Prólogo
"Los secretos: esos personajes oscuros que en cuanto ven la luz, arrastran el caos"
Hola, me llamo Bianca Cas y tengo 18 años recién cumplidos. Se supone que estoy en la mejor etapa de mi vida —o eso es lo que me han dicho—y justo ahora debería estar pensando en universidades prestigiosas, sueños alocados, fotografías que prometen hacerse vírales gracias al espectacular cuerpo que no tengo, viajes bohemios acompañadas del mejor soundtrack de rock clásico, festivales de música techno que en realidad sólo sirven como excusa para emborracharse en manada, en acostarme con uno de esos deportistas fornidos que parecen salidos de una revista para después —muy arrepentida— ponerme a Googlear algún remedio de dudosa procedencia y curarme una horrible cruda esperando estúpidamente que los reproches de mi consciencia desaparezcan junto a mi malestar físico pero—sobre todas las cosas—debería estarme preparando arduamente para continuar con la exitosa empresa constructora de mis padres.
Y es aquí justo donde todas las apariencias, las expectativas y las idealizaciones empiezan a cuartearse hasta hacerse pedazos, porque tristemente no todo es como lo pintan y yo soy muchas cosas menos lo que tú describirías como una persona sana y normal y también estoy más lejos que nunca de ser "la hija ideal"
Tengo algunos problemas... o muchos. No recuerdo muy bien cómo o por qué empezaron pero para cuando me di cuenta ya era demasiado tarde.
Lo peor es que cada determinado tiempo esos problemas se vuelven mucho más grandes que yo y termino siendo ingresada—otra vez—en algún nuevo y reconocido centro de salud mental que les promete a mis padres convertirme en una chica normal, sana y feliz. Y casi siempre lo logran... por algunos meses al menos.
Suspiré con cansancio...
A lo lejos se veía una enorme construcción de ladrillos rojos y teja, que se erguía en medio de un montón de pinos meticulosamente delineados hasta casi hacerlos parecer artificiales—eso me hizo sentir una especie de placer efervescente que me estrujó hasta las entrañas. Y no pude evitar morderme los labios y frotarme las rodillas entre sí para darle rienda suelta a la sensación.
Pero pronto la deliciosa y placentera efervescencia fue aniquilada así, sin más, en cuanto la inmensa alfombra de pasto seco e irregular se dejó ver. Estaba claro que gran parte de la flora de este lugar había perdido la batalla en contra de las adversidades climáticas. El Invierno algunas veces puede convertirse en un homicida silencioso pero no menos letal.
Por alguna razón sentí escalofríos.
"La casa Wisteria"—murmuré mientras trazaba un pequeño signo de interrogación justo al centro del cristal empañado del auto de mi padre. Y por justo al centro, me refiero a que inconscientemente lo hice hasta en escala milimétrica. Sí, mi cerebro podía hacer ese tipo de cosas.
El lugar se iba haciendo cada vez más y más grande conforme nos acercábamos. Y los montones de ramas secas esparcidas por aquí y por allá, junto con el tono de una pared ligeramente más oscura comparada con el muro de a lado, me revolvieron el estómago hasta casi hacerme sentir náuseas. Hice un esfuerzo por tragarme el sabor a jugos gástricos que acababa de subir por mi esófago.
Este sería mi hogar durante los próximos meses.
Nota de Autor: Aún no iniciaré con este proyecto. Por el momento me enfocaré de lleno en "El día en que mi reloj retrocedió" y en cuanto lo termine, entonces sí, conoceremos a Bianca Cas y todos esos secretos oscuros y misteriosos que esconde este enigmático centro de salud mental.
Tenía muchas ganas de escribir una historia que pusiera a prueba mis conocimientos como psicóloga y también quiero retarme a mi misma y escribir algo de ciencia ficción, ¿cómo ven? ¿Les gusta?
A mí es un proyecto que en verdad me emociona mucho. Espero sus comentarios aunque como aún no le haré promoción a esta historia dudo que lleguen pronto 🤣
Por cierto esta historia estará conectada a la historia de Helena y pienso hacer lo mismo con todas mis historias 😈🔥 pero no necesitan leer una para entender otra, ni tampoco habrá un orden, se disfrutaran por sí solas y se disfrutaran juntas.
Los amo, nos estamos viendo por los pasillos de la casa Wisteria.
Marluieth.
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