Se acercó a la figura en la cama, sentía que el debía morir por lo que hizo, su olor impregnó mi hogar y eso significaba que él fue uno de los antiguos que mandó a matar a...

Despierto asustado.

Al gritar me precipite y caí en el pasto, llevándome conmigo el cuerpo de Jimin.

— Suga — espantado sobre mí, busca a la vista mi malestar — ¿Qué sucede? —

— Nada... nada — repito para él. Fue una pesadilla. Fue sólo una pesadilla, debido a su relato.

— Algo te pasó, ¿te ha picado algún animal? —

— No , todo esta bien, he tenido pesadillas últimamente. No tiene que ver contigo — la cara de Jimin no es de descanso. Se veía afectado, culpable — por favor, solo fue una pesadilla —

— ¿Qué soñaste? —

— Que... me caía —

Jimin con incredulidad acepta.

— Supongo, que lo podemos olvidar —

— Jimin... podrías quitarte — con rapidez se despega de mí y me ayuda a levantar.

— Perdón, no me había dado cuenta —

— Ya esta oscureciendo — miro el cielo.

— Es verdad... — ya recuperado menciona — aun queda mucho que mostrarte y aunque el día este acabando puedo mostrarte un ultimo escenario... claro si tu quieres — medito que tan buena idea eso.

Se ve ilusionado y recuerdo como confió en mí para contarme su historia.

— Claro que si, vamos —

Limpiamos el polvo de nuestra ropa y él atrae al corcel a nosotros, confiado nos introduce en el bosque. Camino con precaución debido al crepúsculo. Pronto anochecerá.

Varios metros lejos de lo que yo bautice como el nido de roble, vemos el nacimiento de una corriente de agua, cuya corriente desaparece entre la maleza — Listo — menciona Jimin y descubre nuestro destino.

Un pequeño lago se hace presente. Como dador de vida, el tesoro del bosque se esconde, bajo la protección de los árboles.

Jimin es el primero en despojarse de su ropa y meterse al agua. Se lo que pedirá. Así que no demoro en acompañarlo. ¡Qué locura!

— ¿Ahora confiaras plenamente en mí? —

— Seguro, Jimin eres el ganador. Has dado tu palabra — jugamos y seguimos nadando por un tiempo.

Cansado me retiro a la orilla del estanque y miro hacia las estrellas. Vuelvo la vista hacia mi compañero.

— ¿Por qué me miras así? — pegunta

— Eres diferente a lo que pensé —

— ¿Así? Me pregunto que se supone que pensabas — se acerca a mí.

— Pensaba que eras raro, desde que te vi en el banquete de Dures. Me asustaste —

— Eso si es muy diferente a lo que pensé cuando te vi —

— ¿Qué fue lo que pensaste cuando me viste por primera vez? — medita su respuesta.

— Que... eras sorprendente —

— ¿Qué? Solo te di un postre — Jimin ríe contagiándome.

— Es verdad, hay muchas cosas que pasaron por mi mente... — me mira fijamente, sintiendo que anhela alguna acción por mi parte.

— ¿Qué? —

— Nada — con un aire de valentía se acerca más a mí.

— ¿Por qué me miras así? — traspasa mi espacio personal.

— ¿Así como? — eleva sus brazos y toca mis mejillas.

— Jimin — susurro.

Y me besa en medio de mucha confusión.

— La primera vez que te vi, quería hacer esto y decirte que vinieras con nosotros. Que no te quedaras... — la voz de Jimin se escuchaba apunto de quebrarse, sus ojos brillan.

— ¿Por qué yo? — menciono.

— No puedes ver lo especial que eres suga, si entendieras quien eres, podrías comprenderme. Concédeme esta noche, que pueda recordar tus labios un poco mas y si no compartes estos sentimientos lo entenderé. Pero te diré que al ser Rey, tu y tu gente seguirán conmigo, nada cambiara. No tienes obligación de aceptarme — volvió a besarme.

Cumplí con su deseo y me deje llevar. ¿Qué es lo que siento? No lo se.

Con pequeñas caricias se aventura a conocer mi cuerpo. Tocó zonas que no conocía que se tocaran y cuando los besos no fueron suficientes, comencé la fricción de nuestros cuerpos hasta que algo se liberó de mi cuerpo y me sentí muy cansado.

¿Qué tipo de magia era esa? Vibró mi cuerpo, como si me volviera uno con la naturaleza. Aun en el éxtasis, quise mirar el estado de Jimin. Parecía un sueño, era mágico.

Mi respiración seguía irregular, nadie me había hecho sentir esto antes. Jimin me abrazó acariciando mi espalda, dando cariños como si de una doncella se tratara. Era como Taehyung abrazaba a Rose.

Entonces recordé las habladurías de la gente de Dures, y como sus soldados se comportaban. ¿Eso significa que Jimin ya se había comportado de igual forma con alguien más?

Ese pensamiento abrió un desagradable sentimiento en mí. No quería pensar en eso. Con miedo abrace al príncipe.

— ¿Algo en tu mente no te deja disfrutar el momento? — besó mi cabeza.

— Esto que estamos haciendo, ¿es correcto? La gente no acepta estas conductas —

— No lo acepta suga, pero me encargare de que las acepten. ¿Sabes porque hemos ganado todas las batallas? Mis caballeros son parejas y luchan con mas pasión y con todo su poder. Se complementan en batalla, todo por proteger a su compañero. Son las personas mas leales que puedo conocer y solo aman una vez. Pude entenderlos y a la vez comprendí el amor que profesan. Suga un soldado entrega su corazón solo a una persona y si tu aceptas mi corazón seremos uno. Buscare tu felicidad y moriré por ti. ¿Aceptarías el corazón de este soldado? —

Lo abrace fuertemente, ¿qué hacer? Solo quería estar con él y seguir oliendo su piel.

— No se que siento por ti, aun no lo se — siguió acariciándome.

— No te preocupes, tu cuerpo habla por ti, te enamorare si es necesario —

El tiempo paso rápido.

En menos de lo pensado estábamos de vuelta en el palacio. Antes de salir del oscuro pasillo, Park me dio un último beso y me dejo ir.

Namjoon entro tiempo después, cansado por el día se acostó sin mirarme.

— ¿Te encuentras mejor? — recordé mi excusa y afirme — es bueno saberlo, te traje un recuerdo esta en el bolso, no tengo fuerzas para levantarme — gustoso se acomodo en su cama y cayó en sus sueños.