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CAPÍTULO SEIS

—¡Esto es simplemente delicioso! —Sidon sonrió con la boca llena de un crepe de frutos rojos. Un pequeño rastro de jugo rojo se le escapaba de la boca, haciéndolo lucir aterrador. Link puso una sonrisa en su rostro a la vez que le tendía algo para limpiarlo. Terminó siendo una noche cálida así que el hyliano ofreció comer afuera junto a la fogata. Sidon prácticamente saltó de emoción ante la idea diciendo que no sabía que se podía o incluso cocinar al exterior. Y como Link predijo, el alto Zora estaba encantado por el postre. Sabía que lo haría, asumía que era muy difícil comprar sustancias dulces viviendo en el océano, si es que siquiera existían.

—¿Cuál te gusta más? ¿Normal, con miel o con frutos rojos? —preguntó, comenzando a verter los ingredientes para hacer más crepes. Sidon ya había comido tres y no mostraba signos de estar satisfecho. Link estaba bien con eso. En realidad, era realmente bueno cocinar para alguien que no fuera él mismo y no importaba cuánto lo estuviera haciendo últimamente, nunca dejó de darle la sensación de que alguien lo necesitaba. Con eso dicho, se estaba quedando son algunos ingredientes en particular y puede que tenga que ir al pueblo en uno o dos días.

Sidon pareció reflexionar antes de decir:

—La miel era algo sabrosa, pero se pegaba en mis dientes más de lo que me gustaría —Link asintió—. Pero dejaré que tú decidas como hacer los siguientes —Sidon rio tímidamente—. Admito que he comido cada uno de los que has hechos hasta ahora y tú no has comido ninguno. No debes consentirme tanto.

Link rio.

—¡Pero lo disfruto! Además —se detuvo mientras vertía los frutos rojos—, encuentro gratificante el hacer sonreír a las personas —Otra larga pausa—. En especial a ti —admitió. No era un susurro, era para que Sidon pudiera escucharlo, pero cuando el Zora no hizo algún comentario sobre lo que Link dijo, el hyliano se volteó para mirar a su compañero. Sidon observaba el exterior, hacia el oscuro océano y su mirada parecía perdida en sus pensamientos. Sus ojos dorados, normalmente alegres, parecían nublados, casi afligidos.

En ese instante, Link recordó su pesadilla. ¿Quería volver al océano? No quería que se vaya, pero tampoco era alguien en forzar sus propios deseos en los demás. Así que, si Sidon quería volver, entonces lo dejaría ir. ¿Pero lo quería? ¿Si realmente lo quería, por qué no se había ido ya? No era como si Link lo mantuviera ahí. Luchando contra sus nervios, preguntó:

—¿Quieres regresar?

Esto pareció sacar a Sidon de sus pensamientos, volteando a mirar a Link.

—¿Disculpa?

—El océano —aclaró, alejando su mirada y concentrándose en la comida. Los crepes no tardaron demasiado y rápidamente puso uno en un plato para empezar con el siguiente. Le entregó la comida a Sidon—. Estabas mirando al mar y estaba curioso de si lo extrañabas.

Aceptó la comida, pero no la probó.

—Yo... tengo la oportunidad de nadar en el océano cada día. —Trató de dejar el tema casi con nerviosismo. Una evitación clara si Link alguna vez vio una. Pero, una vez más, tenía plena experiencia en aquella táctica debido a Zelda.

Link frunció el ceño y le lanzó una molesta mirada:

—Tú y yo sabemos a qué me refiero. ¿Quieres regresar a tu hogar?

Sidon parecía un poco avergonzado, pero se volteó para mirar hacia el océano nuevamente y a las olas rítmicas rompiendo a lo largo de la orilla arenosa.

—Sí..., extraño mi hogar —Antes de que pudiera preguntar, Sidon negó, señalando que Link no necesitaba pedirle que explicara—. No me importa decirte, ya que eres mi querido amigo —Su encantadora sonrisa volvió por un instante antes de desaparecer nuevamente—. Donde vivo... soy casi un símbolo para mi gente. Tenía responsabilidades y expectativas, y tomé cada una de ellas con seriedad. Fue mucho estrés, pero tenía una hermana mayor que me tomó de la mano y me enseñó mucho. Quería ser como ella. Ella era... —Casi sonaba como si ocultara un pequeño sollozo antes de controlarse—. Ella era desinteresada, amable y valiente. Mi gente la admiraba... a los dos..., y luego a mí y creo que- ellos me aprecian tanto como yo a ellos —Dejó la comida para rascarse una de sus aletas faciales—. Puede ser complicado de entender para ti.

—Lo entiendo completamente. —interrumpió para la sorpresa de Sidon—. Es... —trató de buscar las palabras correctas—, es un montón de presión, eso es seguro, pero se siente bien y te da una sensación de valor y que perteneces a un lugar... ¿No es así? —ofreció. La cara de Sidon se iluminó mientras asentía.

—¡Sí, exactamente! —rio—. Fui un tonto al pensar que no serías capaz de entender. Eres alguien verdaderamente compasivo, querido Link. —El nombrado se sonrojó. Siempre sucedía cuando Sidon lo elogiaba de esa manera y especialmente si ese elogio terminaba con algún apodo de cariño, eso lo hacía sentir nervioso y avergonzado. Emplatando el último crepe, cubrió sus sentimientos detrás de un gran bocado lleno de frutos rojos.

—Continúa —dijo con una voz algo amortiguada.

—Sí..., bueno, ya no soy capaz de regresar a mi hogar —volvió su vista al océano—. Comenzó con el compromiso de mi amada hermana. Nosotros, los Zora, somos pocos en cantidad y algunos temen por una invasión de las razas que habitan en la tierra. Así que mi hermana se casó con nuestro primo, quien era el príncipe de la tribu Zora del sur, para reunir a nuestra gente. Nunca escuché algo sobre ella, o la volví a ver de nuevo. Cerca de un mes aproximadamente, mi primo regresó a nuestra casa diciendo que la superficie preparaba un ejército en nuestra contra. No había escuchado tal cosa y deseé evitar una guerra a toda costa. Exigí hablar con mi hermana, sólo para que él me diga que murió. —Una expresión rota cruzó por el rostro de Sidon y cerró los ojos. Inmediatamente Link dejó su plato ante la angustia del contrario y se acercó para poner una mano en su espalda. Sidon lo miró y Link momentáneamente se desconcertó por sus propias acciones. Se movió para consolarlo sin pensar. ¿Había sido eso debido a su inclinación natural de omega hacia la compasión, o había sido sólo porque le importaba? De cualquier forma, Sidon estaba herido y a Link no le gustaba verlo de esa forma.

—Lo lamento tanto —ofreció suavemente.

Los ojos dorados de Sidon parpadearon antes de que su mirada en Link cambiara levemente.

—Sabes, de donde vengo siempre nos han dicho que los hylianos son más bien una raza bárbara desprovista de amabilidad y comprensión. Algo que me negué a creer. Pero también sentí que tal vez fui parcial, considerando mi fascinación por tu raza y el mundo de la superficie en general. Nunca estuve tan feliz de conocerte y probar que estaba en lo correcto. —Link pudo sentir prácticamente que todo su rostro se volvía de un rojo brillante mientras intentaba todo lo posible para no darse la vuelta y ocultar la cabeza en sus manos.

—Uhm..., ¿por qué no puedes volver exactamente?

—¡Oh! Sí..., mi primo quería unir nuestras fuerzas y presionar contra las razas de la tierra. Me negué directamente y cuando me opuse a él, convocó el juicio del heredero. El cual era una manera, para los gobernantes, de decidir quién sería la opción más lógica para ser el próximo rey o reina, ninguno de los candidatos debería tener hijos. Él me superó —Su mirada se agrió como si recordara algo desagradable, pero luego, cuando notó que Link lo estaba mirando, añadió frenéticamente—: Pero debes entender, amigo mío; mi gente es una raza dócil. Nuestra separación de aquellas razas que no son parte del mar sucedió hace muchos, muchos siglos y fue una forma de vida que escogieron para protegernos. Aunque se sabe poco acerca de ellos, como estoy seguro de que se puede ver por nuestras suposiciones acerca de ustedes, los Zora en realidad nunca hemos tenido una guerra o incluso una pelea con su especie según mis conocimientos.

Link asintió, pero lo que Sidon estaba describiendo le preocupaba.

—Entonces, ¿tu primo odia a los hylianos y te derrotó?

Sidon frunció el ceño.

—Sí..., él tiene esta extraña arma que picaba considerablemente y me dejaba inmóvil. Nunca había visto algo igual. Y, naturalmente, como vencedor y el nuevo sucesor al trono, tenía permitido hacer una solicitud al rey actual. Y él..., solicitó mi destierro.

—¿Eso es normal?

—No realmente. La prueba del heredero no se invoca a menudo, porque la mayoría de los Zora encuentran a su compañero de vida bastante joven y ya tienen hijos. Y cuando ha sido convocado, el vencedor nunca ha pedido algo tan cruel. Simplemente..., no está en la naturaleza de los Zora ser cruel —suspiró—. Puedes o no creerme, pero lo que digo es verdad, somos una raza dócil que se enorgullece de nuestra fuerza, pero también de nuestra cortesía.

Link consideró lo que debería decir.

—Te creo. Porque si tu gente es como tú, entonces estoy seguro que lo son —Sidon sonrió nuevamente ante eso—. Pero tu primo está ahora a cargo, así que no buscará una guerra.

—Él es sólo el heredero, no el rey. Mi padre, el actual rey, aún le quedan muchas décadas, si es que no siglos, y me juró, mientras me iba, que no iría a una guerra con la superficie.

Link asintió y por un momento una pausa bastante grande se presionó entre ellos y antes de que Link pudiera detenerse dijo:

—Así que, ¿eres un príncipe?

La cabeza de Sidon se alzó con sorpresa ante la revelación, y Link tuvo la impresión de que, si Sidon pudiera, probablemente se estaría sonrojando. En un tono avergonzado y divertido, dijo:

—Estaba tratando de mantenerlo en secreto, pero supongo que lo dejé salir, ¿no? —Link asintió—. Me disculpo. No estaba tratando de engañarte, simplemente no pensé que tuviera sentido decirte, debido a que ya no tengo ese título.

—Entiendo —Link volteó a observar el fuego, el calor elevándose hasta tocar su rostro. Realmente debería decirle su historia a Sidon. Era algo justo teniendo en cuenta que el Zora acababa de compartir algo sumamente íntimo sobre él. Pero Link todavía se mostraba reticente a explicar toda la dinámica de los omegas y su biología por si Sidon preguntaba más al respecto. Aun así, el hyliano no podía simplemente no ofrecerle nada al zora. ¿Qué clase de amigo era?

—Solía ser de la guardia real de la princesa hyliana. Y su... prometido. Pero me despidieron de mis deberes —admitió—. Nosotros..., tuvimos una pelea por así decirlo. Es por eso que puedo entender el tipo de respeto y amor que debes haber recibido de tu gente. Yo también lo tenía. Y ahora, supongo que, por un tiempo, me he sentido un poco perdido y sólo estoy tratando de descubrir mi propio camino ahora que no tengo un objetivo claro de lo que sería mi vida. —Tomó otro bocado de comida.

—Duele —asintió Sidon—, ser arrancado de algo que alguna vez fue una parte tan importante de ti.

Link tuvo que reprimir las repentinas lágrimas que querían aparecer en sus ojos. Maldición, pensó que ya lo habría superado. Se limpió la cara con la manga, pero se sorprendió cuando las manos de Sidon ahuecaron suavemente su rostro y lo giraron hacia él.

—¿Estás llorando? —Sidon preguntó.

Link suspiró y asintió. Levantó una mano para apartar las contrarias, pero se congeló cuando el Zora dijo:

—Sabes, eres bastante impresionante. Tu cabello es del color del sol y tus ojos tan azules como el océano mismo. Cuando te miro es como si tu cara fuera el horizonte, donde se unen el cielo y el mar.

Link no sabía qué decir. Se quedó prácticamente congelado en el tiempo y esperando a ver si algo sucedía. Si Sidon hacía algún movimiento más que eso. Cuando el Zora sólo continuó observándolo, Link tragó el nudo en su garganta y preguntó:

—Cuando dices cosas así... ¿Estás tratando de elogiarme? —O seducirme, se quedó sin decir, ya que no se animaba a hacerlo.

—Bueno... ¡Sí! —asintió. Parecía casi confundido como si la respuesta fuera obvia.

Link suspiró y retiró las manos antes de alejarse un poco.

—Sidon... lo que estás diciendo tiene una connotación romántica. Y aunque aprecio el cumplido —miró hacia otro lado—, no deberías decirle eso a alguien que no tiene una atracción romántica contigo. —Ya está, lo había dicho más claramente ahora. Quizás Sidon ahora sería capaz de decirle a Link si quería decir que sus palabras eran una seducción hacia él o no. El hyliano se mordió el interior de la mejilla mientras esperaba con una punzada la respuesta. ¿Quería que Sidon mostrara interés en él? Sí, mucho. ¿Por qué? Él... lidiaría con eso después.

—Oh, ya veo —Se retiró físicamente de él. El fuerte Zora parecía casi desinflado—. Mis disculpas, amigo mío. Una vez no quise ofenderte.

Parecía avergonzado, como si no hubiera querido que pensara que se acercaba a él. Link trató de ignorar el dolor y la decepción que sentía.

—Está bien. Dijiste que los malentendidos de seguro pasarían, ¿verdad?

Sidon sonrió y asintió.

—Prometo que no volverá a suceder —Luego levantó la vista hacia el cielo nocturno—. Dios mío, se ha hecho tarde. ¿Nos retiramos por la noche?

Link bajó la mirada hacia su comida, de la cual sólo comió un poco.

—Los crepes no duran hasta el día siguiente, así que vamos a la cama cuando hayamos terminado

—¡Una excelente idea!

〔Dios... me sentí culpable por dejar abandonado esto por un cómic que debo hacer como tarea;;; así que dejaré esa tarea de lado (ya que no tiene fecha de entrega) y avanzaré con los dos fics.

Además, desde el celular me sale que los guiones se cambiaron a los cortos, pero en el computador me salen los largos, ya no entiendo nada;;;〕

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