004. Finalmente Junto a Tí
Relato escrito por ratabicho16
Boschlow
Haber conocido a Boscha Patterson ha sido lo más genial que me ha pasado en la vida.
Ella es atlética, alegre, divertida, inteligente como podría esperar de alguien que estudia pociones y muy confiable. Un tema de lo más simple con ella se hace muy divertido.
Siento que nos complementemos.
Le he contado mis secretos más oscuros y me ha ayudado con mis problemas más delicados; por supuesto, ella también confía en mí, me ha hecho sentir mejor conmigo misma.
Nos parecemos mucho, mismos gustos musicales, ambas jugamos grudgby, nuestros palismanes fueron adoptados, mismo programa favorito y hasta nuestro crush de la infancia fue el mismo.
Tenemos tantas cosas en común. Nos complementamos.
O al menos así es nuestra relación por penstagram, pues jamás he visto a Boscha en persona.
Vivimos en islas separadas. Ella vive el las islas hirvientes, y yo, en las islas desoladas.
¡Maldita niebla anula magia!
Es imposible para un palisman viajar entre islas por ella. Solo un domador de dragones de plata podría cruzarla, pero no cualquiera puede domar un dragón. Se requiere un lazo sentimental con la criatura, una gran habilidad mágica, mucho dinero para poder cuidarlo y un corazón noble.
Son cuatro cosas, y no creo tener un corazón noble.
Conozco el cuerpo desnudo de esa chica a través de la fría pantalla, en video y fotografía, y hemos mensajeado noches enteras. Nuestras conversaciones atrevidas no son para nada las de una chica con el corazón noble.
Pero verla a sido mi fantasía durante tanto tiempo, que no puedo con la emoción. Mañana, finalmente mañana tendré una oportunidad de cumplirla.
Podré ver a Boscha Patterson, tocarla y abrazarla.
Estoy tan emocionada que no puedo dormir y estoy haciendo todo este soliloquio sola mientras ruedo en la cama.
Ya quiero que sea mañana
❃
✨Boscha<3: Finalmente las vacaciones llegaron, Willow.
✨Boscha <3: Tendre la semana totalmente libre.
✨Boscha <3: Me encantaría hacer largas videollamadas contigo.
DarkWillow🥀: Sería genial, Boscha, pero no podré esta semana.
DarkWillow🥀: Saldré de vacaciones con mis padres por cinco días y no estaré ni un solo momento en penstagram.
✨Boscha <3: Oh, bueno, será después entonces.
✨Boscha <3: ¿A dónde irás?
✨Boscha <3: Yo iré a inscribirme a mi nueva especialidad.
DarkWillow🥀: No lo sé, depende de mis padres.
DarkWillow🥀: Y por cierto.
DarkWillow🥀: ¿Cuál especialidad? DarkWillow🥀: No me has querido contar que vas a estudiar.
✨Boscha <3: Es un se-cre-to.
✨Boscha <3: Bye mi amor.
«Bye, Boscha» escribió Willow, y guardó su pergamino. Una sonrisa de tonta enamorada se extendió por su rostro.
«¿Que dirías, mi amor, si te dijera que estoy más cerca de tí de lo que piensas?».
Su corazón latía a mil por hora. Finalmente había llegado a Las islas hirvientes.
«Te veré, Boscha, por fin te veré en persona. Esto es como un sueño».
Willow observó las calles bulliciosas, y con emoción, se acercó a sus padres para ayudarles con el equipaje.
Sus padres, Harvey y Gilbert, eran domadores de plantas carnívoras salvajes, y habían sido contratados para ocuparse de una planta salvaje que había atacado a algunos alumnos de Glandus.
Que dulce conveniencia, y una muy peligrosa también.
La joven de gafas sabía que no debía preocuparse por ellos, eran profesionales, y tragando sus nervios, les pidió permiso para deambular por la isla.
Su corazón saltaba de alegría por conocer a su más que amiga de penstagram.
-Absolutamente no, señorita- respondió su padre.
-Pero papá- replicó la bruja de ojos verdes, -no quiero estar aquí encerrada cinco días. Sería tan aburrido-.
-¿Que dices? Pero si en casa siempre estás encerrada en tu habitación con el pergamino, ¿Por qué aquí sería diferente?
-Yo, bueno- tartamudeo Willow. -Es diferente y ya-.
-No me digas, ¿Acaso hay alguien aquí que quieres ver? ¿Alguien que te gusta?- preguntó su padre.
-No papá, para nada- replicó Willow al instante.
-Gilbert, cariño, estás siendo muy injusto con nuestra pequeña, creo que puede salir al menos unas cuantas horas- intervino su padre. -Ella tiene diecinueve, y un palisman propio, puede cuidarse sola- dijo, y le guiñó un ojo a su hija.
-Esta bien- se rindió Gilbert. -Pero prometenos que estarás aquí antes de que la noche caiga-.
-Lo prometo- exclamó Willow, dandoles un abrazo, para luego alejarse hacia el hotel, aguantando las ganas de gritar.
-¿Que crees que debería usar, Clover?- preguntó la bruja a su palisman. -¿Debería verme sexy, o elegante, o casual, o...? ¡Ya sé!-.
Willow tomo una prenda de su maleta y sonrió. Esto dejaría a Boscha boquiabierta.
❃
El aire acarició su cabello mientras volaba sobre Clover hacia la escuela Hexside, dónde estudiaba Boscha, y que, según sus charlas por el pergamino, a aquella hora, ella se encontraba prácticando en la cancha de grudgby.
Aterrizó y se acercó al campo, impresionada por su aspecto, cuando escucho un grito.
-¡Pásala Boscha!- llamó alguien.
Su corazón latió rápido y giró su cuello en busca de la bruja, para luego sonreír en extrema alegría.
«Ahí está ella».
Willow suspiró. Boscha se veía aún más hermosa en persona, y más caliente. El uniforme de capitana de grudgby sí que la hacía ver como una diosa. Y su cabello, era más largo de lo que creía.
Cómo quería enredadar sus manos en él.
«Controlate Park» se regañó Willow. «Deja de ser una pervertida. No arruines la primera impresión, no...».
Sus pensamientos fueron interrumpidos cuando escucho risas cerca de ella y después de unos segundos, vió salir a la chica junto a sus amigas, despidiéndose de ellas.
Aún llevaba puesto el sexy uniforme.
-¡Disculpa!- se acercó Willow a ella.
La pelirosa se volteó a verla.
-Oh, hola, ¿Necesitas algo?- preguntó Boscha, sin reconocer a su amiga de penstagram.
-Si, yo, eh- tartamudeo Willow -estaba buscando Bonesborought, ¿Sabes dónde está?-.
-Oh, si, de hecho iba para allá- respondió Boscha.
-¡Grandioso!, ¿Te importaría guiarme? Es que soy nueva por aquí-.
-Claro, sigueme- aceptó la bruja pelirosa, guiando a la desconocida por las bulliciosas calles. -Por cierto, ¿Cómo te llamas?- preguntó después de un rato.
-Me llamo Willow Park, mucho gusto-.
-¿Willow Park?- repitió Boscha. -Oh, te llamas igual que una amiga mía de Las islas desoladas-.
Willow volvió a sonreír. Ella era tan tonta como hermosa.
Boscha escuchó su risilla, tan dulce y angelical, y un recuerdo hizo eco en su cabeza. La triclope la miró detenidamente hasta darse cuenta de quién era.
-Te has tardado mucho, mi amor- le dijo.
Boscha soltó su maleta de entrenamiento y abrazó a Willow, haciéndola girar, mientras sus tres ojos se empapaban de alegría y un poco de lágrimas.
-¿De verdad eres tú, Willow?- preguntó la bruja. -¿No eres una ilusión o sí?-.
-No lo soy, de verdad estoy aquí, Boo-.
Ambas se miraron durante un largo momento, con una sonrisa en su rostro, y lentamente se acercaron, sin pensarlo.
«Oh titan, sus labios son tan dulces. Ella realmente me está besando».
Se sentía la bruja más feliz del universo.
-Lo siento Willow- se disculpó Boscha. -Creo que me dejé llevar, y te besé, y estoy toda sudada, que vergüenza-. La triclope se sonrojó y cubrió su rostro con sus manos. -T-te juro que...-.
Un beso en sus labios silenció sus palabras.
Aquella bruja correspondió el besó con un sonrisa de alegría contra sus labios, seguido de un largo abrazo.
Su Willow estaba ahí.
-Así que, ¿Aquí es a dónde vendrías de vacaciones, eh Park?-.
-¿Sorprendida, Patterson?-.
-Sorprendida, y felíz. La verdad aún no lo asimilo- admitió Boscha. -Me siento la bruja más feliz del mundo ahora mismo... ¿Puedo darte otro beso?- preguntó, de alguna manera para asegurarse que la chica fuese real.
-Puedes- dijo Willow, acercando su boca a la suya. Fue un beso dulce y corto.
-Son más exquisitos de lo que imaginé- confesó Boscha, saboreando el labial de la otra bruja en su boca. -Y te ves tan, tan bonita. ¿Puedo ir a mi casa a cambiarme esta ropa?-.
-En realidad, me gustas bastante con tu ropa deportiva, Boscha- dijo Willow. -¿Ya has olvidado aquel vídeochat?-.
Ambas se sonrojaron gradualmente. Aquella había sido una tarde interesante.
-Quiero decir, no te preocupes por mí- corrigió Willow.
-Oh, wow- Boscha soltó una risa nerviosa, mirando a la bruja a los ojos. Verde esmeralda. -Entonces, ¿Quieres que te muestre todo de lo que te había hablado, Willow?-.
-Claro, me encantaría-.
Tímidas, y de la mano, las chicas caminaron por las calles de Bonesborought.
Está sería su primera cita oficial.
Fue agradable para Willow el ver cómo las personas de los pequeños negocios adulaban a Boscha, después de todo la triclope no le había mentido cuando le dijo que era algo popular por ser capitana de las Banshees.
Boscha vió aquello como una oportunidad de lucirse frente a su amada, y no dudó en hacerlo.
Le compró un helado de ojos azules en su heladería favorita y continuaron caminando. Boscha intentó comer aquel postre de manera elegante, pero terminó con las mejillas manchadas de helado.
-Si, bueno, ignora está parte- dijo Boscha, limpiando su rostro mientras uno de los ojos se escabullia de su helado.
Unos minutos más tarde, estaban en una pequeña feria, usando hechizos para disparar a un blanco y obtener alguno de los escurridizos premios.
-Una última vez- gruñó Boscha, quién no había podido obtener nada.
-¿Quieres ayuda?- le susurró la bruja de ojos verdes al oído. Ella asintió y, para su siguiente tiro, enredaderas sigilosas sostuvieron a los inquietos premios encantados.
-¡Sí!- gritó Boscha, despertando al demonio encargado. -Para tí, mi amor- dijo, tendiendole el premio a Willow. Ella besó su mejilla.
Después de eso fueron a una plaza, aún tomadas de la mano, visitando puestos artesanales, dónde Boscha le compro algunos recuerdos a Willow.
-Boo, si llego con esto al hotel, mis padres sospecharan que estuve con alguien- le dijo Willow.
La pelimagenta ya sabía lo estricto que era el padre de Willow, así que se ofreció a guardarselos por ahora.
El día continúo, entre paseos y juegos, hasta que el cielo se torno naranjizo, y lamentablemente, era hora de que Willow volviera con sus padres.
-Gracias por venir- dijo Boscha, abrazándola con fuerza. No deseaba que aquel perfecto día acabase. -¿Cuando podré volver a verte?-.
-Mañana- prometió Willow, -aún me quedan cuatro días más aquí-.
Los ojos de Boscha se llenaron de lágrimas infrenables.
-¿Lo prometes, Willow?-.
-Lo prometo, Boscha- dijo la bruja, plantando un beso en su mejilla.
Ambas se despidieron, y Willow regreso al hotel dónde sus padres la esperaban, ocultando cada gota de alegría que sintiera.
Observó a su padre, Gilbert, dormido en un sofá cuando entró a la habitación.
«Me estuvo esperando».
Aquella noche se ahorraría la mentira.
❃
Al día siguiente se reunieron en una pista de patinaje sobre hielo en la rodilla del titán.
Boscha, de quién el deporte era lo suyo, al fin podía lucirse, y sus movimientos sobre hielo, finos y elegantes, eran impecables, a diferencia de los de Willow, quién apenas y podía mantenerse de pie.
Para ella Boscha era la diosa del hielo, dando saltos y piruetas de manera magnífica.
-Vamos Willow- la llamó.
-No, no, gracias, me siento más segura aquí- respondió, sujetándose del barandal.
-Ven, toma mi mano- dijo, patinando hacia ella. -Te prometo que no te dejaré caer-.
Willow, aún un poco asustada, tomó su mano, y antes de que se diera cuenta, Boscha ya la había llevado al centro de la pista.
Se sentía como una princesa de las nieves.
«Ella es increíble».
-Me alegra que aprendas rápido, Park- la felicitó Boscha.
-Bueno, tengo una hermosa y sexy maestra- dijo ella.
Aquellas palabras hicieron sonrojar a la bruja, quién se desconcentro un instante, provocando que ambas tropezaran y cayeran al hielo.
-Oh no, ¿Estás bien?- exclamó, ayudando a Willow a levantarse.
-Si, estoy bien, tranquila- se apresuró a responder.
Boscha, al verla temblar de frío, colocó su chaqueta de grudgby sobre sus hombros. No quería que la chica se congelara por su torpeza.
«Es su chaqueta de capitana» pensó Willow, aguantandose las ganas de oler aquella cálida prenda ahí mismo.
Boscha la llevó por un chocolate caliente para aliviar el frío, y después de una corta sesión de besos, su segunda cita había concluido.
-Sabes, muero de ganas por ver de cerca ese lunar en tus pechos, Willow- susurró Boscha al oído de la otra bruja, quién se sonrojó bajo el efecto de aquellas palabras.
Ella sabía a lo qué se refería la pelirosa.
❃
Al tercer día, Boscha presento a Willow a sus amigos, quienes solo se conocían en fotografías.
Gus la recibió en una luminosa bienvenida, y le encantó escuchar a su novia Skara tocar. Conoció a una humana, Luz, con quién habló de mil locuras, de magia con glifos y plantas de su mundo.
Entendía porque ella y Boscha eran tan amigas.
También conoció a la poderosa Dama Búho, con quién quedó impactada, y a Amity Blight, con quién pudo prácticar un poco de su fuerza y magia interior.
Ambas eran muy poderosas para su edad.
Nunca había tenido una pelea de brujas sin tener que limitarse, y aunque perdió, se divirtió como nunca.
Y cuando finalmente estuvieron a solas, se llenaron de besos desesperados, en la boca, en el cuello, en el pecho, y de caricias atrevidas, en la cintura, en las caderas, en las piernas.
Los gemidos escapaban de ellas sin poder evitarlo.
Un par de besos más, y ambas se detuvieron.
Aquella noche charlaron en el pergamino sobre lo que había ocurrido, y escribieron sobre lo que ambas querían hacerle a la otra.
Sentía la urgencia de acabar lo que habían empezado en aquel momento.
❃
El cuarto día se citaron un poco más pronto de lo que tenían acostumbrado, y sin preguntas, comenzaron a besarse y desvestirse.
-¿Me harás todo lo que dijiste, Boscha?- gimió Willow entre besos.
-Si, si- jadeó Boscha, empujándola paso a paso lentamente hacia la cama. -lo haré-.
Aquel día hicieron el amor por primera vez, de manera inexperta y curiosa, disfrutando del cuerpo de su amante y de todas aquellas sensaciones desconocidas, para luego dormir junto a la otra, abrazadas.
-Te amo, Boscha- susurró la bruja a su durmiente novia, dejando un casto beso en su boca.
Willow tenía que contarles esa noche a sus padres la verdad, lo que había estado haciendo esos días y con quién estaba saliendo.
Tenían derecho a saber la verdad.
❃
-Padres- pronunció Willow durante la cena. -Tengo algo que decirles-.
-¿Vas a presentarnos a la bruja con la que te has estado viendo?- adivinó Harvey.
Willow se sorprendió, su expresión la delató sin duda.
-¿De-desde cuando lo sabés papá?- murmuró Willow.
-¡Lo sabía!- exclamó su otro padre. -Mi princesa está siendo seducida por alguien. ¿Dónde está?-.
-Gilbert, cariño, tranquilízate- pidió su esposo, y él obedeció a regañadientes.
-Solo era una sospecha- aclaró Harvey. -Pero si, nos encantaría conocerle. ¿Que tal mañana en la cena?- dijo su padre.
-Es-está bien- aceptó Willow, alegre y nerviosa. -La invitaré a cenar-.
Esa noche Willow le envío un mensaje de texto a Boscha, invitandola a conocer a sus padres.
❃
Su último día en las islas había llegado, y Boscha, con un ramo de rosas rojas, estaba en su puerta.
La mirada cautelosa de sus padres ponía inquieta a Willow.
-Buenas no-noches- tartamudeaba Boscha. -Les traje estos presentes-. La chica extendió una caja de finos bombones.
Gilbert, aún desconfiado, tomó uno y lo probó. Eran exquisitos, pero no lo comprarían con chocolates.
-Oh, también traje algunos víveres- añadió Boscha, realizando un hechizo que hizó aparecer varias cosas, como frutas, carnes y bebidas.
Los señores Park estaban sorprendidos.
-¡Bienvenida a la familia!- exclamó Gilbert, abrazando a la nerviosa chica mientras su esposo intentaba no reír.
Willow en cambió se permitió sonreír.
Pasaron la noche conversando sobre la relación secreta que habían llevado durante tantos meses y el porque Willow siempre estaba tan atenta a su pergamino, y luego Boscha ayudó a Harvey a preparar la cena.
La velada había sido una maravilla.
Sin embargo, era el momento de despedirse, y eso solo significaba una cosa.
-Está noche ha sido estupenda, jovencita- dijo su padre. -Nuestra pequeña florecilla tiene suerte de tenerte a su lado-.
-No, yo soy la afortunada- respondió Boscha.
-Es una lastima que mañana tengamos que partir- añadió su otro padre.
Aquellas palabras le dolieron muchísimo a Willow, quién ya sabía que después de aquel día no sería tan fácil el volver a verse, y por eso había aprovechado al máximo cada uno de sus días ahí.
-Bueno, yo no diría precisamente eso- interrumpió Boscha. -Quizas pueda visitarlos más seguido de lo que imaginan-.
-¿A qué te refieres?- preguntó Willow.
-¿Recuerdas esa clase que te mencioné?- preguntó la pelirosa, sacando un folleto. -¡Sorpresa! Estoy estudiando para ser domadora de dragones de plata, para así poder visitarte cuando quie...-.
Un beso, salado por las lágrimas, interrumpió sus palabras.
Willow estaba tan feliz de haber escuchado aquello que no le importó besarla frente a sus padres.
Era oficial. Pasarían muchos más momentos juntas después de aquello.
-Eres las mejor novia del mundo, Boscha. Te amo- sollozó Willow.
-Yo también te amo- le dijo Boscha. -Esperaba algún día visitarte de sorpresa, pero te me has adelantado- río.
Willow volvió a besarla con intensidad, y cuando la chica se despidió volando sobre su palisman, la bruja supo que aquellos cinco días con ella, la chica de sus sueños, habían sido perfectos.
Y habían llegado a su fin.
❃
Han pasado ocho años desde aquél día, nuestro primer encuentro.
«Y te amo tanto, Boscha. Me has hecho la bruja más felíz de este mundo».
Ella sonríe al verme caminar. Su sonrisa es hermosa.
La tomó de la mano, verla así, vestida de blanco, es un sueño, y siento mi corazón a punto de estallar, pues ya se cual será mi respuesta.
-Willow Park, ¿Acepta a Boscha Patterson como su legítima esposa?-.
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