Convidats
Me quedo despierto dentro de mi carpa, yo solo, sin el abrazo y beso de buenas noches de Rose o las pláticas de Taehyung; Sé que nos conocemos muy poco, pero han sido unos ángeles en mi camino que no sé qué hice en otra vida para merecerlos. Estas noches me cuesta dormir porque me atacan las preguntas: ¿Quién era? ¿tengo más familia? ¿Qué hacía en medio de un rio? ¿Por qué Rose me protege tanto?
Examinando mi situación, Rose siempre me ha dicho que me ve como su hermano y que no podría con su consciencia si me hubiera dejado en el rio tirado...
Oigo pasos acercándose... interrumpe mis pensamientos, poniéndome en alerta, como si supiera que vienen hacia a mí, me quedo quieto.
Mi corazón late rápido cuando veo una sombra asomarse por la carpa, la luz de las antorchas figura un porte elegante y una espada de acompañamiento: Park.
¿Por qué está parado afuera? Se queda un tiempo sin hacer nada y se retira. Mi corazón late de nerviosismo, si antes me parecía extraño, ahora más.
Mis ojos pesan, pero no pueden caer a descansar. Pronto la luz del sol sale y es momento para levantarme. Soy uno de los primeros en comenzar a acomodar una de las ollas para desayunar.
— Buenos días joven suga ¿necesita ayuda? — uno de los soldados se acerca a ayudarme, muy pronto se unen mis colegas y entre todos desayunamos.
— Gracias por su ayuda — hago reverencia.
— No se preocupe, por órdenes del General Park debemos ayudarlo — me sorprende lo dicho.
— Muchas gracias — regreso con mis compañeros.
Volvemos en nuestra ruta pasamos por campos verdes y un rio para refrescarnos, de un momento a otro el soldado en guardia cambia de posición y ahora nos acompaña el General Park. Me siento observado por un instante y quiero pensar que solo son nervios o mi imaginación.
El frio empieza a desaparecer, dejamos de usar abrigos y nos quedamos con pantalones y camisas ligeras. Como ya es más de medio día volvemos a la rutina de la comida y es momento de recoger madera.
El señor Tsubasa pide permiso para que yo y otros compañeros recojamos lo necesario para la fogata.
— Los acompañare no se preocupe, Seokjin quedas como segundo al mando — Park le da órdenes a un soldado rubio y que como él cuenta con una postura intimidatoria — muy bien, hay que regresar lo más pronto posible, las nubes se acercan —
Nos alejamos del campamento, acercándonos a los árboles y arbustos, comienzo a buscar ramas o troncos que pueda cargar.
— Dame lo que llevas, los pondré sobre el caballo — miro en dirección de Park y se lo entrego, noto que mis compañeros se han alejado de nosotros — sigamos, te ayudare — vuelve a decir Park y comienza a recoger también.
Evito tener contacto y sigo con mi tarea encomendada.
— ¿Es la primera vez que sales de ese pueblo? — pregunto el General. Alzo la mirada, inseguro respondo.
— Así es señor — decido que entre menos me relacione con él será lo más conveniente.
— Supongo que no habías escuchado hablar de mi reino o de mi —
— Es correcto señor — con las ramas recogidas vuelvo al caballo.
— Deja ayudarte Yoon... — lo miro — suga, disculpa —
— No tiene que disculparse señor — comienza a amarrar el material. Miro a nuestro alrededor y sigo observando que ya nos hemos alejado significativamente, es momento de regresar.
— Quiero disculparme por la otra noche, cuando nos encontrábamos en la panadería — me quedo incomodo por lo dicho.
— Insisto en que no hay nada que disculpar su majestad, el pasado es eso y ya — con una sonrisa de lado termina de anudar la carga.
— Me pareces una buena persona, y no debí exaltarme, agradezco que lo tomes de esa manera — me mira y yo asiento mirando al piso incomodo — creo que puedo confiar en ti, por favor llámame Jimin — asiento.
— Como desee señor — veo su rostro que no le ha gustado mi respuesta.
— Solo si estás de acuerdo, me parece que tenemos la misma edad y me siento muy viejo si tú también me llamas así — ríe de sus propias palabras y solo atino a asentir — me gusta que mis allegados me llamen Jimin y creo que puedo permitir que me llames de esa forma. No tomes en cuenta el rango —
— No es por contradecirlo... Jimin... — es raro pronunciar su nombre — ¿no será raro que yo lo llame de esa forma para todos los en el campamento? —
— Bueno, puedes llamarme así cuando volvamos a hablar. Tal vez confio muy rápido, pero algo me dice que podremos ser amigos — nunca pensé que un personaje como lo es el General Park pudiera parecerse a Taehyung. Algo de esta platica me hace sentir cómodo o tal vez es lo vulnerable que Jimin parece ahora.
— ¿Esto es de verdad? — pregunto asombrado.
— Claro, si tú también quieres ser mi amigo. Es un nuevo reino para ti y tus compañeros, y quiero que puedan apoyarse en mí. Ustedes son mis invitados y veo el potencial para que puedas guiarlos — no me parece descabellado su plan y es de mucha ayuda que Park se preocupe por nosotros.
— Lo entiendo, me parece bien en ese caso — él alza su mano y la estrecho con la mía.
— Gracias suga — sonríe, da la vuelta para regresar.
Esa sonrisa me parece sincera y antes de dar un paso, mi cabeza empieza a doler.
— ¿Suga sucede algo? — me encuentro parado con los ojos cerrados y lo escucho acercarse.
— Si, solo mi cabeza — respiro y vuelvo a abrir mis ojos, los adapto a la luz, ha parado por fin el dolor — solo fue un pequeño mareo.
Park da la impresión de haber visto un fantasma, ha bajado la guardia, se da cuenta y vuelve a su posición firme en unos segundos.
— Muy bien, regresemos entonces — lo sigo unos pasos atrás. De vez en cuando verifica si sigo su paso.
Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro