Capítulo O14: ¿quieres ser mi...?
Miró la puerta de la habitación era muy temprano y Tzuyu no estaba con ella, hace algunas semanas habían decidido que podían quedarse de vez en cuando en la casa de la otra cuando fuera necesario, en este caso salieron de fiesta cosa que no es muy común y con tal de que Chou se quedará con ella aceptó que durmieran en la misma habitación, un paso bastante grande pero lindo, pudo sentir lo que era dormir con la menor y como era sentirse protegida mientras duerme así que es la mejor noche que ha pasado en años.
Lamentablemente al abrir los ojos no se encontró con Tzuyu si no más bien con una nota que estaba pegada a la puerta de la habitación que no ha dejado de ver incluso después de que ya se cepillo los dientes y preparó el desayuno, una parte de ella quiere verla pero otra se está aguantando, tal vez es algo sin importancia, se acomodó los lentes y siguió escribiendo en la laptop, una sola palabra le bastó y ya no podía más, salió corriendo hacia la puerta y arrancó la nota.
— Ve a la cocina —Suspiró y por más que tenía que entregar el trabajo al día siguiente prefería descubrir qué se le había ocurrido a Tzuyu, abrió la puerta y con un poco de prisa llegó, no parecía haber nada hasta que vio al lado del teléfono fijo— Ahora ve hacia afuera —Rodó los ojos, la iba hacer caminar demasiado y no le gustaba, al salir se encontró una nota en la puerta— Ve a la cafetería de todos los días —Se extrañó, justo era la que estaba cerca de la cancha así que sin más que decir salió en busca de la siguiente carta, entre más caminaba mas personas conocidas encontraba las cuales le sonrían como si supieran algo.
Le parecía extraño pero a la vez no ya que siempre le sonreían de esa forma pero tampoco tan felices, eso le daba algo de miedo, bajó la mirada y antes de chocar con el poste que estaba cerca de la cafetería se detuvo, que casualidad que ahí también había una nota.
— Sabía que te ibas a frenar, pide un capuchino y siéntate en la última mesa, en la que estuviste con Dahyun —Eso no sabía que lo sabia, su corazón comenzó a latir con mucha rapidez y entró a la cafetería, al acercarse al mostrador una chica a la cual no podía verle muy bien el rostro por lo que llevaba puesto le pasó el café y le guiñó no sin antes señalarle la mesa.
Elevó una ceja y al llegar al lugar se sentó, tomó una bocanada de aire, había veces en las que a Tzuyu se le ocurrían cosas tan extrañas que la preocupaban aún así le seguía el juego porque sabía que eso la haría muy feliz y la verdad es que hasta ahora le está pareciendo muy divertido, se mordió el labio y tomó un poco del café, al levantar la vista se dió cuenta que en la pared que estaba a su lado había otra nota, estiró el brazo y la tomó.
— Siempre he querido responderte la primera nota que me mandaste —Leyó y sonrío un poco— Así que, hola chica que ahora conozco, esa misma que hasta sabía mi dorsal, no sabes cuan agradecida estoy con el mundo por haberme cruzado con alguien como tú, ese día no estaba muy bien pero al leer que mi sonrisa era linda, sonreí como nunca antes lo había hecho porque sabía que había alguien en alguna parte a la que le gustaba y se sintió bien, gracias a ti dejo de ser de mis inseguridades y se convirtió en una gran virtud, no obstante tu eres la que se ve hermosa cuando sonríe —Finalizó y sintió un nudo en la garganta, eso sí que le había llegado a lo más profundo de su corazón.
— ¡Señorita Minatozaki! —Levantó la cabeza y divisó a un chico con un gran ramo de flores— ¡Señorita Minatozaki! —Repitió y a los pocos segundos reaccionó.
— Soy yo —El chico se acercó y dejó el ramo en la mesa, era tan gigante que la tapaba por completo, habían flores blancas, sus favoritos, y algunas rojas.
— Aquí tiene —Sacó una hoja de color lila del bolsillo y se la pasó— Esto es para usted —Hizo una reverencia y se fue.
— Hola, ya falta poco —Se sintió aliviada por saberlo— Camina viendo hacia el suelo, Dahyun está en la esquina de la cafetería tapara los ojos, no olvides que te quiero —Sonrió e hizo caso, justo al abrir la puerta miró sus zapatos y caminó con los brazos hacia delante para no chocar con nada.
— Te tengo —Kim le tapó los ojos como la carta había dicho y caminaron— Estás temblando —Sana asintió— No te sientas asustada, nada malo pasará —La tranquilizó— O si... —Se detuvo y la coreana rió— Lo siento era para darle el toque de suspenso —Hizo un puchero y cuando ya estaban cerca todo quedó en silencio.
Mantenía los ojos cerrados incluso después de sentir las pequeñas manos de Dahyun quitarle la venda, unos pasos resonaron y unas manos las cuales conocía muy bien rodearon su cintura para luego sentir los labios de su enamorada sobre los suyos.
— Hola bebé —La abrazó escondiendo el rostro en el cuello ajeno para luego inhalar aquel aroma que la tranquilizaba.
— Hola Tzu —Al abrir los ojos se encontró un par hermoso de estos que la miraban solo a ella como si se tratara de la cosa más hermosa que existe y eso la hacía sentir tan bien— ¿Que es todo esto?
— Hace algún tiempo quería decirlo pero no encontraba la manera de hacerlo así que luego de pensarlo muy bien y tener la ayuda de dos de mis mejores amigas, supe que ya era hora y que es el momento indicado para pedirte algo —Minatozaki la miró extrañada y luego a Momo y Dahyun que sonrieron antes de jalar algo.
— Así que... —Antes de que pudiera decirlo, una enorme hoja en forma de nota cubrió la ventana y parte de la pared en la que siempre estaba para ver a Chou Tzuyu y la misma decía algo que la dejó sin aliento o más bien preguntaba lo que había deseado por tanto tiempo.
— ¿Quieres ser mi novia? —No bastaron palabras, un beso fue suficiente y luego un asentimiento para hacerle saber que por fin serían novias.
Para Sana era irreal ya que no creía que su sueño se haría realidad sin saber que hay veces en las que esto si sucede.
En este caso a través de notas y siempre deseando este momento.
Fin.
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