
"¿Puedo recibir visitas?" cuestionó avergonzado, mientras rascaba su nuca con nerviosismo.
"¡Pero claro! Los horarios de visita son de lunes a sábado de diez de la mañana a seis de la tarde" respondió con una sonrisa, a lo que Yoongi asintió saliendo de una vez por todas de la oficina.
Caminó hasta donde Taehyung y Jungkook habían permanecido esperándole y les abrazó sin aviso, tomándolos por sorpresa ante el cariñoso gesto, pues él no solía ser alguien muy afectuoso normalmente.
"Gracias por ayudarme, chicos" susurró, su voz temblando y las lágrimas por fin deslizándose por sus mejillas en un llanto silencioso.
"No hay nada que agradecer" aseguró Taehyung con una bonita sonrisa en sus labios.
Los tres se separaron de su abrazo cuando un pequeño carraspeo interrumpió el momento. Yoongi giró sobre sus talones para enfrentar a quién le llamaba y miró delante de él a una mujer de cortos cabellos teñidos de rojo que le sonreía con dulzura.
"¿Min Yoongi?" preguntó la mujer, a lo que el aludido asintió. "Soy HyunA, una de las betas de compañía, te llevaré hacia las instalaciones del refugio" se presentó, con una sonrisa amable en su bonito rostro.
Yoongi asintió, abrazando una última vez a sus amigos antes de comenzar a seguir a la beta hacia la parte trasera de la sala de espera y pronto atravesaron una puerta que les dirigió al exterior.
Sus ojos miraron con curiosidad el enorme edificio que se presentaba frente a sus ojos, era de dos pisos y estaba hecho de ladrillos rojos, tenía un enorme patio delantero donde cientos de omegas convivían tranquilamente unos con otros, riendo y luciendo tan amenos que su corazón se sintió acogido.
Sonrió él mismo y sostuvo su vientre con emoción, totalmente ilusionado con el ambiente que se desarrollaba a su alrededor.
Aquel era su nuevo hogar y no podía estar más agradecido.
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