〔NOTA DE LA AUTORA: En caso de que la gente lo desee, aquí están las conversiones dentro de los dos puntos decimales de redondeo para las alturas de Link y Sidon según esta historia. Referenciado desde internet y mis propias estimaciones.
• 5’5 “= 65 pulgadas = 1.65 metros.
• 9’5 “= 113 pulgadas = 2.87 metros.〕

La criatura era gigante y al menos el doble del tamaño de Link. Aunque Link no era exactamente bajo, tampoco era alguien alto, ya que medía 1,70. Sin embargo, esta criatura, cuando se arrodilló al lado del cuerpo inconsciente, tenía que tener al menos 2,87. Lo examinó más de cerca, descubrió que la sangre provenía de un corte bastante profundo en el gran pecho de la criatura y lo que parecía ser la punta de un arpón que sobresalía de su omóplato izquierdo. Mientras Link continuaba dando vueltas, descubrió que su cara estaba oculta por un brazo extendido. Frunciendo el ceño preocupado, movió los brazos y descubrió que, aunque la criatura tenía características diferentes, su rostro era muy similar al de él. Contaba con una boca, dos ojos, y la forma de la cabeza que bajaba hasta tener un punto en que imitaba una nariz. Con las cejas fruncidas en sus pensamientos, Link miró de arriba y abajo el cuerpo del animal, obviamente acuático, y notó que a pesar de su piel roja brillante más las acentuadas aletas dorsales y ventrales, la criatura tenía dos brazos y dos piernas. Lo que significa que podía estar tanto en tierra como vivir en el agua. Link se inclinó e intentó ver si la criatura estaba respirando. Aunque no su pecho no se movía, notó algunas branquias sutilmente ocultas debajo de los músculos pectorales de la criatura.

El inclinar su cabeza sobre el pecho para ver si podía escuchar un latido estaba fuera de discusión, por lo que Link se acercó a la espalda de la criatura y presionó su oreja contra el lado ileso. Después de un largo momento, pensó que finalmente había oído el latido profundo de un corazón, lo que significa que la criatura aún estaba viva. Rápidamente se asustó y se preocupó por la seguridad del animal, Link se giró hacia el arpón y lo tomó con ambas manos y usó toda su fuerza para sacarlo. La criatura se sacudió y gimió ante el dolor. Tomando el metal de púas en la mano, Link se movió hacia el frente para inspeccionar la herida en el pecho contrario cuando fue agarrado por sus hombros y lanzado contra la tierra.

La arena ondeaba a su alrededor mientras Link miraba con los ojos muy abiertos a un par de depredadores y furiosos ojos amarillos. Con el rostro completo de la criatura ahora frente a él, Link tuvo la intimidante impresión de que estaba siendo evaluado por algo mucho más fuerte y más astuto que él. Pensando en algo como un depredador del océano, se dio cuenta de que la criatura le recordaba mucho a los tiburones martillo que a menudo nadaban a su alrededor mientras se zambullía. Pero siempre los había encontrado tan gentiles que parecía extraño compararlos. Link tragó saliva mientras la criatura gruñía bajo y profundo.

—Vuelves para acabar con lo que empezaste, ¿verdad?

Sorprendido, Link sacudió la cabeza frenéticamente y luego trató de mover la mano para mostrar la punta de arpón sangrienta que aún sostenía. La criatura miró hacia la mano derecha de Link y su mirada pasó de enojada a sospechosa.

—¿Me sacaste eso de la espalda? —Link asintió con la cabeza—. ¿Por qué?

Link parpadeó, confundido sobre por qué necesitaba una razón para ayudar a otro ser vivo.

—Te lastimaste —tomó un respiro firme—, y quería ayudar. —Siempre había querido ayudar. Prácticamente le habían dicho todos los días, desde que nació, que era su deber. Y antes de que todo se derrumbara, había disfrutado de poder brindarle una mano a las personas cuando podía, sólo para aliviar las dificultades de su día y verlos sonreír. Había pasado mucho tiempo desde que había sentido que había ayudado a alguien, y supuso que los viejos hábitos se demoran en olvidarse.

—¿Querías ayudarme a pesar de que soy tu enemigo?

Link frunció el ceño.

—No eres mi enemigo —No, estaba seguro que nunca había peleado con algo como esta criatura. El hombre lo liberó y Link se enderezó hasta que estuvo sentado con las piernas cruzadas mientras la criatura aún se alzaba sobre él, arrodillado en la arena. Link miró el corte sangrante y lo señaló antes de apuntar la orilla hacia su casa—. Si vienes conmigo, puedo tratar esa herida. Tengo ungüentos y vendajes.

—¿También me invitarás a tu casa? —El hombre tiburón parecía divertirse con la situación—. Ciertamente eres un pequeño y extraño hyliano —Miró hacia el lugar que señalaba Link—. Pero lo admito… a menudo he sentido curiosidad acerca de tu raza.

La forma en que lo dijo el tiburón, con una voz tan encantadora y un tono tan melancólico, hizo que Link se sonrojara y de forma curiosa preguntó:

—¿Qué eres?

El tiburón parecía confundido mientras se señalaba a sí mismo.

—¿No sabes lo que soy? —Link sacudió la cabeza—. Entonces no es de extrañar que no creas que soy una amenaza. Soy un Zora. —Cuando no recibió una respuesta negativa o positiva por parte del hyliano, el tiburón pareció fruncir el ceño—. Los Zora. La raza acuática que vive bajo las olas.

Link intentó recordar cuando le habían enseñado brevemente sobre las razas de la tierra de Hyrule hace muchos años. Estaban los hylianos, las gerudo y los goron. Esos tres fueron los más sociales y dominaron todo el comercio alrededor de Hyrule. Luego estaban los Rito, pero usualmente se apartaban. Link recordó haber conocido a uno solo en su vida y había sido bastante pomposo. Recordaba de igual manera algo sobre una raza de peces como las personas, que imaginaba como sirenas, las cuales vivían en el océano, pero que eran bastante solitarias y xenófobas de otras razas. Por lo tanto, no se sabía mucho sobre ellos.

—No particularmente —admitió Link—. Pero mi educación fue más física que política.

La política y el conocimiento del gobierno habían pasado a Zelda, ya que era la hija del rey y la siguiente heredera legítima. Link era simplemente para ser un consorte, guerrero y su futura pareja. Cuando el tiburón sólo pareció mirarlo incrédulo, Link se lamió los labios y preguntó:

—¿Tienes un nombre?

—Oh, claro, soy el prín- —Se calló y su expresión se agrió un poco, como si estuviera pensando en algo molesto—. Sidon. Sólo Sidon, supongo.

Link sonrió. Queriendo que el contrario volviera a estar más animado, se levantó y le tendió la mano.

—Soy Link. Es un placer.

La sonrisa de Sidon regresó cuando agarró la mano de Link con las suyas.

—¡El placer es todo mío! —Su sonrisa era amplia y mostraba sus afilados dientes blancos. Y, sin embargo, a pesar de eso, Link se sintió a gusto y un poco jovial. Aunque la sonrisa era intimidante, también era genuina y contagiosa. Sidon se levantó por completo, haciendo una mueca cuando sus heridas se estiraron y supuraron un poco más. Link lo tomó de la mano mientras lo llevaba cuesta arriba.

—Te ayudaré con esas heridas.

—Te lo agradezco, señor Link. Es muy amable de su parte. Si puedo ser tan descarado de preguntar, ¿tendrás algo de comida que me puedas ofrecer?

Link pensó por un segundo antes de decir:

—Tengo leche o huevos, ¿eso servirá?

—¿Leche o huevos? —Sidon parecía bastante horrorizado por la respuesta.

Debatiendo por una respuesta más adecuada, Link pensó rápidamente y ofreció:

—Uhm… tengo algo de pescado. ¿Eso será suficiente?

Ante eso, Sidon asintió, su sonrisa regresó.

—Sí, eso estará bien, amigo mío.

Al término de cariño, Link tuvo que apartarse cuando su rostro se sonrojó. Un amigo. No había tenido uno de esos en mucho, mucho tiempo. Una de las razones por las que había elegido ser removido de la sociedad era que nadie parecía querer ser su amigo después de convertirse en omega. O si lo hacían, sentía que no era por razones genuinas. Pero cuando Link pensó más en ello, le gustó la idea de que Sidon estuviera aquí y lo llamara amigo. De hecho, ahora que tenía compañía, Link se dio cuenta de lo solo que realmente había estado.