— No mi señora, no existe otro lugar en donde suceda eso — parece alegre de mis palabras.

— Exacto, porque no es natural. Es como decir que las acciones de un Rey son las mismas que un campesino, claro que no. ¿Acaso usted pelearía por este reino? — no podía negar sus palabras — ¿Arriesgaría su propia vida y familia?¿Arriesgaría su descendencia por el reino? —

No conteste solo baje aun mas la cabeza.

— Eso es lo que quiero decir, nosotros los nobles hacemos sacrificios por nuestro reino, no somos iguales — dictó con autoridad — pero pronto este reino volverá a su época de oro, una vez que mi unión con el príncipe Park se establezca, este pueblo volverá a su poder de antaño —

Sus palabras amargas, me dieron un mal presentimiento.

— Que tenga un buen día joven Dures —

— Buena tarde, señorita — no debí de quedarme, este lugar no es lo que parece.

Arrepentido, me dirijo a mi habitación. No debí de salir de mi lugar. Como podía pensar que podría tener una vida aquí y un amigo como Jimin, ni siquiera se quien soy o quien fui. De hecho, no se como es que Rose se apiado de mi. Tal vez le di mucha pena.

Tomo mi almohada y la abrazo contra mi pecho, ya hace tiempo que ese pensamiento surco mi mente. Que fui en mi otra vida, que tuve que terminar a la espera de una muerte solitaria.

Rose me dijo que fue un sentimiento de protección, pero pensándolo mas allá, no existe evidencia que tuviera familia. Todo el tiempo que pase en el río estuve solo. ¿Fue capaz mi propia familia de abandonarme? Tan poco valía para ellos.

— ¿Puedo pasar? — Jimin llama a la puerta, me levanto de inmediato y hago reverencia.

— Discúlpeme Príncipe —

— ¿Príncipe? — señala dudoso — pensé que habíamos pasado esa línea, somos amigos —

No veo necesidad de contradecirlo, no tengo la energía para hacerlo.

— Disculpa Jimin, solo es costumbre, seguiré intentando familiarizarme —

— Eso se escucha bien, ahora como te prometí, iremos a recorrer el pueblo a mi estilo —

— Es verdad, ¿seguro que esto es correcto? — le detengo — Eres un príncipe y tengo entendido que tienes obligaciones que cumplir —

— Ya veo lo que sucede, y antes que me contradigas de nuevo, quiero decirte que mis obligaciones las he cumplido, este tiempo es una recompensa que se me ha dado. Todo esta bajo control, no hay nada incorrecto en pasarlo con un amigo — tomó mi brazo y nos llevo hacia abajo del castillo.

— Sigo pensando que estamos infringiendo reglas — susurro con Jimin a mi lado.

— Ya te dije que todo esta bien — sostiene una antorcha mientras caminamos mas profundo. Entre pasadizos oscuros.

— Por todo esto, desde cuando lo correcto es caminar por aterradores brechas —

— Es verdad, pero valdrá la pena, solo confía —

Fue mas tiempo del que pensé que seguiría en este estresante ambiente. Pienso que pude haber declinado e irme con mis compañeros. Solo faltaba unos pasos mas para llegar, eso era lo que predicaba Jimin.

Llegamos a una pared de roca con un símbolo interesante.

— Es aquí donde me pides perdón — Jimin sonreía travieso, empujó la pared y pronto las luces del día evidenciaron nuestra liberación.

Abrí mi boca en sorpresa, era hermoso el paisaje. Como expresarlo, como detallar el bello día que se asomaba.

— Vamos, te mostrare mi secreto — Jimin se cambio a un ropaje mas humilde, pareciendo un campesino, mancho su cara con tierra y empolvo un par de bolsos de manta.

Me dio una a mi y se quedó a la expectativa.

— ¿Qué quieres? —

— Tendrás que cambiarte tu también —

— Dijiste que no estábamos haciendo nada malo —

— Y no lo estamos, mientras no nos descubran —

— Jimin — me asuste.

— Tranquilo, confía en mi —

Maldición a quien hacer caso, a mi voz interior o al príncipe de este reino. Decidí confiar y cambiarme también de ropaje, me avergoncé de mi físico en cuanto Jimin me miro desnudo, es decir, el por su posición se encontraba en muy buena forma y a comparación yo era un fideo de arroz.

— Estoy listo — Jimin tomó tierra y también me sacudió un poco en mi cara.

— Perdón pero tu cara sería muy reconocible, tu piel es tan blanca y suave... — siguió sus dedos cubriendo mi rostro y cuello.

— ¿Qué? — dije avergonzado.

— Tu piel es muy diferente a tus compañeros, por eso tienes a mi gente maravillados, ¿te has dado cuenta? —

— Disculpa, no se de que hablas, no he notado nada —

— Bueno yo si, has llamado la atención de mucha gente y puede que sea buena o mala suerte — Jimin se quedó cerca de mi , me puso aun mas nervioso cuando su mirada busco la mía.

Por ser tímido con la gente huyo de todo contacto, Jimin ya estaba cruzando líneas que normalmente no dejaba que cruzaran. ¿Qué poder tiene que no puedo negar su voluntad?

— ¿Qué sucede? — me armo de valor y lo confronto.

— Eres una persona muy tímida a como te conocí — susurró.

— ¿De que hablas? — de pronto su mirada viaja hacia otro lugar, como si no hubiera pasado nada.

— Disculpa, digo cosas absurdas cuando estoy animado. Ahora saldremos a mis lugares favoritos y eso quiere decir lejos de aquí — nos condujo hacia una choza cercana. Cuyo interior era parte de una caballería.

— Tendrás que subir conmigo — indicó montándose en un caballo. La idea me gusto y copie sus acciones. Me sujete del ropaje de Jimin y en un instante ya estábamos cabalgando lejos, hacia las afueras del pueblo, podía ver la llanuras y prados con mas detalle y me parecieron aun mas hermosas.

— Es increíble — grite y comencé a reír.

Contagiado de la alegría, Jimin hace lo mismo y disfrutamos del camino. Me sentí libre, como si todo desapareciera y solo fuera yo en un mágico mundo. Que bella era la vida.

— Ya estamos por llegar, podremos descansar por aquellos árboles — comenzamos a descender de ritmo y comprendí que este era su lugar secreto.