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002. Reencuentro De Un Primer Amor

Relato escrito por Hiisae

Lumity
AU humano

Amity se congeló, el aire saliéndose de sus pulmones, pero ni siquiera respiró. Lo único que pudo hacer fue quedarse quieta como si hubiera visto un fantasma, aunque la realidad no distaba mucho de eso.

Debía verse realmente perturbada porque sus hermanos se acercaron para curiosear a quién había visto. Entre ellos le arrebataron el teléfono y lo pelearon por algunos minutos hasta que se cayó al suelo. Al percatarse se asustaron, temerosos de que Amity se hubiera enojado, pero la Blight solo se agachó en silencio y lo tomó con cuidado. No salió algún regaño de su boca, ya que sus ojos seguían centrados en la pantalla. Por un tiempo que pareció eterno continuó admirando la foto que había estado viendo: una chica morena de pelo corto, ojos castaños y con una sonrisa familiar.

Su corazón latió rápido.

Era Luz Noceda, su antiguo amor de la infancia.

De todos los lugares en donde pudo habérsela encontrado de nuevo, tuvo que ser en una aplicación de citas.

Vaya suerte tenía.

Todo comenzó hace una hora cuando llegó del trabajo.

Graduarse de la universidad era menos emocionante de lo que muchas personas pensaban. Uno cambiaba la escuela por una oficina, las tareas escolares por papeleos y para su mala suerte, tener padres que quieren con impaciencia que labores en su empresa familiar de productos para la seguridad del hogar no lo hacía mejor. Siempre estaba ocupada y con dolor de cabeza. Esa noche tuvo un poco de tiempo para sí misma sin pendientes y se alegró, claro, hasta que sus hermanos se decidieron a molestarla.
Los hubiera ignorado como acostumbraba a hacer, solo contestar ocasionalmente, pero, como era habitual, quisieron excavar en su cosa favorita: su vida amorosa.

-Mittens, acabas de salir de la universidad y tienes veintitrés años, deberías salir con alguien-.

La chica rodó los ojos, fastidiada de la infinidad de veces en que habían sacado ese tema. No era que no pudiera salir con nadie, después de todo, recibió muchas confesiones e invitaciones para citas en el pasado. La cuestión era que nadie le interesaba de verdad y encontraba más atractivo centrarse en sus estudios. Además, su voluntariado en la biblioteca le consumió tiempo.

-Quizá después, ahora no puedo- respondió, recostándose en su cama.

-¿Cuándo será? ¡Ya saliste de la universidad y nunca has tenido novia!- Edric lucía espantado.

Amity suspiró, acomodándose mientras cerraba los ojos. Pensó que si fingía dormir se irían, pero Emira comenzó a reír de una forma en que delataba que se le había ocurrido una idea, algo confirmado cuando ella y Edric comenzaron a susurrar entre ellos. Duraron así un tiempo y cuando sus risas incrementaron Amity abrió los ojos para encontrarse a sus hermanos con su teléfono.

-¿¡Qué están haciendo!?-. Su grito los sobresaltó. Afortunadamente, lo hizo tarde porque no reaccionaron a tiempo y al cabo de unos segundos ya estaba de pie y con su celular en las manos. Pese a eso, no lucía mejor, sino horrorizada. En primera, porque sabían su contraseña. En segundo lugar, al notar lo que hicieron.

-Eres tan aburrida, es obvio que usas el cumpleaños de Ghost para tu teléfono- dijo Edric aburrido, leyéndole el pensamiento.

Amity le hubiera respondido, pero ahora estaba temblando mientras contemplaba la pantalla.

-¿¡Qué rayos!?-.

-De nada- agradeció Edric orgulloso. A su lado Emira solo sonrió pícaramente.

-¿Verdad que somos unos genios?-.

En otra ocasión Amity los hubiera echado de su cuarto incluso si tenía que recurrir a la fuerza. Sin embargo, solo siguió observando la aplicación de citas abierta y el perfil que sus hermanos le habían creado, en especial la descripción que le pusieron: "Soy una JOvenciTA divertida y con ganas de conocer chicas lindas".

-¿Qué? ¿No te gusta?- preguntó Emira de forma burlona.

-¿¡Por qué!?-. Aunque Amity quiso decir más nada salió. Se encontraba extremadamente avergonzada, como pocas veces lo había estado en su vida.

-Mittens, fue suficiente, tienes veintitrés años, ya sal con alguien-. Edric se llevó una mano al corazón, pareciendo muy conflictuado. -¿Sabes lo doloroso que es crecer y ver que tu hermana pequeña no te pide consejos sobre citas? Además, eres demasiado rígida y seria todo el tiempo. Esta aplicación es perfecta para ti y liberar algo de tensión sexual te hará bien-.

El rostro de la Blight estaba rojo, una gran parte debido al enojo. Aun así, no encontró la voluntad suficiente para echarlos, quizá por esa mirada de determinación en sus caras. Lo sabía, aunque los echara, ellos volverían a insistir sobre el tema hasta la eternidad. La jugada más inteligente era seguirles la corriente y con suerte podría mentirles diciendo que su cita fue un desastre, entonces el asunto estaría muerto. Con eso en mente suspiró con resignación y fastidio.

-¿Quieres que consiga pareja o que ahuyente a la gente con esa descripción tan ridícula?-.

-Estás hablando con expertos aquí- se quejó Edric.

-Ed... Tú mejor no hables- comentó Emira con cansancio, ahora con la vista en su hermana. -Mittens, quizá no te has dado cuenta, pero como nuestra hermana pequeña eres atractiva y tus fotos venden, ¡nadie verá esa biografía!, y con una aburrida no atraerás a nadie-.

-Pero tú comenzaste a salir con Hunter y tenía escrito algo soso- la contradijo.

-Era un chico lindo y alguien tenía que enseñarle a divertirse-. Emira se encogió de hombros mientras se observaba las uñas con desinterés, aunque un ligero rubor.

Estuvieron discutiendo un rato al respecto hasta que Amity aceptó dejar esa descripción, sólo porque pensaba que aquello le daría más oportunidades para que alguien no quisiera salir con ella. A pesar de eso, internamente se alegró de que Emira se tomara la molestia de no humillarla más al escoger buenas fotos: unas de ella en sus días de universidad como capitana de rugby, otras que le tomó Edric con conjuntos muy a la moda y que resaltaban sus mejores ángulos.
La interfaz de la aplicación era sencilla cuando se la explicaron: Te aparecía un perfil del cual podías desplegar más datos si lo deseabas. Si la persona no te gustaba deslizabas un dedo a la izquierda, si te gustaba a la derecha, o si te ha gustado mucho hacia arriba. Si ambas personas se gustan se forma un "match" y pueden comenzar a hablar, por lo que no hay riesgo de entablar conversaciones con alguien que no quieras. Eso hizo sentir más segura a Amity.

Con nerviosismo comenzó a ver los perfiles y no porque creyera que fuera a encontrar al amor de su vida, sino porque le daba curiosidad cómo las personas podían exhibirse tan fácilmente ahí, además de que su perfil estaba dando vueltas y siendo visto por la gente en algún lado. Negó con la cabeza intentando ignorarlo y mejor siguió con su tarea ante la mirada fija de sus hermanos.

La primera persona que vio era aburrida, así que deslizó su dedo a la izquierda. La segunda y tercera eran chicos y sin pensarlo hizo lo mismo. La tercera era una porrista de Hexside de pelo rubio y detalles rosas en el pelo. Lo meditó, pero finalmente decidió que no. La cuarta era una chica de pelo corto negro, aspecto gótico y ojos grandes. En su descripción hablaba sobre magia y hechicería y aunque era extraño, a Amity no le pareció tan mal. De todas formas, deslizó su dedo a la izquierda.

Y ahí estaba, en su quinto perfil, aquel que le hizo tener un colapso mental frente a Edric y Emira.

Mientras ellos la observaban con expectación por haber tirado su teléfono, Amity solo tocó el perfil y abrió la biografía completa.

"De día soy Luzura y en la noche soy una nutria..., con un lado oscuro" era lo que se leía. Junto al texto se acompañaban algunas fotografías de Luz en cosplay de La Bruja Buena Azura y más datos sobre sus intereses, los cuales, parecía ser, no habían cambiado incluso con el paso de los años.

Una vez pasada la sorpresa inicial, no pudo evitar reír y sonreír como no lo había hecho en mucho tiempo. La emoción de volver a saber de la morena después de su mudanza hace años cuando se graduaron de la escuela media fue más fuerte. Sobre todo, sus ojos no podían alejarse de su imagen crecida que era tan encantadora como intrigante: pelo alborotado, rasgos suaves, pero aún con esa aura especial que tanto recordaba. Asimismo, Luz seguía teniendo esa sonrisa que le aceleraba el corazón.

Al bajar el teléfono, la chica esbozó un suspiro melancólico todavía con un sonrojo en sus mejillas. Ese sentimiento que creyó que nunca volvería a experimentar comenzó a flotar en su pecho con una fuerza inquebrantable. Era anhelo y memorias felices de la primera y única persona de la que se enamoró, y a pesar de que habían pasado años, parecía que ese sentir permanecía intacto.

Estaba enferma de amor y al notarlo se llevó una mano al rostro. ¿Quién era?, ¿otra vez esa niña de secundaria? Ya había crecido y no era esa chica que se moría por ser notada por su compañera de clase.

Aun así, se preguntó si Luz la recordaba. Ellas hablaron en el pasado, aunque no tanto como le hubiera gustado. No ayudó que se conocieran en su último año de escuela media, que Amity no tuviera un teléfono gracias a sus padres o que tuviera clases de mil cosas saliendo del colegio. No obstante, ese corto período de tiempo junto a ella fue suficiente para cautivarla.

-¿Ella te gusta?- preguntó Emira con curiosidad, colocando su barbilla en el hombro de su hermana. Sí pensó algo sobre su reacción exagerada de hace unos segundos no lo demostró. -No es la persona que esperaba para ti, pero he visto peores-.

-Tiene un buen semblante- agregó Edric, haciendo lo mismo que su gemela. -Y le gusta ese programa de Azura también. Tendrán algo de qué hablar, ¿no?-.

Amity los vio con desconfianza. Sus hermanos jamás dejarían pasar cualquier oportunidad para molestarla. ¿Por qué estaban actuando tan pasivos? Quizá era su estrategia para que aceptara salir con alguien de una buena vez.

-No..., no sé- respondió Amity tímidamente. Su voz dudó, y es que estaba consternada. ¿Luz había vuelto a Bonesborough?, ¿qué hacía en una aplicación de citas? Su Luz no haría eso.

-Vamos, ¡acéptala de una buena vez!
Edric le dio una palmada en la espalda y Amity se inclinó hacia adelante al igual que su dedo. En el momento en que notó las palabras en su pantalla vio pasar su vida delante de sus ojos.

"Super like", y poco después, "¡Hicieron match!", "¡También le gustas a Luz Noceda!".

-¿Q-Qué?-.

Atrás Edric y Emira celebraron muy emocionados mientras ella no podía dejar de temblar. Eso fue rápido, y ahora su perfil ridículo había sido visto por su crush de la infancia. Para su desgracia no pudo reaccionar, porque pronto apareció un mensaje en su buzón.

Luz Noceda:
Holaaa, eres Amity de la secundaria, ¿verdad?, ¡cuánto tiempo!

-Ella me envió un mensaje- susurró sin creerlo. Su corazón se aceleró hasta niveles preocupantes, pero no le importó por la sensación de euforia y felicidad.

-¡Pues contéstale!- reprendió Emira.

Amity asintió, empezando a escribir torpemente en su teclado.

Parecía que su noche no sería tan corta como pensaba.

El viernes, dos días después de su primer contacto, Amity y Luz acordaron reunirse en la cafetería donde trabajaba la última.
Cuando la Blight bajó del coche respiró hondo. Estaba tan nerviosa que no tenía sentido. Al principio supuso que su encuentro no sería tan escalofriante siendo que ella y la morena hablaban a todas horas desde su match, pero eso no le brindó más paz.

Con un rubor se acomodó el pelo detrás de su oreja y revisó nuevamente su vestuario. Se alarmó al notar que su camisa negra con rombos amarillos lucía un poco arrugada, pero antes de que se arrepintiera bloqueó sus pensamientos y entró al lugar.

La Casa Búho sin duda era tan variopinta como Luz le contó. Era como si hubieran sacado esa cafetería de una taberna de la edad media. Además, tenía una decoración muy interesante basada en búhos.

Amity pudo haber mirado más, sin embargo, cuando vio a Luz sentada en una de las mesas al fondo leyendo un libro lo único que pudo hacer fue observarla.

Después de años de preguntarse qué había sido de ella la tenía ahí. La idea era tan espeluznante como excitante. Se preguntó cómo se sentiría darle la mano y entonces un comentario de Edric llegó a su cabeza: "Es una aplicación para ligar, eso significa que Luz está esperando hacer cosas contigo, ya sabes. Ve preparada para eso, Mittens". Ante aquello tosió nerviosa y entonces Luz alzó el rostro y la contempló.

Amity no necesitaba verse para saber que estaba sonrojada otra vez. Era obvio, considerando que no podía dejar de pensar en lo atractiva que se veía su acompañante con ese overol, gorra y suéter de colores. Asimismo, una imagen de Luz mayor junto a sus recuerdos no ayudaba a sus piernas que se sentían como gelatina.

-¡Amity!-.

Su voz la distrajo. Era justo como la recordaba.

-H-Hola- saludó. -Ha pasado un tiempo-.

-Bueno, han pasado casi ocho años- dijo la morena con una sonrisa.

La Blight le devolvió la sonrisa de forma milagrosa y tomó asiento frente a ella.
Casi al instante apareció una mujer de aspecto desaliñado que si no mal recordaba por los mensajes era Eda, la dueña del lugar. Ella le guiñó un ojo a Luz, algo que no entendió, y procedió a pedirle su orden. Un poco confundida ordenó un café simple y un pastelillo.

-Entonces, ¿qué ha sido de tu vida en este tiempo que no te he visto?- preguntó Luz una vez que Eda se fue y el rojo de sus mejillas disminuyó.

Amity se acomodó y le contó feliz todo como si no hubiera estado hiperventilando en su auto hace unos minutos. Le dijo que siguió cursando en Hexside y que estudió Negocios, aunque realmente quería tener otra profesión. También le dijo sobre su familia y por supuesto, que ella seguía amando La Bruja Buena Azura.

Fue fácil perderse. Había mucho que Amity quería decir y por un segundo fue como si regresaran a esos días de escuela media, donde ellas se sentaban en la cafetería para hablar de su club de lectura. Se sintió bien, o así fue hasta que notó el rostro pensativo y nostálgico de la otra. Entonces recayó en que habían pasado años y aunque no parecía, todo era diferente.

-¿Tú que has hecho en estos años?-.

Luz cerró los ojos y sonrió con tristeza.
Amity la miró preocupada. Habían hablado un poco por mensajes, pero ambas no dieron tantos detalles por el reencuentro.

-Bien, como dije, terminé la universidad y vine aquí para intentar ser escritora- dijo con más entusiasmo. -Mi mamá sigue trabajando en Gravesfield y la extraño un poco, pero no me siento sola gracias a Eda. Sé que ella parece rara, pero es alguien agradable una vez que la conoces y estoy agradecida de que me haya dejado vivir con ella para no pagar alquiler-.

-Aunque trabajas para ella- respondió Amity con una risa.

-Recientemente retomé el contacto con Willow, ¿te acuerdas de ella? ¡La encontré en Penstagram!-.

-Sí..., lo hago-. No era mentira, Amity se acordaba de sus compañeros de escuela, aunque les perdió la vista a todos gracias a su ocupada agenda.

-Pero a veces es un poco solitario. Estoy volviéndome a adaptar..., y en Gravesfield no tuve muchos amigos-.

Amity sintió un peso en su pecho y quiso acercarse para confortarla, pero presintiendo que no era buena idea se encogió en su asiento, viendo el café que le trajo Eda con tristeza. Estuvieron así un rato en silencio hasta que algo en la mente de Amity conectó.

-Luz, por curiosidad, ¿por qué te hiciste una cuenta en esa aplicación?-.

-Me estaba costando trabajo encontrar a la gente que conocí antes de mudarme y bueno, Eda me dijo que intentara conocer gente nueva así y fue insistente- explicó con una risa. -Algo sobre que debería vivir un poco, aunque no estoy de acuerdo-.

-Que curioso, también mis hermanos me obligaron a hacerme una cuenta- dijo Amity, esforzándose en ocultar sus nervios. -Igual, dijeron que debería vivir un poco..., pero no estoy de acuerdo-.

-¿Y has tenido suerte encontrando a alguien?-.

La joven teñida casi se atragantó con su café. Esa pregunta no se la esperó en lo absoluto y la hizo sentir cohibida por el tono de profundo interés.

-No..., eres la primera-.

Luz le sonrió y se ladeó en el sillón, como reflexionando si debería decir algo en concreto. Al final decidió hacerlo porque la miró con una expresión resplandeciente mientras recibía una mirada orgullosa de Eda a lo lejos.

-¿Sabes? Tenía muchas ganas de encontrarte, sobre todo porque mi mudanza fue repentina y no pude decirte-. Su rubor se hizo más fuerte. -Y, verás, yo tenía un pequeño enamoramiento contigo en mi infancia. Por eso me sorprendí, ya sabes..., por tu match-.

El corazón de Amity volvió a latir con fuerza. La realización de que ella le gustó a Luz en el pasado fue demasiado. Además, si su sexto sentido no la engañaba, la morena la estaba viendo con una expresión coqueta, como sí al igual que ella hubiera anhelado ese encuentro.

-Bueno- Amity se lamió los labios, -cuando vi tu perfil pensé que me gustaría volver a verte..., y, ¿quién sabe?, conocernos más porque..., también me gustabas-.

Tal vez debió aceptar las clases de coqueteo que le ofrecieron Emira y Edric esa mañana porque estaba pasando la peor vergüenza de su vida. Sin embargo, Luz le sonrió de nuevo con ese semblante lleno de cariño y le tomó la mano sobre la mesa.

Amity le devolvió la sonrisa y el apretón, sintiéndose verdaderamente feliz en mucho tiempo.

Estaba segura de que eso sería el comienzo de algo maravilloso.

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