CAPÍTULO DOS:
NUNCA CRUCES A LA PARTE IZQUIERDA DEL LAGO.
Estornudo por milésima vez en el día. Mis ojos lagrimean cada que me acerco a cualquier estante de la tienda familiar en el centro del barrio francés.
Creo que hay como mil baritas de diferentes inciensos prendidas y me nariz definitivamente no está acostumbrada a tantos olores. Busco entre los frascos y hierbas con rapidez esperando no ahuyentar a la clienta que luce algo apurada en el mostrador. Sube y baja su pierna con tal rapidez que me desesperara a mi. Y lo peor ni puedo recordar que era lo que necesitaba.
Así que dándome por vencida del cuando lo vea lo sabré , tomo el primer frasco que choca contra mis dedos y luciendo muy profesional se lo extiendo.
—Son diez con noventa y nueve —Le explico.
—¿Estás segura que con esto el se enamorará de mí?—Mira el frasco de manera despectiva, tiene alguna hierba rara y algún tipo de aceite .
Ay cosita ....
—Segurísima de que una lencería sexy ayudaría más —Eso último lo susurro anotando en el libro de compras.
—¿Qué dijiste?
Alzó la vista para encontrarme con sus oscuros ojos, a pesar de ser una adolescente, e ir vestida como una macarra, es bastante alta y robusta, no me conviene hacerme la graciosa con ella.
—Nada solo que...—Acomodo mis gafas para lucir más profesional — tienes que aplicar dos gotitas muy pequeñas en su café o té, tiene que ser muy importante que sea el primero en su día —Así con suerte no conseguirás usarlo — Y luego no saldrás de su mente.
Por acosadora, por echarle sabrá la diosa qué en su desayuno.
La chica se retira y yo vuelvo a sentarme curioseando en el libro de compras tratando de sacar de mi mente el recuerdo de esas chicas destrozadas. He tenido pesadillas por dos noches con ello.
No voy a mentir , el funeral fue hermoso, al menos cuatro decenas de mujeres desfilaron por las calles vestidas totalmente de negro y recitando canciones hermosas, pero aún así se sintió y se siente un aura extraña en el barrio francés.
Mi abuela y mis primas, se la pasan de reunión en reunión con las "brujas" de su aquelarre , a pesar de que les he suplicado que le dejen en asunto a las autoridades.
La campana de la puerta vuelve a sonar y me veo tentada a poner los ojos en blanco esperando recibir otra clienta hormonal tratando de hacerle un amarre a su crush cuando veo a mi abuela hacerlo.
Es curioso a pesar de que practica una religión extraña para muchos y haber corrido como alma que la lleva el diablo la otra noche, usualmente luce como la típica abuela que camina encorbada con su ropa conservadora (negra , claro ) su cabello blanco de canas perfectamente peinado y un bastón en su mano derecha.
Quien la vio y quien la ve.
—Hola abuela
—Mary Ann —Camina hasta mi y cuando pienso que me va a dar un beso en el rostro termina jalando con fuerzas mi oreja hasta casi tirarme al suelo —¿Cómo se te ocurre darle esas hierbas a la pobre chica ?
—Le di lo que quería.— Habló como puedo tratando de liberarme.
—Ni siquiera era una poción preparada , idiota —Me suelta —Las del estante izquierdo son las que están listas.
Miro al estante que está en la dirección opuesta a donde busqué la que le di a la chica. En mi Defensa diré que de todas maneras tendrá el mismo efecto que una "real "
Y justo mi nariz escoje ese momento para estornudar , haciendo que mi abuela me regale una mirada cuando menos despectiva, trato de disuadir con una sonrisa como cuando era pequeña pero no lo consigo. Solo me golpea con el bastón en el pie.
—A veces me pregunto de que basurero te sacaron tus padres.
Yo pongo los ojos en blanco y la sigo por la tienda mientras ella hecha en su bolso varios de los frascos que va encontrando por ahí. Le alcanzó los más altos en sielncio, pero la conozco lo suficiente para saber que en cualquier momento va a hablar, lleva días demasiado enojada.
—Debes salir de tu burbuja Mary Ann —Dice al fin y pongo los ojos en blanco — Tiempos oscuros se acercan.
—Justo por eso hay que cuidar el medio ambiente —Le entrego una poción —Para evitar lo del efecto invernadero.
—¿Te crees graciosa ? —Se enfurece —Si te desentienden de tus ancestros , ellos lo harán de ti cuando más los necesites.
—Dudo que un grupo muertos pueda ayudarme .
El aire abre la puerta con fuerzas en ese momento haciéndola chocar contra la pared y desprendiendo la campanita de la entrada. Mi abuela y yo nos quedamos mirando al lugar por donde la ráfaga de aire entró trayendo hojas y ramas.
—¿No cerraste la puerta ?Jodido clima —Protesto —¿Ves ? Por eso no se pueden tirar plásticos al mar.
—No hay peor ciego que el que no quiere ver Mary Ann —Murmura —Como sea, ya que no crees en fantasmas ni ancestros me vendría bien tu ayuda.
—¿Para que soy buena ?
—Para ir al lago.
...
Ni para que hacerme la valiente , desde el momento en que coloqué un pie en el bosque estoy temblando , claro que no creo en monstruos o fantasmas, pero definitivamente sí creo en psicópatas y violadores, y lo peor del caso es que mi abuela sólo me armó con un amuleto , de plata. ¿Cómo me va a ayudar eso ? Si me hubiera dado alguna de sus piedras de colores tal vez fueran más útiles.
Para lanzarlas.
Camino entre las altas hierbas con poco campo de visión mientras que trato de encontrar el camino al lago. Las hierbas pinchan mis manos cuando trato de apartarlas lo que vuelve el viaje mucho más aparatoso de lo esperado. Y si a eso le sumo que cada tanto miro hacia atrás porque me siento observada.
Nadie me va a matar a la luz del día... ¿O sí?
El sonido de las aves silvando y del viento moviendo las hojas de los árboles es lo único que se escucha cuando llego al pequeño claro antes del lago. Miro atrás hacia el gran camino de hierbas y tiemblo ante el pensamiento de que si alguien hubiese decidido dejar caer un cigarrillo, yo no habría tenido escapatoria.
Busco en mi móvil imágenes de las hierbas que mi abuela necesita y comienzo a buscarlas por la orilla del lago. Trato de no mirar al agua , porque siento que si lo hago veré los cuerpos destrozados de las mujeres.
El trabajo es demasiado frustrante porque todas las hierbas se parecen y debo fijarme en los pequeños detalles antes arrancar cualquier planta. Recuerdo que mi abuela me pidió no rodear el lago y me indicó hasta donde podía ir pero sinceramente no le presté la suficiente atención y mientras más avanzo más hierbas encuentro.
¿Por qué solo toman las de la parte derecha , cuando en la izquierda hay tantas?
Estoy arrancando un poco de romero que está demasiado duro de sacar , cuando mi cabeza choca con algo.
Muevo la vista de mis manos hacia un par de botas de hombre que se encuentran frente a mi. En estos momentos estoy de rodillas, manchada se fango y cansada, jamás sería capaz de ser lo suficientemente rápida de huir, inconscientemente mis manos tiemblan.
Comienzo a levantar poco a poco la vista, lleva un pantalón sucio de mezclilla, subo más y me encuentro con una camisa ajustada abierta, dejando ver un pecho bastante duro, cuando me atrevo a mirarle la cara me sorprendo al hallar los ojos más azules del mundo , junto al rostro más atractivo que he visto jamás.
Por lo menos el asesino está bueno.
—¿Qué haces aquí?
Okey puede que esté bueno, pero su voz es de otro nivel , suave aterciopelada pero de alguna forma se nota la fuerza en ella, y el dominio.
—¿Buscando hierbas ?—Trato de darle una sonrisa cuando veo su mano alzarse —¡Por favor no me mate !
Me cubro como puedo con mis manos,esperando un golpe que nunca llega, abro un ojo con cuidado, esperando ver una pistola frente a mi , o un hacha , pero solo veo su mano extendida.
¿Y si tal vez no es un asesino ?
¿Y si tal vez solo quiere ganarse mi confianza para llevarme a una cabaña y comerme ?
Como sea de pie tengo más oportunidades de huir que arrodillada en el fango. Tomo su gran mano y él me impusla para levantarme, el contacto con su callosa mano se sintió extrañamente cálido.Es bastante alto, mi cabeza apenas llega a la altura de sus pectorales.
—Jamás había visto a una Deveaux tan asustada —Me mira confundido —Bueno jamás había visto una bruja con lentes.
—No me diga que usted cree en esas estupideces de las brujas —Retrocedo un paso para poder verlo a los ojos —¿Enserio?
—¿No eres una Deveaux?Juraría que hueles como ellas.
Okey puede que no sea asesino, pero loco debe ser ¿oler ?
—Si soy una Deveaux, pero afortunadamente mi madre me sacó de roda esta locura cuando era niña.¿Y olerme ? Bueno supongo que es por el incienso de la tienda.
Me mira más confundido de lo que puedo estarlo yo, y en sus gruesos labios se forma una pequeña media sonrisa,que ni su gran barba de leñador puede ocultar.
—Debe ser por eso que es la primera vez que te veo por aquí —Se cruza de brazos —Aunque noto algo raro en ti, no podría decir que.
—Bueno...—Me inclino pata tomar la cesta con las hierbas.—Debe ser que no tengo mis chacras alienados —Murmuró harta de la conversación —Me voy que tengo hambre.
Ni siquiera he dado dos pasos en dirección al camino entre las hierbas cuando escuchó su voz.
—Por cierto Mary Ann—Me detengo —Está parte del lago está prohida para las Deveaux, tal vez la próxima vez que vengas, no tengas un recibimiento tan amable.
—Tal vez la próxima vez te patee las pelotas por asecharme .—Le regalo una sonrisa forzada antes se perderme entre las altas hierbas.
¿Acaso nadie es normal en esta cuidad?
Espera...
¿Cómo supo mi nombre?
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