Chào các bạn! Vì nhiều lý do từ nay Truyen2U chính thức đổi tên là Truyen247.Pro. Mong các bạn tiếp tục ủng hộ truy cập tên miền mới này nhé! Mãi yêu... ♥

18 de febrero - El ramo

Robert sabía que parte del cortejo a una dama respetable incluía llevarle flores. No era que anteriormente no le regalara alguna flor a Isabel, pero siempre eran gestos espontáneos que consideraba informales y, ahora que debía esforzarse por quedar bien con ella, se le complicaba un poco. Debía ser algo que fuera bien con el gusto de la joven, un ramo sobrio y sofisticado, pero que también reflejara su feminidad y alegría. 

Sacó su cuaderno del bolsillo de su chaqueta y comenzó a dibujar, primero seis rosas en tono rosado, para obviar sus intenciones sinceras, luego pensó en que cuatro tallos de lilas podrían complementar muy bien, implicando la ternura que despertaba en él. Se detuvo para ver de qué manera podía terminar el ramo.

A Isabel le gustaban las flores silvestres, no iba a ignorar ese detalle, así que agregó cinco tallos de margaritas blancas, que realzaban a las demás flores con su belleza sencilla. Aún así, algo faltaba, tenía que expresarle también su compromiso con ella. Las campanillas de invierno desentonaban y los tulipanes no iban a encajar bien en el arreglo, pero tal vez tres peonías rosas quedarían bien. Al ver el resultado, sonrió satisfecho e hizo las anotaciones que creía pertinentes para el florista.

Buscó a Matthias, quien leía en la biblioteca del palacio, encargándole el ramo. Él le hizo una expresión de complicidad y salió del lugar contento, no sin antes decirle que le llenaba de orgullo que hubiera aprendido bien el arte del lenguaje de las flores.

Robert le indicó que el ramo debía ser entregado a Isabel esa tarde, antes de la merienda, para que pudiera llevarlo a su habitación, sin tener que recibir comentarios al respecto de parte de nadie.

Y así se hizo.

Aunque no pudo ver la expresión de la dueña de sus afectos cuando recibió las flores, ella le hizo saber lo mucho que le habían gustado cuando se vieron esa noche a escondidas, en la cocina del palacio.

—No tenía idea de que fueras tan versado en las flores —le dijo, en un tono alegre—. Me cuesta un poco de trabajo creerlo.

—Te dije que me gusta la jardinería, aunque no lo creas, sé algunas cosas —le respondió de la misma forma desenfadada—. Quería impresionarte.

—Lo lograste —se recargó en su hombro.

Él le dio un beso en la frente.

—Me alegra que te gustara, porque sí quería expresarte lo que siento por ti.

—Eso ya lo sabía —le dio un beso en la mejilla—. A veces, quisiera ser yo quien te corteja también.

—Ya lo haces, pero no te das cuenta. Las cosas que tejes para mí las valoro mucho —contestó, mostrándole los mitones que estaba usando.

Isabel se sonrojó en respuesta, lo que hizo que la abrazara. Se quedaron así un rato, sin hablar, pues ya todo lo que podían decirse en esa reunión clandestina, se había dicho.





Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro