— Manda un mensajero, propongo una reunión en cuanto este dispuesto el Rey. La reunión se llevara a cabo en medio de los dos campamentos como se ha acordado, ya he pedido que se levante una carpa para los presentes —

— Si Príncipe —

Vi la carpa que estaban acomodando, a varios metros de esta. Baje para acercarme a Jimin, lo tome por sorpresa.

— Suga... — no podía descifrar sus pensamientos, parecía que los tenía cautivos en un sombrío lugar — prepara té, me acompañaras —

— Si señor — deje la carpa, acatando sus ordenes.

Dios que es lo que hare. ¿Qué puedo hacer para salvar a Jimin?

Busque entre los utensilios la tetera y las tazas. Los nervios jugaron en mi contra y al querer ser rápido, tome por descuido la hoja de un cuchillo y me corte la palma de mi mano.

— No, no, no — quise reír de la impotencia. Temblé porque no teníamos tiempo para mis imprudencias. Respire hondo, si ellos no están nerviosos yo no tenia derecho a caer.

Era un corte grande por la sangre que brotaba, cerré la mano y me concentre en aparentar que no paso nada, buscaba papel o tela para limpiarme, al igual seguía sacando trastes hasta encontrar las vasijas.

Solo era un pequeño rasguño, no duele y se curara en un instante,  lo repetí varias veces en mi cabeza. Seguí mi búsqueda hasta que tenia el juego de té completo.

Abrí mi mano para ver que tan mal se veía...

— ¿Uh? — nada no había corte.

Estaban todos listos para la reunión, ya nos encontrábamos en la carpa. Fuimos testigos del escuadrón de Jeon Jungkook acercándose. El viento sopló meciendo los mechones del corcel del enemigo. 

Un estadal fue colocado al bajar el Rey a tierra. Las frías corrientes de aire elevaron el espectáculo, mientras todo material frágil estaba en movimiento, los únicos imperturbables eran Jimin y Junkook.

La incomodidad reino. Y por fin hubo contacto con un apretón de manos.

— Su majestad — Jimin inclinó su cabeza sin perder la autoridad propia de él — es un honor —

— Concuerdo con usted, mis allegados están impresionados con sus logros príncipe — ambos ocuparon un asiento.

— Creo que podemos comenzar hablando directo mi señor —

— Me agrada su actitud — la autoridad de Junkook competía con la de Jimin, no parecían lejanos. Eran a mi vista similares, casi podía decir que tenían la misma edad.

— Ofrezco 1000 hectáreas de mis tierras, serán dadas a su reino y no abra objeciones con sus practicas o creencias, serán respetados. Recibirá tierras fértiles y si es necesario enviare a mis obreros a trabajar por un año para que prosperen, después usted hará uso de su propia gente —

— Una interesante oferta, ¿Qué mas esta dispuesto a dar? — sonrió con malicia.

— 1000 galeones de oro, 1000 galeones de rubís y 1000 sirvientes — Jungkook mantuvo su expresión fría.

— Creo que es una interesante oferta, pero creo que mi pueblo a luchado por mas que eso. A diferencia de ustedes nosotros no olvidamos — de pronto sus ojos se posaron en mi — ¿acaso quieres asustarme? —

— Disculpe su majestad yo... — Jimin fue interrumpido con un gesto por el rey.

— Estoy hablando contigo "Antiguo" — se dirigió a mí, pero no estaba comprendiendo que quería.

Jimin con autoridad habló — la reunión es entre nosotros Rey Jungkook —

— Olí al chico desde que llegaron, desde el comienzo la reunión fue de tres — a pesar de sus palabras su mirada expresaba alegría — todo este tiempo estuvo a tu servicio, ahora entiendo porque has ganado cada batalla — Jungkook rio y el rostro de Park se endureció.

Sus palabras desprestigiaban las victorias de Jimin, pero no lograba entender porque mi presencia importaba.

— Suga no contestes — dictó el príncipe. Jungkook soltó una carcajada. Sus hombres atrás de él, a la intemperie se miraron entre si.

— Si quieres que llegamos a un acuerdo, él contara como tributo, accederás a que yo sea su dueño —

— En mi reino está prohibida la esclavitud, suga me sigue a mi por su voluntad y no interviene en ningún asunto de esta reunión —

Estaba asustado, despacio retrocedí para evitar más ataques de Jungkook. El no pasó desapercibido la acción.

— Tu te sentaras con nosotros Yoongi. ¡Un asiento para nuestro protector! — Pasó un tiempo de silencio e incomodidad, nadie dijo o hizo nada hasta que jimin se levantó y me cedió su lugar, sus movimientos eran tranquilos.

— Necesitamos centrarnos Rey, no venimos como enemigos. Quiero llegar a un acuerdo. Piense que esta guerra solo perjudica a nuestra gente. Nuestros antepasados comenzaron todo este problema... —

— Dirás tu gente, sabes nuestra historia. Cazadores se dirigieron a mi reino y ejecutaron a mi gente. El reino Jeon no lucha por causas sin importancia. ¿Qué dirías si el día de mañana atacara a tu pueblo y a tu sirviente? — encontré su mirada, sus orbes miel me transportaron a un lejano recuerdo.

Como si en segundos el sol saliese y volviera a ocultarse. Vi en sus ojos una luna llena, con ello mucha rabia almacenada. Todo se volvió ajeno, ver a Jimin dirigirse a Jungkook, mi cuerpo comenzó a sentir corrientes eléctricas...

— Quiero protección y solo será posible con él — me señaló.

— No — contesté al fin, me sentía irritado.

Los dos hombres me miraron sorprendidos uno mas asombrado que otro.

— Al fin me darás el honor de escucharte — Jimin mantenía la compostura pero sabia que en el fondo quería sacarme de aquí.

— No me alejare del reino Park, sirvo a ellos. Mi lealtad solo se puede entregar a una sola persona — Jungkook entrecerró sus ojos.

— Dime Jimin, después de matar a su única familia, ¿Qué le ofreciste a Yoongi para tenerlo a tu lado? — la electricidad brotaba en mi piel. No puedo creer que ellos no se dieran cuenta.

— Suga me conoce. Tus palabras son solo palabras, no la verdad —

— Suga que curioso nombre, Luka te llamaba Yoongi, ¿Qué diría ella? — 

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