Capítulo 7: El bosque prohibido
Los tres aparecen en mí habitación, mirándome con curiosidad y preocupación, la verdad no sé cómo les han dejado pasar, pero supongo que mi compañera de habitación les habrá dicho a mis compañeros de magia morada que puedan pasar, o eso espero...
-¿Qué pasa, Seraphine?- pregunta Nereus.
-¿Por qué nos has llamado tan urgente?- agrega Bianca.
-Soñé algo extraño, estábamos en un bosque y estaban discutiendo, pero yo no estaba allí.- explico.
Layla frunce el ceño. - Eso suena como... No, no puede ser.
-¿Qué suena como qué? - pregunto ansiosa.
-Hace mucho tiempo, antes de que entraras en la Academia, tuvimos un encontronazo en el Bosque Prohibido. Fue antes de conocerte, Nereus.- explica Layla.
-No tenía idea de eso. ¿Por qué no me lo has contado antes?- pregunta Nereus sorprendido.
-No pensé que fuera importante. Además, no quería que te preocuparas más. - responde Layla.
-¿Pero qué pasó en ese encuentro?- pregunto, intrigada.
-No lo sé con exactitud. Fue extraño, como si hubiera otra versión de nosotros en otro lugar, discutiendo sobre algo que no entendíamos.- comenta Bianca.
-Eso coincide con mi sueño. ¿Creen que puede estar relacionado?- pregunto.
-No lo sé, Seraphine, pero esta conexión entre nosotros y ese bosque no puede ser solo una coincidencia.- sugiere Nereus.
-Quizás deberíamos explorar más ese lugar. - sugiero.
-Estoy de acuerdo. Tal vez podamos descubrir más sobre estas visiones y conexiones.- dice Bianca.
-Pues yo no estoy nada de acuerdo.- Se queja Layla como siempre.
-Tu nunca estás conforme.- Le reprocho.
-Que maja tú.- Layla pone los ojos en blanco.
-¿Entonces estamos aquí por tus visiones?- Pregunta con curiosidad Nereus.
-Si, es verdad, ¿desde cuándo tienes visiones?- Pregunta ahora Bianca.
-No lo sé, nunca antes las había tenido, creo que es porque se acerca Samhain.- Me encojo de hombros.
-¿Sam qué?- pregunta Layla.
-Que burra eres.- Le responde Nereus.- Samhain es la fiesta de celebración de las brujas, es como Halloween para los meros mortales sin magia.
-Gracias por dejarme explicarlo.- Se queja Bianca.
-De nada, querida.- Nereus sonríe.
-¿Entonces vamos a ir al bosque prohibido?- Pregunto.
-No.- habla rápido Layla.
-Claro que sí, pero al atardecer, que es cuando se pone interesante la cosa.- Nereus sonríe con maldad.
-Eres de lo que no hay.- Bianca frunce el ceño.
-Vale, pues por la tarde nos vemos en el almacén de escobas, iremos sobrevolando la zona.- Explico.
-No.- Habla rápido Nereus.- Las escobas solo sirven hasta cierto punto, hay que ir a pie, pero las escobas nos harán falta.- Informa.
-¿Has estado ya en el bosque prohibido?- Pregunta Layla con incredulidad.
-Seguir las normas no es mi estilo.- Sonríe el chico.
-Claro.- Bianca pone los ojos en blanco.
-Las normas están echas para romperse.- Nereus le guiña el ojo.
-En vez de discutir sobre las dichosas normas, deberíamos discutir sobre cómo vamos a evitar a los profesores.- Me quejo rápidamente.
-Es verdad.- Habla Bianca ahora.
-Argh, que pereza.- Se queja Layla dramatizando.
-Cállate.- Le ordeno de mala gana.
-No quiero.- Me responde.
-Eh chicas, callaos ambas, no podemos quedarnos más tiempo aquí, está prohibido que otro alumnos vayan a las casas de otros.- Informa Bianca.
-¿Os habéis colado?- Pregunto.
-Un pequeño hechizo para dormirlos a todos.- Sonríe Nereus sacando su varita.
-Que amargados estaban, no querían dejarnos pasar.- Se cruza de brazos Layla.
-Normal, es como si voy a tu casa y me cuelo sabes.- Me quejo ahora.
-Seraphine, cálmate, nosotros estábamos preocupados por ti.- Me habla Bianca poniendo su brazo en mi hombro.
-Si, es verdad, debéis iros, nos veremos al atardecer.- Le sonrío.
Los tres se van rápidamente, yo observo el horizonte y me doy cuenta de que no les he contado sobre el humo negro que vi después de la visión. Salgo de mi casa, la puerta se cierra tras de mí haciendo que el pomo se vuelva como una diminuta perla de color morado, vuelvo mi vista al frente y veo a Iván.
-Iván, que sorpresa verte.- Miento rápido.
-Lo que tú digas, ¿has visto a Jake? le estoy buscando.- Me comenta con tranquilidad.
-Pues no, pero está mañana lo encontré saliendo de la biblioteca, creo.
-Gracias, por cierto, tengo un mensaje para ti.- Me susurra.
-¿Un mensaje?- pregunto.
-Si, ¿esta noche en la torre de astronomía?- Me pregunta sonrojándose.
-Tengo cosas que hacer, pero intentaré estar ahí.- Le sonrío.
Iván se va ruborizado, yo me río, pero vuelvo a la normalidad cuando tengo que encontrar a mis tres amigos antes de que se me vuelva a olvidar lo del humo negro en el horizonte de la frontera.
-Señorita Eldermiv.- Habla una voz tranquila detrás de mí.
Ese tono de voz solo puede significar una cosa y es... efectivamente la directora Winifred.
-Buenas.- Dije con naturalidad.
-¿No debería estar haciendo los deberes?- Me pregunta.
-Ya los he acabado, estaba buscando a mis amigos.- Le comento.
-Esta estrictamente prohibido ir a la casa de otros brujos.- Frunce el ceño lentamente.- Creía que usted ya lo sabría.
-Directora... es que es urgente.- Le suplico.
-Pues dímelo a mí, si es tan urgente, yo puedo ayudarte, después de todo soy la directora, ¿o no?- Me mira con frialdad.
-Sí.- Asiento.- Últimamente suelo ver ojos de color carmesí y en el horizonte, casi en la frontera con el bosque prohibida un humo negro, quería comentarlo con mis amigos, pero me he olvidado de comentarlo.
-Mhm.- Me mira con curiosidad.- Si es verdad eso que dices, si es verdad que has visto todo eso, entonces, solo entonces quiere decir que estamos a punto de ver algo que ninguna bruja o hechicero haya visto jamás.- Habla enigmática.
-¿Que?- Pregunto.
-Quiero decir, un mal mayor está despertando o lo que es peor, alguien trata de despertarlo, todas esas señales son avisos de que va a volver, el humo negro es su espíritu, los ojos carmesí son sus ojos para verlo todo y si los ves con sangre... no quiero imaginar lo que podría pasarte.- Ahora me mira con preocupación.
-Si, los he visto con sangre, ¿por qué?- Intento saber más.
-Entonces, pequeña Seraphine, me temo que es tarde para usted y sus amigos.- Frunce el ceño lentamente.- Usted está maldita por los ojos carmesí.
-¿Disculpa qué?- Digo con incredulidad.
-Tengo que hacer unas cosas, pero tendrás toda mi atención cuando acabe, con mi ayuda conseguirás librarte de esa maldición.- Me sonríe con amargura.
La directora me echa un último vistazo y se va caminando con elegancia, miro por la ventana viendo que se a puesto el Sol, entonces me dirijo al almacén de escobas, agarro la mía y me pongo a volar hacia el bosque prohibido.
-Creía que íbamos a quedar en el almacén de escobas.- Me habla Layla volando a mi lado con su escoba.
-Así era, pero ahora vamos al bosque prohibido.
-¿Nosotras solas?- me pregunta.
-Ellos han tardado demasiado.- Le respondo con molestia.
-Ya veo que nos habéis esperado.- Nereus se incorpora a mi lado sonriendo.
-Eso iba a decir.- Bianca está al lado de Layla.
-Hay prisa.- Respondo firme.
-Yo no veo la prisa, el bosque prohibido seguirá ahí.- Layla se encoge de hombros.
-Esta claro que Seraphine sabe algo y no lo comparte con los demás.- Sonríe Nereus con burla.
-Seraphine, somos amigos, sea lo que sea podrías haberlo compartido con nosotros antes de irte volando sin los demás.- Frunce el ceño Bianca.
-Tenemos prisa.- Hablo cortante.
Observo como los demás me miran con incredulidad y se miran entre ellos encogiéndose de hombros, veo el humo negro y frunzo el ceño.
-Tenemos que atravesarlo.- Habla Nereus.
-¿Pero que es esa cosa?- Pregunta Bianca.
-El guardián de la frontera.- Comenta Nereus.
-Como se nota que vas siempre al bosque prohibido.- Reprocha Layla.
-Nunca lo había visto hasta estos últimos días.- Informo.
-¿Es peligroso?- Pregunta Bianca.
-Mucho.- Sonríe Nereus.- Más os vale sujetaros fuerte a las escobas lo más fuerte que podáis, va a ser un viaje movidito.
-No entiendo porque sonríes, está claro que vamos a morir.- Se queja Layla.
-Si tenemos que ir al bosque prohibido pasando por ahí, vamos a pasar.- Les comento.
-Pero antes, os aviso, el humo negro no lo controla nadie, eso lo hace más peligroso aún.- Informa Nereus sonriendo.
-Bien, vamos allá ya.- Me agarro con fuerza a la escoba.
Me acerco al humo negro, lo miro con un poco de miedo, Nereus ha dicho que es impredecible y peligroso, pero si queremos ir al bosque prohibido, tenemos que atravesarlo.
-Os echo una carrera.- Nereus se ríe.
-Ni de coña.- Le reprocha Layla.
-¿Tú estás loco?- Bianca le mira mal.
-Vaya aburridas, ¿Seraphine?- Me mira con burla.
-Si, está bien.- Le sonrío.
-Esta tía es tonta.- Me mira mal Layla.
No puedo perder, así que rápidamente entro al humo negro, lo que no me esperaba es que hubiese tanto viento y a la vez no ver nada, es como estar dentro de un tornado y a la vez en la oscuridad. Trato de mantener el equilibrio en la escoba, pero no puedo, el viento se mueve en todas direcciones, trato de visibilizar a mis amigos pero no los veo. Mi escoba comienza a dar vueltas sin parar, me aferro a la escoba con mis fuerzas, salgo disparada del humo, miro a mi alrededor... un bosque con árboles sin hojas, tierra húmeda, voy a aterrizar cuando alguien choca conmigo y nos caemos contra un árbol.
-Que dolor...- Habla Layla colgando de la rama del árbol.
-¿No podías haberte chocado con otra persona?- Pregunto mientras bajo del árbol con un dolor en el estómago.
-Perdona, pero yo no decidí salir volando a este bosque de mala muerte.- Se queja como siempre.- ¿Y los demás?
-Ni idea.- Miro a mi alrededor buscando algún indicio de ellos.
-¿Hola?- Oigo a Bianca preguntar.
-Vale, baja del árbol he oído a Bianca, parece que está bien.- Ordeno a Layla.
-Estoy atascada.- Trata de librarse del enganche.
Le doy una patada al árbol, Layla cae de culo al suelo, me mira con el ceño fruncido y yo le sonrío.
-¿Hay alguien ahí?- Pregunta Bianca dando vueltas.
-¡Bia!- Grita Layla yendo a abrazarla.- Me alegro de que estés bien tía, yo tengo el pelo despeinado.
-Me alegro de verte.- Abrazo a Bianca también.
-Yo también, creía que estaba aquí sola.- Nos mira sonriendo.
-¿Y Nereus?- Pregunto.
-No tengo ni idea.- Se encoge de hombros la rubia.
-El se conoce el bosque mejor que nosotras.- Refunfuña Layla.
-Pero si no hay hojas, debería ser fácil verle.- Comento.
-Hola a todas.- Nereus nos saluda con naturalidad.
-¿Dónde estabas?- Pregunta Bianca.
-Dando una vuelta.- Sonríe.
-Ya, pues gracias a tu disposición para meternos en problemas, estamos en un bosque sin hojas.- Se queja Layla.
-Este es el bosque prohibido.- Nereus mira a su alrededor con una sonrisa.
-¿Esto es el bosque prohibido?- Pregunto.- Me lo imaginaba de otra manera.
-Yo también.- Bianca me mira.
-¿Y ahora qué?- Pregunta Layla.
-Pues que Lady visiones nos diga por donde fue su visión.- Me mira Nereus.
-No lo sé, todo parece igual.- Observo mi alrededor.
-¿Y ese charco de ahí?- Señala Bianca.
-Es un charco de sangre.- Responde Nereus.
-¿Y por qué está aquí?- Pregunto.
-Se dice que antiguamente habían brujas de sangre y que usaban este charco para alimentar sus poderes y poder usarlos contra otras brujas.- Informa Nereus.
-Genial.- Habla con ironía Layla.
-Vale, ya estamos aquí, lo hemos visto, ahora nos vamos.- Ordena Bianca.
-Espera, tenemos que saber porque vi esa visión.- Le respondo.
-¿Es enserio?- Bianca resopla.
-Lo siento, pero he hablado con la directora Winifred y me ha contado que los ojos de color carmesí son una maldición.- Les comento.
-Maravilloso.- Me responde Layla.
-Te a mentido.- Me mira Nereus.- El humo negro es el espíritu y el guardián de la frontera.
-¿Espíritu de quién?- Interrumpe Bianca.
-Isaac.- Responde casi en un susurro.
-No me lo creo.- Le digo con la mirada fijada en él.
-Pues yo sí.- Habla Nereus.- Los ojos color carmesí son los ojos de Isaac, se dice que si llora sangre estás destinado/a a que él esté a tu lado.- Concluye Nereus.
-¿Que mierda es esa?- Pregunta Layla.
-Pues a mí la directora me dijo, que alguien trata de despertarle o que se está despertando.- Informo.
-¿Quién?- Quiere saber Bianca.
-No lo sé.- Me cruzo de brazos.
-Seguramente haya algún fanático de Isaac y trata de devolverle a la vida.- Nos informa Nereus.
-¿Nos vamos ya? este lugar me pone los pelos de punta.- Se queja Layla.
-No hemos averiguado nada sobre esa visión que tuve.- Le respondo.
-Me da igual, yo aquí no me quedo más, encima es zona de... da igual.- Se calla rápidamente la pelirroja.
-¿De...?- Insiste Bianca.
-De que nos vayamos, venga.- Nos mete prisa Layla.
-¿Por qué tanta prisa?- Pregunta Nereus.
-Esta bien.- Cedo a irnos.
Los tres se suben en sus escobas y se van, yo me doy la vuelta porque noto que alguien nos observa, pero solo diviso cuatro sombras.
-¡Seraphine!- Me grita Layla.
-¡Que ya voy!- Le respondo a voces.
Que tía más pesada, me subo a la escoba y veo que las cuatro sombras ya no están, que raro, volvemos a cruzar el humo negro, esta vez con menos viento intenso que la primera vez.
-¡Mierda! Había quedado con Iván.- Les comento mientras me acuerdo.
-¿Para qué?- Pregunta Bianca.
-Os veo luego.- Acelero con la escoba.
Espero que no sea demasiado tarde y que aún siga en la torre de astronomía. Me dirijo con la escoba a la máxima velocidad que me permite, cuando llego busco a Iván con la mirada.
-¡Iván!- Grito para tratar de llamar su atención.
Camino en su búsqueda, pero veo que el telescopio está en una posición diferente, cuando por accidente piso un vaso de cristal y este cae al suelo, entonces me doy cuenta de que hay un mantel con comida y todo perfectamente calculado para recibir los rayos de la luna. Miro al cielo y ahí está, esa enorme esfera de color blanco, la luna alumbra la torre con sus rayos blancos.
-Lo siento Iván.- Digo casi en un susurro.
Vuelvo a agarrar mi escoba y me voy al almacén de escobas, para acto seguido irme a mi habitación.
Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro