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Capítulo 1: Muerte

Me coloco el sombrero de copa, me pongo la túnica y... ¡Llego tarde!

Salgo corriendo y entonces escucho una risa, una mala sensación recorre todo mi cuerpo, cuando me doy la vuelta veo a una rubia bastate engreída

-¿Llegando tarde? Seraphine.- Me pregunta con mueca falsa.

-Draculaura, métete en tus asuntos.- le corté sin más y me dirigí hacia clase.

-¡No me llamo Draculaura!- me gritaba desde la lejanía.

Llego a tiempo para comenzar con la clase de metamorfosis

-¿Cuándo aprenderás a usar las manos para hacer el hechizo de teletransporte?- me pregunta Nereus con una sonrisa.

-Porque eso está mal y me podrían expulsa si me pillan.- le respondí en voz baja para que nadie escuchase nuestra conversación.

-Pues a mí no me han pillado ni una sola vez.- dijo sonriendo.

-Estoy empezando a creer que sonríes para parecer amable, pero que por dentro te mueres del asco.- hablé diciendo lo que pienso, algo que está mal, pero es que siento que es verdad.

-Vaya, creía que estábamos en metamorfosis no en adivinación.- me habló con tranquilidad y sonriendo.

-Cállate.- Le dije sin más.

De pronto veo un conejo en el suelo, entonces lo agarro en brazos

-Creo que se le ha escapado a la clase de pociones, voy a devolverlo.- le dije a Nereus.- cúbreme si viene el profesor.

-Señorita Eldermist.- escuché la voz del profesor.

-¿Profesor?- pregunto al aire ya que no se de dónde proviene su voz.

-Creo que es el conejo.- habló con una carcajada Nereus.

De pronto el conejo que tengo en brazos se envuelve de un aura amarillenta que lo hace flotar en el aire para después convertirse en mi profesor de metamorfosis, con una túnica verdosa, entonces frunce el ceño mirándome

-Señorita Eldermist, ¿ha dormido bien hoy?- me pregunta, cuando voy a responder el sigue hablando.- Usted siempre es la primera en darse cuenta cuando me transformo en cualquier animal.

-Lo siento profesor, es que...- no se me ocurre ninguna excusa así que simplemente diré que no dormí bien.- no pude pegar ojo en toda la noche.

-De acuerdo.- dijo con desconfianza.

-Vaya, que manera más mala de ganarte la confianza de tu profesor favorito.- seguía burlándose de mi Nereus.

-Prestad mucha atención alumnos, quién lo haga mal, perderá puntos para aprobar el examen.- saca su varita de debajo de la manga.- este hechizo es bastante complicado, por lo tanto debéis hacerlo como yo, agitar y golpear.- eso me recuerda a Hermione diciendo Wingardium Leviosa.- Revertere animal, revertere ad pristinum statum tuum.

Un destello ilumina la sala, entonces una serpiente que está en una jaula se convierte lentamente en un ratón nuevamente

-Hala.- dije alucinada.

-¿Habéis tomado apuntes?- pregunta el profesor mirándonos de reojo.

-Si.- dije inmediatamente.

-Que muermo, ¿de que nos sirve revertir la transformación?- pregunta Nereus poniendo los ojos en blanco.

-Esto es crucial para la vida de un mago, señor Crowhelm.- le dijo el profesor mientras apuntaba en una hoja algo.

-Prefiero hechizos defensivos, son más prácticos.- se quejó sin más.- Además su clase es un auténtica mierda.

No me creo que haya dicho eso, Nereus va a estar expulsado de por vida, y ya no tendré a nadie con quién hablar, tengo que intervenir.

-Siento mucho que la clase no sea de su agrado, pero es lo que hay y vas a aguantarte.- le habla con calma.

Vale, me he perdido, ¿dónde está el momento de la expulsión? ¿sigo dormida? ¿es todo un sueño? no estoy entendiendo nada. Tras la clase de metamorfosis nos vamos a la clase de vuelo con escoba.

-No me creo que le hayas dicho eso al profesor y que no te haya expulsado.- dije aún sorprendida por lo ocurrido en la clase anterior.

-Si, bueno, el profesor es mí tío, pero eso no le da el derecho a obligarme a estar en una clase en la que no quiero estar.- dijo aún sonriendo.

-¿Puedes parar de sonreír? se nota que lo haces para disimular que estás bien, pero por dentro estás roto.- le dije sin más, el le ignora como es de esperar.

-¿Esa de ahí arriba no es Layla?- me pregunta mirando al cielo.

Entonces miro hacia arriba... efectivamente es Layla, ¿está volando al revés?

-¡Apartad!- nos gritó la pelirroja desde su escoba.

-¡Layla, estás volando al revés!- le grité para que me oyera.

Entonces la chica vino hacia toda velocidad, me tiro al suelo para evitar que me dé, miro hacia arriba, la escoba está dando vueltas y Layla sale propulsada hacia el suelo

-Va a morir.- dijo Nereus riéndose.

-Descendit.- Bianca agita su varita a la vez que Layla va cayendo lentamente hacia el suelo.

Nereus y yo nos acercamos al dúo de chicas que justo acababan la clase de vuelo con escobas.

-¿Estás bien?- Pregunta Bianca.

-Que aburrimiento, aquí nunca pasa nada interesante y esta tía sigue viva.- se quejaba Nereus.

-¿Perdona? casi me muero.- dramatiza la pelirroja.

-Sigues viva, no es por nada.- le dije yo mientras le ayudaba a levantarse.

-La culpa es tuya, no sabes volar en escoba.- le hablaba Bianca.- debiste ir más despacio en vez de fingir que sabías montar.

-Pero me ha salido genial.- dijo la pelirroja halagándose a sí misma como siempre.

-Lo tuyo no es normal.- Le dije yo.

-Bueno, no os preocupéis, estoy viva.- Va a decir algo más pero se tropieza y cae de cara al suelo.

-Si, ya se ve que estás viva.- habla Nereus entre risas.

Nereus, Bianca y yo nos reímos de Layla mientras ella se levanta del suelo, esta chica es tonta y no tiene arreglo.

-Eh, vosotros dos, la clase va a comenzar, Bianca lleva a tu compañera a la enfermería.- Nos habla la profesora de vuelo de escobas.

-Si, profesora.- Habla Bianca poniendo los ojos en blanco.

Nereus y yo nos despedimos de las chicas para ir a nuestra clase de vuelo, la verdad no es tan difícil, pero Layla es que es tonta.

-Bien, como algunos ya sabéis volar en escoba, vais a dar una vuelta completa por el campus, a los que todavía les cuesta, iremos más despacio.- informaba la profesora.

Bah, yo lo tengo dominado, así que simplemente me monto en la escoba...

-¿Preparada para morder el polvo?- me pregunta Nereus sonriendo.

-Eso ya lo veremos, rey.- le guiñe el ojo.

Así que rápidamente di un pequeño golpe al suelo, la escoba se alzó en el aire, mientras voy en cabeza delante de Nereus disfruto de la brisa del aire, alzo los brazos.

-Mira, Nereus, sin brazos.- le dije riendo.

-Sería una lastima que te cayeras justo ahora.- Se rió por su propio comentario.

Entonces él me adelanta, no voy a permitir que me gane, así que yo también avanzo, poniéndome a su lado, ambos pasamos a pocos centímetros del agua, vi una sombra enorme por debajo de nosotros, no me dio una buena sensación, así que decidí subir, para ver qué es, pero solo es una sombra.

-¿Qué pasa?- me pregunta Nereus mirando hacia abajo.

-Creo que hay algo en el lago.

-Sí, se llama Wablus.

-Nunca lo había visto.

-Pues será mejor que no lo veas de cerca, su mirada te convierte en piedra y sus colmillos tienen un veneno letal que te mata en segundos.

-¿Cómo sabes tanto de ese animal?

-Me fascinan las criaturas venenosas.

Una enorme sacudida emerge del lago, miro hacia abajo, para ver una criatura de ojos grisáceos, una enorme mandíbula con colmillos de un tamaño descomunal, piel del color del musgo, es decir verde oscuro, unas aletas en vez de orejas y unas garras la mar de enormes.

-Se te ha olvidado comentar que es enorme.- dije intentando no entrar en pánico.

-Creía que se sobre entendía.- se encogió de hombros.- Seraphine, cuando yo te diga nos vamos con las escobas.

-Vale, si.

Nos mantuvimos delante del monstruo enorme, quiero decir del Wablus, Nereus me hizo una pequeña señal y ambos nos fuimos con las escobas, pero lo que a este muchacho se le había olvidado comentar es ¡Que también vuela!

-¿Me explicas cómo sabe volar?- pregunté evitando mirar hacia atrás.

-Tu solo sigue en tu escoba.

-¡Vamos a morir!

-No, una ventaja es que los Wablus no pueden mantener el ritmo volando, necesitan refrescarse cada cierto tiempo.

-Podrías haberlo dicho antes.

-¿No querías emociones fuertes?- me pregunta riéndose.

-Quiero seguir viva para poder darte una buena hostia.

Escucho un rugido, evito no mirar, pero la curiosidad me gana, entonces me doy la vuelta y el Wablus está justo detrás de nosotros, intento mantenerme en la escoba, pero una de sus extremidades le da a mí escoba, haciendo que pierda el equilibrio y esté dando vueltas.

-¡Nereus!- grité.

Caí de la escoba yendo en dirección hacia el agua, otro Wablus emergió del agua, abriendo su feroz boca, a la cual iba a caer, pero entonces una mano me agarra del pie y yo agarro mi escoba

-Suelta la escoba.- me habla Nereus.

-Me ha costado dinero, no la voy a soltar así como así.

-Pues vamos a morir.

-Vaya gracias.

Trato de subirme a la escoba como puedo, Nereus niega con la cabeza y ambos nos alejamos del lago lo antes posible.

-Que raro, nunca había visto dos Wablus en un mismo lago.- dijo con curiosidad.

-¿Y eso qué?

-No es época de apareamiento de los Wablus, así que algo debe estar sucediendo en el reino animal.

-Lo que no entiendo es, te conozco de toda la vida y me entero ahora de que te gustan los animales venenosos.

-No es algo que pueda ir contando por ahí, sabes.

-Ya veo, ¿avisamos a la directora?

-No, eso es una buena señal, significa que se acerca el caos.

-Que gracioso eres.

-Ahora vengo.- se va corriendo.

-¿Y la clase de vuelo qué?- le pregunté.

-¡Es aburrida y somos los mejores!- grita mientras se aleja.

Pues ahí tiene razón, el y yo somos los mejores, pero no puedo evitar sentir que algo malo está ocurriendo, el otro día un humo bastante negro en las fronteras y ahora dos Wablus que no había visto nunca, aquí está pasando algo raro. Lo pensaré mientras me voy a la cocina.

-¿Dos Wablus?- pregunta Bianca.

-Si, yo no sabía que teníamos uno aquí.- dije mientras le daba un mordisco a mis sándwich.

-He oído que siempre hay uno alrededor, que es como un guardián de las lagunas.- Habla Bianca mientras remueve su vaso de agua.

-¿Por qué yo no lo sabía? siempre suelo saber ese tipo de cosas.- hablé con frustración.

-Los Wablus son seres escurridizos, no suelen atacar a humanos a menos que se les provoque.- sigue hablando Bianca como si supiese del tema.

-¿Entonces Nereus y Seraphine hicieron algo que molestó a esos Gluglus?- pregunta Layla.

-Wablus, no Gluglus.- le corregí riéndome.- pero no hicimos nada, solo sobrevolamos la zona en una competición y uno de ellos emergió para atacarnos.- confesé.

-Entones no tiene sentido que os atacase, si solo estabais sobrevolando el lago, puede que algo ahí dentro lo haya molestado, porque es su época de hibernación.- hablaba Bianca cada vez más segura de sus palabras.

-Pues quizá algo los haya despertado.- dije yo para concluir la conversación.

-¿Qué más da? esos bichos no deberían estar cerca de los alumnos, alguien podría morir o algo peor, ser convertido en piedra.- hablaba Layla quejándose.

-Son criaturas fascinantes, si les quitas sus ojos y sus colmillos venenosos.- Bianca puso cara de asco.

-En fin, ¿no se les puede echar?- pregunté.

-No, son guardianes de estas tierras, las brujas llevan décadas en deuda con ellos.- Hablaba Bianca poniendo una mueca.

-Pues cuando alguien muera que me avisen.- se quejó Layla.

-Yo voy a mi habitación, tengo deberes para la clase de adivinación.- Dije levantándome de la mesa.

-Te acompaño, quiero dormir y relajarme de este día tan intenso.- Se queja Layla.

-Eres una vaga.- Dijo Bianca riéndose.

-Pues si.

Las dos nos fuimos riéndonos, vimos la puerta del baño abierta y eso nos hizo sonar las alarmas, así que entramos con cuidado para ver a Draculaura fallecida en el suelo, sus cabellos rubios ahora son del mismo color que el carbón, sus ojos ya no están donde deberían estar, las venas tienen un color negro muy feo, incluso hay un charco negro a su alrededor como si fuese sangre teñida de negro, pero lo más impactante es que le falta el corazón.

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