— Aléjense, ¡corre Jimin! — abro mis ojos en sorpresa, los he encontrado.

Desde lo lejos veo a un hombre corpulento alejar a varios lobos con ayuda de una brillante espada, mientras otro hombre más joven se va alejando del primero, viene hacia mi dirección. ¿Quién fue el que pronuncio el nombre de Luka?

Aun con una batalla entre lobos y hombre, el frio no da descanso. Desde las alturas empiezan a descender pequeños copos, diminutos como una hoja, pero certeros y fríos como una aguja.

El joven de cabello negro se acerca hacia a mí, la desesperación inunda su rostro y las lágrimas empañan su vista que lo hacen tropezar.

Por otro lado, el hombre más grande balancea su arma en contra de una manada que lo ha rodeado.

Soy consciente que los antiguos pueden transformarse en cualquier ser. Así que no puedo actuar a menos que de una orden se trate.

— ¡Por favor! — el joven llama mi atención — ayuda a mi padre, ¿tú eres Luka? —

Ahora lo veo. Así que fueron ustedes.

— Quédate aquí — ordeno, mientras me dirijo hacia el lugar de la pelea.

— ¡Te mataran si no llevas nada contigo! — grita de nuevo aquel chico.

Busco la marca que se encuentra entre la llanura, si no lo encuentro los copos lo sepultaran y eso significara que el hombre morirá.

— ¡Luka! — gritan en batalla.

Maldición donde esta.

Me inclino hacia el pasto, pasando mis manos por algún lugar conocido, así es como logro dar con la marca. Si los lobos son pertenecientes a este bosque quiere decir, que también tienen este símbolo.

Lo presiono y es por fin que cesan los gruñidos de la manada, más sin embargo no los gruñidos sonoros del que con ellos batallaba.

Le han mordido y no solamente ellos han atacado, la espada esta manchada con sangre.

Recojo el símbolo y me dirijo hacia el pobre hombre.

— Es suficiente, aléjense de aquí — el hombre se extraña y levanta su espada contra mi — no hablaba con usted señor —

Él mira a su alrededor. El lobo guía de la manada, sale y me confronta.

— ¿Acaso vas a defender a los que cazan a nuestra raza? — entiendo lo que quiere decir.

— No estoy en contra de ninguno de ustedes, pero ellos nos han llamado — trato de relajarme. Muy pocas veces he levantado la voz.

— Por culpa de ustedes, antiguos con el alma oscura han hecho el mal sobre cualquier ser, ¿Por qué tuvo tu guía, que prestar servicio a cualquiera que se haga llamar antiguo? —

— Yo no escojo a quien ayudar, solo sigo las leyes de mis ancestros y mientras siga en mi sangre ayudar a mis amos, así lo hare —

— Sois hombre testarudo — el lobo mostró sus colmillos, aunque me encontraba asustado, no lo demostré, ante todo seguiría sereno— dejare a este hombre a tu custodia, pero si se acerca a nuestro hogar no dudare en matarlo —

Aulló hacia su manada, pronto todos los lobos se encontraban entrando al bosque, mientras nos dirigían una mirada.

— Entonces es cierto lo que dicen sobre ti — aquel hombre cae al suelo cansado.

— Usted ha gritado el nombre de mi tía — tal vez sea una mala idea, pero en tanto estemos aquí en la noche, ellos correrán peligro.

— Entonces aún hay descendientes con el mismo poder que Luka, que magnífica noticia — sonríe sosteniéndose de su espada.

Le ayudo a pararse; aunque me vea delgado poseo un poco de fuerza. Agradezco que el hombre pueda caminar aún.

— Necesito curar sus heridas, caminemos —

El hombre sigue mis instrucciones, en unos segundos "su hijo" llega para ayudar.

— Muchas gracias — susurra y me agradece con una mirada.

Al entrar a mi casa, me sorprende ver que ya se ha levantado y mira congelada nuestra llegada.

— Luka — menciona el señor, con los ojos abiertos.

— ¿Qué fue lo que te sucedió? — pregunta ella, dirigiéndolo hacia la cama para que descanse.

— Los lobos los atraparon, los siguieron hasta acá. Lo han mordido — por fin hablo.

— Entiendo — busca algunas hiervas de nuestro estante y como siempre le ayudo a curar.

Mientras estamos en nuestra labor el hombre comienza a hablar con mi tía.

— He venido por orden de mi hermano, se encuentra a nada de morir y quiere que tú misma seas quien este con él en sus últimos días, dice que su muerte es inevitable. Necesita que su alma no sea robada, sino que se extinga sola — él toma de repente la mano de Luka, mirándola fijamente dice — nunca se perdonará por el futuro que te tocó, pero eso significa que tu estarás liberada, podrán regresar tú y tu sobrino, los necesitamos —

Miro a mi tía, la cual no ha dicho nada. Pero sus ojos tampoco dicen mucho. Nunca la había visto así, me aterra pensar que fue lo que sucedió hace tiempo, porque no entiendo la reacción de mi tía al escuchar que podemos regresar.

¿Regresar a dónde?

¿De qué se liberará?

El aire se siente pesado dentro de esta casa, así que solo murmuro que conseguiré más agua para curar las heridas.

De reojo veo al hijo sentado en el piso apoyando su espalda contra la pared de roca, se ve cansado y al igual que su padre está batallando por no dormirse.

Salgo a la oscuridad de la noche, huyendo de este encuentro que no parece ser deseado por ella.

Camino con dificultad por el prado, ya que la nieve al fin ha cubierto con rapidez el mismo.

El arroyo se escucha muy cerca de mí. El frio aumenta y el ruido del correr del agua también. Frente de mi aparece un bello reflejo de la luna que se deforma a causa de la corriente. Brillan como estrellas, pequeños cristales azules generadas por el mineral que traía estas aguas. La nieve arropa las orillas de este bello paisaje. Todo está en su lugar y me parece que yo soy el único que amenaza la quietud del ambiente.

— Tú — una voz ajena suena a mis espaldas.

Giro alertado por la persona que me siguió.

— Pensé que estabas descansando — me dirijo a él.