La colección de niñeras no remuneradas.
Los piratas de la tripulación de Sombrero de Paja son profesionales en el arte de la ignorancia. Es como jugar a un juego sin fin: si Luffy está involucrado, no preguntes. Por increíble que parezca, pasan meses en el mar hasta que alguien saca al fin el tema a relucir.
"Luffy-san," Vivi está sentada junto a Nami, ambas tomando un refrigerio preparado por el cocinero del barco. "He querido preguntar esto desde hace tiempo," se detiene un momento, pensando en cómo formular la pregunta. "¿Cómo se relaciona Wara-chan contigo?"
Toda la actividad de la cubierta se detiene. Nami baja su periódico para mirar a la joven princesa con incredulidad y Usopp suelta un chillido de sorpresa. Sanji casi deja caer una copa y se regaña a sí mismo por ello. Zoro, que estaba durmiendo la siesta con Chopper y Wara despatarrados en su regazo, abre uno de sus ojos mostrando que está prestando atención. Luffy ladea la cabeza con curiosidad.
"Wara es Wara," dice Luffy con obviedad. "¡Mi hija Wara!"
Es la respuesta más obvia, pero aún así suena como ruido blanco para los oyentes. Técnicamente, tiene sentido. Sus ricitos azabaches, su carita redonda y la fuerza abismal que ha mostrado a pesar de su pequeña estatura. Además del hecho de que lleva meses llamando a Luffy 'papá'. Sin embargo, no juzgues a los Mugiwara, pues su incredulidad está justificada. Cada vez que uno de los miembros de la tripulación novata conoció a la pequeña niña, terminó gravemente confuso por su presencia. El primero en experimentarlo fue Roronoa Zoro:
Suspiró con impotencia ante la tercera irrupción del día. Es una muestra de la infinita incompetencia de los Marines que la base haya sido invadida repetidamente en un solo día, siendo aún peor que dos de esos intrusos sean niñas pequeñas. A diferencia de la niña del bar, la última era más pequeña, casi un bebé. Su enorme sonrisa mostraba todos sus dientes de leche y sus manos regordetas se movían para saludarlo.
"¡Wa... Wara-chan!" Un adolescente pelirrosa la persiguió. Con él ya iban cuatro. "¡Es peligroso que entres sola!"
La niña se giró para mirar al chico y sonrió de nuevo. "¡Cobarde!" Le gritó con voz chillona.
El adolescente parecía comprensiblemente humillado por las palabras de la niña. Cuando Zoro arqueó una ceja, él se encogió con timidez.
"Lo siento, ella es... de Luffy..."
Luffy era el chico de hace unos segundos. Si esa niña estaba a su cuidado, entonces explicaría toda su extrañeza así como su apariencia andrajosa.
"Mocosa," llamó con cansancio. "Si tu aniki no te cuida bien, lo mataré cuando salga de aquí."
Sus palabras hicieron que Wara lo mirara con intensidad, no por el contenido de la frase, que iba más allá de la limitada comprensión de un niño, sino por una palabra que reconoció de oírla varias veces de la boca de su padre. 'Aniki' es uno de los términos que Luffy suele usar para referirse a su otro papá, Ace. Sea lo que sea que signifique, no debe ser nada malo, ¿cierto?
Wara pasó la siguiente semana llamando a su padre 'Luffy-aniki'.
Fue similar a la vez que aprendió a imitar a Nami y su 'baka Luffy'. O cuando comenzó a llamar a su padre 'Usopp' después de haber estado escuchando al nuevo tripulante decir 'capitán Usopp' infinitas veces, entendiéndolo como un nombre usado para llamar al capitán. Y, por supuesto, el 'bastardo' que aprendió de Sanji y que a día de hoy no ha dejado de usar.
Entonces sí, Wara llama a Luffy 'papá', pero los niños son esponjas y absorben todo lo que oyen. No sería raro que fuera simplemente algo que ha oído de alguien y que se ha acostumbrado a usar.
"Um... Ya veo," dice Vivi con torpeza. Obviamente tiene muchas preguntas, pero vacila unos segundos antes de formular la más segura: "¿Y no crees que es peligroso tener a una niña pequeña en un barco pirata?"
"¡Sí!" Exclama Luffy. "Por eso estoy buscando a mi hermano, el padre de Wara!" Luffy sonríe con emoción. "Y cuando se la entregue a él, podremos ir a por el One Piece!"
Por segunda vez en el día, los piratas se quedan boquiabiertos.
"¡¿Tienes un hermano?!" Preguntan a la vez.
Aunque sorprendidos, la noticia los deja un poco más relajados. Sanji se suaviza y va a la cocina. Nami sonríe. El escenario que todos imaginan es así: un hombre se va de su isla dejando atrás a una bebé y a su hermano. El hermano, joven pero dedicado, da todo de sí para cuidar a su sobrina como si fuera su propia hija. Es algo que su capitán haría. No hay dudas de que Luffy le dará una paliza a ese hermano suyo por abandonar a su hija. En silencio, todos los piratas están de acuerdo en ayudarlo a darle una lección.
Es una lástima que ninguno de ellos haya hecho las preguntas adecuadas para resolver el malentendido. No están preparados para lo que encontrarán en Arabasta.
Mientras tanto, la tripulación continúa haciendo lo que mejor sabe hacer: cumplir los caprichos de Wara. La niña es adorable y basta una sonrisa para envolver a cualquier persona alrededor de sus pequeños deditos. Cuando despierta de su siesta con Chopper y Zoro, bosteza lindamente y abandona el regazo del espadachín para aferrarse al pantalón de Sanji y mirar hacia arriba con sus adorablemente grandes ojos rosas.
"¡Comida, Sanji!" Exige animadamente. Luego parpadea y ladea la cabeza. "¿Porfa?"
El cocinero no puede evitar soltar un resoplido de risa y se agacha para acariciar la cabeza de la niña.
"Como ordene, pequeña princesa," le dice con una sonrisa. "Pero luego tendrás que ayudarme a limpiar."
Esto no supone ninguna carga para Wara, que asiente animadamente tomando cada tarea que se le encomienda con el mismo fervor. Antes de que puedan moverse hacia la cocina, otro cuerpo se aferra a Sanji como un koala.
"¡Comida, Sanji!" Exclama Luffy con alegría. Luego ladea la cabeza, intentando imitar los ojos de cachorrito que su hija ha perfeccionado. "¿Porfa?"
Todo lo que gana es una brutal patada y un 'piérdete, bastardo'.
"¡Piérdete, bastardo!" Repite Wara como un loro despidiéndose con la mano antes de entrar a la cocina.
...
Thatch suspira temblorosamente. La taza de té en sus manos hace que recupere parte de la calidez que perdió cuando su padre recapituló lo que se ha vivido en las últimas semanas en el Moby Dick. Con una mueca, el cocinero levanta la cabeza para mirar a su capitán, su primer comandante y el vicealmirante de la Marina al fondo de la habitación.
"Jamás pensé que le debería mi vida a un Marine," admite con genuina conmoción. "Gracias por salvar a un pirata como yo, vicealmirante Garp."
El anciano resopla con molestia. "Detesto a los piratas, pero odio mucho más a los traidores," masculla. "No quiero que haya tipos como ese sueltos por los mares. Los niños no están a salvo con escoria como esa rondando por aquí."
La redacción es extraña, pues no hay motivo alguno para mencionar a los niños en este caso, pero Thatch lo ignora. Es bueno que haya Marines con verdadero sentido de la justicia que se preocupan más por proteger a los civiles que por eliminar a los piratas. Barbablanca, que ha estado mirando a su hijo fijamente durante todo el intercambio, suspira y mira a Garp.
"Está bien, Garp, dijiste que responderías a mis preguntas cuando mi hijo despertara del coma," dice. "¿Por qué estabas persiguiendo al Moby Dick y por qué sigues en mi barco incluso semanas después?"
Garp gruñe y se cruza de brazos, repentinamente reacio. Thatch no ha tenido muchos encuentros con el vicealmirante, pero sabe gracias a las historias de antaño que el hombre carece de seriedad incluso en los peores momentos. Habría esperado más que se sentara a beber sake con Barbablanca antes que verlo refunfuñando en una esquina.
"Estaba persiguiendo a ese maldito mocoso, pero se ha vuelto a escapar," dice al fin. "Me quedé aquí con la esperanza de que volviera, pero debí haber sabido que jamás retrocedería. Justo como su estúpido..."
Las quejas del anciano se vuelven un hilo de galimatías inteligibles cuanto más aumenta su indignación. Marco y Thatch comparten una mirada confusa.
"Hablas de un mocoso, por lo que solo puedo suponer que te refieres a Ace," dice Barbablanca.
Garp gruñe una confirmación. Thatch se sobresalta y mira a su padre.
"Espera, ¿Ace? ¿Qué sucede con él? Dijiste que me encontró cuando Teach me apuñaló, justo antes de que Garp desplegara sus doctores en nuestra cubierta... ¿Salió herido?"
El comandante había supuesto que no debido a la ausencia de otras personas en la enfermería. Cuando ve la expresión de su capitán tornarse en una mueca malhumorada, espera lo peor.
"Oyaji convenientemente eludió la historia de cómo Ace salió al mar impulsivamente. Está persiguiendo a Teach," informa Marco.
"¡¿Qué?!" Thatch chilla. "¡Eso es peligroso!"
"Lo sé, hijo," dice Barbablanca. "Si fuera por mí, jamás habría salido de este barco."
"Sin embargo, Ace tiene edad suficiente para responsabilizarse por sus decisiones," comienza Garp.
Thatch frunce el ceño con confusión. Eso es obvio, pero no entiende exactamente a qué viene ese comentario. Cuando vuelve a mirar al Marine, comienza a enumerar en su mente todas las particularidades de su presencia y de la actual conversación. Al final, es inevitable que pregunte:
"Vicealmirante Garp, ¿de qué conoces a Ace? ¿Por qué venías a por él?"
La mandíbula del hombre se tensa. Cuando mira a Thatch, el cocinero tiene que evitar estremecerse por el fuego en sus ojos. Las palabras que salen de su boca a continuación causan un cortocircuito en el cerebro del comandante.
"Ese mocoso ha huido suficiente, es hora de que tome la responsabilidad y se haga cargo de mi bisnieta."
Thatch se tapa la boca para evitar dejar escapar un jadeo. O un grito. Marco se tambalea hasta chocar contra la pared de la enfermería y algunas llamas doradas y azules brotan de sus brazos. Barbablanca le da a Garp una mirada en blanco, sin comprender.
"¿Perdona?" Dice el capitán más temido de los mares con un hilo de voz. "¿Por qué tendría que encargarse de tu bisnieta?" Pregunta estúpidamente.
Garp chasquea los dientes, aparentemente encantado de poder criticar a Ace en respuesta.
"Es todo culpa de ese maldito mocoso que no podía guardarlo dentro de los pantalones. ¡Voy a cortársela cuando lo vea! Aunque no me puedo quejar, supongo que tiene parte de mérito en haber creado a la niña más linda de los mares, ¡mi querida bisnieta! ¡Bwahahaha! ¡Mataré a ese bastardo y luego se hará responsable por haber dejado embara...!"
"¡¿Ace tiene una hija?!" Chilla Thatch al mismo tiempo que Marco se desliza por la pared hasta el suelo, perdiendo todas sus fuerzas. "Hijo de..."
"¡Hijo del diablo, eso es!" Gruñe Garp de nuevo, apasionadamente.
Hijo del diablo, sí, piensa Thatch. El comandante siempre supo que el chico tenía valor, pero dejar embarazada a la nieta de un vicealmirante, una leyenda como Garp, es otro nivel. No sabe si felicitarlo o gritarle para devolverle el sentido, porque claramente no estaba pensando cuando lo hizo. No es de extrañar que el hombre estuviera persiguiéndolos como un demonio, Thatch supone que Oyaji también lo haría si algún petardo dejara embarazada a una de sus hijas.
"¿Cómo...?" Barbablanca traga. Sin mirar a nadie en específico, pregunta: "¿Cómo se llama ella?"
Por un momento, Thatch piensa que está preguntando por la amante de Ace. Luego se da cuenta de que no, que pregunta por el nombre de la hija de Ace. Es el pensamiento más extraño que ha tenido en la última hora, y eso que ha escuchado cómo uno de sus hermanos intentaba matarlo.
Garp se lo piensa dos veces antes de responder, pero su orgullo como bisabuelo parece incluso mayor que su cautela como Marine ante piratas.
"¡Wara-chan!" Exclama con entusiasmo. "¡Ella es la más linda! ¡Es tan fuerte! ¡Bwahahaha! ¡Le partió la nariz al doctor en medio del parto!"
Hay unos segundos de silencio antes de que Barbablanca rompa en una carcajada de alegría. Poco a poco, el hombre va recuperando el color en su rostro.
"Suena perfectamente como la hija de mi mocoso," dice. "¡Así que tengo una nieta!"
De repente, Garp luce molesto.
"Te haré saber que Wara-chan se parece más a mi línea. Somos afortunados de que haya tomado lo menos posible de Ace."
"¿Qué quieres decir?" Pregunta Barbablanca ofendido. "Mi hijo tiene muchas cualidades que muchos matarían por tener."
Thatch se queda boquiabierto y mira de un lado a otro cómo los dos hombres mayores se lanzan comentarios mordaces. La situación se vuelve cada vez más surrealista y Thatch aún no está del todo seguro de haberse despertado del coma. La idea le trae una nueva preocupación: Ace está solo en los mares, enfrentándose a la amenaza desconocida que supone Teach. Si le pasara algo sin siquiera llegar a conocer a su hija... Thatch jamás se lo perdonaría. Tiene que recuperarse lo antes posible para ir a buscar a Ace... ¡Y prepararse para ser el mejor tío del mundo!
Y quizás revisar si Marco sigue consciente. Cree que no.
...
Justo después de escribir las notas del capítulo de Ringo pensé "si esta es una de mis historias más desquiciadas, ¿cuál se lleva el premio a la más desquiciada?" Luego entré a mis borradores y recordé esto, así que decidí que ya que estaba escribiendo delirios hoy mejor los escribía todos juntos <3 ¡Pronto tendremos al fin a papá Ace en acción! No lo envidio mucho, va a tener que dar muchas explicaciones.
Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro