Giro alertado por la persona que me siguió.

— Pensé que estabas descansando — me dirijo a él.

— Lo hacía, pero te vi salir, así que te seguí... ¿Es agua para mi padre?¿cierto? —

— Si — muestro el pequeño articulo hecho a base de la cascara de una calabaza — no deberías estar aquí, está nevando; necesitas estar adentro cerca de la chimenea — con cuidado me inclino para conseguir agua.

— No podía descansar, esto es lo menos que puedo hacer para ayudar — toma el jarrón lleno — mi padre y tu enfrentaron a una manada de lobos, mientras yo solo miraba —

— Sabes... — camine de regreso junto a él por el prado — eres aún muy joven, tu padre es un hombre experimentado y yo he vivido toda mi vida aquí. Estoy acostumbrado a lidiar casi con cualquier criatura salvaje — tome mi vestimenta que me ayuda a taparme del frio y lo pegue más a mí.

— Es increíble, pareces tener la misma edad que yo, pero eres más valiente — me miraba con asombro.

Sus ojos brillaban con la luz de nuestra parte. Era la primera interacción con otra persona de mi edad y sin temor.

Siempre veía las caras asustadas de algunos aldeanos, los cuales visitábamos para extraer demonios o alguna maldición, enfermedades o solo terminar el dolor de una muerte.

Jimin parecía diferente.

— Tuve que volverme valiente, este lugar no permite estar con la guardia baja, no hay elección — recordé la marca que un antiguo me hizo, aquel ser se había convertido en un chacal.

— Entiendo —

El chico seguía mirándome.

De repente paró y miró hacia el cielo, repetí su acción para poder ver que atraía su vista hacia arriba, lo volví a mirar y chocamos miradas tomándome de sorpresa. Sus ojos eran cafés oscuros.

— Tu piel es semejante a la nieve —

— Es bueno saber eso — reí.

Por ser luna llena y estar en tierra sagrada, pude observar algo muy peculiar, él aún mantenía su alma resguardada por un ángel.

Luka me había instruido en el tema: los ángeles eran seres que fueron dados para el resguardo de las almas de los mortales. En cuanto descubrieran la maldad verdadera (y no solo de la naturaleza) entonces sus guardianes desaparecerían. Era más común verlos en niños que en hombres.

Lo extraño es que Jimin solamente había perdido a uno.

— ¿Cómo te llamas? — Pregunta.

— Yoongi... — intento no hablar a la defensiva, no estoy acostumbrado a interactuar.

— Mucho gusto, mi nomre es Jimin de la familia Park — hace reverencia de 90 grados y lo imito asombrado del gesto. Supongo que la familia Park saluda así, retomamos nuestro caminar — Debo volver a agradecerte, por recibirnos en tu hogar, ayudar a mi padre y salvarnos de una muerte para nada grata — Veo sus manos ceñirse fuerte hacía en jarro.

— Ese es nuestro trabajo, además no podía dejar que gente inocente muriera — aunque fue más suerte el haber podido interceder. Los lobos no debían de encontrarse con ellos, es debido a que tienen un compañero herido que se quedaron por estos rumbos.

— Aun así, fue impresionante el verte enfrentarlos. Estaré siempre agradecido contigo y tu tía — miro de nuevo a Jimin, aun con la nieve cayendo puedo apreciar su amable mirada — al regresar al pueblo ten por seguro que te escoltare por los lugares más bellos y más ricos de historia. Podre presentarte a un par de amigos míos y por supuesto que no puede faltar la comida de Miki. En los bailes del Palacio siempre recibe elogios y más de uno requiere sus servicios, pediré que te cocine uno de mis platillos favoritos — ver hablar de eventos y amigos a Park me dio una nueva perspectiva, ¿acaso podría conocer a más personas tan amables como él? El Palacio era aquel castillo inmenso que solo podía observar a lo lejos cuando pisábamos el pueblo. Por fin conocería más allá del borde del pueblo.

Al llegar, Luka nos ofrece una bebida de hiervas, me dirige una mirada reprobatoria y no entiendo el porqué. En el transcurso de la noche nos dedicamos a velar por el hombre, además le he preparado un pequeño lugar cómodo para dormir a Jimin.

A veces miro de reojo si se encuentra dormido, así parece estar.

Luka descansa en una silla a lado de la cama.

 Me relajo mirando las llamas del fuego danzar a través de los troncos que se han puesto.

El crujir hace más cómodo el momento. Apenas un pequeño remolino de fuego se puede ver en medio de la fogata, observo que hace que se produzca aquello, me doy la oportunidad de mirarlo por más tiempo. Aquello parece crecer al igual que las ráfagas de viento que empiezan a colarse. Algo está mal.

¿Qué es esto?

¿Es una premonición?

Dejo mis sentidos en alerta, usualmente esto no conduce a buenos tiempos. La última vez que percibí uno: mis padres murieron.

De repente, el fuego consume toda la cabaña, el viento es más rápido, los torbellinos se alzan a metros de la superficie. Miro a mí alrededor, solo me encuentro yo en este asfixiante lugar.

— ¿Qué es lo que quieres decirme? — imploro conocer la respuesta.

Y así se hace.

Frente a mí se levanta una gran cruz de madera gruesa, pero ¿qué significa?

Entre las llamas se escuchan murmullos y luego gritos ensordecedores, pero poco entendibles. La cruz es el único objeto que está intacto, de repente aparece un gran símbolo debajo de mí, en la tierra negra. 

"El símbolo del rey".

Suenan ecos de campanas. "Arrepiéntete, arrepiéntete, arrepiéntete"

No puedo respirar, es un calor que quema en mis pulmones con cada respiro, el aire es pesado.

Bastó sólo un segundo para que todo se controlara. Cuando estoy casi seguro que acabó, pequeñas plumas empiezan a cubrir el lugar. Me arrodillo para poder respirar mejor, las llamas ya han desaparecido.

Elevo la mirada y una luz obstruye mi intención de ver que ha liberado este lugar. Intento tomar alguna pluma de los miles que caen hacia el suelo. ¿Qué significa?