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(Extra I) Wara por el East Blue.

El término desastre natural hace referencia a las enormes pérdidas materiales y vidas humanas ocasionadas por eventos o fenómenos naturales, como terremotos, inundaciones, tsunamis, deslizamientos de tierra, entre otros. Ocasionalmente, este término también se usa para describir cualquier escenario que involucre como mínimo a un D.

En la carpa pobremente iluminada, entre los aplausos temblorosos y desganados, resuena una risa infantil. El payaso se detiene y le da la espalda a los tres piratas novatos para buscar la fuente del ruido. Cuando la encuentra, sisea con enfado.

"¡No era reír, mocosa!" Espeta Buggy señalando duramente al cartel que Mohji sostiene. "¡Tienes que aplaudir!"

La niña lo mira desde las gradas con sus grandes ojos rosados. Su cabello negro está despeinado y su ropa sucia la hacen camuflarse bien entre el resto de rehenes del circo. En general, la niña parece haber sido descuidada. Ante las palabras del payaso, ella ladea la cabeza con curiosidad.

"Ella no sabe leer," explica Luffy tranquilamente ganándose un par de miradas extrañadas de su autoproclamada tripulación.

"¡No me importa! ¡Simplemente copia lo que hacen los demás!" Escupe Buggy frustrado.

La niña solo parpadea antes de que su boca se contraiga en una enorme y brillante sonrisa. Luego mira al hombre a su lado y se sienta copiando su postura. Sus pequeñas piernas no alcanzan el suelo.

"¿Dónde estábamos? Oh, sí..."

El payaso continúa su ambicioso monólogo ignorante de la pequeña intrusa en la carpa. Solo los pueblerinos cautivos muestran un ápice de preocupación por la niña perdida en lo que se muestra como nada menos que un infierno para ellos. La situación se agrava con el terrible escenario que pinta Buggy con el chico de goma como su nueva obsesión. Por suerte, la niña parece completamente ajena a la tortura mientras juega con el perrito de pelo blanco a sus pies.

Es solo cuando el trío de piratas novatos derrota al payaso que la vocecilla se vuelve a escuchar. El león del circo, Richie, al verse acorralado después de ver al capitán salir volando, arrincona a los pueblerinos encadenados. Los cautivos pueden hacer poco tal y como están, con el fétido aliento que sale de las fauces del león bañando sus rostros. Solo Shushu, el leal protector de la tienda de mascotas de la villa, se atreve a encarar al león. Sin embargo, los ladridos del pobre perro hacen entre poco y nada para intimidar al depredador. El animal se inclina hacia delante y luego, de repente, sale volando para estamparse contra las gradas en la otra punta de la carpa.

Los ojos de Roronoa Zoro se estrechan ante la acción y desenvaina una de sus espadas mientras busca una nueva amenaza. En vez de eso, lo único que ve es la figura de Wara. Es pequeña, casi un bebé, y no necesita agacharse para acariciar la cabeza de Shushu. Su enorme sonrisa muestra todos sus dientes de leche y sus manos regordetas se deslizan sobre el pelaje enredado de la mascota.

"Si intenta comerte," dice la pequeña vocecita vocalizando cada palabra con cuidado. "Cómetelo tú primero."

Nami mira con asombro de la niña al león caído. Su expresión se torna diez veces más confusa cuando Luffy echa a reír y se acerca a la niña para tomarla en sus brazos.

"¡Buen trabajo, Wara!" Exclama jovialmente antes de girarse a ver a sus nuevos amigos. "¿Quién tiene hambre?"

Zoro y Nami intercambian una mirada de hastío y camaradería, una mirada de dos pobres almas que comparten un triste destino y no pueden hacer nada para cambiarlo. Finalmente es uno de los pueblerinos el que se atreve a hacer la pregunta.

"La niña... ¿Ella está con vosotros, piratas?"

"No," dice Zoro.

"Claro que no," gruñe Nami.

"¡Sí!" Exclama Luffy. "¡Ella es Wara! Wara, saluda."

"¡Hola a todos!" Desde los brazos de Luffy, la niña trata de sonreír a un lado y al otro para llegar a todos los presentes. Luego se gira a mirar a Zoro y a la chica nueva de cabello anaranjado. "¡Hola!" Repite exclusivamente para ellos dos.

Nami parpadea. "¿Hola?" Sus cejas se arquean cuidadosamente mientras mira de su rostro redondo al chico con sombrero de paja. "¿Por qué, uh, de qué conoces a Luffy?"

La niña parece confusa durante unos segundos, mira a Zoro y vuelve a sonreír cuando dice: "¡Luffy-aniki!"

Técnicamente, tiene sentido. Sus ricitos azabaches, su carita redonda y la fuerza abismal que ha usado a pesar de su pequeña estatura. También explica su aspecto descuidado. Lo que no tiene sentido es que Zoro pensó que la pequeña niña se había quedado en Shells Town con Coby, ya que no la vio en todo el viaje en barca que hizo con Luffy hasta llegar a Orange Town. Nami, a su vez, sacude la cabeza con los ojos muy abiertos, tratando de entender cómo alguien llevaría a un niño en su tripulación pirata.

Mientras los dos jóvenes procesan todo eso, Richie se levanta silenciosamente y trata de hacer una escapada. Los piratas pueden no haberlo notado, pero Wara observa al animal como un depredador mirando a su presa. Solo deja que avance un par de pasos antes de estirar sus brazos y lanzarse como un resorte hacia el león.

La imagen deja a todos, excepto a Luffy, perturbados a más no poder. Sin embargo, no hay mejor confirmación de relación entre ellos que esa. Incluso si más tarde llegarán a saber lo descabellado e inusual que es, los jóvenes novatos deciden hacer la vista gorda e ignorar la gran bandera roja en el maldito barco al que se han subido.

"Está bien," dice Zoro. "Vamos a por esa maldita comida."

La reacción es inmediata. Luffy se ilumina y la pequeña Wara salta como un resorte, dejando a su víctima olvidada a favor de la comida prometida.

...

"Baka Luffy, baka Luffy, baka Luffy," canta Wara mientras mueve sus muñecas.

Nami mira con diversión a la pequeña Wara balbucear mientras juega a las casitas con dos muñecas de paja que cosió para ella después de coser el sombrero de Luffy. No se siente mínimamente arrepentida por el vocabulario que Wara ha adquirido de ella: la persona que la dejó con Luffy debería habérselo pensado dos veces antes de dejar que la arrastraran a un barco pirata. Sin embargo, Nami tiene que admitir que es una dulzura poder convivir con una niña tan adorable. A pesar de su tierna edad, Wara es muy independiente y eso lo demuestra con su determinación para vestirse y peinarse ella sola.

"Wara-chan, déjame peinarte," insiste Nami de nuevo.

"¡No!" Chilla la niña soltando las muñecas para llevarse las manos a sus coletas revueltas. "¡Wara-chan sola!"

"Deja de molestarla, bruja," murmura Zoro somnoliento junto a ellas.

Nami abre la boca para gruñirle, pero Zoro ya ha vuelto a cerrar los ojos. Mirando al otro lado, Nami se da cuenta de que Luffy también está roncando abiertamente sobre la cubierta de la pequeña barca. Una sonrisa se forma lentamente en el rostro de la muchacha y mira de nuevo a Wara.

"Entonces te enseñaré a cómo hacerlo bien," dice la mujer. "Presta atención, Wara-chan, esta es una lección muy importante."

Los ojitos de la niña brillan y deja las muñecas a un lado. Ha llamado su atención, y no piensa desperdiciar esta oportunidad.

...

"¡Soy el capitán Usopp!"

Estos son piratas reales, pero no lo parecen. Usopp no sabe qué pensar sobre los dos chicos peinados prolijamente con coletas idénticas a las de la pequeña niña que se para junto a la mujer de cabello anaranjado.

"¡Capitán Usopp!" Repite la niña pequeña.

"¡Sí!" Exclama Usopp vigorizado por el entusiasmo de la niña. "¡Y tengo conmigo una tripulación pirata de ocho mil hombres!"

"Pirata..." Murmura la niña mirando de repente al chico del sombrero de paja y diciendo: "¡Capitán Usopp!"

Al principio, Usopp está agradecido de haber dejado esa impresión en la niña pequeña. Solo más tarde se da cuenta de que, por alguna razón, 'Capitán Usopp' es su nueva forma de llamar a Luffy, sea cual sea la relación de la niña con él. No es que Usopp quiera saberlo, estos tipos ya son demasiado extraños sin pararse a profundizar en ello.

...

El papá de Wara ha dejado de ser pirata para ser, como Nami lo llamó, un camarero. A Wara no le importa; su papá siempre es muchas cosas. Es un desastre, como la tía Maki lo llama, y también una 'alimaña asquerosa', según la abuela Dan y los bandidos. Recientemente, Wara ha aprendido que también es un aniki, un baka y un capitán Usopp.

Wara sacude sus pies hacia delante y hacia atrás mientras espera en la mesa con Zoro, Nami y Usopp. Son los nuevos amigos de Wara y ella ya los ama. Zoro es muy gracioso, siempre toma la siesta con Wara y la ayuda con su ardua tarea de que papá no se ahogue. Nami le enseña a Wara muchas cosas: dice que el dinero es importante porque si tienes dinero infinito, tendrás carne infinita. Papá siempre está feliz cuando Nami le enseña a Wara cosas de chicas como a peinarse, a vestirse y a robar. Usopp es el favorito de Wara hasta ahora porque siempre inventa los juegos más divertidos para ella y le cuenta historias interesantes.

Sin embargo, Usopp es destronado cuando el nuevo mejor amigo de Wara aparece.

Su pelo es como el sol, como en las historias que papá le cuenta sobre el tío Sabo. Tiene una ceja muy graciosa y en sus manos lleva la comida más deliciosa que Wara ha probado.

"Para la pequeña señorita," dice poniendo el plato frente a Wara con una sonrisa.

Obviamente, lo primero que Wara hace es engullir la comida que su nuevo mejor amigo le ha dado. Pero después de eso, Wara se escapa de la mesa para ir tras a Sanji. A Sanji le parece divertido que Wara lo persiga y le da comida a escondidas mientras lleva platos de un lado a otro. ¡Es increíble! Wara no va a dejar pasar esta oportunidad, si su papá no atrapa a Sanji, Wara lo hará.

Al final no hace falta, porque el papá de Wara es tan inteligente como ella y también quiere ser el mejor amigo de Sanji.

...

Nami se va sin decírselo a nadie y se lleva a Merry. Wara no se pone triste por eso, porque Nami ama a Wara, a su papá y a sus mejores amigos. Ella sabe que volverá.

Entonces a Wara, que nunca antes ha tenido inseguridades, se le ocurre una idea que da un poco de miedo:

Papá Ace no conoce a Wara, ¿y si no quiere amarla?

Después de ese ridículo pensamiento, Wara recuerda que Nami no es la única que le enseña cosas importantes a Wara. Papá Luffy lleva toda la vida preparando a Wara para esto: 'nunca dejes escapar a tu presa', decía cuando los leones huían de ellos en el Monte Colubo. Ahora, Wara se da cuenta de que no estaba hablando de los leones.

...

Perdón por este pequeño extra pero ayer tuve a mi sobrino persiguiéndome todo el día después de que le diera un bocado de lo que estaba comiendo y no pude resistirme a imaginar a Wara siguiendo a Sanji como un patito <3 El próximo capítulo sí tendrá a papá Ace, lo prometo.

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