16- Historia de Carlisle
Desde el fondo de mi corazón puedo confesar que odio los Lunes, después de un divertido fin de semana hay que volver a la realidad. Me encontraba mi clase de Trigonometría cuando el timbre sonó.
-Alex, ¿Vamos a la cafetería?- me preguntó Angela
-Adelantense, terminó de anotar lo del pizarrón y las alcanzo
Por estar quejándome mentalmente que era lunes me atrase en la clase, muy regañadientes termine de anotar todo el pizarrón y tome camino para ir a la cafetería. Tome mi bandeja e iba de camino para sentarme con las chicas cuando siento que alguien me toma del brazo y me jala.
Enfoco mis vista en el dueño de aquella helada mano y me tope con mi ya conocido duendecillo.
-¿Qué pasa Alice?
-Almorzaras con nosotros
-¿Segura? No quiero incomoda- confesé
-No seas tonta, claro que no incomodas
Y sin más Alice me llevó hasta su mesa y me sentó entre Edward y Rosalie
-Hola chicos
-Ey pequeña- saludó Emmett- ¿Ahora te sientas con gente interesante?
-Culpa a Alice
Una pequeña risa de parte de Edward llamó nuestra atención
-¿Qué?- pregunté extrañada
-Tus amigos están al borde de la locura
Fije mi vista en la mesa donde se encontraban mis amigos y efectivamente Jess tenía una cara de sorpresa total, Eric y Angela una de confusión mientras que Mike y Tyler tenían una cara de reproche. Una pequeña risa ahora de parte de Emmett llamó mi atención.
-¿Qué están pensando?- preguntó divertido
-Las chicas están sorprendidas y se preguntan de que se perdieron. Y los chicos... solo diré que no somos su personas favoritas.- Emmett comenzó a reír mientras yo solté un bufido de molestia
-Y no son los únicos que nos miran- susurró Rosalie
Efectivamente no eran los únicos, TODA la cafetería tenía sus ojos puestos en los Cullen y en mí, un sin fin de murmullos se hizo presente "¿Qué hace la nueva con los Cullen?" "¿Salda con alguno de ellos?" "No le basta con la atención de Mike Newton". Un poco irritada decido ignorar los murmullos y empiezo a platicar con Rose sobre lo divertido que fue ver a Emmett perder en el partido de Béisbol provocando un gruñido de parte del él y una risa de parte de Rose.
Me encontraba en una plática muy agradable con Rose cuando siento la mirada penetrante de alguien y ese alguien era Edward que me veía como si quisiera descifrar un jeroglífico. Un poco divertida con su frustración lo miro y le digo telepáticamente.
-Edward, me puedes ver durante 100 años si quieres pero no podrás leer mi menta- dije. Edward me miró sorprendido
-¿Cómo haces esto?
-Uno de mis tantos poderes- conteste con arrogancia
-Increíble
-Lo se- dije mientras le guiñaba un ojo
Edward me miraba un poco molesto pero a los segundos me mostró una leve sonrisa y ese acto hizo que todo explotara. Los murmullos se intensificaron "¿Está saliendo con Edward Cullen?" "Pobre ingenua si piensa que tiene oportunidad" "¿Qué tienen de magnífico los Cullen?".
Los Cullen se miraron entre sí y el primero en soltar una carcajada fue Emmett la cual no tardamos en unirnos.
-Que divertidos son los humanos- dijo Emmett mientras se limpiaba una lágrima imaginaria
Volví a ignorar los murmullos y seguí comiendo. Durante el almuerzo converse con Rose, Emmett, Edward y Alice, pero el único que se mantenía serio durante todo el almuerzo fue Jasper el cual tenía su "cara de sufrimiento" como diría Jessica. Un poco preocupada decidí hablar con el
-Jazz- dije en su mente. El dejo de jugar con su manzana y me miro- ¿Estas bien?
-Bueno- me mostró un sonrisa que luego cambió a una mueca- Sigue siendo algo difícil para mí estar entre tanto humano
-¿Quieres ayuda?- dije mientras movía mi mano
-Te lo agradezco Alex, pero es algo que tengo que aprender a lidiar por mi cuenta
-Eres muy valiente- confesé- Si necesitas ayuda aquí estoy- dije mientras le mostraba una leve sonrisa
-Gracias Alex
La conversación terminó y el timbre sonó. Durante el camino todo el mundo nos miraba pero decidí ignorarlos. En clases encargaron una tarea en pareja, Rose me dijo que la haríamos en su casa pero las dos sabíamos perfectamente que era una mera excusa para seguir platicando.
[...]
Me encontraba con Luna almorzando mientras le contaba cómo había sido mi día, desde las clases, mi almuerzo con los Cullen, mi tarea con Rose y los reclamos de Jessica, Mike y Tyler al salir de la escuela.
-Vaya, veo que alguien tuvo un día agitado- se burló
-Ni me lo digas, lo más molesto fue el reclamo de los chicos
-Me auto proclamo Team Edward
-¿Qué?
-Si, si escoges un chico para que sea tu pareja yo soy incondicionalmente team Edward
-Alto- dije confundida- No voy a salir con ninguno de los chicos de la escuela y tampoco voy a salir con Edward, Los Cullen son mis amigos y nada más
-Por ahora- dijo Luna mientras subía y bajaba sus cejas
-Creo que sera mejor irme con Rose
-Estas huyendo porque sabes que tengo razón
-No, estoy huyendo porque se que no tienes razón
Sin dejarla contraatacar desaparecí y me dirgi a la casa de los Cullen.
[...]
Como había dicho la tarea la terminamos en menos de media hora, aprovechamos el tiempo y nos pusimos a conversar en la sala hasta que cierto duendecillo apareció frente a mi.
-¡ALEX!- corrió hacía mí Alice- Que bueno que estas aquí, encontré mucha ropa que se que se verá estupenda en ti, también encontré maquillaje, algunos zapatos...
-Alice- la interrumpí- Respira y cálmate
-Cuando se trata de moda no me puedo calmar- me reprocho
-¿Quieres que sea tu maniquí?- le dije en un tono burlón
-Exacto- me contesto y mi sonrisa burlona desapareció
-Ni lo sueñes
-Por favor- me suplico
Mire a los chicos en busca de ayuda pero cuando sus ojos hicieron contacto con los míos los tres apartaron la mirada y desaparecieron del lugar
-Cobardes- les grite y alcance a escuchar la carcajada de parte de Emmett. Mire resignada a Alice- Esta bien
Alice junto a Rose me llevaron de camino a su habitación pero me detuve en seco al final del vestíbulo, contemplando el ornamento que pendía del muro por encima de mi cabeza. Pero lo que realmente llamó mi atención fue la pequeña aura de color rojo que esta emanaba
-Woooa
-Impresionante ¿no?- dijo Carlisle- Es del siglo XVI a principios de la década de los treinta, más o menos
-¿Coleccionan antigüedades?
-No, era de mi padre. La talló él mismo para colgarla en la pared, encima del púlpito de la vicaría en la que predicaba.
-Esta cruz tiene una historia ¿verdad?
-Efectivamente- me sonrió- ¿Cómo sabes?
-Emana una pequeña aura, sucede normalmente con objetos que posee alguna historia o algo que mostrar.
-¿Quieres conocer mi historia?- preguntó con su usual tono amable
-Por favor- dije feliz. Mire a Alice- ¿Podemos dejarlo para otra ocasión?
-Me lo debes- me hizo un puchero y se fue junto con Rose
-Vamos a mi oficina
Carlisle abrió la puerta de acceso a una sala de techos altos con vigas de madera y de grandes ventanales orientados hacia el oeste. Las paredes también estaban revestidas con paneles de madera más oscura que la del vestíbulo, allí donde ésta se podía ver, ya que unas estanterías, que llegaban por encima de mi cabeza, ocupaban la mayor parte de la superficie. Contenían más libros de los que jamás había visto fuera de una biblioteca.
Una de la pared hacia la que nos habíamos vuelto era diferente de las demás, ya que estaba repleta de cuadros enmarcados de todos los tamaños y colores —unos muy vivos y otros de apagados monocromos— en lugar de estanter, cada uno de estos cuadros emanaba auras, algunas más grande que otras.
-Woow- dije impresionada- Que impresionante cuadros- admití mientras contemplaba algunos
-Empecemos con este
Carlisle se posiciono delante de un pequeño óleo con un sencillo marco de madera. No figuraba entre los más grandes ni los más destacados. Pintado con diferentes tonos de sepia, representaba la miniatura de una ciudad de tejados muy inclinados con finas agujas en lo alto de algunas torres diseminadas. Un río muy caudaloso —lo cruzaba un puente cubierto por estructuras similares a minúsculas catedrales — dominaba el primer plano.
-Londres en 1650, Londres en mi juventud. Fui hijo único de un pastor anglicano. Mi madre murió durante el parto así que solo fuimos mi padre y yo. Él era un fanático. Cuando los protestantes subieron al poder, se unió con entusiasmo a la persecución desatada contra los católicos y personas de otros credos. También creía a pies juntillas en la realidad del mal. Encabezó partidas de caza contra brujos, licántropos... y vampiros.
-Si- dije mientras daba un sonoro suspiro- Esas cacerías contra las especies fueron devastadoras sobre todo porque quemaron a muchos humanos inocentes ya que las criaturas a las que realmente perseguían no eran tan fáciles de atrapar.
-Exacto, mi padre me colocó al frente de las cacerías- soltó una leve risa- al principio fui una decepción para él, ya que no me precipitaba y me negaba a condenar a gente inocente. A diferencia de mi padre yo no lanzaba acusaciones apresuradas ni veía demonios donde no había, pero fui persistente. Con el tiempo logre localizar un aquelarre auténtico de vampiros que vivían ocultos en las cloacas de la ciudad y sólo salían a cazar durante la noches. La gente reunió horcas y teas y me siguieron a donde había visto a los monstruos. Al final, apareció uno.
» Debía de ser muy viejo y estaba debilitado por la sed. Lo escuche avisar a los otros cuando detectó la multitud que venía. Luego, corrió por las calles y lo seguí, en ese entonces tenía 23 años y era muy rápido. La criatura podía haberme dejado atrás con facilidad, pero no, se dio la vuelta y nos atacó. A mi me mordió pero me defendí, me dejo tirado y atacó a dos hombres más. Cuando termino de alimentarse el vampiro huyo.
» Sabía lo que haría mi padre: quemar los cuerpos y matar a cualquiera que hubiera resultado infectado por el monstruo. Así que actué por instinto y me escondí. Me aleje a rastras del callejón mientras la turba perseguía al monstruo y a su presa. Me oculté en un sótano y me enterré entre patatas podridas durante tres días. Es un milagro que consiguiera mantenerme en silencio y pasar desapercibido.
-¿Cómo lo hiciste?- pregunté sorprendida- Según tengo entendido su ponzoña es muy dolorosa
-Sinceramente ni yo sé, creo que mi instinto de supervivencia actuó por sí solo- sus ojos volvieron a la pintura- Después de esos tres días supe que me había convertido. Me rebele en contra de mi condición y trate de destruirme, intente de todo. Me lance de grandes alturas, intente ahogarme en el océano pero en esta nueva vida mi cuerpo se volvió indestructible.
» Para mi sorpresa pude resistir al deseo de la sangre en ese momento mi repulsión de mi mismo era más fuerte que mi instinto, así que decidí morir de hambre. Con el tiempo mi hambre creció y solo me debilitó. Para huir de la tentación me aleje de la población humana. Durante meses, estuve vagando de noche en busca de los lugares más solitarios maldiciéndome.
» Hasta que una noche, una manada de ciervos cruzó junto a mi. La sed me había vuelto salvaje, así que los ataque sin pensarlo. Recuperé mi fuerza y comprendí que había una alternativa a ser el vil monstruo que temía ser. Podía vivir sin ser un demonio y de nuevo me hallé a mi mismo
-Increíble- confesé- en mis años de estudio de criaturas sobrenaturales, en los vampiros nunca había escuchado nada igual, pensé que solamente se podían alimentar de sangre humana. Realmente me impresionas, usted y su familia
-Te lo agradezco Alex- me mostró una genuina sonrisa- Comencé a aprovechar mejor mi tiempo. Siempre había sido inteligente y me encantaba aprender y ahora que tenía tiempo ilimitado, que más podía pedir. Estudiaba de noche y trazaba planes durante el día.
» Me marché y nade hasta Francia, continúe por Europa y sus universidades. De noche estudié música, ciencia, medicina encontrando ahí mi verdadera vocación- dijo mientras mostraba una amplia sonrisa- Fue duro, no lo voy a negar, necesite dos siglos para perfeccionar mi autocontrol. Ahora prácticamente son inmune al olor de la sangre humana y soy capaz de hacer mi trabajo sin sufrir. Honestamente dentro del hospital tengo una gran paz espiritual siento que en mi trabajo logró contrarrestar la maldad de mi especie.
-No son malos Carlisle- dije firme- Ninguno de nosotros decidió ser lo que somos, pero sí podemos decidir si hacemos el mal o el bien. Era algo que mi madre me decía "La vida te hará escoger entre lo que es cómodo y lo que es correcto"
-Tu madre es una persona muy sabia
-Lo es- dije con una triste sonrisa
Enfoque mi vista en una enorme pintura frente a mí, en ella había un cuarteto relativamente sereno de figuras pintadas en lo alto de un balcón que miraban con calma el caos reinante a sus pies. Estudié al grupo con cuidado y, con una risa, reconocí al hombre de cabellos dorados
-¿Cuál es la historia de esta pintura?- pregunté
-Un tiempo estudié en Italia, decidí ir ahí cuando descubrí que había otros como yo. Ellos eran muchos más civilizados y cultos que los espectros de las alcantarillas londinenses.
» Ese grupo fue de mucha inspiración para Francesco Solimena. A menudo los representaba como dioses. Aro, Marco, Cayo - dijo conforme iba señalando a los otros tres, dos de cabellos negros y uno de cabello rubio -, los patrones nocturnos de las artes.
-¿Siguen ahí?- pregunté
-Si, en mi especie son lo más cercano a la realeza. Llevan el nombre de Vulturis ellos se encargan de nuestras leyes y que sean respetadas
-¿Los vampiros tienen leyes?- pregunte sorprendida
-Son pocas pero de gran importancia. Mantener en secreto la existencia de nuestra especie en los humanos y no matar abiertamente, a menos que quieras que te maten.
-Mi especie tiene algo parecido- confesé- Se hacen llamar el clan Original, y al igual que los Vulturis buscan que las leyes sean cumplidas.- solté un leve risa ácida- en estos momentos ese grupo no es de mi agrado, su gran ansia por poder me puso en una situación complicada
-¿Las brujas tienen leyes?- ahora preguntó él sorprendido
-Básicamente son parecidas a la de ustedes. No debemos llamar la atención de los humanos, que nuestra existencia para ellos sea desconocida y no revivir a los muertos.- volví a observar la pintura- ¿Cuanto tiempo tienen?
-Algunos cuántos milenios- se encogió de hombros- Yo solo estuve con ellos un breve lapso de tiempo, apenas unas décadas. Admire profundamente su amabilidad y su refinamiento, de hecho gracias a ellos supe de la existencia de tu especie, Los Vulturis tienen siglos sino milenios buscando brujas para unirlas a su guardia.
Genial, otro grupo del cual tengo que esconderme
-Bueno, ahora se que no tengo que ir a Italia- bromee mientras Carlisle y yo soltamos una leve risa
-Ellos intentaron persuadirme para beber sangre humano, ya que ellos encontraban raro mi forma de alimentarme. Después de un tiempo les agradecí y me marché quise probar suerte en el Nuevo Mundo. Soñaba con hallar a otros como yo y enseñarles mi dieta.
«Transcurrió mucho tiempo sin que pudiera encontrar a alguien como yo, pero podía interactuar con los humanos como si fuera uno de ellos. Comencé a ejercer la medicina. Pero tengo que admitir que ansiaba la compañía de mi especie, claro que tenia uno que otro amigo humano pero...
-No podías ser tu frente a ellos. El tener que fingir ser uno de ellos y tener cuidado que no te descubran es cansado- lo interrumpí- Comprendo el sentimiento
-Exacto, En 1918 trabaje por las noches en un hospital de Chicago cuando golpeó la pandemia de gripe. Le había estado dando vueltas durante varios años y casi había decidido actuar. Ya que no encontraba un compañero, lo crearía; pero dudaba si hacerlo o no, ya que no estaba seguro de cómo me había convertido. Además, me había jurado no arrebatar la vida de nadie de la misma manera que me la habían robado a mí.
» Me encontraba de guardia durante la epidemia cuando me encontré con una mujer moribunda llamada Elizabeth Masen, ella junto a su hijo y marido se encontraba en el hospital por la gripe. En los últimos minutos de vida de la mujer me pidió que hiciera cualquier cosa para que salvara a su hijo. Ella falleció y dedique mi completa atención a su hijo.
-¿Qué fue del hijo?
-Creo que lo conoces, Su nombre es Edward- en cuanto dijo eso mis ojos se abrieron como platos y Carlisle soltó una leve risa- Edward se encontraba solo, sus dos padres murieron y él estaba al borde de la muerte, así que pensé en cumplir la petición que me hizo su madre antes de morir. Cuando Edward se transformó comenzamos a viajar y utilizamos la excusa de que el era hermano menor de mi difunta esposa.
La historia fue interrumpida por el sonido de mi celular.
-Lo siento, puede que sea mi tía
-Adelante
Revise mi celular y efectivamente era un mensaje de Luna: "Recuerda que tienes que volver a entrenar"
-Rayos- murmuré
-¿Algún problema?
-No ninguno, no se preocupe- dije mientras guardaba mi celular- Solo que me tengo que retirar, mi tía me recordó que tengo que entrenar
-¿Entrenar?- pregunto extrañado- Puedo saber ¿que entrenas?
-Combate
-Oh, increíble y ¿tu tía te entrena?
-No, mi padre era mi entrenador pero cuando me mude para acá quede por mi cuenta
-Conozco a alguien que te puede ayudar
-No quiero ser una molestia
-Para nada, espera un momento aquí
Carlisle no me dejó protestar porque salió de su oficina, a los segundo el volvió a entrar acompañado de Jasper.
-¿En que puedo ayudar Carlisle?
-Alex necesita un entrenador de combate, y me preguntaba si podías ser su maestro
-¿Alex?- me miró extrañado
-Sí- dije firme- yo no soy una damisela en peligro Jazz, mi padre siempre me entreno precisamente para que fuera capaz de defenderme donde sea que estuviera.
-Me parece bien- dijo mientras me mostraba una leve sonrisa- Por mi encantado de ayudarla señorita, ¿Cuando quieres empezar?
-Si te parece bien. Ahora
-De acuerdo, sígueme
-Muchas gracias Carlisle por la historia y por la ayuda
-No hay de que Alex
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