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Capítulo OO5: Su sonrisa

Sana estaba el doble de feliz de lo que alguna vez estuvo en toda su vida, sus ojos brillaban y su sonrisa radiante alumbraba todo el lugar, estaba ahí dentro de la cancha sentada en las gradas esperando que comenzará el partido, habían muchas personas y eso la asustaba un poco pero eso no quitaba que estuviera rebosante de felicidad.

Iba a ver jugar a Tzuyu y disfrutar de los pocos momentos que tiene libre, aunque ya se había desocupado de todo lo que tenía que hacer todavía tenía algunas cosas por terminar, aún así sin importarle nada y con un poco de insistencia de su corazón, se vistió y salió corriendo para llegar temprano y si, eso pasó.

Sus ojos inquietos no dejaban de ver de un lugar a otro esperando la llegada de la morena, miraba la hora del teléfono cada tanto y se entusiasmaba cada vez mas, faltaba tan poco, tan solo cinco minutos para que salieran y ver el espectáculo de su vida, era un juego importante y eso le daba más emoción, iban a competir contra el eterno rival y las últimas veces lamentablemente salía victorioso, Sana estaba tan nerviosa que no paraba de tomar agua y mover las piernas.

Estar sola en esa situación no era para nada fácil además de que no podía negar que le aterraba que Tzuyu la reconociera y se diera cuenta de que era ella la persona que me escribía, era muy poco probable ya que no estaba por una zona muy visible pero las probabilidades eran altas.

— Bienvenidos —Pegó un brinco al escuchar esa voz que podía reconocer, era la chica de cabello corto que siempre estaba sonriendo en una esquina de la cancha— Hoy sí que vinieron a apoyarnos —Todas las personas comenzaron a gritar, Sana solo aplaudió seguía sin quitar la mirada de la puerta, había alguna en ella que le decía que se fuera.

Estaba batallando con ese sentimiento desde que llegó.

Se mordisqueó los labios cuando de pronto las luces se apagaron y las únicas que estaban encendidas apuntaban a la cancha, en su mente solo habían miles de preguntas nada más que eso, su cuerpo se estaba congelando cada vez más al punto en el que no podía moverse y sintió como si un remolino de emociones traspasó toda su anatomía al ver a Chou Tzuyu entrando, tenía una gran sonrisa y una coleta algo despeinada que la hacía ver fantástica.

Saludaba a todo el mundo y hacía reverencias, sus ojos se achicaban cada vez más y fue entonces cuando desvío la mirada, Sana quedó inmóvil en el preciso momento que sus ojos se conectaron con los de la persona que le parecía la mujer más hermosa del universo, pensó en sonreír en hacer algo pero esos breves segundos la consumieron hasta no poder más, estallando en miles de mariposas que revoloteaban felices en su estómago debido a ese pequeño encuentro, se dio cuenta de que ella estaba ahí de que existía y era alguien que la apoyaba.

Con eso tenía, había logrado lo que en mucho tiempo fantaseaba.

— ¡Hoy se viene a ganar! —Vio como la castaña hizo una mueca con la nariz y luego se acomodó en su posición. Subió la mano a su pecho y gruñó cerrando los ojos aquel pinchazo era una muestra de los nervios, la estaban ahogando a tal punto que le costaba respirar, tuvo que haberle pedido a alguien que la acompañara, alguna compañera de trabajo que le brindara tranquilidad y por lo menos pudieran hablar oara distraerse y así no pensar tanto en que se daría cuenta que es ella.

Colocó dos dedos en el puente de su nariz intentando controlarse, estaba en una zona alta en la que le costaría bajarse y salir de ese lugar para tomar aire, lo mejor era respirar y esperar que las cosas estuvieran mas calmadas porque si no probablemente se caería y no sería la cosa más linda del mundo, si no más bien la peor humillación.

Tenía que seguir ahí, unos quince o veinte minutos más mínimo, se miró las uñas deseaba poder morderlas para aliviar la tención pero eso sí que no, le había costado bastante hacérselas, tenían los muslos colores del equipo de Tzuyu, eso sí que había sido bastante ridículo.

Negó con la cabeza por sus extrañas acciones y con las manos apoyadas en sus muslos subió la mirada, tenía que estar al pendiente del juego no por nada había ido.

Luego de tantos gritos, enojos, felicidad, emoción y sobre todo sonrojos por su parte cada que veía a la taiwanesa tomar agua o hacer algo en general, todo el mundo iba saliendo satisfecho debido a las actuaciones del equipo local, habían ganado y gracias a Tzuyu, la llenaba de orgullo saber que había sido así, sin embargo, eso no quitaba que se sentía algo decepcionada debido a que no tuvo otro tipo de interacción con la menor.

— Chica —Siguió caminando cabizbaja, tenía una nota pero de seguro Tzuyu no la vería, la agarraron en peso y salieron corriendo al vestuario debido a la una extraña celebración que tenían, eso había escuchado una vez de Jeongyeon, siempre lanzaban a la responsable de la victoria a la tina con agua fría, es raro pero cuando lo piensa puede que la haga sonreír un poco, le gustaría poder tener un grupo de amigos así, que esté presente con ella y no en Japón— ¡Hey! —Cada paso que daba la hacía darse cuenta de que por más que había ido así de linda nunca iba a tener el valor de darle la carta a Tzuyu de frente.

Abrió la puerta, sus pies se arrastraban ya que quería quedarse para hablar, definitivamente eso no iba a pasar si con tan solo una mirada casi se muere.

— ¡Tú! —Se frenó en seco y con todo el enojo del mundo debido a que había escuchado a esa persona gritar durante mucho tiempo, se volteó y para su sorpresa se encontró a la chica que siempre se la pasa con Tzuyu, tenía una gran sonrisa y algo en su mano que no lograba distinguir.

Se señaló confundida y la otra asintió— ¿Yo?

—Si, tú —Al estar cerca le pasó el teléfono y rió— Lo habías dejado por ahí tirado —Hizo una reverencia totalmente apenada, le tenía que pasar justo eso cuando nunca dejaba el teléfono— ¿Te encuentras bien? —Preguntó, Sana pensó que de seguro lo decía porque estaba triste.

— Si, estoy bien gracias —Agarró el teléfono y se fue no sin antes pasar cerca del auto de Tzuyu y con toda la rapidez que pude dejar la nota e irse.

Momo al ver esto se extrañó, era raro que una chica tan guapa lloraré de esa forma y que pareciera que no se estaba dando cuenta o que lo tenía tan normalizado que no le prestaba atención.

Estuvo un momento ahí viendo cómo se iba y se encogió de hombros, tal vez solo tuvo un mal día.

Tzuyu entró a su casa sintiéndose la mujer con más fuerza del mundo, en cambio Momo seguía pensando en lo que había visto, esa chica la conocía de alguna parte, así que con toda sus fuerzas, que son pocas, entró a la galería y comenzó a ver todas las fotos, de que la encontraba es que la encontraba.

Por otro lado estaba Chou que seguía haciendo poses para demostrar lo fuerte que era como un canguro intentando impresionar a una hembra, eso era lo que pensaba Hirai, bailaba de un lado a otro y después de tantos movimientos entró a su habitación y abrió la hoja.

"Holi, soy yo, M.S, gracias por existir y ser la única persona en el mundo que tiene la fuerza suficiente como para seguir adelante con su vida a pesar de todo, eres un gran ejemplo para muchas personas y una gran admiración para mí.

Quiero que sepas que cada día tú sonrisa se hace más bella abre mis ojos y que ojalá en algún punto de nuestras vidas nos logremos encontrar, hablemos y nos hagamos buenas amigas o algo más...

¿Soy una tonta por escribirte que me acabo de sonrojar por lo que dije hace un momento?

De seguro que no.

Cuidate, toma agua y come bien, confía en ti, mañana o bueno hoy cuando estés leyendo esto, de seguro ya eres toda una campeona y yo lo sabía porque confío tanto en ti que lo sé.

Te quiero...bueno...te admiro...bueno...siento, creo que es esto, siento muchas cosas.

                    Besos de tu, ojos, querida M.S"

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