Capítulo 2
El día se veía soleado, pero gracias a la brisa que corría por el bosque no se sentía ese calor abrumador de hace días. Tet aún recordaba el horrible camino hasta Rodda, con ese calor que le abrumaba y sin rastro de una sombra donde descansar en kilómetros. Horrible. Definitivamente no tenía ganas de repetir la experiencia.
Lo único que le consolaba era saber que habían hecho un buen trabajo allí; encontraron a la bruja, de rango B, y acabaron con ella sin demasiados problemas por suerte. Tal vez lo peor de aquello es que como Usher había dicho solo encontraron con vida a la última niña desaparecida de unos cuatro años. No había ni rastro de los otros dos niños de cinco y siete. Fue horrible tener que darles la noticia a las dos familias, por lo menos les quedaba el consuelo de que la familia de la niña estaba feliz de volver a tener a su hija con ellos.
—Con esta ya son cuatro brujas este mes —dijo para sí mismo mientras dibujaba un cuarto palito paralelo a los tres que ya había.
Abril hacía poco que había empezado y sin embargo ya habían tenido que enfrentarse a cuatro brujas, tres mujeres y un hombre. Pero todos hacían las mismas atrocidades que ellos no podían perdonar. Normalmente en un mes acababan con seis brujas, a lo sumo ocho si era un mes movido, pero al paso al que iban batirían su propio récord.
Miró a su compañero que estaba descansando bajo la sombra de un árbol. Estaba tumbado en el suelo con las piernas cruzadas y los brazos tras la cabeza a modo de almohada. Se lo veía tranquilo, como siempre, y eso a Tet le preocupaba. Incluso tras saber que dos niños habían muerto y ni siquiera encontraron de ellos ni los huesos -seguramente porque la bruja los usó en algún ritual- él no pareció más conmovido de lo habitual, y lo habitual para Usher era estar serio.
Que hubiera llegado a ese nivel de insensibilidad, por mucho que hubiera sufrido a lo largo de los años, era sorprendente. No lo juzgaba, él sabía por lo que el azabache había pasado y todo lo que había visto, él mismo también lo había hecho. Pero la diferencia entre ambos es que Tet aún era capaz de sentir esa empatía por los demás. Y Usher parecía haberla perdido mucho tiempo atrás.
Cerró el libro que tenía entre sus manos guardándolo en la bolsa de viaje y se acercó a su amigo. Tomó asiento a su lado sin saber si estaba durmiendo o solo con los ojos cerrados. Un suspiro por parte del mayor le hizo saber que estaba despierto.
—¿Qué vamos a hacer ahora? —preguntó el pelirrojo.
—Lo de siempre —dijo abriendo los ojos—. Necesitamos reabastecernos, casi no nos queda comida. Sería bueno pasar por el mercado de Yantra antes de seguir a cualquier lado.
—Ay sí, ya estamos en época de fresas y me gustaría conseguir algunas.
—Es fácil convencerte —sonrió levantándose del suelo para quedarse sentado—. Pues será mejor que nos pongamos en marcha o nos pillará la noche.
Aqua asintió y ambos se levantaron recogiendo un poco la zona asegurándose de que no se dejaban nada. Cuando estaban a punto de marcharse Tet miró hacia arriba al parecerle ver una sombra extraña, fue el momento justo para ver como un cuervo descendía hasta ellos. Usher suspiró al notar que no era un cuervo común y Tet se limitó a extender el brazo para que el pájaro se posara sobre su antebrazo.
—Es un cuervo del gremio de cazadores —dijo el pelirrojo aunque Usher obviamente ya lo sabía y no parecía hacerle mucha gracia.
Tet quitó de la pata del animal un papel que traía atado y en cuanto lo hizo el cuervo volvió a marcharse volando. Lo miraron alejarse por el cielo y luego se centraron en el papel que Tet desdobló y comenzó a leer:
—"Llamamos a todos los cazadores para una reunión dentro de dos días en la sede del Gremio de cazadores de brujas. Importante e indiscutible la asistencia" —tras leerlo miró a su compañero—. Pues nada, parece que ya tenemos plan para este fin de semana —rió al ver el gesto del otro.
—De todas formas pasaremos por Yantra antes, luego cambiaremos nuestro camino hacia la sede.
Tet no le discutió, después de todo realmente necesitaban reabastecerse. Apenas y les quedaba para una comida más y al menos Yantra no estaba muy lejos. Nada más él guardó la nota retomaron su camino, solo que ahora Usher no se veía muy feliz. Seguía manteniendo su expresión neutral, pero lo conocía desde hacía tantos años que para él ya era fácil leerlo.
Usher no tenía la mejor de las relaciones con el resto de cazadores de brujas. Ni el propio Tet estaba seguro del por qué de esto, simplemente muchos de los cazadores no parecían llevar muy bien la personalidad de su amigo. Mientras que la mayoría allí eran como una familia, y procuraban tener un buen ambiente cada vez que se reunían, Usher era más independiente, no le gustaba demasiado hacer equipo con otros cazadores y además esa personalidad desinteresada le llevaba a tener conflictos con los demás.
Eran pocos los cazadores con los que él mantenía una relación cordial, ya fuera porque esos pocos cazadores también compartían la personalidad seria del azabache o porque no le daban mucha importancia a su actitud. Tet deseaba que pudiera formar una buena amistad con más personas pues eso era justo lo que su amigo necesitaba. Pero era difícil, y eso que él mismo se llevaba bien con casi todo el mundo. Ni así lograba que Usher se integrara más.
—¿Tienes la lista de lo que necesitamos? —preguntó Usher.
—Ah sí, aquí la tengo —Tet sacó un pequeño papel doblado de su bolsillo—. Necesitamos pan, nueces, un nuevo odre para el agua, el que tenemos ya está roto, algo de fruta, miel, jengibre y algunos ungüentos medicinales.
—No hay problema, tenemos suficiente con las monedas que nos dieron en Rodda como recompensa por la bruja.
—¿Crees que dará para comprar algo de ropa nueva también? —preguntó algo inseguro de cuanto dinero tenían—. Hace algún tiempo que las botas me están dando problemas y me vendría bien comprarme unas nuevas.
—Sí, claro, de hecho pensé en que podríamos aprovechar que vamos a Yantra para comer en una de las tabernas. Hace tiempo que no pasamos por una y ahora que tenemos suficiente vendría bien.
Los ojos de Tet se iluminaron. Normalmente el trabajo como cazador no daba para mucho y eso que ellos ni siquiera eran de los que menos cobraban. Como eran una organización ilegal, pues al rey no le caían en gracia los cazadores, no recibían ningún tipo de ayuda de castillo y debían mantenerse con las recompensas que los pueblos ofrecían por sus brujas. Obviamente esta recompensa era mayor cuanto más rango tuviera la bruja en cuestión y más peligrosa fuera.
Tampoco era que vivieran al límite, pero debían administrarse bien pues tenían que pagar comida, medicinas, armas cuando las tenían que reparar o comprar nuevas, a veces el alojamiento en cualquier hospedaje, ropa y la comida o bebida de las tabernas cuando paraban en alguna. Además también tenían que tratar de ahorrar algo por cualquier imprevisto que pudiera surgir. Por suerte como en las últimas semanas tuvieron bastante trabajo iban algo más aliviados con ese tema ese mes. Claro, por suerte era un decir, porque el hecho de que hubiera cada vez más brujas no era muy bueno.
Yantra era también una ciudad famosa por el comercio, no solo por las propias tiendas de la ciudad, sino porque tenía una gran plaza donde llegaban todos los días comerciantes al mismo ritmo al que se iban y siempre había al menos una docena de puestos en esa plaza formando un gran mercado. Era considerado el segundo mercado más grande del reino después del de la capital. Había que verlo sobre todo en fiestas o días especiales, había tanta gente que buscar a alguien ahí dentro era como buscar una aguja en un pajar.
De cierta forma la vida de cazador, aunque peligrosa, también era divertida. Conocías a muchas personas diferentes, visitabas lugares que de otra forma quizá jamás hubieras conocido y veías paisajes que eran realmente hermosos e increíbles. Puede que el trabajo que realizaban no era el mejor, matar brujas y poner sus vidas en peligro, pero salvaban personas, niños, ayudaban a crear un mundo mejor y más seguro para otros, ese sentimiento no tenía precio. Viajar con un amigo de la infancia como Usher, por muy serio e introvertido que este fuera, no estaba tan mal, y cuando se unían a otros cazadores era muy entretenido.
Pocas horas después ya habían llegado a su destino y Yantra se alzaba frente a ellos de forma bastante imponente. Las casas eran bastante grandes y algunas incluso lujosas, no eran como las de los nobles ya que allí solo vivían burgueses y comerciantes, pero aun sí eran espectaculares. Como era una de las ciudades más grandes del reino había algunos caballeros por la zona patrullando así que Tet y Usher debían andar con cuidado pues si descubrían que eran cazadores estarían en problemas. Digamos que caballeros y cazadores de brujas no se llevaban muy bien.
—¿Nos dividimos para terminar antes?
—No lo sé, ya sabes que la última vez eso no acabó muy bien —dijo Usher dubitativo.
Tets se cruzó de brazos alzando una ceja. Sabía que Usher no lo decía a malas, pero también sabía que se refería a cuando casi le pillaron unos caballeros en la capital por andar él solo. ¡No era estúpido! Sabía que eso no podía volver a ocurrir y obviamente iba a andar con más cuidado, pero era la capital, todo estaba lleno de valkyrias y caballeros. Solo fue un error.
Usher suspiró mirando a su amigo. No quería que algo así volviera a pasar, tuvieron que marcharse corriendo para que no los atraparan. Pero claro, tampoco quería que Tet pensara que no confiaba en él. ¿Por qué el pelirrojo siempre hacía las cosas tan difíciles?
—Está bien, separémonos —cedió finalmente.
Tet sonrió satisfecho al haberse salido con la suya y se despidieron nada más llegar a la calle principal del mercado. Tet compraría el odre, los ungüentos y sus botas, mientras tanto Usher se encargaría de la comida que necesitaban: pan, nueces, miel, fruta y jengibre. No era mucho pero aun así él se quedó con la lista. Si olvidaba comprar algo Tet lo mataría por despistado. Todos decían que él era el serio e intimidante, pero eso era porque nunca habían visto a Tet enfadado.
Recorrió varios de los puestos del mercado de la plaza hasta encontrar todo lo que necesitaba. Lo que más se le complicó encontrar fueron las nueces puesto que no estaban de temporada y encontrar alimentos importados de otros reinos era complicado. Al menos lo era desde que el Rey Gyan ascendió al trono y se cerró al extranjero, con los Blue no era así, era una pena en lo que el Reino de Altaria se había quedado.
—¿Tú también lo oíste? —escuchó hablar a una mujer que esperaba su turno en el puesto de al lado en lo que a él le daban las nueces.
—Me lo contó mi marido. Dicen que han estado haciendo equipos para las rondas de la noche, pero ya muchos están asustados y no quieren tener nada que ver.
—¡Son unos cobardes! Cuando les suceda algo a sus familias, a sus hijos, entonces vendrán llorando.
No pudo seguir escuchando más pues el mercader le dio lo suyo y se marchó de allí. Tampoco era como si le interesara mucho la conversación privada de dos ciudadanas.
Se alejó caminando mercado abajo hasta llegar frente a una estatua de bronce del rey Morgan Blue, estatua que probablemente no duraría mucho tiempo allí, Gyan Cinquedea ya se encargaría de cambiarla. Se sentó en el borde de la base de hormigón de esta a esperar a Tet, quien no debería de tardar mucho más en llegar. Siempre y cuando no se le complicara el trabajo de elegir calzado nuevo. Ir a comprar ropa con Tet era mortal, sabías cuando entrabas a la tienda pero no cuando salías.
Se quedó mirando a las personas que paseaban y cada vez que un caballero pasaba por la zona giraba y se sentaba al otro lado de la estatua para llamar lo menos posible la atención. Ya había carteles en casi todos los pueblos y ciudades con las caras de muchos, por no decir casi todos, de los cazadores de brujas. Aunque estaban ahí para pedir la colaboración ciudadana para encontrarlos y encerrarlos a todos pocas eran las personas que estaban dispuestas a denunciarlos. Todos sabían que la guardia real no era suficiente para encargarse de todas las brujas que asolaban el reino y quedarse sin cazadores sería la perdición.
Puede ser que en los pocos sitios donde sí era peligroso estar para un cazador fuera la capital y pueblos colindantes. Había mucha presencia de caballeros y en ocasiones de valkyrias. Además como allí los ataques de brujas eran casi inexistentes los ciudadanos pensaban que estaban a salvo y que no eran necesarios, allí no temían delatarlos.
—¡Bu!
Se levantó de un salto de donde estaba sentado poniéndose en lo peor. Cuando miró a su lado se topó con la mirada divertida de su compañero.
—Maldita sea Tet, me has dado un susto de muerte.
—Perdón, es que te he visto tan concentrado que no he podido resistirme.
—Por favor abstente de volver a hacerlo, más en una ciudad repleta de caballeros de la guardia —suspiró negando con la cabeza—. ¿Tienes todo lo que necesitabas?
—¡Sí! Mira, ¿te gustan? —dijo moviendo sus pies para que se fijara en las nuevas botas que llevaba, las cuales le llegaban algo más arriba del tobillo y eran de un tono marrón oscuro.
—Están bien —asintió el azabache y su amigo frunció el ceño.
—Un "¡Me encantan!" o un "Te favorecen mucho, Tet" no va a matarte ¿sabes? —dijo cruzándose de brazos—. Así jamás conseguirás pareja.
—Ya sabes que eso no me interesa —rodó los ojos—. Además tú eres mucho más amable y cuidadoso que yo y tampoco tienes.
—¡Porque yo no quiero! —aclaró enfadado.
—Si ya has terminado las compras apresurémonos, tengo hambre —finalizó comenzando a caminar en dirección a la calle donde se encontraban todas las tabernas.
Tet aumento el ritmo para seguirlo por la calle en la que se metió. Ya era algo tarde y algunas de las tabernas habían cerrado para descansar, por ello se metieron en la primera que vieron abierta. Aún había varias personas allí bebiendo y comiendo, lo que indicaba que no tenían intención de cerrar aún y pudieron pillar una mesa libre. Se notaba que aquel sitio era un lugar de encuentro pues había varios cazarrecompensas y cazadores de la zona, cazadores de los que cazaban animales y no brujas por supuesto.
—¿Qué van a tomar? —se acercó a preguntarles una mujer de unos cuarenta años.
—Carne a la brasa —se adelantó a decir Usher—. Y de beber vino. ¿Y tú? —miró al pelirrojo.
Este dudó un poco antes de contestar.
—Yo quiero algo de calamar y solo un vaso de agua, gracias.
La mujer apuntó ambos pedidos y se fue hacia la barra pasándole la comanda a quien parecía ser su marido. El hombre entró rápidamente a la cocina y la mujer lo sustituyó en la barra atendiendo a los hombre que bebían allí.
—¿Agua?
—Soy un chico saludable que no echa en su cuerpo sustancias nocivas como el alcohol —dijo Tet seguro de sí mismo.
—Te creería si no te hubiera visto ya beber alcohol en celebraciones como si no tuvieras fondo.
—Anda, pero mira a quien tenemos por aquí —habló una tercera voz.
Los dos compañeros giraron sus cabezas encontrándose con alguien que bien conocían. Y no venía solo como ya era normal.
—Harrold, cuanto tiempo —saludó Aqua con una amplia sonrisa.
El chico de pelo rojo, y bastante más alto que ellos dos, era un compañero del gremio de cazadores, un cazador de tres estrellas, el mayor rango de cazadores por el momento. No se conocía a ningún cazador de brujas que hubiera acabado con más de tres brujas de rango S, y si existía alguno no había vivido lo suficiente como para contarlo. Se suponía que cuantas más estrellas tenía un cazador más venerado era dentro del gremio, y al tener Harrold Houdini tres estrella y Usher dos se suponía que era algo así como su superior. Pero a Usher los rangos le importaban un pimiento y Harrold bien lo sabía.
—Hola —saludó algo más serio Usher.
—Tú siempre tan expresivo —dijo el pelirrojo.
—No eres el más indicado para decirme eso, cazador que nunca sonríe.
—Solo es un título que la gente me dio después de todo, y a veces se equivocan —se encogió de hombros.
—¡Tet!
En eso las otras dos figuras se abalanzaron para abrazar a Tet provocando la risa de este. Los gemelos Sesame eran los dos ayudantes de Harrold, estos le tenía un gran cariño a Aqua, como si fuera una especie de hermano mayor para ellos. En cuanto a Usher él tenía sentimientos encontrados respecto a estos dos.
Si bien Harrold era de los pocos compañeros de profesión al que le tenía aprecio y le agradaba, los gemelos que lo acompañaban eran para darle de comer a parte. Eran hábiles y eficientes en su trabajo, pero tenían unas personalidades... algo especiales.
Una vez se separaron del abrazo miraron a Usher con una amplia sonrisa y movieron la mano a modo de saludo. Usher les correspondió el saludo pero sin la sonrisa.
—Imagino que estáis en Yantra para reabasteceros antes de poner rumbo a la seda ¿cierto? —volvió a hablar Harrold.
—Sí, ya hemos terminado las compras e íbamos a comer algo aquí antes de marcharnos.
—Nosotros igual ¿verdad, Hocus? —dijo el menor de los gemelo al otro.
—Verdad, Pocus —asintió el mayor— ¡Tengo una idea! Ya que nos hemos encontrado y vamos a ir al mismo lugar ¿por qué no vamos juntos?
—¡Ay sí! —Tet aplaudió ante la idea de los dos hermanos que le pareció brillante— Comamos juntos y luego viajemos hasta la sede, de todas formas está a menos de dos días de viaje.
Usher no se veía tan seguro como su ayudante. Aqua sabía perfectamente lo que él pensaba sobre viajar con otras personas, pero recordó la conversación que había tenido hace poco con él sobre lo de socializar más. Le estaba haciendo una encerrona en toda regla.
Miró a Harrold en busca de apoyo para negarse a esa idea, pero nada más ver la expresión del mayor supo que eso era una batalla perdida. Este se veía bastante interesado en la idea de sus dos ayudante y miraba a Tet asintiendo.
—Me parece bien, ¿por qué no? Viajemos juntos.
—Aquí tenéis la comida —llegó la mujer que les había tomado nota con una bandeja con los platos de comida y los vasos de bebida—. ¿Se van a unir a la mesa para tomarles nota? —preguntó mirando a Harrold y sus dos acompañantes.
—¡Sí! Yo quiero un filete de pollo y unas patatas —pidió Pocus alzando la mano como si fuera un niño provocando una leve risa por parte de la mujer—. Y de beber... ¡Zumo de vayas!
—Lo mismo para mí, por favor —dijo Hocus tomando asiento en la mesa junto a su hermano.
—Para mi lo mismo que toma él —señaló Harrold la comida de Usher.
—Carne a la brasa y vino, lo tengo —dijo apuntando eso último—. En seguida lo traigo.
Harrold también tomó asiento en la mesa y Usher suspiró dejándose llevar por la corriente de la conversación y los temas diversos que tanto los Sesame como Aqua sacaban. Esta vez ganó su amigo.
Ya habían terminado de comer cuando empezaron a hablar de temas más cotidianos. Rutinas del día a día, brujas a las que se habían enfrentado últimamente y además Hocus y Tet comenzaron a cotillear sobre como era trabajar para Usher y Harrold como si ellos no estuvieran delante. Pocus por su parte se había quedado mirado empanado hacia la ventana de la taberna.
—¡¿En serio?! —Tet se llevó las manos delante de la boca sorprendido, como si no pudiera creerse lo que el otro le contaba.
—¡Te lo juro! —rió Hocus— Harrold estaba convencidísimo de que eso era comestible, y eso que Enver le dijo que no. Pero él bien empecinado. Al final acabó con dolor de estomago por dos días.
—Ay dios, a Usher nunca le paso eso, pero una vez creyó que nos estaba siguiendo una bruja y resultó que tan solo era una anciana normal y corriente. Casi la ataca y todo, a la pobre señora le faltó camino por el que correr. Nunca pensé que una señora de su edad pudiera correr tan rápido.
—Oye chicos, ya basta, que estamos delante —les llamó Harrold la atención ya algo avergonzado de que Usher y Tet se andarán enterando de sus vergüenzas.
—Ay no seas aguafiestas —le regañó Hocus continuando su conversación con Tet.
Usher llegó un momento en el que desconectó también de todo aquello como parecía que Pocus había hecho ya hace rato. A pesar de que el de hebras azules parecía estar en su mundo sabía perfectamente que se estaba enterando de todo, si después le preguntaran sobre todo lo que Tet y su hermano había dicho él podría repetirlo con comas y puntos.
La verdad es que no le hacía la mayor de las ilusiones viajar con ellos tres, probablemente más por la presencia de los problemáticos Sesame que del propio Harrold, ese par estaban locos. Pero ya que debía hacerlo al menos podría aprovechar para practicar el combate un poco con Houdini, era un cazador de un rango superior a él después de todo. Además de por supuesto llevar años en el oficio y contar con bastante experiencia.
—Ya es el tercero que desaparece esta semana. No me extraña que el resto ya no quieran seguir con las rondas.
Usher pegó de inmediato su oído y concentración a la mesa de al lado, mientras hacía parecer que seguía metido en la conversación de sus compañeros.
—Hacía décadas que no teníamos brujas en Yantra, ¿por qué justo ahora?
—Bueno no sabemos si es una bruja —admitió un tercero en la mesa—. Tal vez sea un simple criminal o incluso algún animal salvaje, un oso o un lobo.
—Si fueran animales al menos encontraríamos los restos de los desparecidos durante las rondas de vigilancia, pero nada.
—Además si de verdad es una bruja no podemos dejar de vigilar el alrededor de la ciudad. Si páramos ahora podría entrar a la ciudad y llevarse a los niños.
—No, eso no por favor.
Después de eso se pusieron a hablar mucho más bajo y Usher ya no pudo seguir escuchando lo que decían. Pero había escuchado lo suficiente. Al parecer si que su instinto estaba bien, desde que escuchó la conversación entre las dos mujeres del mercado le dio la sensación de que algo raro pasaba allí, y ahora sus sospechas se confirmaban.
—Tú también lo has escuchado ¿no? —le preguntó Harrold y Usher asintió.
Al escuchar al mayor la charla entre Hocus y Tet se cortó y los tres ayudantes los miraron. Los dos cazadores mantenía un gesto serio y sabían perfectamente lo que eso significaba.
—Es hora de cazar brujas —dijo Harrold levantándose de la silla.
Dejaron las monedas suficientes como para pagar la comida y salieron de la taberna. Lo malo es que no llegaron a preguntar por qué zona habían sucedido las desapariciones o en que lugar creyeron avistar a la bruja.
—¿Revisamos todo el bosque? —propuso Pocus.
—No, es demasiado grande, incluso con toda la gente que vive en Yantra necesitan muchos voluntarios para peinarlo entero —negó Tet—. Para solo cinco personas como somos nosotros nos llevaría días, y recuerdo que tenemos una reunión en la sede en breve.
—Iremos a hablar con el alcalde —dijo Harrold—. Yantra no ha tenido brujas en años y ningún cazador ha trabajado aquí en mucho tiempo, pero es una ciudad que simpatiza con los cazadores. Es un lugar clave para nuestras compras y todos lo saben, seguro que la persona al cargo puede iluminarnos algo más sobre la situación.
—¿Tú ya sabías lo que pasaba aquí? —preguntó Usher.
—Solo conocía algunos rumores sobre la nueva llegada de brujas a la ciudad. ¿Y tú? ¿Sabías algo?
El chico negó.
—Solo escuché a unas mujeres hablando en el mercado, pero no llegaron a concretar que se tratara de brujas por lo que no presté mayor atención.
No tenían mucho tiempo para estar en aquella ciudad teniendo la reunión de cazadores tan cerca, pero buscarían la forma de ayudar. De eso vivían después de todo.
Legaron a la alcaldía y para sorpresa del grupo había bastantes personas allí en la puerta. El alcalde junto a un concejal trataban de calmar a la masa, el hombre estaba sudando por la presión y limpiaba su frente con un pañuelo como podía. A los Sesame les pareció bastante cómica la escena mientras que Tet no podía evitar sentir pena por esas dos personas.
—¡¿Es que acaso no piensan hacer nada?! —se quejó un hombre.
—¡En cualquier momento nuestros hijos podrían desaparecer! —gritó ahora una mujer visiblemente enfadada.
Eso horrorizó al resto de personas presentes y el alcalde cada vez se ponía más rojo. No se sabía si por la vergüenza, por los nervios o porque empezaba a estar también enfadado con la situación. Esos sudores continuos decantaba que era más por lo primero o segundo.
—Usher —lo llamó Aqua en voz baja para no llamar la atención del resto.
El pelirrojo lo miraba suplicante dándole a entender que pedía que interviniera en esa desagradable situación. Usher suspiró. Siempre acababa metido en todos los líos por culpa de su amigo.
Cuando comenzó a abrirse hueco entre la multitud para poder acercarse a la alcaldía el resto lo siguieron. Harrold y los Sesame se veían algo divertidos con la situación y es que ellos poco habían convivido con Usher y Tet y nunca llegaron a conocer a profundidad la dinámica de esos dos. Ahora ya sabían que a pesar de la seriedad del mayor, Tet era capaz de ganarse su corazoncito.
Por fin tras algunos empujones y pisotones llegaron al frente y subieron las pocas escaleras de la entrada para sorpresa de los presentes. Usher se colocó al lado del alcalde mirando a toda la muchedumbre.
—¡Se acabó el espectáculo! ¡Todos a vuestra casa! —y sin esperar la reacción de esas personas agarró del brazo al alcalde y tiró de él al interior.
Se escucharon los abucheos y las quejas. Pero sin poder hacer nada para evitar que se fueran todo aquel grupo de personas se dispersó.
—Cuando dice que se acabó es que se acabó —sonrió Tet.
Todos entraron al edificio junto a un todavía asombrado concejal que no parecía atreverse a decir nada. Después de todo los libraron de toda esa gente quejica. Tet odiaba a esa clase de personas, solo sabían quejarse y nunca intentaban nada por sus propios medios. Entendía que ellos no pudieran enfrentarse directamente a una bruja, pero podía unirse a las patrullas nocturnas, pasar más tiempo junto a sus hijos, ¡incluso llamar ellos mismos a unos cazadores!
Pero claro, era mucho más cómodo que te lo dieran todo hecho.
—Gracias por ayudarme con esa multitud pero ¿quiénes sois vosotros? —el hombre aún pasaba el pañuelo por su frente tratando de calmarse después de los nervios de antes.
—Cazadores de brujas —se limitó a aclarar Usher—. Estábamos de paso por la ciudad y escuchamos ciertos rumores.
—Rumores sobre brujas —añadió Harrold.
—Pues gracias al cielo que estáis aquí —parecía estar a punto de llorar por el alivio—. Estáis en lo correcto y no son rumores, son hechos. Por primera vez en años se han avistado brujas en Yantra.
—Hará cosa de dos semanas del primer avistamiento y desde entonces no para de crecer el número de personas que las han visto —explicó el concejal.
—Es decir, que hay más de una —el concejal asintió a lo dicho por Harrold.
El acalde tomó asiento agotado tras su enorme escritorio mientras que el otro hombre buscaba algo en los cajones de un armario. Regresó colocando un mapa de la ciudad y alrededores sobre el escritorio. Había varias equis rojas marcando diferentes lugares.
—Estos son los sitios donde dicen haber visto a las supuestas brujas —apuntó el concejal.
—Al principio no hicimos mucho caso de los rumores pues no ha habido ataques, pero como cada vez más personas aseguran haberlas visto el pánico está cundiendo.
—Brujas que no atacan... Es extraño —dijo Hocus mirando a su superior.
—Os podéis quedar con el mapa para tenerlo como referencia —dijo el alcalde—. Solo os pido que por favor acabéis con esas brujas si es que realmente existen.
—Prometemos hacer todo lo que podamos —asintió Harrold tomando el mapa.
Los cinco salieron del lugar volviendo a encontrarse en la calle. Harrold le pasó el mapa a Tet para que marcara aquellos sitios en su propio mapa. Por suerte Tet era un maniático de llevar mapas de un montón de lugares para asegurarse de que nunca se perdieran y tenía uno muy similar al que les había dado el alcalde. Luego se lo devolvió al otro grupo.
—Encargaros vosotros de la zona de los cultivos, los Sesame y yo iremos al coto de caza de esta parte del bosque.
—Perfecto, tened cuidado —pidió Tet antes de que se separaran.
—No recordaba que los campos de cultivo dieran tan mal rollo —mencionó Tet apartando plantas del camino.
Habían optado por adentrarse en los altos cultivos de aquel campo, literalmente allí las plantas que crecían eran más altas que ellos mismos y eso era precisamente lo que le causaba desconfianza al menor. Estaban seguros de haber visto una figura meterse por allí en cuanto los vio. Podría ser un animal, el dueño de aquellos campos trabajando, pero por aquella reacción Usher estaba casi seguro de que podía ser la bruja que ellos buscaban.
Y si resultaba no ser al menos estaban seguros de que obtendrían información, pues el comportamiento de dicha persona estaba siendo demasiado sospechosa. Usher estaba totalmente alerta al punto de llevar su lanza en mano, Tet también llevaba una de sus kamas lista por si pasara cualquier cosa.
Como era lógico esas no eran armas normales, o bueno, no del todo. Las armas de los cazadores de brujas eran armas benditas, cubiertas en su momento por agua bendecida por sacerdotisas o sacerdotes. Eso era un proceso necesario para poder combatir a las brujas, pues un arma normal no les haría daño, incluso aunque le atravesaras el corazón o les cortaras la cabeza si no eran armas benditas las brujas simplemente se regenerarían. Los cazadores siempre llevaban al menos dos tipos diferentes de armas que manejaban a la perfección y algunos pequeños frascos con algo de esa agua bendecida por si necesitaran usar otras armas, para que estas fueran efectivas.
—¿Sientes algo? —preguntó Tet.
—No estoy seguro.
—Y eso significa que...
—Que o es una bruja de rango inferior, o una bruja de rango superior con unas habilidades de ocultación demasiado peligrosas.
Tet tragó sin atreverse a seguir insistiendo y arriesgarse a distraer a su compañero. Algo que agradecía de ser ayudante de este era esa habilidad que tenía para sentir la presencia de las brujas, o la magia que estas desprendía. Era una habilidad que Usher tenía desde pequeño y que pocos más tenían, solo habían conocido a un par de personas con esa misma habilidad en todo ese tiempo. Aún no entendían del todo a qué se debía eso.
Sena paró de repente y puso el dedo índice sobre sus labios para indicar a su ayudante que guardara silencio, escuchaba algo y aquella presencia tan débil se sentía algo más cercana. Ambos levantaron sus armas y se colocaron espalda contra espalda listos para actuar. No dejaron de mover sus ojos por todo el terreno, el poco que se podía ver entre tanta cosecha, y agudizaban sus oídos para no perderse nada, ni un solo sonido.
A pesar de eso Tet apenas tuvo tiempo de reaccionar cuando sintió que algo a su espalda tiraba a Usher al suelo. Se giró rápido y vio como el azabache era arrastrado por el pie entre todas esas plantas tratando de que Tet los perdiera de vista, aunque este se dio prisa en perseguirlos. Por todos esos tallos golpeándolo el azabache no era capaz de ver qué era exactamente lo que lo arrastraba, pero no podía alejarse mucho de Aqua porque podría haber más peligros acechando allí. Como no había soltado su lanza, ni siquiera por ese placaje inesperado, pudo tratar de golpear a lo que fuera que lo tenía agarrado.
Esto pareció funcionar cuando escuchó un chirrido molesto, casi como un grito y dejó de ser arrastrado. Lo que pasa es que ya estaba fuera del campo cuando lo que fuera que lo agarraba lo soltó, las altas cosechas habían quedado a su espalda y frente a él, antes de llegar al bosque que estaba al otro lado del camino, había lo que parecía ser una extraña persona. Usher la apuntó en seguida con la punta de su lanza y este ser dio un par de pasos hacia atrás para mantener la distancia mientras agarraba su hombro que sangraba. Sería allí donde el chico consiguió asestarle un corte.
El punto que tenían las brujas es que podían elegir sus propias formas, podían parecer mujeres jóvenes, hermosas y amables, hombres fuertes y elegantes, incluso niños o ancianos y no sospechar de ellos. Pero también tenían una forma en la que mostraban su verdadero ser, una forma horrenda que espantaría a cualquier persona y la haría tener pesadillas. Cuanto mayor era el rengo y el poder de dicha bruja peor era esa forma, pues la magia negra y de sangre más las corrompía.
Las características que todas ellas compartían eran pieles pálidas de un tono que era enfermizo, cabello maltratado y ojos que se volvían completamente negros, como si la pupila los cubriese por completo. Las personas que veían por primera vez una bruja en su forma real no podían evitar tener escalofríos, quedarse paralizadas del miedo. Usher no fue la excepción en su momento, pero ahora, después de años enfrentándolas, ya estaba acostumbrado.
La bruja se abalanzó hacia él con una daga en la mano, dispuesta a clavársela en el corazón. El chico fue más rápido y la esquivó logrando cortarle el brazo con su lanza. La bruja de nuevo gritó cayendo de rodillas al suelo mientras que su brazo, aún desprendido de su cuerpo se agitaba en el suelo.
—Tú, maldito cazador.
La voz sonó profunda y con un eco desolador. Esa voz no parecía real, era como si saliese desde el mismísimo infierno y consiguiera hacer todo tu cuerpo temblar.
—No podréis impedir que la luna se cierna sobre vosotros, inmundos humanos.
La bruja se llevó a la boca los dedos de la mano que aún estaba unida a ella y silbó, es pocos segundos a una gran velocidad llegó allí una escoba que estuvo a punto de golpearlo. Esta agarró su brazo desmembrado, sabiendo que fácilmente podría volver a unirlo después y trató de subirse a su escoba para marcharse de allí. Lo que parecía una hoz salió de entre los cultivo clavándose en su espalda justo antes de que emprendiera el vuelo y tiró a la bruja de la escoba.
Tet salió de entre los cultivos después de haber lanzado su kama a la bruja y mantenía la otra en su mano dispuesto a usarla si era necesario. El ser no esperó y se lanzó hacia él, mas no llegó pues antes de que recorriera los pocos metros que la separaban del pelirrojo una lanza atravesó su cabeza. La sangre de la bruja manchó al menor, una sangre negra y pegajosa que lo asqueó.
Esta solo cayó al suelo ya sin vida.
Usher se acercó y sacó su lanza de la cabeza de la bruja, la hoja también estaba manchada de sangre negra y viscosa. Quitó también el kama de la espalda y se lo dio a Tet.
—¿Podrías tratar de no mancharme de sangre de bruja? Es asqueroso.
—¿Preferías que dejara que se te tirara encima?
Tet bufó en lo que Usher se agachaba para registrar a la bruja. No llevaba nada encima más allá de unas rocas y plantas venenosas que iría a usar para algún hechizo, pero lo que seguía preocupando al chico era aquello que mencionó la bruja antes de que Aqua llegara.
«No podréis impedir que la luna se cierna sobre vosotros».
¿A qué se refería? Lo mejor sería hablarlo luego con Harrold, quizás él supiera algo más o alguna vez escuchara a alguna bruja decir algo similar. Había que intentarlo.
—Espera, ¿en serio vas a cortarle la cabeza? —preguntó cuando vio que agarraba la cabeza de la bruja y acercaba su lanza al cuello.
—Ya sabes que debemos llevar una prueba de que está muerta.
—¿Y no sirve el brazo que ya está cortado?
—Ya sabes que no. La única forma de asegurar que una bruja está muerta es entregando su cabeza —y así la cortó sin más haciendo que Tet tuviera ganas de vomitar.
Daba igual cuantos años pasaran, a él esa imagen le seguiría dando arcadas. Era realmente asquerosa.
Nombre: Tet.
Apellido: Aqua.
Apodo(s):
Cerbero (dado por los ciudadanos).
Celestina defectuosa (dado por Usher).
Fecha de nacimiento y edad: 15 de febrero, 19 años.
Altura: 1,63 m.
Ocupación: Ayudante de cazador de brujas.
Cazador al que sirve: Usher Sena.
Rasgos más característicos: Es considerado un cotilla y un chismoso, es el primero en enterarse de cualquier cosa que pase siempre que se trata de drama y secretos de los demás. A pesar de esto es alguien amable, alegre y bromista, aunque suela meter las narices donde no le llaman. Se le considera una de las personas más dramáticas del gremio de cazadores.
Arma principal: Un par de Kamas.
Arma secundaria: Cerbatana.
Campo en el que destaca: Emboscada.
Habilidades principales: Rápido y escurridizo. Tiene buenos reflejos y es capaz de actuar rápido y de forma sensata. Tiene muy buena orientación y le es fácil entender mapas, brújulas y hasta es capaz de guiarse tan solo por el sol o las estrellas.
Debilidades principales: No es muy fuerte físicamente y su resistencia es pobre. Le cuesta tomar decisiones y por ello no es demasiado buen líder. Es un poco bocazas y actuar con secretismo no es lo suyo.
Magia: (-)
Crush: Desconocido.
Character Song: Fairytale — Alexander Rybak
Extras:
—Es considerado la persona más cotilla dentro del gremio de cazadores de brujas.
—Nadie entiende cómo es capaz de trabajar con alguien de personalidad tan contraria a la suya como Usher Sena, pero se niega a cambiar de compañero.
—A veces se comporta como una madre sobreprotectora con los más jóvenes.
En un principio iba a publicarlo algo más adelante, pero como ahora estoy de viaje por mis vacaciones de verano no he tenido mucho tiempo para escribir y no he tenido listo a tiempo el capítulo de LHNM.
A cambio, para no dejar el lunes sin actualización he decidido traer el segundo capítulo de Witch Hunter que ya estaba escrito. Como habéis podido ver ya se ha visto un poco de un primer enfrentamiento con una bruja. También han aparecido nuevos personajes como Harrold Houdini y los Sesame. De verdad que los gemelos me parecen el mejor dúo dinámico que puede haber, ya me hacían gracia en MidWar y quise seguir un estilo parecido con estos dos aquí.
Ya en el próximo capítulo se irán presentando poco a poco nuevos personajes y más OCs. ¡Nos vemos pronto!
~Nova/Dreamer ♥
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