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Capítulo 3

Regresaron a la ciudad cargando ahora también con un saco desgastado al que se le veían varias manchas oscuras, era la sangre que goteaba de la cabeza corta de la bruja que acababan de matar. Dejaron el cuerpo simplemente tirado en el bosque y oculto bajo unas ramas y hojas sin tiempo para quemarlo y deshacerse de él. Luego ya le dirían al alcalde dónde se encontraba para que lo quemaran ellos mismos junto a la cabeza.

Revisaron de camino también algunos otros puntos del mapa pero no había nada más. Seguramente solo había una bruja rondando por la zona. Ahora por suerte los ciudadanos no tendrían que preocuparse de nada más.

Casi llegando a la entrada vieron llegar por el fondo a Harrold y los Sesame siendo que estos dos últimos los saludaron con energías y bastante felices. Tet sabía que eso solo podía significar una cosa: ellos había atrapado otra bruja. Hocus y Pocus solían quedarse bastante satisfechos y felices cuando llevaban a cabo una caza exitosa, y quizá Usher no lo supiera, pero él había convivido lo suficiente con esos dos como para saberlo.

—¿Cómo os ha ido todo? —preguntó Harrold una vez se reunieron.

—Ya hemos terminado con el problema, aquí está la bruja —Usher alzó el saco—. Estaba escondida por el bosque cercano a los cultivos del este.

—Pues creo que había dos y no una, porque nosotros hemos atrapado otra —Harrold también alzó un saco donde dio a entender que estaba la cabeza de la bruja que su equipo atrapó.

Tet estaba en lo cierto, ellos también habían cazado otra bruja. Y era muy raro que en una ciudad como Yantra en la que hacía décadas que no había brujas de repente encontraran dos.

—Hemos mirado en el resto de puntos del mapa que nos tocaban y no hemos encontrado ninguna más.

—Nosotros tampoco, supongo que eran estas dos las que estaban dando problemas —sentenció el de pelo negro—. Aunque esta mencionó algo que me inquieta.

Todos, incluido Aqua miraron al chico que alzó la vista de su saco para mirar al pelirrojo mayor.

—Antes de morir, dijo algo así como que no podríamos impedir que la luna se nos echara encima o que la luna siempre estaría sobre nosotros, no sé si tú tienes idea de a lo que se refería.

Harrold se lo pensó un poco tratando de buscar en sus recuerdos algo que alguna bruja pudiera decirle alguna vez o algo que hubiera escuchado en algún pueblo. Lamentablemente no logró recordar nada parecido.

—Lo siento, pero no tengo ni idea —Usher asintió algo decepcionado—. A veces las brujas tan solo hablan incoherencias para tratar de dar miedo y que no las maten. Aun así podrás preguntarle al resto cuando nos reunamos todos en el gremio.

—No se yo...

Harrold no pudo evitar reír. Entendía la situación de Usher y que no era precisamente de los que mejor relación tenía con los demás. Le costaba expresarse y cuando lo hacía no era de la mejor forma, por ello muchos no lo tenían demasiado en cuenta. Él era de los poco que tenía una relación cordial con el menor porque era capaz de entenderlo hasta cierto punto. Le recordaba un poco a él mismo en sus inicios y quería ayudarlo en lo que pudiera a que se integrara mejor, suponía que también era un poco el instinto protector de los más veteranos hacia los más jóvenes.

—Tienes que aprender que no te van a comer.

—¡Eso mismo le digo yo siempre! —dijo Tet— Pero es más cabezota que una mula.

Usher miró a Tet con el ceño fruncido disconforme con sus palabras, pero este solo se encogió de hombros.

—Es la verdad.

—Venga, venga, no discutáis. Vayamos a entregarle esto al alcalde y dar por finalizado este trabajo imprevisto.

Todos fueron juntos hasta la alcaldía donde aquel hombre, aún sudoroso, los esperaba como agua de mayo. Parece que lo de sudar tanto no era por lo nervios, sino que ya era arte de él. El pobre quedó espantado al igual que el concejal de ver ambas cabezas de bruja sobre su escritorio, estuvo a punto incluso de vomitar aquello que había comido.

—Al final sí que había brujas...

—Sí, y le recomendaría contratar lo antes posible a algún otro cazador para que haga una ronda por la zona —explicó Harrold—. Nosotros hemos revisado y solo hemos encontrado a estas dos brujas de rango C, pero no descarto que pueda haber alguna más escondida.

—¿No podríais quedaros un par de días para aseguraros? —preguntó en esta ocasión el concejal.

—Lo siento, pero tenemos otros compromisos. Dudo que haya más pero por si acaso advierta a los ciudadanos que vayan con cuidado, sobre todo en la noche.

—Muchas gracias por todo, por favor aceptad esto como pago por vuestros servicios.

El alcalde le hizo una señal al otro hombre que dejó sobre el escritorio dos bolsas de tela marrón que al tocarlo produjeron un ruido metálico. Usher y Harrold tomaron cada uno una bolsa viendo que en su interior había bastantes monedas de plata y hasta varias de oro. Le resultó sorprendente pues solo cobraban monedas de oro cuando se trataba de una bruja rango A o superior. Aquellas no habían sido un verdadero problema.

—¡Muchas gracias señor alcalde! —agradecieron los dos cazadores al mismo tiempo. Los tres ayudantes lo hicieron también al ver la recompensa.

A Tet le brillaron los ojos solo de pensar lo bien que andarían de dinero ese mes. Incluso podrían permitirse algún lujo o comprar más equipamiento o comer más días fuera del bosque como personas normales.

Salieron de la alcaldía bastante satisfechos guardando bien el dinero, pues lo último que necesitaban es que algún bandido de los caminos los atracara. Ya era pasada media tarde, por lo que contaban con tan solo algunas horas para llegar al siguiente pueblo y buscar un sitio donde dormir. No querían pasar la noche en Yantra pues aún estaban a día y medio de camino a la sede y querían aprovechar el tiempo lo máximo posible.

—Dos pueblos más allá hay una posada bastante barata, Enver la recomendó la última vez que lo vimos —dijo Aqua mirando el mapa.

—¿Habéis hablado con él? —preguntó Hocus sorprendido— Nosotros hace meses que no lo vemos.

—¡Desde la última reunión del gremio! —dijo Pocus y su hermano asintió.

—Y eso que estamos deseando de encontrarnos con Zaphod —rieron ambos dándole mala espina Tet.

—Dejad al pobre tranquilo, siempre lo andáis molestando, algún día os va mandar a la mierda —advirtió Houdini pero ninguno de los menores hicieron caso.

El pelirrojo suspiró y negó con la cabeza por la actitud de sus ayudantes. Aqua mentalmente rezó por la salud mental del pobre Riker.









La noche cayó y lograron llegar al siguiente pueblo justo a tiempo. Decidieron aprovechar y hospedarse en la única posada del lugar al no contar con demasiado tiempo como para buscar un sitio acorde para dormir. Además los Sesame y Aqua no dejaron de insistir en dormir por una vez en una cama y no acampando en medio del bosque.

Una vez el dueño les dio las llaves de dos habitaciones se retiraron a dormir. Nada más llegar a la habitación que Usher y Tet compartirían este último se lanzó a una de las dos camas individuales que había. Usher no evitó sonreír un poco por la acción tan infantil de su compañero.

—No sabes tú bien lo que yo echaba de menos un colchón.

—Eres un exagerado. Hace un par de días también estuvimos en una posada.

—Pero este colchón es de mejor calidad —aseguró no dejando que su amigo pudiera contradecirlo.

—Bueno lo que tu digas experto en colchones —negó con la cabeza—. Iré a los baños, ¿te vienes?

—Sí, estoy deseando de deshacerme de este olor a sangre putrefacta de bruja —sacó la lengua asqueado.

Aquel hostal contaba con dos baños —uno para hombres y otro para mujeres— disponibles para aquellos que se hospedaran allí. Parecían ser una especie de termas y eso hizo que los ojos de Tet brillaran. Por fin podría bañarse con agua caliente y no arriesgarse a coger una hipotermia.

Ambos se metieron directamente al agua, solo había dos hombres más allí, un adulto joven y un anciano, así que el ambiente era bastante tranquilo. Podían escuchar el agradable sonido del agua fluir, y el vapor caliente que se generaba en el interior le daba el toque perfecto a ese lugar. Era esa clase de momento de completa paz mental que Usher apreciaba.

—¡No vale empujar!

Y ahí se quedaba su momento de paz mental.

Después de ese grito que no era ni de lejos el agradable sonido del viento que se colaba por la ventana abierta del baño, la puerta se abrió y dos figuras entraron a empujones y se lanzaron al agua salpicando a todas partes.

—¡Gané! —reclamó su victoria Hocus ante el ceño fruncido de su hermano.

—Hemos llegado a la vez.

—Que mal perder tienes, Pocus.

Ante tanto escándalo el hombre más joven bufó saliendo del agua y marchándose del baño. El anciano se limitó a reír por las energías de los dos menores a pesar de la hora que era. Usher solo podía pensar si cabrían por la ventana para lanzarlos por ella... «No serviría de nada, volverían».

—Chicos comportaos ¿sí? —los regañó Harrold cuando entró también viendo el espectáculo que estaban creando.

—Si —dijeron a la vez alargando la i final.

Usher suspiró, al final su momento de tranquilidad se había visto arruinado. Encima ni a Harrold ni a Tet les parecía importar mucho el ruido que hicieran los dos hermanos. Imaginaba que el mayor ya estaba acostumbrado, pero Tet era demasiado animado también. Los trataba como si fueran sus hijos casi, lo que resultaba cómico a veces, pero otras era un verdadero dolor de muelas.

Salió del agua sentándose en un pequeño banco de madera donde había una pequeña palangana con una pastilla de jabón y una toalla en su interior. Llenó el recipiente con el agua caliente y comenzó a enjabonarse perdiéndose en sus pensamientos ignorando a los otros presentes. Tan solo al sentir dolor en su clavícula volvió a la realidad.

Fue justo al pasar la pastilla de jabón por esa zona, pensó que la bruja le había hecho alguna herida que no notó, pero no tenía nada. Aunque nada era un decir, ahí era donde tenía aquella marca que a día de hoy no había logrado saber de donde había salido. Parecía un tatuaje, como esos que a veces se les hacía a los criminales para identificarlos, pero él bien sabía que eso estaba marcado en su piel desde el día de su nacimiento. Tenía una forma similar a la de un ojo un tanto extravagante, no parecía ser un ojo humano exactamente.

Desde pequeño le extrañó tener esta marca, casi nadie de las personas que conoció de niño tenía nada parecido a excepción de un par de niños con los que él y Tet convivieron de pequeños. Pero ahora esos niños estaban muertos. No volvió a encontrar a nadie con nada parecido hasta que entró al gremio de cazadores de brujas, donde algunos cazadores que podía contar con los dedos de sus manos las tenían.

Se enteró por ellos también de que un gran número de caballeros de la guardia real y de valkyrias tenían símbolos así también. Al parecer se decía que las personas que poseían estas marcas eran superiores físicamente, tenían mayor fuerza, resistencia, velocidad, y una especie de sexto sentido que les permitía acabar mejor y más eficientemente con las brujas. Aunque para Usher todo eso eran solo rumores, pues conocía a cazadores de brujas muy capaces e incluso mejores que él que no poseían la marca.

Solo había llegado a ver dos tipos de marcas, una que era con la forma de un ojo como la suya, o otra que tenía el dibujo de un sol. Tal vez algún día lograría averiguar qué se suponía que eran esas cosas o qué función tenían para que pocas personas contaran con ellas.

—¿Te duele? —se sobresaltó por escuchar la voz de Houdini a su lado de repente.

—No... solo hay días que me molesta, como si... estuviera ardiendo.

Harrold miró la marca con una expresión preocupada. Luego miró a sus dos ayudantes que hablaban con Aqua.

—Pocus y Hocus también se quejan a veces —admitió—. Tratan de no hacerlo frente a mí para que no me preocupe, pero yo sé que sus marcas también les están molestando últimamente.

Usher miró a los gemelos. Ellos dos eran de las pocas personas que conocía con la misma marca que él, aquel extraño ojo. La única diferencia es que mientras que él tenía la marca en su clavícula izquierda, los gemelos las tenían justo en las costilla, Hocus en la lateral derecho y Pocus en el lateral izquierdo.

—Sigo investigando sobre ellas —dijo Usher ganándose de nuevo la mirada del pelirrojo—. Siempre que me encuentro con alguien con estas marcas le pregunto, trato de reunir información, pero no saco nunca nada en claro. No parece haber nada que una a esas personas, además que la mayoría de personas que las posean sean valkyrias y caballeros no ayuda porque no puedo preguntarles a ellos directamente —agachó la cabeza mirando el agua de la palangana que ya comenzaba a enfriarse.

—Sé que haces todo lo que puedes, nosotros también tratamos de investigar, también el resto de cazadores que las tienen. No te sientas mal por no lograr descubrir qué sucede con ellas, nosotros tenemos la misma carga que tú al no encontrar respuestas.

—Es patético, en veintiún años que tengo no he descubierto nada de nada. Ni siquiera el por qué hay dos tipos de marcas; la del ojo y la del sol.

Harrold no contestó, veía lo que le afectaba aquel tema a su compañero y no quería seguir por ahí. Una vez que el rato de baño terminó cada quien se fue a su habitación acordando que al día siguiente desayunarían a primera hora de la mañana y seguirían su camino.

Usher no le comentó nada a Tet sobre su conversación con Harrold ya que no quería molestarlo más con aquel tema. Tet no contaba con ninguna de las marcas, no tenía por qué preocuparse por algo que no le afectaba, Usher no tenía el derecho a envolverlo en todo aquello. Cuando apagaron la vela que daba luz a la habitación y todo se quedó a oscuras no tuvo tiempo de darle más vueltas al asunto antes de quedar profundamente dormido.

Lo que lo despertó a la mañana siguiente fueron los rayos de sol que se colaban por la ventana. Apenas estaba amaneciendo así que iban bien de tiempo para la hora en la que habían quedado con los otros en el comedor de la posada. Tet seguía durmiendo con la sábana tapándole hasta la cabeza. Lo dejó seguir durmiendo en lo que él se cambiaba y se aseaba un poco.

—Tet, vamos, despierta —lo llamó la primera vez sin obtener ninguna respuesta—. Tet se nos va a hacer tarde —dijo esta vez moviendo levemente el cuerpo del contrario.

Esta vez la respuesta que recibió fue al pelirrojo, aún sin poder verle la cara por las sábanas, dándose media vuelta para darle la espalda. Y ahí estaba lo que Sena más temía. Cada vez que se quedaban en algún sitio a dormir a Tet se le pegaban las sábanas y no había manera de ponerlo en marcha.

Normalmente solo esperaba a que él quisiera levantarse, pero aquel día llevaban prisa y no podía ir al ritmo de su compañero. Tet lo mataría después de eso, pero no tenía ninguna opción más.

Usher sacó con cuidado la funda que cubría e colchón y tiró de ella de golpe teniendo así la fuerza necesaria para arrastrar también del cuerpo de su ayudante y que este cayera al suelo. Como había planeado Tet se levantó de golpe asustado quedando despierto y sentado en el suelo.

—Hasta que despiertas.

Se giró a mirar al cazador con sorpresa tratando de procesar lo que había pasado, pero Usher fue más rápido que su cerebro que recién comenzaba a funcionar.

—Te espero en el comedor, no tardes —se echó la mochila al hombro y salió de la habitación dejando a Aqua aún en el suelo.

—Sena, estamos aquí —le hizo una señal Harrold desde una de las mesas.

—¿Y Tet? —preguntó Pocus en cuanto se sentó.

—Ahora viene, se ha quedado dormido y se estaba preparando.

Como el cazador dijo el pelirrojo no tardó demasiado en aparecer por allí. Ya venía vestido y con sus cosas listas, aunque parecía algo enfadado, ni Harrold ni los Sesame sabían el por qué de esto y Usher prefirió no mencionar el asunto. Se había librado del mal genio de su amigo y no se la jugaría. Una vez desayunaron apropiadamente se marcharon de la posada entregándole las llaves de las habitaciones al dueño que se despidió de ellos agradeciéndoles su visita.

Quedaba más o menos un día de viaje hasta llegar a la sede del gremio, llegarían ya cayendo la noche y así no tendrían que hacer una nueva parada en una posada. No comenzarían la reunión de todas formas hasta un par de días después puesto que esperarían a que llegaran los cazadores que estuvieran más lejos y necesitaran más días de margen.

Había miles de cosas que Usher podría decir del viaje, pero que fue aburrido no era una de ellas, tampoco podría decir que fue tranquilo la verdad. Había pasado tanto tiempo desde que tuvo que hacer equipo con Houdini que ya no recordaba lo... entretenido, por decirlo de alguna manera, que era viajar con los Sesame. Si comer y estar en los baños ya fue memorable, caminar con ellos lo superaba.

—Es un águila —decía el mayor de los gemelos.

—Un halcón —negaba el otro.

—Águila.

—Halcón.

—Es un Gavilán —corrigió el de pelo negro harto de la discusión de esos dos.

Ambos lo miraron por unos segundos antes de mirarse entre ellos.

—¿Ves? Lo que yo te decía.

—¡Tú decías que era un Halcón!

Y ahora la discusión era sobre si había dicho que era un halcón o no. A Usher si que le hubiera gustado ser uno para salir volando de allí y no volver. Miró a Tet que parecía absorto mirando unos mapas y Harrold caminaba como si nada. ¿En serio era a él al único al que le molestaban? Solo quería un maldito minuto de silencio. Ya ni siquiera era capaz de escuchar sus propios pensamientos sin que las voces de los dos menores se escucharan también retumbando.

¿Y si cuando no miraran se separaba del grupo e iba por su cuenta hasta la sede? No, no podía dejar allí a Tet aunque supiera que con Harrold estaría bien. Pero claro, él no iba a querer separarse de aquel grupo. Por estas cosas era que odiaba las reuniones de cazadores de asistencia obligatoria.

Normalmente solo tenían una a final de año para hablar sobre todo lo que habían averiguado durante ese tiempo, hablar de nuevas zonas infectadas de brujas y ver si algún cazador había conseguido alguna estrella más. Lo común era que solo un cazador, dos con mucha suerte, por año lograran exterminar a alguna bruja de rango S. No solo es que fueran extremadamente fuertes y muchos cazadores perdieran la vida al enfrentarse a ellas, es que también eran difíciles de encontrar.

Ya hicieron la reunión correspondiente a finales de diciembre del año pasado, y ahora en abril, tan solo cuatro meses después, iban a tener que verse las caras de nuevo. Odiaba el trabajo de registro, era lo que menos le gustaba de ser cazador, por ello Tet le era muy útil en ese aspecto, a él le encantaba llevar todas las cuentas, registros de brujas, apunte de datos, creación de mapas y demás.

Pararon solamente dos veces ya que iban con el tiempo justo para llegar al anochecer. Una de las paradas fue a medio día para comer y la otra ya entrada la tarde para descansar un poco de los caminos de la montaña.

Obviamente la sede de cazadores no estaba en medio de los caminos principales a vista de todos. Llegaba un momento donde debías tomar un desvío de un camino secundario, caminar por casi un kilómetro por medio del bosque hasta llegar a la ladera de una montaña donde había una pequeña cascada. Era justo detrás de esta donde había una entrada a una cueva. Ahí dentro se encontraba bien escondido el gremio. Eran medidas para que los caballeros no dieran con aquel lugar, solo se podía encontrar si un miembro te llevaba. Encontrar la sede por cuenta propia era demasiado difícil y debías de tener mucha suerte para lograrlo.

De hecho podía ser que de todos los miembros que eran actualmente solo hubiera uno que llegó por sí mismo allí y casi lo mataron pensando que era un infiltrado del castillo enviado por el Rey Gian. Por suerte para esa persona todo se aclaró y lo aceptaron como miembro.

—Estuvimos aquí hace poco, pero siento que fue hace una eternidad —dijo Tet inspirando profundamente.

Aquel lugar básicamente olía a humedad y tierra mojada por la cascada de enfrente y el río que pasaba por encima. No es que fuera un olor insoportable, solo curioso. Además para Tet ese olor se le hacía nostálgico.

—¡Chicos! —escucharon una voz femenina a sus espaldas.

Cuando los cinco giraron para ver de que se trataban vieron acercarse a una de sus compañeras cazadoras a ellos. Parece que acababa de llegar también pues cargaba todas sus cosas con ella.

—Nikko mi vida —Tet fue a saludarla rápidamente a lo que la chica rió—. Ha pasado mucho tiempo.

—Cuatro meses desde la última vez.

—Pues eso, demasiado tiempo.

Los Sesame parecieron algo decepcionados ya que ellos al cazador que esperaban encontrar era a Enver, por el hecho de que viajaba con Zaphod por supuesto. Pero esa decepción duró poco cuando vieron llegar a Aitor Cazador algunos pasos por detrás de la fémina. Usher no quiso saber nada de lo que pasara a continuación, por lo que sin avisar a nadie se fue hacia el interior de la pequeña fortaleza que era la sede del gremio.

—Pues ya hemos llegado, tanta prisa por venir y aún hay gente llegando —comentó Aitor mirando a la cazadora a la que él servía—. Te apuesto lo que quieras a que aún faltan la mitad por llegar.

Nicola rodó los ojos divertida por el mal humor que se cargaba su compañero desde que recibieron la carta para la reunión. Digamos que a Aitor le pasaba algo similar que a Usher con lo de reunirse todos, pero por razones totalmente diferentes al mayor.

—Vaya alguien se levantó con el pie izquierdo, Hocus.

—Eso no es divertido, Pocus, así solo parece un amargado —Aitor prácticamente palideció al escuchar aquellas dos voces—. ¿verdad? —hablaron esta ver los dos a la vez mirándose mutuamente.

—Pocus, Hocus... —los miró Harrold con una ceja alzada sabiendo que si seguían por ese camino no tendrían la fiesta en paz.

—¡Aún no hemos hecho nada! —se defendió Pocus.

—¡Yo me voy dentro, nos vemos! —avisó Aitor a Nikko antes de salir corriendo hacia el edificio.

—¡Nosotros también vamos! —hablaron a la vez saliendo justo detrás del peliazul.

—Perdona por eso —se disculpó Harrold con la chica.

—Nah, no te preocupes —le quitó importancia riendo—. Aitor estaba hoy de cascarrabias y le vendrá bien alegrarse un poco.

—No se yo si tener a los Sesame encima lo alegrará mucho —admitió Tet.

Nikko volvió a negar quitándole importancia al asunto. Acababa de llegar y lo que ahora quería era hablar con sus amigos y pasar un buen rato hasta la reunión, y estar pendiente de su ayudante no formaba parte de sus planes. Además sabía que Aitor era igual que los Sesame cuando se ponía a molestar a Gabriel, a eso se le llamaba karma.

—Por cierto, ¿Usher no vino? —preguntó al no ver al cazador al que siempre acompañaba Tet por la zona.

El pelirrojo se dio la vuelta confundido y vio que en efecto se habían quedado Harrold, Nicola y él solos hablando. Ese chico era sigiloso y escurridizo, y eso que le advirtió que fuera más sociable. Al menos pudo saludar a la chica antes de marcharse.

Nicola Rocco Deleito, más conocida por su apodo Nikko, era una cazadora de brujas, de las pocas mujeres del gremio, y había demostrado en múltiples ocasiones ser muy buena en su trabajo. Ella entró al gremio recomendada por Harrold, quien la conocía por ser una amiga suya de la infancia. Usher y Tet no habían tenido ocasión de trabajar junto a ella pero otros cazadores sí y ninguno parecía tener quejas de la pelirroja. Incluso tenía ya una estrella, lo que significaba que tenía el nivel suficiente como para matar incluso brujas de rango S.

—Bueno, no nos quedemos aquí en la entrada, vamos dentro y hablemos tomando algo —propuso la chica caminando también al único edificio de aquel lugar.








Aquel edificio no había cambiado nada desde la última vez, pocas veces notaba algún cambio de hecho, y es que ese edificio estaba tan bien elaborado que era difícil mejorarlo. Estaba oculto a ojos curiosos, fue creado con materiales a los que la humedad no deterioraba tan rápido, toda la zona había sido bendecida por el ritual de una sacerdotisa bastante poderosa para alejar a las brujas y si cerraban puertas y ventana era igual a una fortaleza inexpugnable. Nadie podría entrar ni salir sin permiso, por lo que aunque los atacaran de alguna forma tendrían difícil entrar a la sede.

Eso sí, tenía sus lados malo, siempre olía a humedad y tierra y por ello muchas habitaciones tenían velas perfumadas o inciensos para tapar ese olor penetrante. Además las lamparas de aceite y antorchas siempre debían estar encendidas siendo la luz siempre artificial ya que el sol no llegaba ahí dentro como era obvio. A Usher no le gustaba demasiado esa sensación de estar encerrado, era un ambiente con el que no simpatizaba.

Todos los cazadores del gremio tenían una habitación para ellos solos que se les adjudicaba nada más unirse al gremio. Justo al lado del cazador debía de estar la habitación de su correspondiente ayudante. Ahí no había distinción de áreas por sexos ya que sería más incómodo que útil a la larga. Además de que ya todos eran mayorcitos para saber lo que hacían.

—Vaya Usher, pensé que serías de los últimos en llegar.

Reconoció la voz en seguida. Bueno, se había librado de los Sesame y Aitor, pero no podía andar evitando a todos los cazadores y ayudantes... ¿verdad?

Alzó la cabeza sin poder encontrarse con una mirada, pues aquellos cristales de color verde de las gafas impedían que viera los ojos del contrario. Jude Sharp era uno de los mejores cazadores del gremio. Un cazador de tres estrellas, respetado y además un gran estratega. Probablemente en la actualidad era quien tenía el récord de mayor número de brujas cazadas.

Su ayudante se llamaba Neferet Eskoriatza Collin, era una chica rubia de ojos esmeralda. Siempre era amable con los demás y bastante servicial. Esas ganas de aprender y hacer todo lo que podía para ayudar a los demás a pesar de ser aún muy joven fue lo que le llamó a Sharp la atención a la hora de elegirla como ayudante. La verdad es que Neferet era de los miembros más jóvenes junto a Aitor Cazador, Evelyn Edevane, Arion Sherwind y Preston Princeton.

—Tet insistió mucho en ser puntuales esta vez, además estábamos bastante cerca de aquí.

No podía negar que él en la mayoría de casos era el último cazador en llegar en las reuniones que tenían, y también el primero en irse. Esa manía formaba parte de la razón por la cual muchos de sus compañeros no le soportaban. Siempre hacía lo posible por permanecer el menor tiempo posible con ellos. Muchos no le daban importancia a ese hecho, como era el caso de Jude, Harrold y otros más, pero una gran mayoría odiaba que hiciera eso y siempre trataban de reprochárselo, y esos reproches formaban parte de las razones por las que no quería permanecer más tiempo del necesario allí.

Se convertía en un círculo vicioso.

—Has llegado con Harrold si no me equivoco. Os vi llegar por la ventana.

—Siempre tan observador —alzó una ceja.

En eso Usher recordó aquello que la bruja le dijo en Yantra. No podía haberse encontrado con mejor cazador para preguntar sobre el tema.

—Jude, tú... ¿Alguna vez una bruja te ha mencionado algo sobre la luna?

—¿Una bruja? —preguntó tratando de entender a lo que se refería.

—Sí, o bueno tal vez haber escuchado algún rumor que relacione a las brujas con la luna.

Jude lo miró fijamente por unos largos segundos. Al menos Usher así lo interpretaba ya que no podía ver sus ojos, pero se había quedado muy pensativo de repente.

—Ahora mismo no me suena haber oído nada de eso... Neferet ¿tú sabes algo?

—Lo siento, tampoco he escuchado nada sobre la luna y las brujas —negó apenada la rubia.

—Tal vez tiene que ver con algún tipo de magia que usen, ¿dónde lo escuchaste?

—Ayer mismo en Yantra, cuando Harrold y yo nos dividimos para cazar un par de brujas que merodeaban la ciudad —explicó—. De la que yo me encargué mencionó algo al respecto.

—Pues siento no poder ayudarte. Si me enterara de algo serás al primero que informe —Usher asintió y agradeció al castaño—. Puede que consigas relacionarlo con alguno de los temas que trataremos en la reunión.

—¿Tú convocaste la reunión? —Jude asintió.

—Mark y yo la convocamos, digamos que hemos estado trabajando juntos en algo estos últimos meses y la investigación por fin dio sus frutos.

—Estoy deseando escuchar todo lo que tengáis que decir en ese caso.

Después Jude y Neferet simplemente se despidieron y continuaron su camino. Usher también siguió hasta llegar a su habitación para dejar allí todas sus cosas. Gracias al viaje con los Sesame no había podido descansar casi nada y ahora estaba molido, un sueño rápido no iba a suponer ningún problema. Dejó todo en el suelo o sobre el escritorio de la habitación y se tumbó en la cama.

Al final esa corta siesta se alargó toda la noche y despertó ya a la mañana siguiente. Del cansancio que había acumulado en esos dos días no tuvo ni ganas de cenar, seguramente Tet le regañaría por saltarse la cena, pensaría que lo hizo a propósito para no ver al resto de cazadores.

En la noche no tuvo hambre pero ahora sí que la tenía. Aunque los almuerzos y cenas los hacían todos juntos para los desayunos cada uno podía ir cuando quisiera puesto que cada quien se levantaba a una hora diferente. Eso le libraría de ver la cara enfadada de Aqua al menos por unas horas más. Salió de su habitación pero no dio ni dos pasos fuera cuando casi atropelló a alguien por salir tan de repente.

—Perdona, no te vi —se disculpó agarrando el brazo del contrario para no tirarlo al suelo, y viéndose de quien se trataba no hubiera sido tan raro.

Preston Princeton podría ser un gran cazador, poseer una estrella a pesar de su juventud y ser de los más ágiles y escurridizos además de los mejores defensores, pero su cuerpo pequeño y ligero no ayudaba mucho. Usher no era tan alto y aun así le sacaba casi cabeza y media, y aunque su físico tampoco era cosa del otro mundo el cuerpo menudo del peliplata contrastaba bastante.

—No te preocupes, estoy bien —sonrió quitándole importancia al asunto—. Estoy acostumbrado a que no me noten demasiado.

—En serio que lo siento, debí salir con más cuidado, esto no es mi casa como para ir a lo loco.

—¡Ey Pres!

Colby Columbia —el ayudante de Princeton— llegó corriendo desde el fondo del pasillo, aunque dejó de gritar al ver que su compañero estaba hablando con Sena.

—Perdón ¿interrumpo algo? —preguntó sin entender muy bien qué sucedía.

—De nuevo lo siento, os dejo hablar tranquilos, nos vemos en el desayuno imagino —y Usher se despidió también de Colby con un gesto de la mano que el otro devolvió.

—Vaya, con que aquí estaba Usher, ya me extrañó no verlo en la cena de ayer a pesar de que estaba Tet. Al menos podremos hablar con él ahora en el... ¿Preston estás bien?

Después de que el azabache se marchara toda la entereza del más bajo desapareció dejando lugar a que su cara comenzara a tornarse de un fuerte rojo por la vergüenza del momento. Colby lo miraba confundido hasta que entendió y sonrió.

—Ya me extrañaba a mí que estuvieras hablando con él como si nada —suspiró cuando Preston trató de taparse el rostro en un intento fallido—. Ay mi niño, eres un idiota.

—¡Cállate! No es como si pudiera evitarlo ¿sabes?

—Justo te has ido a fijar en el único tipo que no muestra interés por nada, tu solito te metiste en el problema.

Colby no pudo evitar reír al ver el ceño fruncido de Preston aún con toda su cara roja. A veces el corazón tenía una curiosa forma de joderte, y no era un secreto para casi nadie que hacía ya bastante tiempo que Preston tenía un flechazo en el otro chico. Lo malo era que Usher no era el más hablador y a Preston le daban los siete ataques cada vez que lo tenía delante, así era como Columbia y Aqua tenían un espectáculo memorable cada vez que coincidían en algún lugar.








La mañana pasó bastante tranquila, tuvo ocasión de hablar con algunos otros compañeros y como ya esperaba Tet lo regañó por no asistir a la cena del día anterior.

—Yo siendo el único ayudante al que se le desapareció el cazador, ¡no vuelvas a hacerlo! Quedé mal —se quejaba como si hubiera sido una cena en el maldito castillo con la nobleza.

Después de eso Tet se fue con Enver y Zaphod que habían llegado esa misma mañana. Enver Mizayerva era un cazador de una estrella que había sido ayudante y aprendiz en su momento de dos grandes cazadores de brujas, por ello cuando se convirtió en cazador era uno de los más preparados. Pocos eran lo cazadores que recibían una formación adecuada, no es como si existiera un manual de cómo ser un buen cazador de brujas sin morir en el intento. Muchos aprendían sobre la marcha o por la vida que habían llevado tuvieron que aprender para sobrevivir.

Zaphod Riker, su ayudante, —y cabe destacar que también su pareja— también era uno de los ayudantes mejores valorados dentro del gremio. Aunque su personalidad y forma de ser le parecían algo complicadas a Usher, aunque ¿quién era él para hablar teniendo como ayudante a Tet Aqua alias la celestina defectuosa?

Ah sí, y como ya se veía venir en cuanto los Sesame vieron al de pelo morado se le pegaron cual garrapatas. El pobre Riker tardó casi una hora en despistarlos y poder quitárselos de encima. Ni con la intervención de Harrold hubo manera, y que Enver se limitara a reír no le ayudaba.

Pasó gran parte de la mañana y de la tarde en la biblioteca que allí tenían. Había libros de todo tipo, más antiguos o más recientes e incluso en otros idiomas o que hablaban de otras naciones. Aunque en este caso lo que él buscaba era algo que hablara sobre el tema que lo traía preocupado desde hacía un par de días. Lo malo es que con la poca información que tenía, por no decir que lo único que tenía eran las palabras claves de bruja y luna, no lograba encontrar nada.

—Te veo muy centrado en la lectura —Tet entró a la biblioteca viendo como su amigo tenía docenas de libros sobre la mesa y todos trataban sobre brujas.

—Ni Harrold ni Jude sabían nada sobre el tema, así que decidí ponerme a investigar por mi cuenta.

—¿Te refieres a eso que mencionó la bruja de Yantra? —Tet tomó asiento a su lado.

Al final durante el último día de viaje le contó todas sus sospechas a Tet. Ellos dos eran muy unidos desde niños por haberse criado juntos, eran prácticamente como hermano, y nunca se ocultaban nada, ni problemas, ni preocupaciones. 

—Sí. Me preocupa, ninguna bruja en todos estos años había mencionado nada como eso. De hecho las brujas pocas veces dicen algo que no sean amenazas o maldiciones.

—Yo que tú no le daría muchas vueltas, si ni siquiera los cazadores superiores saben algo puede que solo fuera un intento de distracción de la bruja.

Usher no estaba muy seguro de eso. Pero tampoco había encontrado nada en todos los libros que había consultado, ¿qué sentido tenía todo aquello?

Tet abrazó a su amigo al verlo tan preocupado por algo así. Usher solo se dejó hacer con la cabeza aún en otra parte, tan solo quería que aquello no volviera a repetirse. Las brujas podían ser muy astutas cuando querían.

—Anda, deja todos esos libros en su sitio y vamos, la reunión va a empezar.

—¿Ya han llegado todos?

Tet asintió.








Nombre: Usher.

Apellido: Sena.

Apodo(s):
Alastor (dado por el gremio).
El verdugo (origen desconocido)

Fecha de nacimiento y edad: 7 de enero, 21 años.

Altura: 1,75 m.

Ocupación: Cazador de brujas.

Rango: Dos estrellas.

Ayudante: Tet Aqua.

Rasgos más característicos: Usualmente es serio y tiene poco sentido del humor. Es bastante sensible y empático aunque no lo demuestre. Tranquilo y solitario, no es el mejor socializando y tampoco es que lo intente mucho. Un gran profesional pero impulsivo en múltiples ocasiones.

Arma principal: Lanza Yari

Arma secundaria: Puñales.

Campo en el que destaca: Ataque.

Habilidades principales: Gran agilidad, sobre todo a la hora de trepar, escalar o moverse por sitios altos. Sigiloso y casi indetectable. Buena orientación aunque no muy bueno usando mapas.

Debilidades principales: Mala puntería y cuanta más distancia peor. No es capaz de coordinarse bien con grupos grandes ni formar equipo con aquellos que no le agradan.

Magia: (-)

Crush: ¿Desconocido?

Character Song: Whatever it takes — Imagine Dragons.

Extras:

—Sus apodos no se sabe bien quién se los dio, pero a día de hoy son muchos los que los usan para referirse a él.

—No sabe mucho acerca de medicina o distinguir si tal alimento es venenoso o no, por ello cuando Tet, Enver u otras personas hablan del tema él se muestra sorprendido a su manera porque sepan tanto de eso.

—No se lleva muy bien con varios de los cazadores del gremio pero no los odia, simplemente no suele tenerlos mucho en cuenta.

—A día de hoy se desconoce su pasado o de qué se conocen él y Tet exactamente. Ninguno de los dos lo ha mencionado nunca, parece ser un tema delicado.

Después de un largo tiempo aquí traigo el capítulo 3 de esta historia. Hoy tocaba capítulo de LHNM, pero como estoy a full con el último capítulo de Horror Circus y el epílogo de esa primer parte, he decidido que era mejor publicar hoy este capítulo que ya tenía escrito.

Ya se nos han presentado algunos otros de los cazadores de brujas, y también algunos OC. Poco a poco iré explicando la organización del gremio y como funcionan aquí las cosas uwu

Espero de verdad que esta historia os esté gustando. Nos veremos aquí de nuevo lo antes posible.

~Nova/Dremer

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