Copa de vi
Mis ojos no podían creer lo que veían, Jimin era un verdadero guerrero. Su mandíbula dura y su mirada penetrante hizo estragos en mi. No debería sentirme tan orgulloso por sus palabras, pero era inevitable.
— Llévame contigo — su figura se volvió mas dura.
— No, y eso no se discute — me enfrente al aire autoritario que emanaba.
— ¿Por qué? Llévame como un sirviente y si he de morir, así será —
— Tu no vas a morir, vas a vivir una larga y hermosa vida conmigo o sin mí — me abrazó con dureza — aunque hare todo lo posible para que sea conmigo —
— No puedo dejarte ir conociendo el peligro que enfrentaras — estaba hablando desesperado de no poder evitar su ida.
— En batalla yo voy con la intención de dirigir a mis hombres y luchar con ellos hasta que ya no podamos mas, con mis estrategias hemos salido triunfantes, pero esta vez es diferente. Se que si es necesario luchar, enfrentare a todo aquel ser que nos ataque. Si tu estas, mi propósito será otro —
— Tu dijiste... que tus soldados luchaban y ganaban porque protegían a su pareja —
— Hablamos de gladiadores, son hombres que desde su infancia han ganado batallas, por eso los escogí —
— Me pides vivir sin ti, pero moriré en cuanto sepa que has sido herido, que vida llevaría si no te puedo acompañar en la que tal vez sea tu batalla mas importante y letal —
— Vive por mí —
— Moriré de todas formas — abrace mas a Jimin y el acuno mi rostro. Nos besamos intensamente, hasta que nuestros cuerpos pidieron más.
Jimin cerro su habitación y se posó sobre mí.
— Déjame amarte una vez más... —
Y después me enseño, la forma en que podía amarme. Toco puntos sensibles con sus dedos y lengua.
Me hizo suspirar y jadear. Emití sonidos que no sabia que podía, en un vaivén lento y profundo, profanó mi cuerpo con mi permiso. Ceñí mis manos a la cama, por la fuerza en que me mecía, mordí mis labios para no emitir gritos de placer. No se comparaba con aquel estanque, esto fue en mi experiencia la mejor sensación nunca antes dada.
No sabia que podía meter su virilidad en mi y tampoco sabia lo delicioso que se sentía. Durante el acto me quedaba a veces sobre mi estomago a merced de todas las acciones posibles de Jimin, después el buscaba besarme y regresaba a recostarme sobre mi espalda. Mi cuerpo se acomodaba a las diferentes posiciones en que nos encontrábamos, me sentía poseído por un animal porque no había palabras, solo besos y mordidas.
Estaba exhausto, parecía como si todo a mi alrededor desapareciera y viviera en el cielo. Dos veces me llevó a mi limite en donde sentí como una corriente recorría mi cuerpo y expulsaba algún liquido de mi. También sentía la tensión en el cuerpo de Jimin quien depositó su esencia en mí.
Para el final de la velada, cayó sobre mí. Ambos respirábamos acelerados, la cama seguía húmeda y viscosa en el piso. Mi mente poco a poco salía del éxtasi que había vivido mientras abrazaba tan fuerte a Jimin. El se acomodó entre mi cuello y respiro profundo. Lamió mi cuello y caímos dormidos.
Era de mañana, además de despertar con Jimin, un dolor persistía en mis caderas, él fue delicado y me limpió con un trapo mojado.
— Hablare con el señor Tsubasa que quedaste en una posada, y al no haber cabalgado antes estarás descansando —
— No me preocupa eso, Jimin... — pedí que no se fuera — quédate — me abrazó y nos fundimos en un beso de nuevo.
— Debo hablar con el señor Tsubasa para que no se preocupe, entablar estrategias con mis soldados y preparar todo para que nos puedas acompañar —
Me tomó desprevenido la última noticia.
— Eso significa... —
— Que la guerra la ganaremos cueste lo que me cueste — se levantó y se fue a cumplir con sus deberes.
Confió en ti Jimin.
Cuando me sentí mejor, salí de la habitación de Jimin y camine a la cocina.
Apoye a mis compañeros mientras me preguntaban como fue el viaje, recordé el paisaje cuando fui cabalgando con Jimin al bosque, comente que ni yo sabia que tipo de mercancía fui a recibir solo me pidieron ir a recogerla.
Después de terminar de cocinar, cenamos todos juntos a espera de la entrega de nuestro trabajo para la realeza.
— Otra vez tendremos un banquete y habrá militares y soldados, es una reunión importante — el señor Tsubasa comenzó a leer las actividades de cada uno.
Esta vez atendería y serviría, la comida y postres. La otra cocina estaba preparando sus propios platillos y ayudaríamos con todo lo que se necesitara.
En cuanto nos dieron permiso de servir, prepare una charola y entregue a cada soldado que podía.
Teníamos muchos invitados en la cena, personas con aspecto importante, que al igual que el rey y su hijo vestían para la ocasión. Pude notar la posición de Jimin y como conversaba con sus allegados, me sentí orgulloso de poder verlo de vuelta. Impresionaba con su porte y sus palabras exactas.
— Desea mas caviar príncipe — pregunte y el giró a mirarme, con una sonrisa asintió.
— Si por favor, gracias suga —
Volvimos a nuestro papel y la noche paso rápida.
Vi a lo lejos a Dahyun y Kalani. Una amenizando el momento, externando buenos deseos y platicando acerca del progreso militar que tenia el reino, por otro lado, Kalani no disimulaba lo abatida y triste que se sentía. Ella por momentos miraba a Jimin y después despegaba su atención volviendo a alguna conversación.
El tañido de una copa siendo tocada por un metal, provocó que todo mundo guardara silencio. El rey Gavin se levantaba para pedir la palabra.
— Muchas gracias por venir, señoras y señores. El motivo de nuestra reunión es por el surgimiento de nuestro reino victorioso. El día de mañana el imperio Jeon y Park iniciaran un trato diplomático, deseo éxito y que los dioses te protejan mi querido hijo. No será un camino fácil, pero no estarás solo — levantó su copa y todos copiaron su acción — el viento esta a nuestro favor y mañana el reinado Park será recordado por miles de años —
Todos tomaron y contrario a la alegría de muchos Kalani se acercó al príncipe. Ella desapareció de la reunión, me pareció extraño pero no pude ver mas porque debía servir a los invitados.
Estuve en todo momento alerta, en cuanto tuve descanso mire a los presentes en busca de Jimin.
El no estaba.
Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro