Chào các bạn! Vì nhiều lý do từ nay Truyen2U chính thức đổi tên là Truyen247.Pro. Mong các bạn tiếp tục ủng hộ truy cập tên miền mới này nhé! Mãi yêu... ♥

Capítulo 22

Esa mañana Azul fue despertada bastante temprano por una compañera. Aunque siempre era un placer ver a Goldie, el hecho de que fuera para interrumpir su sueño no fue lo más agradable.

—Despierta bella durmiente, tienes trabajo pendiente.

—¿Trabajo? —logró vocalizar.

Miró por la ventana de su habitación. Fuera apenas amanecía y su turno de trabajo no comenzaba hasta media mañana.

—Goldie, ¿sabes acaso que hora es?

—¡Las seis de la mañana! —respondió como si nada— Recuerda que las comandantes empiezan su jornada antes.

Eso hizo que Azul se levantara como un resorte. Goldie logró esquivar un cabezazo por los pelos.

¡Comandante! Se le había olvidado por completo. El día anterior habían encarcelado a Jade y el rey la había nombrado comandante de manera temporal de las valkyrias de segundo rango. Había sido todo tan loco que no había podido asimilarlo aún.

—¡Mierda!

Se levantó corriendo de la cama para ponerse el uniforme. Si Isabelle se enteraba de que andaba de vaga no lo iba a contar.

Goldie rió por lo bajo al ver su exagerada reacción. Aunque para Azul no era nada gracioso.

—Para tu suerte no llegas tarde. La primera reunión de la mañana está programada en media hora.

Azul miró a Goldie, quien sonreía con inocencia, suspiró dejándose caer en la cama de nuevo a medio vestir.

—Me he llevado un susto de muerte.

—Ya veo, ya —volvió a soltar una aguda risa—. ¿Qué pensaría el caballero Blade si te viera en estas condiciones?

La cara de Azul tomó un color rojo tan rápido que podía haber pasado por un golpe de calor.

—Una valkyria reaccionando como una niña que llega tarde al colegio por haber quedado despierta hasta tarde. Que está arrugando su uniforme justo ahora. Y a la que su amiga tiene que venir a despertar —Goldie negó con la cabeza con un fingido gesto de desaprobación—. Aunque tal vez si te viera así, solo con esa camisa y sin el pantalón, enseñando esas largas piernas, te lo dejaba pasar.

—¡Goldie!

La almohada voló hacia la castaña que la esquivó sin la menor inconveniencia.

—Esos comentarios no son para nada adecuados.

—Que fina me saliste —dijo casi sin poder aguantar la risa.

—Vendré de una familia de granjeros pero tengo una reputación que mantener y ciertos modales —se cruzó de brazos tras levantarse de la cama.

Caminó de nuevo a su armario para terminar de vestirse y colocar las partes de armadura de su uniforme. Cuando se sentó delante de su tocador Goldie se acercó a ella.

—¿Puedo? —señaló el peine que sostenía en su mano.

Azul dudó un poco pero al final accedió y se lo dejó. No le gustaba que la gente invadiera mucho su espacio personal, aunque si se trataba de Goldie podía hacer una excepción, después de todos era su mejor amiga desde que ingresó al cuerpo de valkyrias.

Sintió como pasaba el peine por su corto cabello y cerró los ojos dejándose llevar por un nostálgico recuerdo. La imagen de ella en su dormitorio en la granja, mientras su madre desenredaba su pelo con mucho cuidado, apareció clara en su mente. Por aquel tiempo aún llevaba el pelo largo y era común por el trabajo que le aparecieran nudos imposibles.

Odiaba los tirones cuando había que deshacerlos. Odiaba el calor que le daba en verano y odiaba tener que recogerlo a cada rato para que no le molestara en la cara. Por todo esto es que decidió cortarlo por la época en la que comenzó su entrenamiento.

Las valkyrias, al igual que los caballeros de la guardia real, pasaban por un entrenamiento muy duro como aspirantes. También debían pasar una prueba final muy similar a la de los hombres antes de ser oficialmente novatas y miembros de pleno derecho.

No podía decir que recordara sus días de formación con mucho cariño. Fueron muy duros, había días que lloraba hasta quedar dormida porque sus instructoras se pasaban con ella o porque echaba de menos a su familia y su hogar. Otros ni siquiera tenía energías al final del día para llorar.

Las valkyrias eran el cuerpo de élite, el arma de guerra favorita del rey y su as bajo la manga. Si la prueba final de los caballeros era dura, la de las valkyrias lo era aún más, al punto de que solo un diez por ciento de las aspirantes llegaba a ingresar al cuerpo. Razón por la que las valkyrias tenían un número considerablemente menor de integrantes que la guardia real.

—¡Ya está! —anunció Goldie dejando el cepillo sobre el tocador— Ahora vayamos a desayunar rápido si no quieres asistir a esa reunión con el estomago vacío.

No lo había notado hasta que Goldie lo dijo, pero tenía mucha hambre. Por toda la consternación del día anterior con los caballeros y valkyrias, ahora todos los implicados en las mazmorras, no había podido sacar tiempo ni para cenar. Después de la reunión la misma Capitana Trick la había requerido en su despacho para explicarle sus recién adquiridas nuevas obligaciones. Iba a descubrir que tan difícil era ser comandante.

—Si por favor, me apetecen muchísimo unos huevos revueltos.


















Cuando llegaron a la sala donde tenían esa mañana la reunión les sorprendió encontrar allí a Axel Blaze. Ambas tomaron asiento y esperaron en calma a que se diera comienzo.

No tardaron mucho en iniciar después de que un caballero más llegara.

—Bien todos los que habéis sido convocados hoy aquí es porque vais a participar en un nuevo trabajo —comenzó Axel—. Ha aumentado el número de avistamientos de brujas en Yantra. El rey está preocupado por ello y me ordenó que fuera junto a un escuadrón a vigilar la ciudad. Es la principal ciudad mercante de Altair y no podemos permitir que haya inseguridad o los comerciantes podrían dejar de acudir.

—Hubo otro problema relacionado con las brujas allí ¿no? —preguntó Damian.

—Al parecer dos brujas, pero los... cazadores se ocuparon de ellas —la palabra salió casi con repulsión de la boca de Bryce.

—Pues parece que solo lograron atraer a más —dijo Axel—. Preparaos porque en una hora saldremos para Yantra.

Azul rodó la mirada por toda la sala observando a los presentes. Por parte de los caballeros, además de su capitan, también estaban Damian Laggerfeld, Bryce Withingale, Claude Beacon, Caleb Stonewall, Sylas Amsel y Alessandro Il Grande. Este era el tipo de trabajos que solían encargarle a Vladimir, pero como no estaba imaginaba que por eso se había hecho cargo de todo Axel en persona. Además todos los caballeros que asistían eran de segundo o primer rango.

Era obvio que después de todo aquel escándalo, lo último que la guardia real quería eran más problemas. Tenían que deshacerse de las brujas de Yantra y debían de hacerlo ya. No podían hacer enfadar de nuevo al rey.  Incluso el monarca podría replantearse el puesto de Blaze como capitán de la guardia.

Por parte de las valkyrias no había muchas. A parte de ella misma y Goldie tan solo estaban Katya Felis y Lexie Hargreaves. Seguramente Axel no quería llamar demasiado la atención llevando a un gran grupo de valkyrias con ellos. Los comerciantes podrían asustarse aún más y lograr que cundiera el pánico en la ciudad.

—Además —habló antes de que alguien tuviera tiempo de levantarse—. Por orden del rey el príncipe Quentin y su escolta vendrán con nosotros.

Eso los sorprendió a todos.

—¿El príncipe? —preguntó Damian como si quisiera asegurarse de que había escuchado bien.

—Al parecer el Rey Gyan quiere que nos... supervise, por así decirlo —Axel carraspeó no muy conforme con la situación—. En cualquier caso Aimé lo escoltará en todo momento, nosotros solo debemos centrarnos en las brujas.

—Lo que nos faltaba es que le pase algo al principito y el rey la tome con nosotros —se quejó Caleb.

Azul no lo dijo en voz alta pero estaba de acuerdo con él por esa vez.

—Stonewall cuida tu lenguaje —le regañó Axel—. Solo preparaos y ya está. No lleguéis tarde.

Y sin añadir nada más salió de la habitación.

—Genial, menudo viaje —bufó Caleb marchándose también.

—La reunión más corta de la historia —escuchó Azul que le comentaba Lexie a Katya—. Yo que pensaba que hoy disfrutaría de mi día libre y me llaman de última hora para esto.

Azul salió al pasillo seguida de cerca por su amiga. No tuvo tiempo a irse muy lejos antes de que Damian la alcanzara.

—Gender —la llamó haciendo que las dos chicas se giraran—. El capitán no lo ha mencionado, pero esto también es una prueba para ti.

—¿Una prueba? —preguntó Goldie curiosa agarrándose al brazo de Azul.

Damian asintió en respuesta a la castaña.

—Es la valkyria de mayor rango en la misión, ya que no asistirá ninguna de primer rango. Esto la convertirá en la líder por parte de las valkyrias y por tanto quien dará las ordenes junto a nuestro capitán.

Azul tragó saliva. Estaba preocupada por ese tema pero no haría que Isabelle se arrepintiera de tenerla a ella como comandante de segundo rango. Tal vez no fuera tan buena como Jade, por algo ella no fue elegida como comandante por delante de la pelirroja, pero demostraría estar a la altura del puesto.

—Lo tendré en cuenta, gracias Laggerfeld.

Damian vio la mirada decidida de la chica y no añadió nada más. Se despidió de ellas con una genuflexión y se fue por el mismo camino por el que había llegado.

—¿Todo bien? —preguntó Goldie al ver lo seria que se había puesto de repente.

—Si —su voz sonaba perdida—. Nos vemos después, tengo que coger las cosas que necesitaré. Nos vemos en la entrada después.

Goldie asintió lentamente viendo marchar a su amiga con la cabeza gacha, inmersa en sus pensamientos. La habitación de Lemmon quedaba en el lado opuesto del edificio de los dormitorios de las valkyrias. Por esta razón Azul siempre le decía que no era necesario que fuera por las mañana hasta su habitación, era dar un rodeo enorme solo para ir a buscarla.

Aunque debía de agradecerle las veces en las que la despertó cuando se quedaba dormida. De no ser por ella se hubiera llevado más de una regañina por parte de sus superiores.

No sabía cuanto tiempo pasarían en Yantra así que en una bolsa de viaje metió varias mudas. También cogió varias armas adicionales a la ballesta que solía usar; un látigo y un par de dagas que ocultaría en su ropa. Con todo listo salió de su habitación y caminó directa hacia la entrada de la sede.

No esperó encontrase con un caballero de Cyril hablando con uno de los caballeros de la guardia real. Era uno de los escoltas que siempre estaban cerca de la princesa Nelly, no recordaba su nombre pero su aspecto era inconfundible. Le extrañaba verlo lejos de la princesa.

Aminoró su paso de manera inconsciente tratando de escuchar lo que decían. No se consideraba una persona cotilla, solo había cosas de esa visita oficial que empezaban a tenerla con la mosca detrás de la oreja.

El que hablaba con el caballero de Cyril era uno de las caballeros de primer rango: Edgar Partinus. Estaba a punto de llegar al final del pasillo y no lograba escuchar nada.

—El rey insiste en informarle, es nuestro capitán —por fin captó las palabras de Partinus.

—No creemos que sea el momento —contestó el escolta de Nelly.

Por estar concentrada en lo que decían chocó con la puerta. Los dos chicos se alertaron y Azul tuvo que pegarse a la pared para que no la vieran cuando echaron un vistazo por el pasillo. Escuchó los pasos alejarse. Chasqueó la lengua y se marchó enfadada con su propio descuido.

Tendría que vigilar más de cerca a los caballeros y embajadores de Cyril. Ahí estaban pasando cosas muy raras, lo llevaba pensando desde su encuentro con la Princesa Nelly.

Al llegar al patio delantero unos caballeros se habían encargado ya de preparar los caballos. Vio a Goldie y las otras valkyrias cerca de la cancela de entrada y fue a reunirse con ellas.

—Comandante Gender —saludaron con solemnidad Lexie y Katya.

—Comandante —dijo después Goldie guiñando un ojo divertida.

Saludó inclinando la cabeza. Sintió la necesidad de decir algo y no se lo calló. Era mejor dejarlo claro desde el principio para evitar problemas después.

—Sé que solo soy el reemplazo temporal de nuestra hermana Jade Greene, aun así me esforzaré para dar lo mejor de mí mientras que el rey y nuestra capitana toman una decisión final respecto al puesto de comandante —los tres valkyrias la escuchaban en silencio—. Prometo que no os decepcionaré durante esta misión. Tendremos éxito, acabaremos con las brujas de Yantra y obtendremos la felicitación del rey. Vamos a demostrar de nuevo por qué las valkyrias somos un cuerpo de élite.

Goldie puso una mano sobre el hombre de Azul a modo de apoyo. Su mirada se veía tan decidida como la de su amiga.

—Bien dicho, comandante —dijo Lexie—. Vamos a dejar a los caballeros como adornos en esta misión. Las valkyrias nos bastamos para acabar con las brujas.

—Haremos que la Capitana Trick esté orgullosa de habernos enviado a nosotras —añadió Katya.

Azul montó en su caballo satisfecha con la reacción que su discurso había provocado. Recordaba las palabras de aliento que siempre daba Jade antes de una misión. Azul había tratado de imitarlo, de mejorarlo. Con la cabeza alta se reunió con Axel a la cabeza del grupo.

—¿Las valkyrias estáis listas?

—Si, Capitán Blaze.

Axel asintió y giró a su caballo para mirar directamente a la persona a su derecha. Azul se fijó entonces en el Príncipe Quentin y su escolta Aimé. Hizo una reverencia profunda cuando la mirada de príncipe recayó por un momento en ella.

Debido a la ropa discreta y la capa que llevaba puesta no lo había reconocido. Tenía sentido que vistiera así. No se podía descubrir que el príncipe viajaba con ellos. Aimé también llevaba ropa más discreta y no la armadura de caballero.

—Su Alteza ya estamos listos para partir —avisó Axel.

—Adelante entonces, no perdamos más el tiempo.

Axel tiró de las rienda para hacer a su caballo caminar. Azul lo imitó dejando a Quentin entre ella y Axel, detrás de él Aimé y por último el resto de caballeros y valkyrias.

Azul miró de reojo al príncipe. ¿Sabría él las cosas raras que estaban sucediendo con los embajadores de Cyril? Vio que Aimé se había dado cuenta de su mirada y rápidamente la dirigió al frente de nuevo. ¿Qué estaba pasando en ese reino? Primero la Princesa Skie, luego la Princesa Nelly... Algo no iba bien.



















El viaje no fue muy largo, a penas un par de días hasta llegar a la ciudad comercial de Yantra. Debido a la presencia del príncipe, caballeros y valkyrias estuvieron más alerta de lo normal. No podían permitirse el ataque de bandidos que pudieran hacer peligrar la seguridad de Quentin.

Por muy en cubierto que fuera nunca se sabía.

Antes de entrar en la ciudad Axel dio unas últimas indicaciones. En Yantra ya había otros caballeros encargándose de la seguridad de los ciudadanos, así que ellos debían centrarse en esas brujas.

—Nos dividiremos —indicó—. Las Valkyrias os ocuparéis de la zona norte, nosotros de la sur. Silas tú acompañarás a Aimé y el príncipe.

—Sí, capitán.

—Cualquier noticia que tengáis de las brujas avisad al resto de inmediato, si son brujas de rango A o superior evitad enfrentaros a ellas solos. Nos reuniremos de nuevo en El Dubois al anochecer para compartir lo que hayamos descubierto.

El Dubois era una taberna de la ciudad muy frecuentada por los caballeros de la guardia real. Era un lugar acogedor y, sobre todo, discreto. Perfecto para la reunión de caballeros que tenían que hablar de temas que nadie más debía escuchar.

Todos se marcharon en direcciones diferentes al entrar a la ciudad. Como Silas no iba de paisano, llamando la atención por su armadura, se limitaba a seguir a Aimé y Quentin desde lejos, vigilando que ninguna persona sospechosa se les acercara.

—No te preocupes Quentin, Amsel es un buen guardia, no dejará que se te acerque nadie —dijo Aimé.

Quentin se limitó a asentir con desinterés mientras miraba los puestos callejeros. Eran muy diferentes a los mercados de la Ciudad Imperial. Eran mucho más sucios, sosos y algunas calles olían muy fuerte a alcantarillado. Hizo una mueca de asco antes de poner sus ojos en otro puesto diferente, paseando su mirada de uno a otro. Nada llamaba su atención especialmente.

—Sé que mi padre me ha enviado aquí por un asunto importante —habló el príncipe sin mirar a su guardaespaldas—, pero aun así odio tener que salir de la capital.

—Una vez que la reunión termine esas brujas se irán y podremos volver.

—Espero que merezca la pena—dijo molesto—. Mi padre está teniendo mucha paciencia con esa bruja en el castillo. Además, mi prima no está poniendo las cosas más fáciles —aunque Gyan pensara que tener a Skie dando vueltas por ahí con los cazadores no era un gran problema, a Quentin sí que se lo parecía.

Nunca debió escapar de las mazmorras del castillo para empezar. Si no hubiera sido por esa maldita sirvienta suya... y ese ladrón bastardo y oportunista.

¿Qué esperaba ayudando a la princesa? ¿Fama, riquezas, poder...? Cuando Skie volviera a ser capturada no conseguiría nada de eso, solo que su cabeza acabase clavada en una pica en lo más alto de una de las torres del castillo. Aunque si ese ladrón había sido tan fácil de comprar tal vez ellos pudieran usarlo a su favor. Si encontraran algo que le interesara más que ayudar a Skie. podrías conseguir que la traicionara y la entregara por sí mismo.

¿Pero qué? Según los informes Syo Kurosaki no tenía familia. Su madre había muerto, mató a su padre con sus propias manos y no tenía hermanos. Tampoco, tíos o abuelos. Ya había conseguido la libertad gracias a Skie, y seguro que ella ya le había prometido una gran recompensa.

—¿Cuándo es? —preguntó Aimé refiriéndose a la mencionada reunión.

—Al anochecer —contestó mirando de reojo hacia atrás, viendo entre la multitud a Silas siguiéndolos—. Tendremos que deshacernos de él.

—Eso déjamelo a mí.

Cualquier persona que tratara al príncipe con tanta confianza y sin usar sus honoríficos sería castigado y, sin embargo, Aimé podía tratarlo con esa cercanía. Eso se debía a que era su amigo de la infancia. La familia Qintet era una familia noble fiel a la familia Cinquedea y es por ello que cuando Gyan subió al trono pasó a ser una de las familias más influyentes de la corte.

Debido a esto Aimé y Quentin se habían criado juntos desde niños. Aimé era considerado el amigo más cercano del príncipe y nadie dudaba que por eso había sido seleccionado como su escolta personal. Por supuesto porque también había demostrado las cualidades y habilidades necesarias. No se jugarían la seguridad del Príncipe Quentin por una simple amistad.

La mirada de Quentin regresó a los puestos e hizo frenar a su caballo. Aimé paró también con él.

—Veo que tiene buen ojo —habló la anciana que parecía ser la dueña de aquello.

Quentin había puesto su mirada en un collar con un dije de una luna menguante. Era de un claro azul celeste, brillaba con tal intensidad a ojos del príncipe que sentía como si el collar le llamara.

—¿Qué es? —preguntó a la anciana.

Esta dibujó una arrugada sonrisa en su rostro. Cogió el collar y se lo tendió a Quentin para que lo observara más de cerca.

—Esa luna está echa de aguamarina, se dice que fue bendecida por el mismísimo oráculo. Tiene el poder de proteger a la persona que lo lleve puesto, y también funciona como catalizador para aumentar el poder mágico. Aunque ahora que la magia no puede usarse libremente será más como un talismán protector —relató la mujer.

—Me lo quedo —dijo haciéndole una señal a Aimé.

El caballero le dio una bolsa de tela con varias monedas de oro a la mujer. Esta los miró sorprendida, sus ojos casi se salieron de sus orbitas.

—Señor, este collar tan solo vale dos monedas de plata, esto es demasiado.

—Quédatelo, no me importa.

La anciana no dijo nada más temerosa de que Quentin se echara atrás y reclamara sus monedas de vuelta. El príncipe no espero para colocar el collar alrededor de su cuello, ocultándolo bajo el broche de su capa.

—¿Cómo decías que se llamaba la taberna esa en la que nos encontraríamos con el capitán?

—El Dubois —contestó Aimé.

—Vayamos allí, no soporto más este fétido olor —levantó la mirada decidido y Aimé asintió.

Miró hacia atrás, viendo a Silas atento entre la multitud del mercado. Le hizo un gesto con la cabeza al que el chico asintió y con su caballo pasó al lado de ellos para ponerse en cabeza.

Silas los guiaría hasta El Dubois. Después de todo Aimé tampoco había salido mucho de la capital y no sabía moverse por allí.

No tardaron en estar frente a la taberna. Ataron a los caballos fuera y entraron al local. No estaba muy lleno, algunos cazarrecompensas y viajeros aquí y allá, e incluso algunos caballeros fuera de servicio disfrutando entre cervezas y vino de su tiempo libre. Muchos de ellos saludaron a Silas al reconocerlo por la armadura como otro caballero.

Los tres fueron hasta la plata de arriba de la taberna y se sentaron en una mesa apartada casi oculta entre las sombras. Un camarero les tomó la orden y minutos después trajo una copa de vino para Quentin y tan solo un par de vasos de agua para Aimé y Silas. Debían de estar alerta y embriagarse no era una opción.

—Al menos huele mejor que en ese mercado.

—El hedor seguramente sea obra de las brujas —dijo Silas—. Los restos de magia negra se mezclan con el olor del alcantarillado y la comida podrida de las basuras. La magia realza estos olores y le da un toque a muerte y putrefacción.

—Espero que el capitan se haga cargo de esas brujas pronto entonces.

El camarero apareció con varios platos de carne asada y pescado al horno para los tres clientes. Aimé quedó bastante conforme con el trato ya que no preguntó en ningún momento qué hacía un caballero comiendo con dos forasteros o quienes eran. De hecho nadie en esa taberna les prestó la más mínima atención más allá de los saludos de los caballeros de antes a Silas.

No hicieron mucho y el tiempo parecía moverse muy lento para Silas. El chico se sentía fuera de lugar, demasiado tenso cerca del príncipe, con todos sus sentidos alerta por si sucedía cualquier cosa. En ese momento hubiera preferido estar ahí fuera buscando y matando brujas que allí sentado, atrapado en una superficial conversación con Quentin y Aimé.

De un momento a otro Aimé se levantó de la mesa, se excusó dejando a Silas solo con el príncipe. Genial, eso iba a volverse más tenso aún.

Aimé bajó a la planta donde estaba la barra y se dirigió a una puerta lateral, la que correspondía a los baños. Aunque en aquel lugar el olor era mucho mejor que en el mercado hacía un calor considerable. Además, ellos estaban agazapados en una esquina que no tenía ninguna ventana cerca que les proporcionara una brisa fresca.

Fue para echarse algo de agua en la cara y despejarse. Cuando se sintió mejor salió fijándose en los licores expuestos tras la barra. Algunos de ellos tenían muy buena pinta, igual que la copa de vino que Quentin había bebido. Era una pena que él no pudiera probarlos en ese momento.

Al menos ahora que sabía donde estaba El Dubois podría visitarlo en alguno de sus días libres. Qinque o Geert seguramente estarían encantados de ir allí también. A ambos le gustaba mucho el ambiente que se movía en las tabernas.

Estaba tan concentrado en las botellas de bebidas que no miraba al frente. Provocó, como era de esperar, que chocara con alguien.

—Disculpa —se apresuró a decir girando rápidamente la cabeza.

Frente a él una persona escondida entre capas de ropa se sacudió, apenas la pudo distinguir como una mujer por su figura debido a esto. Cuando volvió su cara para mirarlo notó que solo podía vislumbrar sus ojos de color bronce brillante. Su boca era tapada por un pañuelo y su cabeza era cubierta por la capucha de una capa. Veía algunos mechones de pelo rojo escaparse de ella.

—No pasa nada, no te preocupes —dijo la chica.

Estaba seguro de que sonreía porque sus ojos se estrecharon. Le parecieron bastante bonitos. Brillaban como dos ágatas.

—Bueno, tengo que irme, disculpame a mí también.

La chica inclinó su cuerpo para despedirse caminando hacia el fondo del local. Aimé reaccionó a tiempo para poder lanzarle una pregunta.

—Perdona, ¿tu nombre es?

La chica se giró. Sintió que lo analizaba con la mirada antes de decir:

—Nikko —y con una nueva sonrisa se alejó perdiéndose entre los clientes y las mesas.

Aimé retomó su camino hacia la plata de arriba aún pensando en aquella extraña. «Nikko», parecía un diminutivo de algún otro nombre. Aun así era tan bonito como su mirada.

Los ojos de la joven solo desaparecieron de sus pensamientos cuando regresó a la mesa que ocupaba con Quentin y Silas. Este último lo recibió de vuelta casi con desesperación.


















—¿Quién era ese chico? —preguntó Christa curiosa cuando Nicola tomó asiento en la mesa que todos ellos ocupaban.

—No lo sé, me he chocado con él sin querer —explicó—. Pero no vas a decirme que no era guapo —añadió con una mirada pícara.

—Tú siempre pesando en lo mismo —negó Aitor con la cabeza.

—Centrémonos —llamó la atención de todos Njord—. Mark y Jude nos han mandado a Yantra para averiguar que pasa con las brujas, y a ser posible que nos encarguemos de ellas.

—¿Qué sabemos exactamente? —preguntó Christa.

—Son un grupo, tal vez seis o siete —dijo Ezis—. Pero no se sabe su rango. Estimamos que por la cantidad de problemas y revuelo que están ocasionando deben de ser como mínimo de rango B.

—Tenemos que andarnos con ojo. Si hay muchas rango B y A es posible que la líder sea una bruja de rango S —señaló Iggie.

—Mejor, nos cargamos a una de las gordas —rió Maxim—. Ya es hora de que consigas alguna nueva estrella, Chris —miró a la cazadora sentada a su lado.

—No nos precipitemos —llamó a la calma la mencionada—. La prioridad es proteger a los civiles y alejarlas de la ciudad. No sería bueno que salgamos con alguna baja de esta misión. El gremio no está en su mejor momento después del ataque de los caballeros la semana pasada.

Christa tenía razón. Eran muchos los cazadores y ayudantes que habían quedado heridos, bastante heridos de hecho. Muchos tenían lesiones serias: huesos rotos, perforaciones en algunas extremidades e incluso órganos, envenenamiento... Los médicos del gremio apenas daban a basto para atenderlos a todos. Sino fuera por la ayuda de Violette estarían incluso peor.

Los cazadores activos habían disminuido considerablemente debido a esas muertes y bajas por lesiones. Lo último que necesitaban era regresar con más heridos.

—Si vemos que la cosa se complica regresaremos al gremio por refuerzos, incluso a las muy malas le dejaremos el trabajo a los caballeros y valkyrias —puntualizó Njord.

—No me gusta ese plan —se cruzó Nicola de brazos.

—Y a mi tampoco, pero lo importante ahora es regresar rodos enteros.

Hacía algunos días Mark había reunido a un grupo de cazadores para encargarles la misión de Yantra. Njord, Ezis, Christa y Nicola habían sido los elegidos. Evans había considerado que eran perfectamente capaces de encargarse de ese trabajo ante la ausencia de otros cazadores más veteranos que se hallaban buscando aún pistas de las reliquias, que estaban ocupados con otras misiones o que incluso estaban entre los heridos.

Es más, Ezis era una cazadora de tres estrellas, el rango más alto que existía actualmente de cazador. Christa contaba con dos y Nicola y Njord con una. Todos tenían experiencia con brujas de rangos elevados. No eran ningunos novatos.

—¿Por dónde podríamos empezar a buscar? —preguntó Nicola.

—Teniendo en cuenta que esto está plagado de caballeros va a ser todo un reto que podamos movernos libremente —añadió Terry.

—Sencillo —habló entonces Ezis—. La mayoría de caballeros de mueven dentro de la ciudad. Su deber es, ante todo, proteger a los ciudadanos. Pero bien sabemos nosotros que las brujas no se mueven dentro de las ciudades, solo se adentran en ellas cuando van a atacar, a robar a algún niño y esas cosas —todos escuchaban a la pelirroja con devoción.

Ezis sintió un pinchazo de alegría en la boca del estómago. Jamás pensó que algo así podría ocurrir. Jamás pensó que sería capaz de trabajar junto a otros cazadores y menos aún de llevarse bien con ellos. Y, sin embargo, allí estaba.

—Nosotros nos moveremos por el bosque de alrededor y los caminos que llevan a la ciudad. Cualquier cosa que descubramos, por mínima que sea, nos la avisaremos mediante los cuervos, ¿entendido?

Todos asintieron sin ningún problema.

—Harrold me contó que cuando él y Usher se encargaron de las brujas que había aquí no estaban juntas —explicó Nicola—. Cada bruja se encontraba en una dirección diferente y, no sabe exactamente si fue porque ellos no les dieron la oportunidad al atacarlas por separado, pero en ningún momento mostraron intención de ir en ayuda de la otra.

—Es posible que aunque haya un grupo grande de brujas no trabajen juntas. Ya sabemos por experiencia que son más bien solitarias —asintió Aitor.

—Solo debemos preocuparnos en el caso de que tengan una líder que las esté organizando —dijo Maxim llevando los brazos detrás su cabeza—. Lo cual es bastante posible. Estamos muy jodidos.

—Si hubieramos querido gente tan positiva habríamos traído a los Sesame. No seas tu también así —se quejó Aitor.

—Por el momento limitémonos a barrer la zona —interrumpió Njord antes de que una discusión entre los dos ayudantes estallara—. Cuatro cazadores y cuatro direcciones. Ya sabéis lo que hay que hacer.


















Lexie caminaba sola entre la multitud. Sentía que estar dando vueltas por la ciudad era una tontería, las brujas no se iban a presentar educadamente frente a ella, una valkyria, como si nada.

Se había cruzado un par de veces con el resto de sus compañeras, incluso con algún que otro caballero. Nadie había visto nada interesante. No había nada que destacar más allá del hedor nauseabundo de la magia negra mezclada con la mugre y la podredumbre.

«Se acabó», pensó. «No voy a encontrar nada. Hay que salir de la ciudad, la brujas no entrarán mientras nosotros sigamos aquí».

Con decisión Lexie se encaminó a la salida del pueblo. No se molestó siquiera en ir a por su caballo que había dejado a buen recaudo en uno de los establos públicos de la ciudad. De todas formas no se alejaría mucho para poder correr a avisar a sus hermanas valkyrias en caso de descubrir algo importante.

Con paso ligero salió de la multitud, siguiendo uno de los caminos secundarios que bordeaban el bosque más cercano.

Entre las copas de los árboles, como un depredador, un par de ojos la observaron. Una sonrisa se dibujó en su rostro mientras veía a la valkyria adentrarse en el bosque. Tan solo unos segundos después la siguió.

Todo aquello acababa de ponerse más interesante.














Nombre: Azul.

Apellido: Gender.

Apodo(s): (—)

Fecha de nacimiento y edad: 13 de marzo, 22 años.

Altura: 1,65 m.

Ocupación: Valkyria.

Rango: Segundo rango de Valkyria.

Rasgos más característicos: Es una chica de carácter tranquilo, a la que pocas veces verás sonreír y aún menos reír fuertemente. Su paciencia es moderada, por no decir escasa, por lo que hay ocasiones en la que termina regañando o gritando a quien la agota y eso es preferible de evitar. Se mantiene alejada de las conversaciones del resto, claro enterándose de todo sin que estos lo sepan, lo que la convierte en prácticamente una chismosa al margen.

Arma principal: Ballesta.

Arma secundaria: Látigo punta de flecha.

Campo en el que destaca: Emboscada / Ataque sorpresa.

Habilidades principales: Puede detectar a las personas, animales o brujas en el bosque gracias al ruido que lleguen a genera, básicamente tiene un gran oído. Tiene muy buena puntería, es más, es una de las mejores. Puede llegar a manejar otras armas de ser necesario, se adapta.

Debilidades principales: Se siente insegura si no tiene un arma cerca de ella a la hora de pelear, no lleva bien el combate cuerpo a cuerpo. Tiene problemas a la hora de seguir a alguien en la ciudad cuando hay mucho ruido.

Magia: (—).

Crush: Vladimir Blade.

Character Song: MONTERO (Call me by your name) — Lil Nas X.

Extras:

—Puede llegar a ser demasiado directa y sin tacto al hablar. Actitud que ha heredado de su familia paterna.

—Le gusta analizar antes de actuar, sin importar la situación en la que este.

—Pese considerarse una persona apegada a sus amigas también le gusta su tiempo a solas.

Y aquí termina este episodio centrado en nuestra querida valkyria Azul y en el dúo dinámico de Quentin y Aimé.

Parece que estos dos últimos se traen algo entre manos, y Gyan sabe muy bien lo que es. Esa familia se trae de secretos oscuros lo que no está escrito. Y parece que nuestra cazadora Nikko ha puesto el ojo el el caballero sin saberlo 7u7r

Después de unos cuantos capítulos centrados en el bando del rey... ¿Cómo les estará yendo a los cazadores? Parece que el lunes que viene tendremos algunas noticias de ellos.

~Nova/Dreamer

Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro