CAPÍTULO UNO :
UNA BRUJA EN LA VIDA REAL

Bip

Bipppp

Biiiiiiiiiippppp

Maldito despertador y su sonido de mierda que acaban de despertarme del mejor sueño del mundo. ¿Acaso no pueden dejarme soñar con el hombre perfecto que jamás encontraré en la vida real? Como sea, es hora de volver a la realidad, a la gris realidad. Mi cabeza duele un montón, culparé a las dos botellas de vino que tomé anoche en mi solitario apartamento, puede que también culpe a la vecina de al lado por todo los sonidos sexuales que no me dejaban dormir y provocaron que me emborrachara.

Me siento en la cama y mis pies buscan mis pantuflas por todo su alrededor pero claramente deben estar tiradas en cualquier otro lugar del apartamento.

Mi camisa blanca vieja y estirada , que perteneció a mi madre, con tres brujas gordas dibujadas, está pegada a mi pequeño cuerpo debido al sudor y una mezcla entre resoplido y quejido escapa de mis labios.

«Se volvió a arruinar el aire acondicionado »

Me bajo de la cama y esquivando el desastre de ropa, cartones de pizzas y otras cosas regadas en el suelo como si fuesen un arma mortal, voy al minúsculo baño, esperando que mi día mejore un poco cuando llegue al trabajo.

—¡Eso no es azúl! —Grita por enésima vez la mocosa cuando saco el décimo peluche de delfín. —No me gusta.

Estoy bastante segura que no soy daltónica y que ese puto delfín feo y bizco de peluche es azul, tan azul como el mar o como todos los que he sacado, ni muy oscuro ni muy claro, azul perfecto como el de los ojos del hombre de mi sueños.

—Nena ¿De que color son mis ojos? —Me los señalo cargándome de paciencia. —Son azules ¿no es así? —La cría asiente y sonrío victoriosa. —Ah pues ese delfín también es azul.

—¡Qué no es el delfín azul! ¡Mamá!

Genial, la cría se volvió loca, espero que su madre pueda resolver esto. Cada día estoy más segura de que tengo el peor trabajo del mundo, una cosa es venderle a los adultos pero otra muy diferente es trabajar en una de las jugueterías más caras y exclusivas de todo Miami, llena de mocosos consentidos.

Una mujer de unos treinta y pocos, se acerca, sin duda es una de las tantas personas adineradas que visita el lugar día a día, su ropa perfectamente arreglada, su peinado con micha laca y sus gafas oscuras que posiblemente valgan el triple de mi apartamento lo gritan.

—¿Qué pasó Mérida? —Pregunta quitándose el móvil de la oreja.

—No me quiere vender el delfín azul. —Protesta la cría. —Es mala.

—Señora, le he mostrado todos los delfines azules. —Muestro el último que le ofrecí. —Ella no quiere ¿Acaso sabe los colores?

La mujer baja con una mano sus gafas para observarme sin ellas, sus marrones ojos me recorren de arriba a abajo con una mirada despectiva que no me gusta para nada.

—¿Es usted rubia natural o se tiñe en cabello?

Okey eso fue agresivo

Me ha llamado tonta.

Esta riquilla de mierda me acaba de llamar tonta además de ser racista, por asumir que las rubias somos tontas. Si supiera mis calificaciones en la universidad se caería de culo.

—¿Señora se sabe usted los colores? —Ahora soy yo la que le pregunto. -—O mejor ¿Conoce las leyes? Porque estoy bastante segura de que acaba de cometer un acto de racismo.

—Guardate esa altanería para tus clientes nocturnos. —¡Por los dioses! a este paso se va a tragar sin masticar todos loa delfines azules de la tienda! —Si tuvieses más de dos neuronas, sabrías que el delfín azul es el rosa de allá. —Señala los delfines rosados. —Por la película.

¿Quién demonios le pone Azul a un delfín rosado? ¿Y cómo yo una mujer de veintiún años de edad, independiente y estudiosa podría saber semejante estupidez?

—¿Y cómo se supone que lo sepa? —Me quejo entregándole el bendito peluche.

–Vives de esto, debes saberlo. —Levanta su mano impidiendo que responda. —No trates de defenderte insolente, tu jefa se enterará de tu actitud e ignorancia.

—Mi jefa me ama.—Suelto llena de seguridad ante lo que sugiere la señora, no hay ninguna posibilidad de que me despidan.

...

Y me despidieron. Mi jefa fue una total gilipollas y me despidió sin ni siquiera permitir enojarme, la lluvia que cae sobre mi mientras camino a mi apartamento solo me deja claro una cosa.

Este verano definitivamente no será MI verano. Y no queda otra alternativa que aceptar el generoso ofrecimiento de mi abuela "la loca"e ir a pasar las vacaciones junto con ellas.

Amo a mi familia paterna, pero son un poco (demasiado) tradicionales, debería alegrarme un poco porque no son de tipo "virgen hasta el matrimonio o algo así " sus tradiciones son más bien consideradas extrañas. Atadas a una religión en la que sinceramente nunca he encajado a diferencia del resto de mi familia que le va como anillo al dedo.

Ellos creen una una diosa, la diosa madre o diosa luna, también tienen su dios Astado pero mayormente están pues sincronizando con la diosa de tres rostros. «Doncella, madre y anciana»jamás olvidaré esas palabras.

Mi abuela y sus hermanas tienen un pequeño puesto en New Orleans donde se dedica a leer tarot, invocar espíritus, vender cristales etc (aunque sinceramente dudo que algo de eso sea verídico). Su clientela ha aumentado considerablemente desde que salió la serie The Originals (cosa que me confirma aún más que todo es un teatro bien montado) y que las brujas no existen.

Una vez en mi apartamento hago mis maletas, guardo lo necesario para el verano que pasaré en el barrio francés. Mientras guardo algunos libros, doy con una diario rosa chicle que me regaló mi abuela cuando tenía diez.

"—Este será tu libro de las sombras —Me había dicho, yo simplemente trataba de ocultar la risa cuando mi padre puso los ojos en blanco. —Aquí tienes que anotar todos los hechizos que hagas y todas tus experiencias como bruja."

No pué evitar reír, ella siempre esperó que me uniera a su círculo de locas, cuando yo solo quería ser un princesa y tener un enorme castillo con un príncipe azul.

Abro con cuidado el pequeño cuaderno y sonrío al ver que solo está escrita la primera página.

"Querido diario rosado (libro de las sombras no me gusta)

Hoy fui a la escuela y vi a la profesora fumando en clases, me molesté porque está mal hacer eso y se quemó los labios. ".

Supongo que eso fue lo más mágico que he hecho toda mi vida. Guardo el cuaderno en la mesita de noche y tomo mi maleta.

New Orleans me está esperando.

...

Como era de esperase la inmensa y polvorienta casa de mi abuela está vacía, son cerca de las ocho de la noche y no hay nadie en casa ¿Dónde están?

Seguramente asustando a los pobladores con algún ritual extraño.

No estoy cansada y tengo muchas ganas de ver a mis primas. Así que sin cambiarme de ropa salgo y me dirijo al punto del bosque donde siempre hacen sus rituales.

Las luces de las farolas me reciben en las semioscuridad de las calles, la luna llena ilumina más que ellas, lo que me hace cuestionarme la seguridad de vivir en un lugar tan apartado como este. Pero soy un ser impulsivo que no se detiene a pensar en que algún secuestrador puede estar esperándome a la vuelta de la esquina.

Genial, ya estoy pensado en secuestros.

Genial ya mi mente está en alerta, dándome la sensación de estar siendo observada.

Pero como de los cobardes no se ha escrito nada y yo no quiero quedar como cobarde, no vuelvo a casa y sigo sumergiendome en la oscuridad de la noche, poco a poco la cantidad de viviendas y tiendas comienza a desaparecer, la luz a disminuir al igual que la cantidad de farolas, hasta el punto que solo puedo ver a donde voy por obra y gracia de la luna.

Veo la entrada que usa mi abuela y su conjunto de locas para ir al claro del bosque y tras mirar un momento atrás para asegurarme que nadie me sigue y que la sensación de estar siendo observada es paranoia mía, aparto las ramas con las manos y doy el primer paso hacia el bosque.

El claro no está muy lejos de la entrada, incluso desde la carretera se podía escuchar los cantos para los turistas puede resultar fascinante o aterrador escuchar un "aquelarre "recitar la rede wicca, no voy a mentir diciendo que despierta emoción en mi escucharla, pero mayormente me hace poner los ojos en blanco, no por lo que dice, sino por lo ridículo de la situación.

Conozco la rede de memoria así que no puedo evitar completar algunas frases.

-... Cuando el infortunio te aceche... —Sus voces suenas fuertes y claras, consigo divisar entre la maleza el fuego alrededor de cual danzan.

—Lleva la estrella azul en tu frente. —Susurro sin poder evitarlo siguiendo el ritmo de lo que dicen. —En el amor has de ser sincero. —Quito la rama que se me atraviesa. —A no ser que el amor te engañe primero.

Por fin mi vista se aclara quedando oculta entre la maleza pero viendo como el grupo de mujeres rodea la fogata.

— En estas ocho palabras las rede wicca sabes. —Reconozco la voz de mi abuela.

Y todo en mi cuerpo me obliga a continuar susurrando las leyes de los wiccas, esa rede esta grabada con fuego en mí, podré olvidar los hechizo susurra dos por mi abuela, pero eso jamás, solo necesité escucharlo una vez para grabarlo de memoria.

—An ye harm none do as ye will ¹ —Susurro y si creyese en la magia, pensaría que la forma en que los árboles comienzan a moverse violentamente y el fuego parece crecer, pensaría que se debe a mi.

Una sonrisa se dibuja en mi rostro a ver como las siete mujeres con capucha las dejan caer y veo rostros conocidos en todas, mis primas y abuela.

El orgullo rebosa en los ojos de la mujer que trajo a mi madre al mundo, sus nietas están allí, apoyándola (solo falto yo) creyendo en su religión, confiando en su diosa, me gustaría recibir esa mirada de ella algún día, pero soy incapaz de creer que tengo una conexión superior con la naturaleza.Supongo que nací para ser la oveja negra de la familia

La mano que tengo apoyada en al tierra me arde un poco, y el viento a nuestro alrededor resulta más agresivo, miro a la fogata y temo que se salga se control. Pero cuando debo contenerme para no gritar es cuando una de las copas con agua se revienta.

—Los elementos están despiertos. —Escucho murmurar a Diana, mi prima pelirroja. —Los siento más fuerte que nunca.

—O puede que se acerque una tormenta. —Murmuro mirando las nubes formarse en el cielo, consciente de que no me escuchan.

Pero el silencio del bosque es interrumpido por unos gritos , gritos desgarradores , gritos que hielan la sangre, mi corazón se acelera en el momento en que un rayo atraviesa el cielo y un aullido es escuchado.

—Viene del lago —Susurró una de mis primas —De la frontera.

¿De qué frontera habla ? El lago pertenece completamente a New Orleans. Todas comienzan a correr incluso mi abuela, que al parecer tiene más fuerzas de las que aparenta , yo no tardó en seguirlas, primero porque ni muerta me quedo sola cuando debe haber alguna criatura salvaje suelta por ahí y segundo porque puede que haya personas necesitando ayuda y soy lo más cercano a una enfermera posible.

Soy del tipo de personas que tiene dificultad para ver por lo que llevo gafas y sincero correr en el bosque con gafas no es la mejor idea , porque cuando pienso que ya todo ha acabado y que volveré a salir al claro, termino tropezando y lanzando mis gafas.

Noto varias siluetas permanecer de pie frente al lago con algo brillante en sus manos.

¿De dónde sacaron la antorcha ?

Con dificultad arrastrándome por el suelo doy con mis gafas y me pongo de pie.

—¿Abuela ?—No puedo evitar hablar.

La matriarca de mi familia gira su rostro hasta encontrar mis ojos, es ella quien lleva la antorcha , su rostro se encuentra desfigurado por la preocupación mis primas conmocionadas ni siquiera me miran.

Bajo la mirada y un grito ahogado escapa de mis labios cuando diviso en la orilla del lago pedazos de restos humanos, un cuerpo o varios destrozados de la manera más salvaje jamás vista.

—Bienvenida a casa Mary Ann

Nota de la autora : Holisss soy yo de nuevo y con otra historia de fantasía. Ya conocimos a Charles en el prólogo y ahora conocemos a Mary Ann ¿Los shippeamos ya?

¿Mares o Chary?

Como sea espero que la historia esté llamando su atención.

Con amor

Hielo.

[1] Las acciones que no causan daño, se pueden hacer conforme a tu voluntad.