Capítulo 19
—Con esto ya está —dijo Violette alejando las manos del brazo de Millennium.
El chico lo estiró y movió un poco en diferentes direcciones comprobando que en efecto ya no le dolía. El derrumbe de una de las paredes de gremio le había pillado cerca, su brazo derecho se vio goleado fuertemente por las rocas. Sintió su el dolor que le calaba el hueso y sus músculos gritar de dolor. Sin embargo, aquella magia de Nashira había sido suficiente para reparar algo que pensó desde el primer momento que estaría roto.
—¿Te duele? —le preguntó Christa Beker, la cazadora a la que Maxim servía como ayudante.
—Ni una pizca ¡es increíble! Gracias a ti ahora podré matar a esos bastardos con los dos brazos —sonrió hacia la bruja.
Violette le devolvió una sonrisa confundida por la naturalidad con la que esa amenaza y declaración de asesinato había sonado. Tal vez y solo tal vez, le había dado por un momento un escalofrío.
Hasta el momento solo había conocido a cazadores como Preston o Usher, que o bien eran tranquilos o amables. Maxim marcaba una clara diferencia con los dos anteriores, incluso la cazadora para la que trabajaba le inspiraba mayor confianza. Un ayudante más sádico que un cazador.
—Basta ya, vas a asustarla —el tono que la chica usó sonó bastante tajante—. Muchas gracias por tu ayuda, ¿Dónde aprendiste a usar magia curativa así de bien?
—Eres menor que yo y aun así te comportas como mi madre —se quejó Maxim alejándose del lugar y dejando conversar a las dos chicas.
—Bueno, una vecina amiga de mi madre tenía la marca del sol, ella me enseñó un poco, era realmente talentosa —mintió con tanta naturalidad que nadie lo notaría.
—El talento para la magia de alguien con marca es difícil de igualar, si tú eres así de buena me gustaría poder conocer a esa mujer.
—Lamentablemente murió hace algunos años —dijo Violette—. Tuberculosis.
Preston miraba a las chicas y escuchaba levemente la conversación a lo lejos. Todo parecía ir bien con Violette, se estaba adaptando muy bien y su magia estaba siendo de mucha ayuda. Los heridos después del ataque de los caballeros se recuperaban a mayor velocidad gracias a ella.
Después de que se encontraran con Nicola y ella los pusiera al día de todo lo sucedido, les había guiado hasta el campamento provisional que habían montado a unos kilómetros. Allí esperarían hasta que el resto de cazadores llegaran. Ya habían enviado a algunos cuervos mensajeros para dar aviso y a lo largo de la semana que llevaban allí muchos ya habían llegado. Entre ellos Bai Long, Jude e incluso el grupo de Neil.
—Ey, Preston.
Terry se acercó. Él y Njord apenas habían llegado esa misma mañana, no había tenido tiempo de saludarlos.
—Vosotros os fuisteis con Usher y Tet ¿Dónde están? El cuervo que envían para avisarles regresa siempre sin encontrarlos.
Seguramente ya estaban en medio de su viaje junto a las brujas de Edén. Camellia y el resto usarían magia para ocultarse y pasar desapercibidos. Eso explicaría por qué el cuervo no los encontraba. Pero no podía decirle eso a Terry.
—No lo sé, nos separamos cuando un escuadrón de valkyrias nos atacaron.
—Es muy raro —Njord apareció tras su ayudante—. Ningún cazador más dice haber sido atacado, mucho menos por las mismísimas valkyrias. ¿Por qué vosotros sí?
Ahí le había pillado.
—Bueno, mala suerte supongo, estaríamos cerca de su lugar de patrulla —antes de que Njord o Terry insistieran trató de desviar el tema—. De todas formas ellos saben lo que hacen. Seguro que están bien y vuelven pronto —sonó más como si se estuviera autoconvenciendo—. No sabía que ahora os llevábais tan bien con Usher que incluso lo echáis de menos.
Parece que tocó las teclas adecuadas. El gesto asqueado de Terry y el ceño fruncido de Njord no se hicieron esperar.
—Me la suda lo que hagan la verdad —dijo Terry—. Pero hay una reunión que llevar a cabo, decisiones que tomas y unas reliquias que encontrar. ¿No van a ayudar o qué? No pienso hacer su trabajo también.
Un brazo se apoyó en los hombros de Terry. Colby lo miró con una amplia sonrisa, Preston agradeció internamente que interrumpiera esa incómoda conversación.
—Usher y Tet no están escaqueándose. De hecho han conseguido más que todos vosotros juntos —aseguró, Terry arqueó una ceja sin verse convencido por las palabras del otro—. ¿Veis a aquel chico de allí? Digamos que es a quien fuimos a buscar junto a ellos dos.
Señaló con el pulgar a Sol. Este hablaba bastante entretenido con Arion Sherwind, otro de los ayudantes más jóvenes que trabajaban en el gremio. Skie también estaba con ellos. Era como si sus sonrisas emitieran luz propia, como mirar directamente al sol de lo brillantes que eran. Pura bondad e inocencia.
—¿A qué te refieres? —preguntó Njord.
—Creo que hemos averiguado donde puede estar una de las reliquias, y Sol sabe como llegar a ese lugar —soltó Preston sin rodeos.
Terry fue el que más se sorprendió de los dos. Abrió y cerró la boca varias veces sin decir nada, como un pez que se ahoga fuera del agua. Luego solo frunció el ceño.
Seguramente el sentirse adelantado por Sena no le hizo la menor gracia. Njord tampoco parecía especialmente contento, lo disimulaba mejor que su ayudante.
—¿Habéis hablado ya con Sharp y Evans?
—No hemos tenido la oportunidad —admitió Colby.
Terry se quitó su brazo de encima.
—Jude apenas llegó ayer, y desde entonces él y Mark han estado muy ocupados. Además hemos estado ayudando en todo lo que se necesitaba aquí —explicó Preston.
—Sí, algunos llevamos ya varios días echando una mano, ¿sabes? —trató de picarlos Colby.
Ninguno de los chicos entró al trapo. No parecían tener ganas de discutir con Columbia sobre algo así.
—Pues eso es de prioridad, es hora de que lo comuniquéis, o lo haré yo —advirtió Njord como si se tratara de un ultimatum.
Colby sonrió ampliamente y se despidió con la mano cuando ambos se alejaron de él y Preston. Procedió a suspirar al perderlos de vista.
—Creo que empiezo a entender por qué Usher los evita —admitió.
Preston no contestó y simplemente se alejó del lugar. En algo Njord tenía razón. Era hora de hablar con Jude y Mark sobre lo que habían descubierto gracias a las brujas blancas. Claro que eso implicaba explicárselo todo desde el inicio, iba a ser un proceso largo y pesado.
—Chicos —Preston se acercó a donde Arion, Skie y Sol hablaban—. Siento interrumpir vuestra charla, pero tenemos que hablar —dijo mirando a los dos últimos.
——Perdona Arion —se disculpó Sol ante el castaño por esa forma tan repentina de cortar la conversación.
—No te preocupes —negó—. Volveré con Ashley para tratar de ayudar en lo que pueda, como dije espero que os adaptéis bien al gremio ¡suerte!
Arion se despidió, Skie y Sol le dedicaron una sonrisa y agitaron sus manos. Luego de eso la atención de ambos recayó completamente en Preston y Colby.
—¿Qué sucede? —preguntó Skie.
—Voy a hablar con Jude y Mark sobre todo lo de Edén.
—¿Estás seguro de que es buena idea contarles? —preguntó Sol no muy seguro.
Después de todo era la seguridad de su gente la que estaba en juego ahí. La de su gente y la suya propia. Porque si no se tomaban bien el hecho de que él fuera una bruja blanca estaría en serios problemas.
—Son prácticamente los líderes de este lugar, tienen que saber —Preston se veía decidido—. Además si contamos con ellos todo resultará mucho más fácil. Mantener todo esto en secreto nosotros solos no resultará sencillo —miró a Colby—. Tú quédate con ellos ¿vale?
—¿Estás seguro?
Preston asintió.
—Echales un ojo a Violette y Syo también, donde sea que esté este último.
La verdad era que desde que habían llegado al gremio Syo había estado bastante desaparecido. Según Skie de por sí él era un lobo solitario que se había visto obligado a trabajar en grupo de un día para otro por las circunstancias. Era de suponer que hubiera momentos en los que prefiriera retomar este hábito y pasar tiempo solo ya fuera simplemente paseando, entrenando o descansando.
Y Preston debía de admitir que le molestaba esa actitud.
Ese chico solo parecía pensar en sí mismo. No había ayudado prácticamente en nada a pesar de lo mal que estaban los cazadores. Era como si desapareciendo pensara que todo estaba arreglado
—No hará falta.
El chico que había mencionado descendió de las ramas de un árbol de un salto.
—Estaba ayudando con la cena de esta noche —mostró un puñado de aves atadas de las patas por una cuerda, acababan de cazarlas—. Pero ya he vuelto. Te acompañaré.
—No hace falta —a Preston no le entusiasmaba la idea.
—Solo por si acaso. Puede que tú conozcas a esos cazadores desde hace años y les tengas una gran confianza, pero dadas las circunstancias no sabemos cuanta de esa amabilidad conservarán —expuso su punto de vista—. Acaban de perder a algunos compañeros, otros muchos están heridos, y aunque sea por culpa de los caballeros no sabemos si querrán arriesgarse a mantener tan cerca a un par de brujas —el chico tenía un buen punto aunque a Preston no le gustase admitirlo—. Además, también es para asegurarme que no se habla de más de cierto tema.
No era necesario que aclarara que se trataba del tema de las marcas. Preston no tenía la intención de tocar el tema ¿qué se creía? Usher le había pedido que le dejara contarlo a él y él lo contaría. No hacía falta que se lo recordara de esa forma.
O podía referirse también al hecho de que Skie estuviera aprendiendo a usar magia de manos de una bruja. La princesa siendo instruida por una bruja. Era subrealista.
—¿No confías en mí?
—¿Y tú en mí?
Una batalla de miradas inició entre los dos. Fue Preston el primero en fruncir el ceño y quitar su mirada de los ojos plata del otro.
—Lo que sea —no se opuso más a la petición de Syo.
Se encaminó a la tienda en la que Jude y Mark habían pasado la mayoría del tiempo los últimos días, pensando en lo que podrían hacer a continuación. Neferet y Nathan habían estado entrando y saliendo también sin parar, ya fuera porque los dos cazadores requerían su ayuda o para llevarles algo de comer o beber.
Preston no dejaba de pensar en qué diría cuando los tuviera cara a cara. ¿Cómo les iba a explicar todo lo que había pasado en tan poco tiempo? Encima la desconfianza de Syo le había calado aunque no lo quisiera. No veía a los dos mayores tomándola contra Sol y Violette. Mucho menos después de la gran ayuda que Gardine había aportado como sanadora, pero y si... ¡No! Definitivamente no.
Tenía que dejar de tomarse tan en serio las palabras de Kurosaki. ¿Qué sabía él sobre ellos? No tenía ni idea.
Caminaba unos pasos detrás de él. Sentía su presencia y su mirada pegada a su nuca. No entendía qué buscaba de él y tampoco estaba seguro de querer descubrirlo. Era alguien misterioso, que guardaba muchos secretos, no le gustaba eso, porque más secretos solo significaban más probabilidad de que les traicionara. Nunca había sentido tanta inquietud por nadie, desde nunca le había importado la vida privada o el pasado de los demás porque sabía respetar la privacidad de cada uno.
Aunque Columbia era su ayudante estaba seguro de que no lo conocía todo acerca de él. Tampoco acerca de Usher aunque le gustara, y los demás no lo sabían todo sobre él. Era lo normal allí.
Sin embargo, Syo era otra historia. Aquel albino lo hacía sentirse...
—Amenazado.
—¿Eh? —Preston no llegó a escuchar bien lo que Syo había dicho al estar absorto en sus pensamientos.
—Te sientes amenazado por mí, ¿verdad? —insistió.
—No sé a qué te refieres.
Sí, esa era justo la palabra que había estado buscando. Sentía que Syo era una amenaza, y no en el sentido de que peligrara su vida o seguridad. Un sentido aún peor.
—Lo viste todo, los tablones de madera no se cayeron por la mágica acción del viento. Tú estabas observándonos.
—Te repito que no sé de qué me hablas.
—La noche de la fiesta de bienvenida para Usher y Tet. Eras tú.
La conversación le estaba haciendo sentirse muy incómodo. Nunca había deseando tanto llegar a un lugar y la tienda de Evans no parecía estar más cerca.
—¿Pasaste de admirador secreto a acosador chiflado? —continuó Syo— Te tenía como alguien más listo.
—Aprecio el silencio, ¿por qué no ayudas con eso? —sugirió formando una sonrisa realmente forzada y tensa.
Nunca tuvo la intención de que se viera natural. Todo lo contrario.
—No estaba preguntando, te vi —esa afirmación por fin hizo que Preston frenara en seco—. Te vi de reojo justo después de besarlo. No estaba seguro al principio, pero ahora sí lo estoy.
—Sí, os vi. Era yo, ¿y qué?
Preston se giró para mirarlo a la cara con el ceño fruncido. Su incomodidad se había ido dejando espacio a la ira y el resentimiento.
—Sabes, al principio no era como que pretendiese parecer tu rival o algo así, de hecho me parece una situación cuanto menos absurda. Pero se dio así, y creeme que no es la ilusión de mi vida.
—Tet me contó que cuando os conocisteis trataste de matarlo, sino hubiera sido por Njord y Terry... ¿de qué vas? ¿Qué pretendes?
Syo no contestó en un principio. Alzó la mirada pensativo, se encogió de hombros.
—Ni yo lo sé. Solo dejo que suceda lo que tenga que suceder —volvió a centrar su mirada en el más bajo—. Es un asco que te guste alguien, tú me entiendes mejor que nadie en este caso ¿no? —sonó como una provocación aunque no era lo que Syo pretendía— Pero odio darle demasiadas vueltas a las cosas. No estoy hecho para dar rodeos como me parece que tú llevas haciendo años. No sé que piensa él al respecto, pero si tú no te lanzas lo haré yo de nuevo.
No estaba diciendo nada que no fuera cierto, Preston lo sabía, la verdad es lo que más duele. Ya sabía qué era lo que le molestaba de Syo, y no era su personalidad, su actitud o que hubiera besado a Usher. Era que fue capaz de hacer en tan solo un mes conociéndose lo que él no pudo hacer en cuatro años.
Le había dejado como un completo idiota. Él se sentía como un completo idiota por la situación.
Lo que dijo a continuación no fue lo más maduro. Se arrepintió al instante.
—Como si fuera a gustarle un simple ladrón.
Syo no le miró mal cuando dijo eso. Volvió a encogerse de hombros y continuó andando dejándolo ahora a él atrás.
—Eso es algo que decidirá él.
Sí, era un idiota.
—Lo siento, no pude terminar de copiar esa parte —se disculpó Neferet—. Tenía planeado terminarlo en cuanto regresáramos. Pero ahora que no tenemos el libro no podré hacerlo. Lo siento.
—No te preocupes, no es culpa tuya —dijo Jude—. El libro tenía cientos de páginas. Hiciste lo que pudiste con el tiempo del que disponías.
—Si alguien tiene la culpa soy yo —Mark se llevó las manos a la cabeza revolviendo su pelo— ¡¿Como soy tan idiota de perder el libro del origen?!
—No tiene sentido seguir dándole vueltas a eso —indicó Jude revisando de nuevo las notas de su ayudante.
Neferet había tratado de hacer una copia del libro que habían obtenido en la biblioteca de la capital previendo justamente que algo así pasaría. Estaban en medio de un fuego cruzado con los caballeros, las valkyrias y las brujas. Por mucho que trataran de ocultar y proteger el libro era muy probable que en algún punto lo perdieran o se destruyera. Lo que no esperaban es que fuera antes de que la copia estuviera lista.
Jude debió de permitir que Neferet llevara con ella el libro y continuara trabajando durante el viaje. Estúpido de su parte pensar que eso era más peligroso y dejarlo en la sede era la opción correcta. Que ingenuo había sido.
—Lo malo no es tanto que ya no tengamos el libro, sabemos lo que tenemos que hacer, tú mismo leíste el libro al completo —dijo Nathan mirando a Sharp—. Lo malo de esta situación es que son los caballeros quienes lo tienen ahora. Van a saber lo que estamos tratando de hacer. Y teniendo en cuenta que ellos tienen muchos más medios que nosotros podrían encontrar las reliquias antes.
—No podemos permitir que se nos adelanten —negó Jude.
—¿Qué vamos a hacer? —Neferet se notaba nerviosa— Ya casi ha pasado un mes de los tres que teníamos para buscar las reliquias y solucionarlo todo. La luna de sangre ¿recordáis?
Nadie dijo nada. El silencio se instaló en la tienda sin que nadie tuviera forma de romperlo.
Jude examinó una vez más la copia incompleta del libro. Por mucho que pasara sus páginas una y otra vez no iba a encontrar nada nuevo. Hablaba sobre Zoolan, el primer oráculo, sobre sus discípulos, precursores de las brujas, como era cada reliquia y la historia tras su creación y algo de historia de Altair. Ninguna pista del paradero de esos objetos.
Alguien entró a la tienda durante ese momento de reflexión. Shawn los observaba ajeno a la discusión que se llevaba a cabo.
—Perdón por interrumpir, pero Princeton y Kurosaki están fuera, dicen que necesitan hablar con Jude y Mark.
Mark miró a Jude buscando su aprobación, luego asintió.
—Diles que pasen.
Shawn obedeció y a los pocos segundos de que él dejara la tienda fueron los dos más jóvenes los que pasaron al interior. Aunque era amplio ya con seis personas allí dentro se empezaba a notar la falta de espacio.
—Perdonad que os interrumpamos —habló Preston—. Pero hay cosas muy importantes que debemos hablar.
—Os dejo entonces, de todas formas me empiezo a asfixiar aquí dentro. Voy a tomar el aire un poco —anunció Nathan.
—¡Yo también! —se apresuró Neferet a seguir al de pelo azul.
Preston agradecía internamente que les hubieran dejado a solas con Mark y Jude. No quería que lo que hablaran a continuación lo supieran más personas de las estrictamente necesarias, por mucho que ambos fueran sus ayudantes.
—Somos todo vuestros —sonrió Mark dándole pie a Preston de que se explicara.
—Estoy seguro de que recordáis que Colby y yo nos marchamos con el grupo de Usher antes de que todo... esto pasara —empezó Preston—. Decidimos acompañarlos para poder ayudarlos y de paso protege a Skie y, en cierta medida, a Syo de cualquier imprevisto mientras se acostumbraban a todo esto.
—Sí, sería peligroso dejar a la princesa desprotegida —asintió Mark.
—Cuando me contaron que se había ido con vosotros no negaré que no me gustó especialmente la idea —dijo Jude—. Pero visto lo visto me alegro de que así fuera, al menos no estuvisteis durante el ataque de los caballeros.
—Bueno, respecto a eso...
Preston les habló sobre los sucedido hacía una semana y poco atrás. Cómo los habían atacado las valkyrias, el mapa con magia que habían usado para localizarlos con la sangre de Skie y, aunque le costó un poco explicarlo, el sitio exacto al que habían ido y quienes habitaban allí.
—¡¿Habéis ido a una aldea de brujas?! —Jude se veía bastante exaltado— Y no solo eso, habéis traído a dos con vosotros.
—Tranquilízate, Jude —pidió Mark.
—No son un peligro —intervino Syo—. Salvaron a Usher y Tet de las brujas oscuras y los cuidaron hasta que se unieron al gremio, se quedaron para ayudarlas a protegerlas y ellas nos protegieron a nosotros.
Visto de esa forma tenían razón. Aunque Jude seguía sin fiarse completamente. Después de todo su instinto de cazador no podía ver como normal convivir con dos brujas, fueran blancas u oscuras seguían siendo brujas.
—Es más, nos han ayudado a averiguar donde está la primera reliquia, la cruz del sur —señaló Preston.
—¿La tenían las brujas? —preguntó Mark.
—No, la tuvieron hace años, ya no. Pero saben quienes la podrían tener ya que un antepasado de la líder de las brujas blancas fue quien dio el amuleto. Para tenerlo mejor protegido.
—Camellia dijo que se la entregó a una raza llamada greenlanders que habitan en la hondonada —indicó Syo.
—He oído hablar de ellos —asintió Mark—. Mi abuelo los vio en una ocasión que tuvo que ir a hacer un trabajo allí cerca, por descontado no entró en territorio feérico, los humanos no son bien recibidos allí. Los greenlanders se parecen bastante a los elfos, forma humanoide, orejas puntiagudas y piel clara como la nieve. Pero sus ojos los delatan como seres mágicos, son completamente blancos, sin pupila o iris, y tienen un brillo peculiar. Además en la piel tienen símbolos tribales de color verde, seguramente hechos con magia. Tienen una forma de vida similar a la de las chamanes.
—Me cuesta creer que una bruja sepa donde encontrarlo —la desconfianza aún se notaba en la voz de Jude.
Syo se encogió de hombros.
—Al parecer su madre tenía contacto con los greenlanders.
—Está bien, confiaremos en él y mandaremos a un grupo a la hondonada —Jude iba a quejarse ante las palabras de Mark, pero este continuó hablando sin dejarle hacerlo—. Pero Violette no irá con vosotros.
—Pero Mark —la queja de Preston tampoco prosperó.
—Si uno de los dos se queda aquí no creo que el otro intente hacer nada raro.
—Sol no haría algo así —negó Preston.
—No lo sabemos —frunció el ceño Jude—. Si quieres que confiemos en ellos dos, lo haremos a nuestra manera.
—No lo toméis tampoco como algo malo, he visto sus habilidades con la magia de sanación, nos vendría bien su ayuda con los heridos en el ataque de los caballeros —dijo Mark colocando sus manos en los hombros de Preston—. No le diremos a nadie sobre que son brujas, ni siquiera a Nathan o Neferet. La cuidaremos, ¿de acuerdo?
Preston dudó pero finalmente asintió. Estaban hablando de Mark después de todo, él no les haría daño. En cuanto Sol y Violette demostraran ser de confianza dejarían de tener tantos reparos con ellos. Y demostrarían serlo cuando regresaran al gremio con la reliquia de la cruz.
El chico no pudo evitar desear que Usher estuviera ahí en ese momento pues él hubiera sabido lo que hacer mucho mejor. Deseara lo que deseara la realidad es que su amigo no volvería en una buena temporada. No quería que cuando regresase descubriera que no habían avanzado y que Daystar y Gardine estaban en problemas. Ni hablar.
Demostraría que no tenía que preocuparse por ellos. Que él podía hacerse cargo perfectamente de la situación.
—Bien Preston, tú te encargaras de buscar la reliquia en la hondonada, elige a aquellos que quieras que te acompañen —sentenció Mark.
—¡Sí, muchas gracias! No os arrepentiréis de confiarme a mí la misión —hizo una profunda genuflexión antes de salir de la tienda siendo seguido por Syo.
Permanecieron en silencio viendo a los dos más jóvenes marcharse, en cuanto volvieron a quedarse solos Jude habló:
—¿Estas seguro de esto?
—Es lo mejor que tenemos, además confío en nuestros cazadores, si ellos confían en esas brujas blancas yo también lo haré.
—Espero que no tengamos que arrepentirnos de esto.
—No lo haremos, ya verás —sonrió antes de volver con mayor seriedad al tema que los ocupaba antes incluso de que Nathan y Neferet estuvieran con ellos—. Por otro lado, ¿Qué vamos a hacer con las brujas de Yantra?
—Y pensar que las brujas la tomarían contra esa ciudad... —Jude se llevó la mano al mentón pensativo— Seguro que enviaran a caballeros y valkyrias, pero aun así deberíamos enviar algunos cazadores a mirar. Tengo entendido que las brujas que han asediado la ciudad son de alto rango.
Tras la larga y oscura noche un día nuevo llegó. Preston no había pegado ojo a decir verdad, puede que hubiera dormido dos o tres horas en total. La preocupación por lo que harían a partir de ahora era demasiada.
Ir a la hondonada era peligroso y no sabían si los caballeros y valkyrias aún estaban en la zona buscándolos por lo que viajar en grupos grandes quedaba totalmente descartado. No necesitaban cantidad, necesitaban calidad. Necesitaba cazadores polivalentes que pudieran adaptarse a un terreno desconocido como lo era la hondonada y que estuvieran listos para cualquier imprevisto que surgieran.
Esta vez no iban a cazar brujas, iban a enfrentarse a algo nuevo que nadie conocía y debían regresar con la reliquia costara lo que costara. Eran ya casi las cuatro de la mañana cuando decidió quienes le acompañarían, a parte de Colby que era su ayudante y Sol que era el guía, por supuesto.
La primera opción que se cruzó por su cabeza fue la de escoger a un cazador ya con años de experiencia a sus espaldas. Neil Turner en este caso. Llevaba más de diez años trabajando allí, era de los que mejor conocía el oficio y más capacidad de adaptación tenía, por no hablar de que había sido mentor de varios de los mejores cazadores que había en el gremio. Su ayudante, Rowan Ó Gallchobhair, también sería de ayuda en una misión así.
La siguiente pareja a elegir, tras saber que Neil sería una de las opciones, estuvo clara: Enver y Zaphod. Enver había sido uno de los pupilos de Neil, era una de las personas que más lo conocían y que mejor eran capaces de adaptarse a su forma de trabajar. Al ser un grupo medianamente reducido era crucial que pudieran trabajar bien en equipo. Más si iban a un lugar completamente desconocido.
Pensaba que con eso su grupo ya quedaría cerrado hasta que una idea nueva se cruzó por su cabeza. Odió esa idea. Pero suspiró al comprender que no era opcional. La princesa debía de ir con ellos, debían cuidarla en ausencia de Usher y Tet y además estaba ya muy metida en todo como para dejarla a un lado ahora. Además Skie jamás permitirían que la dejaran atrás. El problema ahí de todas formas no era ella, sino su adorable compañero, Syo Kurosaki.
A Preston no le hacía mucha ilusión viajar con él. Menos aún después de la tensa conversación que mantuvieron la tarde anterior. Aunque debían admitir que luchaba bien y cumplía a la perfección con las habilidades que requería aquella misión, era una buena pieza para el grupo aunque odiara admitirlo.
Sus circunstancias personales no debían influir en su objetivo. Él era mucho más profesional que eso, no permitiría que el albino lo sacara de sus casillas.
En cuanto terminaron de desayunar reunió al grupo que él mismo había seleccionado.
—¿Y estáis seguros de que esa cruz estará allí? —preguntó Enver que escuchaba cruzado de brazos y con la espalda apoyada en un árbol.
—Si sabéis que la hondonada no es un lugar seguro para los humanos ¿verdad? —preguntó Zaphod no muy seguro de la idea.
—Lo sabemos —asintió Preston—. Pero si hay alguna mínima posibilidad de que encontremos la primera reliquia debemos ir. Con una de ellas en nuestro poder será mucho más sencillo encontrar el resto.
—Aunque lo que a mí más me intriga es saber como esos... conocidos de Sena y Aqua lo sabían —intervino Turner en la conversación por primera vez desde que Preston les pidió que se reunieran con él— ¿Qué clase de conocidos son?
Preston no supo qué responder. Tenía la esperanza de que ninguno indagara más de lo que él había podido explicar.
—Hechiceros —dijo Sol llamando la atención de todos—. Somos hechiceros. Vivimos en un pequeño pueblo oculto de los caballeros y las valkyrias. Ya sabéis que desde que Gyan Cinquedea accedió al trono el tema de la magia ha estado muy controlado, así que se podría decir que somos una aldea de hechiceros rebeldes.
Los hechiceros eran personas que dedicaban su vida a estudiar la magia tuvieran una marca o no. A diferencia de las brujas, al ser humanos no tenían tanto poder. Por ello los hechiceros se dedicaban principalmente a la sanación, las premoniciones, y hechizos de bajo nivel a no ser que tuvieran una enorme afinidad a la magia.
Ellos no eran considerados un peligro como las brujas, pero al rey no le gustaba que gente así pudiera hacer uso de esta a su gusto. Por ello la magia en Altair había quedado restringida para la gente común y solo los caballeros, las valkyrias y los hechiceros seleccionados por la academia de magia tenían permitido usarla. Era muy común, por tanto, ver a hechiceros exiliados que se habían negado a seguir esa ley.
La respuesta pareció convencer a Neil por suerte y para alivio de Preston.
—El caso es que Sol puede llevarnos hasta los greenlanders, y estoy seguro de que con este equipo no tendremos problemas para defendernos en la hondonada —prosiguió Princeton.
—Puedo comprender la elección de todos los presentes, hasta la de este chico, ¿Kurosaki? —esta vez quien habló fue el ayudante de Turner, Rowan— Pero no soy capaz de comprender la de esa chica —señaló a Skie—. Hasta donde sé el grupo de Mark los encontró por casualidad siendo perseguidos por los caballeros y decidieron acogerlos en el gremio. El chico ha demostrado tener habilidades para el oficio pero esta chica no.
Neil le dio un leve empujón a su ayudante, descontento con su comentario. Skie se movió incómoda en su sitio.
—No me malinterpretéis, puede que haya sonado más duro de lo que pretendía, es solo que es peligroso incluso para cazadores o aventureros experimentados. Si la chica no es capaz de...
—Es perfectamente capaz —lo cortó Syo—. No me cabe la menor duda de que os sorprenderá. Y si llega a necesitar ayuda o protección yo me encargaré, por eso no te preocupes.
Skie se sintió mucho mejor tras las palabras de su amigo.
Rowan no añadió nada más, veía bien lo que Syo había dicho. Además, esa mirada fría del chico no invitaba a llevarle la contraria, y él no sería quien averiguaría lo que pasaba si lo hacías.
—Me gustaría partir hoy mismo, en un par de horas para dar tiempo a preparar todo lo necesario —volvió a encaminar Preston la conversación.
—Por mí bien, cuanto antes nos vayamos antes podremos conseguir la reliquia —asintió Neil—. No vamos sobrados de tiempo como para recrearnos en el trabajo.
La reunión se dio por terminada y cada quien se fue por su lado. Rowan siguió el camino de Neil, a quien vio bastante pensativo tras la conversación.
—¿Te preocupa algo? —preguntó sacando al mayor de su ensimismamiento.
—¿Recuerdas nuestro viaje de hace unos meses a Léxweli?
Rowan hizo memoria. Léxweli era un pueblo que se especializaba en la minería, a los pies de los Picos Sable Blanco. Una de las mayores cadenas montañosas de Altair y que formaban una frontera natural con la hondonada. Cruzar por estas montañas era, por tanto, la única forma de llegar a la hondonada, porque la otra forma era ir por los Valles de Oxia más al este. Cruzar un bosque plagado de bestias para llegar a una zona con feéricos que querrían matarlos no era el mejor de los planes.
El punto era que hacía unos cinco o seis meses él y Neil habían acudido allí pues un grupo de brujas de rango C y B se habían instalado en la zona e impedían trabajar adecuadamente a los mineros. Además habían llegado a herir de gravedad a alguno que otro, y también a sus mujeres o hijos. Incluso trataron de raptar a uno de esos menores.
Fue tras ese intento fallido, y que la guardia real no parecía hacerles caso, que decidieron contactar con el gremio de cazadores de brujas. Jude les encargó el trabajo a ellos dos y se desenvolvieron sin problema acabando con las tres brujas que había.
—Sí, me acuerdo. ¿Por qué?
—Léxweli está a tan solo unos días a caballo de la frontera con la hondonada. Por eso las brujas no suelen acercarse allí, por no tener que enfrentarse a los feéricos —explicó al pelirrojo—. En el momento me pareció extraño que unas brujas decidieran establecerse allí, pero ahora que Preston nos ha dicho lo de la reliquia que tienen bajo su cuidado los greenlanders... creo que ya lo entiendo.
—¿Buscaban la reliquia?
—Puede ser —asintió Neil—. Aunque eran brujas de bajo rango para algo así. Puede que fuera un grupo de avanzadilla. Que las brujas de alto rango las enviaran para vigilar la zona o detectar si allí había rastro del poder de una reliquia.
—Pero nosotros las matamos, ¿quiere decir eso que no lo llegaron a descubrir?
Rowan no sabría descifrar la expresión que Neil ponía en ese momento. A veces aquel cazador era demasiado enigmático para él, por mucho tiempo que llevara trabajando a su lado no terminaba de acostumbrarse nunca a su inexpresividad ante casi cualquier situación.
—Esperemos —dijo al final—. Porque la otra opción es que mandaran a más brujas para suplir la pérdida y ahora la zona esté plagada de brujas.
—Pero los mineros habrían avisado como la última vez —apuntó su ayudante—. O las personas de otros pueblos de la zona.
Neil no las tenía todas consigo. Sin embargo, Rowan tenía razón. Una aparición masiva de brujas hubiera hecho mucho ruido y ellos habrían terminado por enterarse.
Nombre: Jude.
Apellido: Sharp.
Apodo(s):
El comandante (dado por los caballeros de la guardia real)
Fecha de nacimiento y edad: 14 de abril, 29 años.
Altura: 1,78 m.
Ocupación: Cazador de brujas.
Rango: Tres estrellas.
Ayudante: Neferet Eskoriatza Colin.
Rasgos más característicos: Frío, calculador y un gran estratega. Su mirada analítica es capaz de congelar a mas de uno e incluso los caballeros y valkyrias reconocen su potencial y se andan con cuidado al enfrentarse a él. Aunque a veces es algo duro solo quiere lo mejor para todos, sobre todo para sus compañeros. No lo aparenta, pero en realidad es un hermano mayor sobre protector, o eso es lo que dice Celia.
Arma principal: Espada ropera.
Arma secundaria: Púas.
Campo en el que destaca: Emboscada.
Habilidades principales: Su elevado intelecto y habilidades estratégicas son su mayor arma. Su capacidad de calcularlo todo al milímetro y tener en cuenta todas las variantes compiten directamente contra las de los mejores estrategas militares de los caballeros. Su arte con la espada está también muy pulido y es difícil encontrarle grietas a su defensa.
Debilidades principales: Al ser un líder y no un luchador como tal, si trabaja solo o sin un grupo pierde potencial. Su ataque no es el más peligroso en individual y aunque es rápido no es tan fuerte.
Magia: Portales.
Crush: Desconocido.
Character Song: House of memories — Panic! at the disco.
Extras:
—Las gafas que lleva no son por que las necesite para la vista como tal, simplemente le ayudan a enfocarse en su objetivo y le dan una mejor visión nocturna.
—Aunque quiere mucho a su hermana menor Celia, por alguna razón siempre parece molesto con ella. La gente lo atribuye a que no está de acuerdo con que sea una cazadora de brujas.
—El y su hermana tiene apellidos diferentes a pesar de ser hermanos y a día de hoy ninguno de los dos ha explicado el por qué.
—Es la mano derecha del líder del gremio, Mark Evans. A pasar de no ser el líder es el que toma el mando a petición del castaño en múltiples ocasiones.
¿Qué tal el capítulo? Se va acercando arco intenso ewe
Hemos visto a dos nuevos OC, Christa y Rowan, y los veremos más veces por aquí. También se ha mencionado a Ashley, de la cual sabréis más próximamente, y ahora tenemos de vuelta a nuestros Enver y Zahphod.
Solo queda esperar que sucede con la reliquia, los cazadores, el libro, los caballeros... ¡Son tantas cosas! Se irán resolviendo poco a poco uwu
~Nova/Dreamer ♥
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